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Uno de los familiares de la víctima recibió una llamada del sujeto, y señaló que la
víctima se encontraba mal y que la buscaran en su vivienda. Al llegar la Policía al lugar,
encontró el cadáver de la mujer.
Yoel Quispe Jorge, de 31 años, vivía solo y se dedicaba a la venta de golosinas por la
zona. Tenía una relación amorosa con la víctima de dos años.
Ella era trabajadora del hogar y sus días libres se quedaba en la habitación donde dejó
de existir. Según familiares, hace una semana comentó que ya terminaría su relación,
pues ya no era lo mismo.
Por su parte, familiares del presunto homicida dicen que su salud lo tenía deprimido.
Tres veces por semana recibía diálisis.
Desde hace más de 10 años, Quispe Jorge tocaba el arpa. Amigos y familiares
apreciaban su buen ritmo con este instrumento.
Peritos de Criminalística llegaron al lugar. La mujer habría sido atacada con una piedra,
para finalmente ahorcarla y dejarla en la habitación escondida.
Según la Policía Yoel Quispe Jorge está no habido. En una comunicación que tuvo con
un familiar dijo estar camino al centro del país.
FEMINICIDIO MARISOL ESTELA ALVA
A Marisol Estela Alva le faltaba un año para culminar los estudios de Enfermería en el Instituto
Arzobispo Loayza. Era de Cajamarca, tenía 25 años, y vivía en un cuarto alquilado, en San Juan
de Miraflores, junto a su hermana. No se sentían alejadas de la familia. Su papá, Domingo
Estela, viajaba seguido, desde Bambamarca, a visitarlas y a estar pendiente de ambas.
La última vez que estuvo en Lima fue hace dos semanas. En ese encuentro era imposible
imaginar o sospechar siquiera que, días después, Marisol sería hallada muerta dentro de un
cilindro, enterrado a tres metros de profundidad, en un terral, en Villa el Salvador. Su crimen se
sumaría a la extensa lista de feminicidios ocurridos este año.