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ADVERSUS
SPERMOLOGOS
ET
FRASISTAS
By: Eduardo Cosentino
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Spermólogos y Frasistas

Vivimos en la época de la grandeza del Yo, un afán desesperado por alcanzar la fama o
popularidad, la meritocracia ha entrado en lo que se dice cristianismo, y ahora tenemos un
sinnúmero de personas buscando llegar a ser tendencia a toda costa. En esa desesperación, ha
surgido la tendencia de ser “creadores de contenido” o “artistas”, algo parecido a lo sucedido
en el renacimiento, que cuando uno quería alcanzar mayor popularidad sin tanto esfuerzo,
intentaba vender lo que más le gustaba hacer en sus tiempos libres, y así, si funcionaba,
entonces alcanzaría aquella ansiada posibilidad de vivir de eso, no hay nada diferente a la
actualidad y los “artistas callejeros”, simplemente no quieren trabajar o estudiar algo
relacionado al avance como sociedad y tecnología, y se dedican a repetir viejas creaciones de
sus antiguos semejantes o inventar cosas inútiles para entretener vanamente a las masas sin
criterio. No pretendo ser agradable a nadie, simplemente exponer la verdad a cada uno de los
que lean, y que puedan así entrar en sí, y empezar a identificar a aquellas personas que andan
por el mundo buscando monetizar o hacer dinero haciendo cosas absurdas, o pretenden hacerlo
aprovechándose de las cosas santas. Este no es un prólogo convencional, ya que probablemente
esta es la parte en donde busco captar el corazón de las personas, pero no estoy interesado para
nada en que me prestes atención sólo para satisfacer algún capricho interno, alguna pasión de
la carne, o lo que sea que quieras complacer, lejos de buscar agradar a Dios. Este escrito no es
para los impíos orgullosos, sino para aquellos que buscan humildemente conocer la verdad,
puesto que los tales han de convertirse en discípulos de Cristo, acercándose con fe y para
hallar gracia, reconociendo internamente que no son merecedores de nada más que el lago de
fuego por sus pecados. Mi motivación tampoco es vender este material, sino exhortar, en una
de sus definiciones “poner en la mente del otro, aquello que no estaba”, de esta forma “el que
es de la verdad, me oye, pero el que no es de la verdad, no nos oye”. No pretendo convertir
almas, ni convencer de pecado, esas labores divinas pertenecen al Espíritu de Dios, una de las
personas de la trinidad, y al yo pretender hacer aquellas cosas, caería en algo que he
denominado “complejo de Espíritu Santo”, que no es nada más y nada menos que creer que yo
puedo hacer aquellas cosas que sólo le competen a Él por ser Dios. Mi único propósito es
derivar a las personas a la verdad, y como bien indica su definición, en caso de que estén
destinados a conocerla, entonces les será revelada al corazón y la entenderán, que no es algo
que hagan todas las tierras descritas en la parábola del sembrador. Soy sólo un mensajero, y si
bien podría adulterar el mensaje, no tengo la intención de hacerlo, pero ese “podría”, tiene
como fin obligarte a constatar todo aquello que digo con las Santas Escrituras que es la norma
de nuestra fe y aquella que estimula y regula nuestras acciones. La nobleza bereana debe
hacerse un lugar en este momento, y como al etíope intentaré explicarte lo que lees, más el
Espíritu, su Santa Palabra y tu razón deberán actuar en conjunto para determinar si esto es
cierto o no, en caso de que concluyas que no es cierto, te animo a hacerme conocer dicho
razonamiento, y sin duda, me dispondré a conversar más en profundidad todo aquello que no
se comprenda, corregir aquello que sea erróneo, y seguir trayendo más luz a quienes están en el
error. No poseo todo el conocimiento, pero sí poseo la verdad, no tendré todas las respuestas,
pero tengo un libro llamado Biblia que posee todas aquellas que Dios haya considerado
necesarias responder, tampoco creo que soy infalible, de otra manera en qué me diferenciaría
del papismo anticristiano y el magisterio romanista, pero sí creo que tengo el Espíritu Santo,
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que me guiará a toda verdad, y que esta no debe ser relativa, no debemos llegar a conclusiones
diversas, de otra forma violentaríamos el principio de unidad que existe en las Sagradas
Enseñanzas de Cristo, todo aquello que este en la Biblia deberá ser conciliado por la
Autoridad Suprema de las Sanas Palabras, cualquiera que no tenga a éstas por su autoridad y
regla infalible de fe, sostengo que el tal se ha extraviado y nada sabe, sino que delira acerca de
cosas que desconoce, su mente y corazón están corrompidos, y ha sido entregado a la
cautividad de satanás y a la locura de los que van camino a la destrucción.
Para cerrar este prólogo, agradecer sólo a Dios que ha hecho en mí su milagro de
regeneración, que me ha llenado de su Espíritu, que me enseño todo lo que sé, y también a la
santísima iglesia, es decir mis hermanos que han sido la razón de esta apología, y quienes
también me han motivado a esta buena acción. Gracias a Dios por darme a conocer su palabra
sacra, por enseñarme de nuevo, ya que tuve que ser purgado de antiguos conceptos o
aseveraciones que había adoptado como dogmas, sin embargo, lejos de ser verdades absolutas,
eran mentiras encubiertas llenas de superstición y tradiciones corruptas que invadieron cada
costa del mundo, la inmundicia de mi corazón tuvo que ser mirada por los ojos de llama de
fuego del eterno, para que en pureza y santidad pudiese escribir esto, que hago para su gloria,
y ruego a Él para que llegue a las manos correspondientes, dos son mis ruegos, el primero que
su palabra corra hacia los corazones electos y les libere, y segundo, que derribe a los hipócritas
y falsos, y todo esto sirva para tapar sus bocas, porque sólo son perros que pretenden
perturbar el sendero puro del evangelio. ¡A Dios sea la gloria!

Eduardo G. Cosentino

Obispo llamado por el Espíritu, a pastorear su santa grey, ser de ejemplo en todo, y defender la
verdad aunque esto me cueste la libertad o la vida en este mundo mortal.
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Introducción

Si algo define nuestros tiempos es la pobreza, la corrupción, los problemas sociales, el


relativismo, la inmoralidad, la religiosidad, etc. Son muchas cosas, muchos problemas diversos,
todos vinculados a una sola cosa, “la depravación humana”. Claro, si quieren apuntar a otros
factores “más humanos” le pondrán otros nombres más técnicos, pero los tecnicismos ahogan
verdades muchas veces, la verdad debe ser dicha sabia y directamente, si uno intenta pintarla
de diversos modos, se ahoga con ejemplos; si alguien quisiera expresarla de otra forma que no
sea a través del lenguaje, se ahoga en la confusión y el relativismo; si alguien pretendiera dejarla
para el futuro, el problema será como un cáncer, y con el tiempo hará metástasis. ¿A dónde voy
con esto? Si los asuntos no se tratan directamente, acaba perdiéndose la verdad en todo un enredo
de lagunas, en un océano de palabras, en el arte absurdo de la filosofía aquella que postula “nada
es verdad, todo es relativo, no existimos en realidad”, todo un montón de absurdos de burdas
mentes que viven sin creer vivir, tal oxímoron es digno de un lunático, o un fanático del
ignorantismo. Ahora, ¿por qué llegan a esto? Por el hedonismo, por la búsqueda ociosa del placer,
por el entretenimiento vano, por el hábito del perezoso y el imperio del deseo de la carne. Hay
quienes buscan el germen del mal, por la falta de honestidad que tienen de sus propios
pensamientos, quieren culpar a otros sin reconocerse a sí mismos, buscan sentirse mejores que
los demás, pero si sus pensamientos fueran visibles, su condición se denominaría perversa. No
estoy en contra del orden, creo que es necesario, bíblicamente indispensable, y humanamente
imprescindible, pero sí, tengo que decir que, si buscan a los asesinos en serie, a los degenerados
del mundo, a los mentirosos y embaucadores, a los secuestradores y ladrones, a los deshonestos
y ruines, si buscan a los malos no están muy lejos de hallarlos, son ustedes mismos. El camino
hacia la verdad comienza con la honestidad, y muchos no lo son consigo mismos siquiera.
Ubicándonos en nuestro campo presente, en ese asunto que nos convoca, nuestro tema a tratar
será “Los Spermólogos y Frasistas”, y usted me dirá “¿Qué es eso?”, no tiene que ver con el
esperma ni mucho menos con el fascismo, que son las primeras palabras que pueden venirse a la
mente, sino que refiere a aquellos que “recopilan frases” o se dedican a “inventarlas”. Y la otra
pregunta sería, “¿Por qué un escrito sobre ellos?”, la respuesta simple y sincera es porque ellos
hoy son un problema para la iglesia, y uno de aquellos que tienen mucha preeminencia en
nuestros días, lo que no significa que no haya existido en la antigüedad, pero hoy es una época
favorable a la propagación de este pecado sin considerarlo pecado. En esta era de tecnología y
desarrollo, escribir no cuesta mucho, no diré que no cuesta nada, porque si cuesta, si bien
cualquiera podría sentarse a escribir, no cualquiera tendría las herramientas y la información
necesaria para que valga la pena leerlo, y como vivimos en un mundo de “compra y demanda”,
algunos de estos libros que no tienen quizás contenido provechoso para nadie, acaban siendo, por
el mismo sistema, descartados. Con esto no digo que este bien en todos los casos que esto suceda,
pero sí noto que mucha comida chatarra se va entre esos descartados, y eso es bueno. También
noto, como lo veo en la democracia, que, si el pueblo o consumidores no tienen buenos criterios
a la hora de elegir, efectivamente rechazarán buenos materiales, como buenos gobernantes, y si
bien tendrán los que quieren, no tendrán los que necesitan, y ahí yace el problema. También,
tomando un poco el ejemplo del gobierno, si un pueblo cree una cosa como verdad, difícilmente
triunfe algo que le lleve la contraria, y si a los que tienen el monopolio de la difusión, no les
interesa otra cosa que aquella “verdad”, probablemente ellos mismos se encarguen de censurarla,
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y de esa forma no triunfaría la verdadera verdad, algo de lo que hay que empezar a hablar, dada
las “falsas verdades”, que aunque suene contradictorio, se han erigido por ahí muchos sus
propias nociones de verdad, aunque no lo sean a la luz de la norma que tamiza todo aquello que
el hombre asevera. Aun así, como creyente en la soberanía de Dios, en que Él gobierna el
universo, controla los mercados, la difusión de las cosas, y todo aquello que sucede en su creación,
no tengo porqué dudar que llegará a los ojos u oídos correspondientes, no soy yo quien revela,
sino Dios, como al principio he declarado, es por eso que no me hundo en la frustración pensando
que son muchos los promotores de mentiras, ya que Dios ha tomado de las más insignificantes
tierras, a los futuros reyes que gozarían de gran gloria y popularidad. Por esta causa, mi fe
descansa en el poder de Dios, no en la retórica que pueda emplear, no en los tecnicismos que
pueda emitir, sino en el Poder de Dios, en el Rhema de su palabra que perforará las capaz duras
del corazón de piedra, romperá el molde de la resistencia pecaminosa, e introducirá vida y dará
la capacidad para entender estas cosas, me remito a decir “el que lee, entienda”, “el que tenga
ojos para ver, que entienda, lo que el Señor dice a su Iglesia”. Por eso dije, esto es para la iglesia,
no para las instituciones, ni para los líderes, ni para los más capacitados, no es para aquellos
que gozan de gran fama, sino para los que de corazón puro invocan al Señor y han nacido de
nuevo por la palabra de Cristo, no es para los cerdos y los perros, sino para las vírgenes sensatas
que aguardan pacientemente la venida de su Señor. Dios sea con todos ustedes hijitos, amén.
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Tabla de Contenido

I. Los spermólogos y sus características

II. Los frasistas y sus características

III. La razón del uso de estos elementos

IV. El fracaso de la literatura

V. La mala fama y buena fama

VI. El negocio de la fe

VII. La seducción del mundo y la perversión de la verdad

VIII. La parresia no es un negocio rentable

IX. Los nuevos teólogos y líderes evangélicos

X. La apostasía colectiva

XI. Una nueva reforma (Razones y Consecuencias)


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Los Spermólogos y sus características


Capítulo I

Como decíamos al principio, aunque parezca un término vinculado al esperma del hombre, sin
embargo, todo eso no es más que una deducción lógica, ya que el término contiene cierta relación,
pero viendo el origen del término, desde el lugar de donde es tomado y su contexto histórico, se
verá con claridad a qué hago referencia a la hora de usarlo. El término "Spermólogo” es tomado
de una palabra griega “σπερμολόγος” (Strong 4691), que se encuentra en el texto de Hechos
capítulo diecisiete, versículo dieciocho, allí dice lo siguiente:

También disputaban con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: ¿Qué
quiere decir este PALABRERO? Y otros: Parece ser un predicador de divinidades extrañas--
porque les predicaba a Jesús y la resurrección. (Hechos 17:18)

La palabra subrayada como “Palabrero”, es Spermólogo, y esta palabra refiere a aquella


persona que recopilaba frases, obviamente que, en el más miserable de los sentidos, un mero
cuervo carroñero, un aprovechador de las sobras de los demás, un hablador de vanidades, un
bufón que no poseía más que eso, algo así como un cuenta-chistes, o un mero embaucador. En
este caso, haré uso del término para referirme a los escritores modernos o creadores de
contenidos. Muchos de ellos alcanzan la fama o popularidad a costa de alguien más, y este
alguien puede ser el internet, la literatura, o las ideas de otras personas, toman un montón de
frases que otras personas tradujeron y encontraron, y las copian para hacer su propio contenido
cargado del esfuerzo ajeno, y eso lo usan como medio para catapultarse hacia la fama, porque el
fin principal de estos hombres es ese, “cuyo dios es su vientre, cuya gloria su vergüenza”, en
otras palabras, el propósito es hacerse famosos a costa del esfuerzo ajeno, adjudicarse el trabajo
de otros, y así, poder hacerse un nombre entre los hombres. Estos son verdaderos charlatanes,
porque no leen libros, no han estudiado los asuntos a profundidad, no han indagado en las
reflexiones compartidas, no han llegado siquiera a poder explicar con coherencia a qué se
refieren los autores a la hora de escribir sus escritos, pero ellos toman unas cuantas frases de
muchos autores, y así comienzan a dirigirse hacia el salón de la fama que este mundo brinda.
Nadie les juzga, claramente porque casi nadie hoy tiene criterio, hay muy pocos con criterio,
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porque hay muy pocos hijos verdaderos de Dios, la mayoría son otros charlatanes, otros
nominales que dicen creer cosas que ni siquiera entienden ni estudian, porque lo hacen
meramente para pertenecer a un grupo dentro de la sociedad, no les importa la fe, ni la historia
de la iglesia, ni las doctrinas bíblicas, “siempre están aprendiendo más nunca llegan al
conocimiento de la verdad”, y como “el crecimiento lo da Dios”, estos nunca crecen ni crecerán,
son nubes sin agua, higueras estériles, hombres muertos en delitos y pecados, cabras que se han
disfrazado de ovejas.

