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“Historia o Ideología,
un transcendental sin sujeto”
A propósito del libro de L. Bértola y J. A. Ocampo,
El Desarrollo Económico de América Latina desde la
independencia, México, FCE 2013
Rodolfo Iván González Molina
A la memoria de Paulo Scheinvar Akcelrad:
Académico, colega y amigo ficamos nuestra acumulación originaria,
pues no es suficiente con mostrar el pro-
ceso, también hay que señalar los autores
I. Introducción y ejecutores de esta génesis socio eco-
nómica del capitalismo en la región; 3.
Abordamos la lectura de este libro con el Criticamos la presentación de los datos
entusiasmo de aprender nuevos enfoques estadísticos de largo plazo en el siglo XIX
o detalles de la historia económica de y su incongruencia por la inexistencia de
América Latina, con la necesidad de eva- repúblicas en la época; y 4. Incluimos la
luar tanto la forma de cuantificar y orde- delimitación geográfica de las naciones
nar las estadísticas de la región, como de Latinoamericanas, en el contexto de la
verificar la información cualitativa del confrontación de los expansionismos an-
análisis del pasado latinoamericano. glo europeos y estadounidense.
La presentación de esta lectura críti- En tercer lugar, la concepción del
ca esta ordenada de la siguiente manera: “sistema mundo” en la formación de los
En primer lugar, abordamos los con- Estados nación, que corresponde al siglo
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ceptos novedosos que proponen Bértola XX. Analizaremos el cambio del desarro-
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yoría de los autores han señalado la tercera las formas de trabajo compulsivo: enco-
última década del siglo XIX como el inicio miendas, mitas, repartimientos, esclavi-
del “liberalismo”2, el “desarrollo hacia tud, peones acasillados, obrajes y jorna-
afuera”, o la primera inserción a la eco- leros, para dar lugar en el último cuarto
nomía mundial que, naturalmente, son del siglo XIX a la relación salarial.
conceptos más precisos por su generaliza- De los grandes hitos (1810-1910) la-
ción en la historiografía latinoamericana tinoamericanos sólo se toma en cuenta
que los convierten en un lugar común, 1810, como el límite inferior en donde se
de fácil comprensión. En cuanto a la uti- empiezan a formar los estados-Nación y
lización del concepto de “globalización”, se lleva hasta 1913, pero ¿No es más cla-
para esa época, es inapropiado, pues res- ro definirla como nuestra acumulación
ponde a un patrón de acumulación de fi- originaria y situarla por los años 1810 a
nales del siglo XX, con la finalización de la 1910, con dos revoluciones que convul-
“guerra fría”, o lo que definió Fukuyama sionaron la historia regional y mundial: la
como el “fin de la historia”. independencia y la revolución mexicana?
Es la época del “imperialismo clási- En la segunda etapa, vuelven a pre-
co” para los llamados países desarrolla- sentar un nuevo concepto: “industriali-
dos, que ni siquiera señalan los autores, zación dirigida por el Estado”, sustitu-
porque buena parte de su historia econó- yendo lo que en la literatura de la historia
mica regional aparece desvinculada de la económica latinoamericana se conoce
historia mundial. como “la industrialización por sustitu-
Los períodos están propuestos por ción de importaciones” (ISI). El concepto
tasas de crecimiento y no por regulari- en realidad, como asegura Bértola, fue
dades en la producción,3 por eso no se introducido por Cárdenas, Ocampo y
dice nada de lo que conocemos como Thorp en un trabajo del 2003. El argu-
“acumulación originaria” o la génesis mento central, para justificar el cambio
del capitalismo. Se argumenta, acerca del de nombre del concepto, responde a la
proceso sin calificarlo. Porque se mues- ampliación significativa de las esferas del
tra la formación del mercado interno de Estado en la vida económica y social.
fuerza de trabajo, o la desaparición de Lo mismo ocurrió en América Lati-
proponiendo no confundir los antecedentes de na, que ya desde antes de la crisis de 1929
un mundo global con el desarrollo del capitalis- había iniciado procesos de industrializa-
mo en la región. ción, trayendo la modernidad, como se
2
Véase la literatura clásica al respecto, Halperin
Donghi. T., Bulmer Thomas, V., Cardoso Eliana decía en la época. El ferrocarril, los telé-
y Ann Helwege, Cardoso, C y Pérez Brignoli, grafos y la industria textil, fueron impul-
Carmagnani, M., Tavares, M. Da C, Furtado, C. sados por los estados, y fue la base fun-
3
Véase González R. I. (1988), “El problema de la
periodización en la historia económica de América La- damental para el desarrollo de la primera
tina”. Investigación Económica, FE-UNAM. p. 184. ISI, la producción de bienes de consumo.
