Se conoce como contabilidad fiscal al sistema de información relacionado con
las obligaciones tributarias. Este tipo de contabilidad se basa en las normativas fiscales establecidas por la ley de cada país y contempla el registro de las operaciones para la presentación de declaraciones y el pago de impuestos. La contabilidad fiscal puede diferir de la contabilidad financiera (que registra la actividad y las transacciones de una empresa en un periodo determinado). En algunos países, las leyes que regulan la contabilidad exigen la presentación de informes cada doce meses, dando lugar al nacimiento del año fiscal. Todas las empresas en el mundo están obligadas por la ley vigente en su territorio al pago de impuestos. Este requisito tributario permite que los Estados perciban aportaciones monetarias que son utilizadas para el mejoramiento de las condiciones sociales. Por esta razón, el cálculo, gestión y cumplimiento en el pago de estos requerimientos es esencial, ya que de no llevarlo a cabo de forma correcta puede significar sanciones y multas a las empresas. La contabilidad fiscal se especializa en la administración de los recursos disponibles para el pago de impuestos, así como la evaluación de opciones que permiten a las empresas cumplir con sus obligaciones sin tener que pagar grandes cantidades de dinero al fisco. Los expertos de este rubro deben: Conocer a la perfección la legislación tributaria vigente. Hacer cálculos de las diversas tasas aplicables para cada operación. Gestionar los recursos necesarios para el pago de impuestos. Analizar las opciones disponibles para reducir el gasto fiscal. Mantener al día el cumplimiento de las obligaciones correspondientes. Ejemplo 1 calcular impuesto sobre la renta. 2 declaración anual de personas físicas y morales. 3 calcular el IVA en compras y ventas.