El problema con estas personas es que reciben popularidad, alcanzan la fama, logran aquello que
se han propuesto, no porque Dios este con ellos, sino porque Dios está contra ellos, “Dios los
entrega” para que alcancen lo que se han propuesto alcanzar, así en su falsedad se pierden, así
se ahogan en sus razonamientos, y se hunden en las tinieblas de la ignorancia, sólo son
confundidos y atrapan con esa seducción a los que son ciegos como ellos. Ahora, Dios también
protege a los suyos de estos, porque hace que, si sus hijos están bien preparados o bien
pastoreados, puedan identificar a los tales, a fin de señalarles y que ninguno de sus hermanos
caiga en la trampa de esos inicuos llenos de todo engaño, los tales irán de mal en peor, sin
embargo, si tuvieren la oportunidad, como son agentes de satanás, intentan arrastrar tras sí a
muchos, y es por eso que hay que “probar los espíritus, porque no todos son de Dios, muchos
falsos han salido al mundo”, y esto sucede en todas las épocas, y sucederá mientras estemos en
este mundo, hasta que la venida gloriosa de nuestro Señor les ponga en su respectivo lugar, es
decir la condenación eterna. Porque esta gente lo hace por fama, se promocionan a sí mismos,
buscan ser vistos de los hombres, quieren alcanzar grandes puestos en sus organizaciones,
añoran con mucha devoción poder alcanzar la mirada de los hijos de los hombres, incluso si
pueden capturar a personas de este mundo, lo harán, como dice Juan “ellos son del mundo, por
eso hablan del mundo, y el mundo los oye”, incluso los mundanos van tras ellos, porque no les
confrontan en sus pecados, no les presentan el destino que recibirán si no se arrepienten, no hay
juicio, fuego, no hay verdad alguna, todo es pan y circo, entretenimiento, todo es pragmatismo,
alcanzar seguidores, como los antiguos hipócritas que hacían grandes esfuerzos para hacerse con
un prosélito, no tienen intenciones más que de llenarse de gente, tienen la estúpida idea de que
un verdadero cristiano se mide por la cantidad de público que tiene, por la abundancia de
lectores, por la reputación buena que alcancemos del mundo, cuando, en realidad, es todo lo
contrario. Pablo dijo “si tratara de agradar a los hombres no sería siervo de Cristo”, Cristo
dijo “El mundo me aborrece, porque yo testifico que sus obras son malas, y a ustedes también
los aborrecerán como a mí”, Juan dice “Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye;
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el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de la verdad y el espíritu del
error”, Pedro también dice “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el
Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos Él es blasfemado,
pero por vosotros es glorificado”. No importa cuántos les sigan, cuántos seguidores tengan,
cuánta reputación hayan ganado en el mundo, sus obras son testigos perfectos de sus corazones
llenos de maldad.

Además, tienen la tendencia a no citar las Santas Escrituras, y cuando lo hacen, no es más que
para deslumbrar al oyente de su sabiduría, torcerlas para su propio beneficio, o divertir al
público. En ocasiones las exponen, y aunque esto parezca algo loable y aceptable, sin embargo,
cuando estas son citadas para favorecer el error, presentarse como maestros sin ser llamados,
alcanzar fama en detrimento de la verdad, no tienen como fin presentar a Dios ante los
espectadores, sino presentarse ellos mismos como expositores, no buscan expandir la obra, sino
sus propias empresas, sus organizaciones, sus propios libros, incluso estos tienden a usar las
frases de los antiguos para promover sus propios nombres, no les interesa o ni siquiera afectan
sus vidas las frases que comparten, citan a hombres de la antigüedad, hablan de los relatos del
martirio de algunos de los hijos de Dios, se presentan a sí mismos como apasionados por las
vidas y las enseñanzas de aquellos, pero no es más que para aprovecharse de la reputación y la
fama por aquellos alcanzada, porque aquellos si se esforzaron para exponer la palabra con poder,
aquellos se expusieron incluso al martirio por la causa de Cristo, y estos les usan como quien
apila cadáveres para cruzar un muro, no los ven más que como escalones hacia el cumplimiento
de sus intereses y proyectos personales, un ejemplo de esto pueden ser las 95 tesis de Lutero,
usan estas como base para promocionar sus ministerios, también hablan del Puritanismo, no es
nada más que con el fin de alcanzar algún tipo de fama entre los que se suponen de “buena
reputación”, pero cuando uno estudia las vidas de estos expositores modernos no son más que
charlatanes, que “dicen y no hacen”, estos son los que cada 31 de octubre aprovechan la Reforma
para darse a conocer a sí mismos, para lucrarse con el relato de la vida de los antiguos, también
usan métodos paganos para expandir sus ministerios entre los inicuos y carnales, ya que son
muchos, y así hacen uso de la navidad, la pascua papista, la celebración de fin de año, entre
otras celebraciones del paganismo, todo para darse a conocer, para ganar más adeptos dentro de
sus filas, buscan capturar a los incautos con sus “libertades” que no son sino sus “cautividades”,
ya que son esclavos del error, son esclavos de sus pasiones, son siervos de sus estómagos, son
hedonistas, egocéntricos, el porte lo dice todo, si uno los observa, sólo tienes que observarlos, y
si tienes el lente de las Sagradas Escrituras en tus ojos, entonces no verás hombres de Dios,
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verás un sinnúmero de fanfarrones, megalómanos, cargados de narcisismo, enamorados de su


propia imagen, se engalanan a fin de atraer a las jóvenes y los jóvenes carnales, a las mujeres
cargadas de pasiones, hombres afeminados incluso (Malacos), que buscan atraer a los hombres
degenerados que se echan con varón como con mujer. Si usted mira estas congregaciones,
encontrará que llevan a cabo muchos juegos, implementan muchas distracciones para que las
personas no se vayan de sus templos paganos, muchos de estos apostatas comenzaron hablando
radicalmente de muchas cosas, pero luego fueron “metiendo encubiertamente herejías
destructoras”, comenzaron a promover “doctrinas de demonios”, no pueden con sus pasiones, se
retienen por un tiempo, pero deben volver al vómito que les fascina, deben nadar otra vez en el
lodo que les llena de placer, no pueden limpiarse por mucho tiempo, a la larga pierden todo pudor,
se les cae la máscara, en ocasiones incluso de la forma más radical, puesto que caen en escándalos
de todo tipo, se descubren cosas aberrantes, porque aunque “tienen apariencia de piedad, niegan
la eficacia de la misma”, es decir la piedad no tiene poder sobre los tales, están ciegos, son ciegos
y oportunistas, lobos rapaces, llenos de engaño, emplean con astucia las artimañas del error, de
esta forma arrastran a muchos tras sus estratagemas, es por eso que no hay que creer a
cualquiera que “llamándose hermano” tuerza descarada o encubiertamente las Escrituras, no
hay que recibir a cualquiera como hermano sólo por llamarse a sí mismo hijo de Dios y decir
que cree en cierta forma de doctrina, antes bien han de ser probados en su fe, deben ser probados
por los santos maduros de la iglesia, no cualquiera que se diga cristiano o que se jacte hablando
de los tales, es en realidad un cristiano, sino que “por los frutos los conocerán” dijo Cristo, estos
deben dar evidencia de “buscar la santidad sin la cual nadie verá al Señor”, deben dar evidencias
de que aman a Cristo y viven de conformidad a su voluntad, no debemos, como hijos de Dios,
aceptar en nuestras filas a cualquier cabra, lobo, pagano, o lo que sea que fuese, simplemente
porque a sí mismo se dice “cristiano”, en la nueva era se creen tantas cosas, el hombre y la
mujer, ambos deliran de asuntos varios, y en el desenfreno de sus pasiones dicen ser cosas que
no son, y no entienden razones evidentes, imagínense un hijo del diablo que finge su fe, que busca
engañar a los hermanos, que planea por incitación de satanás, el cual aprovecha su naturaleza
impía que aborrece a Dios, para poder ingresar dentro de nuestro campamento al que llamamos
iglesia, a esa comunión santísima de los hijos e hijas de Dios, con el fin de ser levadura que leude
la masa, chispa que origine un incendio, mosca que dañe el perfume, remiendo viejo que arruine
el nuevo, espía que causa divisiones, enemigo que dañe desde adentro al rebaño, por eso debemos
estar atentos.
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Estos spermólogos no buscan más que lucrarse a través de la fe, pero no lo dirán abiertamente,
aunque lo harán evidente en la práctica, es decir uno por las obras o los hechos le podrá juzgar,
porque su maldad se hará evidente a todos, podremos al tiempo verles, incluso cuando ya están
en la fama, ya son fácilmente discernibles, dado que se han expuesto a lo que sus corazones
anhelaban, y si bien se dominan por un tiempo, al exponerse mucho a lo que aman, hacen
manifiesta la ignorancia de Dios y la naturaleza no regenerada que tienen. Hay creadores de
contenido en internet como en páginas, canales, blogs, y diversas plataformas, donde lo único
que hacen es buscar copiar y pegar las frases de otros, sólo agregan algunas palabras, pero ¿cuál
es el problema de esto? Que es evidente que lo hacen con el fin de promocionarse a sí mismos, lo
ven como un medio para el fin principal que es mostrarse al mundo, quieren y se aventuran a
hacerse maestros, sin importar la condenación, porque lo que quieren es corromper a muchos,
llevar a muchos a idolatrarles, y así lograr tener seguidores enamorados de su imagen, así como
él mismo lo está. Estas personas son peligrosas, aunque compartan contenido de aquellos santos,
porque cuando lo hacen no pueden evitar añadir algún comentario que reduzca la intensidad de
lo que los antiguos decían, intentan cambiar el concepto de aquello que enseñaban, con
anacronismos dicen cosas que aquellos no decían, y en su eclecticismo, van desechando lo que les
parece “políticamente incorrecto”, desagradable para la carne, chocante para el pecado,
condenatorio para sus almas, y toman las frases poéticas que aquellos han dicho, sacándolas de
contexto, así como sacan de contexto incluso las Sagradas Escrituras. Estos se han hecho de gran
popularidad en las redes sociales, y las diversas plataformas para la distribución de contenido,
ya que a raíz de eso pueden recibir algún dinero por lo que hacen, y como dijo el apóstol Pablo
“porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron
de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”, así lo hacen estos, y hay que identificarlos,
denunciarles, y buscar la forma de entorpecer con astucia sus obras. Porque no estamos en vano
en este mundo, sino para “contender ardientemente por la fe una vez dada a los santos” (Jud.
1:3).
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Los frasistas y sus características


