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CULTURAL EN IBEROAMÉRICA
Aspectos legislativos, institucionales, administrativos y financieros
I Congreso Iberoamericano del Patrimonio Cultural
Madrid, España, 29 y 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2001
Edwin R. Harvey*
© Edwin R. Harvey 2001
(Versión original de 2001, sin actualizar)
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN
1. Marco geopolítico de la Región
2. Marco conceptual del patrimonio cultural
3. Evolución histórica (Siglo XIX)
4. Evolución histórica (Primera mitad del siglo XX)
VI. C ONCLUSIÓN
I. INTRODUCCIÓN
Durante una buena parte del siglo XIX la preocupación pública en la materia en las
nacientes repúblicas americanas, se canalizó hacia la constitución de incipientes
centros de conservación [bibliotecas, museos y archivos nacionales], organizados
por instituciones gubernamentales. Cabe recordar, por ejemplo, la creación de la
Biblioteca Nacional, una de las primeras medidas de gobierno dictadas por el
General San Martín al declarar la independencia del Perú, en plena guerra de
emancipación; y el funcionamiento del Archivo General del gobierno de Guatemala
establecido por acuerdo gubernativo del 22 de octubre de 1846 que pasó, ya en
pleno siglo XX, a denominarse “Archivo General de Centro América” por
considerarse que en él se conservan los documentos históricos que constituyeron el
Archivo de la antigua Capitanía General de Guatemala en la época colonial, centro
de las viejas divisiones provinciales que en el siglo XIX formarían la antes
recordada República de América Central.
En el aspecto legislativo, escasos antecedentes de relevancia se encuentran en las
décadas que siguieron a las luchas de la independencia en materia de protección o
conservación de “antigüedades”, como se denominaba en México a los objetos de
manufactura prehispánica constitutivos del patrimonio arqueológico nacional 1 .
Ello no era de extrañar, puesto que la
1 DANIELF. RUBIN DE LA BORBOLLA, México: Monumentos históricos y arqueológicos, Instituto
Panamericano de Geografía e Historia, México, D.F., 1953, t. I, p. 7.
2 La legislación europea en materia de protección del patrimonio histórico fue incipiente durante
buena parte del siglo XIX. En el orden comparado son de señalar la ley belga de 1836 y la inglesa de
1883. En el caso de Francia cabe destacar la ley del 30 de marzo de 1887 y su reglamento del 3 de
enero de 1889, que fueron precedidos en el medio siglo anterior por instrucciones y circulares,
embrión de una amplia reglamentación que se afirmaría en las primeras décadas del siglo XX.
ROBERT BRICHET, Le régime des monuments historiques en France, Librairies Techniques, París,
1952, p. 11.
3 Con respecto a la legislación española del patrimonio histórico se ha apuntado que “el sentido de
nuestra legislación se puede decir que empieza a cambiar con la ley Moyano de 1857, que, como ha
dicho García de Enterría, es la única ley hasta entonces que ha pretendido integrar en una visión
unitaria toda la política educativa y de bellas artes. La ley dice en su art. 161: “Se pondrá al cuidado
de la Academia de San Fernando la conservación de los monumentos artísticos del Reino […], para
lo cual estarán bajo su dependencia las comisiones provinciales de monumentos […]. Es desde este
momento cuando empieza a aparecer una legislación específica que tiene un sentido orgánico y
moderno, aunque sea todavía dispersa y poco eficaz”. JOSÉ LUIS ÁLVAREZ ÁLVAREZ, Estudios
sobre el patrimonio histórico español y la ley de 25 de junio de 1985, Editorial Civitas, Madrid,
1989, págs. 44-45.
4 Con respecto a las normas mexicanas de 1896 y 1897, que rigieron hasta el 30 de enero de 1930,
señala Williams García que “a pesar de su existencia, puede asegurarse que se ignoró durante su
período de vigencia, pues coincidió con los años de revoluciones y asonadas en los que el gobierno
fue inestable. La vigilancia y el control sobre las zonas arqueológicas fue deficiente y aun no se le
daba la debida importancia histórica. Las investigaciones se dejaron en manos de extranjeros que
bajo concesiones del gobierno exploraron y saquearon nuestro patrimonio cultural. La misma
dirección encargada de la aplicación de la ley estaba situada dentro de una secretaría ajena a toda
promoción cultural, como lo era la entonces Secretaría de Agricultura y Fomento”. JORGE
WILLIAMS GARCÍA, Protección jurídica de los bienes arqueológicos e históricos, Cuadernos del
Instituto de Antropología, Universidad Veracruzana, México, D.F., 1967, p. 15.
legislación cultural especializada en el mundo, durante buena parte del siglo XIX se
desarrolló, particularmente en los países europeos atendiendo a problemas
puntuales de protección que iban surgiendo, sin que el interés del legislador se
preocupara por integrar en un cuerpo legal sistemático y orgánico, la normativa de
preservación de todos los componentes del patrimonio histórico de las naciones 2 3.
