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2 Tesalonicenses 3:1-4 RV
Introducción
¿Cómo se comporta usted cuando esta escuchando a alguien predicar? ¿
Cuál es su actitud? ¿Qué piensa del predicador? ¿Examina todo y retiene
lo bueno? o ¿ Examina todo y no retiene nada?
Hay muchos cristianos que cometen errores al escuchar a una persona
predicando la palabra de Dio, sea diácono, pastor, evangelista, maestro.
En general, hay una serie de errores que, por nuestra naturaleza
pecaminosa, tendemos a cometer. El problema de esto es que terminan
ocasionando que nos perdamos la bendición de recibir un mensaje que
Dios tenía especialmente para nosotros, y por tanto, perdemos la
posibilidad de ser transformados por su Palabra.
Por eso, es mi deseo que en esta lista de puntos podamos ir
reflexionando con sinceridad sobre cuál es nuestra actitud al escuchar al
pastor cuando predica un mensaje de parte de Dios para toda la
congregación.
Parte No. 1
No orar por el pastor o el predicador
Reiterando el pasaje que leímos, el apóstol Pablo escribió a los creyentes
de Tesalónica.
2 Tesalonicenses 3:1-4 RV Por lo demás, hermanos, orad por nosotros,
para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre
vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos;
porque no es de todos la fe. Pero fiel es el Señor, que os afirmará y
guardará del mal. Y tenemos confianza respecto a vosotros en el Señor,
en que hacéis y haréis lo que os hemos mandado.
2 Tesalonicenses 3:1-4 NTV
[1]Finalmente, amados hermanos, les pedimos que oren por nosotros.
Oren para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y sea
honrado en todo lugar adonde llegue, así como cuando les llegó a
ustedes.
[2]Oren, también, para que seamos rescatados de gente perversa y mala,
porque no todos son creyentes.
[3]Pero el Señor es fiel; él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
[4]Además, confiamos en el Señor que ustedes hacen y seguirán
haciendo lo que les ordenamos.
Después de haber explicado, vamos a leer otro pasaje bíblico, vaya
conmigo a
Efesios 6:18-20 RV Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en
el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos
los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra
para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy
embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
El énfasis es orar para que la palabra de Dios sea predicada con toda
libertad, con valentía, con el poder de Dios.
¿Ora usted por su pastor?
Pablo escribió a los creyentes de Éfeso: “Orad… por mí, a fin de que al
abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer… el misterio del
evangelio” (Efesios 6:18-19).
¿Usted ora por su pastor? Si. Que bueno
No. ¡Pues deberías hacerlo!
Después del primer sermón de Wilbur Chapman en la Iglesia Presbiteriana
de Betania en Filadelfia (EE.UU), un hombre le dijo: ‘Usted es muy joven
para ser pastor de esta gran iglesia. Siempre hemos tenido hombres más
mayores. Me temo que no le va a ir bien; uno puesto que predica el
Evangelio, le voy a ayudar en todo lo que pueda.’ Chapman pensó para
sus adentros: ‘¡Menudo cascarrabias!’ Pero el hombre siguió: ‘Voy a orar
por usted y tengo a otros hombres que han acordado unirse a mí.’
Tiempo después relató Chapman: “Me sentí mejor cuando supe que iban
a orar por mí. Muy pronto esos tres se convirtieron en cincuenta, y los
cincuenta en doscientos, los cuales se reunían antes de cada servicio
para orar por mí. Y en otra sala había dieciocho ancianos arrodillados tan
cerca de mí que podía alcanzarlos con la mano. Siempre fui al púlpito
sabiendo que tenía la unción de Dios, como respuesta a las oraciones de
esos fieles. Entonces predicar era fácil, un verdadero gozo. ¿Y cuáles
fueron los resultados Mil cien personas se salvaron y se unieron a la
iglesia en los tres años siguientes, de las cuales seiscientos eran
hombres. Ese crecimiento fue el fruto del Espíritu Santo como respuesta
a la oración.
La realidad de lo difícil del ministerio es algo que solo quienes sirven al
Señor comprenden, y lamentablemente no todos los miembros de la
iglesia llegan a comprender con profundidad las batallas que el siervo y
su familia sufren durante el ministerio.
