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Los jueves policiales

Por: Camilo L. Restrepo

DIARIO LA PATRIA

Febrero 16 de 1951, Villamaría, Caldas, Colombia

“Oscuro asesinato se cometió el Domingo pasado en la población de Villamaría, en


una zanja fue encontrado Marco Arias, Agonizante”

El lunes en las primeras horas de la mañana a las cinco (madrugada) aproximadamente,


se encontró agonizante en el sector urbano de la población de Villamaría al ciudadano
de nombre Ángel Marco Arias Duque, quien en forma misteriosa fue atacado en las
horas del domingo en la noche, habiendo fallecido al día siguiente.

Activamente se adelantan las investigaciones para dar con el paradero de los autores
alevoso crimen y se sabe que ya hay numerosas detenciones.

Detalles- Un aviso

A las cinco de la tarde del pasado lunes se encontraba en su casa entregando al sueño un
hijo a la víctima de este atentado quien responde al nombre de Gustavo Arias Ríos,
cuando precipitadamente oyó repetidos golpes sobre la puerta de la casa. Intrigado por
esto el señor Arias Ríos se levantó inmediatamente, después de lo cual pudo constatar
que quien llamaba era el señor Misael Hurtado, amigo de la familia, el cual comunicó a
este que su papá estaba en un canalón de una de las calles de Villamaría gravemente
herido.

Allí se trasladó Arias quien halló a su padre casi agonizante tirado dentro de un hueco y
sin poder hablar. Allí fue el reverendo cura párroco de Villamaría, quien le suministró
los auxilios espirituales.

En vista de que en el hospital de  la vecina población (Manizales), no se halló médico a


esas horas, el herido fue trasladado por su hijo en compañía de unos agentes de policía
al hospital municipal de esta ciudad (Villamaría) donde llegó a las seis de la mañana.

Allí después de un examen médico de urgencia se comprobó que el señor Arias


presentaba ocho profundas heridas en el pecho, tres de suma gravedad, a más de tres
grandes chuzones o puntazos que supone sea una lezna.

Después de desesperados esfuerzos por salvarle la vida, el día martes a las cinco de la
tarde falleció el señor Arias en el hospital.

 
 

Antecedentes

De acuerdo con los informes obtenidos por su hijo, el señor Angel Arias se encontraba
en las horas de la noche del domingo en el “café Palatino” en compañía de varios
amigos, con los cuales permaneció allí hasta las dos de la mañana. De allí, según lo
declarado por quienes estuvieron con el señor Arias, este salió con dirección a su casa.
En medio de un completo estado de embriaguez; instantes después estos mismos
señores repararon en que Arias, al parecer en medio de la borrachera había caído en
mitad de la calle, quedando tendido boca arriba en el empedrado. Sus compañeros
pasaron sin reparar más en el mencionado sujeto dejándolo tendido allí. Un rato
después, como ya se dijo, en la misma calle un poco más adelante en medio de los
canales que se han formado allí, fue encontrado el señor Arias en estado agónico.

Misterio

El mismo día de la tragedia el señor Gustavo Arias, hijo de la victima de este criminal
atentado, presentó el correspondiente denuncio ante la permanencia y la oficina de
seguridad de Manizales. Las autoridades han desplegado toda clase de actividades para
dar con el paradero de los responsables. Por otra parte el señor alcalde de Villamaría ha
venido adelantando el sumario y realizando las diligencias investigativas de rigor.

Se han hecho varias detenciones y ya se tienen pistas muy fundadas sobre los posibles
asesinos, pero hasta la fecha no se ha avanzado mucho en el establecimiento de este
pavoroso crimen.

Móviles  

Hasta el momento se desconocen por completo los móviles que hubieran impulsado a
los asesinos del señor Arias para cometer este villano atentado que ha consternado a la
ciudadanía de la población de Villamaría.

 
 

Sobre el particular, lo único que se sabe es que este señor llevaba una ruana café a ratas,
nueva y bastante fina, la cual tenía hasta que salió del “café palatino” cuando fue
encontrado herido en medio de la calle, esta ruana habría desaparecido.

Un obstáculo para la investigación

Uno de los más grandes obstáculos  con que se ha tropezado, para llevar a feliz término
la investigación en el presente caso, ha sido el hecho de que a pesar de que el señor
Arias fue encontrado vivo después de haber sido atacado, que parece que sufrió una
especie de paralización de las cuerdas bucales, toda vez que no hablaba ni una palabra y
por lo tanto nada dijo sobre la forma en que habría sido atacado o quienes fueron los
autores de este atropello.

Sin embargo su hijo afirmó que ya en el hospital, el señor Arias hablo pero se negó de
manera rotunda a decir quien lo había hecho. Esta conjetura es pues un gran
interrogante que se presenta dentro de la investigación.

La víctima

El señor Ángel Marcos Arias Duque era una persona muy estimada en Villamaría,
población a la cual presto por espacio de 18 años sus servicios como sepulturero, cargo
que había dejado hacia más o menos antier a las cuatro de la tarde en el cementerio
parroquial del vecino municipio (Manizales) se llevaron a cabos sus exequias, durante
las cuales Gustavo Arias pronuncio unas cuantas palabras como homenaje póstumo a la
memoria de su progenitor.

“Cuánto fue el miedo a sus victimario que incluso al filo de la muerte se nego a decir
sus nombres e identidades, y cuan traicioneros pueden ser los “amigos” que pasan de
largo mientras agonizas de dolor y caes a los brazos de la muerte”

-reflexión personal-

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