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CENTRO CRISTIANO RIOS DE AGUA VIVA INTERNACIONAL

MINISTERIO DE EDUCACION CRISTIANA

AREA: ESCUELA DOMINICAL

INTRODUCCION A LA BIBLIA

LIBROS PROFETICOS
(ANTIGUO TESTAMENTO)

Elaborado por:

Lic. Rita Sano de Gallo

Maracay, Julio 2013


El profeta era una persona escogida por Dios para ser un portavoz que
recibía y transmitía mensajes divinos. Debido al culto a los ídolos, la guerra civil y la
inmoralidad, la nación de Israel necesitaba que se le recordara una y otra vez el
punto central de su existencia. Dios se revelaba a los profetas a través de sueños,
visiones, ángeles, algún acontecimiento especial o aun a través de una voz audible,
y esto precisamente era para invitar al pueblo para que retornara a Dios y a sus
caminos. El llamamiento del profeta no era hereditario, como el del sacerdote que
era escogido a través de los muchos estratos de la sociedad.

El profeta desempeñaba su ministerio hablando acerca de conocimientos de


su época, del pasado y del futuro. Instruía al pueblo a seguir los caminos del Señor.
Predecía lo que iba a acontecer, no en forma de adivinación, como hacen hoy los
adivinos y místicos, a través de las cartas del tarot, la numerología o la astrología,
sino a través de la palabra de Dios.

Los profetas eran hombres sujetos a Dios, se dedicaban a la oración y el


Señor les confiaba sus propósitos (Génesis 15:1-8). La profecía no surgía de la
voluntad humana o de intereses particulares, sino de la iniciativa divina. Ellos no
poseían el poder de pronunciarse en lugar de Dios. Sin embargo, en momentos
especiales, Dios se les manifestaba declarándole su voluntad.

La profecía es una forma de comunicación entre Dios y su pueblo. El antiguo


testamento revela que Dios utilizo ese medio diversas veces para hablar con su
pueblo. En Hebreos 1:1-2 vemos muestra de esta verdad. “Dios, habiendo hablado
muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo”.

El propósito de la profecía además de representar una manera en la que Dios


hablaba a su pueblo, esta, anunciaba acontecimientos futuros. Los profetas recibían
mensajes del señor, inspirados por el Espíritu Santo y lo transmitían al pueblo (Joel
2:28; Miqueas 3:8 y Zacarías 7:12). Entonces anticiparse a los acontecimientos era
tarea común en el ministerio profético. En cuanto a la aplicación de las profecías,
es importante saber que algunas se cumplieron en la época de los profetas y sus
contemporáneos, mientras que otras se cumplirán en el futuro.

Los profetas forman la cuarta sección del antiguo testamento y se mencionan


dieciséis (16) teniendo diecisiete (17) libros de sus visiones y profecías. Los libros
proféticos se componen de un conjunto de diecisiete (17) libros, por la extensión de
sus libros se dividen en mayores y menores, los cinco (5) primeros se clasifican
como “Profetas Mayores” (Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel),
mientras que los doce (12) siguiente se clasifican como “Profetas Menores” (Oseas,
Joel, Amos, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías
y Malaquías).

Los escritos proféticos utilizan básicamente dos grandes géneros literarios:


los oráculos y las narraciones:

 000Los oráculos son declaraciones solemnes proclamadas en nombre de


Dios. Pueden ser de condena o de salvación. Intentan recoger las palabras
que predicaron los profetas. Normalmente aparecen en verso.
 Las narraciones son relatos sobre la vida, las acciones y las experiencias de
los profetas. Están en prosa y ayudan a comprender mejor el sentido de la
predicación profética.

CRONOLOGÍA DE LOS PROFETAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO

ISAÍAS

Isaías fue el gran precursor de una serie de escritores bíblicos. Los autores
del NT reconocen este hecho al citar a Isaías más de 90 veces. Isaías profetizó en
el reino del sur, Judá, donde actuó durante un período crítico de la nación.
Desempeñó un papel importante durante dos períodos cruciales:

(1) en tiempo de Acaz, durante la guerra entre Siria e Israel (cap. 7-11), y

(2) en tiempo de Ezequías, cuando Senaquerib sitió a Jerusalén (cap. 36-37).


Mediante su propia confianza en Dios estimuló a Ezequías y al pueblo, y de
ese modo pudo ayudar a salvar a Jerusalén.

