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Reseña

“Historia o Ideología,
un transcendental sin sujeto”
A propósito del libro de L. Bértola y J. A. Ocampo,
El Desarrollo Económico de América Latina desde la
independencia, México, FCE 2013
Rodolfo Iván González Molina
A la memoria de Paulo Scheinvar Akcelrad:
Académico, colega y amigo ficamos nuestra acumulación originaria,
pues no es suficiente con mostrar el pro-
ceso, también hay que señalar los autores
I. Introducción y ejecutores de esta génesis socio eco-
nómica del capitalismo en la región; 3.
Abordamos la lectura de este libro con el Criticamos la presentación de los datos
entusiasmo de aprender nuevos enfoques estadísticos de largo plazo en el siglo XIX
o detalles de la historia económica de y su incongruencia por la inexistencia de
América Latina, con la necesidad de eva- repúblicas en la época; y 4. Incluimos la
luar tanto la forma de cuantificar y orde- delimitación geográfica de las naciones
nar las estadísticas de la región, como de Latinoamericanas, en el contexto de la
verificar la información cualitativa del confrontación de los expansionismos an-
análisis del pasado latinoamericano. glo europeos y estadounidense.
La presentación de esta lectura críti- En tercer lugar, la concepción del
ca esta ordenada de la siguiente manera: “sistema mundo” en la formación de los
En primer lugar, abordamos los con- Estados nación, que corresponde al siglo
junio s 2016

ceptos novedosos que proponen Bértola XX. Analizaremos el cambio del desarro-
julio --Agosto

y Ocampo: Globalización, industriali- llo hacia afuera a los procesos de indus-


zación dirigida por el Estado, modelo trialización internos; aquí también son
mixto, reformas de mercado, la perio- cuatro elementos los que cuestionamos:
399 mayo

dización regional y la hipótesis central 1. El nacional populismo, la Industriali-


convergencia truncada y volatilidad, po- zación por sustitución de importaciones
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breza y distribución del ingreso. (ISI) y el modelo mixto; 2. El fracaso de


En segundo lugar, en el momento la segunda ISI y la causa de la década per-
histórico de la formación de la ciuda- dida; 3. La pobreza como concepto úni-
des Estado, valoramos cuatro aspectos: co en el tiempo largo, distribución del
1. ¿Cómo son presentados los procesos ingreso y convergencias truncadas; y 4.
de independencia en América Latina?, Los conflictos de la década de los ochen-
¿Cómo se resolvió el conflicto intercla- ta, la violencia y el narcotráfico.
sista y quien hegemonizó la revolución Finalmente, en la conformación de
de independencia?; 2. Definimos y cali- los Estados Continente, centramos la

Profesor Titular “A” de T. C. de la Facultad de Economía de la UNAM.


Este trabajo se efectuó con apoyo de la DGAPA-UNAM, durante mi año sabático en el IHEAL de la
88 Sorbonne Nouvelle-París III. 2013-2014.
Rodolfo Iván González Molina

atención en el neoliberalismo como po- el tratamiento, primero de los cálculos


lítica económica hegemónica en Améri- estadísticos, después en la conceptua-
ca Latina, las integraciones abiertas y las lización utilizada y en la periodización
posliberales, la pobreza y las inmigracio- propuesta. En cuanto al primer aspecto
nes. Terminamos esta reflexión crítica es curioso un cálculo del PIB per cápita
con una conclusión del trabajo de Bér- desde 1500 a 2008 en dólares interna-
tola y Ocampo. cionales de 1990, (con la fuente en los
trabajos de Maddison).
II. Desarrollo de En el año 1500 era muy poco lo que
una lectura crítica se había conquistado del territorio ame-
ricano, entonces, ¿de dónde salen las ci-
El presente libro recomendado por las fras de esos primeros años del siglo XVI?
mayores instituciones universitarias a Un cálculo que naturalmente no sólo nos
nivel internacional tales como la Uni- dice muy poco por la heterogeneidad del
versidad de Harvard, de Oxford, de Co- mundo con el que se compara América
lumbia y por el prestigioso Colegio de Latina, sino que además llama la atención
México, parece intocable e incuestiona- la ausencia de una metodología que ex-
ble. Una obra monumental y apabullante plique el reparto del ingreso en socieda-
en el manejo estadístico impecable, que des en donde se está gestando un proceso
naturalmente está respaldado por la Co- colonial que convertirá a los nuevos vi-
misión Económica para América Latina y rreinatos en economías agrícolas y mi-
el Caribe (CEPAL), dado que José Antonio nero exportadoras, sin relaciones sociales
Ocampo fue su director y naturalmente salariales, por lo menos hasta el último
contó con el apoyo de todo el equipo de cuarto del siglo XIX. Además de que el
economistas e ingenieros a su disposición concepto del PIB/per cápita los mismos
para realizar estos cálculos. La colabo- autores lo cuestionaran más adelante, ci-
ración del Historiador económico Luis tando a A. Sen, para sustituirlo por el ín-
Bértola, consultor de la CEPAL, del Ban- dice de desarrollo humano (IDH) (p. 50).
co Interamoericano de Desarrollo ( BID) y En cuanto a la conceptualización y la
otras instituciones internacionales, con- periodización, cuando definen la etapas
vierten a este libro en una lectura obliga- del desarrollo latinoamericano, señalan
da para cualquier profesor del tema en las un primer período desde la indepen-
universidades latinoamericanas. dencia 1810 hasta lo que llaman primera
Los autores, en cinco capítulos y 332 “globalización”1 en 1870. Cuando la ma-
páginas presentan la historia de doscien- 1
Véase mi artículo: “El desarrollo económico
tos años del desarrollo económico lati- de América Latina y las integraciones regionales
noamericano. El primer capítulo mues- del siglo XXI”, en revista Ecos de Economía núm.
35, 2012. Medellín Colombia. Trabajo en don-
tra inmediatamente las novedades en de hago una crítica al uso de la “globalización”,

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yoría de los autores han señalado la tercera las formas de trabajo compulsivo: enco-
última década del siglo XIX como el inicio miendas, mitas, repartimientos, esclavi-
del “liberalismo”2, el “desarrollo hacia tud, peones acasillados, obrajes y jorna-
afuera”, o la primera inserción a la eco- leros, para dar lugar en el último cuarto
nomía mundial que, naturalmente, son del siglo XIX a la relación salarial.
conceptos más precisos por su generaliza- De los grandes hitos (1810-1910) la-
ción en la historiografía latinoamericana tinoamericanos sólo se toma en cuenta
que los convierten en un lugar común, 1810, como el límite inferior en donde se
de fácil comprensión. En cuanto a la uti- empiezan a formar los estados-Nación y
lización del concepto de “globalización”, se lleva hasta 1913, pero ¿No es más cla-
para esa época, es inapropiado, pues res- ro definirla como nuestra acumulación
ponde a un patrón de acumulación de fi- originaria y situarla por los años 1810 a
nales del siglo XX, con la finalización de la 1910, con dos revoluciones que convul-
“guerra fría”, o lo que definió Fukuyama sionaron la historia regional y mundial: la
como el “fin de la historia”. independencia y la revolución mexicana?
Es la época del “imperialismo clási- En la segunda etapa, vuelven a pre-
co” para los llamados países desarrolla- sentar un nuevo concepto: “industriali-
dos, que ni siquiera señalan los autores, zación dirigida por el Estado”, sustitu-
porque buena parte de su historia econó- yendo lo que en la literatura de la historia
mica regional aparece desvinculada de la económica latinoamericana se conoce
historia mundial. como “la industrialización por sustitu-
Los períodos están propuestos por ción de importaciones” (ISI). El concepto
tasas de crecimiento y no por regulari- en realidad, como asegura Bértola, fue
dades en la producción,3 por eso no se introducido por Cárdenas, Ocampo y
dice nada de lo que conocemos como Thorp en un trabajo del 2003. El argu-
“acumulación originaria” o la génesis mento central, para justificar el cambio
del capitalismo. Se argumenta, acerca del de nombre del concepto, responde a la
proceso sin calificarlo. Porque se mues- ampliación significativa de las esferas del
tra la formación del mercado interno de Estado en la vida económica y social.
fuerza de trabajo, o la desaparición de Lo mismo ocurrió en América Lati-
proponiendo no confundir los antecedentes de na, que ya desde antes de la crisis de 1929
un mundo global con el desarrollo del capitalis- había iniciado procesos de industrializa-
mo en la región. ción, trayendo la modernidad, como se
2
Véase la literatura clásica al respecto, Halperin
Donghi. T., Bulmer Thomas, V., Cardoso Eliana decía en la época. El ferrocarril, los telé-
y Ann Helwege, Cardoso, C y Pérez Brignoli, grafos y la industria textil, fueron impul-
Carmagnani, M., Tavares, M. Da C, Furtado, C. sados por los estados, y fue la base fun-
3
Véase González R. I. (1988), “El problema de la
periodización en la historia económica de América La- damental para el desarrollo de la primera
tina”. Investigación Económica, FE-UNAM. p. 184. ISI, la producción de bienes de consumo.

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Bértola y Ocampo terminan la ter- “ultraliberales”, aunque el Estado man-


cera etapa con la segunda ISI, dado que tiene una gran participación no sólo en
la primera ISI o segunda etapa, abarca las economías en lo individual, sino en
desde las primeras décadas del siglo XX toda la Unión Europea. Los ingleses y
hasta 1945-1959 (incluyo el año 1959 los estadounidenses, con las reformas
para terminar esta etapa con otro hito de que iniciaron Margaret Thatcher y Ro-
la historia regional: la revolución cuba- nald Reagan, oficializaron el neolibe-
na), con lo cual estamos absolutamente ralismo con la implementación de las
de acuerdo.4 La segunda ISI cubre entre políticas económicas recomendadas por
el final de la guerra y 1980, para los au- la escuela de Chicago, pero, ¿Por qué
tores. ¿Porque no hacer énfasis en el 11 cambiarle el nombre ahora?, ¿Será que el
de septiembre del año de 1973, como desprestigio de estas reformas, que han
un gran ruptura en la historia latinoa- provocado grandes crisis y son la causa
mericana que fue marcada por el golpe del desempleo y la agudización de la po-
de Estado a Salvador Allende en Chile e breza a nivel mundial, con un cambio de
inició, con asesoría de los Chicago Boys, nombre podrán ser mejor vistas en Amé-
la apertura de la primera economía lati- rica Latina?
noamericana y la entrada del neolibera- La hipótesis central, que caracteri-
lismo en la región? ¿O el año de 1982, za el desarrollo económico de América
cuando México se declara en moratoria Latina para Ocampo y Bértola, se define
y es obligado a llevar a cabo los ajustes de como: “Convergencias truncadas y vola-
primera generación recomendados por el tilidad”. Esta hipótesis tiene que ver con
Fondo Monetario Internacional (FMI) y los llamados “milagros económicos” de
el Banco Mundial? la segunda ISI, en particular en los paí-
El último concepto novedoso co- ses grandes Brasil y México, en menor
rresponde a las “reformas de mercado”, medida en Argentina, Chile, Colombia
en lugar del ya conocido y desprestigia- y Uruguay. No obstante, nos dicen los
do “neoliberalismo”. Los autores afir- autores que también se produce una alta
man: “que no resulta el más apropiado volatilidad en dicho crecimiento…” que
para calificar las “reformas”, ya que és- se debe a los ciclos del comercio interna-
tas mantuvieron grados de intervención cional, a los ciclos industriales, a los mo-
estatal que resultan antagónicos con las vimientos demográficos y las migracio-
ideas del pensamiento económico más nes internacionales” (p. 32). El problema
ortodoxo. Sin embrago, en Europa con- de la volatilidad se debe, según los auto-
temporánea a esas reformas le llaman res, a la inserción de América Latina en el
mercado internacional, principalmente
4
Véase González R.I., La crisis de los años treinta
e impacto en América Latina, Ed. Facultad de Eco- en recursos naturales, los cuales han es-
nomía, UNAM, 2012. tado expuestos a cambios bruscos, tanto