Sin embargo, ya antes de terminar el siglo XIX es dable encontrar en algunos países
hispanoamericanos, como en las normas de Guatemala de 1893 y 1894 y de México
de 1896 y 1897 durante la presidencia de Porfirio Díaz 4 (4), disposiciones legales
específicas que atendían a la necesidad de una protección más rigurosa del
patrimonio, en particular de los bienes arqueológicos, definidos en buena parte de la
legislación regional como
aquellos cuya antigüedad se remonta a etapas anteriores a la conquista española.
Tales normas incluían prescripciones sobre la aplicación de algunas de las clásicas
técnicas de policía del derecho administrativo: prohibición de excavaciones y
exportaciones arqueológicas sin permiso administrativo previo; prohibición de
exportación sin autorización legal 5 ; permisos previos en materia de edificaciones o
reformas en inmuebles monumentales, etcétera.
5 Por ejemplo, el decreto supremo 89 de 1822, dictado por uno de los primeros gobiernos patrios y a pocos meses de haberse declarado por el general San Martín la independencia
del Perú, en plena guerra de la emancipación, prohibió la exportación de obras antiguas de alfarería, tejidos y demás objetos que se encontraran en las huacas, sin expresa y especial
licencia del gobierno.
6 P.PLINIO PINA, Legislación dominicana sobre museos y protección del patrimonio cultural 1870-
1977, Ediciones Museo del Hombre Dominicano, Santo Domingo, 1978, p.11.
7 MARK HOLSTON, “Santo Domingo revitaliza su acervo histórico” (en: Américas, vol. 42, n° 1,
Desde los comienzos del siglo XX comienza a advertirse una mayor preocupación
de las políticas públicas por acrecentar la protección del patrimonio histórico, no
solamente arqueológico o colonial sino también de la época republicana. Se
encuentran antecedentes que consagran el principio de que el patrimonio
arqueológico es del dominio de la nación, lo cual se reiterará en buena parte de las
leyes dictadas con posterioridad, en particular en el caso de aquellos países cuya
identidad está más fuertemente vinculada a las grandes civilizaciones que
integraron la América anterior a la llegada de los españoles 9 .
9 Por ejemplo, la ley boliviana de 3 de octubre de 1906 declaró propiedad de la nación las ruinas de
Tiahuanaco, las existentes en las islas del lago Titicaca y todas las de la época incásica o anteriores
que existen o se descubrieren en el territorio de la República. EDWIN R. HARVEY, Legislación
cultural andina, tomo II: Bolivia, Convenio Andrés Bello, Bogotá, 1981, págs. 147-148.
10 ALEJANDRO GERTZ MANERO, La defensa jurídica y social del patrimonio cultural, Fondo de
Fruto de esta preocupación creciente del Estado lo constituye, por ejemplo, la ley
sobre conservación de monumentos históricos y artísticos y bellezas naturales de
México promulgada el 6 de abril de 1914 10 , legislación específica de preservación
de bienes cuya antigüedad se remonta al descubrimiento, la conquista y las épocas
virreinal y republicana, complementando a las leyes de 1896 y 1897 ya citadas, de
resguardo del patrimonio de los bienes arqueológicos del país.
Hacia los años veinte es dable observar, junto con el progreso de la instrucción
pública, el avance de una todavía incipiente organización administrativa de las
bellas artes, que encuentra en la conservación del patrimonio histórico artístico,
documental y bibliográfico, una de sus principales funciones. La sanción de
regímenes especiales de protección del patrimonio y la organización de direcciones,
departamentos y patronatos de gestión y administración en la materia, va
adquiriendo desde entonces singular desarrollo en varios países latinoamericanos
durante las décadas siguientes a la primera guerra mundial 11 , coincidiendo con el
Nacional de Bolivia de 1927; la ley 6634 de 1929 sobre patrimonio histórico y arqueológico del Perú;
la ley 103 de 1931 sobre monumentos arqueológicos de Colombia; las leyes mexicanas de 1914, 1930
y 1933/34; y los decretos de 1923 y 1938 sobre objetos y monumentos arqueológicos de Costa Rica.
desarrollo administrativo y legislativo de la normativa europea, fundado en
particular en las leyes francesas de 1913 y 1930, las españolas de 1926, 1931 y
1933 y las italianas de 1939, dentro de la tradición jurídica de los países latinos.
