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Prof: Bachilleres:
Yan Sequera Acosta Marysabel C.I: 31.345.981
Barrios Ángela C.I: 30.325.652
Becerra Albani C.I: 27.220.462
Calzadilla Lendy C.I: 30.938.910
Cornieles Isaura C.I: 30.506.083
Flores Ronny C.I: 31.033.977
Guzmán Jackson C.I: 30.286.844
Hernández Jean C.I: 31.321.994
Asignatura: Lara María José C.I: 28.084.063
Psicología y Sociología Mejías Alidzaidi C.I: 28.601.255
Abril 2022.
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ÍNDICE
Etapas de evolución del paciente diagnosticado de una Enfermedad Terminal ……... Pág. 4
Valora la muerte digna sustentado en la psicología del enfermo terminal ……. Pág. 10
Las enfermedades más frecuentes que conducen al síndrome terminal ……………. Pág. 10
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INTRODUCCIÓN
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PSICOLOGÍA DEL ENFERMO TERMINAL
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etapa es importante no intentar mejorar el ánimo del paciente ya que debe procesar
el momento.
5. Aceptación: Tras la lucha del paciente desde la llegada de la noticia del
padecimiento de la enfermedad terminal, llega el momento de la aceptación de la
muerte, y el conocimiento de la cercanía de la misma. En ocasiones algunos autores
han descrito esta etapa como el fin de la lucha contra la muerte.
Tanto el dolor psíquico representado por el duelo como el dolor crónico, que es una
experiencia física y psíquica de pérdida de la salud y de desintegración corporal, son una
experiencia displacentera. El duelo se expresa en un disturbio emocional y puede derivar en
expresiones somáticas, que en ocasiones incluyen dolores esporádicos de naturaleza
inespecífica, al igual que sucede también en el síndrome depresivo (que con frecuencia
cursa con dolor crónico lumbar, cervical, dolores musculares inespecíficos). El duelo se
inicia con la experiencia de pérdida de alguien o algo y, por lo tanto, es en principio una
experiencia de desintegración. Su elaboración tiene el objetivo de la reintegración del
individuo, esta vez sin el objeto perdido para una nueva adaptación a la realidad.
Esto hace pensar que la relación que existe entre el dolor crónico y el proceso de
duelo responde a percepciones clínicas de orden empírico e intuitivo de uso común. Quizá
el hecho de dar por sentada la existencia de una conexión haya obviado la necesidad de
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indagar e investigar más sobre el tema. No obstante, es posible sacar algunas conclusiones
respecto a la relación entre dolor crónico y duelo.
Mientras que para algunos autores el dolor agudo se define como un conjunto de
manifestaciones desagradables de tipo sensorial, perceptivo y emocional, así como otras
respuestas autonómicas asociadas, psicológicas y conduduales provocadas por una lesión o
una enfermedad y sería pues un síntoma o un síndrome originado por una enfermedad, el
dolor crónico, en cambio, puede originarse en procesos patológicos crónicos de las
estructuras somáticas o viscerales, por la disfunción prolongada de partes del sistema
nervioso central o periférico, o por ambos. En contraposición al dolor agudo, puede estar
causado por mecanismos operantes factores ambientales y psicopatológicos. Es importante
evitar y prevenir la cronificación del dolor agudo y la irreversibilidad del crónico. El
tratamiento insuficiente del dolor agudo conduce a su cronificación y la persistencia de este
puede desencadenar un síndrome caracterizado por la afectación en grado variable de la
esfera psicosocial. El individuo no encuentra significado a su dolor, por lo que su respuesta
es el miedo, la desesperación y la falta de confianza, que predisponen a hipocondría y
depresión. Para evitar estos problemas es importante según Ruiz López establecer
claramente las diferencias entre el dolor agudo y crónico que quedarían definidas por su
forma de comienzo, intensidad, manifestaciones autonómicas y respuesta al tratamiento
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EL HOMBRE ANTE LA MUERTE
La fase terminal no tiene porqué ser considerada una etapa de espera angustiosa
ante la muerte, sino un periodo activo, donde es posible ayudar al enfermo a conseguir una
calidad de vida razonable, a través de ofrecerle un manejo adecuado de los síntomas
molestos, de una buena comunicación entre éste, la familia y el equipo, para ayudarles a
conocer bien sus necesidades físicas, espirituales y sociales y así poder ofrecerle lo que
realmente necesitan.
Acompañar y dar apoyo a una persona que se enfrenta con su propia muerte es
una labor estresante y agotadora, pero a su vez, también puede ser de las más valoradas y
gratificantes para quien lo realiza.
