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Recibido: 11 Octubre 2020 Revisado: 31 de enero de 2021 Aceptado: 12 de marzo de 2021
DOI: 10.1111/cobi.13737
DIVERSIDAD
Del duelo a la esperanza en la conservación
joern fischer maraja riechers
Facultad de Sostenibilidad, Universidad Leuphana Lueneburg, Lueneburg, Alemania
Correspondencia
Joern Fischer, Facultad de Sostenibilidad, Universidad Leuphana Lueneburg, Universitätsallee 1, 21335 Lueneburg, Alemania. Correo
electrónico:joern.fischer@uni.leuphana.de
Declaración de impacto del artículo: La sostenibilidad global no es inminente, por lo que los conservacionistas deberían reflexionar sobre una respuesta mental y filosófica viable.
Estar comprometido con la conservación de la biodiversidad es difícil en
un momento en que las malas noticias nos rodean (Orr,2004,2007)––ya
sea sobre extinciones de especies (IPBES,2019), cambio climático (IPCC,
2018), o fracasos políticos repetidos para abordar estos y otros desafíos
de sostenibilidad. Mucho se ha dicho sobre la necesidad de actuar con
urgencia en esta “disciplina de crisis” (Soulé,1985). Aunque las acciones en
el mundo biofísico exterior son más urgentes que nunca, también hay un
trabajo interno que debemos hacer nosotros como profesionales de la
conservación para que podamos canalizar nuestra energía de manera
productiva (Ives et al.,2020). En este ensayo, ofrecemos nuestra
perspectiva personal sobre las cuestiones del duelo y la esperanza.
Decidimos compartir esta perspectiva porque notamos que preguntas
similares están cada vez más presentes en la mente de muchos
estudiantes y profesionales de la conservación (Cunsolo et al.,2020; Faria,
2020; Plieninger et al., 2021). Sin un punto de inflexión inminente para la
sostenibilidad global a la vista, consideramos importante reflexionar
sobre cuál podría ser una respuesta mental y filosófica viable para
quienes se dedican a la conservación de la biodiversidad.
Términos como “duelo ecológico" y "eco-ansiedadse utilizan cada vez
más para describir las respuestas emocionales de las personas a la
degradación ambiental (Cunsolo et al.,2020; Plieninger et al., 2021; Usher
et al.,2019). Se ha establecido una analogía con las respuestas
emocionales bien estudiadas de las personas que están de duelo y las
personas que reciben malas noticias personales, como el diagnóstico de
una enfermedad crónica o terminal (Cunsolo & Ellis,2018). Para adaptarse,
tales individuos típicamente pasan por una serie de cambios internos y
externos, y muchos finalmente aceptan su situación (Corr,2019). Aunque
los paralelos entre la literatura sobre personas que enfrentan
enfermedades y pérdidas y el duelo ecológico son fascinantes, existe una
diferencia fundamental: el destino de los enfermos terminales y la muerte
de un ser querido son inmutables, mientras que el destino de la vida en la
Tierra como todo es muy cambiante a través de la acción humana
colectiva. El duelo, con su implicación de final y
Este es un artículo de acceso abierto bajo los términos de laAtribución de Creative CommonsLicencia, que permite su uso, distribución y reproducción en cualquier medio, siempre que se cite debidamente la obra
original.
© 2021 Los autores.Biología de la Conservaciónpublicado por Wiley Periodicals LLC en nombre de Society for Conservation Biology
Biología de la Conservación.2021;1–3.
pérdida inalterable, por lo tanto, es un concepto atractivo para los
conservacionistas, pero podría decirse que no empodera.
Para formular una visión personal esperanzadora sobre cómo abordar
la conservación, nos inspiramos en el difunto Michael Soulé (Crooks et al.,
2020). De ninguna manera sugerimos que necesariamente hubiera estado
de acuerdo con nuestros pensamientos descritos aquí; simplemente
reconocemos con humildad y respeto que nos inspiró, al igual que inspiró
a muchos otros conservacionistas. Ofrecemos los siguientes puntos como
puntos de partida para la conversación. Nos enfocamos en 4 temas, a
saber, la compasión, la interrelación, la impermanencia y la necesidad de
una base normativa sólida para la conservación.