La primera parte de su ministerio parece haber coincidido con los últimos


años del reinado de Uzías ), pero su llamamiento al ministerio profético aconteció
en 740/739, último año de Uzías (cap. 6: 1). Continuó fielmente con su misión
durante tres reinados: de Jotam, de Acaz y de Ezequías (cap. 1:1). Parece que fue
odiado a muerte por Manasés, el impío hijo de Ezequías. Cuando Manasés subió al
trono como rey exclusivo a la muerte de su padre, más o menos en el año 686, no
perdió tiempo en deshacerse del fiel vidente. Según la tradición judía, Isaías fue
aserrado. Es posible que en Heb. 11:37 se haga referencia a este hecho.

Todo el ministerio de Isaías, desde Uzías hasta Manasés, debe haber durado
más de medio siglo.

JEREMÍAS

La historia de la vida de Jeremías es más conocida que la de cualquier otro


profeta. Era miembro de una familia sacerdotal oriunda de Anatot. Jeremías fue
escogido por Dios para servir como profeta desde antes de su nacimiento (cap. 1:
5), y llamado en temprana edad (cap. 1:6-7). Aunque el vocablo hebreo ná'ar,
"joven" o "niño", con el cual el profeta se designa (vers. 6), no indica la edad exacta
del profeta cuando fue llamado por Dios, el contexto del pasaje parece apoyar la
interpretación de que era aún muy joven, y que quizá tuviera menos de veinte años.
Fue llamado en el año 13 del reinado de Josías (cap. 1: 2; 25: 3), alrededor del año
627. Josías también era joven, pues en esa época tenía sólo 21 años.

Jeremías vivió en un período crítico de su nación, y fue llamado a proclamar


muchos mensajes de reprensión, y también a pronunciar solemnes predicciones de
calamidades que sobrevendrían a su pueblo a causa de su desobediencia. Por
causa de sus osados mensajes casi perdió la vida durante el reinado de Joacim, y
por eso se escondió (cap. 36: 26). Durante el reinado de Sedequías, último rey de
Judá, Jeremías fue encarcelado por considerárselo traidor a la patria (cap. 37: 11-
16), pues aconsejó a su pueblo que se rindiera a los babilonios. Después de la caída
de Jerusalén en 586, Nabucodonosor permitió que Jeremías quedara con el
remanente del pueblo que fue dejado en el país (cap. 40:1-6). Después de que
Gedalías -el nuevo gobernador de Judea- fue asesinado los judíos de Mizpa,
temiendo la venganza de Nabucodonosor, se marcharon a Egipto llevándose a
Jeremías y también a Baruc, su amanuense (cap. 43: 6).

Estando en Egipto, Jeremías clamó contra la idolatría que los judíos


practicaban allí (cap. 43-44). Probablemente murió en el país del Nilo. Una tradición
judía afirma que fue apedreado por su propio pueblo. Si el apéndice histórico del
cap. 52 fue escrito por el profeta, debe haber vivido hasta 561, cuando Joaquín fue
liberado de la cárcel por Evil-merodac, rey de Babilonia (cap. 52: 31 ), siendo pues,
en tal caso, octogenario.

Los que creen que el cap. 52 fue añadido como una posdata inspirada por
el amanuense de Jeremías o por uno de sus discípulos, deducen que el profeta
había muerto unos 20 años antes, alrededor del año 580 a.C. En el cuadro se dan
las dos posibilidades y se indica, por medio de una línea discontinua, su posible
ministerio de dos décadas, de 580 a 560 a.C.

EZEQUIEL

El profeta Ezequiel, también sacerdote, fue uno de los 10.000 judíos llevados
al exilio por Nabucodonosor en 597 a. C., cuando el rey Joaquín fue llevado a
Babilonia. En el 5.º año del cautiverio de Joaquín, 593/92, Ezequiel tuvo su primera
visión junto al "río Quebar", un canal que se encontraba cerca de la famosa ciudad
de Nippur, al sur de Babilonia (cap. 1: 1-3). La afirmación de que ese 5.º año del
cautiverio también era el "año treinta", resulta enigmática. Se cree que el profeta
hace referencia a su propia edad o a los 30 años transcurridos desde la reforma que
ocurrió durante el 18 º Año de Josías.

Varios de los mensajes del profeta llevan fecha exacta, y el último de esos
mensajes proféticos que llevan fecha fue recibido en el año 27 del cautiverio de
Ezequiel (cap. 29: 17), 571/70. Esto le atribuye a Ezequiel un ministerio de por lo
menos 22 años, desde 593/92 hasta 571/70. Sin embargo, es posible que algunas
de sus profecías que no tienen fecha hubieran sido dadas posteriormente. Por lo
tanto, no es preciso considerar que el año 571/70 fue necesariamente el último de
su ministerio.

