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CAPÍTULO 9

Comportamiento esfuerzo-deformación al corte.

9.1 INTRODUCCIÓN.

La resistencia de un material es el mayor esfuerzo que puede soportar. Si el esfuerzo de trabajo, para una condición
de carga particular, excede la resistencia del suelo, la falla ocurre.

Si esfuerzo trabajo  resistencia  ocurre la falla

En la práctica los esfuerzos de trabajo deberían ser sustancialmente menores para proveer un factor de seguridad
suficiente contra la falla.

Los análisis por resistencia pueden ser desarrollados por esfuerzos de tensión, compresión y corte.

Aunque en la ingeniería estructural los análisis por resistencia a tensión son una parte importante, los ingenieros
geotécnicos raramente los ejecutan debido a que el suelo tiene una resistencia a tensión muy pequeña. Aún masas de
rocas no pueden soportar tensión debido a la presencia de grietas y fisuras. Esta es una de las pocas ocasiones donde
las fallas por tensión ocurren, como las debidas a grietas de tensión cerca de la cima de deslizamientos incipientes, y
que aumentan su fractura por las fuerzas de filtración inducidas por el N.F. Sin embargo, la geometría de la mayoría de
problemas geotécnicos es tal que casi todos los terrenos están en compresión.

La práctica de la ingeniería geotécnica también difiere de la ingeniería estructural en nuestra evaluación de las fallas
de compresión. Los ingenieros estructurales definen la resistencia a compresión para varios materiales y diseñan los
miembros estructurales en base a ello, pero el suelo y la roca no falla en compresión per se, así que nosotros no
ejecutamos tales análisis. Aunque la introducción de grandes esfuerzos de compresión puede generar la falla de un
suelo, el terreno falla por corte, no por compresión. Por tal razón, casi todos los análisis de resistencia geotécnica
evalúan solamente el cortante.

Muchos problemas de ingeniería geotécnica requieren una evaluación por resistencia cortante, incluyendo:

 Taludes de tierra, cuando la superficie del terreno está inclinada, la gravedad produce grandes esfuerzos de
corte geoestáticos en el suelo o la roca. Si estos esfuerzos exceden la resistencia cortante, un deslizamiento
ocurre.
 Fundaciones, cargas de la estructura, tales como las de una edificación son transferidas al terreno a través de
las fundaciones. Estas producen ambos esfuerzos, de compresión y de corte, en el suelo cercano.
Posteriormente podría excederse la resistencia cortante, produciéndose así una falla por corte. Esto es
conocido como falla por capacidad de carga, y podría probablemente causar el colapso de la estructura.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.
 Muros de retención, el peso del suelo detrás del muro produce esfuerzos cortantes en dicho suelo. Si su
resistencia cortante resiste tales esfuerzos, el muro permanece en reposo. Así, las cargas soportadas por el
muro dependen de la resistencia cortante del suelo retenido.
 Túneles revestidos, los túneles en suelo o roca débil normalmente incluyen revestimientos o forros de acero o
concreto. Tales forros deben resistir las presiones transmitidas por el terreno que los rodea, de tal forma que
el túnel no colapse. La magnitud de estas presiones depende de la resistencia del suelo o la roca que los
rodea.
 Pavimentos de carreteras, las cargas de las llantas de los vehículos van desde el pavimento y se transmiten
dentro del terreno. Estas cargas producen esfuerzos cortantes que podrían causar la falla por corte. Los
ingenieros a menudo ubican capas de grava bien graduada (conocida como agregado de material base), suelos
de calidad alta, u otros materiales entre el pavimento y el terreno natural. Estos materiales son más fuertes y
rígidos, y ayudan a transferir las cargas dentro del terreno con mucha menos posibilidad de falla. La figura 9.1
muestra estos modos posibles de falla. Algunos de ellos se discutirán con más detalle en la materia de
Estructuras Geotécnicas.

Figura 9. 1 Aplicaciones típicas de los análisis de resistencia en suelos. Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.466.

9.2 FALLA POR CORTE EN SUELOS.

La resistencia cortante de los materiales comunes como el acero, es controlada por su estructura molecular. La falla
generalmente requiere quebrar el enlace molecular que mantiene el material unido, y de este modo depende de la
resistencia de este enlace. Por ejemplo, el acero tiene un enlace molecular muy fuerte y así tiene una resistencia
cortante alta, mientras el plástico tiene enlaces muy débiles y una correspondiente resistencia cortante más baja.

Sin embargo, los mecanismos físicos que controlan la resistencia cortante en el suelo son muy diferentes. El suelo es
un material compuesto por partículas, como se discutió anteriormente, así la falla por corte ocurre cuando los
esfuerzos entre las partículas son tales que ellas deslizan o ruedan una sobre otra, tal como se muestra en la figura
9.2. Aunque algún aplastamiento de partículas puede ocurrir, la resistencia cortante depende principalmente de la
interacción entre partículas, y no de su resistencia interna. Nosotros dividimos esta interacción en dos amplias
categorías: resistencia friccionante y resistencia cohesiva.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9. 2 La falla por corte ocurre en un suelo cuando los esfuerzos cortantes son lo suficientemente más grandes
para hacer que las partículas rueden y se deslicen unas sobre otras. Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering,
p.466.

 Resistencia friccionante.

La resistencia friccionante en un suelo es similar a la clásica fricción por deslizamiento aprendida en los conceptos
básicos de la física. La fuerza que resiste este deslizamiento es igual a la fuerza normal multiplicada por el coeficiente
de fricción, , como se muestra en la figura 9.3. Sin embargo, en lugar de usar el coeficiente de fricción, , los
ingenieros geotécnicos prefieren describir la resistencia friccional usando el ángulo de fricción efectivo (o ángulo
efectivo de fricción interna), , donde:

 '  tan1  ( 9.1)

Además, nosotros encontramos más conveniente trabajar en términos de esfuerzos en lugar de fuerzas, así que la
resistencia cortante, s, debida a fricción es:

s   ' tan ' (9.2)

Donde: s : resistencia cortante


’ : esfuerzo efectivo actuando sobre el plano de corte.
’ : ángulo de fricción efectivo.

Note que la ecuación 9.2 usa esfuerzos efectivos, no esfuerzos totales. ¡Esta es una distinción importante!. Nosotros
expresamos la resistencia en términos de esfuerzos efectivos porque solamente las partículas sólidas contribuyen a la
resistencia friccionante (la presión de poro no tiene resistencia cortante estática), y los esfuerzos efectivos describen
los esfuerzos normales llevados por las partículas sólidas.

Figura 9. 3 Comparación entre la fricción de un bloque deslizante y la resistencia friccionante de un suelo. Tomado de Coduto,
D., Geotechnical Engineering, p.467.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.
Aunque nosotros algunas veces usamos  = 0 como una herramienta analítica, como se describirá más tarde, en
realidad todos los suelos tienen resistencia friccionante. El valor de ’ depende de ambas propiedades friccionantes
de las partículas individuales y de la trabazón entre partículas. Estas son afectadas por muchos factores, incluyendo:

 Mineralogía. Los suelos incluyen muchos minerales diferentes, y algunos deslizan más fácilmente que otros.
Por ejemplo, el ángulo de fricción en arenas de cuarzo puro es típicamente de 30-36°. Sin embargo, la
presencia de otros minerales puede cambiar ’. Por ejemplo, las arenas que contienen cantidades
significativas de mica, las cual es mucho más lisa que el cuarzo, tiene un ’ mucho menor. Estas son llamadas
arenas micáceas. Los minerales de arcilla son típicamente aún más débiles (valores de ’ tan bajos como 4°
han sido medidos en monmorilonita pura).
 Forma. El ángulo de fricción de partículas angulares son mucho mayores que aquéllos de partículas redondas.
 Graduación. Los suelos bien graduados generalmente tienen mayor trabazón entre sus partículas, y así
ángulos de fricción más altos que aquéllos que son pobremente graduados. Por ejemplo, suelos GW
generalmente tienen valores de ’ cerca de 2° más altos que suelos GP comparables.
 Relación de vacíos. La disminución de la relación de vacíos, por medios como la compactación de un suelo
con rodillo pata de cabra, también incrementa la trabazón, lo cual resulta en valores de ’ más altos.
 Material orgánico. El orgánico introduce muchos problemas, incluyendo la disminución del ángulo de fricción.

El impacto del contenido de agua en la resistencia friccionante es especialmente importante, y algunas fallas por corte
son inducidas por cambios en las condiciones del nivel freático. Muchas personas equivocadamente creen que los
cambios inducidos por agua en la resistencia cortante son principalmente debidos a los efectos de lubricación.
Algunas veces el proceso de humedecimiento de algunos suelos secos puede inducir lubricación, resultando en la
disminución en disminuciones de ’ muy pequeñas.

 Resistencia cohesiva.

Algunos suelos tienen resistencia cortante incluso cuando el esfuerzo efectivo, ’, es cero, o al menos aparenta ser
cero. Esta resistencia es llamada resistencia cohesiva, y nosotros para describirla usamos la variable c’, la cohesión
efectiva. Si el suelo tienen ambas resistencias, friccionante y cohesiva, entonces la ecuación 9.2 se convierte en:

s  c'   ' tan ' (9.3)

Donde: s : resistencia cortante.


c’ : cohesión efectiva.
’ : esfuerzo efectivo actuando sobre el plano de corte.
’ : ángulo de fricción efectivo.