En primer lugar, para contrarrestar la ira, los juegos de culpa y la búsqueda de
chivos expiatorios, que generalmente impiden las conversaciones transformadoras,
haríamos bien en "ampliar nuestro haz de compasión". Esta frase e idea fue
presentada con elocuencia por Michael Soulé en una conferencia pública en la
Universidad Nacional de Australia a principios de la década de 2000, en la que
reflexionó sobre diferentes movimientos de afirmación de la vida. Ya sea que las
personas participen activamente en la conservación de la biodiversidad, los derechos
de los animales, el desarrollo humano o simplemente sus propias familias, muchos
están de hecho involucrados en actividades que afirman la vida de un tipo u otro. Los
focos son simplemente diferentes y, por lo tanto, se priorizan diferentes resultados. Si
reconocemos que, en un nivel profundo, gran parte de la humanidad se involucra en
actividades que afirman la vida, somos mucho más capaces de entablar
conversaciones constructivas y potencialmente transformadoras con los demás
(Scharmer,2018).
En segundo lugar, y estrechamente relacionado con el primer punto,
Michael Soulé enfatizó acertadamente que todos estamos relacionados con
todas las demás formas de vida porque toda la vida presente en la Tierra ha
compartido ascendencia en los primeros organismos unicelulares que vivieron
en la Tierra hace 3.500 millones de años (Soulé, 1995 [ como se cita en Taylor,
2020]). Reconocer que ningún ser existe separado de los demás puede ser útil
para abordar la conservación de formas nuevas y diferentes. En reconocimiento
de tal inevitable “inter-ser” (Thich Nhat Hanh,2008), se abren nuevos caminos
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2 FISCHER YRIECHERS
para interacciones que no se pueden tener desde la perspectiva de nosotros
contra ellos. La noción de interrelación nos da razones para extender nuestra
compasión a otras especies, pero también nos da razones para extenderla a
otras personas, incluidas aquellas con las que no estamos de acuerdo.
En tercer lugar, ofrecemos reflexiones sobre cómo conceptualizar el
cambio. Michael Soulé nos recordó que no le preocupaba “la muerte sino
la falta de nacimientos” (Soulé,1985; taylor,2020). Al afirmar esto, enfatizó
la importancia de mantener condiciones ecológicas adecuadas para la
evolución en curso. Implícitamente, sin embargo, también reconoció la
inevitabilidad del cambio en curso, una idea que es fundamental para la
filosofía budista, donde está capturada por la noción de impermanencia.
Reconocer la impermanencia, a su vez, puede ayudar a permanecer
emocionalmente saludable en un momento en que mucho de lo que
estamos apegados (como ciertas especies o ecosistemas) está cambiando
rápidamente o se ha perdido de manera irreversible. Debemos aceptar
que en este momento se está produciendo un cambio rápido y en parte
irreversible, no porque aprobemos los cambios particulares que se están
produciendo, sino porque antes de elegir un curso de acción apropiado,
debemos reconocer que esta situación está ahora con nosotros (Faria,
2020; Tolle,1999). Sin embargo, frente a esta verdad desagradable, lo
último que necesitamos es una resignación estoica, una respuesta de
duelo generalizada en los enfermos terminales (Corr,2019; Orr,2004). Tal
renuncia equivaldría a renunciar a un futuro mejor (Orr,2004), y
seguramente este no puede ser el objetivo de nuestra disciplina orientada
a la misión. Más bien, debemos tratar de cultivar una esperanza auténtica,
que “nos exige … entrar en el futuro sin ilusiones” (Orr,2007:1393) sin
dejar de ser abierto y fundamentalmente positivo. ¿Cómo podría lograrse
esta tarea aparentemente imposible?