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de oferta como de demanda, y han mos- nes a la conformación del mercado de


trado una volatilidad de precios muy alta fuerza de trabajo; y 5. El tamaño de los
(p. 33). Primero, esta alta concentración países. En cuanto al primer aspecto, la
del comercio exterior en pocos bienes ha conquista de América y la colonización,
sido la causa de las crisis de balanza de respondió al grado de marginación y li-
pagos y de deuda. Luego, en los años de mitación comercial a la que estaba so-
la llamada década perdida, se le suma las metida la península Ibérica, por el alto
crisis bancarias y la inflación. Bértola y grado de monopolio de las ciudades Es-
Ocampo afirman: “Las crisis se producen tado de Florencia, Génova, Venecia y
por fuertes caídas de las exportaciones Estambul (La economía mundo del siglo
en medio de coyunturas internacionales XV, definida así por F. Braudel), no por-
críticas (1873, 1890, 1913, 1929, 1973, que fueran mercantilistas. En todo caso,
1979, 1997, 2008), que generaron fuertes la disputa de las escuelas mercantilista y
deterioros de los precios de producción fisiócrata fue entre Inglaterra y Francia.
básicos y se traducen, a su vez, en saldos Hay que recordar que, por más de nue-
negativos de las balanzas comerciales” (p. ve siglos, España era una serie de feudos
37). Más adelante agregan: “En las últi- en conflicto contra la ocupación árabe y
mas décadas del siglo XX, a pesar de los judía. Finalmente, la unión conyugal de
procesos de diversificación de las expor- los reyes de Castilla y Aragón, son los
taciones, la mayoría de los países conti- que permiten la expulsión de los inva-
nuó dependiendo de las exportaciones de sores y el financiamiento de Cristóbal
productos básicos y manufacturas basadas Colón para su primer viaje a finales del
en recursos naturales” (p. 38). siglo XV. La búsqueda de una nueva ruta
para llegar a la India, ya la habían inicia-
III. La Historia Económica do los portugueses, bordeando las costas
de las jóvenes repúblicas africanas y llegando hasta Cabo Verde a
independientes 1810-1870 mediados del siglo XV. El tipo de colonia
se dio por la cantidad de oro y plata en-
Para el análisis de este capítulo, es nece- contrada, la cantidad de población nativa
sario volver a lo planteado previamente disponible para extraerla y la proximi-
como: “Una tipología de los países la- dad con la península ibérica. La conquis-
tinoamericanos”. Según los autores, es ta por medio de la guerra, la esclavitud
importante tener en cuenta: 1. El tipo y el sometimiento militar por parte los
de colonia; 2. El tipo de mercado al que conquistadores, diezmó sensiblemente la
se vincula cada sociedad; 3. El tipo de población indígena del Caribe.
producto prevaleciente, en particular en En cuanto a los puntos 2 y 3, antes
la actividad exportadora; 4. El criterio señalados: los “tipos de mercados y pro-
estructurador de las diferentes transicio- ductos”, tienen que ver con el desenvolvi-

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miento del proceso mismo de la conquis- tes, herramientas y hasta el vino; para no
ta, en la medida que el oro de aluvión, el tener competencia de sus colonias. Este
oro de los ríos, se acaba; hay que buscarlo tipo de orden colonial fue muy rígido y
en el continente y termina así la fase de su desobediencia llevó a la expulsión de
nomadismo de los peninsulares, dando los jesuitas en el siglo XVIII y otra serie
lugar al sedentarismo colonial del siglo de penalidades menores, pero no menos
XVII, a partir de 1640, con el surgimien- importantes, para postergar el desarrollo
to de la Hacienda, de una nueva raza (el industrial en América Latina.
mestizo) y hasta con la nacionalización de En cuanto a la formación del merca-
la religión católica, con la aparición de la do interno de fuerza de trabajo y en par-
virgen de Guadalupe en la Nueva Espa- ticular la relación salarial, es importante
ña. Por esta época se presentan las grandes señalar la destrucción de la comunidad
inundaciones de la ciudad de México, lo indígena desde la conquista, obviamente
que obliga a los conquistadores a la pro- donde se encontraron las civilizaciones
fundización de la frontera agrícola, tanto prehispánicas más grandes, que pasaron
por sus expediciones y fundación de ciu- primero por trabajo compulsivo; luego,
dades al norte de la Nueva España, como igual que a la población de origen afri-
el impulso de la colonización y el esta- cano, se les ofreció la libertad siempre y
blecimiento de los virreinatos de América cuando se peleará del lado de los indepen-
del Sur; el Alto Perú (1524),5 la Nueva dentistas, proceso lento y contradictorio,
Granada (1717-1723), y el Río de la Plata pues los españoles también los van a usar
(1776-1777). La producción agrícola tie- para sumarlos a las fuerzas realistas.6
ne que ver con la fertilidad de las tierras, Por otro lado, es necesario señalar las
la cantidad de agua y el clima. Pero tam- grandes batallas entre liberales y conser-
bién con las tradiciones gastronómicas de vadores, o entre federales y centralistas,
los nativos y la posibilidad de abasteci- los primeros, interesados en reformas
miento, desde la península, de las deman- agrarias al estilo jacobino francés y, los
das de los conquistadores. La península segundos que, en una tradición conser-
Ibérica cuido mucho la oferta de bienes vadora, unidos al clero y la gran propie-
manufacturados, aperos de labranza, acei- dad terrateniente, buscaron legitimar
5
Durante más de doscientos años formaron par- sus privilegios restituyeron buena parte
te de este virreinato: el Istmo de Panamá, Ar- de las relaciones laborales compulsivas.
gentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Cuba y Brasil, por ejemplo, mantuvieron
Chile, Ecuador, Perú, toda la región oeste y sur
de Brasil. Venezuela formaba parte de la Nueva la esclavitud hasta finales del siglo XIX y
España. El Virreinato del Río de la Plata estuvo principios del XX y, en Mesoamérica, las
conformado por Argentina, Uruguay, Paraguay, haciendas perduraron hasta el siglo XX.
Bolivia y parte sur de Brasil, del norte de Chile
y sureste del Perú, además, de las hoy disputadas, 6
Véase John Lynch., Las Revoluciones hispanoa-
Islas Malvinas. mericanas 1808-1826, Ed. Ariel, Barcelona, 2008.

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La modernización de las relaciones que determinar fuertemente el contexto


sociales de producción fue un proceso de la independencia latinoamericana”(p.
violento en toda América Latina. Lo 68), pues los autores se olvidan de se-
mismo podemos decir del tamaño de ñalar la Revolución Francesa de 1789, y,
las actuales repúblicas latinoamericanas, aunque la independencia de las trece co-
que no estuvo ajena a los expansionismos lonias fue en 1776, el contacto de Haití
europeos por un lado y estadounidense, era fundamentalmente con Francia. Por
por el otro. Lo anterior es el resultado eso la influencia jacobina de François
de la correlación de fuerzas entre los Dominique Toussaint Louverture y de
imperialismo de la época, que impulsan Jean Jacques Dessalines, los llevó a pelear
un nuevo reparto del mundo en aras de por la libertad de los esclavos y la refor-
controlar la extracción de materias pri- ma agraria, no sólo por la independencia
mas estratégicas, el petróleo y el caucho de Francia, que obtienen en 1804.
para la Segunda Revolución Industrial Las causas externas de la indepen-
con sede en Estados Unidos.7 dencia, como las reformas borbónicas,
Regresando al punto inicial, o lo administrativas y pombalinas de la se-
que da paso a nuestra “acumulación ori- gunda mitad del siglo XVIII, como la
ginaria”, tenemos que contradecir otra misma invasión francesa en la península
vez a Bértola y Ocampo, cuando dicen Ibérica (1808), que generaron un vacío
que fue la ”independencia de las trece de poder en América Latina, constitu-
colonias de Norteamérica, la que consti- yeron la “gota de agua” que derramó el
tuyó un antecedente decisivo que habría vaso lleno de contradicciones internas
que se fueron fraguando en las últimas
7
Efectivamente” (…) el uso del hierro, el uso de
la energía hidráulica y la construcción de canales
décadas del siglo XVIII. “el carácter arbi-
fueron las tecnologías de la revolución industrial trario de los regímenes coloniales, la dis-
de finales del siglo XVIII”, dicen Bétola y Ocam- crecionalidad de las autoridades y el alto
po. Podemos precisar: entre los años: 1760-1780
nivel de corrupción (…), acompañados
(véase E. Hobsbawn, En torno a los orígenes de la
revolución industrial. Ed. Siglo XXI, 2009), también de la persistencia de la esclavitud y el sis-
para esta Primera Revolución Industrial hay tema de castas” (p. 70). También “(…)
que incluir: la industria textil, la máquina de va-
el ciclo de guerras europeas, esta ma-
por y los ferrocarriles en Inglaterra. Después, a
mediados del siglo XIX, se generalizarían en el yor capacidad de extracción de recursos
continente europeo. Sin embargo, no estamos de desde las colonias se transformó en una
acuerdo con lo que caracterizan como “un nue- voracidad fiscal para el mantenimiento
vo paradigma” hacia finales del siglo XIX (p. 67),
pues esto corresponde a la Segunda Revolución de la actividad militar, quedando subor-
Industrial, con sede en Estados Unidos (princi- dinada a ello toda la política colonial”
palmente), el uso del acero para el transporte, la (p. 71). Compartimos el hecho de que
ingeniería pesada y sobre todo la electricidad, la
máquina de carburación, los motores embobina- “la creciente masa de mestizos quedaba
dos, la industria automovilística y la aeronáutica. sin derecho real a la propiedad de la tie-

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rra y la educación, y sin acceso a ningún una independencia dirigida por fuerzas
mecanismo de participación política, a lo eminentemente conservadoras. Élites li-
que se agregaba la desigualdad jurídica gadas a la gran propiedad territorial, a la
que enfrentaban indígenas y esclavos” extracción de minerales y el comercio,
(p. 71). Sin embargo, el argumento no que impedirán tanto, cualquier intento
explica las contradicciones generadas en- de integración, como la participación de
tre criollos, esclavos e indígenas; pues los los sectores populares en las decisiones
altos costos fiscales a los mestizos, fueron políticas, la educación y la simple mo-
cobrados también a los sectores sociales vilidad social “(…) quedando, como fi-
de la base de la pirámide social, con tra- nalmente afirma Bértola y Ocampo, la
bajos forzados, tributos e impuestos que enseñanza (…) limitada a la élite blanca,
empeoraron sus condiciones de super- que a su vez tenía pleno control de las
vivencia. Por esta ausencia en el análi- instancias de decisión política” (p. 72).
sis sólo, Bértola y Ocampo, contemplan “Este conjunto de instituciones que blo-
las revoluciones de independencia desde queaban el desarrollo económico se vio
arriba. No aparecen los levantamientos además fortalecido por las políticas de
de Túpac Amaru en el alto Perú, solici- pureza de sangre y el sectarismo religio-
tando las tierras indígenas usurpadas, la so (…)” (p. 72).
utilización de los indios por parte de los Este capítulo continúa con una eva-
realistas, para combatir a los rebeldes. Al luación del desempeño económico de las
respecto, Bértola y Ocampo sólo señalan jóvenes repúblicas latinoamericanas. Para
que: “la lucha por la independencia no lo cual Bértola y Ocampo van a centrar
estuvo siempre acompañada por la revo- la atención en lo que conocemos como la
lución social y, cuando lo fue, el éxito acumulación originaria, o la génesis del
de la última fue revertido, muy pronto, capitalismo, lo hacen de manera implícita,
como el levantamiento de Hidalgo en porque ni siquiera hablan del concepto,
México y la revolución artiguista” (p. pero lo explican con lujo de detalles, con
92), sin decirnos las causas y menos los algunos problemas metodológicos. Em-
protagonistas que infligieron la derrota. piezan analizando la población, después la
Bértola y Ocampo dejan a un lado exportaciones, el PIB y la producción para
las invasiones inglesas a Buenos Aires de el mercado interno, las turbulencias ins-
1806-1807, el papel de Santiago Antonio titucionales continuidad y cambio, refor-
de María de Liniers, en la expulsión de mas liberales, la abolición de la esclavitud
los británicos y la defensa que encabeza y terminan con la geografía, tecnología y
Francisco Javier Elio de la Banda Orien- comercio. En cuanto al análisis demográ-
tal; tanto del expansionismo argentino, fico que va de 1820 a 1870, se hace énfasis
del lusitano-portugués, como del inglés. en que “el grupo de las regiones de nuevo
Son estas características las que definirán asentamiento Argentina y Uruguay son