Capítulo II

Por otra parte, tenemos a los frasistas, estos no son muy diferentes a los anteriores, sino que
son fanáticos de sus propias creaciones, se aman tanto a sí mismos, que no reparan en darse a
conocer sólo a ellos, y si bien, no hay nada de malo en exhortar, reprender, o consolar al pueblo
de Dios, estos sólo están procurando hallar personas que asienten a los dichos de sus labios,
están detrás de la ovación y los aplausos, no buscan hacerse la fama a costa de otros, porque se
suponen lo suficientemente capaces para desarrollarse por sí mismos, entonces, de esta manera
no incurren en la transgresión de los Spermólogos, pero incurren en otra, es decir la de los
frasistas, que repito, no hay nada malo en la expresión de un saber, no hay nada de malo en dar
a conocer aquello que hemos aprendido o que hemos deducido en base a estudios serios, es más,
al yo hacer este tipo de escrito, podría estar cayendo en lo que estoy condenando, pero no es
necesariamente “hacer contenido” lo que es pecado, sino la intención oculta detrás de hacer
contenido. Estas personas hacen todo para promocionarse a sí mismos, tienen tanto afán de darse
a conocer que se graban en vídeos a ellos mismos para ser publicados o publicarse, escriben
frases a las que no les puede faltar la firma debajo, a pesar de que las escriba desde sus propias
cuentas personales, pero ellos necesitan recibir la gloria por aquello expresado, luego viene el
Copyright, comienzan a trabajar con el derecho de autor, esto no lo hacen con el fin de protegerse
de futuros ataques de los inicuos, sino con el fin de cobrar si algo sucede; además, pretenden
comenzar a trabajar con editoriales, firmas, entre otros organismos lucrativos, a fin de empezar
a generar dinero. Ahora, usted dirá “todo el mundo lo hace” ¡Exacto! ¡El mundo lo hace! La
diferencia con el mundo y nosotros, es que nosotros tenemos una ley que nos regula, el mundo
cree que ellos mismos son su ley, a menos que los gobiernos les impongan leyes, pero cuidado,
existen los anarquistas, estos son sus propias leyes, y no aceptan siquiera a los gobiernos.
Entonces, puede ver hasta donde es capaz de llegar el mundo, y el mundo no es un estándar para
el Cristiano, el cristiano debe ser un estándar para el mundo. El hijo de Dios está para dar
ejemplo al mundo de la luz, de las obras rectas ante Dios, esta para conservar las buenas
costumbres, para manifestar las buenas obras de una nueva creación, el mundo, sin embargo,
no está detrás de todo eso, sino más bien en contra.
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Ahora, ¿por qué es malo todo aquello? Porque el frasista está detrás de la gloria de este mundo,
aman la gloria de los hombres a la hora de componer una frase, su imagen con su frase es toda
su recompensa, que le compartan en muchos sitios y plataformas, que le promocionen sus
discursos, incluso que le coloquen música de fondo para sonar emocionante, a pesar de que no
digan nada sustancial, aun así lo hacen con el fin de capturar a los sensuales, a los
sensacionalistas, a aquellos que andan detrás de las emociones y los discursos bonitos que no
confrontan el alma, que no denuncian el pecado, aquellos discursos que se acomodan a las
tendencias del mundo, que tocan asuntos que les impulsen a seguir alcanzando más oyentes y
espectadores, no les importa usar cantantes del mundo, o inicuos autores, artistas del diablo, y
tantos otros personajes, todo lo hacen con el fin de que sean sus elevadores de fama, están detrás
de las pobres mentes sumidas en el entretenimiento, muchas personas viven tras un celular o un
ordenador, tras una Tablet o una Laptop, y estás personas andan en búsqueda de cortos mensajes
que le motiven, cortas reflexiones que les acaricien su carne, no desean confrontación, ni llamado
al arrepentimiento, no les interesa aquel contenido que les llama a ponerse a cuentas con Dios,
sólo quieren oír asuntos de economía y finanzas, familias y matrimonio, cortejo y música,
teología y apologética moderna, temas triviales y que estén a la moda, y como dice Pablo a
Timoteo, estos se “levantan maestros para sí, teniendo comezón de oídos, se amontonan maestros
conforme a sus concupiscencias”, allí los tienen, se los han erigido, les han dado la plataforma,
les han dado promoción, los han buscado y satanás se los ha dispuesto, son engañadores para los
engañados, ciegos para guiar a ciegos, lobos que se entretienen con las cabras, y las devoran
poco a poco.

Hay más porqué identificarlos, ya que cuando hacen sus libros, u otras formas de alcanzar fama,
no tienen vergüenza al escoger una imagen de ellos para ponerla de portada, no importa si el
libro se trata de Dios y la fe, ellos están ahí como los personajes principales, sus nombres están
bien visibles en la tapa, el contenido que realizan es prácticamente rápido, tienen la tendencia
de sacar una obra tras otra, y cuando uno las lee, no son más que repeticiones de cosas que
antiguos han dicho y que de allí las han sacado, libro de motivación personal, con contenido afín
a está vida terrenal y éxitos en cada área, un contenido lejos del sentido de la Sagrada Palabra
de Dios, textos recurrentes, como si no supieran más, como si desconocieran a Dios, como si no
se informarán más al respecto, en ocasiones fuera de contexto, simplemente para hacerlos
encajar con aquello que tenían ganas de decir. Asuntos políticos, temas de apologética, dilemas
escatológicos modernos, muy parecidos a las viejas discusiones de la escolástica, demostraciones
de saber filosófico y científico, y muchos más asuntos vinculados a todo este tipo de ciencias.
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Pero del pecado, de la vida de la iglesia cristiana en el primer siglo y su diferencia con la actual,
de la llenura del Espíritu y la frialdad del presente, de contender por la fe y las nuevas herejías,
del sincretismo religioso creciente y el ecumenismo actual, del verdadero discipulado y los frutos
de un verdadero converso, de la disciplina eclesiástica y la permisividad del pecado actual, de
las tendencias modernas a relativizar las verdades y el pecado de las divisiones
denominacionales, de todos estos asuntos y más, no hablan, no se mencionan al respecto, porque
¿no los saben? ¡No! ¡Porque no les conviene! Les conviene el letargo, el adormecimiento colectivo,
les convienen las masas entretenidas con el ocio, conviene no confrontar el pecado, no vaciar los
templos de las cabras, conviene llenarse del mundo para seguir teniendo “vida de iglesia”, de
otra forma “desaparecería el cristianismo”, es que ¿no se dan cuenta? Ustedes ya no tienen
cristianismo, eso no es cristianismo, su templo no es iglesia, sus maestros no son obispos, sus
cabras no son ovejas, su lenguaje no es el de las Sagradas Escrituras, su inmundicia no es
santidad, su pobreza en crecimiento a la imagen de Cristo y su carencia de afectos despiertos
por Dios no es nada más y nada menos que por su inconversión, porque no han nacido de nuevo,
porque están perdidos, esclavos son de sus pecados e iniquidades, no tienen ánimos de servir al
Señor. Estas personas están detrás de un sueño, y para alcanzar ese sueño usan la fe, usan la
biblia, usan a Dios, no les importa lo que deban usar para hacerse con el poder, su pecado es el
viejo pecado de Simonía, y si hablan de sí mismos su propia gloria buscan.
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La razón del uso de estos elementos


Capítulo III

No intenten buscar causas insólitas, estas personas no son “nuevos problemas para la iglesia”,
son los problemas de siempre, los falsos siempre han existido en todos los tiempos, incluso en
aquellos tiempos donde Cristo andaba por la tierra, cuando los apóstoles merodeaban por el
mundo, y sin mencionar, el periodo de los padres en adelante. Si uno se pone a hurgar en la
historia, encontrará un sinnúmero de herejías, Hipólito intenta darles seguimiento a todas, pero
no alcanzaría el tiempo ni la investigación para descubrir cada una de las sectas que existen en
el mundo, mucho menos hoy día, cuando uno ataca a las sectas, lo hace a aquellas que son más
notables, hay otras en otros pueblos, otras lenguas, otras culturas, hay muchas sectas sólo en
Estados Unidos y en China, incontables, y eso es por varios factores, si bien tiene una razón
profética detrás de todo, también se intensifica con la razón del pecado del pueblo de Dios, ya
que muchos teniendo “buenas intenciones” hicieron mucho daño a la verdadera fe. Pensaban que
las Santas Escrituras podían descansar en manos de cualquiera, y que cualquiera podría
interpretarlas correctamente, pero así fueron contra las mismas Escrituras, el Señor dice
“Impío: ¿Qué derecho tienes tú de hablar de mis estatutos, y de tomar mi pacto en tus labios?”,
y en los proverbios dice “así como las piernas del cojo, cuelgan inútiles, así es el proverbio, en
la boca de los necios”, a estos podemos añadir que el etíope eunuco no entendía lo que leía si
alguien maduro no le explicaba, y así podemos ver que la iglesia es columna y baluarte de la
verdad, la que tiene el Espíritu Santo para que la ayude a interpretarla, y los que tienen la
aprobación de Dios para “dar el sentido al texto”, como pasó en tiempos de Esdras y el hallazgo
del libro de la ley. No cualquiera podía entender lo que el Espíritu había escrito, y esto lo dice
Pablo a los Corintios, “Nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”, es decir nadie
puede conocer las profundidades del Señor, si el hijo no las revela a nosotros mediante su Santo
Espíritu, porque “Él tomará de lo mío, y os lo hará saber”. Pero estos comenzaron a regalar
biblias, comenzaron a distribuirlas de una forma vana, creyendo que se podrían salvar a sí
mismos con la palabra de Dios, pero la biblia dice: “¿Cómo creerán si no hay quién les
predique?”, es necesario que alguien les lleve el mensaje, Pablo dice a los Efesios “Orad, para
que me sea dada palabra, para dar a conocer el evangelio”, es necesario que el Espíritu Santo
dirija la predicación, que el Señor manifieste por dónde empezar, qué decir, y haciendo uso de
la Santa Palabra, así expresar la verdad guiada por Dios, de otra forma, la predicación sería
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un discurso mecánico, muerto, aprendido de memoria, un montón de sabiduría de palabra,


salvación por retórica, o mera palabrería estructurada y carente de vida en sí misma. Y así
como los fariseos, que habían muerto en la letra de la ley, morirá el mensaje en un libreto
memorizado sin sentimientos ni poder. Esto haría toda la diferencia, pero no se practica, y ahí
encontramos otro problema, ya que volvemos a asuntos que se trataron en los periodos del primer
gran avivamiento, asuntos de “oratoria muerta de los muertos a los muertos”. Ahora, esta
repartición indiscriminada de biblias, hizo que muchos se aventuraran a interpretarla, de allí
que surgieran un sinnúmero de sectas, o como hoy le llaman, denominaciones protestantes, el
protestantismo es un monstruo de muchas cabezas, una visión distorsionada del Cristianismo,
y no estoy en favor ni del papismo de roma, ni de los heterodoxos de oriente, ambos me parece
que van cargados de reliquias, indulgencias, ídolos, y falsas doctrinas, como quien tiene una
gran piedra de molino sujeta al cuello, con la diferencia de que no se lanzan al mar, sino directo
a la ira eterna, directo a las manos del Dios vivo. Pero no puedo dejar de mencionar, que los
protestantes, luego de las reformas que se dieron en muchos lugares, se convirtió mucho después
en una marea de “posturas”, y la palabra “postura” vino prácticamente a reemplazar “verdad”,
hoy decir “mi postura” no es más que decir “mi verdad”, y si yo tengo “mi verdad/postura”, y
usted tiene la suya, entonces es relativa; ahí encontramos el primer caos protestante, no digo
que muchos no hayan coincidido en aquellas épocas, la mayoría de los primeros coincidía, pero
luego empezaron a surgir más, y entre esos más, eran sectas. En la cabeza de Calvino no había
denominaciones, tampoco en la de Knox, ni en la de Zwinglio, ni en la de otros que guardaban
semejanzas, pero sí en otros, otros que fueron más “radicales”, y se hicieron muy parecidos a
los papistas, es decir los luteranos, los anglicanos, etc. Es por eso, que allí comienzan los asuntos
más dramáticos, y de ahí en más, cualquiera con una biblia y un poco de conocimiento, era
entonces un maestro, y cuando se aceptaron “las diferencias”, y la tolerancia religiosa termina
de sellar estos lazos, ahí se normaliza el denominacionalismo, y todo se vuelve un caos, una
marea de invenciones de denominaciones está en alza, y todo lo que una vez fue “una sola fe, un
bautismo, un Cristo”, se convierte en “tú tienes tu fe, yo tengo la mía, tú tienes tu bautismo, yo
tengo el mío, tú tienes tu Cristo, yo tengo el mío”, y sucede que se expanden los falsos cristos,
la falsa fe, el pragmatismo es una opción que garantiza cierta credibilidad entre los semejantes,
y triunfa sobre “Os ruego, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos os
pongáis de acuerdo, y que no haya divisiones entre vosotros, sino que estéis enteramente unidos
en un mismo sentir y en un mismo parecer”, entonces, el “oigo hermanos que entre vosotros hay
divisiones”, luego pasa a ser “muchos falsos han salido al mundo”. Esto complejiza las cosas,
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más no las convierte en imposibles, hay métodos efectivos para determinar la falsedad de un
grupo, y muchas veces tiene que ver con la comprensión que tengan de las Escrituras, y su noción
de las mismas.

Ahora, vayamos a la pregunta del encabezado, ¿Cuál es la razón del uso de estos elementos
mencionados en los primeros capítulos? La razón principal es la no conversión de sus almas, lo
que anteriormente relaté, fue un panorama histórico de cómo fue que se llegó a este gran número
de denominaciones o sectas, y esto devino en un montón de movimientos de inconversos que se
autodenominaron iglesias, y en esa autodenominación, también se denominan “maestros”, todo
esto a pesar de que no lo son. Sin embargo, la causa de inconversión aún puede quedar
inconclusa, pero si añadimos a esto, que al hombre le gusta ser alabado y su naturaleza hace un
culto al ego, de allí que se proclamen maestros los falsos para ser vistos de los hombres, para
alcanzar la gloria que por ineficiencia no pueden en el mundo, este entorno se presta para que
muchos excluidos de la sociedad encuentren un lugar, incluso que lleguen a ser “alguien”, siendo
nadie. Sin embargo, esto no sucederá en las iglesias verdaderas, eso sucede en las falsas, ya que
las falsas conceden lugares a cualquiera, y sus ministerios, que originalmente eran servicios,
ahora son cargos que te ponen en rangos de autoridad, y esta autoridad concede privilegios, de
manera que, el papismo no es más que el afán del hombre inmiscuido en la religión. El que no
podía ser emperador, al menos podía ser papa, y el que no puede ser popular, al menos puede
llegar a ser orador. ¡Cómo arderán en las llamas eternas! ¡Cómo sufrirán por estas perversiones!
¡Cómo sufrirán mayor condenación por estas aberraciones! ¡Ustedes juegan con estas cosas,
“como cuando uno huye de un león, y se encuentra con un oso, o el que va a su casa, apoya la
mano en la pared, y lo muerde una culebra”! (Amós 5:19).

