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CRISTOLOGIA – T04

03
Rasgos fundamentales de la
persona y la actuación de Jesús
T04
Cristología

Área de filosofía y ciencias humanas / Cristología 1


CRISTOLOGIA – T04

RASGOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA Y LA


ACTUACIÓN DE JESÚS
1. UN HOMBRE SINGULAR
Jesús produjo una honda impresión en sus contemporáneos. Sus palabras,
actitudes, relaciones y gestos obligaban a tomar postura ante él. Difícilmente dejaba
indiferente a quien se había encontrado con él: Mc 2,12; 3,20-21.22; 4,41; 6,2-3; Mt
21,10; Lc 5,21; 7,39; Jn 4,29. Todos reaccionaban ante Jesús percibiendo en él una
originalidad que supera sus referentes ordinarios. Si Jesús no hubiera sido más que
un buen judío o un integrista o un zelota revolucionario no habría suscitado tantas
reacciones a su alrededor.

TEXTO A COMENTAR 3
Charles Péguy1 expresa muy bien la impresión que causó Jesús en los siguientes versos
del poema “Revolución”:
"Era generalmente querido,
hasta el día en que comenzó su misión.
Era querido por todos.
Los camaradas, los amigos, los compañeros, las autoridades,
los ciudadanos,
su padre y su madre.
Todos encontraban su vida muy bien,
hasta el día en que empezó su misión.

Los camaradas encontraban que era un buen camarada,


los amigos un buen amigo,
los compañeros un buen compañero,
en nada orgulloso.
Los ciudadanos encontraban que era un buen ciudadano,
hasta el día en que se reveló como otro ciudadano,
como fundador, como ciudadano de otra ciudad.

Las autoridades encontraban que estaba todo muy bien,


hasta el día en que empezó su misión.
Las autoridades pensaban que era un hombre de orden,
un joven hecho y derecho,
un joven tranquilo,
un joven con la cabeza bien sentada,
fácil de gobernar,
y que daba al César lo que era del César.

Hasta el día en que empezó el desorden.


Introdujo el desorden,
el más grande desorden que haya jamás existido en el mundo.
El más grande orden que haya existido en el mundo,
el único orden
que haya existido jamás en el mundo.

Hasta el día en que empezó a dar a Dios lo que es de Dios."

1
Charles Péguy (1873 - 1914). Poeta y pensador francés.

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TEXTO A COMENTAR 4
Un hombre singular
“Realmente Jesús produjo una impresión muy fuerte en sus contemporáneos. Los
evangelistas utilizan las palabras “autoridad”, “poder”. Lo describe así, después de
la primera predicación y los primeros milagros: Mt 6,2-3; Mc 1,27.
Con estos términos intentan expresar todo el misterio fascinante de su persona y
de su influencia. Jesús no era un maestro de la ley como los demás. Como ellos,
predicaba, tenía discípulos, iba de pueblo en pueblo explicando la Palabra del
Antiguo Testamento, pero tenía la fuerza de los antiguos profetas, que
denunciaban las injusticias, que hablaban en nombre de Dios manifestando su
voluntad. Jesús fue comparado con Moisés, el más grande profeta, el legislador, el
fundador y libertador del pueblo. No hablaba de oídas como tantos maestros,
repitiendo lo aprendido, sino que sus palabras reflejaban una experiencia viva y
profunda; tan rica que era capaz de arrastrar y suscitar un eco en los demás. Sus
palabras eran tan densas y llenas de fuerza que no se quedaban estériles, como
palabras que se pierden en el aire…, sino que se cumplían: “manda a los espíritus
y le obedecen”.
Se descubre esta autoridad en su forma de enseñar y predicar la ley, en su manera
de tratar a los enfermos y endemoniados, en las relaciones con su entorno…
Podría decirse que era el resplandor de una personalidad única y singular, que
impresionó profundamente a los discípulos. Es la primera huella de la gloria
revelada en la resurrección.”
Domènech, Antoni, Jesús de Nazaret, CCS, Madrid 1986, p. 31-32.

