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Raku1
El arreglo funcionó bien, tan bien que en poco tiempo, la Sra. Raku volvió a saturarse de
pedidos. Necesitaba más asistentes. Pero esta vez, previendo que algún día tendría que
poner a los nuevos asistentes a elaborar cerámica y no sólo a preparar lo necesario, la
Sra. Raku decidió buscarlos en la escuela de cerámica de la ciudad. Aunque había tenido
que dedicar algún tiempo a formar a la Srita. Bisque, con los nuevos contratados no
tendría que preocuparse por esto. Sabrían exactamente qué hacer y podrían integrarse
rápidamente al trabajo. Con cinco personas, la coordinación seguía sin presentar
problemas.
Sin embargo, cuando fue necesario contratar dos asistentes más, comenzaron a surgir
algunos problemas de coordinación. Un día, la Srita. Bisque tropezó con un bote de barniz
y rompió cinco vasijas; otro día, la Sra. Raku abrió el horno y se encontró con que las
vasijas habían sido barnizadas con color rojo por error. Fue entonces cuando se dio
cuenta de que siete personas en un pequeño taller de cerámica no podían coordinar su
trabajo sólo mediante comunicación informal. Para complicar las cosas un poco más, la
Sra. Raku, que ahora se llamaba a si misma presidente de Cerámicas Raku, se veía
obligada a pasar cada vez más tiempo con los clientes. Por la misma razón era más fácil
verla vestida con un traje sastre gris que con vaqueros. Para afrontar la situación, la Sra.
Raku nombró a la Srita. Bisque directora de taller, de tal forma que se dedicara de tiempo
completo a supervisar y coordinar el trabajo de los cinco productores de cerámica.
La compañía continuó creciendo. Hubo más cambios importantes cuando la Sra. Raku
contrató a un analista del trabajo. El analista sugirió que cada persona se hiciera
responsable de una sola tarea para alguna de las líneas de producto (vasijas, ceniceros,
1 Traducido de:
Mintzber, H. (1983). Structure in fives: designing effective organizations. Englewood Cliffs, NJ: Prentice-
Hall. pp. 1-2.
tiestos y animales de cerámica). El primero tendría que amasar, el segundo dar forma, el
tercero decorar y así sucesivamente. Como consecuencia, la producción tomó la forma de
cuatro líneas de ensamblaje. Cada persona seguía un conjunto de instrucciones
estandarizadas preparadas de antemano para asegurar la coordinación de todo el trabajo.
Como puede preverse, Cerámicas Raku ya no vendía su producto a pequeñas tiendas; la
Sra. Raku sólo aceptaba pedidos al mayor de grandes almacenes.