¿Por qué otra causa? Tienen el público para hacerlo, las personas les dan plataforma a estos
payasos, pero no porque son inocentes, sino porque les gusta ser entretenidos para no ser
confrontados. Hay quienes buscan justificar a los seguidores, pero Cristo al menos en dos
ocasiones dijo “son ciegos guías de ciegos, ambos caerán en el hoyo”, y en otra oportunidad
declaró “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra
para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que
vosotros”. Jamás les victimizó, sino que les declaró dos veces más merecedores del infierno,
porque estos son tibios que han de ser vomitados, son aquellos de los que Pedro dice: “Pues
hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido,
apartarse del santo mandamiento que les fue dado”. Por tanto, digo, ¿Victimas? ¡No, antes bien,
culpables de su supina estupidez!
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¿Por alguna razón más? Creo que la última, y la más importante, nadie les denuncia, nadie los
expone públicamente, antiguamente se les declaraba herejes y prácticamente todos se enteraban,
incluso en ocasiones las mismas autoridades civiles, pero hoy por hoy, pueden lucrarse
ilícitamente, pueden lavar dinero de sus sucios negocios, pueden servirse de la ignorancia o la
necesidad de las personas, pueden abusar de su poder, darse la mano con gobernantes, ser
adulados por el mundo, todo porque los que saben estas cosas guardan silencio, callan ante los
delitos llevados a cabo por estos inicuos, los tales dignos de muerte, sin embargo, se les echa
flores y alfombras para que transiten cuán mesías, sin ser más que perros mudos, lobos rapaces,
hombres sensuales y llenos de pasiones, hastiados de lucro como Balaam, detrás de las caminos
de Caín, perecerán en la contradicción de Coré, y serán aplastados con satanás bajo nuestros
pies, por el bendito Dios de paz, ellos, y todos aquellos “que se gozan con los que las practican”
(Rom. 1:32).
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El fracaso de la literatura
Capítulo IV

Cuando uno estudia la historia, puede notar como han cambiado los tiempos en la literatura,
hubo épocas de mucha robustez doctrinal, tiempos donde los manuales de doctrina y práctica
estaban por doquier, las teologías sistemáticas, los diccionarios gramaticales, los libros de
historia, los tratados y obras magnas que han marcado un antes y un después en el cristianismo,
de toda esta riqueza estaba llena la tierra, hasta que hacer libros se convirtió en un negocio
rentable, y los oportunistas, ávidos con el papel y la pluma, no tardaron en darse lugar entre
todos. Estos autores son difíciles de reconocer ahora, pero antiguamente murieron con sus obras,
y sólo nos han llegado la de aquellos que sí tenían algo que decirnos. ¿Por qué ahora es difícil
reconocerles? Para ser honesto, vivimos en un periodo donde pulula la chatarrería y lo de rápida
cocción, es decir hoy día los materiales que vemos que salen, uno tras otro, no son más que “más
de lo mismo”, digamos que si uno les pusiera a sus “obras magnas” otro nombre, nadie notaría
la diferencia, lo que antiguamente era muy importante, tener una forma literaria auténtica, el
toque o la pizca de carácter propio del escritor. Hoy por hoy, no tenemos tal afán al parecer, y
todos suenan muy parecidos, y hablan de lo mismo de la misma forma, no dan argumentos
profundos, ni sorprenden con nuevos aportes, y uno se podría estar preguntando “¿Debería ser
para eso?”, y la respuesta es sí, uno no debería escribir por escribir, no debería derrochar tiempo
en repetir lo mismo que otro ya ha dicho, y en muchos casos con mayor destreza y argumentos.
¿Cuál es el fin de escribir entonces? Ya que si no es ese, decir algo nuevo o que se había perdido,
entonces no tiene sentido escribir, sino sólo para alcanzar algo de fama y buena reputación, ya
que muchas veces la literatura, como otros medios, brindan un poco de reputación y la persona
comienza a resaltar entre la multitud como “¡Yo hice un libro!”. Desde mi perspectiva, un libro
no cuesta mucho, repitiendo la idea de lo que dije anteriormente, vivimos en una era tecnológica,
y con un poco de habilidad y tiempo, puede llegar a escribirse algo, el asunto es si ese algo vale
la pena leerlo, si aporta algo importante a la modernidad o el futuro, incluso redescubriendo
aquello que quizás se olvidó, también es una forma de beneficiar a los de este tiempo, pero
escribir para ser considerado escritor, para repetir como loro lo que alguien ya ha dicho, no es
más que vanidad, diría el predicador. ¿Cuál es el fin de hacer muchos libros? Él los hizo, es más,
la biblia son muchos libros, el asunto es allí hay algo de suma relevancia, igual que otros autores
de la antigüedad, también han escrito mucho, ¿fue vanidad? Depende de quién, depende también
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de qué haya escrito, también depende para quién, porque si ese autor hizo un comentario bíblico
muy serio y convincente, pero nadie lo ha leído aún, no significa que haya sido vanidad,
simplemente nadie lo ha leído, y muchas veces la vanidad está en esos que probablemente no lo
han leído porque no se preocupan por estudiar la biblia. Entonces, hay muchos factores, el asunto
es que, mucho peor que en la antigüedad, hoy tenemos hábiles escritores que suponen tener mucho
para decir, simplemente quizás porque son famosos, o escribir, que también es otra opción, para
poder leerme a mí mismo, mirar la tapa con mi nombre, lunáticos hay en todas las épocas y en
muchas áreas. También, hay quienes escriben, para ganarse una reputación entre cierto círculo
social afín a ese tipo de prácticas, así han surgido lo que se llama “teólogos de internet”, estas
personas muchas veces no están comprometidos con Dios y con su iglesia, sin embargo, se
dedican a tiempo completo a escribir artículos, blogs, frases, inventar nuevas o copiar y pegar
de otros, arman vídeos con sus reacciones o comentarios a asuntos triviales, de poca importancia,
o por mera tendencia, tienen el afán del mundo de ser conocidos, y eso les motiva a fotografiarse
a sí mismos, hacerse un nombre entre los hombres, pegar su imagen en todos los sitios, todo es
para decir nada más que aquello que se está diciendo, no tienen nada importante que decir,
porque muchos dirán “¿Algo nuevo? Los atenienses buscaban eso”, error, los atenieses buscaban
satisfacer su curiosidad y morbo por los misterios de la tierra, en mi caso, creo bíblicamente
hablando que si una persona habla de sí mismo su propia gloria busca, y eso puede verse en
dichas personas, ya que no tienen nada de relevancia que decir, repiten algo que ya se sabe
comunitariamente, y lo hacen con la sola intención vanidosa y carnal de construir una torre y
hacerse un nombre entre los hombres, lo que hasta el día de hoy les es una maldición, ya que
continúan engañando y siendo engañados, o también, terminan confundidos y confundiendo a
quienes les siguen. Muchos de ellos desconocen las Santas Escrituras, no las estudian por amor
a Dios, no forman parte de ninguna iglesia, tienen ánimos de estar entre las tendencias o en el
salón de la fama de las redes sociales. No les preguntes de doctrina, no les hables de los asuntos
de la palabra, la santificación, la denuncia de la apostasía, la importancia de estudiar las
Escrituras en las copias de los originales, y cómo ser un hijo de Dios como aquellos que se
presentan en la Palabra; todas estas cosas para ellos no son importantes, no les dan popularidad,
no les brindan la plataforma necesaria para dispararse a la fama, de ahí que incurran en más
ocio y vanidades, ya que comienzan a jugar, hacer cosas “divertidas y chistosas”, dedicarse a
hablar de los temas que el mundo a puesto a la moda, se meten en chismes y escándalos de todo
tipo, crean debates doctrinales o científicos sin saber ni lo que hablan ni lo que afirman, se lanzan
a hacer vídeos de su iglesia o sus predicaciones, todo con el fin de expandir sus ministerios, tocar
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trompeta de su existencia y así que les puedan invitar de alguna nación, todo con el fin de
“extender las estacas” de la tienda de soberbia que tienen, no han sido llamados a muchas de sus
acciones, pero las llevan a cabo de todas formas, la excusa es “todos lo hacen, ¿qué hay de malo?
¿todos están equivocados?”, la respuesta es sí, ¿te sorprende? Es porque seguramente no has
leído con cuidado las Santas Escrituras, ellas te harán sabio si alguien te guía a estudiarlas, ya
que allí se nos informa que no necesariamente hay que seguir a la multitud, que en muchos casos
se equivoca, sino seguir a Cristo, Cristo el cual fue condenado a la muerte por una multitud.

Concluyendo, toda esta nueva tendencia de literatura basura, ha llevado a la literatura al


fracaso, ya que es muy difícil hallar la que es genuina entre tantas copias falsas, es probable que
estos hombres número uno, sean conocidos, hayan adquirido algún tipo de fama en sus
ministerios. Otra de las cosas, tienen la tendencia a promocionarse, buscan asiduamente darse
a conocer a su entorno o al mundo. A su vez, tienden a ponerle precio a sus obras, lo que hace
que no haya escrito en vano, ahora puede cobrar por cada cosa que escribe, de esta forma, no da
por gracia lo que recibió por gracia, que no es nada más y nada menos que aquello que llama
“conocimiento de Dios”, efectivamente no lo conoce a Dios, pero dice conocerle, y sin embargo,
pone precio a lo que aprendió de “pura gracia”. Cuando si no fuera por la voluntad de Dios, por
la sabiduría de Dios, por la verdad de Dios, no seriamos más que torpes mulas atrapadas en la
granja del diablo. También podemos identificarles porque, si tienen éxito, harán una obra tras
otra, y se desesperan por sacarla al mercado, ya que decae la venta de los antiguos que ha escrito,
y requiere de nuevo material y nuevos lectores, de manera que, quizás, cambie de temática, se
meta en asuntos de filosofía y huecas sutilezas, se expresará de cosas absurdas, pero que
impíamente son interesantes. Inclusive, dentro de estos grupos, hay grupos más escondidos, más
encubiertos, pero que son identificables también por sus actitudes, y estos son las “editoriales
bíblicas”, estas editoriales están detrás del lucro, no pretenden distribuir el material de forma
gratuita, te darán algún que otro material gratis, pero sólo es una estrategia de marketing, ya
que de esa forma, podrán capturarte para que veas el material a la venta, que muchas veces no
te regalará el mejor, sino aquel que les sobra, el que consideren más devaluado. En ocasiones,
también distribuirán biblias, y harán de la Palabra de Dios, como ya han hecho muchos, un
comercio o negocio redondo, ya que para venir a la fe requieres una biblia, y cuantos más se
conviertan, más biblias venderán, y en muchas ocasiones sacan “nuevas ediciones” o
“versiones”, pero no son más que una Reina Valera 1960, cambian comas y tildes, corren
palabras de lugar, ponen palabras más modernas, pero no hacen cambios importantes para la
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correcta interpretación, no hay un trabajo serio y sacrificado detrás, sólo es “más de lo mismo”,
el fin principal de estos hombres es ese, usar a Dios para generar dinero.
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La mala fama y buena fama


Capítulo V

Si vamos a las Escrituras, notaremos que se habla de una fama que es buena, como también se
nos mencionará una que es mala, porque en este mundo caído todo tiene su copia mala, y cuando
la copia mala se descubre, se crea otra, pero la astucia de la maldad no se ha quedado conforme,
y entonces hace otras, ya no es más una, ahora son varias copias, y de esa forma vemos el
problema de las falsas religiones, los falsos dioses, la falsa doctrina, las falsas biblias, los falsos
cristos, los falsos hermanos, la falsedad está en muchos lugares, en diversas cosas, y mucho más
en aquellas vinculadas a la fe, ya que el propósito de satanás es producirle algún daño a ella o a
sus hijos. De allí que hablemos de la fama, porque originalmente la fama, como hoy la
conocemos, no tenía nada que ver con “éxito, gloria, riquezas, popularidad”, todos estos nuevos
términos que se le pegaron, no son nada más que lo que hoy es la farándula. La fama
antiguamente era “ser reconocido por algo”, esto podía ser por alguna virtud, alguna obra u
oficio de buena o mala reputación, alguien podía convertirse en un “proverbio” de lo malo, y ser
reconocido por “mala fama” o mala reputación, la reputación es aquello que en una sociedad me
distingue, destaca algo de la persona que no es común, incluyendo aquellos mecánicos o personas
de algún oficio que en un pueblo tienen una mala perspectiva, y eso les lleva a dar a conocer su
nombre, y las personas le conocen, pero no necesariamente porque es bueno, es famoso, pero hay
que ver porqué razón. Esto es algo de conocimiento común, aunque uno no se detiene quizás a
pensarlo, pero no estoy diciendo nada que no se sepa por el común denominador de la gente, a
veces quizás indirectamente o instintivamente, pero es una introducción para que podamos ver
la diferencia bíblica de la buena y mala fama.