DANIEL

Daniel fue llevado a Babilonia en el año 605 a. C., durante el año de la


ascensión al trono de Nabucodonosor. Pero fue sólo en el tercer año de su
cautiverio, el 2º del reinado de Nabucodonosor, cuando el joven Daniel presentó las
primeras pruebas de su vocación profético (cap. 1: 5, 17; 2: 1, 19). Por lo tanto,
puede considerarse que el ministerio profético de Daniel comenzó en el año 603.

Por algún tiempo ocupó un encumbrado puesto en el gobierno de


Nabucodonosor (cap. 2: 48), y se convirtió en un consejero digno de confianza del
gran rey. Al parecer, durante los años de los sucesores de Nabucodonosor, sus
servicios no fueron requeridos; sin embargo, aparece otra vez desempeñando un
papel importante en la noche de la caída de Babilonia, cuando interpretó la
misteriosa escritura de la pared (cap. 5). Poco después de esto, una vez más fue
ascendido a un elevado puesto de honor y responsabilidad en el recién formado
Imperio Persa (cap. 6).

Todas las visiones de Daniel que se registran en los capítulos 7 al 12 fueron


recibidas en los últimos años de su vida: la primera de ellas (cap. 7) en el 1er año
de Belsasar (552 o quizá más tarde), y la última (cap. 10-12) en el 3er año de Ciro
(536/35 a. C.). Quizá fue en esta ocasión, siendo Daniel ya casi de 90 años, cuando
se le mandó cerrar el libro y sellarlo (cap. 12: 4, 13). Por estas razones puede
ubicarse el extenso ministerio profético de Daniel aproximadamente desde el año
603 hasta el 535 a. C.

OSEAS

El profeta Oseas era ciudadano del reino del norte de Israel, cuyo
gobernante, Jeroboam II, es llamado por el profeta "nuestro rey" (cap. 1: 1; 7: 5). Al
compararse algunas de sus profecías con las de Amós, se nota que Oseas fue
contemporáneo de aquél, aunque algo más joven (cf. Ose. 4: 3 con Amós 8: 8; Ose.
4: 15 con Amós 5: 5; y Ose. 8: 14 con Amós 2: 5). Comenzó su ministerio durante
el reinado de Uzías, rey de Judá, y Jeroboam II, rey de Israel (cap. 1: 1), y continuó
hasta el tiempo de Ezequías, rey de Judá (cap. 1: 1). Sin embargo, todos sus
mensajes están dirigidos a la nación del norte.

El libro no menciona la caída de Samaria que acaeció en 723/22 a. C.; por lo


tanto, puede deducirse que el último mensaje del profeta fue dado antes de la
destrucción de Samaria. Por esto puede ubicarse su ministerio desde más o menos
el año 755 o antes, hasta aproximadamente el año 725 a. C.

JOEL

Nada se sabe del profeta Joel, excepto que era hijo de Petuel (cap. 1: 1). Su
libro se caracteriza por el hábil empleo del idioma, una sintaxis bien equilibrada y
una poesía vivaz e impresionante. Pero el libro no contiene ninguna indicación clara
del tiempo de la actuación del profeta. Es imposible ubicar cronológicamente la
devastadora plaga de langostas tan vívidamente descrita por el profeta, comparada
con los terrores del día venidero del castigo. Los eruditos sostienen opiniones muy
dispares en cuanto a la fecha del ministerio de Joel. La generación más antigua lo
sitúa en el siglo IX a. C., mientras que la mayoría de los comentadores modernos lo
colocan 23 en tiempos del rey Josías o en el período postexílico. Puesto que no
existe ninguna evidencia decisiva en favor de ninguna de estas posiciones, aquí se
presentan las tres:

1.- Joel vivió en el siglo IX.-

Los grandes imperios de Asiria y Babilonia no aparecen en el horizonte del


profeta; por lo tanto, parece haber actuado antes de que Asiria tuviera que ver con
los asuntos palestinos. Puesto que las hostilidades de los pueblos paganos contra
Judá (cap. 3: 4 en adelante) parecen referirse a las que se registran en 2 Rey. 8:
20-22 y 2 Crón. 21: 8-10, 16, y nada se indica en cuanto a las dificultades
ocasionadas por Hazael (2 Rey. 12: 17- 18; y 2 Crón. 24: 23-24), se ha llegado a la
conclusión de que Joel dio sus mensajes en el período comprendido entre estos dos
acontecimientos. Además, se piensa que el ministerio de Joel ocurrió durante los
años cuando el sumo sacerdote Joiada actuó como regente de Joás, el niño rey (2
Rey. 11: 17 a 12: 2), lo cual explicaría por qué no aparece el rey en ninguna parte
del libro, pero sí se habla de un floreciente culto en el templo.

