Está en la página 1de 1

Diseña un sitio como este con WordPress.

com Co

Estudio Bíblico
Tiquico !
CATEGORÍA: ESCUELA DOMINICAL

Domingo 15 enero de 2023


“Somos Convocados A Una
Conducta Santa Que, Como
Iglesia, Debemos Mantener”.

ON 10 ENERO, 2023

/ BY ESTUDIO BÍBLICO I.E.P. ROBERTO SALDÍAS ROA

/ DEJE UN COMENTARIO


Lección: Levítico Cap. 23, vers.
19 al 22. Ofreceréis además un
macho cabrío por expiación, y
dos corderos de un año en
sacrificio de ofrenda de paz. Y el
sacerdote los presentará como
ofrenda mecida delante de
Jehová, con el pan de las
primicias y los dos corderos;
serán cosa sagrada a Jehová
para el sacerdote. Y convocaréis
en este mismo día santa
convocación; ningún trabajo de
siervos haréis; estatuto
perpetuo en dondequiera que
habitéis por vuestras
generaciones. Cuando segareis
la mies de vuestra tierra, no
segaréis hasta el último rincón
de ella, ni espigarás tu siega;
para el pobre y para el
extranjero la dejarás. Yo Jehová
vuestro Dios.

Comentario: La Fiesta de las Semanas:


Dios provee (23:15–22)

    Si la presentación de las primicias marcaba


el comienzo de la cosecha de la cebada, la
Fiesta de las Semanas marcaba el final. El
nombre de la fiesta venía de la práctica de
contar siete semanas desde la ofrenda de las
primicias, para determinar cuándo debía
celebrarse esta fiesta. A los cincuenta días el
pueblo celebraba otra santa convocación y no
trabajaba ese día (v. 21). En esta ocasión, el
ritual consistía en presentar a Dios dos panes
de flor de harina, pero esta vez amasados con
levadura (v. 17) y así eran representativos de
la comida normal y más rica de Israel. Puesto
que contenían levadura, los panes no se debían
poner en el altar, sino que eran “elevados” ante
Dios como acto de dedicación. Esta
presentación iba acompañada de siete
holocaustos, una ofrenda de cereal, una
ofrenda por el pecado y una ofrenda de paz.
Era verdaderamente una mega celebración de
la provisión de Dios.

    Hay una nota interesante que


acompaña a estas normas. En medio de
la celebración de la abundancia, a los
hijos de Israel se les recuerda que
tienen obligaciones para con el pobre
(v. 22). Las cosechas y la santidad iban
de la mano. No podían expresar
verdadera dedicación y
agradecimiento a Dios si permanecían
indiferentes a las necesidades de sus
vecinos.

    Los cincuenta días que se mencionan en el


versículo 16 hicieron que la fiesta se conociera
como Pentecostés. Mucho más adelante la
fiesta se asoció a cuando se dio la ley, otra de
las grandes provisiones de Dios para su
pueblo. Pero para los cristianos está asociada
con una tercera dádiva: la dádiva del Espíritu
Santo para la iglesia. Cincuenta días después
de que Jesús resucitara de los muertos, cuando
sus discípulos estaban esperando “todos
juntos en un mismo lugar”, “todos fueron
llenos del Espíritu Santo”.

    Lo que vieron y escucharon los llevó a


confiar en que Dios había enviado la
“promesa”, y con valor renovado salieron a la
multitud y predicaron a Jesús como “Señor y
Cristo”. La cosecha espiritual que recogieron
aquel día fue sobrecogedora y se añadieron
tres mil a la iglesia.

Pregunta: ¿Qué tan importante es la


conducta cristiana para la forma en que
el mundo incrédulo ve a Cristo?