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los países que muestran un crecimiento Aires, pierde este liderazgo en relación
demográfico mayor.” (p. 77). Sin embra- con Buenos Aires. Sólo a partir de la dé-
go, hay que decir que para la segunda dé- cada de los treinta del siglo XIX, empieza
cada del siglo XIX, todavía existía La Gran a recuperar su producción, sin alcanzar los
Colombia, no se había separado Ecuador niveles de la colonia. De la misma forma
ni Venezuela, y mucho menos Panamá de en el caso de Perú, donde la minería de la
lo que hoy se conoce como Colombia. plata era muy importante en las ventas al
Entonces, ¿por qué aparecen los datos se- exterior, por los conflictos y guerras, “se
parados? Ahora bien, si no se incluyen en mantuvieron estancadas hasta entrados los
estos tres cuartos de siglo la guerras, la baja años cuarenta del siglo XIX, a pesar de la
esperanza de vida, la mortalidad infantil y diversificación del algodón, la lana y el sa-
materna de la época, los concordatos con litre, previo al boom del guano” (p. 85), y
el clero y la tradición católica que impide la Guerra del Pacífico, antes señalada. Por
el control de vientres por parte de las mu- esto es que la hacienda se volvió mucho
jeres o la interrupción del embarazo (hasta más autárquica. Proceso de diástole y sís-
el presente), poco podemos entender del tole, explicado por Enrique Semo,8 para
movimiento poblacional en la región. De el caso de México, diástole cuando la mi-
la misma forma las exportaciones de la re- nería crece y la hacienda le aprovisiona de
gión, en estos tres cuartos del siglo XIX (de mano de obra, alimentos, herramientas
1800 a 1870), no se entienden sin tener en y ganado caballar, mular y vacuno. Sís-
cuenta previamente las balcanizaciones a tole, cuando entra en crisis la minería la
las que fueron sometidas las recientes re- hacienda se hace autárquica y eso la hace
públicas y naturalmente las guerras civiles fuerte y perdurable, no sólo en la colonia,
e internacionales entorpecían la continui- sino a todo lo largo del siglo XIX.
dad del comercio con el exterior. Los ex- De la misma manera Bértola y
celentes resultados de las exportaciones se Ocampo, continúan señalando el estan-
dan fundamentalmente en el último tercio camiento del crecimiento económico de
del siglo XIX, con el fuerte incremento de México en los primeros sesenta años del
las demandas de los países europeos y fun- siglo XIX, sin señalar la balcanización, el
damentalmente Estados Unidos. Bértola y mismo inconveniente metodológico se
Ocampo, terminan aceptando nuestra de- va reiterar para el caso de Colombia, que
manda del impacto de las conflagraciones primero nos dice “(…) que presenta un
bélicas en el crecimiento, al afirmar que la proceso de contracción durante los años
Provincia de Entre Ríos mostró un fuerte de la guerra de independencia y un es-
impacto por las guerras de independen- tancamiento hasta 1850, signado por el
cia y las luchas civiles en su producción. colapso de la producción de oro del Pa-
De ser una provincia, en la colonia con 8
Semo E., Historia del capitalismo en México I. los
un stock ganadero más alto que Buenos orígenes 1521-1763, Ed Era, México, 1973.

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Rodolfo Iván González Molina

cífico, basado en la esclavitud, pero tam- La acumulación originaria en Amé-


bién por las crisis del principal puerto rica Latina, como expresión del antece-
colonial, Cartagena, y de la región arte- dente del capitalismo, necesita delimitar
sanal de Santander” (p. 88). Continúan las fronteras nacionales y este proceso se
los autores con la descripción de los ci- da por el resultado de la correlación de
clos y volatilidades de las nuevas expor- fuerzas entre las élites locales y el impe-
taciones como “el tabaco, el algodón, el rialismo de finales del siglo XIX. Estados
añil, la quina y otros productos foresta- Unidos se expande, no sólo adquiriendo
les, y gradualmente el café” (p. 88). Des- la Luisiana por un precio irrisorio a los
pués, en la página siguiente (89), cuando franceses (en plena revolución del siglo
los autores analizan la turbulenta conso- XVIII), o comprando de manera coerciti-
lidación de los estados, citando a Irigoin va a los españoles la Florida, sino arreba-
(2009), se va tratar de enmendar el error tándole a los mexicanos más de la mitad
metodológico, pues este autor nos dice de su país, luego anexando Puerto Rico
que: “Es riesgoso pensar la historia de y comprando a los Rusos, también en
las primeras décadas de la vida indepen- una ganga, Alaska.
diente como la historia de las repúblicas Las élites conservadoras latinoame-
de hoy. Hasta 1860 no existía la actual ricanas, se encargan de llevar a cabo
República Argentina en el década de una acumulación originaria por la vía
los setenta del siglo XIX aún no existía “Junker”, desde arriba, sin reformas
moneda nacional. La Gran Colombia se agrarias, ni la participación de los sec-
creó en 1821, pero se dividió (como ya tores medios (buena parte compuesta de
señalamos), en 1830 en tres países: Co- mestizos y criollos) y menos los popula-
lombia, Ecuador y Venezuela; Panamá se res (mulatos, negros, zambos e indios).
separaría en 1903.9 Por este motivo es que Bértola y Ocam-
9
El tratado Thomson-Urrutia de abril de 1914, po citan Dye (2006) que afirma que
se firma en 1921 y se reconoce por el territorio “(…) la violencia y la inestabilidad son
robado lo siguiente: El derecho de Colombia de rasgos que representan, antes que una
transportar tropas, buques y materiales de guerra
sin pagar peaje por el Canal de Panamá. Se le transición a un nuevo orden, un rasgo
pagó a Colombia la suma de 25 millones de dó- estructural de estas sociedades (…) que
lares, en indemnización por la “separación” de las reformas profundas (…) siempre han
Panamá. El reconocimiento por parte de Co-
lombia y la fijación de límites fronterizos con
sido bloqueadas y limitadas por las élites”
Panamá de conformidad con lo indicado en su nombre. Al aprobarse dicho tratado, Panamá
la Ley colombiana del 9 de junio de 1855. La protestó y no reconoció esos límites en vista de
exoneración de todo impuesto y derecho a los que ninguno de los dos países firmantes podían
productos agropecuarios y de la industria co- obligarla a cumplirlo. Los límites fueron deter-
lombiana que pasen por el Canal, así como el minados por el tratado Victoria Vélez, del 20 de
correo. Panamá no tuvo ninguna participación agosto de 1924 y son los mismos límites que fijó
en la negociación del tratado, ni tampoco le dio la Ley de 1855 (Véase: banrepcultural.org El Tra-
el derecho a Estados Unidos para que actuara en tado Thomson-Urrutia, Morales de Gómez Teresa.)

97
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

(P. 90). Las revoluciones sociales, han bien lo señalan los autores, en el caso de
sido efímeras, las élites se han encargado Cuba con la Guerra de los diez años 1868
de revertirlas, nos dicen por fin Bérto- y 1878, y en el caso de Brasil con im-
la y Ocampo (aunque se quedan cortos, portantes movilizaciones sociales, parti-
al no señalar todos los levantamientos cularmente con el levantamiento de Luis
desde abajo que ya señalamos). Esa vía Carlos Prestes.
Junker es la que comparten “(…) con- La acumulación originaria no solo
servadores y liberales, una visión agraris- necesita el despojo de los productores di-
ta elitista, excluyente de la participación rectos de sus medios de subsistencia, tam-
de las amplias masas populares en la vida bién es fundamental la generalización de
política y, a grandes rasgos, una visión un medio de cambio, que obtenido ahora
de escaso involucramiento del estado como producto de la venta de su fuerza
en la vida económica (p. 92). Bértola y de trabajo, garantice su subsistencia y re-
Ocampo sostienen que las tierras bajo producción. A la reflexión de Bértola y
control de las comunidades indígenas no Ocampo, que no sólo los nuevos Estados
disminuyeron (sin embargo, más adelan- nacionales se construyeron en torno a los
te, afirman lo contrario cuando señalan legados fiscales del régimen colonial, a
la disolución de los resguardos indígenas las cajas de recaudación fiscal, o simple-
(P. 131). Y, citando a T. Halperin (2008- mente se hicieran cargo de los sistemas
1969, p. 213): “(…) a mediados del siglo locales de amonedación (p. 94), hay que
XIX comienza en todas partes el asalto a agregar que fue necesario quitarle el mo-
las tierras indias (sumando en algunas nopolio financiero al clero (también se
partes al que se libra contra las eclesiás- les expropia la tierra como lo van afirmar
ticas)” (p. 13210 ). De cualquier forma, más adelante los autores (p. 131), que es-
la sensible disminución de la población taba en los montepíos, cofradías y her-
aborigen, a largo del siglo XIX, y de las mandades. Por eso es que también, esta
escasas posibilidades de movilidad social separación de la iglesia o laicización de la
con las que contaban, lo que los obligo vida económica en muchos lugares llevo
abandonar sus tierras y emigrar. La otra a enfrentamientos armados.
fuente de mano de obra provino de la fi- Este capítulo termina con la moder-
nalización de la esclavitud, que también nización de los medios de comunicación:
fue un proceso lento y violento, como geografía, tecnología y comercio, otra
función determinante del advenimiento
10
Este mismo argumento contradictorio lo re-
iteran en la página 151, cuando hablando del del capitalismo. La necesidad de unir los
aumento de las desigualdades, no dicen: “(…) espacios locales en grandes mercados na-
especialmente en las regiones donde las comu- cionales, y estos a su vez, conectarlos con
nidades indígenas fueron despojadas de sus tie-
rras y sometidas a una proletarización con fuer- la economía internacional que se estaba
tes componentes coercitivos”. formando a finales del siglo XIX. En estos

98
Rodolfo Iván González Molina

años se llevan a cabo la configuración de con el tiempo.11 Tampoco se analizó en


las ciudades Estado, de las que habla I. la época la postergación de la industriali-
Wallerstein, en su concepción del “siste- zación o la perpetuación de la gran pro-
ma mundo”. Todo esto tiene que ver con piedad latifundista, la concentración del
la Primera Revolución Industrial (vapor, ingreso y la limitación de los reducidos
textiles y ferrocarriles). Otra vez Bértola mercados internos.
y Ocampo, se equivocan cuando afirman El último tercio del siglo XIX y hasta
que la navegación a vapor y los ferroca- la primera guerra mundial, es cuando los
rriles “(…) dos tecnologías que pueden autores citan a Gelman en cuanto a la
asociarse a lo que podemos denominar “lotería de productos” básicos y la geo-
Segunda Revolución Industrial, un pro- grafía tuvieron su papel más determinan-
ceso que irrumpe durante las primeras te que el aspecto institucional (p. 100).
décadas del siglo XIX y se difunde hacia En Europa y Estados Unidos se presenta
mediados del siglo.” (pp. 97-98). Sin un proceso de concentración y centra-
embargo, más adelante nos dicen: “Re- lización económica, se forman mono-
cién en la década de los setenta del siglo polios industriales y bancarios, el capital
XIX puede decirse que el transporte a va- financiero acompaña las funciones de las
por había absorbido el grueso del tráfico inversiones de ultramar y en consecuen-
marítimo” (p. 98). Tampoco son ex- cia se asiste a un nuevo reparto del tercer
plícitos en analizar la configuración de mundo. Este nuevo patrón de acumula-
una verdadera división internacional del ción, que coincide con la Segunda Re-
trabajo. En 1776, Adam Smith escribe la volución Industrial, la industrialización
“Riqueza de la Naciones” y plantea “las de Estados Unidos, fue llamado “la fase
ventajas absolutas”. Después, a principios superior del capitalismo”.12 Por lo tanto,
del siglo XIX, David Ricardo propone los la “lotería de bienes” tiene que ver con
“costos comparativos”, como norma del la necesidad de controlar y asegurarse
comercio internacional. Que Inglate- las materias primas estratégicas para la
rra produzca telas y Portugal vino, para nueva industrialización. Son estratégicos
aumentar así las ofertas mundiales, para estos bienes, que se encuentran en Asia,
que cada país, con su especialización África y América Latina, porque el con-
compre mejor lo de los otros, vendiendo 11
Es el caso de la quina, el añil, la cochinilla, el
con ventajas lo que produce. Obviamen- palo de Brasil, los nitratos, la kenaf, la chinchona,
te sin tener en cuenta lo que después se el henequén, el abacá, el guano y el salitre.
12
Véase V. I. Lenin, El Imperialismo fase superior
llamará “la enfermedad holandesa” o la del capitalismo, varias ediciones; R. Hilferding, El
fragilidad comercial que implica la espe- capital financiero Ed. el Caballito; Rosa Luxem-
cialización en un solo bien y peor aún burgo, La acumulación de capital Ed. Grijalbo; N.
Bujarin, La Economía Mundial y el Imperialismo,
si es agrario, no renovable y sustituible, Ed. Pasado y Presente # 21, Bs. As.