En la biblia no todos son famosos, aunque muchos sean nombrados, si bien hay nombres en las
genealogías, por ejemplo, no nos dicen necesariamente qué características tenían, no se nos
expresa más que el nombre, por ende, no podemos dar un juicio de hecho sobre aquellas personas.
Ahora, hay personas que sí son famosas, y no todas gozan de una buena reputación, no
necesariamente por ser famosas son buenas personas, ejemplos de estos son Caín, Balaam, Coré,
Esaú, Saúl, Judas, Satanás, etc. Otros sí tienen una buena reputación, como se puede ver en el
capítulo once del libro de hebreos, allí se nombran muchas personas que su fe hizo historia y se
les declara indignos de los hombres de este mundo durante el tiempo en que vivían. Luego en el
periodo neotestamentario también tenemos personas de buena reputación, o que gozaban de
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cierta fama, pero no necesariamente tuvieron muchos seguidores y vivieron felices por el resto
de sus vidas, por ejemplo, el caso de Juan el Bautista, Jesús, los Apóstoles, los Diáconos, etc.
No necesariamente tuvieron finales “felices”, entendiendo por felicidad el bienestar físico,
económico, familiar, social, etc. Antes bien, sus finales, o el final de las mayorías, no fue sino
la tortura, la muerte, la perdida de muchas cosas y personas. Y aunque la fama ante el mundo
era de “locos, borrachos, amigos de inicuos, enviados de satanás, sectas” entre otras tantas
categorizaciones, sin embargo, la buena reputación estaba ante Dios y los santos escogidos que
integraban la iglesia, a lo largo de la historia incluso, las mismas organizaciones que se suponían
cristianas no solo acusaron, sino que también condenaron a muchos a la muerte por ser
pregoneros de la verdad, buscaron callarles con hierro y fuego, sea por la cárcel o la hoguera,
como bien dijo Cristo, “vendrá tiempo en que cualquiera que os mate pensará que rinde servicio
a Dios”. Aunque estos tuvieran mala reputación pública, aunque les hayan condenado los que
se suponían con la hegemonía de la verdadera religión, sin embargo, eran los verdaderos
cristianos, muertos por causa de Cristo y su evangelio, por causa de la verdad. Por esta causa,
hay que diferenciar aquello, que tengan buena reputación pública no siempre supone que tienen
la verdad, generalmente quienes tienen la verdad no tienen buena percepción del mundo, Cristo
dijo “porque yo testifico que sus obras son malas”, y “cualquiera que quiera vivir piadosamente
padecerá persecución”, esto es verdadera fama, fama que es descrita claramente en el relato de
los exorcistas en el libro de los hechos, donde ellos dicen “A Jesús conozco, y sé quién es Pablo,
pero vosotros, ¿quiénes sois?” (19:15). Otro ejemplo de este tipo de fama esta descrito en otro
relato de Hechos, lo que se conoce como el alboroto en Tesalónica, allí reconocen a los discípulos
de Cristo como los que “trastornan el mundo entero”, y los que causaban sediciones, términos
que los enemigos ponían sobre los hijos de Dios, cuando estos actuaban de conformidad a la
verdad, y destruían las farsas y mentiras de los otros grupos religiosos. Por esta razón, es de
extrañar la buena fama de la que gozan los ministros actualmente, es una fama digna de la
farándula, más no es la buena fama que ante Dios y los mismos hermanos tenían aquellos
hombres que servían fervientemente a la verdad. Estos están en las antípodas de aquellos, gozan
de muy buen recibimiento de los inicuos, son ovacionados por los hipócritas, no son clavos en el
cuerpo de los herejes, no son guardianes peligrosos de las verdades bíblicas, son charlatanes,
faranduleros, adaptados a los maestros de universidad, con un porte académico, quizás con la
delicadeza de un político, la arrogancia de un periodista de chismes, y la oratoria de libreto
aprendida de los seminarios donde las instituciones se lucran, y educan hombres para que se
lucren, les enseñan el arte del engaño, de como ser políticamente correcto, cuando ser radicales
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y cuando mostrarse imparciales, crean cobardes, altaneros, hombres narcisistas y soberbios,


están preparados para la foto, enamorados por la cámara, y capaces incluso de hacer autógrafos
como si fueran estrellas. Ninguno representa a los hombres fieles de la antigüedad, no son
semejantes a aquellos que dieron su vida por Cristo y el evangelio, no son como quienes
contendían ardientemente por la fe, o los santos hermanos que gozaban el tiempo juntos en
sencilla comunión, son ególatras, todos muy parecidos, como si hubiesen estudiado en la misma
academia de artistas, el porte, el habla, la oratoria carente de sentimientos como la de un maestro
de universidad, discursos sin sentido y sin vigor escritural, toda chatarrería que se consume en
una hora o menos, porque también hacen al público sentir cómodo, de manera que como las
personas se van idiotizando y cada vez el conocimiento esta menos a la moda, entonces no
aguantan discursos muy largos… Es decir, nada es como la Biblia ordena ni enseña, nada es
como vemos en las Santas Escrituras, no se diferencian por mucho de la muerta misa de un
papista.
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El negocio de la Fe
Capítulo VI

Notará que todos los temas parecen tener cierta conexión, y es porque esto es la descripción de
toda una organización, podríamos nombrar a muchos integrantes de diversas organizaciones que
están involucradas en el negocio de la fe, y con este negocio no me refiero a aquellos de los que
hablaba Cristo “los negocios de mi padre”, sino a aquellos que “hacen mercancía de la fe”, ven
en la fe un medio con el fin de adquirir algún corrupto beneficio. Algunos han llamado a esto
Simonía, pero porque es una notoria “compra de los dones”, o eso era lo que pretendía Simón el
mago, sin embargo, no tuvo éxito, ya que se topó con un verdadero hijo de Dios que lo puso en
su lugar, pero hay más ejemplos de esto en la biblia, ya que Judas intercambia a Cristo por
dinero, Pablo dice que había muchos que buscaban enriquecerse, y Pedro al hablar del obispado
dice “no lo hagan por ganancia deshonesta”, esto era algo con lo que tenían que combatir a
diario, ya que muchos codiciaban el dinero o la comodidad que este brinda, y de esa forma
apostatan de la fe, y conste que en aquellos días era mucho más difícil vivir la fe, aun con todo
y eso, había quienes eran capaces de sacrificar sus vidas por un bienestar económico, como el
día de hoy, y en todas las eras, también las personas arriesgan mucho por el amor al dinero.

La fe en todas las épocas tuvo mucha influencia en la sociedad, y eso, obviamente, hace apertura
a que muchos vean en estas una puerta abierta a las riquezas, la comodidad, aquello que no
podrían hacer en otros entornos, y consideran que, aunque haya riesgos, es factible esa vía de
enriquecimiento. Algo tremendamente peligroso, ya que un día ante Dios habrán de dar cuenta
por todo esto, estos perros no se saldrán con la suya, van a pagar hasta el último cuadrante que
se han robado a Dios, por haber usado aquello que es santo para profanarlo con sus iniquidades
tendrán que dar cuentas. Pero su pobre ignorancia, en esa estúpida presunción de que no hacen
nada malo, de esa forma se engañan a sí mismos, y engañan a otros, pero incluso aunque
justificasen ceguera u otro tipo de problemas, nada les excusará ante aquel que prueba los
corazones.

¿Cómo lo hacen? Toman de Dios el conocimiento de las cosas santas, de aquellas revelaciones
que por gracia, según dicen, han tenido de Cristo, y le ponen un precio, en lugar de dar por
gracia lo que han recibido por gracia, estos le ponen precio a las biblias, los comentarios, los
libros, todas aquellas cosas que creen y dicen que son para “bendecir al pueblo de Dios” la
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aprisionan detrás de un precio, para que no todos puedan acceder, declarando así al pobre
indigno de dicho material, sencillamente por no tener los medios para adquirirlo. Así han
lucrado, no sólo con la literatura, sino con la música, porque venden sus discos, que Dios no les
mandó a hacer ni mucho menos a vender, ya que sí es una adoración, alabanza, o endecha al Rey
de reyes y Señor de señores, yo pregunto, ¿Cuál es el fin de vender la adoración? ¿Con qué lo
justifican? ¿Sera la voz? Pero no cantaría a aquel que se les revelo por gracia, si no fuera porque
por gracia se les ha revelado, y si bien, Cristo pagó un precio de sangre, sin embargo, nosotros
somos llamados a todo esto entregarlo gratuitamente, no hacer esclava a la palabra de un precio,
puesto que ella no esta presa, como bien decía Pablo, y debe correr con total libertad, el pan que
se nos ha concedido es para los hijos, ellos también tienen derecho legal ante Dios de participar,
¿Cómo, absurdamente, pueden ponerle un precio? ¿Acaso Cristo no fue al pobre? ¿No te halló
desnudo y sin nada que darle? ¡Hombres Ingratos! Pero claro, como no han recibido nada de
Dios, entonces póngale precio a sus porquerías, aten esos libros con piedras de molino monetario,
y láncenlas al fondo del océano de la imposibilidad, nadie necesita esas cosas, gracias a Dios de
alguna forma los hijos degustan las buenas comidas gratuitamente, Dios abre el camino para
que buen material se vea al alcance de sus hijos, a pesar de sus obras egoístas, a las que han
hecho esclavas de un precio, simplemente para vivir de ellas, más no tienen sustento alguno para
hacer lo que hacen, y para eso, deben torcer arbitrariamente “el obrero es digno de su salario”,
“es necesario que los que predican el evangelio, vivan del evangelio”, pero eso no tiene nada que
ver con tus obras literarias, ni con tu música, ni con nada de eso, antes bien, allí Pablo habla de
su ministerio y el de los predicadores que han sido llamados, más no se refiere a venta de libros,
sino a que el obrero, si es posible, debe ser mantenido por la iglesia, no tiene nada que ver con
meter la palabra de Dios al mercado, ni hacer un negocio de las cosas que Él nos ha ayudado a
entender, y que aquel que no tenga sea privado de tal “bendición”.

Pero así lo han hecho incluso con las famosas conferencias, con los viajes misioneros, con las
visitas de pastores estrellas, y otros tipos de medios de enriquecimiento ilícito que existen
actualmente, dichas cosas no se pueden ver en las Sagradas Escrituras, ya que es
suficientemente absurdo que para una época de mucha pobreza y malestar social, estos hombres
tengan en mente, hacer ganancia haciendo libros, honestamente ninguno operaría de esa forma,
sino sólo aquellos que lo hacen por ganancia. Y estas conferencias, que en ocasiones se
denominan bíblicas, se hacen de forma frecuente, de manera que el dinero es cada vez más,
incluso surge un viejo mal que se daba en tiempos de los puritanos, los predicadores ya no aplican
la disciplina eclesiástica por una cuestión económica, muchos deben pagar alquiler del lugar, que
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dicho sea de paso Dios no se los pidió, o se han metido en otros gastos, y las cuentas no dan, por
lo que a los “hermanos ofrendadores” a esos no se los toca, ya que ellos son los que aportan para
que la empresa funcione, de otra manera no sería un negocio. Pero como han armado todo una
estructura, una puesta en escena, como la “iglesia” se ha convertido en un show de colores,
pantallas gigantes, púlpitos tallados, plataformas inmensas, sillas cómodas, un ambiente
elegante, mucho café y donas, todo ese lujo para países que muchas veces carecen de recursos,
debe pagarse de algún lado, y eso lo hacen los feligreses ciegos, que también disfrutan todo eso,
el aire acondicionado, buenas sillas, gran iluminación, sonido profesional, todas esas cosas
tienen un costo, y en la mayoría de los casos, un gasto innecesario, un placer vanidoso, un afán
de parecerse a otros modelos de “iglesias” semejantes, con toda esa pompa y ese lujo, ¿y en qué
acaba esto? En que el modelo de iglesia ahora es ese, y hay que buscar con ahínco alcanzar esa
estructura y esa apariencia, de lo contrario no tendremos iglesia, porque Dios no habita en
templos creados por manos humanas, pero los cristianos sí, y cuando se arman esa gran casa
artesonada, luego salen de allí y hacen lo que quieren, porque su iglesia acaba donde se acaba el
templo, e incluso podríamos decir, el cristianismo se acaba al acabarse la reunión. Estos son los
nuevos modelos de “iglesia”, que en realidad no son iglesias, serán tradiciones históricas, serán
muy vistosas y atractivas, serán llamativas y costosas, pero no son la iglesia, son el templo, y
ese templo si no es necesario, es un mero capricho, como me atrevo a decir que es en la mayoría
de los casos, de esta forma, y en muchas otras, la fe falsa se ha convertido en un negocio rentable.
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La seducción del mundo y la perversión de la verdad