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miento del proceso mismo de la conquis- tes, herramientas y hasta el vino; para no
ta, en la medida que el oro de aluvión, el tener competencia de sus colonias. Este
oro de los ríos, se acaba; hay que buscarlo tipo de orden colonial fue muy rígido y
en el continente y termina así la fase de su desobediencia llevó a la expulsión de
nomadismo de los peninsulares, dando los jesuitas en el siglo XVIII y otra serie
lugar al sedentarismo colonial del siglo de penalidades menores, pero no menos
XVII, a partir de 1640, con el surgimien- importantes, para postergar el desarrollo
to de la Hacienda, de una nueva raza (el industrial en América Latina.
mestizo) y hasta con la nacionalización de En cuanto a la formación del merca-
la religión católica, con la aparición de la do interno de fuerza de trabajo y en par-
virgen de Guadalupe en la Nueva Espa- ticular la relación salarial, es importante
ña. Por esta época se presentan las grandes señalar la destrucción de la comunidad
inundaciones de la ciudad de México, lo indígena desde la conquista, obviamente
que obliga a los conquistadores a la pro- donde se encontraron las civilizaciones
fundización de la frontera agrícola, tanto prehispánicas más grandes, que pasaron
por sus expediciones y fundación de ciu- primero por trabajo compulsivo; luego,
dades al norte de la Nueva España, como igual que a la población de origen afri-
el impulso de la colonización y el esta- cano, se les ofreció la libertad siempre y
blecimiento de los virreinatos de América cuando se peleará del lado de los indepen-
del Sur; el Alto Perú (1524),5 la Nueva dentistas, proceso lento y contradictorio,
Granada (1717-1723), y el Río de la Plata pues los españoles también los van a usar
(1776-1777). La producción agrícola tie- para sumarlos a las fuerzas realistas.6
ne que ver con la fertilidad de las tierras, Por otro lado, es necesario señalar las
la cantidad de agua y el clima. Pero tam- grandes batallas entre liberales y conser-
bién con las tradiciones gastronómicas de vadores, o entre federales y centralistas,
los nativos y la posibilidad de abasteci- los primeros, interesados en reformas
miento, desde la península, de las deman- agrarias al estilo jacobino francés y, los
das de los conquistadores. La península segundos que, en una tradición conser-
Ibérica cuido mucho la oferta de bienes vadora, unidos al clero y la gran propie-
manufacturados, aperos de labranza, acei- dad terrateniente, buscaron legitimar
5
Durante más de doscientos años formaron par- sus privilegios restituyeron buena parte
te de este virreinato: el Istmo de Panamá, Ar- de las relaciones laborales compulsivas.
gentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Cuba y Brasil, por ejemplo, mantuvieron
Chile, Ecuador, Perú, toda la región oeste y sur
de Brasil. Venezuela formaba parte de la Nueva la esclavitud hasta finales del siglo XIX y
España. El Virreinato del Río de la Plata estuvo principios del XX y, en Mesoamérica, las
conformado por Argentina, Uruguay, Paraguay, haciendas perduraron hasta el siglo XX.
Bolivia y parte sur de Brasil, del norte de Chile
y sureste del Perú, además, de las hoy disputadas, 6
Véase John Lynch., Las Revoluciones hispanoa-
Islas Malvinas. mericanas 1808-1826, Ed. Ariel, Barcelona, 2008.
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rra y la educación, y sin acceso a ningún una independencia dirigida por fuerzas
mecanismo de participación política, a lo eminentemente conservadoras. Élites li-
que se agregaba la desigualdad jurídica gadas a la gran propiedad territorial, a la
que enfrentaban indígenas y esclavos” extracción de minerales y el comercio,
(p. 71). Sin embargo, el argumento no que impedirán tanto, cualquier intento
explica las contradicciones generadas en- de integración, como la participación de
tre criollos, esclavos e indígenas; pues los los sectores populares en las decisiones
altos costos fiscales a los mestizos, fueron políticas, la educación y la simple mo-
cobrados también a los sectores sociales vilidad social “(…) quedando, como fi-
de la base de la pirámide social, con tra- nalmente afirma Bértola y Ocampo, la
bajos forzados, tributos e impuestos que enseñanza (…) limitada a la élite blanca,
empeoraron sus condiciones de super- que a su vez tenía pleno control de las
vivencia. Por esta ausencia en el análi- instancias de decisión política” (p. 72).