99
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

trol de los mismos, como de los alimen- (p. 105), que tiene que ver con las inesta-
tos, no solo va acelerar nuevo reparto de bilidades políticas de Europa, sus guerras,
las zonas de influencia, desencadenando revoluciones y la necesidad de encontrar
dos violentas guerras mundiales, sino tierras fértiles, climas templados, agri-
que el resultado de las conflagraciones va cultura y ganadería rentable. Eso es lo
depender de quien se garantice el abasto que descubren los barcos “golondrinas”
de estas materias primas. cargados de campesinos italianos, espa-
ñoles y franceses, que cada año llegaban
IV. Desarrollo primario a la Argentina para las cosechas. Ahora si
exportador 1870-1929 podemos mencionar el razonamiento de
Bértola y Ocampo, en tanto que “la ex-
Son estas materias primas, antes señala- pansión de la frontera agraria productora
das, las que van a ser depender en primer de bienes de clima templado podía atraer
lugar, la disputa entre estadunidenses y mano de obra europea, a la que se paga-
europeos por controlar la extracción y ban salarios relativamente altos. Ése no
comercialización de estos bienes. Tam- fue el caso de los productos de bienes de
bién generó conflicto las IED norteame- clima tropical, que competían con Asia
ricanas en México, Centroamérica, el y África, regiones con abundancia de
Caribe y el norte de América del sur, así mano de obra que se reproducían con ba-
como las IED expresadas en la United Fruit jos niveles de vida” (p. 113). Dos elemen-
Company, la Sugar Company, la Tripical Oil tos hay que agregar a este razonamiento:
Company,13 la Stándar Oil, y las IED en pe- en primer lugar, la característica cerrada
tróleo en México, Bolivia y Venezuela, el de las economías asiáticas (Japón y Chi-
cobre en Chile y el estaño en Bolivia, el na) durante el siglo XIX y la disputa por el
caucho en Brasil. En segundo término, el nuevo reparto de África por parte de los
movimiento de población, el cual dicen europeos (Inglaterra, Francia, Alemania
Bértola y Ocampo: “América Latina ab- e Italia). En segundo término, hay que
sorbió cerca de la quinta parte de los 62 tener en cuenta el racismo que reinaba
millones de personas que emigraron de en América Latina, en donde se creía que
Europa y Asia entre 1820 y 1930” (citan- la modernidad y la industrialización sólo
do a Hatton y Williamson, 1994 y 2005) podrían darse blanqueando la población.
Son las grandes utilidades de las rentas
13
Compañía responsable de las huelgas y le- diferenciales (en la formación de precios
vantamientos de sus trabajadores, por las malas
condiciones de trabajo y paupérrimos salarios, de bienes exportables), apropiadas por es-
durante la década de 1920, en las cuales destaca tas élites criollas que, ligadas a los intere-
la represión y la matanza indiscriminada, en la ses de los demandantes, concentraron sus
ciudad de Ciénaga, de más de 3 000 personas en
1928. Citado en el libro de García Márquez, G., utilidades, bloquearon y reprimieron las
Cien años de soledad, Ed Suramericana. reformas agrarias, monopolizaron el po-

100
Rodolfo Iván González Molina

der político y en consecuencia no hicie- Curiosamente, en torno al análi-


ron ninguna redistribución del ingreso, sis de los mercados internos de la épo-
mantuvieron salarios bajos,14 limitando ca, Bértola y Ocampo citan, de manera
el tamaño de los mercados locales y por ecléctica, a la escuela de los Annales de
supuesto no se utilizaron estos beneficios segunda generación, a F. Braudel, quien
para formar economías de escala, eslabo- se caracterizó por un método histórico
namientos industriales hacia atrás y me- muy distinto al utilizado por los autores.
nos hacia adelante. Es decir, no es sólo Veamos la cita: “La economía preindus-
la volatilidad de las exportaciones, hay trial es, en efecto, la coexistencia de rigi-
dispendio y demasiados gastos suntuarios deces, inercias y torpezas de una econo-
de las élites exportadoras, que intentaban mía aún elemental con los movimientos
vivir y gastar como lo estaban haciendo limitados y minoritarios, aunque vivos
las clases dominantes de ciudades como y poderosos, de un crecimiento mo-
París, Londres o Nueva York. No invir- derno (…). Hay por lo tanto, al menos
tieron internamente, no integraron los dos universos, dos géneros de vida que
espacios nacionales en un mercado na- son ajenos el uno al otro, y cuyas masas
cional, se desarrollaron ciudades Estado, respectivas encuentran su explicación,
Puertos Estado, o verdaderos enclaves. sin embargo, una gracias a la otra” (p.
Sólo en esos lugares se asistió a la entrada 124). En el caso de América Latina, no
de la tecnología, modernización de los es porque la economía elemental se vaya
medios de comunicación, se concentró el a incorporar, paulatinamente, con el
comercio, la finanza y hasta la población. crecimiento moderno. Por el contrario,
Por eso los llamados desarrollistas carac- eran economías eminentemente agra-
terizaron este tipo de economías como rias, más de cuatro quintas partes de la
“dualismos estructurales”: un atraso pro- población vive en el campo y como los
fundo en el campo y un desarrollo im- autores reconocen, líneas más adelante,
portante en estos lugares vinculados a la “(…) el crecimiento exportador llevó un
economía internacional. aumento permanente (…) hasta 1925-
1929. Sin embargo, es muy importante
14
Véase la página 147 del libro de Bértola y
señalar que en promedio más de 80% de
Ocampo “(…) los mercados de trabajo mantu-
vieron a los nuevos asalariados con niveles de la producción de América Latina se des-
vida muy bajos, en tanto a fines del siglo XIX tinaba al mercado interno, aún al final
o inicios del XX los cultivos de exportación se del auge exportador” (p. 124). Opino
valorizaron fuertemente, fortaleciendo los in-
gresos de la élite”. En cuanto al papel de la ied y que esta dualidad económica (economías
su papel en las desigualdades en América Latina, agrarias elementales y ciudades o encla-
véase la página 147-148, en la cual no son ca- ves con mayor desarrollo tecnológico),
paces de señalar con nombre propio a la United
Fruit Company, la Sugar Fruit Company, la Tropical parecía más una cuestión estructural de
Oil, o la Standar Oil. atraso que caracterizaba el subdesarrollo

101
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

latinoamericano; más allá de un proceso tes»: los estructuralistas y los materialistas


que fuera destruyendo la economía ele- históricos. En la primera, se encuentran las
mental para incorpórala al crecimiento posturas de los economistas ortodoxos,
moderno. Según los autores, fue el caso que analizan la estructura agraria desde
de la permanencia de relaciones sociales el punto de vista del capital y del rol del
como el peonaje por deudas, el “siste- agro en el conjunto de la economía. Las
ma de enganche”, la movilización forza- formulaciones de la CEPAL se encuadran
da de mano de obra para trabajar en las en este grupo. Por otra parte, y conti-
haciendas o en las obras públicas, espe- nuando con la clasificación de Schejt-
cialmente en Perú, Bolivia y Guatemala man, los materialistas históricos analizan
(…) la escasez relativa de mano de obra la estructura agraria apoyándose princi-
móvil fue notoria, como bien reconocen palmente en el empleo del concepto de
Bértola y Ocampo (p. 136). Este aspecto relaciones sociales de producción.
desató una polémica, en la década de los En el siglo XXI, y después del fracaso
setenta y ochenta entre campesinistas y del socialismo ruso, la discusión sobre la
proletaristas.15 La producción campesina forma en que los campesinos participa-
puede persistir dentro de la economía ge- rían en la construcción del socialismo ha
neral de mercado conservando su lógica perdido vigencia. La discusión actual se
particular de producción, sin perder sus plantea entre los que, por un lado, sostie-
tierras, sin transformarse en trabajado- ne que no existe un lugar para los cam-
res, ni capitalizarse transformándose en pesinos en el campo moderno y, por otro
una empresa familiar. Schejtman (1981) lado, los autores y técnicos que piensan lo
agrupa los autores según dos «corrien- contrario, es decir, que el capitalismo de
15
Por su parte, el análisis marxista conceptuali-
mercado deja espacios sociales para que
za la expansión del capitalismo desde una pers- existan y se desarrollen otras formas de
pectiva estructural, y considera que la dinámica actuar y producir no típicamente capita-
del mercado, la paulatina monetización de las
listas, dicen los autores, nos referimos al
transacciones y la producción en masa que lle-
va a disminuir el valor de los productos, tendría centro de México, las tierras altas de Gua-
como consecuencia la desintegración del cam- temala y la mayor parte de la región an-
pesinado, que se transformaría en obreros o en
dina. La imagen de estas haciendas ha ido
empresarios de origen rural. En la misma línea
argumental, Lenin toma el análisis de las relacio- cambiando con el tiempo, desde la idea
nes de los distintos grupos económicos dentro de un ámbito feudal y autárquico hacia las
del sistema capitalista: la competencia por apro- unidades con mayor inserción en el mer-
piarse de más y mejores recursos naturales, lle-
varía a aumentar las ganancias y la capitalización cado local e incluso internacional, aunque
produciendo un antagonismo entre distintos igualmente combinada con la búsqueda
grupos sociales del agro, los que convergirían en de altos grados de autosuficiencia en el
una lucha de intereses que terminaría con la di-
solución de las unidades campesinas (Rahman, aprovisionamiento de bienes y mano de
1986, citado por Tapella, 2002). obra, incluso calificada” (p. 140). Más

102
Rodolfo Iván González Molina

adelante reiteran, que la “hacienda sufrió El capítulo termina con la revisión


cambios de consideración, pero que per- de la política económica: estructura
duraría como unidad productiva hasta el tributaria, proteccionismo temprano y
siglo XX, cuando empezó a ser amenazada banca estatal. En cuanto al aspecto tri-
(…) por los proyectos de reforma agraria” butario, los autores muestran la impor-
(p. 141). No sabemos porque los autores tancia y prolongación del tributo, co-
no dicen que en el caso de México, fue brado a los indígenas, hasta mediados
por la Revolución mexicana, que tuvo del siglo XIX. Después, nos señalan los
un alto contenido agrarista entre sus pro- impuestos de aduana, que naturalmente
tagonistas, la que realizó estas amenazas. fueron muy importantes en esta fase del
En cambio, para el caso de Bolivia, si nos desarrollo hacia afuera y se concentraron
confirman que “(…) a finales del siglo XIX en especial en los puertos. La tributación
estuvo surcado por rebeliones indígenas arancelaria está conectada con el protec-
que tuvieron que ver tanto con los proce- cionismo temprano de países como Bra-
sos de enajenación de tierras como con las sil, Chile, Colombia y México llevaron
marchas y contramarchas del sistema tri- a cabo antes del desarrollo hacia adentro
butario (…) (p. 141). Del escenario de la a partir de la primera ISI. En cuanto a la
pequeña y mediana propiedad, que resal- banca estatal, los autores se reducen a de-
ta su presencia, citando otra vez a Bauer, cir que: “la inversión extranjera no se li-
en México, Costa Rica, Colombia, Perú, mitó al sector exportador, sino que tuvo
Ecuador y Chile, simplemente nos dicen un fuerte impacto en un conjunto de ac-
que fueron sectores que se ubicaron más tividades que permeaban la estructura de
cerca de las zonas urbanizadas y tuvieron mercado interno, como los tranvías, los
una fácil interacción con la expansión de ferrocarriles, la electricidad, los seguros,
la economía capitalista (p. 141). la banca, etc.” (p. 167). Aunque nos ade-
Finalmente, y para concluir este as- lantamos un poco en lo que correspon-
pecto del mercado de tierras y el desarro- de al período de la ISI, hay que resaltar
llo de las relaciones salariales, haciendo dos aspectos del comercio exterior que
uso de las reflexiones de Bértola y Ocam- muestran la legitimación de estos privi-
po, diremos con ellos que “éste fue un legios que ya tenían la IED en estos rubros
período de enormes transformaciones de señalados por Bértola y Ocampo (pero
las estructuras de poder, de las relaciones ausentes en su libro), nos referimos a la
sociales y de la propiedad de la tierra. To- Ley Hawley-Smoot, de los estadouniden-
dos estos procesos dejaron una fuerte im- ses, que limitó la importación de carne
pronta en la distribución del ingreso y la argentina por los problemas de la aftosa.
riqueza y fortalecieron, en la mayoría de El segundo aspecto, que muestra como
los casos, el carácter elitista y excluyente el comercio era cada vez más administra-
del desarrollo latinoamericano” (p. 150). do, bilateral en muchos casos y distorsio-