Según los textos 3 y 4 en qué se notaba la originalidad y autoridad de Jesús?

2. Libertad
2.1 La Ley para los judíos es:
 La base de su originalidad como pueblo. Su realidad fundamental (Dt 6,20-25; 7).
 La expresión de la presencia de Dios con ellos y de la realización de su voluntad
en la historia.
 El signo de la Alianza.
 "Algo por lo que valía la pena dar la vida. Miles de judíos dieron su vida por
defenderla frente a las persecuciones.
 Fuente de espiritualidad (Sl 119; Sb 9).

2.2 Jesús y la Ley


Jesús conoce la Torá, los Profetas y el Salterio sobre todo a través de las lecturas y
plegarias en hebreo del servicio litúrgico de la sinagoga. Pero Jesús no expone la
Escritura como un rabino (y de ordinario tampoco la cita), sino que toma imágenes,
giros, sentencias y pensamientos del Antiguo Testamento. No explica la Escritura: la
vive y la cumple.
Para Jesús la Torá no ha perdido vigencia; la toma en serio. En el caso de ciertas
deformaciones inhumanas, se remonta más allá de la literalidad de los
mandamientos de la Ley hasta la voluntad primera de Dios creador en Gn 1-2 (cf. Mc
2,27; 7,9-15; 10,1-9; Mt 5,44s). El recurso al orden divino de la creación derriba los
muros de separación que los hombres han levantado. Jesús rechaza contraponer la
letra de la Torá a la inmediatez de Dios y del prójimo. Porque la voluntad de Dios
tiene como meta la salvación de los hombres.

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Aparte de Gn 1-2, Jesús ha recurrido sobre todo a pasajes del Salterio, de los libros
de los profetas y sobre todo de Isaías; especialmente parece haber meditado
muchos textos de éste último:

FÓRUM
Comprueba cómo los grandes temas de la predicación de Jesús ya están
presentes en Isaías: Is 2,2-5; 25,6-8; 29,18s; 35,3-6; 43,1-4.22-25; 44,22s;
49,13.24s; 52,7-9; 52,13-53,12; 55; 58,6-10; 59,21; 61,1-3.
Temas de la predicación de Jesús Citas del profeta Isaías
soberanía de Dios
buena nueva a los pobres
derrocamiento del fuerte
perdón de los pecados por pura gracia
gozo del tiempo final por encima de la penitencia

Jesús maneja Isaías de manera original y propia: selecciona de forma crítica, recoge
el mensaje salvífico, dejando de lado, por ejemplo, la idea de venganza en Is 61,1-3;
Lc 4,18-19. Lo hasta entonces periférico lo sitúa en el centro. ¿Por qué puede
permitirse Jesús esta libertad? Porque tiene conciencia de ser enviado por Dios para
liberar.

2.3 Signos de la libertad de Jesús ante la Ley


 Denuncia el legalismo y el ritualismo, y remite la Ley a su fuente: la vida del
hombre, y sobre todo del hombre necesitado (Mc 2,18-27; 3,1-6; 7,1-23 tienen
relación con Is 1,10-20; 58).
 Desautoriza la Ley como criterio último de salvación (Mt 5,20-48; Mc 10,17-27).
 Radicaliza la Ley hasta lo imposible; la Ley señala el límite negativo, más allá del
cual no se respeta a los demás, pero no señala lo positivo. Jesús propone la
“gracia” como principio nuevo de toda la Ley. Es lo que Jesús recuerda en: Mt
5,48; 19,11; Mc 10,5.26-27.
 Jesús en persona es la única Ley (Mc 8,38; 10,21-27; Mt 25,34-36).

Es muy importante que estudies todas las citas y sepas relacionarlas con la
actitud libre de Jesús frente a la Ley.