Pablo es un gran ejemplo en la Biblia de alguien que sufría
constantemente por la obra. Encarcelado en Roma, escribe su carta a los
miembros de la iglesia en Colosos para animarlos a seguir adelante en su
caminar. Pablo había sufrido persecución, encarcelamientos, azotes,
injustos juicios; pero también había experimentado la apostasía de
algunos cercanos suyos, otros que trataban de causar daño en las
iglesias, confrontaba pecados y falsas enseñanzas, divisiones en las
iglesias y más. Lo mismo que muchas veces sufre el pastor hoy.
En 1 Timoteo 2:1-4, Pablo instruye a Timoteo que debemos orar “por
todos los hombres, por los reyes y por todos los que ocupan puestos de
autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y reposada,
dedicados a toda clase de buenas obras. Esto es bueno y agradable
delante de nuestro Salvador Dios”.
La oración es un acto de adoración y de sumisión a la voluntad de Dios.
Cuando oramos, le estamos diciendo a Dios que reconocemos que Él es
soberano y que tenemos necesidad de Su ayuda. Estos versículos nos
recuerdan que debemos orar no solo por nuestros propios necesidades,
sino también por aquellos que están en posiciones de liderazgo. Oremos
para que nuestro pastor sea guiado por el Espíritu de Dios y que pueda
cumplir con Su llamado de manera fiel.
Predicar es una gran responsabilidad; no es cualquier cosa el pararnos
frente a un grupo de gente pretendiendo transmitirles el mensaje que Dios
tiene para sus vidas en ese día.
Sean muchos o sean pocos los que están escuchando, tenemos que
asegurarnos de hacer a un lado todos nuestros pensamientos humanos
para enfocarnos en hablarle a la congregación de parte de Dios.
Eso es algo que siempre me hace temblar cuando tengo que predicar un
mensaje o dar una enseñanza. ¿Qué pasa si digo algo mal? ¿Qué tal si
soy de tropiezo para otro al predicar ? ¿Y si menciono algo que no está
en la Palabra de Dios?
Predicar la palabra de Dios es el trabajo más grande que pueda haber en
la tierra. Predicar no es para flojos o haraganes. 1 Ti. 5:17 : Los ancianos
que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente
los que trabajan en predicar y enseñar.
1 Timoteo 5:17 NTV
[17]Los ancianos que cumplen bien su función deberían ser respetados y
bien remunerados, en particular los que trabajan con esmero tanto en la
predicación como en la enseñanza.
¡Claramente habla de un trabajo duro!
Predicar la palabra de Dios conlleva una gran responsabilidad, sobre todo
es un trabajo del cual vamos a dar cuenta todos los predicadores,
pastores, evangelistas, maestros en el tribunal de Cristo. Hebreos 13:7
Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por
vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con
alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.
Leyendo una publicación encontré una información que titulaba “Ore por
su Pastor”. Había una estadística que podrían reflejarse en muchas otras
iglesias alrededor del mundo.
Decía: “97% de pastores han sido alguna vez traicionados, falsamente
acusados o heridos por sus amigos de confianza; 70% de los pastores
sufren depresión; existen cerca de 7.000 iglesias que cierran cada año y
1.500 pastores renuncian al mes; solo el 10% de pastores llegan a
retirarse a edad de jubilación; 80% de pastores sufren desánimo; 94% de
las familias de los pastores sienten la presión del ministerio; el 78% de
pastores no tienen amigos cercanos; y el 90% de los pastores trabajan
entre 55 a 70 horas por semana.” Este cuadro terminaba diciendo
nuevamente “Ore por su Pastor”.
Es una carga tremenda el tener que predicar. Por eso, como hermanos
que estamos por escuchar el mensaje por medio del pastor, tenemos que
orar por esa persona, para que pueda hablar el mensaje que Dios le dé;
para que el Evangelio sea proclamado y el nombre de Jesús sea exaltado.
Puedan ser o no justificadas las críticas, no es lo importante. Lo que más
importa es que pueda apoyar a su pastor con sus oraciones y aquí hay
algunas maneras de hacerlo:
Hechos 4:1-31
Nos menciona que los religiosos habían encarcelado a Pedro y a Juan por
un tiempo y que después los soltaron y los amenazaron diciéndoles que
no hablaran más de Jesús. Al pasar eso, ellos se reunieron con sus
hermanos en Cristo Jesús y les contaron todo lo que había pasado,
Entonces ellos unánimes a una sola voz hicieron una oración que
empieza desde el vs. 24
Y en lo último de su oración ellos dijeron v. 29-31 Y ahora, Señor, mira
sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu
palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y
señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando
hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos
fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de
Dios.