103
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

nado por gravámenes altos, señalando así Depresión. No en todos los países lati-
la prepotencia imperialista de las grandes noamericanos, solo en los que tenían an-
potencias, corresponde a lo que Argenti- tecedentes de dicho proceso, instalaron
na firmó en el Pacto Roca-Runciman. Ar- la producción de manufacturas de bienes
gentina se comprometía, en este Pacto que, antes de la crisis, se importaban.
(después llamado “de la deshonra” o “el Analizando en términos regionales,
estatuto del coloniaje”), a no aumentar pareciera que se hubiera inventado en
los aranceles. El Banco Central se crearía América Latina una política económica
con gran predominancia de funcionarios realmente novedosa, porque al aplicar
y capitales británicos. Gran Bretaña ten- los gobiernos nacionales estas recetas in-
dría el monopolio absoluto de los medios tervencionistas, nos hace pensar que se
de transporte en Argentina. Todo esto adelantaron a la publicación de la Teoría
se heredará al Pacto Eden-Malbrán, luego general de la ocupación el interés y el dinero
de que caducara el Pacto Roca-Runciman, de J.M. Keynes (1936). No obstante, las
que duró doce años, de 1933 a 1945.16 intervenciones estatales ya habían ini-
ciado desde principios de siglo, desde la
V. La ISI más radical en Rusia, la de corte nacio-
nal socialista en Alemania, hasta la de los
La ISI, que ya periodizamos anterior- estadounidenses para salir de la crisis de
mente, se lleva a cabo en las dos terceras 1929. El New Deal fue todo un ejemplo,
partes del siglo XX. No es simplemente para América Latina. Ese corporativismo
un “cambio súbito y radical en los pa- estatal es el que va a copiar el llamado
trones de desarrollo de América Latina” “nacional populismo”. Son aspectos de
(p. 181). Es el proceso de acumulación la historia mundial, que no se encuen-
de capital, el inicio de la producción de tran en Bértola y Ocampo. Para la ex-
bienes de consumo, la industrialización plicación de la primera ISI, es necesario
de “fácil aprendizaje”, como se le cali- reiterar su especificidad nacionalista, y lo
ficó posteriormente. La primera ISI que puede ser, porque se lleva a cabo en la
se pudo llevar a cabo gracias a sus an- época de entre guerras, cuando las po-
tecedentes proteccionistas e industriales tencias imperialistas definen tanto, un
de las últimas décadas del siglo XIX y las nuevo reparto mundial, como el cambio
dos primeras del XX. El cambio definiti- del centro hegemónico militar, econó-
vo del “desarrollo hacia afuera” al “de- mico y hasta financiero, de Europa a Es-
sarrollo hacia adentro” se va materializar tados Unidos.
fundamentalmente por la catástrofe que En cuanto al análisis de las causas
provocó en el comercio exterior la Gran de la crisis de 1929 en la economía de
Véase Passetti, Pedro. “Había una vez una oligar-
16 Estados Unidos, los autores no dicen
quía”. Elortiba.org nada al respecto, y pasamos a revisar las

104
Rodolfo Iván González Molina

consecuencias de la Gran Depresión en tos manufactureros, agrícolas y las na-


la región: los autores hacen énfasis en cionalizaciones de ciertos sectores estra-
la administración y disminución de las tégicos, para lo cual señalan solamente la
ofertas de bienes primarios, para contro- nacionalización petrolera de México en
lar la caída de los precios, es el caso del 1938. Sin embargo, no señalan nada de
café en Brasil o del azúcar en las Anti- Brasil, del gobierno que ocupó la pre-
llas. Obviamente, sin decirnos una sola sidencia en tres ocasiones, de Getulio
palabra de las exclusividades bilaterales Vargas. Vargas creo el Consejo Nacional
británicas o de los proteccionismos es- del Petróleo (en 1951 será Petrobras), la
tadounidenses del Tratado Roca-Runciman Compañía de Vale do Rio Doce Com-
o la Ley Hawley-Sooth, antes presentados. pañía Siderúrgica Nacional, la Compa-
Los autores son explícitos en la caída ñía Hidroeléctrica de Sao Francisco y la
del poder de compra de las exportacio- Fábrica Nacional de Motores.
nes de América Latina y, por lo tanto, Se limitan a cerrar el impacto de la
la reiterada pérdida de los términos de crisis de 1929, con una síntesis del receta-
intercambio de la región. A las tensiones rio keynesiano utilizado en la región. Ver
generadas en el comercio exterior por la al respecto: p. 187. Sin embargo, la acu-
suspensión de la financiación interna- mulación interna basada en la producción
cional y la caída de las IED, lo que na- para la exportación, no va ser abandona-
turalmente condujo a una imposibilidad da; sólo se interrumpe bruscamente en
de ser puntuales con el pago del servi- los tres años siguientes al crac del 29. Este
cio de las deudas externas. Sin embargo impasse del comercio exterior permitirá
hay que distinguir entre los países lati- paradójicamente que en los países grandes
noamericanos más insertos al comercio se amplíe la base interna de industrializa-
mundial y en consecuencia su mayor ción, los empresarios nacionales, las clases
vulnerabilidad a estos efectos, es el caso medias y la base obrera nacional.
de Chile en particular, o Cuba entre las En la década de los treinta, se acen-
naciones pequeñas de la región. túa el proceso de desplazamiento de los
En cuanto al activismo macroeconó- expansionismos anglo europeos por el
mico, los autores resaltan la devaluación estadounidense, acompañados de la po-
de las monedas latinoamericanas, el es- lítica del “gran garrote” y control “neo-
tablecimiento de tipos de cambio múl- colonial” de América Central y el Cari-
tiples, el aumento de los aranceles, los be. El expansionismo de Estados Unidos
controles de cambios, la moratoria en el prefiere retirar la presencia física de las
servicio de la deuda externa, la creación fuerzas de ocupación y desarrollar ejér-
de instituciones estatales (sin ser muy citos nativos convertidos en verdaderos
explícitos), los bancos de desarrollo, la partidos políticos que garanticen el con-
sustitución de importaciones de produc- trol interno social y económico de sus

105
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

inversiones (grandes plantaciones, inge- sus modificaciones con el impacto de la


nios azucareros y minas).17 Segunda Guerra Mundial, de las insti-
En la década de los años treinta, tuciones que moldearon la segunda ISI,
América Latina se vuelve receptor de las fases y diversidad de las ISI en la re-
capitales provenientes de Europa que, gión, analizan el desempeño económico
principalmente, después del triunfo de y social, la agricultura, las exportaciones
los nazis en Alemania y de las secuelas y los desequilibrios macroeconómicos.
de la Primera Guerra Mundial, habían Hacen un balance general y terminan
generado desconfianza en los inver- con el desarrollo social. No vamos a
sionistas y a su vez habrían encontrado entrar en una crítica pormenorizada de
como “puertos de abrigo” a muchos cada uno de estos aspectos, solo toma-
países latinoamericanos, especialmente remos cuatro elementos que nos pare-
los grandes. Además, el subcontinente cen frágiles en el análisis de Bértola y
se convirtió en un receptor de pobla- Ocampo: 1. El nacional populismo, el
ción europea, principalmente en Amé- tratamiento de las exportaciones en la
rica del Sur (Argentina, Brasil, Chile y segunda ISI; 2. El llamado “modelo mix-
Uruguay) y México, que recibe a gran to”; 3. El fracaso de la segunda ISI; y 4.
cantidad de republicanos españoles en el La pobreza, distribución del ingreso y las
segundo lustro de la década.18 convergencias truncadas.
Bértola y Ocampo, dan un salto a
todos estos aspectos que seguramente les 1. El nacional populismo
parecen intrascendentales, para concen-
trar su atención en lo que consideran el El nacional populismo latinoamerica-
impacto de la Segunda Guerra Mundial no, “fenómeno desaparecido por la so-
en la región, y, empezar con el análi- ciología académica, que lo consideró y
sis directamente de la segunda ISI. Para lo considera aún hoy expresión de un
este tema los autores hacen un recuento pensamiento “inferior”. No obstante, el
de las exportaciones latinoamericanas y nacional populismo latinoamericano es
17
Es el caso de la dictadura de Rafael Leónidas el pensamiento más importante que sur-
Trujillo (1930-1961) en República Dominica- gió del seno mismo de Latinoamérica;
na, la ocupación estadounidense en Haití (1915- es el pensamiento que generó a Vargas
1934), después la dinastía de los Douvalier, Papa
Doc y Baby Douvalier, de Anastasio Somoza en Brasil, a Betancourt en Venezuela, a
García (1936- 1937-1947 y 1950-1956), su fa- Haya de la Torre en Perú, a Ibánez en
milia se mantuvo en el poder hasta 1979. En Chile, a Lázaro Cárdenas en México y a
Cuba, Gerardo Machado (1925-1933), después
Fulgencio Batista. En Guatemala, Jorge Ubico Perón en Argentina”. Al respecto, Bér-
Castañeda (1931-1944) y, en El Salvador, Maxi- tola y Ocampo, sólo nos dicen que “la
miliano Hernández Martínez (1931-1944). acumulación de reservas fue la provisión
18
Véase González Molina, R.I. La crisis de los años
treinta e impacto en América Latina, op. cit., p 69. de fondos en divisas para financiar un

106
Rodolfo Iván González Molina

auge de inversión en la inmediata post- nales frente a extranjeros, sin levantar


guerra, así como la compra de empresas banderas socialistas, no todos profesaron
extranjeras de infraestructura y servicios reformas agrarias, algunos sólo intervie-
públicos. La nacionalización de los fe- nen las tierras ocupadas por la IED o sim-
rrocarriles británicos por parte del ge- plemente en manos de extranjeros, y, en
neral Perón en Argentina (…) (p. 189). el mejor de los casos los repartos agrarios
Más adelante, nos dicen que, “reflejando respondieron a una profundización de la
esta tendencia Brasil, tal vez el caso más frontera agrícola, sin tocar los grandes
destacado de Estado desarrollista (…)” latifundios, ni repartir las tierras de me-
(p. 190). “(…) Sólo Cuba adoptaría, y jor calidad o próximas a los mercados.19
mucho después, un modelo de planea- Por esta razón es que los autores destacan
ción central, al cual se unirían los expe- que “el Banco Mundial apoyó, al menos
rimentos fallidos de la Unidad Popular hasta los años setenta, el intervencionis-
en Chile a comienzos de los años setenta mo estatal, invirtió en muchos proyectos
y de la revolución sandinista en Nicara- de sustitución de importaciones y hasta
gua a partir de 1978, ambos con más ma- la década de los setenta continuó defen-
tices de economía mixta que el modelo diendo la idea que la industrialización
cubano” (p. 190). En el tema del nacio- era esencial para el desarrollo económi-
nal populismo conviene hacer una dife- co” (citan Bértola y Ocampo a Webb,
rencia, con lo que fue el gobierno de Sal- 2003, p. 195).
vador Allende en Chile y la revolución
sandinista, porque estaban inspirados en 2. El “modelo mixto”
el marxismo, promovieron una socia-
lización de los medios de producción, El llamado, por Bértola y Ocampo,
generaron una profunda agudización de “modelo mixto” que tiene que ver con
las contradicciones sociales, aumentaron la escasez de divisas que señalamos más
no sólo nacionalizaciones de recursos arriba, fundamentalmente por los pro-
básicos, también estatizaron empresas blemas de balanza de pagos y la carac-
estratégicas y pasaron al área social algu- terística de la segunda ISI, que fue inten-
nas industrias. Fueron antimperialistas y siva en bienes intermedios y de capital
aceleraron la reforma agraria. Esto no es importados, reconocida por los autores.
el “nacional populismo”, que está dirigi- Por eso afirman “que casi todos los países
do por líderes carismáticos que fomen- medianos y grandes introdujeron meca-
tan la conciliación de clases a partir de nismos de promoción de exportaciones
los “pactos nacionales” entre los empre- 19
Véase al respecto Dornbusch, R. Y Edwards
sarios, las centrales obreras y el Estado. Sebastian, Macroeconomía del populismo, Ed. Lec-
No atentan contra la propiedad privada, turas del FCE., México, 1990 (Versión en inglés:
“Macroeconomic Populism” Journal of Development
algunos defienden los intereses nacio- Economics 32 (1990) North- Holland).