Capítulo VII

De esta manera, llegamos al otro punto, que es el punto en el que al final caen cuando hacen todo
aquello que he descrito, ya que son seducidos por aquellas costumbres que el mundo posee o se
inventa, y devienen en la perversión de la verdad, todo esto posee tecnicismo actuales como
pragmatismo, hedonismo cristiano, libertad de conciencia, etc. Todas estas palabras hacen
apertura a conceptos complejos, pero que podremos reducir a breves oraciones, debido a que no
hay razón para brindarles tanto tiempo, ya que sería caer en filosofías extensas que son de
raigambre relativista. Pero vayamos con el primer concepto, el pragmatismo, en resumen
sostiene que todo aquello que funciona es empleable, no necesariamente es “bueno o malo”,
porque son muy sutiles al respecto, pretenden separar las cosas del mal, pero cuando hablamos
de acciones, las acciones no son cosas, son consecuencias de una buena o mala decisión, y que sea
bueno o malo no depende de nadie, sino de si lo es ante la ley de Dios, es por eso que el
pragmatismo es malo, porque si funciona, es empleable, pero la biblia dice que no todo lo que
funcione es adecuado emplearlo, un ejemplo, uno podría ofrecer las cosas buenas que la biblia
promete, y evitar su carácter condenatorio, pero eso es una distorsión del mensaje, no es todo el
consejo, es incompleto, y por tanto es inútil, y no solo eso, es una dilución de la verdad, por ende
no es verdad. Así mismo, funcionaron los golpes a la roca, pero no fueron necesariamente lo que
Dios había pedido, Dios le había dicho “háblale a la Roca” (Núm. 20:8), otro caso semejante,
es aquel que aconteció con Jacob y Esaú, si bien Dios había profetizado que el mayor serviría al
menor, Dios no orquestó el engaño, porque Él no puede ser tentado por el mal, tampoco tienta a
nadie, de manera que, Dios uso el malvado corazón de Jacob y lo que este haría, para su gloria.
Es decir, Dios amó a Jacob, incluso lo eligió, pero esto a pesar de su iniquidad, a pesar de la
obra inicua que llevaría a cabo para conseguir aquella primogenitura, aquella bendición de su
padre Isaac. Y el pragmatismo, si bien funciona para capturar personas, llamar la atención del
mundo, llenar las congregaciones de gente, entretener a los que están integrándose, así y todo no
es algo que Dios haya instituido como medio para salvación, y si alguien se salva, es a pesar de
estas metodologías carnales, producto de la invención de los inicuos, y aquella persona que se
convierta, al tiempo, notará todo esto, y al final querrá salir de allí, no se sentirá conforme con
el juego, el entretenimiento, el ocio, todo esto en algún momento lo alejará, y lo hará buscar otro
lugar donde realmente amen a Dios y sólo a Él busquen agradar.
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Lo mismo ocurre con el famoso Hedonismo cristiano, que postula lo siguiente, un cristiano debe
buscar el placer en todo aquello que haga, comprendiendo que todo lo que le cause placer proviene
de Dios, pero esto es falaz, ya que los cristianos deben ser conducidos por el Espíritu y la luz de
la palabra, si el cristiano tuviera la intención de dejarse llevar por el placer, un minuto sería
cristiano y otro minuto mundano, porque el cristianismo se trata de la mortificación de los
placeres terrenales, y esos están en el cristiano a lo largo de su vida, hasta que muera o que
Cristo venga. Pero estas cosas, pretenden dar pie a la "libertad de conciencia” que a veces se
confunde con libertad cristiana, cosas que no son siquiera parecidas, ya que la primera cree que
hay asuntos del cotidiano en los que los cristianos podemos estar o no de acuerdo, y esa laguna
de interrogante, es rellenada con “tenemos libertad, mi conciencia no me acusa”, el asunto acá
es que esto abre el abanico a un sinnúmero de posibilidades de hacer cualquier cosa, incluso
aquellas que son pecaminosas, ya que la conciencia en ocasiones no acusa, y para eso esta la
santa iglesia, y esta tiene como finalidad acusarte cuando tu conciencia no lo hace en algo que
es bíblicamente malo, si bien la frase celebre de Lutero dice “ir contra la conciencia, no es bueno
ni es justo”, no necesariamente Lutero estaba haciendo referencia a todos los casos, sino a ese
en particular hablando de la doctrina verdadera, ya que esa oración tiene otra unida y es “mi
conciencia esta cautiva por la palabra de Dios”, y ahí si podríamos decir que en alguien con “la
mente de Cristo” efectivamente no es sabio ni justo hacerle ir contra eso, ya que lo ha probado
por las Sagradas Escrituras, esto es muy distinto a la libertad que hoy se propone que es más
bien libertinaje, donde yo puedo hacer lo que deseo, siempre y cuando mi conciencia este
tranquila, y para eso se usa “todo lo que no proviene de fe es pecado”, y ellos dicen “si lo hago
debo hacerlo con confianza, de otra manera peco”, el asunto que sea que digas confianza o
doctrina, ambas cosas deben nacer de las Santas Meditaciones de la Palabra de Dios, de otra
forma ese texto se convierte en una excusa para pecar, porque mucha gente peca con confianza,
y no por eso no están en pecado, sino que están actuando neciamente ignorando las Escrituras.
Pero estos movimientos, que son duros contra los legalistas, no son duros contra los
antinomianos, y eso se ve de manera notable en sus congregaciones, ya que tienen dentro de sus
cultos personas sensuales, carnales, esclavos del pecado, cabras locas y en celo, todos amantes
de este mundo, no hay Demás que les abandone, porque todos son Demás, todo lo que aquel
buscaba hoy lo podría obtener en estas congregaciones donde no hay pudor, no hay modestia, no
existe la santificación interna ni mucho menos se ve al exterior, todos van producidos como
buscando el ojo de la lujuria, las personas cargadas de ocio, atrapadas en el entretenimiento, a
tal punto que se pueden notar estos en sus campamentos, a los que ya no llaman retiros, son
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salidas para andar con sus hojas de higuera en la pileta o en la playa, con modales inapropiados,
nadie trata con pureza a su prójimo, como Pablo le había ordenado a Timoteo con las mujeres,
y no existe filtro alguno a las cabras, ya que en su mayoría el rebaño es de cabras, y los pastores
son rascadores experimentados, están para complacer, no para incomodar al pecado, se deleitan
con quienes lo practican, no se molestan por los feligreses cargados de pasiones diversas, es más
lo promueven desde su rol de maestros. Estos creen que hay que pecar porque estamos en tiempos
de gracia, y convierten la gracia de Dios en libertinaje, haciendo aquello que no conviene, para
dar mal testimonio de la iglesia cristiana ante el mundo, porque han robado un nombre que no
les corresponde llevar, ya que no son santos como Dios es santo, son inmundos como el inmundo
diablo.

Y así como el diablo tuerce las Escrituras, luego de todo esto que practican, dice el apóstol Pedro
“los inconstantes tuercen”, estos que no pueden permanecer en la rectitud de la piedad,
rápidamente diluyen el mensaje, lo corrompen para hacerlo más liviano, al no poder vivirlo
deben desmembrarlo, cuando no pueden practicarlo lo acomodan a su gusto, entonces van a la
playa, se van de vacaciones, viven de ocio en ocio, celebran el paganismo, pierden el tiempo en
vanidades, no se santifican y como vírgenes sensatas esperan al Mesías, estos son de aquellos
que tienen la venida por tardanza y dicen “¡Vamos, pequemos, aún no llega!”, pero para ustedes
la venida será como Ladrón, no le verán venir, pero ciertamente esta cerca, dijo “Ciertamente,
vengo en breve”, pero estos no han creído aquel anuncio, tampoco creen a sus profetas, ignoran
la verdad y van tras el error, no se separan del mundo como las Santas Escrituras lo mandan,
no se aíslan de los herejes y apostatas como lo mandan la Bendita Palabra, sino que contra la
misma operan para extraviar a otros, son levadura para el cristiano, son vientos de doctrina,
son de los que arrastran a las personas cargadas de pecado, como bien dijo Pablo, aquellos que
están siempre aprendiendo pero nunca llegan al conocimiento de la verdad, y se la pasan por
años en la “iglesia” pero la sinagoga del diablo no les da nada, más que libertad para pecar e ir
tras el error, de allí que la mayoría se sumiese en escándalos de todo tipo, y que sin filtrar a
nadie, luego se encuentren haciendo alianzas con quienes dicen “no son hermanos”, pero en la
práctica no son fieles a sus palabras, “dicen y no hacen”, así que no te asustes cuando veas que
condenan el error, porque ciertamente muchas veces lo hacen, el problema es que no lo practican,
y eso les conduce hacia la destrucción.
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La parresia no es un negocio rentable


Capítulo VIII

La parresia es un término transliterado del griego que significa “hablar sin reservas”, en la
Grecia clásica refería a la persona que “lo decía todo”, en ocasiones relacionado con un hablar
atrevido o políticamente incorrecto, sin embargo, una actitud así podemos notarla en los
personajes del Nuevo Testamento, ya que en la versión griega se emplea el término para
referirse a la forma de predicación, esa forma de hablar audaz, franca, y llena de confianza, un
tono de voz emocionante y cautivante, argumentos contundentes, y si quisiéramos ser más
bíblicos “una oratoria conducida por las palabras que da el Espíritu”. ¿Por qué la parresia no
es un negocio? Primeramente porque no es ocio, del latín otium, es una labor sacra, y como es
parte del carácter cristiano, siempre debería ser empleada, Dios dijo “permaneced en mí”, y en
otra ocasión “en mi ley meditaras en todo tiempo”, también dijo “amarás al Señor tu Dios con
toda tu alma, tu mente, y tus fuerzas”, es decir, que todo tu ser alabe al Señor, incluso que tu
carne le anhele, todo eso debe estar activo siempre en el corazón del cristiano, en caso de no
poseerlo debe arrepentirse, debe buscarlo, debe añorarlo, de otra forma estará frío y en ocio,
estar en ocio no es más que estar inactivo, sin trabajo, y Pablo dijo “aprovechad bien el tiempo
porque los días son malos”, no debemos perder tiempo en vanidades, lo que son aquellas cosas
que se hacen sin razón ni propósito, y de esta forma, todo este lazo, nos vuelve al principio, la
parresia por eso no es un negocio, el ocio es negocio, el entretenimiento vano es negocio, “pan y
circo” eso es negocio, negocio para quienes se dedican a vivir de la presencia de las personas,
aquellos ministerios que dependen de la gente y no de Dios, porque han cambiado a Dios y la
biblia, por aquello que esta de moda, que es tendencia, que mueve las masas, el mismo método
de engaño empleado por muchas personas en el mundo, en especial el ambiente de la política y
los medios, incluso el mismo poder judicial y sus auxiliares.

La parresia te impulsa a decir las cosas directamente, Cristo era un parresiasta, no tenía razón
de no hablar la verdad, puesto que era lo único que podía hacer libres a las almas, la verdad
triunfa sobre el error, la verdad proviene de Dios y eso es poder. Cuando se acercaban a Cristo
las personas y le preguntaban si podían seguirle, Cristo les ponía a prueba, les hacía vender
cosas, restituir, confiar en lo que no habían visto, argumentar en favor de su petición, nada era
dado así de fácil, si el Señor no probaba la fe de quienes se acercaban, ¿Por qué razón pediría
que lo hagamos nosotros? Todos probaban si lo que Pablo decía era conforme a la Palabra, si los
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que se decían ser apóstoles realmente lo eran, si los diáconos estaban listos para tal servicio, si
la fe de las personas era genuina, si no hubiera Cristo probado y mandado a probar a los que se
dicen ser, entonces el criterio estaría en vano en la mente de los hombres, el poder juzgar es un
atributo comunicable de Dios, y nosotros lo poseemos, por ende debemos hacer uso de Él de la
forma aprobada. Dios prueba los corazones, el oído las palabras, el cristiano en el fuego de la
prueba, todo es por prueba, la prueba no es mala, así se diferencia lo falso de lo verdadero,
“probad los espíritus, porque no todos son de Dios, muchos falsos han salido al mundo” dice el
Apóstol Juan, y aquellos que son parresiastas lo harán, hablarán con franqueza, cuando deban
emplear severidad, serán severos, cuando deban ser astutos, serán astutos, cuando deban ser
sagaces, serán sagaces, no se dejan guiar por su pasiones, sino por el Espíritu, y así son
verdaderos parresiastas de Dios, de otra manera, sólo serían hombres ofendiendo hombres, y
eso no sería más que lo que hicieron los exorcistas al intentar hacerse los hijos de Dios. Por eso
no es sabio fingir, esto debe nacer de una fe no fingida, de un amor no fingido, de una pasión
sincera, y de un amor que arde por Cristo. Te puede llevar a reprender a Pedro, Simón el mago,
Elimas, los Escribas y los Fariseos, al mismo Herodes o al sumo sacerdote, todo esto puede
conducirte a ser valiente ante las personas que tenemos delante, no hacernos atrás por temor, no
bajar la intensidad por miedo a ofender, no disfrazar la verdad con adornos bonitos, todo eso no
sirve, todo eso hace ineficiente el mensaje, lo hace insustancial, sin poder, meras palabras
echadas al viento como el que sopla burbujas, o un montón de relatos aprendidos de memoria,
letra muerta y sin poder, no son confrontativos y sus mensajes son masajes al músculo del
pecado, hace tiempo ejercitado por la voluntad corrompida, y nada consiguen, nada logran más
que miles de cabras disfrazadas de oveja, en una mera empresa revestida de iglesia.

Si estas congregaciones comenzaran a actuar como Jesús, y sus mensajes comenzaran con
“niégate a ti mismo”, rápidamente huirían al explicarles qué significa, pero no lo hacen o no lo
saben o no lo sienten, todas estas son posibles, y carecen de poder, porque si no entiendo que es
negarme, y nadie me dice que debo dejar atrás aquellas cosas del mundo que amaba por Cristo,
es ahí cuando, si pasan la prueba, puedo pasar a la cruz, y el mensaje se vuelve más sangriento,
mucho más doloroso, no se trata de predicas mecánicas, oración metódica, y asistencia no
influyente, se trata de clavos, pecado, sangre, clamores, cruces, confrontaciones, soledad,
aflicciones, ahogo, tribulaciones, muerte, y esperanza celestial. Abnegación, negarse a sí
mismos, gustos, placeres, hábitos, costumbres vanidosas, gustos peligrosos, se trata de conocerte,
saber cuál es tu modo de vida, y derribar tus primeros ídolos, para que así comiences a derribar
los tuyos, primero mato lo que es visible, luego aprendes a matar conmigo, y luego te suelto a
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menguar a tu voluntad para que la voluntad de Dios crezca y la imagen de Cristo comience a
formarse. No se trata de palabras al viento, son compromisos, hay resoluciones, hay
seguimiento, no son un número más, en verdad sos un hijo de Dios, ahora sos un esclavo de
Cristo, ahora se prepara el neófito para ser siervo, el siervo para ser diácono, y de allí lo que
Dios desee, pero de ninguna manera estar en la iglesia por estar, no se trata de congregar se
trata de trabajar, de emplear los dones, de entregar tu vida a los hermanos y hermanas, de servir
a Dios con tus fuerzas y bienes, de entregarte a Dios con tu cuerpo y tu alma, ahora sos un vaso,
sos un instrumento, ahora vas a ser usado, ya no sos vos, ahora es Cristo, Cristo vive ahí, y ya
no vivís en la carne, sino en la fe del Hijo de Dios, ya no te perteneces, ya no estas casado con
el mundo ni comprometido con sus costumbres, ahora sos un santo, un consagrado para Dios,
les parecerá cosa extraña, pero ya no sos de su pueblo pagano, ahora sos parte de la Nación
Santa, del Pueblo que Dios a adquirido por precio de sangre, sangre preciosa de Cristo el
unigénito del Padre, por esa razón hay que trabajar, hay cosas que dejar, gente que abandonar,
incluso a veces la propia familia, pero Dios es digno de todo eso y más, incluso de tu martirio
de ser necesario, entonces todos escuchan esto, y cuando lo escuchan, quizás dicen “¡Si, acepto!”
con lagrimas y ansiedad, pero luego deberán ser probados y así confirmados en la fe, deben pasar
por diversas pruebas, eso llevará tiempo, hay que ponerles a estudiar y ver si tienen hambre,
ponerlos a servir y ver si se reconocen siervos, ponerlos a trabajar a toda hora y ver si están
entregados a la obra, no es dejarles ir y que hagan lo que se les venga en gana, luego deben amar
a sus hermanos más que a cualquier cosa en el mundo, la iglesia estará para siempre, la iglesia
le acompañará durante toda la peregrinación, estos imperfectos que buscan la perfección
sufrirán con él y serán algún día en los cielos con él. Pero todo este mensaje se ha perdido, todo
aquel mensaje se ha extraviado, toda esa doctrina es de unos pocos que hemos dejado todo para
seguirle, y no nos importa otra cosa que su Gloria, para Él vivimos, para Él nos movemos, de
Él somos, no nos pertenecemos.