   Respuesta: Aquí está la sencilla respuesta a


la pregunta de cuán importante es la conducta
cristiana: ¡muy importante! La Biblia está
llena de versículos que relacionan la conducta
cristiana con la forma en que el mundo ve a
Cristo. “Así alumbre vuestra luz delante de los
hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está
en los cielos” (Mateo 5:16). “Pues por la
experiencia de esta ministración glorifican a
Dios por la obediencia que profesáis al
evangelio de Cristo, y por la liberalidad de
vuestra contribución para ellos y para todos”
(2 Corintios 9:13). “Manteniendo buena
vuestra manera de vivir entre los gentiles; para
que en lo que murmuran de vosotros como de
malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la
visitación, al considerar vuestras buenas
obras” (1 Pedro 2:12).

    Si comparamos el cristianismo con una


película, nuestras buenas obras podrían ser
vistas como el tráiler. Cuando los incrédulos
ven el amor que los cristianos se tienen unos a
otros y las buenas obras que realizan, pueden
pensar todo tipo de cosas malas sobre los
cristianos, pero no pueden reprochar su
conducta, lo cual es para la gloria de Dios.
Incluso en nuestro testimonio y defensa de la
fe, debemos comportarnos con dulzura y
respeto (1 Pedro 3:15), no con tonos airados y
jactanciosos.

    La verdad es que el evangelio ya es una


ofensa para el mundo incrédulo (1 Corintios
1:18); los cristianos no deberían añadir a la
ofensa. Este sentir se ve claramente en la
primera epístola de Pedro. Él exhorta a sus
lectores a que, si van a sufrir a manos de
hombres malvados, que sea porque son
cristianos y no porque actuaron
pecaminosamente (1 Pedro 4:14-16).

   Otra parte importante de la Escritura donde


se expone este punto es en la carta de Pablo a
Tito. En el segundo capítulo, Pablo le da a Tito
instrucciones sobre cómo enseñar a su
congregación. En tres puntos separados de
este capítulo, muestra el punto que estamos
discutiendo aquí. Pablo insta a Tito a que
enseñe a las jóvenes “a ser prudentes, castas,
cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus
maridos, para que la palabra de Dios no sea
blasfemada” (Tito 2:5). Asimismo, exhorta a
Tito diciendo: “presentándote tú en todo como
ejemplo de buenas obras; en la enseñanza
mostrando integridad, seriedad, palabra sana
e irreprochable, de modo que el adversario se
avergüence, y no tenga nada malo que decir de
vosotros” (Tito 2:7-8). Finalmente, Pablo le
dice a Tito que amoneste a los esclavos a “que
se sujeten a sus amos, que agraden en todo,
que no sean respondones; no defraudando,
sino mostrándose fieles en todo, para que en
todo adornen la doctrina de Dios nuestro
Salvador” (Tito 2:9-10). En los tres casos,
Pablo señala que la conducta cristiana es
importante no sólo para cerrar la boca de los
hombres malvados, sino también para
proteger la integridad de la Palabra de Dios.

    Considera la alternativa. Si los cristianos se


comportan de la misma manera que en el
mundo de afuera, ¿de qué sirve eso? Si el
mundo está observando y no ven ninguna
diferencia entre ellos y los cristianos, ¿qué
motivación (si es que la hay) habrá para que
renuncien a su estilo de vida incrédulo? El
incrédulo ya es inherentemente hostil a las
cosas de Dios (1 Corintios 2:14; Romanos 8:7-
8). Si los cristianos se comportan como lo hace
el mundo incrédulo, entonces todo lo que
hacemos es invitar al desprecio y a las
acusaciones de hipocresía.

    Para estar seguros, ningún incrédulo se


salvará por las buenas obras del cristiano; es
necesario presentar el evangelio. Además,
todos sabemos que incluso en lo mejor de
nuestra vida, seguimos siendo propensos a
pecar. Sin embargo, es mucho más probable
que el evangelio sea recibido positivamente si
lo presenta una persona humilde y amable y
no una persona grosera e irrespetuosa.
Nuestras acciones pueden ayudar o dificultar
el evangelio.

( Aporte de https://www.gotquestions.org/).