Existen dos tipos de resistencia cohesiva: cohesión verdadera y cohesión aparente (Mitchel 1993).

La cohesión verdadera es la resistencia cortante que es el resultado verdadero del enlace entre las partículas de suelo.
Estos enlaces incluyen los siguientes:

 Cementación, es el enlace químico debido a la presencia de agentes cementantes, tales como carbonato de
calcio (CaCO3) u óxido de hierro (fe2O3) Clough, et al., 1981). Aún pequeñas cantidades de estos agentes
pueden proporcionar resistencias cohesivas significativas. El caliche es un ejemplo de suelos fuertemente
cementados que tienen grandes resistencias cohesivas. La cementación también puede ser introducida
artificialmente usando cemento Pórtland o químicos especiales, como se discutirá posteriormente en el curso.
 Atracciones electrostáticas y electromagnéticas, que mantienen las partículas unidas. Sin embargo estas
fuerzas son muy pequeñas y posiblemente no producen resistencias cortantes significativas en los suelos.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

 Adhesión de valencia primaria (primary valence bonding), es un tipo de soldado en frío que ocurre en arcillas
cuando ellas pasan a ser sobreconsolidadas (overconsolidated).

La cohesión aparente es la resistencia cortante que parece ser causada por el enlace entre las partículas de suelo,
pero es realmente resistencia friccionante encubierta o disfrazada. Las fuentes de cohesión aparente incluyen las
siguientes:

 Presión de poro de agua negativa que no ha sido considerada en el análisis de esfuerzos. Estas presiones de
poro de agua negativa están presentes en suelos sobre el N.F., como se muestra en la figura 9.4. Sin
embargo, muchos análisis geotécnicos ignoran estas presiones (es decir, asumimos u = 0, aún cuando esta es
realmente  0), así el esfuerzo efectivo es más grande que el que consideramos (’ =  - u). La resistencia
cortante que corresponde a este esfuerzo efectivo adicional así parece ser la cohesión, aún cuando es
realmente fricción. Esta es la principal razón de que las arcillas no saturadas parezcan tener resistencia
“cohesiva” y por qué las arenas no saturadas humedecidas “sin cohesión” puedan permanecer en corte
verticales.

Figura 9.4 En el interior de la zona


de capilaridad asciende, un
delineado de la presión de poro de
agua vrs. la elevación es
simplemente una extensión del
delineado debajo del nivel freático.
Encima de la zona de capilaridad
asciende, el agua de poro
acumulada cerca de los puntos de
contacto de las partículas y las
fuerzas de tensión desarrolladas
entre estas bolsas de agua de poro y
las partículas de suelo adyacente.
Estas fuerzas producen esfuerzos de
tensión (presión de agua de poro
negativa) en el agua. La magnitud de
la presión de poro de agua de poro
negativa en esta zona depende del
tipo de suelo y otros factores, y
pueden ser muy grandes (i.e. más
negativas) que aquéllas en la zona
de capilaridad. Tomado de Coduto,
D., Geotechnical Engineering, p.344.

 Presión de poro de agua en exceso negativa debido a la dilatación. Algunos suelos tienden a dilatarse o
expanderse cuando son cortados. En suelos saturados, la dilatación aspira o extrae agua de dentro de los
vacíos. Sin embargo, algunas veces la tasa de cortadura o cizallamiento es más rápida que la tasa a la cual el
agua puede fluir (i.e. los vacíos están intentando expandirse más rápidamente que lo que pueden aspirar en
agua extra). Esto es especialmente probable en arcillas saturadas, porque su conductividad hidráulica es muy
baja. Cuando esto ocurre, grandes presiones de poro de agua en exceso negativas pueden desarrollarse en el
suelo.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

El término presión de poro de agua en exceso (es la presión en exceso a la presión hidrostática que lleva los
esfuerzos adicionales que se transmiten en el suelo y que gradualmente los transfiere a la estructura granular
conforme se desarrolla la consolidación). Esta es una presión de poro de agua adicional, ya sea negativa o
positiva, que es sobre impuesta a la presión de poro de agua hidrostática. El exceso de la presión de poro de
agua es debida a la compresión o expansión de los vacíos del suelo. En este caso, los vacíos son expandidos,
así ue  0 y u viene a ser menor que el valor de la presión hidrostática, uh ( u = ue + uh).
Si estos excesos de la presión de poro de agua son considerados en nuestro análisis de resistencia, nosotros
deberíamos calcular un valor preciso de ’ y de este modo un valor preciso de s usando la ecuación 9.2. Sin
embargo, si consideramos solamente la presión de poro de agua hidrostática, nuestro valor calculado de ’
debería también ser alto y el suelo podría aparentar tener resistencia cohesiva.
 Fuerzas mecánicas aparentes. Son aquéllas debidas a la trabazón entre partículas, y pueden desarrollarse en
suelos donde su trabamiento es muy difícil de vencer. El resultado es una cohesión aparente adicional.

A menudo los ingenieros geotécnicos usan el término “suelo cohesivo” para describir las arcillas. Aun cuando este
término es conveniente, esto también es muy engañoso (Santamarina, 1977). La mayor parte de la así llamada
resistencia cohesiva en las arcillas es realmente cohesión aparente debida a la presión de agua de poro que es
negativa, o al menos menor que la presión de agua de poro hidrostática. En tales suelos es mejor considerar la
“resistencia cohesiva” como una idealización matemática más bien que una realidad física.

En suelos cementados, la resistencia cohesiva realmente refleja el enlace entre las partículas de suelo. En tales casos,
podemos confiar en su resistencia en nuestros diseños. Sin embargo, en otros casos, es prudente no ignorar la fuente
de esta resistencia. Por ejemplo, si el agente cementante es soluble al agua, este puede desaparecer si el suelo se
humedece durante su vida de proyecto.

 Definición de falla.

Otra diferencia importante entre la evaluación de la resistencia cortante de los suelos y aquéllas para los materiales
de ingeniería más tradicionales reposa en nuestra definición de falla. Por ejemplo, con el acero, usualmente definimos
falla como el punto donde la curva  comienza el rango plástico y no lineal (el punto de fluencia), o donde la
ruptura ocurre (la resistencia última). Sin embargo, en los suelos la curva  es no lineal y plástica desde casi el
origen, y este no es un punto de ruptura en el sentido clásico. Por tanto, nosotros debemos usar otros medios para
definir la resistencia cortante.

Los suelos tienen dos clases de curvas esfuerzo cortante – deformación unitaria, como se muestran en la figura 9.5.
Aquéllas con curvas dúctiles generalmente con una planicie bien definida con un esfuerzo cortante pico como se
muestra, y nosotros podemos usar este valor pico como la resistencia cortante de diseño. Sin embargo, aquéllas con
curvas frágiles (brittle), (o con reblandecimiento por deformación (strain-softening)) tienen dos resistencias, la
resistencia pico, la cual es el punto más alto en la curva, y la resistencia residual (o resistencia última), la cual ocurre a
una deformación por corte mucho mayor. Cualquiera de los dos podría ser usado para el diseño, dependiendo de la
clase de problema a ser evaluado.

Las arenas y gravas tienen curvas esfuerzo-deformación que son una de dos, dúctiles o solamente medianamente
frágiles, así la diferencia entre la resistencia pico la resistencia residual es pequeña y puede ser despreciada. Sin
embargo, algunas arcillas tienen curvas muy frágiles, así la distinción entre la resistencia pico y residual se vuelve muy
importante, como se discutirá más adelante en este capítulo.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.5 Curvas esfuerzo cortante-deformación en suelos, y definiciones de falla. Tomado de Coduto, D., Geotechnical
Engineering, p.472.

El problema de la definición de falla es además complicada por la falta de una curva esfuerzo-deformación única. Por
ejemplo, un suelo ensayado bajo ciertas condiciones (i.e. esfuerzos principales intermedios, deformación restringida,
tasa de deformación, etc.) produce una cierta curva esfuerzo-deformación y así una cierta resistencia cortante, aún el
mismo suelo ensayado bajo distintas condiciones produce una curva diferente y una resistencia diferente. Nosotros
intentamos sobrellevar este problema usando condiciones de ensayo que simulen las condiciones en campo o usando
condiciones de ensayo estandarizadas y calibrando los resultados con el comportamiento observado en campo.

Mediciones de presiones de agua de poro en El Salvador.

El nivel freático en el área de San Salvador está muy por debajo de la superficie. Puede estar hasta a más 35 metros de
profundidad incluso durante la época de invierno. Por lo tanto, las presiones de agua de poro negativas (succiones), se
desarrollan en los sedimentos resecos por encima del nivel freático. La succión en los suelos ha sido medida en
bloques de muestra de Tierra Blanca usando el método del papel de filtro y la prueba de succión del Imperial Colege
(ver tabla 9.1). Las muestras ensayadas poseían diferentes contenidos de humedad y esto está parcialmente reflejado
en las variaciones en las presiones de poro negativas mostradas en la tabla 9.1.