Podría decirse que la noción de impermanencia es una poderosa fuente de
auténtica esperanza que no se basa en la fe ciega sino en la verdad
empíricamente observable. Eventualmente, la era actual de sobreexplotación
ecológica e injusticia institucionalizada llegará a su fin; como todas las demás
eras históricas, esta tampoco será permanente. Tomada de forma pasiva, la
impermanencia podría verse como una justificación para simplemente pasar los
malos momentos y esperar a que las cosas mejoren. Sin embargo, tomado
activamente, reconocemos que en este momento muchas tendencias van por el
camino equivocado y muchas especies se están perdiendo. Sin embargo, si
observamos detenidamente, también vemos un impulso creciente para un
cambio positivo y transformador. Por ejemplo, Bennett et al. (2016) documentó
“semillas” de cambio, mostrando docenas de casos positivos de nuevas
iniciativas socioecológicas en todo el mundo. “Imbuido en [este] concepto… está
la relación de retroalimentación positiva entre la esperanza, en el sentido de
una perspectiva pragmática, positiva y con visión de futuro, y la agencia, el
empoderamiento de entrenamiento, las opciones para el futuro y la motivación
colectiva” (Colloff et al.,2017:94). Del mismo modo, Manfredo et al. (2020)
proporcionó evidencia cuantitativa de los valores de las personas relacionados
con el cambio de la vida silvestre en el oeste de los Estados Unidos, en una
dirección que probablemente sería positiva para la conservación. Carpintero et
al. (2019) argumentó que nuestra era actual está plagada de ejemplos de
personas que exploran opciones para el cambio, lo que respalda firmemente el
argumento de que, en términos históricos, nuestra era actual está llegando a su
fin. A diferencia del caso de un diagnóstico terminal, el destino de nuestro
planeta no está sellado: su enfermedad es grave pero no tiene por qué ser fatal.
Podemos
todos contribuyen a acelerar su recuperación y transición a una nueva era
ecológicamente más sostenible.
Finalmente, y siguiendo lógicamente desde el punto anterior, sugerimos
que es probable que las metas de conservación de fluidos se vuelvan más
importantes que nunca. Si este es realmente el caso, uno podría preguntarse,
entonces, ¿de qué debería tratarse la conservación? (Backstrom et al.,2018;
Cunsolo y Ellis, 2018; Graham et al.,2014). Aquí, también, ayuda revisar la visión
original y dinámica de Michael Soulé para la biología de la conservación.
Propuso los siguientes postulados normativos como guía para la conservación:
la diversidad de organismos es buena, la complejidad ecológica es buena y la
evolución es buena (Soulé,1985). Estos postulados siguen siendo
fundamentalmente útiles (Kareiva & Marvier,2012) como un faro para los
conservacionistas, a pesar de los cambios rápidos, innegables y en parte
inalterables que se están produciendo. “Fluidez del paisaje” (Manning et al.,
2009)––es decir, un enfoque en el mantenimiento de condiciones favorables
para los objetivos normativos establecidos por Soulé (1985)––a su vez, podría
ser un objetivo de conservación a largo plazo más viable que los objetivos
tradicionales centrados en condiciones ecológicas fijas.
En conjunto, la compasión, el reconocimiento de la
interrelación y la impermanencia, y una base normativa
claramente articulada para la conservación que reconozca el
cambio pueden ayudar a proporcionar una visión para la
ciencia de la conservación que pueda resistir gran parte de
las malas noticias que recibimos con tanta frecuencia. Tal
visión sugiere que no debemos centrarnos en ningún estado
preciso del mundo porque todos los estados deben cambiar
para siempre. Más bien, debemos notar, respetar y apreciar
en nuestro mundo las propiedades del sistema de
diversidad, complejidad y evolución continua. Juntos,
describen la esencia fluida de la vida, y esto es lo que
debemos conservar. Desde esta perspectiva, podemos
superar las respuestas emocionales de ira o resignación y, en
cambio, generar agencia y empoderamiento. Al reconocer
específicamente la diversidad en nuestra propia especie con
compasión,2018). Tal perspectiva hará que la conservación
sea más inclusiva para los pueblos indígenas, las personas
del Sur Global y otros miembros de la sociedad
sistemáticamente desfavorecidos (Kareiva & Marvier,2012;
Sandbrook et al.,2019; Tallis & Lubchenco, 2014).
No se puede negar que mucho de lo que amamos se está perdiendo
(IPBES,2019). Sin embargo, no hay necesidad de resignarse a algún tipo
de muerte definitiva; mientras que innumerables especies están
desapareciendo para siempre, el contramovimiento por un cambio
socioecológico real e histórico está cobrando impulso. Depende de todos
nosotros acelerar la transformación hacia una nueva era que sea más
equitativa y ecológicamente sostenible. Aunque esto no será rápido ni
fácil, al menos para nosotros, la lógica descrita aquí ofrece una base
coherente para mantener la esperanza de conservación a largo plazo.
EXPRESIONES DE GRATITUD
Agradecemos enormemente los comentarios constructivos de 2 revisores
anónimos y el editor encargado.
Financiamiento de acceso abierto habilitado y organizado por Projekt
DEAL.
CONSERVACIÓNBIOLOGÍA 3

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