Lo que podemos ver Es que los cristianos le pidieron a Dios, que les
concediera valor para anunciar el mensaje.
Hoy en día es lo mismo, nos encontramos en medio de una sociedad que
a lo bueno llaman malo y a lo malo bueno. Y el problema más grande es
que aún dentro de la misma iglesia se ven esas prácticas.
Adulterios, fornicaciones, palabras corrompidas, chismes, calumnias, etc.
Es por eso de que el pastor o cualquier predicador necesita armarse de
valor para enseñar lo que la biblia dice, muchos predicadores de este
tiempo lo que hacen es anunciar medias verdades, por temor a lo que
vaya a decir el hombre o por temor a lo que le vaya a hacer el hombre
El mismo apóstol Pablo dijo Ef. 6:18-20 Orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me
sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del
evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable
de él, como debo hablar.
Introducción
I Corintios .3:1-3.
Cuando Pablo visitó Corinto al principio, alimentó a los creyentes con la
leche elemental de la palabra porque eran débiles y jóvenes en la fe. La
enseñanza que les había dado era apropiada para la condición en que se
hallaban. No podían recibir una instrucción espiritual profunda porque
eran nuevos creyentes. Eran meros niños [de pecho] en Cristo.
Pablo les enseñó sólo las verdades elementales tocantes a Cristo, a lo
cual se refiere como leche. No podían tomar alimento sólido por su
inmadurez. En la misma corriente de pensamiento, el Señor Jesús dijo a
Sus discípulos: «Todavía tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no
las podéis sobrellevar» (Jn. 16:12). Con respecto a los corintios, lo trágico
era que aún no habían mejorado lo suficiente para poder recibir verdades
más profundas del apóstol.
Las enseñanzas que les presento eran enseñanzas sencillas de
comprender por que no eran capaces de recibir enseñanzas más difíciles.
No habían logrado una mentalidad espiritual todavía.
Eran carnales aunque había pasado mucho tiempo de haberse convertido
su mentalidad no había cambiado todavía. Y por lo tanto no eran capaces
de recibir enseñanzas mas difíciles. Como los hermanos en Hebreos.5:11-
14 RV
Hebreos 5:11-14 NTV [11]Nos gustaría decir mucho más sobre este tema,
pero es difícil de explicar, sobre todo porque ustedes son torpes
espiritualmente y tal parece que no escuchan. [12]Hace tanto que son
creyentes que ya deberían estar enseñando a otros. En cambio, necesitan
que alguien vuelva a enseñarles las cosas básicas de la palabra de Dios.
Son como niños pequeños que necesitan leche y no pueden comer
alimento sólido. [13]Pues el que se alimenta de leche sigue siendo bebé y
no sabe cómo hacer lo correcto. [14]El alimento sólido es para los que
son maduros, los que a fuerza de práctica están capacitados para
distinguir entre lo bueno y lo malo.
Vemos aquí que cuando somos carnales- niños en Cristo atrasamos el
proceso de la obra de Dios. Por que en vez de que ya enseñen a otras
personas ellos mismos tienen que ser enseñados.
Y con sus actitudes carnales y egoístas corren a las visitas o a los nuevos
recién convertido con sus actitudes.
Cuando mostramos preferencia hacia cierto hermanos demostramos que
somos niños- Carnales que no hemos crecido en el conocimiento de Dios.
Hay veces que nos dejamos llevar más por la persona que está
transmitiendo el mensaje, que por el mensaje en sí.
El mismo contenido transmitido por dos personas diferentes puede
causar distintos impactos en nosotros. Esto nos puede llevar a tomar la
actitud de decir «¿Qué me puede enseñar este a mí?» o «Sólo me interesa
la predicación porque predica tal persona».
También tenemos la tendencia a despreciar a los predicadores que recién
empiezan por el simple hecho de no tener un «nombre», mientras que
alabamos o elogiamos a aquellos que son que llevan mucho tiempo en la
predicación y la enseñanza y expertos en ello.
Hay quienes tienen preferencia por aquellos que son libertinos en sus
enseñanzas.
Hay quienes tienen preferencia por los predicadores extremistas.
Preferencia por aquellos predicadores que son lentos en la predicación y
por los que son rápidos.
Preferencia por los que reprenden el pecado todo el tiempo. Y nunca
animan a la iglesia, ni mucho menos enseñan.
Y pudiera hablar más de eso.
Ante Dios todos nuestros hermanos son iguales . Col.3:11.donde no hay
griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni
libre, sino que Cristo es el todo, y en todos.