La Tierra Blanca se satura a un contenido de humedad de alrededor del 40 %, lo cual explica los bajos valores de
succión medidos por Amaya Dubón y Hayem Brevé (2000). También es importante mencionar que aunque los
contenidos de humedad de las muestras de Rolo (1998) eran ligeramente más bajas que las de Mavrommati (2000), la
succión medida por este último fue un poco mayor (esto a pesar que ambos materiales tienen curvas granulométricas
similares). No está claro cuál es la explicación para esto, pero puede estar relacionado con las diferencias en las
partículas del suelo (por ejemplo, el tamaño, la mineralogía), la estructura del suelo, o incluso la composición química
del agua de poro. Además, las mediciones por el método del papel de filtro realizadas por Rolo (1998) parecen ser
excesivamente bajas cuando se comparan con las de la prueba de succión y por las obtenidas por Mavrommati (2000).
Existen dificultades experimentales con el método del papel de filtro, particularmente cuando se estudian materiales
granulares, las cuales pudieron provocar los valores bajos de succión mencionados. La gran diferencia entre los
resultados de Rolo (1998) y Berdousis (2001), a pesar de los valores similares en el contenido de humedad, pueden
ser atribuidos a la gran proporción de partículas finas en las muestras de este último.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Tabla 9.1: Mediciones de succión en Tierra Blanca (kN/m2)


Referencia Contenido de humedad (%) Papel de filtro Prueba de succión
Mavrommati (2000) 10.0 508 536
Amaya Dubón y Hayem Brevé (2000) 36.0 11 No determinado
Berdousis (2001) 7.9 No determinado 796
Rolo (1998) 7.6 335 456

Resistencia cortante de la tierra blanca.

R. Rolo et al. presenta resultados de ensayos de caja de corte directo en muestras inalteradas y reconstituidas de
Tierra Blanca (Mavromati, 2000; Berdousis, 2001). La muestra inalterada con contenido de humedad natural presentó
u ángulo de fricción de con cohesión aparente, c, de 30 kPa. Estos parámetros de resistencia rápidamente
disminuyeron cuando un espécimen saturado equivalente fue ensayado mostrando y . La
muestra remoldeada saturada mostró parámetros de resistencia similares a los de la muestra inalterada saturada
( y ). La muestra remoldeada con contenido de humedad natural reveló un ángulo de fricción
ligeramente mayor de con una cohesión de . Los valores mayores del ángulo de fricción y
cohesión aparente comparados a los de las muestras remoldeadas con contenido de humedad natural (tabla 9.2),
sugiere que son efectos de la estructura natural t la cementación. Es evidente que el agente cementante en las
muestras de contenido de humedad natural remoldeadas contribuye significativamente a la resistencia cortante del
material al incrementar su ángulo de fricción. Esta cementación parece ser débil y sus efectos se pierden cuando la
muestra se humedece o se remoldea.

La presión de poro negativa parece causar un poco de la cohesión aparente observada en las muestras intactas (con
una cohesión 20 kPa mayor que la de la muestra remoldeada con contenido de humedad natural). La succión del suelo
contribuye a este componente de la resistencia más que al ángulo de fricción.

Amaya Dubón y Hayem Brevé (2000) reporta algunas diferencias en los valores de los parámetros de resistencia de la
TBJ. Ellos encontraron que las muestras obtenidas del área de San Antonio Abad poseen una cohesión de ,y
un ángulo de fricción de , mientras que las muestras de Cumbres de Cuscatlán mostraron una cohesión de
y un ángulo de fricción de . Sin embargo, sus muestras de Tierra Blanca contenían una
proporción significativamente grande de partículas finas como también, mayores contenidos de humedad, lo cual
puede explicar los valores inferiores de y . Bernal Riosalido (2002) encontró que las muestras inalteradas a las que
les realizó un ensayo triaxial poseían una cohesión de entre 70 y 90 kPa y un ángulo de fricción de , pero
estas muestras también poseen una gran proporción de partículas finas (entre el 40 y 75 %).

R. Rolo et al. realizó ensayos de corte directo a un mayor esfuerzo normal (400 y 500 kN/m2) en muestras inalteradas,
no saturadas, cuyos resultados mostraron que al elevar el nivel de esfuerzo no se incrementaba la resistencia
cortante. Cualquier curvatura de la envolvente de falla con los niveles de esfuerzos mayores que reflejaría una no
linealidad, no sería lo suficientemente marcada como para explicar los valores inferiores del ángulo de fricción para
estos niveles de esfuerzos. Para una envolvente de falla curvada que se ajustara razonablemente a los resultados
experimentales, los valores del ángulo de fricción en la zona de esfuerzos mayores debería ser de aproximadamente
27 °, lo que parece ser muy bajo comparado con el de las muestras reconstituidas. Será necesario realizar pruebas con
esfuerzos intermedios para aclarar esta situación.

Una importante observación para los resultados presentados, es la remarcada uniformidad en las características de
resistencia de las muestras de Tierra Blanca, a pesar de la aparente heterogeneidad en otros aspectos. Bommer el al.
(2001) mostraron que sus valores de resistencia presentados parecían reflejar las condiciones in situ, y las variaciones
observadas debidas a la pérdida de succión y cementación inducía inestabilidad en taludes típicos. Sin embargo, R.
Rolo et al. no recomienda que los análisis y diseños de ingeniería sean conducidos sin investigaciones geotécnicas del
sitio en específico de interés.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Tabla 9.2: Resumen de los parámetros de resistencia de la Tierra Blanca.


REFERENCIA / CONDICIÓN DE LA MUESTRA c(kPa) (°)
MUESTRAS INALTERADAS, CON CONTENIDO DE HUMEDAD NATURAL
R. Rolo et al. (esfuerzos verticales ). 30 39
R. Rolo et al. (esfuerzos verticales ). 0 35
Amaya Dubón y Hayem Brevé (2000) – San Antonio Abad. 6 35
Amaya Dubón y Hayem Brevé (2000) – Cumbres de Cuscatlán. 1.2 30
Bernal Riosalido (2002). 70 - 90 34
R. Rolo et. al. / Muestras inalteradas, saturadas 0 34
R. Rolo et. al. / Muestras remoldeadas al contenido de humedad natural 10 36
R. Rolo et. al. / Muestras remoldeadas, saturadas 0 35

9.3 CRITERIO DE FALLA DE MOHR-COULOMB.

Algunos suelos tienen ambas resistencias, friccionante y cohesiva, así que necesitamos combinar estas dos fuentes
dentro de una fórmula de resistencia sencilla para todo propósito. Casi todos los análisis geotécnicos se hacen
utilizando el criterio de falla de Mohr-Coulomb, el cual entonces nos permite proyectar los datos de ensayos atrás
dentro de nuestro análisis de condiciones existentes o propuestas de campo. Esto puede ser hecho usando cualquiera
de los dos análisis: análisis de esfuerzos efectivos o análisis de esfuerzos totales.

 Análisis de esfuerzos efectivos.

La resistencia cortante en un suelo es desarrollada solamente por las partículas sólidas, porque las fases de agua y aire
no tienen resistencia cortante. No obstante, esto parece razonable para evaluar los problemas de resistencia usando
esfuerzos efectivos, ’, porque esta es la porción de los esfuerzos totales, , llevada por las partículas sólidas. Por esta
razón es que la ecuación 9.2 y 9.3 fue escrita en términos de esfuerzos efectivos.

Si nosotros desarrollamos una serie de ensayos de laboratorio de resistencia, cada uno con un valor diferente de ’, el
resultado sería como el mostrado en la figura 9.6. En el eje vertical se grafican los esfuerzos cortantes, , y la curva
representa la resistencia cortante s, la cual es la magnitud de  a la falla.

Figura 9.6 Resistencia cortante como una función del esfuerzo efectivo. Cada punto representa el dato de un ensayo de
laboratorio. Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.473.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

En arenas y gravas, estos gráficos son casi lineales dentro de un rango de esfuerzos encontrados normalmente en el
campo. Sin embargo, en arcillas estos son ligeramente no lineales como se muestra. Estos gráficos no lineales son
inconvenientes porque ellos introducen mayor complejidad dentro del análisis. No obstante, nosotros casi siempre
usamos una función lineal idealizada por la conducción de ensayos a valores de ’ comparables a aquéllos esperados
en el campo, y unimos los resultados por medio de una línea recta. Nosotros decimos que el intercepto de esta línea
con el eje de las ordenadas es la cohesión efectiva, c’, y la pendiente de la línea es el ángulo de fricción efectivo, ’.
En realidad, las contribuciones relativas de la resistencia friccionante y cohesiva son mucho más complejas. Por
ejemplo, este valor de c’ es realmente una combinación de la cohesión verdadera y el ajuste matemático de una
función curva a una línea recta. En algunos casos esta también puede incluir alguna cohesión aparente. A pesar de
esto, la representación idealizada es adecuada para la vasta mayoría de los problemas prácticos. Las líneas en la figura
9.6 son conocidas como el criterio de falla de Mohr-Coulomb, y puede ser expresada matemáticamente usando la
ecuación 9.3.

La resistencia cortante es definida como el esfuerzo cortante a la falla, así los puntos en el suelo que tienen valores
(´, ) que se dibujan debajo de la línea de Mohr-Coulomb teóricamente no fallarían por cortante, mientras que
aquéllos que se dibujan en o sobre la línea fallarían. Nosotros a menudo llamamos a esta línea una envolvente de falla
porque esta encierra los esfuerzos a los cuales no fallaría el suelo.

Una vez que c’ y ’ han sido determinados, nosotros podemos evaluar la resistencia cortante en el campo usando la
ecuación 9.3. Nosotros calculamos los esfuerzos efectivos en el campo usando las técnicas ya descritas anteriormente,
junto con una elevación del nivel freático que representa la peor condición (i.e., la más alta) anticipada durante la vida
del proyecto.

