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Un biólogo en la sociedad
Ser biólogo es una ideología de vida, somos científicos, acostumbrados a lidiar con
el fracaso del ensayo y error, ya que este siempre es una oportunidad de volver a
iniciar y evitar caer en las mismas situaciones, en igual forma, brinda experiencia y
nos enseña a ser más humildes, al mismo tiempo, nos ayuda a descubrir y
desarrollar nuestras habilidades. Somos protagonistas directos de muchas
especialidades, con una importantísima difusión social y ética, ligada a aspectos tan
importantes como el medioambiente, la investigación, la reproducción asistida, la
experimentación animal. Esto implica que somos una profesión actual, un hecho
que nos obliga a no dejar de adaptarnos y a actualizar nuestros conocimientos y
nuestros perfiles profesionales.
¿Pero sabe la sociedad qué hacemos los biólogos? Como lo demuestra las
encuestas realizadas por biólogos a familiares, profesores y amigos la mayoría de
las personas tienen poca o ninguna idea de lo que es un biólogo a que nos
dedicamos y el papel que tenemos en la sociedad. Así como otros profesionales
han sabido explicarse muy bien, los biólogos somos tan multidisciplinares, podemos
hacer tantas cosas, que la sociedad no nos acaba de situar en un solo rol o posición.
Para explicarlos mejor hay que mencionar que la biología es una disciplina que
estudia la vida y todos los sistemas en los que se desarrolla. La complejidad de todo
este sistema le otorga múltiples ramas de especialización académica, científica y
profesional. En la actualidad se presenta también como una ciencia transversal,
porque muchos de sus intereses son en parte compartidos por otras disciplinas que
estudian la calidad de la vida y del entorno. De hecho, es en estos campos de interés
común donde hoy en día el biólogo tiene más protagonismo por los descubrimientos
y el avance de la genética, desarrollo, la bioquímica y por el conocimiento del
medioambiente. Un ejemplo de esto es David Baltimore biólogo estadounidense que
gano el Premio Nobel en 1975 por el descubrimiento de que el RNA puede ser
transcrito (por una transcripción inversa) a DNA (“David Baltimore”, 2017).
A esta dispersión de campos hay que añadir que los biólogos hemos sido poco
corporativistas, en el sentido de defensa y reivindicación de la profesión. Parece
que nos da cierta vergüenza lucir nuestra profesión y recordar que tenemos un gran
colegio que nos respalda como es nuestra preciada Universidad.
La pasión que cada uno de nosotros pone en su área de estudios, es la misma que
queremos inculcar desde la FES Iztacala nuestros futuros biólogos. Para
conseguirlo, es necesario un acercamiento entre colegas y las universidades para
cambiar la percepción que tiene el mundo de nosotros y que seamos reconocidos
por nuestra participación activa en la sociedad y no por nuestra vestimenta, además,
reunir una serie de conocimientos indispensables que nos permitan explicar a otros
nuestra visión del mundo.
Estoy convencido de que esta colaboración provechosa nos permitirá resolver los
problemas prioritarios como parte de nuestro compromiso con la sociedad. Para
conseguir esta finalidad estratégica debemos tener representatividad, y esto se
consigue con una buena masa crítica. Necesitamos no solo la participación de todos
los biólogos; debemos incorporar todos aquellos nuevos grados vinculados a las
Ciencias de la Vida con los que compartimos un tronco común de enseñanzas.
Juntos debemos hacer oír nuestra voz para participar activamente en el debate
social y científico.
Literatura citada
David Baltimore. (2017, enero 27). En Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado a partir de
https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=David_Baltimore&oldid=96487301