Texto: “Tocad trompeta en Sion,
proclamad ayuno, convocad
asamblea. Reunid al pueblo,
santificad la reunión, juntad a
los ancianos, congregad a los
niños y a los que maman, salga
de su cámara el novio, y de su
tálamo la novia”. (Joel Cap.2
versíc. 15 y 16).

    Comentario del texto: Un llamado al


arrepentimiento, 2:12-20

   Por medio de su profeta, Dios transmite un


llamado directo para que la nación se
arrepienta. Esta es la condición básica o
principal para que Dios acuda en su ayuda.
Todo lo anterior (1:1–2:11) ha mostrado que es
Dios quien ha enviado este castigo o juicio; él
es el único que puede aliviarlo también. Joel
por su parte parece ofrecer la “fórmula” divina
que el pueblo habría de poner en práctica para
asegurar el perdón de Dios, su ayuda y
restauración (comp. 2 Crón. 7:12–14).

    Pero aun ahora sugiere que, a pesar de la


situación, o el porqué del juicio sufrido, Dios
brinda una oportunidad más a su pueblo.
Volveos a mí encierra la idea de
arrepentimiento, de obediencia, de cumplir la
parte del pacto que les corresponde. Pero
deben hacerlo con todo… corazón, o
sinceramente. Los elementos rituales solo son
muestras externas de este arrepentimiento,
aunque deben estar presentes: ayuno, llanto y
lamento. Pero Dios no quiere expresiones
mecánicas o superficiales. Jehovah demanda
un arrepentimiento genuino, sincero, de
corazón; un arrepentimiento espiritual (v. 13).
Los judíos expresaban su dolor rompiendo sus
vestidos (2 Rey. 19:1), pero Dios demanda un
“corazón contrito y humillado” (Sal. 51:17b).
Joel estimula esta acción repitiendo lo que el
pueblo sabía y había comprobado a través de
los siglos: Jehovah, vuestro Dios… es clemente
y compasivo, lento para la ira, grande en
misericordia (v. 13b. Comp. Éxo. 34:6).
Desiste del castigo habla de que Dios puede
detener el castigo o decidir no ejecutarlo (ver
Jer. 18:8; 42:10; Amós 7:3, 6). En este caso
parece sugerir la posibilidad de que Dios
restaure todo lo perdido a causa del juicio
enviado: deja tras sí bendición (v. 14. Comp.
1:13). La restauración incluye las provisiones
necesarias para llevar a cabo los rituales en el
templo, lo cual es una marcada señal de que el
compañerismo con Dios es restaurado.

    Dado que la crisis es nacional, el lamento


también debe ser comunitario (vv. 15–17).
Tocar la trompeta, pregonar ayuno, convocar
asamblea, todos son elementos de un lamento
nacional. La seriedad de la situación llama a
tomar medidas un tanto drásticas, si se quiere,
pero necesarias. Todos han de santificarse; es
decir, purificarse ritualmente. Grandes y
pequeños deben participar de estos actos. Los
motivos de alegría deben cancelarse por el
momento; es tiempo de mostrar contrición
delante de Dios (v. 16). Los sacerdotes deben
actuar como líderes en este lamento público;
ellos tienen el deber de interceder por la
nación y suplicar la misericordia divina. Pero
deben ser participantes activos, con lloro y
oración (v. 17). Entre el vestíbulo y el altar
(otras versiones traducen “pórtico” o
“entrada”) parece haber sido el sitio
tradicional de oración de los sacerdotes (ver
Eze. 8:16). Tu heredad alude al pueblo judío.
Afrenta en este caso es vergüenza, o el estado
vulnerable ante el posible dominio que otros
pudieran ejercer sobre la nación debido a su
debilidad. ¿Dónde está su Dios? sugiere mofa
o burla (comp. Miq. 7:10; Sal. 79:10). Las
naciones paganas pondrían en tela de duda la
existencia, grandeza o poder de Dios a causa
de la debilidad del pueblo. Por otro lado, es
bueno observar que esta es una fórmula que
los profetas usaron muchas veces para
interceder a favor del pueblo. ¡La reputación
de Jehovah estaba en juego! (Comp. Éxo.
32:12; Núm. 14:13–16).