sis sólo, Bértola y Ocampo, contemplan “Este conjunto de instituciones que blo-
las revoluciones de independencia desde queaban el desarrollo económico se vio
arriba. No aparecen los levantamientos además fortalecido por las políticas de
de Túpac Amaru en el alto Perú, solici- pureza de sangre y el sectarismo religio-
tando las tierras indígenas usurpadas, la so (…)” (p. 72).
utilización de los indios por parte de los Este capítulo continúa con una eva-
realistas, para combatir a los rebeldes. Al luación del desempeño económico de las
respecto, Bértola y Ocampo sólo señalan jóvenes repúblicas latinoamericanas. Para
que: “la lucha por la independencia no lo cual Bértola y Ocampo van a centrar
estuvo siempre acompañada por la revo- la atención en lo que conocemos como la
lución social y, cuando lo fue, el éxito acumulación originaria, o la génesis del
de la última fue revertido, muy pronto, capitalismo, lo hacen de manera implícita,
como el levantamiento de Hidalgo en porque ni siquiera hablan del concepto,
México y la revolución artiguista” (p. pero lo explican con lujo de detalles, con
92), sin decirnos las causas y menos los algunos problemas metodológicos. Em-
protagonistas que infligieron la derrota. piezan analizando la población, después la
Bértola y Ocampo dejan a un lado exportaciones, el PIB y la producción para
las invasiones inglesas a Buenos Aires de el mercado interno, las turbulencias ins-
1806-1807, el papel de Santiago Antonio titucionales continuidad y cambio, refor-
de María de Liniers, en la expulsión de mas liberales, la abolición de la esclavitud
los británicos y la defensa que encabeza y terminan con la geografía, tecnología y
Francisco Javier Elio de la Banda Orien- comercio. En cuanto al análisis demográ-
tal; tanto del expansionismo argentino, fico que va de 1820 a 1870, se hace énfasis
del lusitano-portugués, como del inglés. en que “el grupo de las regiones de nuevo
Son estas características las que definirán asentamiento Argentina y Uruguay son
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los países que muestran un crecimiento Aires, pierde este liderazgo en relación
demográfico mayor.” (p. 77). Sin embra- con Buenos Aires. Sólo a partir de la dé-
go, hay que decir que para la segunda dé- cada de los treinta del siglo XIX, empieza
cada del siglo XIX, todavía existía La Gran a recuperar su producción, sin alcanzar los
Colombia, no se había separado Ecuador niveles de la colonia. De la misma forma
ni Venezuela, y mucho menos Panamá de en el caso de Perú, donde la minería de la
lo que hoy se conoce como Colombia. plata era muy importante en las ventas al
Entonces, ¿por qué aparecen los datos se- exterior, por los conflictos y guerras, “se
parados? Ahora bien, si no se incluyen en mantuvieron estancadas hasta entrados los
estos tres cuartos de siglo la guerras, la baja años cuarenta del siglo XIX, a pesar de la
esperanza de vida, la mortalidad infantil y diversificación del algodón, la lana y el sa-
materna de la época, los concordatos con litre, previo al boom del guano” (p. 85), y
el clero y la tradición católica que impide la Guerra del Pacífico, antes señalada. Por
el control de vientres por parte de las mu- esto es que la hacienda se volvió mucho
jeres o la interrupción del embarazo (hasta más autárquica. Proceso de diástole y sís-
el presente), poco podemos entender del tole, explicado por Enrique Semo,8 para
movimiento poblacional en la región. De el caso de México, diástole cuando la mi-
la misma forma las exportaciones de la re- nería crece y la hacienda le aprovisiona de
gión, en estos tres cuartos del siglo XIX (de mano de obra, alimentos, herramientas
1800 a 1870), no se entienden sin tener en y ganado caballar, mular y vacuno. Sís-
cuenta previamente las balcanizaciones a tole, cuando entra en crisis la minería la
las que fueron sometidas las recientes re- hacienda se hace autárquica y eso la hace
públicas y naturalmente las guerras civiles fuerte y perdurable, no sólo en la colonia,
e internacionales entorpecían la continui- sino a todo lo largo del siglo XIX.