La relación de la resistencia cortante, s, en un plano específico al esfuerzo cortante, , en aquel plano es definido
como el factor de seguridad, F:

s
F (9.4)

Normalmente definimos algún mínimo aceptable del factor de seguridad, entonces revisamos el diseño propuesto
para verificar que este criterio ha sido alcanzado.

 Análisis de esfuerzos totales.

Los análisis basados en esfuerzos efectivos, tales como aquéllos mostrados en los ejemplos 9.1 a 9.3, son posibles
solamente si se pueden predecir los esfuerzos efectivos en el campo. Este es un tema simple cuando sólo la presión de
agua de poro hidrostática está presente, pero puede volverse muy complejo cuando existe presiones de agua de poro
en exceso. Por ejemplo, cuando un relleno es colocado sobre una arcilla saturada, se desarrollo presión de agua de
poro en exceso en la arcilla como ya se describió cuando se estudió la consolidación y la velocidad de consolidación.
Además, algunos suelos también desarrollan presión de agua de poro en exceso si ellos son cortados, como se discutió
antes. A menudo estas presiones de agua de poro en exceso son difíciles de predecir, especialmente aquéllas debidas
al cizallamiento.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Además de estas dificultades, los ingenieros geotécnicos algunas veces evalúan los problemas basados en esfuerzos
totales en lugar de en esfuerzos efectivos. Esta aproximación involucra convertir los datos de laboratorio en términos
de esfuerzos totales y expresarlos usando los parámetros cT y T. La ecuación 9.3 necesita entonces reescribirse de la
siguiente manera:

s  cT   tan T (9.5)

donde: s : resistencia cortante.


CT : cohesión total.
 : esfuerzo total actuando sobre el plano de corte.
T : ángulo de fricción total.

El método de análisis de esfuerzos totales asume que la presión de agua de poro en exceso desarrollada en el
laboratorio en la misma que la presentada en campo, y así está implícitamente incorporada dentro de cT. Esta
suposición introduce algún error en el análisis, pero esta se vuelve una mal necesario cuando no podemos predecir la
magnitud de las presiones de agua de poro en exceso en el campo. Esto también demanda ensayos de laboratorio
conducidos en una forma que simulen las condiciones de campo tan cercanamente como sean posibles.

La resistencia cortante de los suelos realmente depende de los esfuerzos efectivos, así que los análisis de esfuerzos
totales son menos deseables que los análisis de esfuerzos efectivos, y los resultados necesitan ser vistos con más
escepticismo. Sin embargo, algunas veces debemos usar análisis de esfuerzos totales porque no tenemos otra
alternativa práctica.

9.4 RESISTENCIA CORTANTE DE ARENAS Y GRAVAS SATURADAS.

En las arenas y gravas limpias las presiones de agua de poro en exceso no ocurren o son muy pequeñas bajo
condiciones de carga estática porque su conductividad hidráulica es muy alta. Si los cambios en los esfuerzos normales
o cortantes causan la expansión o contracción de los vacíos, el agua fluye fácilmente dentro o fuera como sea
necesario. Por esta razón, la presión de agua de poro, u, es igual a la presión de agua de poro hidrostática y los análisis
de resistencia cortante pueden ser basados en esfuerzos efectivos.

 Determinando c’ y ’.

Si no hay presentes agentes cementantes o arcillas, las arenas y gravas saturadas deberían tener c’ = 0. Determinamos
el ángulo de fricción, ’, conduciendo ensayos de campo o laboratorio, como se discutirá posteriormente en este
capítulo. La figura 9.7 presenta valores típicos de ’, los cuales pueden ser usados para estimaciones preliminares o
revisar datos de ensayos.

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9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.7 Valores típicos de ’ para suelos sin cohesión sin arcilla o agentes cementantes (Adaptado de U.S. Navy, 1982). Tomado
de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.480.

Note como los valores de ’ en la figura 9.7 se incrementan tanto como incrementa el peso unitario. Esta es una de las
razones para compactar los suelos. La figura también ilustra que las gravas son generalmente más fuertes que las
arenas, y que los suelos bien graduados son generalmente más fuertes que los pobremente graduados. La presencia
de grandes cantidades de limo disminuye ’, principalmente porque estas partículas son más suaves y tienen
coeficientes de fricción más bajos.

Si están presentes agentes cementantes o arcillas sobreconsolidadas (i.e. un suelo SC), entonces c’ sería mayor que
cero. Sin embargo, los ingenieros generalmente no están dispuestos a confiar en esta resistencia adicional,
especialmente si es de una arcilla, si los agentes cementantes son solubles en agua, o si esta pertenece a aquélla que
pueda ser una cohesión aparente. Para propósitos de diseño, la mayoría de ingenieros en todo caso ignoran la
resistencia cohesiva de tales suelos, o usan valores de diseño menores que los c’ medidos.

 Seleccionando los valores apropiados de ’.

Si desarrollamos un análisis por esfuerzos efectivos, la resistencia cortante estaría definida por la ecuación 9.3. El valor
de ’ es determinado por ensayo s, y c’ es usualmente cero, pero ¿qué podríamos usar para el esfuerzo efectivo ’?.
En la mayoría de problemas de diseño geotécnico, los esfuerzos cortantes y normales cambian simultáneamente, así
’ en el comienzo del cargado es diferente que al final.

162
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9. 8 Cambios en los esfuerzos normales y cortantes, resistencia cortante y factor de seguridad con el tiempo en el punto A
en un suelo arenoso saturado debajo de una fundación estructural. Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.482.

Para entender que ’ usar en el diseño, estudiemos los gráficos de la figura 9.8. Estos gráficos describen las
condiciones de un punto en el suelo debajo de una fundación superficial. Como la carga externa, P, es aplicada a la
fundación, quizás sobre el período de construcción o a unas pocas semanas, el esfuerzo total vertical, ’z, en el punto
A aumente correspondientemente a ello. La presión de poro de agua, u, permanece virtualmente constante porque el

163
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.
drenaje es rápido, así los esfuerzos verticales, ’z, se incrementan a la misma velocidad que z. Así, la resistencia
cortante, s, también se incrementa, y es mayor al final de la construcción que lo era al comienzo. Consecuentemente,
la carga externa también induce esfuerzos cortantes, , en el suelo. Esto ocurre tan rápidamente como la carga es
aplicada. Finalmente, el factor de seguridad cambia durante la construcción por la ecuación 9.4.

Basados en estos datos, podemos ver que todos los cambios en el suelo ocurren durante la construcción. Tan pronto
como el nuevo esfuerzo cortante ocurre, el incremento en resistencia cortante está presente para resistirlo. Por esta
razón, podemos usar el ’ post-construcción para el análisis de resistencia y tomar ventaja del correspondiente
incremento de la resistencia cortante.

La condición opuesta ocurre cuando es suelo es descargado. En este caso, ’ y s disminuyen durante la construcción.
Para evaluar esta condición, podemos de nuevo usar el ’ post-construcción, pero esta vez produce una resistencia
menor que el valor de pre-construcción.

9.5 RESISTENCIA CORTANTE DE LIMOS Y ARCILLAS SATURADAS.

La evaluación de la resistencia cortante de las arcillas y limos es más difícil que las de las gravas y las arenas, porque:
 Las partículas de arcilla sufren o experimentan más cambios significativos durante el corte.
 La baja conductividad hidráulica impide el flujo del agua dentro y fuera de los vacíos, así presiones de agua de
poro en exceso a menudo se desarrollan en el suelo.

Además, los limos y arcillas saturadas son generalmente más débiles que las arenas y gravas, y así a menudo causa de
problemas.

 Cambio de volumen y presión de agua de poro en exceso.

Cuando las cargas tales como las provenientes de fundaciones estructurales son aplicadas al terreno, el esfuerzo total
vertical, z, y el esfuerzo cortante, , se incrementan. Estos incrementos son mostrados en los gráficos de la figura 9.9.
En suelos arenosos, el incremento en z inmediatamente causa que alguna agua de poro fluya afuera de los vacíos, lo
que resulta en una consolidación rápida y un incremento correspondiente en los esfuerzos verticales efectivos, z’.
Llamamos a esto condición drenada porque el agua de poro puede fácilmente drenar o moverse a través del suelo.
Las gráficas en la figura 9.9a describen varios cambios en el suelo durante el cargado bajo condición drenada. Nuestra
discusión de la resistencia cortante de arenas y gravas en la sección previa asumía que prevalecían condiciones
drenadas.

Sin embargo, si la misma carga es aplicada a una arcilla saturada, el flujo de agua de poro es mucho más lento porque
estos suelos tienen una conductividad hidráulica, k, mucho menor. Por esta razón, se desarrolla presión de agua de
poro en exceso en el suelo, como se explicó en los capítulos de consolidación y velocidad de consolidación. Llamamos
a esto condición no drenada porque es mucho más difícil para el agua de poro drenar o moverse a través del suelo.
Las gráficas de la figura 9.9b describen esta condición. Note el pico en el gráfico de “u”, el cual ilustra la inmediata
acumulación y gradual disipación de la presión de agua de poro en exceso. Como resultado, el incremento en ’ es
mucho más lento que en las arenas.

Aunque usualmente consideramos a las arenas en condición drenada y a las arcillas en condición no drenada,
cualquiera de las dos condiciones puede ocurrir en virtualmente cualquier suelo.