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

desde mediados de los años sesenta (…) cala nacional, y que sirviera como pla-
Como resultado de ello surgió el “mode- taforma para el desarrollo de nuevas ac-
lo mixto” que, (…) combinaba la ISI con tividades exportadoras, en particular el
la promoción de exportaciones y la inte- sector de manufacturas” (p. 201). Pero
gración regional. El modelo era también lo posible fue que (como lo confirman
“mixto” en el sentido de que promovía Bértola y Ocampo): “la ALALC enfrentó
activamente la modernización agrícola una gran oposición a la liberalización de
con instrumentos similares a los emplea- las importaciones competitivas (es decir,
dos para estimular la industrialización e aquellas en que los productos de un país
incluso con un aparato de intervención competían con los de otro país miembro.
mucho más elaborado” (p. 191). No obs- (…) El Grupo Andino encaró presiones
tante que antes ya nos habían dicho “que, similares después de su creación en 1969
hasta mediados de los años sesenta, la (…). El “pesimismo de las exportacio-
reconstrucción del comercio internacio- nes” fue también una característica de la
nal no ofreció grandes oportunidades a fase “clásica” (…) con excepción de al-
los países en desarrollo” (p. 191). Ahora gunos países (los productores de petró-
bien, sin distinguir entre lo deseable y leo) Venezuela y México, la experiencia
lo posible, nos muestran el pensamiento de las exportaciones fue decepcionante
de la CEPAL en la década de los sesenta, en la inmediata posguerra (…)” (p. 201).
cuando esta institución se volvió “críti- Sólo los países centroamericanos y algu-
ca de los excesos de la ISI y defensora de nos medianos, señalados anteriormente,
un modelo “mixto” que combinara la ISI que continuaban con el “desarrollo hacia
con la diversificación de la base exporta- afuera”, el signo de la balanza comercial
dora y la integración regional” (p. 196). fue positivo. Lo posible fue: que “una de
“La CEPAL jugó, así, un papel central en las mayores desventajas de (…) la segun-
la creación de la Asociación Latinoame- da ISI (…) fue su incapacidad para explo-
ricana de Libre Comercio (ALALC), en tar a cabalidad los beneficios del crecien-
1960 (más tarde Asociación Latinoame- te dinamismo del comercio mundial en
ricana de Integración, ALADI), el Mercado la posguerra (…) La participación en el
Común Centroamericano (MCCA) en el comercio mundial se redujo a poco más
mismo año y el Grupo Andino en 1969” de 4% a comienzos de los años setenta,
(p. 196). Lo deseable para los latinoa- unos tres puntos porcentuales menos que
mericanos, de estas propuestas, consistía en 1925-1929” (p. 221). Comercio que
en que esperaban que “la integración obviamente lo estaban ganando los paí-
impusiera cierta disciplina de mercado ses en desarrollo que estaban llevando a
a los sectores protegidos, que habían al- cabo un modelo de industrialización por
canzado altos niveles de concentración sustitución de exportaciones (ISE), espe-
industrial (e incluso monopolios) a es- cialmente los cuatro tigres asiáticos: Sin-

108
Rodolfo Iván González Molina

gapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del 3. El fracaso de la segunda ISI


Sur. También como finalmente Bértola y
Ocampo dicen: el fracaso de esta prime- En este punto abordamos sólo el número:
ra integración regional, también estaría 2, del planteamiento de Bértola y Ocam-
explicada por “el proteccionismo de los po, o la segunda estrategia, que dicen los
países industrializados y los crecientes autores: “consistió en una profundiza-
subsidios que otorgaron a la producción ción mayor de la segunda ISI” (p. 205).
y la exportación, que golpearon dura- Países como México, Venezuela y
mente a Argentina, Cuba y Uruguay” Brasil, ya habían empezado una estra-
(p. 221). Incluso los autores agregan: tegia de ISE. El primer país combinaba
“América Latina perdió participación maquilas, petróleo y zonas de libre co-
en las exportaciones de alimentos y de mercio, el segundo se benefició de las
otros productos básicos incluso en rela- exportaciones de petróleo fundamen-
ción con el mundo en desarrollo. La pér- talmente, y Brasil con exportaciones
dida de importancia en las exportaciones manufactureras provenientes de una es-
de combustibles fue aún más acentuada, tructura industrial nacional. Es decir que
desplazándose este tipo de exportaciones esta segunda estrategia no es más que el
mundiales de Venezuela y México ha- techo de la segunda ISI, el fracaso corres-
cia el Oriente Medio. Se disminuyeron pondió al deterioro de la balanza co-
además, (…) las exportaciones de com- mercial, al creciente déficit de la cuenta
bustibles durante los años setenta, como corriente, la inflación creciente en los
resultado del ingreso de Venezuela a la países grandes de la región (inspirados en
Organización de Países Exportadores de la “curva de Phillips”). Toda esta políti-
Petróleo (OPEP)” (P. 224). Son estas las ca estructuralista, va ser criticada por lo
reflexiones que nos permiten sostener la que se conoció en Estados Unidos como
confusión de los autores entre lo deseable la “estanflación”, esto es: inflación con
y lo posible de la segunda ISI. No obstante desempleo y en consecuencia estanca-
de que ellos insisten con que “es posible miento económico. Además, si le agre-
sostener que el cambio de trayectoria del gamos a este razonamiento la pérdida de
desarrollo latinoamericano que generó la la convertibilidad del dólar en oro, el 15
crisis de la deuda bloqueó la transición de agosto de 1971, por parte del gobier-
hacia un modelo de industrialización no de Richard Nixon, lo que obligó a
más balanceado entre el mercado interno la protección de las monedas mundia-
y el externo” (p. 232). “(…) hubiera po- les por este traslado de inflación a nivel
dido evolucionar en forma más afín con mundial. Las respuestas, en cuanto a la
los modelos que se mostraban más exito- protección de los tipos de cambio de las
sos en Asia Oriental” (p. 232). monedas mundiales, fueron inmediatas,
es el caso del surgimiento de los euro-

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

dólares en Europa, o los petrodólares de tasas de intereses flotantes, dados que se


los países árabes. El segundo lustro de la confiaba que los recursos naturales estra-
década de los setenta se caracterizó por tégicos (el petróleo), no iban a caer sus
un aumento de la oferta monetaria a ni- precios. Las tasas de interés por el ser-
vel mundial, lo que acompañó el mer- vicio de las deudas en el primer lustro
cado monetario de tasas de interés muy de la década de los ochenta llego a dos
bajas y en algunos casos negativas20. Es dígitos, en algunos casos osciló entre 14
decir, que donde existía el déficit seña- y 20% en la siguiente década. Por eso
lado, lo más normal es que recurriera en la época se afirmó que América La-
a estos créditos baratos para resarcir los tina, de ser receptora de capital externo,
desequilibrios y recuperar el crecimien- se convirtió en exportadora de capital,
to económico. En pocas palabras, no fue porque no sólo fue oneroso el servicio
la deuda externa la causante de la crisis, de las deudas, también se acompañó de
la deuda fue una consecuencia del “te- una fuerte “fuga de capitales” nacionales
cho” de la segunda ISI. La ISI había asimi- que buscaron protección, por las deva-
lado el régimen fordista de producción luaciones y la inflación galopante, en la
que, con la Tercera Revolución Indus- Banca de Estados Unidos y Europa. “Di-
trial y la globalización a la que asistimos cha fuga se produjo a lo largo y ancho de
a finales del siglo XX, se hizo obsoleto. la región, pero fue masiva en Argentina,
La fragmentación de las cadenas de va- México y Venezuela (…)” (p. 249).
lor, en la producción, introdujo a nivel La tercera estrategia de la que hablan
mundial una “producción en red”.21 Esto Bértola y Ocampo, ya no corresponde a
obligó a todo tipo de intervención es- la segunda ISI, es la entrada de las políti-
tatal, nacionalista o socialista, a levantar cas neoliberales en la región. Los autores
los viejos proteccionismos unilaterales. afirman que “estas reformas de mercado
Los países latinoamericanos contrataron de la segunda mitad de la década de los
créditos a instituciones privadas,22 con setenta estuvieron impulsadas por dicta-
20
Véase al respecto: Maddison, Angus, Dos cri- duras militares” (p. 206). En particular
sis: América y Asia 1929-1938 y 1973-1983, se refieren (implícitamente) al golpe de
Editorial FCE, México, 1988. El mismo Bértola
estado a Salvador Allende en Chile, en
y Ocampo: “La gran liquidez del mercado de
eurodólares y las tasas de interés reales bajas, a donde se inicia un proceso de privatiza-
veces negativas, de la década de los setenta, y su ción de las empresas nacionalizadas (el
coincidencia con altos precios de los productos regreso de la IED en la minería del co-
básicos (…)” (P. 249).
21
Véase Boiser, S. (2005, agosto), “Hay espacio bre), las empresas estatales y las que se
para el desarrollo local en la globalización”, Re- habían socializado. La escuela de Chi-
vista CEPAL, 86.
22
Al respecto dicen Bértola y Ocampo: “La ca- grandes bancos nacionales transformados en in-
racterística más destacada de este proceso fue ternacionales por colocar recursos en el merca-
la competencia entre un creciente número de do mundial” (pp. 247-248).

110
Rodolfo Iván González Molina

cago, con los monetaristas, rechazó el formes de Desarrollo Humano (1990-


keynesianismo a favor del monetarismo, 1998). Bértola y Ocampo nos dicen:
con una economía de “libre mercado”, citando a Prados de la Escosura (2007)
lo que se llamó la nueva macroeconomía que “la pobreza se redujo en seis países
clásica y después, “la teoría de las expec- (Argentina, Brasil, Chile, Colombia,
tativas racionales”. Se inicia el abandono Uruguay y México) de 71% en 1913 a
del estructuralismo en América Latina, 27% en 1990” (p. 237). “(…) La pobreza
Chile es uno de los primeros, luego, casi disminuyo durante la ISI, la estimación
una década después, con la moratoria de de la CEPAL para 1970, indica que 40% de
la deuda externa mexicana en 1982, lo los hogares latinoamericanos era pobre,
harán todos los países de la región. Por esta cifra bajó a 35% en 1980 (p. 236).
eso ya no hay tercera estrategia de la ISI. “(…) Una reducción de la pobreza mo-
Este nuevo enfoque de la política econó- derada de 43% en 1970 a 23.7% en 1982,
mica está detrás de las nuevas políticas y de la pobreza extrema, de 19.2% en
del Banco Mundial y del Fondo Mo- 1970 a 10.2% en su punto más bajo, en
netario Internacional, instituciones que 1981” (P. 236). Ahora bien, de la misma
se caracterizan por el apoyo al llamado forma que el PIB, es un agregado de bie-
Consenso de Washington. nes y servicios medido en dinero, con la
misma lógica, la pobreza la miden con el
4. La pobreza, distribución del ingreso ingreso (el Banco Mundial y la CEPAL),
y las convergencias truncadas otra vez una cantidad de dinero. ¿Cuál
es el papel de indicadores como la dispo-
En cuanto a la pobreza, los autores, no nibilidad de electricidad, agua potable,
son explícitos en la metodología que les alcantarillado, analfabetismo, seguridad
sirve para medirla, pero tenemos la im- médica o social? Expresados en unidades
presión que es por el lado del ingreso, de medida muy diferentes al dinero.23
como la definen las instituciones inter- Por otro lado, la pobreza de socie-
nacionales, tales como el Banco Mundial dades eminentemente agrarias, es muy
o la misma CEPAL: el método de línea de diferente a las industrializadas o urba-
pobreza que consiste en comparar esta nizadas. La disponibilidad de gas, elec-
línea con el ingreso o gasto del hogar, tricidad, agua potable, drenaje y una
expresando ambos elementos de la com- infinidad de electrodomésticos, son in-
paración con una cantidad de dinero dispensables en la actual vida urbana,
por unidad de tiempo. No obstante, el que no lo eran en las agrarias. El uso del
Programa de las Naciones Unidas para
el Desarrollo ( PNUD), ha escogido la po-
23
Véase Boltvinik Julio, Métodos de medición de la
pobreza. Conceptos y tipología. Se puede encontrar
sición contraria para medir la pobreza, en: www.colmex.mx/academicos/ces/julio/
como se puede comprobar en sus in- imagenes/stories/Sociales_1.pdf

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

automóvil particular es indispensable en la población de América del Sur y Cen-


ciudades donde el transporte público es troamérica se calcula, por los organismos
muy malo, e innecesario en ciudades internacionales, que lo hacen ilegalmen-
como París o Londres que tienen un sis- te más de trecientos mil al año.24
tema de transporte público eficiente. Se
debe colocar la pobreza con una línea VI. La reorientación hacia
de corte, que refleje un nivel debajo del el mercado, la entrada del
cual la gente, en algún sentido está en neoliberalismo en América
pobreza o indigencia, un nivel de vida Latina
común tanto para cada país, como época
histórica en particular, de lo contrario Aquí, solo vamos a señalar algunas pun-
es muy insignificante lo que afirman las tualizaciones, que tienen que ver con lo
estadísticas con respecto a las convergen- del conflicto social y su relación con la
cias truncadas, la distribución del ingre- transición al neoliberalismo. Bértola y
so y la pobreza. Ocampo dicen que, no es muy clara la
Si los países del cono sur (Argentina, relación, fuera del Cono Sur y del con-
Uruguay y Brasil), fueron receptores de flicto centroamericano de la década de
grandes cantidades de población euro- los ochenta (…) “las confrontaciones te-
pea, durante el siglo XIX y principios del nían un carácter más rural y provenían
XX, fue porque en América Latina pu- de las concentraciones de la tierra y, tal
dieron disminuir los efectos de la pobre- vez, del modelo primario exportador
za: tales como la angustia y la violencia. 24
Véase González M., R.I., “Desarrollo econó-
Ahora son los latinoamericanos los que mico de América Latina y las integraciones re-
gionales del siglo XXI”, en Revista Ecos de Eco-
huyen de sus tierras natales hacia el nor- nomía, No 35, Año 16 julio-diciembre 2012, P.
te (Estados Unidos y Europa), porque 142. En 1950 la comunidad de origen hispano
el arraigo está ligado, hay que reiterar- tenía una población en Estados Unidos que no
superaba el 1%. Ese porcentaje subió al 10.2%
lo, a la estabilidad laboral y social que
en 1995 y al 14.5% en 2006, 18.6% en 2008 y se
fue arrebatada, hace más de tres décadas, estima crecerá al 24.5% en 2050, aunque datos
de la región. Por eso se invirtieron las más actualizados estiman que llegará al 30% para
esta última fecha. Los datos censales actualiza-
corrientes migratorias, como lo afirman
dos indican que en 2008 existen 46.7 millones
Bértola y Ocampo: “La proporción de de hispanos documentados viviendo en Esta-
residentes latinoamericanos nacidos fue- dos Unidos y probablemente otros 20 millones
ra de la región experimentó una decli- indocumentados y que la comunidad llegará a
132.8 millones en 2050. Véase: hispanos y lati-
nación de largo plazo desde la década de noamericanos en Estados Unidos. mequieroir.
los sesenta” (p. 236). En los siete prime- com. “El número de emigrantes latinoamerica-
ros años del presente siglo, solamente de nos y caribeños a España aumentó de 0.4 a 2.4
millones entre 2000 y 2009 (de 0.2 a 1.8 millo-
México, emigraron a Estados Unidos, nes si excluimos a los que tenían nacionalidad
más de medio millón anualmente. De española).” (Bértola y Ocampo, P. 282).