2.4 Conclusión.
El judío Jesús, con libertad soberana, selecciona determinados contenidos de
tradiciones del AT y desarrolla su propio mensaje acerca del Dios de Israel con un
acento personal inconfundible.

TEXTO A COMENTAR 5
Libertad inaudita
“Espontáneamente surge una pregunta: ¿por qué Jesús fue tan libre de modo
que vivió y murió pensando en los demás? Su conducta se apoya y se inspira
en su experiencia religiosa: vive con tal intensidad la cercanía benevolente y el
amor incondicional con que Dios envuelve, defiende y promueve cada persona
humana, que no puede menos de sentir “un profundo estupor” ante su
dignidad y entregarse totalmente al servicio de la misma. En su sensibilidad
espiritual no puede soportar que, por cumplir el descanso sabático, se deje
tirado a un paralítico, y para llegar puntualmente a los oficios cultuales del

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templo se dé un rodeo para no mirar al expoliado en la cuneta del camino.


Experimenta que Dios ama y perdona siempre; en consecuencia, todos
podemos amarnos y perdonarnos; está convencido de que Dios “ha dado el
poder a los hombres” (Mt 8,9); no a las leyes, instituciones o ritos por muy
sagrados que sean. Esto viene a decir la parábola de la cizaña: no es bueno
emplear la violencia para eliminar a los malos; se acaba también arrancando el
trigo.”
Espeja, Jesús, Jesucristo. La invención del diálogo, EVD, Estella 2001, p.
102-103.

FORUM
1. ¿En qué consiste su novedad radical con respecto a la Ley? ¿Consiste en
una reforma?
2. ¿Por qué es percibida como escandalosa y blasfema esta libertad?

3. Autoridad
Este rasgo de Jesús causó asombro: Todos se asustaron y se preguntaban unos a
otros: ¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva y con plena autoridad! (Mc
1,27; Mt 7,28-29).
Jesús no impone doctrinas apelando a su autoridad (él no era ninguna autoridad ni
religiosa ni política), sino que su doctrina tiene autoridad porque convence.
Manifiesta una libertad y autoridad inauditas en la interpretación de la Ley en temas
de pureza legal y del sábado. No justifica su autoridad apoyándose en la ley,
tradición, etc. No dice como los profetas, por ejemplo: así dice Yahvé, sino que
emplea la expresión: se dijo a los antiguos, yo en cambio os digo (Mt 5,17-48). Con
ello da a entender que conoce mejor la voluntad de Dios que el mismo Moisés,
llegando incluso a corregirle en el tema del divorcio (Mc 10,11). En consecuencia, se
muestra como el revelador definitivo de Dios.
No se impone por la fuerza: las parábolas, por ejemplo, no son argumentos
indiscutibles, sino que dejan abiertas distintas posibilidades para que las personas
libremente decidan. No obliga a seguirle, no retiene a la fuerza a los seguidores (Mc
10,17ss; Jn 6,67; Lc 12,54-57). Sólo invita y pide una respuesta libre y responsable
(Mt 5,37; Mc 4,9).
Denuncia sin miramientos a las autoridades civiles y religiosas: maestros de la ley,
fariseos, sacerdotes (Mc 10,42-45; Lc 22,25-30; Mt 23,4-23; Mc 11,20; 12,1-12).
La primera preocupación en el ejercicio de la autoridad consiste en la rehabilitación
de los excluidos e indefensos. Dice que ha venido de Dios para llamar a los
pecadores, no a los justos (Mc 2,17). Por encargo de Dios se sienta con ellos en la
misma mesa, con lo cual les promete el perdón incondicional de Dios a quienes
ponen en peligro el ordenamiento salvífico (Mc 2,5).
Sus seguidores, en comunidad, no deben querer imitar la conducta de los príncipes
y gobernantes de este mundo (Mc 10,35-45). Un buen ejemplo del ejercicio de la
autoridad en la comunidad lo encontramos en Mt 18,15-20. Quien es constituido en
autoridad tiene la misión de servir a los demás lavando los pies y acogiendo (Jn
13,14; Lc 22,27; Mt 11,28-30).