2. Joel actuó en el siglo VII.-

Esta posición afirma que el ministerio de Joel parece coincidir con los
primeros años de Josías, cuando el poderío asirio se estaba acercando a su fin y
Babilonia era todavía un reino débil. Por esto el profeta no menciona a ninguno de
estos dos reinos. Puesto que Josías ascendió al trono siendo niño, sin duda reinó
bajo un regente, lo que explicaría por qué Joel no menciona a ningún rey. Además,
el hecho de que los habitantes de Tiro y Sidón no aparecen como enemigos de Judá
hasta las últimas décadas de su historia, entre tanto que en el libro de Joel figuran
como enemigos de Judá, también parece indicar que el profeta actuó cerca del fin
del reino de Judá. A esto puede añadirse la mención de los griegos (cap. 3:6),
quienes difícilmente figuraron en la historia del Cercano Oriente antes del siglo VII.
Por estas razones, este Comentario ha adoptado la posición de que Joel actuó en
el siglo VII, aunque no hay una evidencia decisiva de que ésta sea la única posición
aceptable.

3. Joel actuó después del exilio.-

Algunos comentadores han entendido que, puesto que Joel no menciona a


ningún rey de Judá, ni de Asiria, ni de Babilonia, y hace referencia a la hostilidad de
Tiro y Sidón y menciona a los griegos, deben ubicar el libro después del exilio. Pero
es necesario notar que no se hace ninguna referencia a Persia, lo cual podría
esperarse en un libro de origen tan tardío. Este hecho debilita el argumento en favor
de una fecha post exílica para Joel.

AMÓS

Amós se presenta ante sus lectores como "uno de los pastores", "boyero"
que también recogía "higos silvestres" (cap. 1: 1; 7: 14). En la introducción de su
libro afirma que actuó durante los reinados de Uzías de Judá, y Jeroboam II de
Israel. Puesto que éstos son los dos únicos reyes mencionados, puede entenderse
que Amós profetizó durante el tiempo cuando ambos eran reyes exclusivos en sus
reinos respectivos. Uzías reinó solo en Judá de 767 a 750, y Jeroboam en Israel de
782 a 753; por lo tanto, el ministerio de Amós puede haber ocurrido entre los años
767 y 753 a. C. A pesar de que se menciona que recibió su primer mensaje de parte
de Dios "dos años antes del terremoto" (cap. 1: 1), es imposible situar su ministerio
con mayor precisión, pues se desconoce la fecha del terremoto. Sin embargo, este
sismo debe haber sido muy fuerte, pues lo recuerdan los que vivieron 250 años más
tarde, según lo demuestra Zac. 14: 5.

Este profeta fue ciudadano de Judá, pero también fue portavoz de mensajes
para el reino de Israel. Varios de sus mensajes fueron dirigidos contra naciones
extranjeras. Fue a Bet-el, ciudad santuario del reino del norte, para pronunciar allí
24 mensajes proféticos de advertencia, reprensión y castigo para Israel.

ABDÍAS

El breve libro de Abdías, que consta sólo de 21 versículos, no lleva fecha, y


su ubicación cronológica no es segura. La profecía de Abdías, dirigida contra Edom,
presupone que había ocurrido recientemente un saqueo de la ciudad de Jerusalén,
en el cual muchos judíos habían sido llevados cautivos. Algunos creen que el profeta
se refiere a la conquista de Jerusalén en tiempos del rey Joram (2 Rey. 8: 20-22; 2
Crón. 21: 8-10, 16-17), en el siglo IX. Otros creen que el profeta se refiere a la
destrucción de Jerusalén a manos de Nabucodonosor en 586 a. C. El hecho de que
algunas de las palabras empleadas por Abdías también se encuentren en Jeremías
(Jer. 49: 14, 16) y Joel (Joel 1: 15;) difícilmente puede servir como una evidencia
para establecer una fecha más antigua o más reciente. Por lo tanto, aquí se adopta
la fecha más reciente, sin que por ello se considere que es un error ubicarlo en un
tiempo más antiguo.