dad del comercio con el exterior. Los ex- De la misma manera Bértola y
celentes resultados de las exportaciones se Ocampo, continúan señalando el estan-
dan fundamentalmente en el último tercio camiento del crecimiento económico de
del siglo XIX, con el fuerte incremento de México en los primeros sesenta años del
las demandas de los países europeos y fun- siglo XIX, sin señalar la balcanización, el
damentalmente Estados Unidos. Bértola y mismo inconveniente metodológico se
Ocampo, terminan aceptando nuestra de- va reiterar para el caso de Colombia, que
manda del impacto de las conflagraciones primero nos dice “(…) que presenta un
bélicas en el crecimiento, al afirmar que la proceso de contracción durante los años
Provincia de Entre Ríos mostró un fuerte de la guerra de independencia y un es-
impacto por las guerras de independen- tancamiento hasta 1850, signado por el
cia y las luchas civiles en su producción. colapso de la producción de oro del Pa-
De ser una provincia, en la colonia con 8
Semo E., Historia del capitalismo en México I. los
un stock ganadero más alto que Buenos orígenes 1521-1763, Ed Era, México, 1973.
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(P. 90). Las revoluciones sociales, han bien lo señalan los autores, en el caso de
sido efímeras, las élites se han encargado Cuba con la Guerra de los diez años 1868
de revertirlas, nos dicen por fin Bérto- y 1878, y en el caso de Brasil con im-
la y Ocampo (aunque se quedan cortos, portantes movilizaciones sociales, parti-
al no señalar todos los levantamientos cularmente con el levantamiento de Luis
desde abajo que ya señalamos). Esa vía Carlos Prestes.
Junker es la que comparten “(…) con- La acumulación originaria no solo
servadores y liberales, una visión agraris- necesita el despojo de los productores di-
ta elitista, excluyente de la participación rectos de sus medios de subsistencia, tam-
de las amplias masas populares en la vida bién es fundamental la generalización de
política y, a grandes rasgos, una visión un medio de cambio, que obtenido ahora
de escaso involucramiento del estado como producto de la venta de su fuerza
en la vida económica (p. 92). Bértola y de trabajo, garantice su subsistencia y re-
Ocampo sostienen que las tierras bajo producción. A la reflexión de Bértola y
control de las comunidades indígenas no Ocampo, que no sólo los nuevos Estados
disminuyeron (sin embargo, más adelan- nacionales se construyeron en torno a los
te, afirman lo contrario cuando señalan legados fiscales del régimen colonial, a
la disolución de los resguardos indígenas las cajas de recaudación fiscal, o simple-
(P. 131). Y, citando a T. Halperin (2008- mente se hicieran cargo de los sistemas
1969, p. 213): “(…) a mediados del siglo locales de amonedación (p. 94), hay que
XIX comienza en todas partes el asalto a agregar que fue necesario quitarle el mo-
las tierras indias (sumando en algunas nopolio financiero al clero (también se
partes al que se libra contra las eclesiás- les expropia la tierra como lo van afirmar
ticas)” (p. 13210 ). De cualquier forma, más adelante los autores (p. 131), que es-
la sensible disminución de la población taba en los montepíos, cofradías y her-
aborigen, a largo del siglo XIX, y de las mandades. Por eso es que también, esta
escasas posibilidades de movilidad social separación de la iglesia o laicización de la
con las que contaban, lo que los obligo vida económica en muchos lugares llevo
abandonar sus tierras y emigrar. La otra a enfrentamientos armados.