112
Rodolfo Iván González Molina

antes que de la peculiar combinación tes económicos de primera generación,


con una débil industrialización dirigida recetados por el Fondo Monetario In-
por el Estado (ISI). ternacional (FMI) y el Banco Mundial
Bértola y Ocampo señalan que ( BM); las reformas fiscales (los impuestos
“vendría a financiar todas las formas de al valor agregado), disminución de gasto
violencia (…) en Colombia. (…) Los público, la devaluación y el control de
problemas de violencia asociados al trá- la inflación, el segundo corresponde a la
fico de estupefacientes se extendería (…) antesala del llamado Consenso de Wash-
hacia México y Centroamérica en la ington; es decir, reformas como la libre
primera década del siglo XXI” (p. 244). movilidad de capitales de corto plazo, la
Podemos confirmar el primer comenta- desregulación del comercio exterior y la
rio, sólo que este rentable negocio que privatización de las empresas estatales;
le permite corregir problemas de balan- corresponden a los ajustes de segunda
za de pagos, a cuatro economías de la generación. De una manera más lenta
región (Bolivia, Perú, Colombia y Mé- unos países (los cautelosos), que otros
xico), Centroamérica y otros países de (los agresivos), pero todos entraron in-
América del Sur, son también lavadores discutiblemente en estas políticas econó-
del dinero, del producto de esta rentable micas neoliberales. ¿Qué les faltó señalar
economía subterránea; distribuyen, con- a los autores? Por un lado, el empobre-
sumen y permiten el tránsito de los ener- cimiento de las clases medias, la destruc-
vantes a los grandes mercados de Europa ción del movimiento obrero organizado,
y Estados Unidos. el recrudecimiento de la pobreza, la in-
En cuanto a la crisis de la deuda y digencia y la concentración del ingreso.
la década perdida, sólo agregamos algu- Esto es lo que explica por el otro lado, el
nas cosas que nos parecen que faltaron surgimiento de las translatinas en la re-
en el análisis de los autores, por ejem- gión y de los dieciséis multimillonarios
plo cuando afirman que “América La- mexicanos entre los cien más ricos del
tina puede verse como víctima de una mundo. La década perdida tiene que ver
forma de manejar lo que fue también con la “gran moderación” o la reducción
una crisis bancaria estadounidense” (p. de la volatilidad del ciclo económico,
256). Estamos de acuerdo, ese fue el pa- de la economía de Estados Unidos, la
pel de la intervención de los dos Secre- “moderación” de las fluctuaciones a par-
tarios de Economía estadounidenses en tir de mediados de 1980.25 Pero Bértola
1985 Baker y en 1989 Brady, el primero y Ocampo insisten en que en algunos
otorgando dinero para pagar los servi- 25
Véase González M., R. I., “Desarrollo eco-
cios de la deuda externa atrasados, con nómico de América Latina y las integraciones
insuficientes créditos, pero obligando a regionales del siglo XXI”, op, cit. P. 131; y Great
Moderation en el sitio web de la Reserva Federal
los latinoamericanos morosos a los ajus- de Estados Unidos.

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

países “se produjo una abierta y exitosa macroeconómico y los efectos sociales y
oposición política a la privatización de transformaciones económicas, vamos a
empresas públicas (Costa Rica y Uru- centrar la atención en la parte más frágil
guay) y en otras el proceso avanzó man- de las tres, donde nos parece que Bértola
teniendo varias de estas empresas, parti- y Ocampo hacen una presentación más
cularmente en los sectores de servicios ideológica que económica, por lo menos
públicos domiciliarios y en la produc- desde el punto de vista del desarrollo
ción petrolera y minera, e incluso en el económico latinoamericano.
caso mexicano, conservando como nor- La apertura comercial y las integra-
ma constitucional del sector petrolero. ciones liberales, siguiendo la concepción
Los autores sólo ubican entre los países del sistema mundo de I. Wallerstein, co-
agresivos en materia de privatizaciones rresponden a las transformaciones neoli-
a: Argentina, Bolivia y Perú. Sin em- berales y la conformación de los Estados
bargo, para el caso mexicano, cuatro de continente. Bértola y Ocampo sintetizan
sus bancos más grandes están en manos las reformas de esta forma: “La elimina-
de Citicorp-Citigroup (Banamex) de Es- ción de los sistemas de control de cam-
tados Unidos, BBVA (Banco Bilbao Viz- bios internacionales y la liberalización
caya Argentaria)-Bancomer, Santander- financiera interna; (…) la liberalización
Serfin de España y el HSBC Holdings Pic., de las tasas de interés, la eliminación de
de la Gran Bretaña; la banca nacional la mayoría de las formas de crédito diri-
no es más de 3%. Pemex contrata gran gido; (…) la reducción y simplificación
cantidad de servicios de producción, ex- de los encajes a las cuentas bancarias. La
tracción, refinación y comercialización privatización de un conjunto amplio de
a concesiones privadas y el gobierno ac- empresas públicas; (…) la apertura a la
tual de Enrique Peña Nieto ( PRI), está inversión privada en los sectores públicos
empeñado en sacar una reforma energé- domiciliarios; (…) la eliminación de los
tica, que le permita la legitimación de controles de precios, la simplificación de
la privatización total de los hidrocarbu- trámites y de barreras a la entrada” (p.
ros. De la misma forma Chile tiene gran 265). Esta integración bautizada por la
participación de la IED en combustibles y CEPAL como “regionalismo abierto” que,
minerales y el Banco del Estado, nunca como bien señalan los autores, entraba
lo privatizaron los militares, porque les en contraste con las versiones ortodo-
sirvió para sacar buena parte de sus re- xas que reclamaban la apertura comer-
servas y hacer millonaria a la familia del cial unilateral” (p. 267).26 Empezó pri-
dictador Pinochet. 26
Sin embargo, hay que advertir que: “La nece-
De los tres últimos puntos de este sidad de fomentar el comercio de los servicios,
capítulo: la integración creciente a la el deseo de crear un ambiente propicio para los
negocios de las empresas transnacionales de Es-
economía mundial, el comportamiento tados Unidos en los temas de protección de in-

114
Rodolfo Iván González Molina

mero con “la creación del Mercosur en ción, abandono y verdadero ecocidio),
1991 y la revitalización simultánea de la que no en pocos casos han implicado la
Comunidad Andina de Naciones y del desaparición de empresas y ramas pro-
Mercado Común Centroamericano. Es- ductivas. Los mercados intrarregionales
tos dos acuerdos de integración regional han aumentado su peso relativo, aunque
habían experimentado un virtual colap- sujetos a fuertes fluctuaciones cíclicas, las
so a principios de los años ochenta” (p. empresas latinoamericanas más exitosas
268). “La versión de integración regio- se han regionalizado (…) las translati-
nal “neoortodoxa” corresponde bási- nas” (p. 270). No obstante que los auto-
camente al Tratado de Libre Comercio res se dan cuenta de la diferencia de los
de América del Norte: México, Estados tratados de libre comercio del norte de
Unidos y Canadá (TLCAN). Este trata- Latinoamérica, al que le llaman “patrón
do de libre comercio, que se firmó en del norte”. Pues ellos que reconocen las
1993, incluye “muchas nuevas áreas en limitaciones en el desarrollo económico
los acuerdos, que aparte de profundi- local de las maquilas, por el alto conte-
zar aquellas que ya eran parte de la OMC nido de bienes importados y la ausencia
(servicios y propiedad intelectual), in- de encadenamientos productivos tanto,
cluyeron nuevas normas de inversión y hacia atrás, como hacia adelante. En el
reglas sobre compras gubernamentales” caso del ensamble, dicen: “debe tener-
(p. 268). Sin embargo, no podemos ver se en cuenta que la actividad productiva
como iguales las integraciones impul- que se realiza tiene un contenido tecno-
sadas desde Washington, que las que se lógico simple (…) cuando se ensamblan
promueven en América de Sur. La res- en zonas francas (…) el proceso produc-
puesta de integraciones “posliberales” tivo tiene muchas veces el carácter de un
a las integraciones regionales “abier- verdadero “enclave”” (p. 274). En cuan-
tas” del neoliberalismo, son el producto to a la IED, dicen que “experimentó un
de su fracaso, en materia de desarrollo aumento notable en los años noventa y
económico, en toda la región. Bértola alcanzó su máximo nivel, en términos
y Ocampo paradójicamente lo recono- de transferencias netas de recursos, entre
cen: “Las industrias manufactureras y mediados de dicha década y los prime-
sectores agropecuarios afectados por la ros años del siglo XXI”(p. 281) (…)“una
apertura han experimentado un fuerte parte importante de esta IED se involucró
proceso de restructuración (deforesta- en la adquisición de empresas existentes,
versiones y de propiedad intelectual, las razones tanto estatales, que así se privatizaban,
geopolíticas y de seguridad se encuentran detrás como, crecientemente, privadas, den-
de este cambio de actitud de Estados Unidos tro de un proceso mundial de fusiones y
hacia el regionalismo” (Hilaire y Yang, 2003;
Briceño Ruiz, 2007, citado por Gutiérrez Ale- adquisiciones. Esto implica que su con-
jandro (2012)). tribución a la acumulación de activos

115
Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

productivos fue menos notable de lo que Más de 77% de las exportaciones


indican los flujos financieros correspon- mexicanas van hacia el país del norte,
dientes” (p. 282). y no obstante que el balance comercial
Se olvidan en señalar la alta concen- con Estados Unidos es positivo, si le res-
tración del comercio con Estados Uni- tamos al mismo el petróleo, las ventas de
dos, por lo menos en lo que se refiere a las maquiladoras y las remesas de los mi-
este “patrón del norte”, y en particular grantes, este saldo comercial se hace ne-
al TLCAN, pues: El comercio mexicano gativo. En el año 2012, las exportaciones
se ha profundizado con Estados Unidos de petróleo y las maquiladoras represen-
llegando a representar 90% del total, taron el 85 por ciento de las exportacio-
mientras que Canadá apenas si llega a nes hacia Estados Unidos.
3%. El mismo comportamiento obser- El drama del campo alcanza magni-
va la IED, con una participación de al- tudes alarmantes, el precio del maíz cayó
rededor de 70% de Estados Unidos y más de 66%, debido a que las importa-
sólo un 2.5% desde Canadá. De manera ciones provenientes de Estados Unidos
que, más que una integración trilateral, aumentaron 400%. Lo mismo ocurrió
lo que se ha logrado son dos bilateralis- con las exportaciones del país del nor-
mos (Estados Unidos-Canadá y Estados te hacia México de soya, trigo, algodón
Unidos-México)”.27 El crecimiento del y arroz. Se importa 95% de la soya, 60
comercio con Estados Unidos se ha dado de arroz, 49 de trigo, 25 de maíz 40 de
en el contexto de total apoyo a las em- la carne que se consume en el mercado
presas extranjeras, en condiciones de to- interno. Y, aunque las exportaciones de
tal asimetría con México (…) se otorga hortalizas de México a Estados Unidos
a las empresas la capacidad de demandar aumentaron, la balanza agropecuaria
al Estado cuando algunas de las dispo- no pudo equilibrarse por el peso de los
siciones de política fiscal, ambiental o alimentos básicos. México importa hoy
social reducen la utilidad de las mismas. 60% del trigo y 70 del arroz que consu-
(México ha recibido 15 demandas, de me. Antes del TLCAN, sólo dependía de
las cuales 2 fallos en contra y las otras se 8% de las importaciones de maíz, hoy
encuentran en proceso (Correa 2012).28 representa más de 32%. La producción
27
Correa S., María Antonia, “El Papel de Méxi- de los principales granos, gracias al di-
co en los procesos de integración Latinoameri- ferencial de productividad y los subsidios
cana”, en Integración Latinoamericana y Caribeña. de la producción agropecuaria de Esta-
Política y Economía, Ed. FCE, P. 161.
28
Correa S., María Antonia, “Del Tratado de Li- dos Unidos cayeron 12%, las carnes rojas,
bre Comercio de América del Norte a la Alianza 33, y los productos maderables, 37. El PIB
de Seguridad y Prosperidad”, en Hernández C. agropecuario se estancó 1.8 por ciento al
(cood.), Memorias de Investigación del departamento
de Producción Económica, México., D.F., UAM-X, año y su participación en el PIB nacional
en prensa. se ha ido disminuyendo: 3.57 por ciento