JONÁS
El profeta Jonás era galileo, de Gat-hefer. En su libro no aparece ningún
elemento decisivo para identificar la fecha de su misión a Nínive. Sin embargo, en
2 Rey. 14: 25 se afirma que Jonás también profetizó acerca de la expansión de
Israel y que esa profecía se cumplió en el tiempo de Jeroboam II. Esta profecía debe
haber sido dada antes de que Jeroboam fuera rey (aproximadamente 793 a. C.) o
en los primeros años de su reinado; por lo tanto, es probable que Jonás haya sido
el primero entre los profetas que se estudian ahora.

Esa fecha tan antigua para el ministerio de Jonás -en torno de 790 a. C.-
coincide bien dentro de la historia asiria. El único período en el cual parece calzar
la misión de Jonás a Nínive, con los resultados conocidos, es en el reinado de
Adadnirari III (810-782). Durante el reinado de éste, Asiria dejó su religión politeísta
por un corto tiempo, y abrazó un culto más o menos monoteísta dedicado a Nabu.

MIQUEAS

Miqueas era oriundo de Moreset-gat (cap. 1: 1, 14), probablemente lo que


hoy corresponde con Tell el-Yudeidah en la parte sudoeste de Judá. No debe
confundirse al profeta Miqueas con Micaías, hijo de Imla, profeta de Israel en
tiempos de Acab (siglo IX a. C.). Algunos antiguos comentadores procuraron
demostrar que se trataba de una misma persona, debido al empleo que hacen
ambos de frases similares (Miq. 1: 2; cf. 1 Rey. 22: 28). Sin embargo, los datos
cronológicos presentados por Miqueas se oponen a esta identificación, y
demuestran que medió al menos un siglo entre los dos.

Miqueas afirma que su ministerio se efectuó en tiempos de Jotam, Acaz y


Ezequías (cap. 1: 1). Puesto que Jotam pasó a ser soberano único después de la
muerte de su padre Uzías en 740/39, sin duda debe ubicarse la fecha del comienzo
del ministerio de Miqueas después de ese año. Por lo tanto, se ve que fue
contemporáneo de Isaías, aunque algo menor que éste. El vocabulario y la
terminología de Miqueas tienen mucho parecido con los de Isaías (Miq. 4: 1-4; cf.
Isa. 2: 2-4). Jeremías, al citar a Miqueas (Jer. 26: 18; Miq. 3: 12) afirma que éste
actuó durante el reinado de Ezequías. Todo esto lleva a la conclusión de que
Miqueas profetizó desde el año 740 al 700 a. C., aproximadamente.

NAHÚM

Se dice que Nahúm era de Elcos (cap. 1: 1), pero Elcos no figura como
nombre geográfico en ninguna otra parte de la Biblia. Algunos han procurado
identificarlo con Elkesi, en Galilea, con Alkush en Asiria y con una aldea próxima a
Eluterópolis en Judá. Sin embargo, no hay duda de que vivió y trabajó en el reino
del sur y que su principal profecía estaba dirigida en general, contra Asiria, y contra
Nínive en particular.

No se dan datos cronológicos, pero el profeta habla de la caída de Tebas


(cap. 3: 8) como un acontecimiento pasado. Esta ciudad, capital del alto Egipto,
generalmente conocida por su nombre griego de Tebas, fue destruida por el rey
Asurbanipal en 663 a. C. Esto proporciona una fecha límite para la antigüedad de la
profecía de Nahúm. Por otra parte, se describe la destrucción de Nínive como un
acontecimiento futuro (cap. 3: 7). La ciudad de Nínive, capital de Asiria, fue tomada
y destruida por las fuerzas combinadas de Media y Babilonia en el año 612 a. C.,
por lo cual ésta sería la fecha menos antigua posible para el libro de Nahúm. La
descripción gráfica que da el profeta de la catástrofe ocurrida en Tebas deja la
impresión de que el acontecimiento estaba todavía fresco en el recuerdo del pueblo.
Si bien el poderío de Asiria estaba decreciendo, todavía no estaba cerca de su fin.
Por lo tanto, se toma el año 640 a. C., a mitad de camino entre las dos fechas límites,
o sea la destrucción de Tebas y la caída de Nínive, como una fecha conjetural
razonable para el ministerio profético de Nahúm.