Otra característica de esta evolución, durante la primera mitad del siglo XX, ha sido
el perfeccionamiento de la gestión administrativa encarada por las políticas públicas
en la materia, advirtiéndose, en los últimos años del período, junto a tradicionales
organismos de preservación ligados a la administración pública centralizada en
algunos países, la creación, en otros, de nuevas entidades autónomas especializadas,
perfil de un futuro servicio público del patrimonio. Ejemplos de este cambio en la
gestión pública específica lo constituyen, por ejemplo, el antiguo Servicio de
Patrimonio Histórico Artístico de Brasil [SPHAN] [1937], los Institutos Nacionales
de Antropología e Historia [1939]) y de Bellas Artes y Literatura [1946] de México
y la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de
Argentina [1940].
Este proceso de modernización de la gestión del patrimonio cultural se verá
acrecentado en la segunda mitad del siglo, como veremos, hasta darse el caso de
organizaciones gubernamentales especializadas que se han regulado de acuerdo a
regímenes de derecho público y privado, dando lugar a un novedoso servicio
público, en el que también han participado determinados bancos centrales.
El financiamiento público especializado del patrimonio cultural en América, por
otra parte, constituye una actividad que comenzará a traducirse en instituciones y
recursos específicos recién en la segunda mitad del siglo.
II. DERECHO DEL PATRIMONIO CULTURAL
6. Aspectos legislativos
estructuras, pertenencias y lugares son de básica y vital importancia para el desarrollo cultural y del
turismo por la asociación de los mismos con la historia; por su peculiar estilo colonial español,
incluyendo color, proporciones, formas y detalles arquitectónicos; por ser parte o relacionarse con
una plaza, parque o área cuyo diseño o disposición general debe conservarse y/o desarrollarse
acorde a determinado plan basado en motivos o finalidades culturales históricas o arquitectónicas en
general”.
26Reglamento de Zonas Antiguas e Históricas (Reglamento de Planificación n° 5) de fecha 13 de
octubre de 1954, Boletín Administrativo n° 135. El texto de todas las disposiciones reseñadas puede
ser consultado en la obra citada en la nota 24, capítulo sobre Régimen legal del patrimonio cultural,
págs. 82-165.
El establecimiento de zonas antiguas o históricas 25 se puso a cargo de la Junta de
Planificación de Puerto Rico, organismo de regulación urbana, en coordinación con
el Instituto de Cultura Puertorriqueña. Toda solicitud de permiso de construcción o
de uso en relación a obras a llevarse a cabo dentro de los límites de una zona
protegida, ha de ser previamente autorizada con la recomendación favorable del
Instituto. El procedimiento de aprobación de planos sigue la misma suerte.
La política de preservación y puesta en valor llevada a cabo en el Viejo San Juan, se
resume en el siguiente precepto: “la zona Antigua e Histórica debe ser un área
viviente de la ciudad, donde se presume que los usos normales existentes han de
continuar y donde el desarrollo de usos nuevos y especiales deberán ser
estimulados. Se propone mantener un ambiente en el cual se estabilicen los valores
de las propiedades, y se atraiga capital nuevo e inversiones, especialmente para
actividades turísticas o relacionadas con el turismo” 26 .
Disposiciones tributarias de exención sobre la propiedad inmueble restaurada,
mejorada, reconstruida en la zona histórica de la ciudad de San Juan de Puerto
Rico, conservando las características de la época colonial hispana, unidas a la no
aplicación de la ley de “alquileres razonables” a
edificios ubicados dentro de dicha zona, han permitido lograr una positiva acción de
conservación y puesta en valor 27 .
27“Esta Asamblea Legislativa cree firmemente en la preservación de los valores históricos y
arquitectónicos de nuestra cultura y se regocija con el movimiento de restauración que de esos
valores ha imperado en las últimas décadas en el Viejo San Juan y en otras ciudades de nuestra Isla.
Considera, sin embargo, que no basta con restaurar; es también necesario e imprescindible mantener
y conservar lo restaurado. Por esos motivos, esta Asamblea Legislativa es de opinión que se
frustarían los propósitos de la ley que estimula las restauraciones en las Zonas históricas y que por
ende se daría al traste con el programa de restauración de las edificaciones elegibles si, una vez
finalizado el período de exención contributiva concedido con motivo de la restauración, no se
concede período adicional de exención para hacer posible la conservación y el mantenimiento de lo
restaurado a la altura de los requisitos y condiciones que dieron base para la exención original”.
Exposición de motivos de la ley 43 del 19 de mayo de 1976, modificatoria de la Ley 7 del 4 de marzo
de 1955, sobre exención de contribuciones. Asamblea Legislativa del Estado Libre Asociado de
Puerto Rico.