116
Rodolfo Iván González Molina

en 2000; 3.55 en 2006 y 3.39 en 2011. que permita generar empleos y desa-
El precio de la canasta básica aumentó rrollar la infraestructura necesaria, para
257%, en los veinte años del TLCAN. detener las corrientes migratorias hacia
Se asiste a una devastación medioam- el norte, aproximar la producción de
biental que está terminando con los re- hidrocarburos y el producto de las ma-
cursos naturales por el abuso de los agro- quilas a los grandes mercados del TLCAN
químicos. Se están sobreexplotando los (1994)31. En lo que concierne al sur de
mantos acuíferos. En pocas palabras, de México, se pretende crear las condicio-
los 196 millones de hectáreas con que nes económicas para que los campesinos,
cuenta México, 64% están degradadas las comunidades étnicas y la población
por la erosión hídrica y eólica. La OCDE en su conjunto puedan enrolarse en los
acaba de señalar que México es el país trabajos de las nuevas industrias (petró-
de esa organización que más pierde bos- leo, turismo, monocultivos, selección y
ques, con una devastación de 155 mil clasificación de la diversidad biológica y
hectáreas de vegetación tan sólo entre las maquilas).
2005 y 2010”. Se olvidaron también, Bértola y
México no ingresó al primer mun- Ocampo, de La Comunidad del Cari-
do, tampoco disminuyó la emigración be (Caricom). Reestructurado con el
de los campesinos hacia Estados Unidos, Mercado Económico Común, creado en
desaparecieron los precios de garantía 2006, los estados o territorios del Ca-
y no hay un crecimiento espectacular. ricom/CSME empiezan un proceso con
Como se le prometió al país, el primero miras a obtener, en un periodo de tres
de enero de 1994, cuando entro en vigor años, la total libertad de movilidad la-
el TLCAN. boral. Por otra parte, algunos territorios
Bértola y Ocampo, se olvidaron permanecen fuera de estos procesos de
del “Plan Puebla Panamá” ( PPP), “Plan integración regional. De esta manera, los
Mérida” o “Iniciativa Mesoamericana”. departamentos franceses de la Martini-
Este plan PPP, diseñado por el Gobier- ca, Guadalupe y Guyana están más uni-
no mexicano (2001), pretende la “mo- dos a Francia y al Mercado de la Unión
dernización” económica tanto, de los Europea que a sus vecinos. Algunos de
nueve estados del sur de México29 como estos países (Centroamericanos y del Ca-
de crear un “corredor comercial” con ribe), sólo son señalados (por Bértola y
las siete repúblicas centroamericanas30, 31
México ha firmado tratados de libre comer-
29
Lo que comprende los estados de Puebla, cio, previamente, con los siguientes países cen-
Guerrero, Morelos, Tlaxcala, Oaxaca, Chiapas, troamericanos: Costa Rica (firmado en 1995),
Tabasco, Campeche y Yucatán. con Nicaragua (firmado en 1998), así como
30
Guatemala, El Salvador, Belice, Nicaragua, con el “Triángulo del Norte”, compuesto por
Honduras, Costa Rica y Panamá (También se El Salvador, Honduras y Guatemala (signado a
contempla Colombia). partir de marzo del 2001).

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

Ocampo), como un “patrón terciario” y de inversión y su consolidación en tra-


(p. 276). Patrón que lo caracterizan por tados de libre comercio, no son capaces
las exportaciones tanto, de servicios de de generar “endógenamente” desarrollo,
transporte, como financieros en Pana- y para la adopción de una agenda de in-
má, y turismo en los demás. tegración preocupada por temas de de-
En cuanto al “patrón de integración sarrollo y de equidad (Da Motta Veiga y
sur” que, para Bértola y Ocampo, sólo Rios, 2007:28). No se puede afirmar que
es importante señalar: “la combinación el regionalismo posliberal es una vuelta al
de exportaciones extraregionales de pro- viejo regionalismo, pues el contexto eco-
ductos básicos y manufacturas basadas en nómico actual continúa marcado por la
recursos naturales con un comercio in- globalización y el mayor cuidado de los
trarregional mucho más diversificado, en países de América Latina y el Caribe por
el cual tienen una presencia importante mantener el equilibrio macroeconómico.
las manufacturas con mayores contenidos Sanahuja (2010:95-96).
tecnológicos” (p. 276), o simplemente Partidarios del regionalismo posli-
decir que: “las exportaciones de produc- beral, cabe destacar a Venezuela, Bra-
tos básicos sigue representando más de la sil, Argentina 32 y más recientemente a
mitad de las exportaciones de (Bolivia, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Hondu-
Ecuador, Paraguay y Venezuela), en tan- ras y muchas Islas del Caribe. Se consi-
to que Chile y Perú lo más destacado (…) deran TLCPL el Mercosur, la Alternativa
es el creciente peso de manufacturas ba- Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
sadas en recursos naturales” (p. 276). En América (ALBA), el Tratado de Comercio
cuanto a las exportaciones extraregio- de los Pueblos (TCP), La Unión de Re-
nales, dicen que “el efecto más positivo públicas Suramericanas (Unasur), la Co-
ha sido la oportunidad que ha creado el munidad de Estados Latinoamericanos
gigante asiático (China) para las exporta- y del Caribe (CELAC) y la Iniciativa de
ciones intensivas en recursos naturales de Integración de Infraestructura Regional
Sudamérica, tales como: petróleo, soya, Suramericana (IIRSA), (Honduras aban-
cobre y hierro (…)” (p. 280) (…) con sus donó la ALBA en 2010, con posterioridad
derivados de ambos metales.” Bértola y al golpe de Estado que derrocó al Presi-
Ocampo no abordan lo que se denomi- dente Manuel Zelaya en 2009).33
na como los tratados de libre comercio
“posliberales” (TLCPL); denominados de 32
El actual Brasil de Michel Temer y la Argenti-
esta forma porque responden al fracaso na de Mauricio Macri, ponen en duda la conti-
de los tratados del neoliberalismo impul- nuidad de estos grandes esfuerzos de integración
sados desde el norte. Estas reformas de li- regional.
33
Véase González Molina, R. I., “Desarrollo
bre comercio neoliberales que obligaron Económico y las Integraciones regionales del
a la liberación de los flujos de comercio siglo XXI”, op. cit.

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Rodolfo Iván González Molina

Entre los países que claramente se priorizar el cuantus sobre la realidad.


deslindan de los postulados del regiona- Puesto que el aspecto cualitativo de la
lismo posliberal y que se han mostrado realidad es mucho más complejo; es ahí
muy activos en firmas de TLC´s extra- donde las clases sociales y sus líderes se
regionales con Estados Unidos, la Unión apasionan, laboran, sufren y se confron-
Europea, Asia y otros países se encuen- tan, tratando de repartir mejor los bienes
tran Chile, México, Colombia, Perú de producción, el producto de su trabajo
y en general los países que conforman y los cargos políticos de la administra-
el Mercado Común Centroamericano ción pública.
(MCCA). Aunque, para el MCCA, debe te- La región ha avanzado sorprenden-
nerse en cuenta el cambio de actitud de temente en su desarrollo capitalista, no
Nicaragua que, a pesar de formar parte así en su desarrollo económico. Por un
del TLC entre el MCCA y República Do- lado, las ciudades se han modernizado,
minicana, Tratado de libre Comercio la nueva tecnología de la Tercera Revo-
para Centroamérica y República Do- lución Industrial, entró en las empresas,
minicana (CAFTA+RD) (por sus siglas en las maquiladoras y las transnacionales; el
inglés) y Estados Unidos, se ha adherido consumo de la población cambió radical-
al ALBA. mente, comparado con el de la segunda
ISI. Las computadoras, los automóviles,
VII. Conclusiones los televisores-videos, los CD´s, los telé-
fonos celulares, el micro-onda, el uso del
Nunca será lo mismo, ni siquiera lo pre- internet y toda clase de juguetes electró-
tendo, leer este artículo de críticas al li- nicos, demuestra otro tipo de manufac-
bro de Bértola y Ocampo, que estudiar turas y bienes de consumo durables que
con atención el libro de los autores. Sin se han convertido en verdaderas necesi-
embargo, la historia de América Latina dades de la vida posmoderna. Por otro
no es sólo la descripción cuantitativa, o lado, la alta concentración del ingreso
la presentación efímera de uno que otro y la internacionalización de los proce-
protagonista de la historia, pues de esta sos productivos, la fragmentación de las
forma se hace historia económica intras- cadenas de valor y el transporte aéreo,
cendental, por la ausencia del sujeto. acortó las distancias y la “aldea global”
Es necesario leer a Bértola y Ocam- destruyó todo tipo de intervencionismo
po para cualquier docente especializado y de proteccionismo unilateral.
en la materia y que tiene las más nobles Las ciudades nación del siglo XIX,
intenciones de transmitir esas reflexiones fueron la base de los estados-nación
del pasado latinoamericano a las nuevas del siglo XX. América Latina dejó atrás
generaciones. No obstante, no se puede sus complejas estructuras agropecuarias
sesgar la bibliografía, ni mucho menos y, aunque las balanzas comerciales si-

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Economía Informa núm. 399 julio - agosto s 2016

guen dependiendo de las exportaciones que muchas economías europeas (Italia,


de bienes primarios (la nueva primari- Bélgica e Inglaterra), proponen hoy in-
zación), la sociedad se concentra en las cluir en el cálculo del PIB, América La-
grandes urbes, el trabajo se hizo infor- tina lo ejerce sin escrúpulos desde hace
mal, pues los obreros, que antes estaban muchas décadas atrás.
en las fábricas en el régimen fordista, ¿De qué le sirve a un ciudadano “de
fueron lanzados a las calles ahora como a pie” de América Latina, el hecho de
vendedores de baratijas chinas, comidas que suba o baje el precio petróleo a nivel
rápidas, flores y drogas. Los emigrantes internacional, si la gasolina o el trans-
ya no son los campesinos o los margina- porte en los precios locales, nunca ba-
les de las ciudades mexicanas o centro- jan?, ¿de qué le sirve que China compre
americanas, ahora son las clases medias e invierta más en América Latina, si la
latinoamericanas, que aunque muchos rentabilidad de las corporaciones y los
son calificados en sus oficios o profesio- terratenientes que acaparan la produc-
nales universitarios, prefieren emigrar y ción de estos bienes no se reparte? Lo
hacer trabajos manuales, o emplearse en que sí sabe muy bien, más de la mitad
la rama de servicios en las grandes ciuda- de la población latinoamericana, es que
des de Estados Unidos o Europa. las políticas fiscales, la informalidad y
Reflexionemos seriamente sobre flexibilidad laboral, el alto costo de los
este aspecto: no sólo la informalidad, la servicios, el encarecimiento por la priva-
flexibilidad y la precariedad laboral, a la tización de la atención médica, la educa-
que estamos obligados para ser recep- ción, y los fondos para el retiro, los em-
tores de las IED y las maquiladoras, son pobrecen dramáticamente. Las políticas
la causa de la pérdida del arraigo de la de “ fome zero” (cero hambre) de Luis I.
población latinoamericana. Hoy son bá- Lula da Silva en y de Dilma Rousseff
sicamente responsables la violencia de la en Brasil, “oportunidades” en México
delincuencia organizada y el flagelo del y el asistencialismo cada vez mayor, de-
narcotráfico que, corrompió los princi- muestran los rezagos alarmantes de más
pios políticos, las estructuras económi- de 50% de la población latinoamericana
cas, jurídicas, militares y sociales. Trans- en pobreza y del recrudecimiento de la
formaron países enteros, en economías indigencia. Los neoliberales menos or-
subterráneas de narcotráfico y de todo todoxos prefieren “equilibrar la cancha”
tipo de giros negros: venta de armas, (en salud, educación y vivienda), antes
narcomenudeo, lavado de dinero, trata de perderlo todo por la proliferación de
de blancas, venta de órganos, secuestros, fuertes brotes de violencia y anarquía so-
prostitución, abusos sexual de menores y cial. No es extraño hacer política con el
traslado clandestino de emigrantes hacia gasto público, en cada una de las cam-
Estados Unidos. Este tipo de actividades pañas presidenciales, en América Latina.

120
Rodolfo Iván González Molina

BOISER, S. (2005, agosto). Hay espacio para


Tampoco es raro ver más clientes, que
el desarrollo local en la globalización.
militantes, en los partidos políticos insti- Revista CEPAL, 86.
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Como los estados continente son dición de la pobreza. Conceptos y tipo-
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