HABACUC

Fuera de su nombre, nada se sabe del profeta Habacuc. Es posible que


hubiera sido cantor en el templo, puesto que su tercer capítulo está dedicado "al
jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas" (cap. 3: 19). Aunque no se
encuentran datos cronológicos en el libro, ciertas declaraciones permiten ubicar con
bastante aproximación las profecías de Habacuc. Se menciona que el templo
todavía existe (cap. 2: 20), lo que indica que el libro fue escrito antes de que
Nabucodonosor destruyera la ciudad de Jerusalén en 586 a. C. Además, se predice
el surgimiento de los caldeos y su invasión del occidente, pero en ese tiempo esto
parecía algo increíble (cap. 1: 5-7). Esta situación coincide mejor con el tiempo
anterior al surgimiento del imperio caldeo en tiempo de Nabopolasar, quien
comenzó a reinar en 626/25 a. C., y que, junto con los medos, ocasionó la
destrucción de Asiria. Parecería apropiado asignarle al período de la actividad
profética de Habacuc una fecha alrededor de 630 a. C., antes de que los caldeos
llegaran a ser una potencia de cierta importancia.

SOFONÍAS

El profeta Sofonías hace remontar su genealogía a un Ezequías, quizá el rey


de Judá de este nombre. Afirma que ministró en tiempo del rey Josías (cap. 1: 1),
quien reinó de 640 a 609 a. C. Habla de la destrucción de Nínive, ocurrida en 612
a. C., como de un suceso futuro, lo que indicaría que escribió antes de esa fecha.
Además, la repetida mención de la impiedad de Judá, descrita como enorme en su
día (cf. cap. 1: 4-6, 8-9, 12; 3: 1-3, 7), parece referirse a la época anterior a la reforma
de Josías, la cual comenzó en 623/22. Estas consideraciones parecen colocar a
Sofonías en los primeros años del reinado de Josías, quizá alrededor de 630 a. C.,
como contemporáneo de Habacuc.

HAGEO

La reanudación de la reconstrucción del templo en tiempos de Darío I,


después de que la obra había sido abandonada por algún tiempo (Esd. 4: 24; 5: 1),
se debió al valiente ministerio de Hageo. El libro de Hageo contiene cuatro
discursos, cada uno de los cuales lleva una fecha precisa, con día, mes y año del
reinado de Darío. La secuencia del libro de Hageo indicaría que todo su ministerio
conocido no duró más de 3 meses y medio, y que comenzó (cap. 1: 1) el 29 de
agosto de 520 a. C., y se extendió, de acuerdo con sus dos últimos discursos
registrados (cap. 2: 10, 20), hasta el 18 de diciembre de 520. De todas las fechas
de los profetas, la de Hageo es la que puede darse con mayor precisión.

ZACARÍAS

Zacarías quizá perteneció a una familia sacerdotal (cap. 1: 1; cf. Neh. 12:
12,16). Recibió su llamamiento entre octubre y noviembre de 520 a. C., en el mismo
año en que aparece Hageo por primera vez (cap. 1: 1). Algunos meses más tarde
se dieron varias otras profecías (Zac. 1: 7 a 6: 15). Luego se nota una pausa de casi
dos años en su actividad, al cabo de los cuales Zacarías recibió otro mensaje divino
registrado en los cap. 7 y 8. Los otros mensajes y profecías, registrados en los cap.
9-14, no llevan fecha, por lo cual no es posible fijar la duración total del ministerio
de Zacarías. Si bien se sabe que comenzó su obra en 520, y que siguió hasta 518
a. C., no puede asignarse una fecha definitiva para el fin de su ministerio profético.
Algunos eruditos ubican la terminación de su ministerio en el año 510; pero tal vez
actuó durante un tiempo más prolongado, y quizá los cap. 9- 14 se escribieron
mucho más tarde.

MALAQUÍAS

Como Malaquías significa "mi mensajero", no se sabe si éste es el nombre


del autor del libro o simplemente se trata de un autor anónimo. Si se trata de esto
último, sería éste el único de los libros proféticos del AT escrito en forma anónima.
Sin embargo, no hay una razón válida por la cual no deba considerarse a Malaquías
como un nombre propio.