fuente de mano de obra provino de la fi- Este capítulo termina con la moder-
nalización de la esclavitud, que también nización de los medios de comunicación:
fue un proceso lento y violento, como geografía, tecnología y comercio, otra
función determinante del advenimiento
10
Este mismo argumento contradictorio lo re-
iteran en la página 151, cuando hablando del del capitalismo. La necesidad de unir los
aumento de las desigualdades, no dicen: “(…) espacios locales en grandes mercados na-
especialmente en las regiones donde las comu- cionales, y estos a su vez, conectarlos con
nidades indígenas fueron despojadas de sus tie-
rras y sometidas a una proletarización con fuer- la economía internacional que se estaba
tes componentes coercitivos”. formando a finales del siglo XIX. En estos
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trol de los mismos, como de los alimen- (p. 105), que tiene que ver con las inesta-
tos, no solo va acelerar nuevo reparto de bilidades políticas de Europa, sus guerras,
las zonas de influencia, desencadenando revoluciones y la necesidad de encontrar
dos violentas guerras mundiales, sino tierras fértiles, climas templados, agri-
que el resultado de las conflagraciones va cultura y ganadería rentable. Eso es lo
depender de quien se garantice el abasto que descubren los barcos “golondrinas”
de estas materias primas. cargados de campesinos italianos, espa-
ñoles y franceses, que cada año llegaban
IV. Desarrollo primario a la Argentina para las cosechas. Ahora si
exportador 1870-1929 podemos mencionar el razonamiento de
Bértola y Ocampo, en tanto que “la ex-
Son estas materias primas, antes señala- pansión de la frontera agraria productora
das, las que van a ser depender en primer de bienes de clima templado podía atraer
lugar, la disputa entre estadunidenses y mano de obra europea, a la que se paga-
europeos por controlar la extracción y ban salarios relativamente altos. Ése no
comercialización de estos bienes. Tam- fue el caso de los productos de bienes de
bién generó conflicto las IED norteame- clima tropical, que competían con Asia
ricanas en México, Centroamérica, el y África, regiones con abundancia de
Caribe y el norte de América del sur, así mano de obra que se reproducían con ba-
como las IED expresadas en la United Fruit jos niveles de vida” (p. 113). Dos elemen-
Company, la Sugar Company, la Tripical Oil tos hay que agregar a este razonamiento:
Company,13 la Stándar Oil, y las IED en pe- en primer lugar, la característica cerrada
tróleo en México, Bolivia y Venezuela, el de las economías asiáticas (Japón y Chi-
cobre en Chile y el estaño en Bolivia, el na) durante el siglo XIX y la disputa por el
caucho en Brasil. En segundo término, el nuevo reparto de África por parte de los
movimiento de población, el cual dicen europeos (Inglaterra, Francia, Alemania
Bértola y Ocampo: “América Latina ab- e Italia). En segundo término, hay que
sorbió cerca de la quinta parte de los 62 tener en cuenta el racismo que reinaba
millones de personas que emigraron de en América Latina, en donde se creía que
Europa y Asia entre 1820 y 1930” (citan- la modernidad y la industrialización sólo
do a Hatton y Williamson, 1994 y 2005) podrían darse blanqueando la población.
Son las grandes utilidades de las rentas
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Compañía responsable de las huelgas y le- diferenciales (en la formación de precios
vantamientos de sus trabajadores, por las malas
condiciones de trabajo y paupérrimos salarios, de bienes exportables), apropiadas por es-
durante la década de 1920, en las cuales destaca tas élites criollas que, ligadas a los intere-
la represión y la matanza indiscriminada, en la ses de los demandantes, concentraron sus
ciudad de Ciénaga, de más de 3 000 personas en
1928. Citado en el libro de García Márquez, G., utilidades, bloquearon y reprimieron las
Cien años de soledad, Ed Suramericana. reformas agrarias, monopolizaron el po-
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nado por gravámenes altos, señalando así Depresión. No en todos los países lati-
la prepotencia imperialista de las grandes noamericanos, solo en los que tenían an-
potencias, corresponde a lo que Argenti- tecedentes de dicho proceso, instalaron
na firmó en el Pacto Roca-Runciman. Ar- la producción de manufacturas de bienes
gentina se comprometía, en este Pacto que, antes de la crisis, se importaban.
(después llamado “de la deshonra” o “el Analizando en términos regionales,
estatuto del coloniaje”), a no aumentar pareciera que se hubiera inventado en
los aranceles. El Banco Central se crearía América Latina una política económica
con gran predominancia de funcionarios realmente novedosa, porque al aplicar
y capitales británicos. Gran Bretaña ten- los gobiernos nacionales estas recetas in-
dría el monopolio absoluto de los medios tervencionistas, nos hace pensar que se
de transporte en Argentina. Todo esto adelantaron a la publicación de la Teoría
se heredará al Pacto Eden-Malbrán, luego general de la ocupación el interés y el dinero
de que caducara el Pacto Roca-Runciman, de J.M. Keynes (1936). No obstante, las
que duró doce años, de 1933 a 1945.16 intervenciones estatales ya habían ini-
ciado desde principios de siglo, desde la
V. La ISI más radical en Rusia, la de corte nacio-
nal socialista en Alemania, hasta la de los
La ISI, que ya periodizamos anterior- estadounidenses para salir de la crisis de
mente, se lleva a cabo en las dos terceras 1929. El New Deal fue todo un ejemplo,
partes del siglo XX. No es simplemente para América Latina. Ese corporativismo
un “cambio súbito y radical en los pa- estatal es el que va a copiar el llamado
trones de desarrollo de América Latina” “nacional populismo”. Son aspectos de
(p. 181). Es el proceso de acumulación la historia mundial, que no se encuen-
de capital, el inicio de la producción de tran en Bértola y Ocampo. Para la ex-
bienes de consumo, la industrialización plicación de la primera ISI, es necesario
de “fácil aprendizaje”, como se le cali- reiterar su especificidad nacionalista, y lo
ficó posteriormente. La primera ISI que puede ser, porque se lleva a cabo en la
se pudo llevar a cabo gracias a sus an- época de entre guerras, cuando las po-
tecedentes proteccionistas e industriales tencias imperialistas definen tanto, un
de las últimas décadas del siglo XIX y las nuevo reparto mundial, como el cambio
dos primeras del XX. El cambio definiti- del centro hegemónico militar, econó-
vo del “desarrollo hacia afuera” al “de- mico y hasta financiero, de Europa a Es-
sarrollo hacia adentro” se va materializar tados Unidos.