La distinción entre condición drenada y no drenada realmente depende de la tasa de cargado y la tasa de
drenaje. Si la tasa de cargada es lenta comparada a la tasa de drenaje, entonces la condición drenada prevalece.
Recíprocamente, si la tasa de cargado es rápida comparada con la tasa de drenado, entonces la condición no
drenada prevalece.

164
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.9 Cambios en los esfuerzos normales y cortantes, resistencia cortante y factor de seguridad con el tiempo en un punto en
una arcilla saturada debajo de un relleno o una fundación estructural. A) cargado muy lento (condición drenada); b) cargado a una
tasa o velocidad normal (condición no drenada). Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.486.
Para tasas normales de cargado para una construcción (i.e., la carga es aplicada en un período de semanas o meses),
las arenas son usualmente drenadas y las arcillas usualmente no drenadas. Sin embargo, si la tasa de cargado es
excepcionalmente rápida, la condición no drenada puede existir en las arenas. Por ejemplo, la licuefacción del suelo,
es el resultado de una condición no drenada bajo una carga sísmica rápida. Similarmente, si la tasa de cargado es muy
lenta, la condición drenada puede ocurrir en arcillas.

165
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.10 Cambios en los esfuerzos normales y cortantes, resistencia cortante y factor de seguridad con el tiempo en un punto
en una arcilla saturada debajo de una excavación. A) cargado muy lento (condición drenada); b) cargado a una tasa o velocidad
normal (condición no drenada). Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.487.
Algunos proyectos de construcción causan una disminución en los esfuerzos verticales y un incremento en los
esfuerzos cortantes. Por ejemplo, esto ocurre cuando hacemos una excavación de una pendiente. En este caso, el ’z
de post-construcción y s son menores que los valores de pre-construcción, como se muestra en la figura 9.10. Si la
condición no drenada prevalece, la presión de poro de agua en exceso negativa está presente.

Los esfuerzos cortantes inducidos y la correspondiente deformación cortante también pueden producir cambios de
volumen en el suelo. Estos cambios son sumados a aquéllos debidos al cambio en ’. Las arenas sueltas y las arcillas

166
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

normalmente consolidadas usualmente se comprimen cuando ellas son cortadas o cizalladas, especialmente si ’ es
alto, forzando así que alguna agua salga fuera de los vacíos. Recíprocamente, las arenas densas y las arcillas
sobreconsolidadas (fuertemente consolidadas) se expanden cuando son cortadas (este proceso es llamado
dilatación), especialmente cuando ’ es bajo, y aspira agua adicional dentro de los vacíos. Una vez más, si la tasa de
cargado es lenta comparada a la tasa de drenaje, habría abundancia de tiempo para que el agua fluya dentro o fuera y
la condición drenada prevalecería. Recíprocamente, si la tasa de cargado es rápida comparada con la tasa de drenado,
entonces la condición no drenada prevalecería. Cuando la condición drenada prevalece, la presión de agua de poro en
exceso correspondiente se desarrolla en el suelo.

Usualmente los esfuerzos normales inducidos y los esfuerzos cortantes inducidos se desarrollan simultáneamente, así
la presión de poro dada en el tiempo es:

u  uh  (ue )normal  (ue )corte (9.6)

Donde:
u : presión de agua de poro.
uh : presión de agua de poro hidrostática = w hw
(ue)normal : presión de agua de poro en exceso debida a cambios en los esfuerzos
normales.
 0 si está sujeto a incrementos en 
 0 si está sujeto a decrementos en 
(ue)corte : presión de agua de poro en exceso debido al cizallamiento.
 0 si el suelo tiende a comprimirse cuando es cortado.
 0 si el suelo tiende a dilatarse cuando es cortado.

Usualmente, (ue)normal domina sobre (ue)corte. Así la mayoría de los suelos que están siendo cargados, tal como por
rellenos o fundaciones, tienen una ue neta positiva, mientras que aquéllos que están siendo descargados, tal como por
una excavación, usualmente tienen ue neta negativa. Estos procesos son más pronunciados en arcillas suaves porque
ellas experimentan reducciones de volumen grandes debido a la consolidación.

Cuando desarrollamos análisis de resistencia cortante, esto es importante para evaluar apropiadamente las
condiciones de drenaje que ocurrirían en campo porque esta evaluación determina cómo nosotros definimos la
resistencia cortante. Existen tres posibilidades:

Caso 1. Condiciones drenadas.


Caso 2. Condiciones no drenadas con presión de agua de poro en exceso positiva.
Caso 3. Condiciones no drenadas con presión de agua de poro en exceso negativa.

Cada una de estas posibilidades se discute a continuación:

Caso 1 – Resistencia cortante bajo condiciones drenadas.

La condición drenada es la más fácil de evaluar porque no hay presión de agua de poro en exceso. Simplemente
evaluamos c’ y ’ usando un ensayo apropiado, calculamos ’ basados en la presión de agua de poro hidrostática y las
condiciones de post-construcción, y la resistencia cortante “s” usando la ecuación 9.3. Podemos usar este método
para evaluar la resistencia cortante en el suelo una vez que la presión de agua de poro en exceso ha sido disipada. De
este modo, los análisis de resistencia drenada puede ser usados para evaluar estabilidad de largo plazo.

167
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

La figura 9.11 muestra envolventes de falla Mohr-Coulomb para esfuerzos efectivos típicos para arcillas y limos
normalmente consolidados y sobreconsolidados, bajo condiciones drenadas. Aquéllos que son normalmente
consolidados y normalmente no cementados tienen c’ = 0. Sin embargo, la sobreconsolidación produce una verdadera
cohesión, como se discutió antes. Estos dos gráficos se unen cuando el esfuerzo efectivo es igual al esfuerzo de
preconsolidación, ’c. La figura 9.12 presenta valores típicos de ’ para arcillas, los cuales pueden ser usados para
análisis preliminares o para revisión de resultados de ensayos.

Figura 9.11 Envolventes de falla de Mohr-Coulomb para arcillas y limos saturados no cementados bajo condiciones drenadas.
Tomado de Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.489.

Figura 9.12 Ángulos de fricción efectivos típicos para arcillas y limos saturadas, normalmente consolidadas (de Fundamentos de
comportamiento del suelo, 2nd ed, by J. K. Mitchell, Copyright 1993; usado con permiso de John Wiley and Sons). Tomado de
Coduto, D., Geotechnical Engineering, p.489.

168
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Caso 2 – Resistencia cortante bajo condiciones no drenadas con presión de agua de poro en exceso positiva.

La velocidad de construcción para la mayoría de proyectos es más rápida que la tasa de drenaje en limos y arcillas
saturadas, así las condiciones no drenadas prevalecen durante e inmediatamente después de la construcción, Si la
nueva construcción causa un incremento en los esfuerzos normales, entonces la presión de agua de poro en exceso
será positiva. Este es el más común de los tres casos. Ejemplos incluyen la construcción y cargado de fundaciones
estructurales y la construcción de terraplenes.
La figura 9.9b muestra cambios en varios parámetros del suelo con el tiempo, debajo de una fundación estructural
que será construida sobre un limo o arcilla saturada. La presión de agua de poro en exceso crecerá durante la
construcción, y entonces se disipara lentamente. De este modo, el factor de seguridad más bajo ocurrirá
inmediatamente después de la construcción, cuando la resistencia cortante es todavía baja pero los esfuerzos
cortantes completos están presentes ya. Nosotros deseamos estar seguros si este factor de seguridad es adecuado, así
que necesitamos evaluar la resistencia cortante al final de la construcción.

Desafortunadamente, es difícil predecir la magnitud de las presiones de agua de poro en exceso, especialmente
aquéllas debidas al cortante, así no podemos calcular los valores de ’ o s. Por esta razón, generalmente analizamos
tales problemas usando análisis de esfuerzos totales y calculando la resistencia cortante usando la ecuación 9.5

Si el suelo está verdaderamente saturado y verdaderamente no drenado, entonces T = 0 (incluso aunque ’  0)


porque nuevamente las cargas aplicadas son llevadas completamente por el agua de poro y no cambia ’. Esto es muy
conveniente, porque el segundo término de la ecuación 9.5 desaparece y no lo necesitamos para calcular . Nosotros
llamamos a esto “análisis  = 0”. Esta resistencia cortante es llamada resistencia cortante no drenada, su, donde su =
cT. La tabla 9.1 presenta valores típicos de su.
Tabla 9. 3 Clasificación por consistencia para suelos de grano fino. Adaptado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.153.
Clasificación SPT, valor de N60 Su (kPa)
Muy suave <2 < 250
Suave 2-4 250 – 500
Media 4–8 500 – 1000
Rígida o densa 8 – 15 1000 – 2000
Dura 15 – 30 2000 – 4000
Muy dura > 30 > 4000

Usualmente asignamos un valor de su apropiado para cada estrado no drenado saturado basados en resultados de
ensayos de laboratorio o campo. En realidad, su probablemente no es constante a lo largo de un estrato de suelo
particular, incluso si pareciera ser homogéneo. En general, su incrementa con la profundidad porque las porciones más
bajas del estrato han sido consolidadas a correspondientemente mayores cargas, y así tiene una resistencia cortante
más alta. En arcillas normalmente consolidadas, su es cercanamente proporcional a ’z. Los suelos cercanos a la
superficie tienen también resistencias más altas si ellos han sido una vez fueron secados (desecados) y formaron
corteza o costra. Finalmente, las no uniformidades naturales en un estrato de suelo produce variaciones en su.
Podemos acomodar esas variaciones simplemente tomando un valor promedio, o por la división de los estratos en
capas menores, cada una con su propio su.