7.2. América Latina y el patrimonio cultural subacuático
7.2.1. Generalidades
Si bien es cierto el Depósito Legal es una de las más antiguas formas de registro de
cierto tipo de bienes, los pertenecientes al patrimonio intelectual, comprensivo de
todas las obras generadas por la creación científica, artística y literaria en sus
diversas categorías, esta institución ha estado no obstante vinculada, en cuanto a su
formulación jurídica y administrativa, sobre todo a los mecanismos constitutivos o
probatorios del registro de la propiedad intelectual. Por tal razón las
reglamentaciones nacionales sobre el Depósito Legal han estado insertas
tradicionalmente en las leyes de derecho de autor y propiedad intelectual.
Sin embargo, se perfila en el moderno derecho de la cultura, una corriente
legislativa que considera al Depósito Legal como una institución jurídica autónoma,
con fines y reglas específicas que la identifican con la preservación del patrimonio
de las obras del espíritu. Dentro de esta tendencia cabe agregar que si bien es cierto
la Biblioteca Nacional de cada país sigue siendo la destinataria habitual del
depósito obligatorio de obras de contenido intelectual, en muchos casos tal depósito
obligatorio se ha extendido, asimismo, a otras instituciones de la vida cultural que
actúan, de tal manera, como depositarias y custodios de tales bienes. Sobre el
particular recordamos en la región la ley de Depósito Legal en el Instituto
Autónomo Biblioteca Nacional de Venezuela, de 1993 30 , y la ley de Depósito
Legal del Perú de 1997 31 .
30 EDWIN R. HARVEY, Legislación cultural de los países del Convenio Andrés Bello. Tomo Nueve:
Venezuela, Convenio Andrés Bello, Bogotá, 2000, págs. 47-56.
31 EDWIN R. HARVEY, Legislación cultural de los países del Convenio Andrés Bello. Tomo Ocho:
9. Aspectos financieros
en Quito en 1967, se aprobaron las llamadas “Normas de Quito” acerca de las formas de dar
cumplimiento a lo dispuesto en el Capítulo V, Sección A, de la Declaración de los Presidentes de
América (Punta del Este, 1967) sobre conservación y utilización del patrimonio cultural y para el
aprovechamiento de recursos turísticos y mejoramiento social y económico de diversas regiones del
continente americano. OEA, Reunión de expertos sobre conservación y utilización de monumentos y
lugares de interés histórico y artístico. Informe Final, Quito, Ecuador, 29 de noviembre al 2 de
diciembre de 1967.
Los regímenes que combinan incentivos tributarios, beneficios fiscales y de crédito,
apoyo a la inversión con fines turísticos, y el descongelamiento de precios y
libertad de contratación en materia de alquileres, de los que hemos dado sólo unos
ejemplos, han sido asimismo puestos en vigencia en otros países de la región a fin
de promover la rehabilitación de conjuntos históricos degradados 38 .
V. ASPECTOS INTERNACIONALES DEL PATRIMONIO
CULTURAL
10. La protección internacional del patrimonio cultural de la región
Toda una cronología del siglo XX puede elaborarse sobre la labor de cooperación y
gestión internacionales respecto a la protección del patrimonio histórico, artístico y
arqueológico de los países de América.
Campo de preocupación prioritario de la acción panamericana, desde 1889, cabe
recordar en materia normativa:
a) las recomendaciones panamericanas sobre creación de una Comisión
Arqueológica Internacional Americana [México, 1902]; protección de documentos
históricos y restos arqueológicos [Santiago de Chile, 1923]; monumentos inmuebles
arqueológicos e históricos, precolombinos y coloniales [Montevideo, 1933];
monumentos muebles de las épocas precolombina, colonial, de la emancipación y
de la república [Montevideo, 1933]; y conservación de regiones naturales y lugares
históricos [Lima, 1938];
76-89.
45 El denominado “Mercosur Cultural” se ha constituido como consecuencia del Protocolo de
Integración Cultural aprobado en Fortaleza, Brasil, el 17 de diciembre de 1996 por los gobiernos de
Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, miembros del Tratado de Asunción suscrito a su vez en 1991.
Bolivia y Chile, en carácter de miembros asociados, participan de sus deliberaciones. EDWIN R.
HARVEY, El Tratado de Asunción y el Mercosur Cultural. Relación con otros procesos de
integración regional, The University of Texas at Austin, Mercosul/Mercosur. The market & beyond,
abril 26-28, 2001.
46 Con motivo de celebrarse en Santo Domingo entre los días 9 y 11 de julio de 1984 la Segunda