fundamentalmente por la catástrofe que En cuanto al análisis de las causas
provocó en el comercio exterior la Gran de la crisis de 1929 en la economía de
Véase Passetti, Pedro. “Había una vez una oligar-
16 Estados Unidos, los autores no dicen
quía”. Elortiba.org nada al respecto, y pasamos a revisar las
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desde mediados de los años sesenta (…) cala nacional, y que sirviera como pla-
Como resultado de ello surgió el “mode- taforma para el desarrollo de nuevas ac-
lo mixto” que, (…) combinaba la ISI con tividades exportadoras, en particular el
la promoción de exportaciones y la inte- sector de manufacturas” (p. 201). Pero
gración regional. El modelo era también lo posible fue que (como lo confirman
“mixto” en el sentido de que promovía Bértola y Ocampo): “la ALALC enfrentó
activamente la modernización agrícola una gran oposición a la liberalización de
con instrumentos similares a los emplea- las importaciones competitivas (es decir,
dos para estimular la industrialización e aquellas en que los productos de un país
incluso con un aparato de intervención competían con los de otro país miembro.
mucho más elaborado” (p. 191). No obs- (…) El Grupo Andino encaró presiones
tante que antes ya nos habían dicho “que, similares después de su creación en 1969
hasta mediados de los años sesenta, la (…). El “pesimismo de las exportacio-
reconstrucción del comercio internacio- nes” fue también una característica de la
nal no ofreció grandes oportunidades a fase “clásica” (…) con excepción de al-
los países en desarrollo” (p. 191). Ahora gunos países (los productores de petró-
bien, sin distinguir entre lo deseable y leo) Venezuela y México, la experiencia
lo posible, nos muestran el pensamiento de las exportaciones fue decepcionante
de la CEPAL en la década de los sesenta, en la inmediata posguerra (…)” (p. 201).
cuando esta institución se volvió “críti- Sólo los países centroamericanos y algu-
ca de los excesos de la ISI y defensora de nos medianos, señalados anteriormente,
un modelo “mixto” que combinara la ISI que continuaban con el “desarrollo hacia
con la diversificación de la base exporta- afuera”, el signo de la balanza comercial
dora y la integración regional” (p. 196). fue positivo. Lo posible fue: que “una de
“La CEPAL jugó, así, un papel central en las mayores desventajas de (…) la segun-
la creación de la Asociación Latinoame- da ISI (…) fue su incapacidad para explo-
ricana de Libre Comercio (ALALC), en tar a cabalidad los beneficios del crecien-
1960 (más tarde Asociación Latinoame- te dinamismo del comercio mundial en
ricana de Integración, ALADI), el Mercado la posguerra (…) La participación en el
Común Centroamericano (MCCA) en el comercio mundial se redujo a poco más
mismo año y el Grupo Andino en 1969” de 4% a comienzos de los años setenta,
(p. 196). Lo deseable para los latinoa- unos tres puntos porcentuales menos que
mericanos, de estas propuestas, consistía en 1925-1929” (p. 221). Comercio que
en que esperaban que “la integración obviamente lo estaban ganando los paí-
impusiera cierta disciplina de mercado ses en desarrollo que estaban llevando a
a los sectores protegidos, que habían al- cabo un modelo de industrialización por
canzado altos niveles de concentración sustitución de exportaciones (ISE), espe-
industrial (e incluso monopolios) a es- cialmente los cuatro tigres asiáticos: Sin-
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países “se produjo una abierta y exitosa macroeconómico y los efectos sociales y
oposición política a la privatización de transformaciones económicas, vamos a
empresas públicas (Costa Rica y Uru- centrar la atención en la parte más frágil
guay) y en otras el proceso avanzó man- de las tres, donde nos parece que Bértola
teniendo varias de estas empresas, parti- y Ocampo hacen una presentación más
cularmente en los sectores de servicios ideológica que económica, por lo menos
públicos domiciliarios y en la produc- desde el punto de vista del desarrollo
ción petrolera y minera, e incluso en el económico latinoamericano.
