El suelo se compone de cinco capas distintas, cada una de las cuales tiene su propio conjunto de

propiedades y características. La primera capa es la tierra vegetal, que constituye los primeros
centímetros de suelo y es rica en materia orgánica. Esta capa está formada por materia vegetal muerta,
excrementos de insectos y restos de animales en descomposición, así como por organismos vivos como
lombrices y microorganismos. La segunda capa es el subsuelo, que se compone de elementos minerales
finos como arcilla, hierro y sílice. Esta capa es importante para proporcionar nutrientes a la capa superior
del suelo y también alberga una gran variedad de organismos, como bacterias y hongos. La tercera capa
es la rizosfera, una región del suelo muy influenciada por las raíces de las plantas. Esta capa se compone
de materia orgánica descompuesta por las raíces de las plantas y alberga diversos organismos que
ayudan a las plantas a absorber nutrientes y agua. La cuarta capa es el subsuelo, compuesto por
fragmentos de la roca madre. Esta capa es importante para proporcionar minerales y nutrientes a la capa
superficial del suelo, y también ayuda a estabilizar la estructura del suelo. La quinta capa es la roca
madre, que es el lecho rocoso del suelo. Esta capa proporciona la estructura y estabilidad del suelo y
también ayuda a regular la temperatura y los niveles de humedad del suelo.

Las cinco capas del suelo desempeñan un papel importante en el mantenimiento de una estructura sana
y en el suministro de nutrientes esenciales para las plantas. La capa superior del suelo es la más
importante porque aporta materia orgánica, esencial para el crecimiento de las plantas. La capa del
subsuelo es importante para proporcionar minerales y nutrientes a la capa superior del suelo, y la capa
de la rizosfera es importante para proporcionar a la planta los nutrientes esenciales que necesita para
crecer. La capa del subsuelo proporciona estabilidad al suelo, y la capa de roca madre ayuda a regular la
temperatura y los niveles de humedad del suelo. Las cinco capas del suelo son esenciales para mantener
una estructura sana y proporcionar los nutrientes esenciales a las plantas.