A nivel psicológico, un elemento que hay que trabajar en gran medida con el
paciente es la percepción de falta de control: es habitual que la persona en estado terminal
se perciba como incapaz de afrontar la amenaza que le supone la enfermedad y los síntomas
que padece, y que se vea a sí mismo como inútil. Será necesario reestructurar este tipo de
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creencias y aumentar su sensación de control sobre la situación. Asimismo, pueden resultar
de ayuda técnicas como la visualización o la relajación inducida. El counselling, como
estrategia en la que el profesional adopta un papel menos directivo y facilita que el paciente
llegue a sus propias conclusiones sobre sus inquietudes, puede servir para mejorar esta
percepción de control.
Cabe destacar que los pacientes que son diagnosticados de una enfermedad
terminal se encuentran en una situación muy complicada de afrontar. El afrontamiento de la
muerte tiene un gran impacto psicológico tanto en el paciente como en la familia.
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Desde el primer momento, cuando el paciente recibe la noticia del diagnóstico se
encuentra en una situación muy vulnerable, y comienza a pasar por las diferentes etapas.
Por lo que tener un apoyo que dedique su trabajo a ubicar al paciente y dotar de las
herramientas necesarias para afrontar de modo más beneficioso para él la situación, hará
que el paciente se encuentre más sereno y entero.
Las enfermedades más frecuentes que conducen al síndrome terminal son las
siguientes:
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1. Cáncer.
2. Enfermedades Degenerativas del Sistema Nervioso.
3. Cirrosis Hepática.
4. Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
5. Arteriosclerosis.
Según estos mismos autores, los criterios diagnósticos del síndrome terminal de
enfermedad incluyen los siguientes factores:
Los síntomas y complicaciones que afectan al enfermo terminal se tratan con los
denominados Cuidados Paliativos, o cuidados tipo Hospice, cuya definición puede ser:
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“Tipo de cuidados que promueven una asistencia toral, activa y continuada de los
pacientes y sus familias por un equipo multi-profesional cuando la expectativa médica no
es la curación. La meta fundamental es proporcionar bienestar al paciente y su familia sin
intentar alargar la supervivencia. Debe cubrir las necesidades físicas, psicológicas,
espirituales y sociales del paciente y sus familiares. Si es necesario, el apoyo debe incluir el
proceso de duelo”.
Cuidados Paliativos
Aspectos psicosociales.
Información y aspectos emocionales: consideraciones éticas.
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Disminuir los sentimientos de impotencia o culpa.
Procurar la atención en el propio domicilio si se considera factible.
Los avances científicos han permitido curar enfermedades que antes eran
incurables; también han proporcionado los medios necesarios para que el hombre y la
mujer puedan vivir más años. Así mismo también se ha avanzado para practicar la
eutanasia que no es más que la muerte ocasionada por voluntad o involuntad del paciente.
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que no solo acepte el respeto de la autonomía de otros como principio o concepto, sino
también en la que se puede confiar para que interprete su aplicación con la máxima
sensibilidad moral. El médico nunca debe olvidar que automáticamente es un cómplice
moral de cualquier política, acto o decisión que ponga en peligro la integridad y autonomía
del paciente.
Por lo tanto, el médico debe empezar a asumir plenamente el rol que la sociedad le
ha asignado en el cuidado del paciente, rol que incluye su activa participación en el proceso
que antecede al final de la vida y durante el acto de morir.
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Las enfermedades terminales deben ser abordadas desde una perspectiva Holística,
atendiendo a todas las necesidades del paciente, no solo las físicas. Enfermería está en
contacto directo con estos enfermos, por lo que debe ser la Mayor responsable de llevarlo a
cabo. Una atención centrada en los aspectos Psicológicos del paciente terminal
proporcionará un gran alivio, una mejor Aceptación y un mejor afrontamiento de la
situación de terminalidad. Es Fundamental que existan unas buenas habilidades de
comunicación, ya que, en Gran parte, el alivio psicológico muchas veces se consigue
estableciendo un buen Flujo comunicativo con el paciente terminal.
Decimos que nadie está preparado para aceptar ese punto y final en su vida o en la
de sus seres queridos y lo cierto es que pocas personas lo están. Nuestra sociedad no nos
educa para asumir que la muerte forma parte del proceso de vivir. ¿Se trata de un tema
tabú? Sin duda. Abordamos las claves de la psicoterapia en pacientes terminales y el perfil
profesional del psicólogo dedicado a este ámbito. Si para las personas sanas es un tema
delicado de tratar, para las personas con enfermedades terminales todavía lo, es más, pues
es doloroso asimilar que ese final llegará antes de lo esperado. Es necesario el apoyo
psicológico a estos pacientes para aliviar ese sufrimiento y para que puedan afrontar la
despedida.