caso mexicano, conservando como nor- La apertura comercial y las integra-
ma constitucional del sector petrolero. ciones liberales, siguiendo la concepción
Los autores sólo ubican entre los países del sistema mundo de I. Wallerstein, co-
agresivos en materia de privatizaciones rresponden a las transformaciones neoli-
a: Argentina, Bolivia y Perú. Sin em- berales y la conformación de los Estados
bargo, para el caso mexicano, cuatro de continente. Bértola y Ocampo sintetizan
sus bancos más grandes están en manos las reformas de esta forma: “La elimina-
de Citicorp-Citigroup (Banamex) de Es- ción de los sistemas de control de cam-
tados Unidos, BBVA (Banco Bilbao Viz- bios internacionales y la liberalización
caya Argentaria)-Bancomer, Santander- financiera interna; (…) la liberalización
Serfin de España y el HSBC Holdings Pic., de las tasas de interés, la eliminación de
de la Gran Bretaña; la banca nacional la mayoría de las formas de crédito diri-
no es más de 3%. Pemex contrata gran gido; (…) la reducción y simplificación
cantidad de servicios de producción, ex- de los encajes a las cuentas bancarias. La
tracción, refinación y comercialización privatización de un conjunto amplio de
a concesiones privadas y el gobierno ac- empresas públicas; (…) la apertura a la
tual de Enrique Peña Nieto ( PRI), está inversión privada en los sectores públicos
empeñado en sacar una reforma energé- domiciliarios; (…) la eliminación de los
tica, que le permita la legitimación de controles de precios, la simplificación de
la privatización total de los hidrocarbu- trámites y de barreras a la entrada” (p.
ros. De la misma forma Chile tiene gran 265). Esta integración bautizada por la
participación de la IED en combustibles y CEPAL como “regionalismo abierto” que,
minerales y el Banco del Estado, nunca como bien señalan los autores, entraba
lo privatizaron los militares, porque les en contraste con las versiones ortodo-
sirvió para sacar buena parte de sus re- xas que reclamaban la apertura comer-
servas y hacer millonaria a la familia del cial unilateral” (p. 267).26 Empezó pri-
dictador Pinochet. 26
Sin embargo, hay que advertir que: “La nece-
De los tres últimos puntos de este sidad de fomentar el comercio de los servicios,
capítulo: la integración creciente a la el deseo de crear un ambiente propicio para los
negocios de las empresas transnacionales de Es-
economía mundial, el comportamiento tados Unidos en los temas de protección de in-
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mero con “la creación del Mercosur en ción, abandono y verdadero ecocidio),
1991 y la revitalización simultánea de la que no en pocos casos han implicado la
Comunidad Andina de Naciones y del desaparición de empresas y ramas pro-
Mercado Común Centroamericano. Es- ductivas. Los mercados intrarregionales
tos dos acuerdos de integración regional han aumentado su peso relativo, aunque
habían experimentado un virtual colap- sujetos a fuertes fluctuaciones cíclicas, las
so a principios de los años ochenta” (p. empresas latinoamericanas más exitosas
268). “La versión de integración regio- se han regionalizado (…) las translati-
nal “neoortodoxa” corresponde bási- nas” (p. 270). No obstante que los auto-
camente al Tratado de Libre Comercio res se dan cuenta de la diferencia de los
de América del Norte: México, Estados tratados de libre comercio del norte de
Unidos y Canadá (TLCAN). Este trata- Latinoamérica, al que le llaman “patrón
do de libre comercio, que se firmó en del norte”. Pues ellos que reconocen las
1993, incluye “muchas nuevas áreas en limitaciones en el desarrollo económico
los acuerdos, que aparte de profundi- local de las maquilas, por el alto conte-
zar aquellas que ya eran parte de la OMC nido de bienes importados y la ausencia
(servicios y propiedad intelectual), in- de encadenamientos productivos tanto,
cluyeron nuevas normas de inversión y hacia atrás, como hacia adelante. En el
reglas sobre compras gubernamentales” caso del ensamble, dicen: “debe tener-
(p. 268). Sin embargo, no podemos ver se en cuenta que la actividad productiva
como iguales las integraciones impul- que se realiza tiene un contenido tecno-
sadas desde Washington, que las que se lógico simple (…) cuando se ensamblan
promueven en América de Sur. La res- en zonas francas (…) el proceso produc-