Al contrario de este mensaje contundente, estos son livianos, estos intercambian las palabras
usadas en la biblia para definir el pecado, por términos más novedosos y “menos despectivos”
dicen, y allí entablan amistades, devienen en aquella herejía del “evangelismo relacional” que
no tiene base en las Santas Escrituras, y se hunden con los impíos en sus mismos desenfrenos,
de manera que, hoy tenemos sodomitas encubiertos, afeminados de pastores, lujuriosos de
hermanos, avarientos de conferencistas, faranduleros de escritores, todo es un descontrol desde
donde se mire, las mujeres y los hombres, ambos vestidos como si nunca hubieran pecado en el
huerto, con la misma vergüenza que Adán y Eva que les hizo confeccionar unos imperfectos
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atuendos, también fanfarrones detrás del lujo y la moda del mundo, ya no hay diferencia entre
el cristiano y el pagano, en esos lugares todos son tan iguales, que si no hubiera biblia ni
predicación, si no hubiera alabanzas, nadie creería que es una iglesia.
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Los nuevos teólogos y lideres evangélicos


Capítulo IX

Hoy es fácil acerté teólogo en las redes sociales, o en cualquier seminario “bíblico o reformado”,
como le llaman, es sencillo estudiar a distancia o presencial algunas “materias teológicas”, y al
tiempo recibirte de “teólogo”. El problema con esta nueva denominación, y de base, es la fabrica
de inútiles con títulos que egresa el seminario, podríamos partir el asunto diciendo que
bíblicamente no existen los seminarios, son invenciones póstumas, ¿por qué póstumas? Porque
vinieron después de la muerte de los apóstoles de Cristo, allí se comenzaron a ver las primeras
“escuelas”, que no eran necesariamente edificios, hasta que lo fueron en tiempos o lugares de
mayor tolerancia. En muchas ocasiones eran internados, lugares donde los ascetas se escondían
para no pecar y vivir para dios, pero esto ocurre mucho pero mucho después. Cuando hablamos
de Seminario, quizás deberíamos ir hasta la contrarreforma o un poco antes, es una idea muy
papista separar a ciertas personas para capacitarlas, cuando estas podían ser perfectamente
enseñadas por sus propios pastores, en sus propias iglesias. Pero ¿cuál era el problema? Que
sólo algunos tenían el monopolio de la enseñanza, y esta enseñanza debía estar bien supervisada
por personas que habían sido compradas para no desviarse ni dejar que se desvíen los
“aprendices”. De allí que les encuentren tan rápido a los desviados, y les disciplinaban, pero si
no se arrepentían de estos “descubrimientos” podían terminar en la hoguera. Cuando uno ve
grandes reformas, no era de estudiantes, era de profesores que a su vez eran quienes daban las
enseñanzas públicas y la misa, no eran meros estudiantes, eran maestros o doctores que se
rebelaban contra la iniquidad de lo que en ese tiempo se denominaba “iglesia” (la institución
romano-papista). Con el fin de mantener el control sobre las enseñanzas, es así que se
conformaron estas instituciones, que si fueran de intenciones genuinas, confiarían en que las
iglesias van a conservar la unidad por la sola Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo, pero
con el fin de querer ser dioses, controlar todo su imperio-empresa, claramente necesitaban otras
herramientas, porque el papismo ya venía desde muchos siglos antes con muy mala enseñanza,
aproximadamente para la época del Arrianismo es que comienza a haber problemas doctrinales
que se creen en masa, grupos grandes de herejes, y también el daño que le causo la unión entre
“iglesia” y estado durante la época del cesaropapista Constantino Magno y Teodosio I Magno.
Esto ayuda en cierta forma a limpiar los errores, pero esa es la providencia y soberanía de Dios
actuando “a pesar de” y no “por causa de”.
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Volviendo al asunto, hemos visto el trasfondo, de allí nacen los “seminarios”, y una especie de
institución educativa de corte universitaria. Actualmente, tenemos seminarios por doquier, las
pequeñas empresas académicas son pandemias, porque efectivamente hay clientes, hay personas
que creen que allí van a alcanzar el grado de “teólogos” y que eso les va a dar la plataforma
para “conducirse a sí mismos”, pero cuando uno les confronta sus conocimientos doctrinales,
entiende que aprendieron a “dudar de todo, tolerar las opiniones diferentes, y ver como libro de
historia a la biblia”, de allí que mueran a la idea de Dios vivo y verdadero, poderoso y presente,
caen en una especie de deísmo del deus otiosus, tan otiosus (ocioso) como ellos, y son
“intelectuales”, pero hacia Dios no hay Patía ni sentimientos, no hay obediencia temerosa, ni
ferviente celo por su causa. Una fábrica de muertos oradores, académicos apáticos e incrédulos,
personas que creen que son hijos de Dios por conocer ciertos conceptos, a quienes han alejado de
la Biblia y les han quitado el criterio propio, han apagado su celo, porque no hay vida en la
muerte, no hay fruto en lo estéril, no hay más que letras si no hay Espíritu. ¿Parece nuevo? No
es más que el viejo clamor del pietismo, la vieja cuestión de los avivadores, el famoso despertar
y las incontables llamadas al arrepentimiento a las instituciones. El asunto es que, si bien
protestaron contra la frialdad y no conversión de estas, sin embargo, no fueron al problema de
fondo, y eran las mismas instituciones que han arrebatado la sencillez de la Ekklesía, han
formalizado el poder de Dios, lo han hecho un mero asentimiento intelectual, una cuestión de
palabras, no hay poder en tales cementerios, y tampoco hay profundidad, ya que van a los textos
como eruditos, pero desconocen la Palabra de Dios, la toman como base para sus chistes y los
modernos “memes”, y de esa forma demuestran que aquel “temor y temblor” no es más que “un
mandamiento que han aprendido de memoria, pero su corazón esta lejos de {DIOS}”.

Ahora ¿Qué es este “despertar” de lideres evangélicos? No es más que una transición que han
hecho del movimiento carismático y de la prosperidad, a algo un poco más académico. Siempre
lo he visto como aquel relato de Pablo a los Corintios, donde les dice “los judíos piden señales,
los griegos sabiduría”, claramente hoy vemos que “las señales” que el pueblo alguna vez
demandó de los movimientos carismáticos ya no son tan peticionadas, el público del siglo XXI
se ha puesto un poco más “académico”, y ahora hay más “altura” para debatir, se trata de
combatir filosóficamente en la televisión, apologética es un término al que lo han mutado a algo
así como un “filósofo cristiano”, cosa que a ninguno de los integrantes del libro de los hechos se
le hubiera ocurrido, y ellos estaban muy familiarizados con el Helenismo. De allí en más,
comenzamos a ver más “iglesias académicas”, incluso en el porte todo se ve más “decente”, y
estas tienen para ofrecer “cursos, seminarios, talleres, escuelas, universidades, carreras,
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formación”, vean como ha cambiado del primer siglo a ahora, es como si un grupo de inadaptados
sociales, que alguna vez fueron ignorantes, ahora dijeran “¡miren, ahora pensamos!”, algo
lamentable para el nombre de “cristianismo”. Pero hoy por hoy Cristianismo es cualquier cosa,
es un término empleado para definir un sinnúmero de aberraciones y herejías de todo tipo, por
eso no les llamo iglesias ni hijos de Dios, porque no son nada de eso, aclaro que no todos son así,
ya que es posible, o no, que alguna oveja que deba ser salvada, merodee por esas tiendas, no digo
que “debe haber” sino que “es posible, o no”. Otra idea absurda de muchos en nuestros días,
“debe haber cristianos o iglesias en todo el mundo”, ¡Si, falsos sí, verdaderos no! Un falso
evangelio no engendra hijos verdaderos, ese mito o fábula ya se había descubierto hace tiempo,
pero poco a poco vuelven a lo carismático, tienen sus épocas y sus raíces que no pueden negar,
ya que no se han convertido, sino que se han “disfrazado”. Ahora se hacen los fundamentalistas,
aunque si los confrontas no lo son, se hacen los puritanos, aunque si los increpas y analizas,
tampoco lo son, proclaman ser celosos de Dios, pero el celo bíblico no lo ven bien, creen que un
cristiano no debe ser un zelota, aunque nadie ha dicho eso, pero esa es la excusa que emplean
para ocultar que no tienen celo por Dios, no hay celo de Dios en ellos, están muertos a Dios. Y
esa falta de celo de Dios, deviene en aquello que vemos actualmente, no hay separación primaria
ni secundaria, no hay separación bíblica de los que “traen otra doctrina”, de los que “andan
desordenadamente”, de los “apostatas”, de aquellos que han o incluso hay que “entregarles a
satanás para que aprendan a no blasfemar”. Son tiempos donde se acepta “a cualquiera que,
llamándose hermano, practique el pecado”, no se dice junto a Cristo “¡Ténganle por gentil
(extranjero) y publicano (traidor)!”, o como el Apóstol Pablo “¡Aparten al perverso de entre
ustedes!”, incluso al punto de decir “ni siquiera coman con él”, y Juan aporta a esto “¡No le
reciban en casa, ni le den la bienvenida! ¡Si haces eso, eres partícipe!”. Pero hoy enarbolando la
bandera del amor de raigambre secular y la tolerancia sincretista, de esa forma niegan el amor
bíblico y atentan contra la Palabra de Dios. Esta actitud impía, resulta en otras actitudes, por
ejemplo, el ecumenismo “práctico”, este se da cuando una persona que se dice ser cristiana de
raíz protestante, que ha condenado a ciertos grupos como heréticos, pero luego en la práctica se
les ve amistosos y cordiales, actitud que va contra la actitud de Pablo en el caso de Himeneo y
Alejandro, los cuales decían que la resurrección ya se había efectuado (falsa doctrina), y Pablo
les excomulgó, o en sus palabras, “entregó a satanás, para que aprendan a no blasfemar”. Esta
actitud no es nada más y nada menos que aquella que les declara a los Romanos en el capítulo 16
versículos 17 al 20, dice: “Y os ruego, hermanos, que vigiléis a los que causan disensiones y
tropiezos contra las enseñanzas que vosotros aprendisteis, y que os apartéis de ellos. Porque los
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tales son esclavos, no de Cristo nuestro Señor, sino de sus propios apetitos, y por medio de
palabras suaves y lisonjeras engañan los corazones de los ingenuos. Porque la noticia de vuestra
obediencia se ha extendido a todos; por tanto, me regocijo por vosotros, pero quiero que seáis
sabios para lo bueno e inocentes para lo malo. Y el Dios de paz aplastará pronto a Satanás
debajo de vuestros pies”. La misma actitud que Nuestro Señor Jesucristo tuvo con aquellos de
los cuales dijo “el que no es conmigo, contra mi es; el que conmigo no recoge, desparrama”.
Lamentablemente estos grupos se han tornado en aquello que Calvino denominaba
Nicodemismo, que no es sino un protestantismo que no protesta, un puritanismo que no se
santifica, una fe por la que no se contiende, lo que antiguamente se le conocía como
“criptoprotestantismo”, ya que externamente simpatizaban con los católicos para no sufrir el
martirio o las críticas duras, y encubiertamente ser un hijo de “la justificación solo por la fe”.
Estos nuevos nicodemistas, son aquellos de la iglesia de Laodicea, pero que no se han arrepentido
y han sido entregados a su iniquidad, son de profesión tibia, de una pobre doctrina y un dios
reducido al absurdo por los cuales no es digno pelear con aquellos que van contra su voluntad y
distorsionan su imagen. Es por eso que sólo son líderes, son personas ocupando una plataforma
al estilo Skene de la Grecia Clásica, un trozo de madera con forma de atril del medioevo, un
lienzo blanco para reflectar típico de la universidad, trajes al estilo inglés, una retórica política
que agrada a las masas, una relación Intereclesiástica fría y no influyente que dista mucho de
la fraternidad del primer siglo y el ósculo santo que adornaba los ágapes de la iglesia, un afecto
hipócrita que oculta iniquidad entre los feligreses, que asisten a un templo cuan viejo salón de
reuniones de las logias, sin conocer el uno del otro, ni meterse en sus “vidas privadas” como le
han llamado a la aversión que tienen a la “comunión de los santos”. Los oradores son de la vieja
escuela de sofistas, se mueven por dinero y fama, y los discursos son dignos de lástima, sin
emoción alguna sobre las temáticas abordadas, sin afecciones religiosas como le denominaba
Jonathan Edwards, con un libreto de doctrinas, muchas de ellas antibíblicas, que repiten como
loros los libretos latréuticos de hombres apostéosicados, habiendo derribado la infalibilidad
papal, se devino en una infalibilidad magisterial, y criticando duramente al sucio papismo,
acabaron haciendo de sus “consejos” el consejo infalible del eterno, cosa aberrante que busco
repudiar públicamente a través de este escrito, que se den cuenta de una vez, si Dios así lo
permite, que están haciendo daño a la fe, que están llevando a cabo prácticas que no tienen cabida
en la fe santísima de la biblia, en caso contrario, si Dios no desea salvarles, al menos sabrán
que los hijos verdaderos de Dios sí les vemos, no se escapan del discernimiento que da el Espíritu
y la Aleteia de Dios.
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La Apostasía Colectiva
Capítulo X