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FÓRUM
¿Qué impulsaba a Jesús a interpretar y ejercer la autoridad de esa forma?

4. Llamamiento radical al seguimiento


La exigencia radical de seguimiento forma parte de su singularidad. La tradición era
que los discípulos buscaban a los maestros más renombrados de Israel. Jesús, en
cambio, era el que elegía a los discípulos (cf. Jn 15,16.19).
También era novedosa la manera de llamar a algunas personas usando un
imperativo categórico: “Tú, ven y sígueme” (cf. Mc 1,16-20), dirigido incluso a
pecadores (cf Mc 2,14). En otras ocasiones, llama “al pasar”, como si se tratara de
algo fortuito, sin una indagación previa respecto a los que llama (Mt 9,9.27; 20,30).
Este llamamiento es incondicional y radical, por ejemplo: “deja que los muertos
entierren a sus muertos; tú, ven y sígueme” (Lc 9,58-60). Ante la persona de Jesús
todo se juega a una sola carta; la decisión por o contra él viene a sustituir la
radicalidad de la ley dada por el Creador: al mandamiento de “dejará el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a su mujer” (Gn 2,24), corresponde el llamamiento de
Jesús: “quien no abandona al padre y a la madre y me sigue no es digno de mí” (Lc
14,26; 18,29). Se crea una nueva familia surgida de una nueva filiación y generadora
de una nueva fraternidad vinculada a su seguimiento.
TEXTO A COMENTAR 6
Autoridad y seguimiento
“Esta exigencia radical y utópica deja al ser humano encarado al infinito: “Sed
perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (cf. Las bienaventuranzas: Mt
5,48). Jesús nos arranca de la seguridad de la ley y nos sitúa a la intemperie, ante
un camino que exige abandonarlo todo para seguirle (Mt 19,24-26). Aunque no se
trata de una exigencia caprichosa, sino de la hondura radical del amor, del don y
de la gracia (siempre más exigente que la mera ley exterior). En otras palabras:
Jesús, que está viviendo desde la radicalidad del amor del Padre, más allá de otros
respaldos o asideros humanos, pide a sus discípulos la misma actitud que él tiene
ante la realidad del Dios vivo. (…)
Un sentido radicalmente trascendente late en las palabras de Jesús vinculadas al
seguimiento, y en las que exige decidirse a favor o en contra suya. La llamada de
Jesús brota de una “autoridad (exousía) singular: desde una autoconciencia por la
que él llega a decir: “El que no está conmigo está contra mí. El que no recoge
conmigo desparrama” (Mt 12,30); equiparándose –e incluso identificándose-, en
escenas vinculadas al seguimiento, con el Hijo del hombre que vendrá como juez
al final de los tiempos: “El que me confesare-negare, el Hijo del hombre le
confesará-negará” (cf. Mt 10,32-33). Palabras nuevas que no aparecen en boca de
profeta alguno ni de los maestros de Israel, quienes podrán exigir obediencia a su
palabra o reconocimiento a su enseñanza, pero nunca un seguimiento tan radical a
su persona. En última instancia, con la llamada a su seguimiento, Jesús parece
estar asumiendo el puesto que le corresponde a Dios. Él no suele decir “Dios os
llama”, “Dios os dice” o “seguid-imitad a Dios”, sino “yo os digo” o “seguidme”.
Formas de hablar que no encuentran paralelo alguno en los grandes líderes del
Antiguo Testamento.”
Gesteira, Manuel, Jesucristo, horizonte de esperanza I, PPC, Madrid 2011, p.31-
33.
¿Según este texto, cuál es el fundamento de la llamada radical que hace
Jesús a sus discípulos? ¿Con qué autoridad y libertad Jesús puede llamar a
alguien a seguirle radicalmente?

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