169
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Caso 3 – Resistencia cortante bajo condiciones no drenadas con presión de agua de poro en exceso negativa.

Cuando la construcción causa que el esfuerzo normal en limos o arcillas saturadas disminuya, se desarrolla presión de
agua de poro en exceso negativa. El ejemplo más común es una excavación. La ue negativa se disipa gradualmente,
pero ahora causa una pérdida correspondiente en resistencia cortante con el tiempo como se mostró en la figura
9.10.

En el caso 2, el factor de seguridad se incrementaba con el tiempo, la cual es una característica deseable. Si la falla
ocurre, probablemente pasaría durante o inmediatamente después de la construcción. Sin embargo en el caso 3, F
disminuye con el tiempo, lo cual es probablemente mucho más peligroso. El tiempo más probable para la falla es
mucho después de la construcción, y probablemente después que el sitio ha sido desarrollado y ocupado.

El factor de seguridad más bajo ahora ocurre después que la presión de agua de poro en exceso ha sido disipada, así
esta condición necesita ser evaluada usando un análisis de esfuerzos efectivos con la presión de agua de poro
hidrostática y los esfuerzos efectivos de post-construcción. Esta aproximación está dirigida a una estabilidad de largo
plazo.

 Sensitividad.

Algunas arcillas tienen una propiedad curiosa llamada sensitividad, lo cual significa que la resistencia en una condición
remoldeada o altamente alterada es menor que aquélla en condición inalterada, a un mismo contenido de humedad.
Algunas veces la resistencia perdida es muy grande, como se muestra en la figura 9.13. Estas arcillas altamente
sensitivas, llamadas arcillas rápidas, son encontradas en ciertas áreas del este de Canadá, parte de Escandinavia, y en
cualquier otra parte. Este comportamiento ocurre porque estas arcillas tienen una estructura muy delicada que es
alterada cuando son remoldedas.

El grado de sensitividad es definido por el parámetro St:


sinalterada
St  (9.7)
sremoldeada

Los sistemas de clasificación de la sensitividad basados en St varían de un país a otro. En la tabla 9.2 puede observarse
la diferencia entre el criterio comúnmente usado en Estados Unidos, donde las arcillas altamente sensitivas son raras,
con el usado en Suecia, donde son muy comunes.

Las fallas por cortante en arcillas altamente sensitivas pueden ser muy dramáticas porque la resistencia perdida hace
que la falla se propague en áreas amplias. Algunas veces producen grandes deslizamientos de flujos.

Las arcillas sensitivas pueden también recobrar esta resistencia perdida a través de un proceso llamado
endurecimiento tixotrópico (hardening thixotropic).

170
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.13 Muestras inalteradas y remoldeadas de arcilla Leda de Ottawa, Notario. Ambas muestras están al mismo contenido de
humedad, la única diferencia es el remoldeo. Este es un ejemplo extremo de una arcilla sensitiva, con un St de alrededor de 1500.
Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.494.

Tabla 9. 4 Clasificación típica de sensitividad. Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.495.
Clasificación Sensitividad
Estados Unidos Suecia
Sensitividad baja 2–4 < 10
Sensitividad media 4–8 10 – 30
Sensitividad alta 8 – 16 30 – 50
Rápida > 16 50 – 100
Extra rápida > 100

 Resistencia residual.

En la figura 9.5 se observó la diferencia en las curvas esfuerzo-deformación entre suelos dúctiles y frágiles y la
diferencia resultante entre la resistencia pico y la resistencia residual. Sin embargo, esta distinción no es importante
en arenas y gravas porque ellas tienen curvas que son cualquiera de las dos, dúctiles o muy medianamente frágiles,
pero puede ser muy importante en las arcillas.

La mayoría de las arcillas normalmente consolidadas son ligeramente dúctiles, y de este modo tienen resistencias
residuales que son ligeramente menores que la resistencia pico. Este endurecimiento por deformación (pérdida de
resistencia con incremento de deformación) es grandemente debida a la reorientación de las partículas y a la
descomposición de la fábrica del suelo. En arcillas sensitivas, las cuales tienen una fábrica especialmente delicada, la
resistencia residual puede ser mucho menor que la resistencia pico.

Las arcillas sobreconsolidadas cercanamente siempre tienen una curva esfuerzo-deformación frágil, con una
resistencia residual significativamente menor que la resistencia pico. Esto es debido a los factores descritos, más un
incremento en la relación de vacíos durante el corte y el incremento resultante en el contenido de humedad.

171
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Los suelos frágiles tienen dos “resistencias”, así los valores (puntos) usados para desarrollar la envolvente de falla de
Mohr-Coulomb debería estar basada en cualquiera de los valores, los valores picos o los valores residuales, como se
muestra en figura 9.14. Usualmente usamos la resistencia pico, así no requiere una notación especial. Sin embargo, si
los datos han sido evaluados usando la resistencia residual, se usa el subíndice “r”, y se expresan los resultados como
c’r y ’r. La resistencia residual es puramente residual (i.e. allí no hay resistencia cohesiva), pero la envolvente es
típicamente no lineal. De este modo, cualquier valor de c’r es solamente el producto del ajuste a la línea recta de una
envolvente curva, como se discutió anteriormente.

Los datos de resistencia residual son especialmente importantes cuando evaluamos superficies de corte en el campo,
producidas por deslizamientos. Los movimientos de laderas producen una superficie muy suave o lisa, conocida como
“plano de resbalamiento” (slickenside). La resistencia cortante a lo largo de tales superficies ha sido reducida al valor
residual, el cual es menor que la resistencia de cualquier parte de suelos inalterados. Los ingenieros geotécnicos
necesitan conocer esta resistencia cuando se está evaluando la estabilidad de un deslizamiento existente y cuando se
están diseñando medidas de estabilización.

Algunos análisis usan un tercer valor, llamado la resistencia reblandecida completamente, la cual se encuentra entre
los valores pico y residual.

Figura 9.14 La envolvente de resistencia pico es obtenida de la resistencia cortante en los puntos más altos de curva esfuerzo-
deformación, mientras que la envolvente de la resistencia residual es obtenida de la resistencia a una deformación grande.
Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.496.

172
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

 Arcillas fisuradas.

Algunas arcillas densas contienen grietas conocidas como fisuras. La resistencia a lo largo de estas fisuras es menor
que la del suelo intacto, así las fallas por corte son más probable que ocurran a lo largo de estas fisuras. Sin embargo,
el espaciamiento de estas fisuras es a menudo tan grande que las muestras de suelo obtenidas de perforaciones, son
muestras que pueden ser no representativas de la gran masa de suelo. Los ensayos de laboratorio de tales muestras
probablemente representan el suelo intacto, y desde modo pueden ser muy engañosas. Probablemente necesitemos
la resistencia a lo largo de las fisuras para la mayoría de los análisis. Esta resistencia sería no menor que la resistencia
residual del suelo intacto.

 Flujo o movimiento paulatino del terreno (creep).

Los suelos arenosos y gravosos pueden sostener esfuerzos cortantes muy cercanos a su resistencia cortante por largos
períodos sin fallar. Esto es un rasgo muy deseable, y es una de las razones por las que estos suelos son materiales
superiores para muchas aplicaciones. Desafortunadamente, los suelos arcillosos no tienen comportamiento tan
bueno. Cuando el esfuerzo cortante en un arcilla excede alrededor del 70% de su resistencia cortante, movimientos
de corte lentos llamados creep o flujo comienzan a ocurrir. Estos movimientos pueden ser la fuente de muchos
problemas. Por ejemplo, los suelos superiores sobre de un terreno inclinado algunas veces exhiben creep, lo cual
causa que ellos se muevan lentamente pendiente abajo. Algunas arcillas exhiben flujos significantes a esfuerzos tan
bajos como el 50% de su resistencia cortante. Este comportamiento de flujo es una de las razones por las que
típicamente requerimos factores de seguridad altos en suelos arcillosos.

9.6 RESISTENCIA CORTANTE DE SUELOS INTERMEDIOS SATURADOS.

Las discusiones en los apartados 9.4 y 9.5 dividen los suelos dentro de dos categorías distintas. Las arenas y las gravas
no desarrollan presión de agua de poro en exceso durante el cargado estático, y de este modo pude ser evaluado
usando análisis de esfuerzos efectivos y presión de agua de poro hidrostática. Recíprocamente, las arcillas y los limos
desarrollan presión de agua de poro en exceso, y de este modo requieren un análisis más cuidadoso. Ellas también
pueden tener problemas con la sensitividad y el flujo (creep). No obstante, algunos suelos del “mundo real”
claramente se ajustan dentro de una de estas dos categorías, otros se comportan en modos que son intermedios
entre estos dos extremos. Su comportamiento en campo está típicamente en alguna parte entre drenado y no
drenado (i.e. ellos desarrollan alguna presión de agua de poro en exceso, pero no tanto como podría ocurrir en una
arcilla).

Sin embargo estos no tienen límites bien definidos, estos suelos intermedios generalmente incluyen aquéllos con
clasificaciones SC, GC, SC-SM, o GC-GM, también como aquéllos SM, GM, y suelos ML. La evaluación de la resistencia
cortante apropiada para análisis de ingeniería requiere mucho más que el discernimiento ingenieril, lo cual es una
guía para el completo entendimiento de los principios de la resistencia del suelo. En caso de duda, es usualmente
conservador evaluar estos suelos usando las técnicas descritas para limos y arcillas.