No debemos hacer distinción donde Dios no la hace.
La preferencia hacia cierto hermanos nos lleva a celos y a contiendas y
divisiones. I Cor.3:3. Porque aún sois carnales; pues habiendo entre
vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis
como hombres? Al seguir a cierto predicador estaban dividiendo el
cuerpo de Cristo que es la iglesia, por que un grupo siguiera a uno y los
otros a otro.
Lamentablemente cuando hay una pluralidad predicadores en una misma
congregación y estos se llevan muy mal. La congregación se divide por
que uno sigue al predicador de su preferencia y los otros al otro
predicador de su preferencia.
No lo siguen por que tenga la razón o por que esta en la verdad lo siguen
por que tienen cierta predilección por él. Y eso es un error. En vez de ver
quien esta en la verdad y asi apoyarlo nos dejamos llevar por nuestras
emociones. ¿Cuántos hermanos lamentablemente se van a perder por
esta causa?.
Conclusión
Hemos visto que mostrar preferencia hacia cierto hermanos nos lleva a
otros pecados como los celos contiendas, divisiones y a menospreciar a
otros hermanos fieles del Señor.
Mostrar preferencia hacia cierto hermano es ser carnal- Niño-
Demostramos falta de madures espiritual.
Todos los hermanos somos iguales. Ya que simplemente somos siervos
esclavos de Dios.
Mostrar preferencia hacia cierto hermano nos va a llevar a la perdición y
Dios no desea esto, cambiemos esta actitud.
El llamado es a que podamos estar con la expectativa de recibir Palabra
de Dios en nuestra vida sea quien sea el que esté transmitiendo el
mensaje. El llamado es que no nos dejemos llevar por los prejuicios que
podamos tener formulados hacia la persona que va a predicar, sino que
podamos poner toda nuestra atención en lo que Dios nos dice por medio
de su palabra.
1- Despreciar un texto por ser muy conocido
¿Quién no escuchó predicar de la parábola del sembrador? ¿O del pasaje
de María y Marta cuando Jesús las visita? ¿O acerca de la negación de
Pedro? Son mensajes habituales en nuestros púlpitos. Entonces, cuando
escuchamos que alguien menciona que va a hablar de esos pasajes,
inmediatamente se nos viene a la mente el pensamiento «otra vez lo
mismo». O sea, ya los sabemos de memoria esos textos, ¿qué podemos
sacar nuevo de ahí? ¡Ya está todo dicho! Pero no es así; creemos que la
Palabra es viva (Heb 4:12) y que nunca podemos llegar a obtener todas
las insondables riquezas contenidas en cada texto. Es por ello que
debemos prestar atención también a los mensajes más conocidos,
porque no sabemos cuándo Dios puede hacernos descubrir algo que
nunca habíamos visto en él.
7- No tomar nota
Un problema que tenemos los humanos es que en poco tiempo perdemos
el recuerdo de lo que escuchamos. A la hora de recordar, ayuda mucho
que el predicador use ilustraciones y ejemplos gráficos de lo que está
hablando, aunque al final siempre tendemos a ser olvidadizos. Es por
esto que es importantísimo poder anotar las cosas que Dios te vaya
hablando; quizás dentro de un año agarres el mismo pasaje y ni siquiera
sepas qué era lo que tanto te había impactado. Por tal motivo te aliento a
que puedas tomar nota, quizás no de toda la prédica, pero sí de las cosas
que el Señor vaya hablando especialmente a tu vida para así no olvidarlas
y poder consultarlas regularmente.
Acá podés leer algunas cosas que se dicen habitualmente, pero no están
en la Palabra: Cosas que la Biblia no dice.
Conclusión
En general, estos errores los fui tomando de cosas que me suelen pasar a
mí y en las que lucho por trabajar día a día para no repetir. Espero que
puedas analizarlos en base a tu comportamiento, y que puedas ir
corrigiéndolos para así poder estar más atento a los mensajes que Dios te
quiere dar en cada reunión.
◆ Si el Pastor es activo
– Es ambicioso.
◆ Si es calmado
– Es perezoso.
◆ Si el Pastor es exigente
– Es intolerante.
◆ Si no exige
– Es negligente.
◆ Si no visita
– Es irresponsable con las ovejas.
◆ Si no se actualiza
– Es mente cerrada.
◆ Si predica poco
– Es que no tiene mensaje.
◆ Si predica mucho
– Es aburrido.