Malaquías es el último en la secuencia de los profetas, y su libro también es


el último libro profético escrito en la era precristiana. Sus mensajes muestran que
fue escrito después del reino de Judá, cuando el país era regido por un gobernador
(cap. 1: 8), o sea durante el período persa. Evidentemente, el templo había sido
reconstruido, pues se ofrecían sacrificios en forma regular en el tiempo de las
actividades del profeta (cap. 1: 7-10) .Los abusos que Malaquías reprocha son
mayormente los mismos que Nehemías encontró al regresar a Jerusalén para iniciar
su segundo período de gobierno (Mal. 3: 8-9).
Desafortunadamente no puede situarse con exactitud el segundo período del
gobierno de Nehemías, por lo que resulta un tanto difícil ubicar el libro de Malaquías.
El primer período del gobierno de Nehemías fue de 444 a 432 a. C. (cap. 5: 14),
después de lo cual fue llamado a regresar a Persia. Allí pasó un número no
determinado de años antes de que volviera a Judea y descubriera los abusos
descritos en el cap. 13. Las vigorosas medidas tomadas por el gobernador pronto
remediaron la situación que encontró allí. Esto hace pensar que la obra de
Malaquías pudo haber sido posterior al primer período de Nehemías como
gobernador, pero anterior a su regreso a Jerusalén desde la capital persa. Por esto
probablemente pueda asignarse al libro una fecha alrededor de 425 a. C.
LIBRO: ISAIAS

AUTOR: Isaías

DESTINATARIO: La nación de Judá pero también todas las naciones vecinas.

FECHA: 700 – 680 a.C.

TEMA: Juicio y Salvación.

PROPÓSITO: Hacer un llamado para que Judá regrese a Dios y hablar de la


salvación a través del Mesías.

MARCO HISTÓRICO:

Isaías profetizó en el período más crucial de la historia de Judá e Israel. Tanto


el reino del sur como el del norte habían disfrutado casi cincuenta años de creciente
prosperidad y poder. Israel, gobernada por Jeroboam y otros seis reyes menores,
había sucumbido a las prácticas del culto pagano; Judá, bajo Uzías, Jotam y
Ezequías, había mantenido cierta fidelidad formal a la ortodoxia, pero gradualmente
habían caído en una seria declinación moral y espiritual (3.8–26). Se toleraba la
existencia de lugares secretos de adoración pagana; los ricos oprimían a los pobres;
las mujeres descuidaban a sus familias buscando los placeres de la carne; muchos
sacerdotes y profetas se entregaron a las borracheras y a los placeres (5.7–12, 18–
23; 22.12–14). Aun cuando Judá experimentó un breve renacimiento espiritual bajo
el rey Josías (640–609 a.C.), Isaías comprendía muy bien que el pacto registrado
por Moisés en Deuteronomio 30.11–20 había sido de tal manera violado, que Judá
se enfrentaba inevitablemente al castigo y a la cautividad, como ocurrió en el caso
de Israel.

Isaías inició su ministerio aproximadamente en la misma época de la


fundación de Roma y los primeros juegos olímpicos de los griegos. Las futuras
potencias europeas aún no estaban en condiciones para lanzarse a la conquista de
lejanas tierras, pero varios imperios asiáticos se proyectaban más allá de sus
fronteras.

Particularmente Asiria estaba interesada en expandirse hacia el sur y el


oeste. El profeta, buen conocedor de la situación internacional, sabía que el conflicto
era inminente. Asiria se apoderó de Samaria en el 721 a.C.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Más Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo
de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados» (53.5).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Isaías, sus dos hijos Sear-jasub y Maher-salal-hasbaz.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

El libro de Isaías contiene tanto prosa como poesía y utiliza personificaciones


(atribución de cualidades personales a seres divinos o a objetos inanimados).
Además, muchas de las profecías que aparecen en Isaías contienen predicciones
que hablan al mismo tiempo de un acontecimiento que pronto sucedería y otro que
sucedería en un futuro lejano.

RESUMEN:

El libro de Isaías es el primero de los libros de los profetas en la Biblia. A Isaías, el


autor, se le considera generalmente como el más grande de los profetas. Creció en
un hogar aristocrático y se casó con una profetisa. Al inicio de su ministerio era bien
apreciado. Pero, al igual que la mayoría de los profetas, pronto perdió su
popularidad debido a que sus mensajes eran muy difíciles de escuchar. Hacía
llamados a que la gente se apartara de sus pecados y les advertía del juicio y del
castigo de Dios. Isaías tuvo un ministerio activo durante sesenta años antes de que
lo mataran durante el reinado de Manasés (según la tradición). Como mensajero
especial de Dios para Judá, Isaías profetizó durante el período de varios reyes y
muchos de esos mensajes aparecen en su libro: Uzías y Jotam, capítulos 1–6; Acaz,
capítulos 7–14; y Ezequías, capítulos 15–39.