    El uso del tiempo pasado en los vv. 18 y 19


(tuvo celo: qana7065; se apiadó: jamal2550;
respondió: anah6032), parece sugerir que entre
estos versículos y todo lo anterior,
especialmente 2:1–17, había sucedido algo
interesante: ¡el pueblo se había arrepentido!
Quizá habían llevado a cabo los rituales
prescritos por el profeta, y Dios ya había
iniciado el proceso de restauración para la
nación. Otras traducciones favorecen el
tiempo futuro (“perdonará” o “tendrá
piedad”), lo cual apoyaría o implicaría un
sentimiento condicional. El contexto parece
apoyar la idea de que estos versículos (18–20)
son más bien el posible resultado —lo que Dios
está dispuesto a hacer— si el pueblo se
arrepiente sinceramente, y si da muestras
visibles de ese arrepentimiento (incluyendo los
rituales prescritos; es decir, el lamento general
o comunitario 1:13, 14; 2:12–17). Cualquiera
que sea el punto de vista adoptado, es obvio
que toda esta sección ofrece lo que pudiera
considerarse como el inicio de un proceso de
restauración, y la promesa de prosperidad. El
pueblo no tiene por qué quedarse postrado en
una actitud de derrota. Dios les ofrece una
nueva oportunidad. Tuvo celo (v. 18) apunta a
la decisión divina para actuar en favor del
pueblo judío, lo cual se respalda con el hecho
de que se apiadó de ellos. La respuesta de Dios
es positiva, promete proveerles lo necesario
para su subsistencia: seréis saciados. También
extiende la promesa de protegerlos: Nunca
más os entregaré como afrenta en medio de
las naciones (v. 19). Esto último marca el final
del estado vulnerable del pueblo de Dios ante
los pueblos enemigos. Lo que viene del norte
alude a todo aquello que amenaza la
estabilidad, paz y seguridad de la nación (v.
20). Dado que por lo común Judá era atacada
militarmente desde este punto cardinal,
algunas versiones traducen la frase de tal
manera que sugieren que el enemigo era un
ejército humano (como en Jer. 6:1). Pero el
artículo neutro lo es apropiado según el
contexto. El mar oriental es el mar Muerto; el
mar occidental es el mar Mediterráneo. La
promesa es que Dios alejaría de ellos cualquier
amenaza. Lo más inmediato era (o había sido)
la plaga de langostas. La destrucción de estos
insectos causaría malos olores, señal de
muerte. ¡Porque ha hecho grandes cosas! se
refiere a la gran devastación causada por estos
insectos.


1er Titulo: Por el sacrificio de
Cristo tenemos paz con Dios.
Versículos 19 y 20. Ofreceréis
además un macho cabrío por
expiación, y dos corderos de un año
en sacrificio de ofrenda de paz. Y el
sacerdote los presentará como
ofrenda mecida delante de Jehová,
con el pan de las primicias y los dos
corderos; serán cosa sagrada a
Jehová para el sacerdote. (Léase:
San Juan 14:27. La paz os dejo, mi
paz os doy; yo no os la doy como el
mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo. ▬
Colosenses 1:20. y por medio de él
reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las
que están en los cielos, haciendo la
paz mediante la sangre de su cruz.).