puesta de integraciones “posliberales” tivo tiene muchas veces el carácter de un
a las integraciones regionales “abier- verdadero “enclave”” (p. 274). En cuan-
tas” del neoliberalismo, son el producto to a la IED, dicen que “experimentó un
de su fracaso, en materia de desarrollo aumento notable en los años noventa y
económico, en toda la región. Bértola alcanzó su máximo nivel, en términos
y Ocampo paradójicamente lo recono- de transferencias netas de recursos, entre
cen: “Las industrias manufactureras y mediados de dicha década y los prime-
sectores agropecuarios afectados por la ros años del siglo XXI”(p. 281) (…)“una
apertura han experimentado un fuerte parte importante de esta IED se involucró
proceso de restructuración (deforesta- en la adquisición de empresas existentes,
versiones y de propiedad intelectual, las razones tanto estatales, que así se privatizaban,
geopolíticas y de seguridad se encuentran detrás como, crecientemente, privadas, den-
de este cambio de actitud de Estados Unidos tro de un proceso mundial de fusiones y
hacia el regionalismo” (Hilaire y Yang, 2003;
Briceño Ruiz, 2007, citado por Gutiérrez Ale- adquisiciones. Esto implica que su con-
jandro (2012)). tribución a la acumulación de activos
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en 2000; 3.55 en 2006 y 3.39 en 2011. que permita generar empleos y desa-
El precio de la canasta básica aumentó rrollar la infraestructura necesaria, para
257%, en los veinte años del TLCAN. detener las corrientes migratorias hacia
Se asiste a una devastación medioam- el norte, aproximar la producción de
biental que está terminando con los re- hidrocarburos y el producto de las ma-
cursos naturales por el abuso de los agro- quilas a los grandes mercados del TLCAN
químicos. Se están sobreexplotando los (1994)31. En lo que concierne al sur de
mantos acuíferos. En pocas palabras, de México, se pretende crear las condicio-
los 196 millones de hectáreas con que nes económicas para que los campesinos,
cuenta México, 64% están degradadas las comunidades étnicas y la población
por la erosión hídrica y eólica. La OCDE en su conjunto puedan enrolarse en los
acaba de señalar que México es el país trabajos de las nuevas industrias (petró-
de esa organización que más pierde bos- leo, turismo, monocultivos, selección y
ques, con una devastación de 155 mil clasificación de la diversidad biológica y
hectáreas de vegetación tan sólo entre las maquilas).
2005 y 2010”. Se olvidaron también, Bértola y
México no ingresó al primer mun- Ocampo, de La Comunidad del Cari-
do, tampoco disminuyó la emigración be (Caricom). Reestructurado con el
de los campesinos hacia Estados Unidos, Mercado Económico Común, creado en
desaparecieron los precios de garantía 2006, los estados o territorios del Ca-
y no hay un crecimiento espectacular. ricom/CSME empiezan un proceso con
Como se le prometió al país, el primero miras a obtener, en un periodo de tres
de enero de 1994, cuando entro en vigor años, la total libertad de movilidad la-
el TLCAN. boral. Por otra parte, algunos territorios
Bértola y Ocampo, se olvidaron permanecen fuera de estos procesos de
del “Plan Puebla Panamá” ( PPP), “Plan integración regional. De esta manera, los
Mérida” o “Iniciativa Mesoamericana”. departamentos franceses de la Martini-
Este plan PPP, diseñado por el Gobier- ca, Guadalupe y Guyana están más uni-
no mexicano (2001), pretende la “mo- dos a Francia y al Mercado de la Unión
dernización” económica tanto, de los Europea que a sus vecinos. Algunos de
nueve estados del sur de México29 como estos países (Centroamericanos y del Ca-
de crear un “corredor comercial” con ribe), sólo son señalados (por Bértola y
las siete repúblicas centroamericanas30, 31
México ha firmado tratados de libre comer-
29
Lo que comprende los estados de Puebla, cio, previamente, con los siguientes países cen-
Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Oaxaca, Chiapas, troamericanos: Costa Rica (firmado en 1995),
Tabasco, Campeche y Yucatán. con Nicaragua (firmado en 1998), así como
30
Guatemala, El Salvador, Belice, Nicaragua, con el “Triángulo del Norte”, compuesto por
Honduras, Costa Rica y Panamá (También se El Salvador, Honduras y Guatemala (signado a
contempla Colombia). partir de marzo del 2001).
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