173
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

9.7 RESISTENCIA CORTANTE DE SUELOS NO SATURADOS.

Hasta el momento hemos considerado solamente suelos que son saturados (S = 100%). La resistencia cortante de
suelos no saturados (S < 100%) es generalmente mayor, pero más difícil de evaluar. No obstante, varios proyectos de
ingeniería encuentran estos suelos, así los ingenieros geotécnicos necesitan tener métodos para evaluarlos. Esto ha
sido un tópico en proceso de investigación (Fredlund y Rahardjo, 1993), y los estándares y prácticas aún no están bien
establecidos como para los suelos saturados.

Alguna de la resistencia adicional de los suelos no saturados es debida a la presión de agua de poro negativa, como se
mostró en la figura 9.4. Estas presiones de agua de poro negativa incrementan los esfuerzos efectivos, y de este modo
incrementan la resistencia cortante. Sin embargo, esta resistencia adicional es muy tenue y fácilmente se pierde si los
suelos son humedecidos.

Los ingenieros geotécnicos usualmente basan los diseños en la suposición que los suelos no saturados podrían
volverse humedecidos en el futuro. Este humedecimiento podría venir de una elevación de nivel freático, irrigación,
drenaje superficial pobre, rotura de tuberías, u otras causas. Por esta razón, usualmente saturamos (o al menos
“mojamos”) las muestras de suelo en el laboratorio antes de ejecutar ensayos de resistencia. Esto intenta remover la
cohesión aparenten y de este modo simular el “peor caso” de las condiciones de campo. Entonces determinamos la
elevación probable más alta del nivel freático, el cual puede ser significativamente más alto que su ubicación presente
y calculamos la consiguiente presión de agua de poro positiva. Finalmente, suponemos u = 0 en suelos sobre el nivel
freático.

9.8 MEDICIONES DE LA RESISTENCIA CORTANTE.

Los ingenieros geotécnicos miden la resistencia cortante usando ambos métodos ex-situ e in-situ. Los métodos ex –
situ incluyen la obtención de muestras inalteradas de un sondeo exploratorio, y llevar estas muestras a un laboratorio
de mecánica de suelos, y ensayarlas allí. Los métodos in-situ usan equipos especiales que son llevados a campo y
ensayan el suelo en el lugar.

 Métodos ex –situ.

La mayoría de las mediciones de resistencia cortante son ejecutadas en laboratorios usando métodos ex – situ. Estos
incluyen ensayos de corte directo, ensayo de corte de anillo, ensayos a compresión no confinada, ensayos de
compresión triaxial y otros.

Ensayo de corte directo.

Las primeras mediciones de resistencia del suelo fueron probablemente aquéllas ejecutadas por el ingeniero francés
Alexandre Collin en 1846 (Head, 1982). Su equipo de ensayo era similar a la máquina moderna de corte directo. El
ensayo de corte directo como ahora es conocido (ASTM D3080) fue perfeccionado por varios individuos durante la
primera mitad del siglo veinte.

El aparato de ensayo, mostrado en la figura 9.15 generalmente acepta muestras cilíndricas de 60-75mm de diámetro y
las somete a una carga vertical P. El esfuerzo vertical total, z, es así igual a P/A. La muestra está contenida dentro de
un recipiente con agua que lo mantiene saturado, pero la presión de agua de poro hidrostática es muy pequeña así
que podemos asumir ’z también igual a P/A. Esto es importante para seleccionar los valores de P tales que ’z sea
cercano a los esfuerzos en campo. Bajo esta carga es admisible que la muestra se consolide.

174
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.15 a) Equipo de corte directo. La muestra está dentro de un porta muestras, directamente debajo del dial medidor
superior, b) sección transversal del porta muestra mostrando la muestra y la acción del cortante. Tomado de Coduto, G.,
Geotechnical Engineering, p.500.

Una vez el suelo ha sido completamente consolidado, una fuerza cortante, V, es aplicada gradualmente. Esta fuerza
cortante induce esfuerzos cortantes  = V/A. Usualmente V es aplicada bastante lentamente para mantener las
condiciones drenadas. En arenas, la tasa requerida de cargado es tal que la falla ocurre en un par de minutos. Sin
embargo, las arcillas deber ser cargadas mucho más lentamente, requiriendo posiblemente un tiempo de falla de
algunas horas.
Los esfuerzos cortantes son entonces dibujados contra el desplazamiento por cortante, como se muestra en la figura
9.16. Este procedimiento es entonces repetido dos veces más en nuevas muestras “idénticas” usando diferentes
magnitudes de P.

Las curvas esfuerzo cortante vrs. desplazamiento por corte de la figura 9.16 continúan hasta que la máquina de corte
directo alcanza su capacidad de desplazamiento. Diferente a las curvas esfuerzo-deformación en el acero o en otros
materiales familiares, allí no es un punto de ruptura. Alguna resistencia cortante siempre permanece, no importa
cuanto desplazamiento ocurra.

El pico de resistencia cortante, s, para cada ensayo es el esfuerzo cortante más alto obtenido. Estos valores son
entonces graficados en un diagrama Mohr-Coulomb como se muestra en la figura 9.17 y unidos con la mejor línea de
ajuste. El intercepto en el eje de las ordenadas es la cohesión efectiva, c’, y la pendiente de la línea es el ángulo de

175
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.
fricción efectivo, ’. Algunas veces los ensayos de corte son ejecutados más rápidamente, simulando de este modo
condiciones parcialmente drenadas o no drenadas. En este caso, los resultados del ensayo son expresados en
términos de parámetros de esfuerzos totales, cT y T.

Figura 9.16 Curvas esfuerzo cortante vrs. desplazamiento por corte de tres ensayos de corte directo. Tomado de Coduto, G.,
Geotechnical Engineering, p.501.

(a) (b)
Figura 9.17 Resultados de una serie de ensayos de corte directo: a) Resultados de un ensayo drenado, dibujados usando esfuerzos
efectivos; b) resultados de ensayos no drenados dibujados usando esfuerzos totales. Tomado de Coduto, G., Geotechnical
Engineering, p.502.

El ensayo de corte directo tiene la ventaja de ser simple y barato. Este es especialmente útil para obtener la
resistencia drenada de suelos arenosos. Este también puede ser usada con arcillas, pero produce resultados menos
confiables porque es difícil saturar la muestra completamente y porque no tenemos manera de controlar las
condiciones de drenaje a menos que variando la velocidad de ensayo. El ensayo de corte directo también tiene la
desventaja de forzar que el cortante ocurra a lo largo de una plano específico en lugar de permitir al suelo que falle
por la zona más débil, esto produce deformaciones no uniformes en la muestra, lo cual puede producir resultados
erróneos en suelos con reblandecimiento por deformación.

176
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Ensayo de anillo de corte.

El ensayo de corte directo no provee suficiente desplazamiento cortante para alcanzar la resistencia residual en
arcillas. Algunos ingenieros experimentan vencer esta deficiencia mecánica por el cortado de la muestra de atrás y
hacia adelante, o por otras técnicas. Sin embargo, otros dispositivos están disponibles para medir la resistencia
residual directamente: el ensayo de anillo de corte, como se muestra en la figura 9.18. Este ensayo usan un muestra
de suelo de forma anular que es sujeta a carga normal conocida y rotada como se muestra. El esfuerzo cortante en la
muestra puede ser calculado del torque o momento requerido para rotarla. En teoría, este ensayo tienen una
capacidad de deformación ilimitada, pero en la práctica la resistencia residual es normalmente alcanzada después de
desplazamientos por corte menores que 1 metro.

Figura 9.18 Máquina de anillo de corte. La muestra de suelo es colocada dentro de un espacio anular como se muestra en la foto
de la izquierda. Entonces la carga en la parte superior es instalada y la carga normal es aplicada. Una vez que el suelo se ha
consolidado, un torque es aplicado desde abajo, y este torque es resistido por las varillas mostradas en la foto de la derecha.
Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.503.

Ensayo de compresión no confinado.

El ensayo de compresión no confinada usa una muestra de suelo cilíndrica sin confinamiento lateral, como se muestra
en las figuras 9.19 y 9.20. Una carga de compresión axial es aplicada gradualmente al suelo hasta su falla (i.e. la carga
alcanza su valor pico). La carga es aplicada suavemente rápidamente (típicamente alrededor de un minuto para fallar),
y de este modo se producen condiciones no drenadas.

El esfuerzo principal mayor actúa verticalmente y es igual a la carga de compresión P dividida entre la sección
transversal A. Como la muestra está comprimida, las partes centrales se comban, así el área A, la cual es medida en el
plano horizontal, se incrementa. La sección transversal a la falla es:

A0
Af  (9.8)
1  f
donde:
Af = área de la sección transversal a la falla.
A0 = área de la sección transversal inicial = d2/4.
d = diámetro inicial de la muestra
f = deformación unitaria axial a la falla.

177
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

En este caso no hay confinamiento lateral, así 3 = 0 y el lado izquierdo del los esfuerzos totales en el círculo de Mohr
es siempre el origen. De este modo, el círculo de Mohr a la falla es el mostrado en la figura 9.21.