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Tanto la sintomatología asociada como, en muchos casos, los tratamientos, reducen
considerablemente la calidad de vida del paciente: pérdida de la autonomía, abandono de la
actividad laboral y de ocio, deterioro de sus relaciones sociales y de pareja. Además, una
enfermedad terminal no solo afecta emocionalmente al paciente; también a su entorno
humano: familiares y cuidadores. Es frecuente que un paciente terminal sienta una pérdida
de control respecto a su vida, ¿por qué me ha tocado a mí? y, en consecuencia, caiga en la
apatía vital. El psicoterapeuta trabajará con el paciente varios factores:
Las competencias claves de este profesional se perfilan sobre las siguientes áreas:
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psicólogo analiza la calidad del entorno humano que rodea al paciente: Las
dinámicas familiares, su vida en pareja y el apoyo que recibe de sus amistades.
Conocimiento teórico y práctico de las técnicas cognitivas y conductual es en la
intervención con este grupo de pacientes: Reestructuración cognitiva, técnicas de
relajación y de inoculación al estrés, visualización, auto instrucciones.
Dirección de grupos de apoyo para enfermos terminales y sus familiares.
Excelentes habilidades terapéuticas y comunicativas: Fomentar la confianza en el
paciente, la escucha activa, la asertividad y empatía. Por último, es necesario
destacar la fortaleza psicológica que debe trabajar el propio psicólogo a nivel
personal. Dedicarse al ámbito de la psicoterapia con enfermos terminales exige
aparcar las propias emociones durante la intervención psicológica, siempre sin
perder el lado humano.
CONCLUSIÓN
Aunque si es cierto que, generalizando, se pueden mencionar cinco etapas por las
que suelen pasar las personas que padecen una enfermedad de estas características. Abra
personas que permanecen en una rabia constante que les empujar a luchar por sobrevivir,
otros que negarán en todo momento su enfermedad o incluso se convencerán a sí mismos
de ello y otras que entrarán en un estado de desesperación en la que se negarán a cualquier
tratamiento por considerarlo inútil.
A nivel psicológico, un elemento que hay que trabajar en gran medida con el
paciente es la percepción de falta de control: es habitual que la persona en estado terminal
se perciba como incapaz de afrontar la amenaza que le supone la enfermedad y los síntomas
que padecen, y que se ve a sí mismo como inútil. No solamente necesitará el apoyo del
paciente, sino que una parte muy importante de este proceso lo conformará las personas que
lo rodean, y que muy probablemente serán los que acompañen a la persona en los diferentes
estadios de evolución. Por lo que tener un apoyo que dedique su trabajo a ubicar al paciente
y dotar de las herramientas necesarias para afrontar de modo más beneficioso para él la
situación, hará que el paciente se encuentre más sereno y entero.
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Este no es un derecho unidimensional, sino un conjunto de facultades que le
permiten a un individuo o quien lo representa ante la Ley válida, tomar decisiones libres e
informadas y tener control sobre el proceso de su muerte, imponiendo límites a terceros,
familia, profesionales de la salud y Estado, sobre lo que puede o no hacerse en lo que
concierne a su cuerpo, integridad y vida.
Los síntomas y complicaciones que derivan al enfermo terminal se tratan con los
denominados Cuidados Paliativos, o cuidados tipo Hospice, cuya definición puede ser:
"Tipo de cuidados que promueven una asistencia toral, activa y continuada de los pacientes
y sus familias por un equipo profesionalmente cuando la expectativa médica no es la
curación.
La meta fundamental es proporcionar bienestar al paciente y su familia sin intentar
alargar la supervivencia. Debe cubrir las necesidades físicas, psicológicas, espirituales y
sociales del paciente y sus familiares. Si es necesario, el apoyo debe incluir el proceso de
duelo".
BIBLIOGRAFÍA
https://revistamedica.com/impacto-psicologico-enfermedad-terminal-cuidados-
paliativos/
https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-
76062002000400004
https://dmd.org.co/que-es-muerte-digna/
https://www.elsevier.es/es-revista-revista-calidad-asistencial-256-articulo-
investigacion-cualitativa-sobre-el-concepto-S1134282X15001268
https://core.ac.uk › downloadPDF Aspectos psicológicos del paciente terminal: El
adolescente y LA familia – CORE
https://www.unir.net/salud/revista/psicoterapia-pacientes-terminales/
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