   Comentario de San Juan 14: 27. La paz


os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy
como el mundo la da. Por medio de todas
las palabras de consuelo que preceden al
versículo 27 Jesús trata de comunicar paz a los
corazones de los discípulos. “Esta paz”, es
como si dijera Jesús, “es tanto un legado que
dejo (φίηµι) como un tesoro que doy
(δίδωµι)”. Cierto que Jesús da esta paz con su
muerte expiatoria en la cruz, con la cual
produce la reconciliación. Sin embargo, decir
que la palabra paz tal como se usa aquí en el
versículo 27 es puramente objetiva y no tiene
nada que ver con el sentimiento subjetivo en el
corazón del creyente es ir demasiado lejos.
Que la paz en este caso indica ausencia de un
sentimiento turbador y atemorizador resulta
claro por las palabras que siguen
inmediatamente, a saber, No se turben más
vuestros corazones, ni tengan miedo.
Como se ha dicho repetidas veces en este
comentario, a fin de determinar el significado
de las palabras, frases y cláusulas, se debe
seguir leyendo. Esto se aplica también en este
caso. Pero también lo que antecede tiene
importancia para determinar el significado. A
la luz de todo el capítulo creemos que la
palabra paz aquí en 14:27 indica aquella
ausencia de inquietud espiritual y aquella
seguridad de salvación y de la presencia
amorosa de Dios bajo toda circunstancia que
resulta del ejercicio de la fe en Dios y en su
Hijo (14:1) y de la contemplación de sus
misericordiosas promesas (véase
especialmente 14:1, 2, 3, 12–14, 16–21, 25, 26).
Es la paz de la que Pablo habla en Fil. 4:6, 7.
Cuando Jesús dice, “No os la doy como el
mundo la da”, el contexto aclara que lo que
quiere decir es “doy mi paz”, que el mundo
nunca puede dar, por mucho que diga, “la paz
sea contigo”, o “ve en paz”. El contraste está en
el don mismo y no sólo en la forma en que se
comunica este don. El mundo puede dar placer
externo, descanso físico y deleite, honor,
riqueza; pero nunca esa seguridad íntima que
es el reflejo de la sonrisa de Dios en el corazón
de su hijo.

    En cuanto al significado de, “No se turben


más vuestros corazones, ni tengan miedo”,
véase en 14:1. Cuando la paz que Cristo
comunica (y que ganó para nosotros mediante
su expiación) entra en el corazón, queda
excluida la ansiedad. “Ni tengan miedo”. Es el
único caso en que se usa este verbo en el
Nuevo Testamento (pero véase 2 Ti. 1:7 en
cuanto al sustantivo). Se encuentra en
Aristóteles, en los papiros, y bastante a
menudo en la LXX. Significa ser cobarde,
tímido o temeroso. A diferencia de φόβος, que
se utiliza a menudo en un buen sentido (temor
piadoso), δειλία con el que se relaciona el
verbo δειλίαω, nunca se utiliza en un sentido
bueno.

Comentario de Colosenses 1: 20. Ahora


bien, tanto en Col. 2:9, 10 como aquí en 1:19,
20 se menciona la plenitud que mora en Cristo
con fines prácticos. Es una fuente de
bendiciones. Así pues, aquí en Col. 1:19, 20 se
nos dice que a Dios el Padre le plació o deleitó
que en el Hijo de su amor morara toda la
plenitud, Y por medio de él reconciliar
todas las cosas consigo mismo,
habiendo hecho la paz mediante la
sangre de su cruz; por medio de él, sean
las cosas que están sobre la tierra, o las
cosas que están en los cielos. No sólo
fueron creadas todas las cosas “por medio de
él”, esto es, por medio del Hijo del amor de
Dios (v. 16), sino que también todas las cosas
(en un sentido que luego explicaremos) han
sido reconciliadas “por medio de él” (v. 20).
En ambos casos las todas las cosas tienen el
mismo significado: todas las criaturas sin
ninguna excepción:

“Susurra un nombre, oh tan precioso, a lo


largo de las nubes,

Ese nombre cubre el cielo y la tierra en gran


armonía”.

    Algunos han objetado estas líneas por


razones teológicas.

    Personalmente, no veo razón para rechazar


la idea expresada en este poema. ¡Tendríamos
que Anuncios
rechazar también Col. 1:20! Todo es
asuntoUniverdad
de interpretación.
De O´Higgins Es verdad
ABRIR que en
Conoce Las Carreras UOH 2023
Seguir
este momento el cielo y la tierra no están INFORMA SOBRE ESTE ANUNCIO

También podría gustarte