Figura 9.19 Conducción de un ensayo de compresión no confinado. Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.504.

Figura 9.20 Análisis de fuerzas en un ensayo de compresión no confinado. Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering,
p.504.

178
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9. 21 Círculo de Mohr a la falla en un ensayo de compresión no confinado. Tomado de Coduto, G., Geotechnical
Engineering, p.505.

Este ensayo parece medir la resistencia compresiva, y los resultados a menudo son expresados de la forma que se
muestra a continuación:

Pf
qu  (9.9)
Af
donde:
qu = resistencia a compresión no confinada.
Pf = carga normal de falla.
Af = área de la sección transversal a la falla.

Sin embargo, el suelo realmente falla en corte a lo largo de planos diagonales como se muestra en la figura 9.20. Si el
suelo es suave este falla a lo largo de múltiples planos diagonales y combas en la mitad como se muestra. Si el suelo es
rígido, este es más probable falle en un solo plano diagonal inconfundible. Si asumimos que la falla por corte ocurre a
lo largo del plano o planos de máximo esfuerzo cortante, los cuales están inclinados a 45° desde la horizontal y son
representados por los puntos en la parte superior e inferior del círculo de Mohr, entonces la resistencia cortante no
drenada, su, es la mitad de qu:

Pf
su  (9.10)
2 Af
El ensayo de compresión no confinado tiene la ventaja de ser simple y poco costoso, así podemos usarlo para obtener
una gran número de valores de su a un bajo costo. Sin embargo, 3, en el campo es mayor que cero, tendiendo el
ensayo a subestimar su.

Ensayo de compresión triaxial.

El ensayo de compresión triaxial es similar al ensayo de compresión no confinado excepto que la muestra es rodeada
por una membrana resistente al agua e instalada en una cámara de presión conocida como celda, como se muestra en
la figura 9.22. La cámara es llenada con agua que es presurizada para producir un valor especificado de 3.

179
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Una carga vertical P, es introducida lentamente por medio de una varilla o vástago extendiéndose desde la parte
superior de la celda. La carga, dividida por el área de la sección transversal (obtenida de la ecuación 9.8) es el esfuerzo
desviador, d.

Figura 9.22 Aparato de ensayo triaxial. La cámara en la fotografía esta cubierta con una malla de alambre protectora. Tomado de
Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.506.

P
d  (9.11)
A

El esfuerzo vertical en la muestra, el cual también es el esfuerzo principal mayor, es la suma de la presión en la celda y
es esfuerzo desviador:

1   3   d (9.12)

Las máquinas de compresión triaxial incluyen dispositivos de medición de la presión de agua de poro dentro de la
muestra de suelo mientras está siendo ensayada. De esto modo, el esfuerzo principal efectivo, 1’ y 3’, pueden ser
calculados utilizando la ecuación ’ =  - u.

Existen tres procedimientos comunes de ensayo.

Ensayo no consolidado no drenado (UU).

Es el más simple de todos, también comúnmente conocido como Q (quick test) o ensayo veloz. La muestra es
instalada, la presión de la celda aplicada, y la muestra es cargada hasta la falla como un ensayo de compresión no
confinado. La resistencia cortante no drenada, su, es igual al radio del círculo de Mohr a la falla:

  3   
su   1   d  (9.13)
 2 f  2 f

180
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Los valores de su de la prueba triaxial UU son más confiables que aquéllos del ensayo de compresión no confinado, UC,
porque la presencia de 3 > 0 simula con más precisión las condiciones de campo y porque la membrana asegura la
presencia de condiciones no drenadas. Sólo una muestra es requerida para ejecutar un ensayo UU.

Ensayo consolidado drenado (CD).

También conocido como S (slow test) o ensayo lento. En este tiempo, se permite a la muestra consolidarse bajo el 3
aplicado. Entonces esta es cargada muy lentamente, produciendo así condiciones drenadas. Usualmente tres ensayos
son ejecutados, cada uno a un diferente 3. Los círculos de Mohr a la falla son dibujados como se muestra en la figura
9.23. Los valores de c’ y ’ son obtenidos por el trazo de la línea tangente a estos círculos.

Figura 9.23 Círculos de Mohr a la falla de una serie de ensayos triaxiales CD. Tomado de Coduto, G., Geotechnical
Engineering, p.507.

Ensayo consolidado no drenado (CU).

También conocido como R (rapid test) o ensayo rápido, es un experimento o intento para medir la resistencia drenada
sin tener que hacer el ensayo tan lentamente. La muestra es consolidada como con el ensayo CD, pero entonces esta
es cargada mucho más rápidamente. Las condiciones no drenadas prevalecen, pero la máquina está habilitada para
medir la presión de agua de poro en exceso, de este modo permitiendo al ingeniero calcular esfuerzos efectivos. Los
círculos de Mohr de esfuerzos efectivos son entonces graficados, y c’ y ’ son determinados como antes. Los ensayos
CU también producen valores de cT y T.

Los ensayos triaxiales también tienen provisiones para saturar muestras, y verificar que el proceso de saturación fue
satisfactorio. Esto, junto con la flexibilidad del ensayo y otras ventajas hacen de este estándar por el cual otros
ensayos son comparados.

 Métodos in –situ.

Algunos métodos in-situ miden la resistencia cortante directamente, mientras que otros simplemente desarrollan
algunos índices, tales como los valores de N de la prueba de penetración estándar, los cuales pueden ser combinados
con correlaciones empíricas para estimar la resistencia cortante.

181
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Ensayo de corte de la paleta, álabe o veleta (vane shear test).

Consiste de un álabe de cuatro aletas u hojas que es insertado dentro del terreno como se muestra en la figura 9.24.
Un incremento constante de torque es aplicado hasta que el suelo falla por corte, entonces la resistencia cortante no
drenada, su, es calculado de este torque. Este ensayo es solamente utilizable en arcillas y limos muy suaves y suaves, y
usualmente es ejecutado en el fondo de perforaciones. En suelos muy suaves, el álabe puede se presionado a grandes
profundidades sin una perforación.

La superficie de corte tiene una forma cilíndrica, y el análisis de datos desprecia cualquier resistencia cortante a lo
largo de la parte superior y del fondo de este cilindro. Usualmente la relación altura-diámetro del álabe o veleta es de
2, lo que, cuando se combina con el torque aplicado, produce la siguiente fórmula teórica:

6T f
su  (9.14)
7d 3

Donde:
su = resistencia cortante no drenada.
Tf = torque a la falla.
d = diámetro del álabe o la veleta.

Sin embargo, varios investigadores han analizado fallas de terraplenes, zapatas y excavaciones usando ensayos de
corte de la veleta (conociendo que el factor de seguridad fuera 1.0) y encontraron que la ecuación 9.14 a menudo
sobre estima su. Por esta razón, un factor de corrección empírico, , como el mostrado en la figura 9.25, es aplicado a
los resultados de los ensayos:

6T f
su  (9.15)
7d 3

Un factor de corrección adicional de 0.85 podría ser aplicado a los resultados de los ensayos desde suelos orgánicos y
otros como humus (Terzaghi, Peck, y Mesri, 1996).

182
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Figura 9.24 Ensayo de corte de la veleta (U.S. Navy, 1982). Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.509.

Figura 9.25 Factor de corrección  para el ensayo de corte de la veleta (de Soil Mechanics in Engineering Practice. 3rd
Ed. By Terzaghi, Peck and Mesri, John Wiley and Sons, 1996). Tomado de Coduto, G., Geotechnical Engineering, p.509.

183
9. Comportamiento esfuerzo - deformación al corte.

Ensayo de penetración estándar (SPT).


Usado para determinar ’ en arenas no cementadas, a través de correlaciones empíricas entre los valores de N60 de la
SPT y ’.

Ensayo del cono de penetración (CPT).


Puede ser usado para determinar ’.

9.9 INCERTIDUMBRES EN LA EVALUACIÓN DE LA RESISTENCIA CORTANTE.

Las evaluaciones de la resistencia cortante están sujetas a error por un amplio rango de fuentes, esto es importante
para entender con cuanta mucha (¡o cuan poca!) confianza establecer los valores de resistencia obtenidos del
laboratorio o ensayos in-situ. El error más común, especialmente entre ingenieros sin experiencia, es establecer
demasiada credibilidad en estos números.

Aún la más cuidadosa ejecución de ensayos de laboratorio no son mejores que las muestras de suelo. ¿Son ellos
verdaderamente representativos de la masa de suelo? ¿Cuánta alteración de la muestra ha ocurrido, y qué efectos
tienen sobre los resultados? El método de ensayo también introduce error, porque ellos no corta el suelo en el mismo
modo como ocurriría en el campo. Además, ensayos sobre muestras no saturadas pueden no tener en cuenta
apropiadamente los cambios futuros en el contenido de humedad en el campo.

Por estos y otros factores, aún la cuidadosa ejecución de la evaluación de la resistencia cortante puede contener
errores de un 25% o más. Aunque típicamente reportemos los resultados de los ensayos con dos o tres cifras
significativas, su verdadera precisión es mucho menor. Los ingenieros geotécnicos intentan compensar estas
incertidumbres usando interpretaciones conservadoras de los datos de ensayos y aplicando factores de seguridad
apropiados.

BIBLIOGRAFÍA DEL CAPÍTULO 9:


 Coduto, Donald P. (1999). Geotechnical Engineering: principles and practices. Estados Unidos.
Prentice-Hall.

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