Este asunto, ya lo hemos tratado, pero muchos no pueden entender, no entra en sus análisis, que
todos los que llevan el monopolio de la “sana doctrina” estén errados, se preguntan porqué eso
sería posible, y la realidad es que siempre los hijos de Dios fueron la minoría en sus respectivas
épocas, cuando se habla de “pocos escogidos” se habla de la generalidad de las almas, no es que
sean pocos los que se salvan, son multitudes, pero en comparación con aquellos que se pierden
son “pocos los que hallan la puerta estrecha, y aquel angosto camino que conduce a la vida”,
aunque en todas las edades sean muchos llamados, porque ninguno de los hijos puede identificar
con certeza a todas las ovejas, sin embargo, en ese llamado, pocas son aquellas ovejas que oyen
la voz de Cristo, las demás son meras cabras que van tras los extraños. En tiempos de Cristo,
el mismo Señor Jesús les dijo “manada pequeña, no temáis”, y si bien, se ve la conversión de
miles, no significa que esos miles sean más que los 65 millones de personas que había en el imperio
Romano. Así mismo, hubo épocas donde herejías como el arrianismo, apolinarismo,
monofisismo, incluso el papismo, entre otras tantas como la transubstanciación, el credo de
Trento, entre otras, muchas de ellas son herejías de miles y millones de adeptos, tuvieron gran
influencia en aquellos días, como hoy por hoy lo son los testigos de satán, los hijos de Moroni, y
los discípulos de Edir Macedo. También movimientos como los Ascetas, los Pentecostales, los
Gnósticos, incluso los adeptos al Arminianismo o el Molinismo, estos son numerosos, y no por
ser numerosos son genuinos, antes bien son hijos de sus respectivos Heresiarcas.

Podríamos hablar de los avivamientos que vinieron durante el siglo 20, muchos de ellos de
movimientos carismáticos y corrompidos, o réplicas de Azusa Street en el año 1906, lo que devino
en un ecumenismo notable, las campañas de Billy Graham, William M. Branham, Kenneth
Max Copeland, Benny Hinn, etc. Todos estos tuvieron en común el desorden, la falsa doctrina,
el enriquecimiento ilícito, el ecumenismo, entre otras cosas, y ahora tenemos nuevos
movimientos, como el evangelio de la prosperidad, los movimientos de sanidad y liberación, los
sensacionalistas y motivacionales que emplean la piscología moderna, aquellos también que se
hacen afines a las tendencias y tienen mega iglesias, lo que se conoce como movimientos de
iglesias emergentes. Ahora hay más movimientos, el nuevo calvinismo, algo parecido a los
emergentes, puesto que tienen tolerancia por la falsa doctrina, no la repudian a menos que sea
escandalosa, y la membresía es un confesión de fe, los frutos son asistencia y compromiso a
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medias, y usan métodos modernos para “alcanzar almas”. Muchos de estos pertenecen a
movimientos de Justicia Social, comienzan a adoptar políticas más moderadas hacia las personas
con “tendencias sexuales distintas”, lo que para nosotros sería el aberrante pecado de sodomía,
implementan música secular moderna para eventos eclesiásticos, utilizan juegos y
entretenimiento para las masas inconversas que no se comprometen mucho con la iglesia, y
aceptan marchar por una causa común con movimientos heréticos, personas apostatas, son pro
denominacionalismo, celebran el paganismo, aceptan diálogos amenos con los papistas y
carismáticos, tienen a sus prosélitos bajo un régimen de comer lo que les regurgitan y si se
desvían tras lo que la biblia dice, entonces aplicarán lo que nunca aplican con los que pecan, la
excomunión, empleándolo de forma parecida a los papistas con sus tribunales de la inquisición.

Viendo todo este panorama, y notando el viejo panorama del oscurantismo, no es para menos
recordar las obras de John Hus, John Wycliffe, Girolamo Savonarola, Peter Martyr Vermigli,
Guido de Bres, Jehan Cauvin, William Tyndale, entre otros. Todos ellos fueron la minoría, la
mayoría de ellos martirizados, y sólo por nombrar algunos, muchos también pueden verse en los
Martirologios de John Foxe; allí veremos a las minorías, notaremos como la voz de “uno que
clama”, contrarrestaba la voz de “muchos falsos que han salido al mundo”, en ocasiones eran
dos contra miles, o un “Atanasio contra el mundo”, y aun así, Dios seguiría estando con aquel
que “es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Is. 66:2). Han creído en una
brutal falacia ad populum, que afirma que si la multitud lo afirma es cierto, ¿no condenó a
Cristo a la muerte una multitud?; también en aquel absurdo ad antiquitatem, que postula que
porque algo se ha venido creyendo entonces ha de ser cierto, lo cual también es otro razonamiento
falaz, antes bien, deberían “ad verbum, ad fontes”. Como antiguamente expresaba John Knox
“con Dios somos la mayoría”, y para quienes reniegan de “la novedad de nuestra fe”, respondo
con el comentario del Puritano John Trapp “Los papistas nos reprenden con la novedad de
nuestra religión y nos preguntan dónde estaba hasta la época de Lutero. Respondemos (como lo
hizo uno una vez): En la biblia, donde su religión nunca estuvo”. También tenemos el testimonio
de la conocida misión de los setenta, que muchos de ellos “ya no caminaban con él”, y el
testimonio de Cristo donde dijo “a muchos engañarán” (Mat. 24:11), o Juan declaró “han surgido
muchos anticristos”, o como Pedro también advirtió “habrá también falsos maestros entre
vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al
Señor que los rescató, trayendo sobre sí una destrucción repentina. MUCHOS seguirán su
sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado; y en su avaricia os
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explotarán con palabras falsas”. El hecho de que sean muchos no les da credibilidad, nos advierte
¡PELIGRO!.

Una Nueva Reforma (razones y consecuencias)


Capítulo XI

Si observamos esto con el lente de la Palabra de Dios, primero empiezan los temores, evidentes
temores debido al engaño que probablemente te ha alcanzado, debido a la tristeza porque fuiste
cómplice de la falsedad, vienen una multitud de controversias internas que te abruman
probablemente, pero es mejor ser "herido por la verdad, que asesinado por la mentira” dijo aquel
mártir de Bohemia que murió por la verdad. Y hoy, si realmente amas a Dios, no digo que te
aventures a convertirte en un Reformador, hacen falta aclarar un sinnúmero de cosas, pero al
menos esta introducción te servirá para alertarte, y que sepas dónde debes dirigirte para saber
más sobre esto, y buscar saber cuáles son los pasos siguientes, y quiero que sepas que no me
molesta invertir mi tiempo en que puedas sacarte las dudas y atender a tus cuestionamientos,
siempre y cuando sean honestos y no trampas al mejor estilo de los fariseos y los saduceos cuando
buscaban ocasión para verle caer a Jesús, si tu interés es saber, es conocer, es tener certeza de
todas estas cosas, no tengo que hacer más que disponerme a tu servicio, a tiempo y fuera de
tiempo, y que podamos toda la iglesia verdadera y unida, salir a la guerra por el Señor y su
Corona, luchar por la santísima fe una vez dada a los santos, hacer apología de la esperanza que
hay en nosotros, y ser testigos de Cristo ante el mundo y sus huestes. Es hora de limpiar la
iglesia de la levadura, de santificar el Nombre del Señor para que no sea blasfemado por estos
y entre los gentiles, es hora de ser fuertes y valientes, sagaces y convincentes, bíblicos y celosos
pregoneros de justicia. No es momento para detenerse en la vida cotidiana, en este mundo
efímero y terrenal, es hora de saber quién está por el Señor, ya es tiempo de levantarse del
Sueño, de vestirse como un soldado de Cristo, cargarse con las armas de la luz, y salir a
confrontar el error por comisión de una verdadera y santa iglesia. Este es un llamado, no ha que
salgas a pelear ahora, sino es una santa convocación, si tienes ojos para ver, oídos para oír,
escucha aquello que el Espíritu nos dice como Iglesia, no importa donde estemos, juntos podremos
comenzar a capacitar obreros para la mies del Señor, preparar siervos de gran precisión, celosos
con celo de Dios, ardiendo por Cristo, con la humildad para someterse a la Palabra de Dios y
cargar la cruz a donde sea que sean enviados. No es momento para mirar atrás, el mundo debe
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ararse, el sembrador debe sembrar, el soldado debe salir a la guerra, pero para eso han de estar
preparados, para como los doce, salir al mundo a dar testimonio de Cristo y su santo evangelio.

Estoy llamando a una nueva reforma, a que los hijos que despierten, entiendan que son tiempos
peligrosos, llenos de engaño y mentiras, satanás y sus ministros del error están metiéndose en
aquello que creíamos que era “sana doctrina”, aquel movimiento que alguna vez se postuló como
Bíblico, hoy es un mover de hipócritas, oportunistas, llenos de avaricia, que han aprendido a
emplear la astucia para arrastrar a muchos tras el error. Se han endiosado, se han entronado
en sus interpretaciones, han dado lugar al libertinaje, han soportado con paciencia la falsa
doctrina, la han aceptado en sus predicaciones y/o en sus vidas prácticas, y así han filtrado el
engaño a aquello que se denominaba iglesia. Es hora de despertar, ya Dios ha revelado esta
ignorancia, te manda a que te arrepientas, y te vuelvas al verdadero camino de la fe, deja que
el mundo entierre sus bienes, y es hora de conocer la verdad y ser discípulo de Cristo. Hace
mucho tiempo que estás en el engaño, que no has observado estas cosas, y no es momento para
salir en tu grado de neófito a combatirles, porque para eso hay que estar preparado, para no
caer en el lazo del diablo, no intentes tampoco “influenciarles”, esa es otra falsa doctrina que se
ha propagado, más la falsa doctrina no debe ser influenciada debe ser confrontada, y solo pueden
confrontarla quienes usan la palabra con precisión, no puede ser cualquiera que crea tener la
verdad, debe ser alguien preparado en las Escrituras. Estas personas no están dotadas con la
sabiduría que da el espíritu, pero sus lideres dirán lo que sea para confundir, asustar, o mandar
a taparte la boca, y eso no funcionará, ya lo hemos hecho en nuestra ignorancia, y gracias a
Dios hemos aprendido a cómo proceder a la luz de la Palabra con todos estos ministros de
necedades, arrastrados por la concupiscencia, llenos de mentira y engaño.

Es tiempo de una Nueva Reforma, es tiempo no de “reformar la iglesia”, como estaba en la


mente de Lutero, sino de reformar a los santos que integran aquello que llamamos iglesia, es
hora de santificarla y purificarla, es tiempo de limpiar las viejas levaduras, quitar a los falsos
de en medio nuestro, señalarles y apartarnos de ellos, es tiempo de huir de tales templos a los
que llaman iglesia, porque dicen “no debemos dejarnos de congregar como algunos tienen por
costumbre”, tampoco debes tener por costumbre congregarte en sinagogas del diablo, si Juan
dice “no le reciban en casa”, Pablo dice “ni aún coman”, si Cristo dice “no reposen en tal lugar”,
¿Qué nos enseña la Escritura? “No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué
asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué
armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? ¿O qué
acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo,
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como Dios dijo: habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Por tanto, salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor; y no toquéis lo inmundo, y yo os
recibiré. Y yo seré para vosotros padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso. Según la Palabra de Dios, es hora de abandonar el error, por tanto que se dice
hoy, a fin de que no te endurezcas por el engaño del pecado (Heb. 3:13). Esto no se deja para
mañana, esto requiere compromiso, requiere estudio hoy, te interpela a dejar todo aquello que
estas haciendo, para buscar con ahínco la verdad, buscar con esfuerzo la perla de gran precio,
hallar con fervor aquella correcta interpretación, ve a tu biblia, se un buen Bereano, toma este
manto de verdades, y acepta el compromiso de seguir la verdad, de otra manera no eres digno
de Él, no has sido llamado, si esto es un mero asunto trivial y de menor importancia, entonces,
debo decirte aquello que quizás nadie te ha dicho, ¡Aún no eres salvo, y quizás nunca lo seas,
clama a Dios por si quizás te conceda arrepentirte!

Yo sé que habrá muchos que presuntuosamente creerán, yo ya sabía todas estas cosas, a lo que
respondo, ¿y qué han hecho? ¿cuánto han hecho? ¿han agotado los recursos para que se sepa?
Esto es como aquel acontecimiento del diluvio, estamos como en los días de Noé, no podemos
dejar de hablar de algo que es inminente, verdadero, algo que está ocurriendo, debemos pregonar
en todo lugar ¡Salgan del error, vuélvanse de sus inicuas obras! ¡Esto no es un llamado trivial,
no es un grito formal, es un clamor del alma, de las entrañas de mi corazón que ama al Señor!
¡Ay de aquellos que están trabajando para detenerlo! ¡Ay de aquellos que van contra él, puesto
que no luchan contra mí, sino contra Dios! ¡Es su verdad, no es la mía, sólo soy un vaso de barro,
que sostiene un gran tesoro! ¡Que Dios ayude a su Iglesia!

Obispo Eduardo G. Cosentino y los Santos que adoran a Dios en su Iglesia

Oh, YHWH, he oído tu palabra, y temí.


Oh, YHWH, aviva tu obra en medio de los tiempos,
En medio de los tiempos hazla conocer;
En la ira acuérdate de la misericordia.

Profeta Habacuc

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