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La droga, el otro Cáncer de Colombia

Autor: Abelardo de la Espriella


Fecha de publicación: 10 de septiembre de 2018
Medio: CONtexto Ganadero
Biografía
Abelardo de la Espriella nació el 31 de julio de 1978 en la ciudad de Bogotá.
Abelardo es un columnista, abogado y maestro colombiano. Es maestro en
Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, es un especialista en Derecho Penal y
Ciencias Criminológicas de la Universidad Externado de Colombia, a su vez es un
especialista en Derecho Administrativo de la Universidad del Rosario. Ha ejercido
como abogado litigante, asesor y consultor legal. Es socio fundador y director
general de la firma DE LA ESPRIELLA Lawyers Enterprise. De la Espriella ha
sido conferencista en temas políticos y procesos de paz al igual que presidente del
Primer Congreso Internacional del Derecho Penal en Colombia.
Entre sus casos más importantes se encuentra “Defensa de parapolíticos
(2007)”(vínculos del Estado con grupos armados ilegales), “Natalia París contra
Madame Rochy (2007)”(escándalo de falsas acusaciones en el libro Las Prepago),
“Denuncia contra Rafael Correa (2009)”(denuncia al presidente de Ecuador por
vínculos con las FARC), “Proceso de Jorge Andrés Pulido contra Unicentro
(2010)”(accidente de un niño de 5 años en escaleras eléctricas), “Ataque con
ácido a Natalia Ponce de León (2014)”( ataque brutal con ácido que logró una
reforma en el Código Penal Colombiano. Además de haber representado
legalmente a figuras públicas como Silvestre Dangond y Ricardo Martinelli.

CONtexto Ganadero
CONtexto Ganadero un diario digital en el que los lectores tienen siempre las
noticias más importantes a nivel nacional e internacional, sin embargo, este es un
medio en el que se presta especial atención a todo aquello que sucede en el
sector rural del país.

Sinopsis de la columna
Abelardo empieza su columna con un párrafo introductorio mencionando dos de
los problemas más importantes que sufre incluso hoy en día Colombia. Menciona
el problema de la corrupción que en palabras textuales del autor menciona como
“ha carcomido el alma de nuestro pueblo” sin embargo explica que el narcotráfico
y el consumo de drogas también ha afectado a Colombia igual o en mayor medida
que la corrupción.
En el siguiente párrafo de la Espriella crítica el problema social de Colombia de
caer en la dictadura de unos pocos que disfrazan como ley comportamientos
propios a su agenda política y sus propios intereses políticos, seguido explica su
opinión sobre la legalización de la dosis mínima, estando completamente en
contra debido a que al aceptar estos vacíos legales Colombia “flexibiliza su
capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo” dando paso a la tolerancia frente
al consumo. De la Espriella termina este párrafo criticando como en pocos años
Colombia pasó de ser un país exportador a uno consumidor de drogas.
Abelardo cita el artículo 49 de la Constitución Política que determina de manera
clara y concisa que: “El porte y el consumo de sustancias estupefacientes o
sicotrópicas está prohibido, salvo prescripción médica”. Seguido juzga la manera
de actuar del exmagistrado Carlos Gaviria dando vida a la legalización de la dosis
mínima. Continúa el texto examinando la mala conducta que han presentado en
palabras del autor “unos cuantos viejos adictos” frente al holocausto que ha
padecido Colombia por décadas por culpa de las drogas que se ha convertido en
los últimos años en un problema de consumo interno que ha afectado a los
jóvenes quitándoles ese desprecio y aversión a las drogas volviéndolos más
vulnerables a esta cárcel.
De la Espriella prosigue su columna percatando este nuevo mercado que ha
crecido en los colegios, escuelas, universidades, parques y escenarios deportivos,
buscando esclavizar desde jóvenes a los colombianos disfrazando las drogas
como una moda, pero en realidad escondiendo detrás de esta moda que las
drogas citando a Abelardo “alienan, destruyen, causan sufrimiento y destruyen el
desarrollo personal. La droga es la vía más expedita para llegar al infierno.”
Abelardo continúa criticando el pésimo mensaje que se le envía a la juventud cada
vez que un adulto se entrega a los brazos venenoso y oscuros de la droga. Debido
a esto de la Espriella juzga en gran medida la decisión de un gobierno como el del
expresidente Juan Manuel Santos que renuncia a su obligación de luchar en
contra de los cultivos ilícitos.
Abelardo expresa en su párrafo conclusivo su apoyo hacía el gobierno del
presidente Duque al rastrear y perseguir s estos mercaderes de la muerte que
esconden la producción masiva por parte de los grandes cárteles y de las FARC.
De la Espriella cierra el artículo insistiendo a los lectores que “cada vez que un
colombiano consume cualquier tipo de droga patrocina directamente al
narcotráfico y a todas las inmundicias que ese mundo engendra.”.

Idea principal
La idea central del texto radica en la crítica del autor hacia los funcionarios del
congreso que deciden aprobar una legislación de las drogas patrocinando a un
lado oscuro e ilegal de Colombia en vez de aprobar leyes para erradicarlo
completamente, buscando no más que su propio beneficio tanto económico,
político y legislativo.

Idea secundaria
Los jóvenes en Colombia están siendo criados en una sociedad que acepta las
drogas como si fueran una tendencia sin daños a futuro, el verdadero problema
radica en la dependencia que los jóvenes crean al ser introducidos a tan temprana
edad a un mundo aparentemente fascinante e inofensivo sin saber que son más
susceptibles a las drogas y generar una drogodependencia que no
necesariamente es hereditaria.

Conclusión
Las drogas en Colombia han sido y seguirán siendo uno de los mayores
problemas que envenenan nuestra sociedad, Colombia es un país con muchas
posibilidades de mejoría pero es continuamente arrastrado hacía el pasado
mediante la corrupción y las drogas, sobre este tema De la Espriella hace apuntes
muy buenos en esta columna sin embargo sataniza las drogas y prefiere una
solución más radical sin ponerse a pensar que se podría llegar a un punto
intermedio que busque la educación en contra de las drogas más que la
prohibición y la censura. Porque la prohibición total como se ha visto a lo largo de
la historia no puede erradicar un problema que viene de raíz de la sociedad
colombiana y sólo se puede cortar con la educación adecuada para todos los
colombianos sin importar la clase social, raza o ideología.

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