La primera parte del libro de Isaías (capítulos 1–39) contiene denuncias y


pronunciamientos severos al hacer un llamado para que Judá, Israel y las naciones
vecinas se arrepintieran de sus pecados. Sin embargo, los últimos veintisiete
capítulos (40–66) están llenos de mensajes de consolación y esperanza en los que
Isaías revela la promesa de Dios de bendecirlos un día a través del Mesías.

A medida que lea Isaías, imagine a este hombre de Dios fuerte y valiente que
proclama sin temor la Palabra de Dios, y escuche su mensaje en relación a su propia
vida: regrese, arrepiéntase y sea renovado. Luego confíe en la redención de Dios
mediante Cristo y regocíjese. ¡Su Salvador ya vino y volverá otra vez!

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Primera sección (1.1–39.8)

a. Mensajes sobre Jerusalén y Judá (1.1–5.30)

b. El "Libro del Emanuel" (6.1–12.6)

c. Mensajes sobre las naciones extranjeras (13.1–23.18)

d. Apocalipsis de Isaías (24.1–27.13)

e. Juicios diversos sobre Judá e Israel (28.1–35.10)

f. Episodios de la historia de Ezequías (36.1–39.8)

2. Segunda sección: mensaje de consuelo a Israel (40.1–55.13)

3. Tercera sección: mensaje de los repatriados (56.1-66.24)

REFERENCIAS PROFETICAS
El capítulo 53 de Isaías describe la venida del Mesías y el sufrimiento que Él
soportaría con el fin de pagar por nuestros pecados. En Su soberanía, Dios orquestó
cada detalle de la crucifixión para cumplir cada profecía de este capítulo, así como
otras profecías mesiánicas del Antiguo Testamento. La imagen del capítulo 53 es
conmovedora y profética, y contiene un cuadro completo del Evangelio. Jesús fue
despreciado y rechazado (v.3; Lucas 13:34; Juan 1:10-11), azotado por Dios (v.4;
Mateo 27:46), y herido por nuestras rebeliones (v.5; Juan 19:34; 1 Pedro 2:24). Por
medio de Su sufrimiento, Él pagó el castigo que nosotros merecíamos y se convirtió
por nosotros en el último y perfecto sacrificio (v.5; Hebreos 10:10). Aunque Él fue
sin pecado, Dios puso en Él nuestro pecado, y nosotros fuimos hechos justicia de
Dios en Él (2 Corintios 5:21).

PUNTOS RESALTANTES:

Predicción del nacimiento de Jesús - Isaías 7:14

Enfermedad y recuperación de Ezequías - Isaías 38

Descripción del siervo sufriente - Isaías 49 – 57

Profecía de la muerte de Cristo en la cruz - Isaías 53

El lobo y el cordero apacentados juntos - Isaías 66:25

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿Por qué dijo Israel “mi camino ha sido ocultado de Jehová, y el que se me haga
justicia elude a mi Dios”? (40:27-28).

2· ¿Qué sentido tenía la palabra "santidad" para los judíos?

· ¿En qué manera fallaban los judíos en mantener la santidad delante de Dios?

· ¿Por qué era costumbre de las naciones llevarse a los dioses de los templos de
las naciones conquistadas?
· El Siervo Sufriente era el _____________________ Israel.

· Isaías hizo referencia a otros siervos usados en el plan de Dios. Nombre dos
ejemplos más.
LIBRO: JEREMÍAS

AUTOR: Jeremías.

DESTINATARIO: A Judá (el reino del sur) y su ciudad capital, Jerusalén.

FECHA: 585 – 580 a.C.

TEMA: El juicio ineludible de Dios sobre Judá.

PROPÓSITO:

Jeremías registra las profecías finales a Judá, advirtiéndoles de la destrucción por


venir, si la nación no se arrepiente. Jeremías hace un llamado a la nación para
volverse a Dios. Al mismo tiempo, Jeremías reconoce la inevitable destrucción de
Judá, debido a su no arrepentida idolatría e inmoralidad.

MARCO HISTÓRICO:

Jeremías comenzó su ministerio en el reinado de Josías, un buen monarca que


logró posponer temporalmente el juicio anunciado por Dios a causa del execrable
gobierno de Manasés. Los acontecimientos se precipitaban en el Medio Oriente.
Josías había iniciado una reforma que incluía la destrucción de los «lugares altos»
dedicados al culto pagano en toda Judá y Samaria. La reforma, sin embargo, tuvo
pequeños efectos permanentes sobre el pueblo. Asurbanipal, el último gran rey
asirio, murió en el 627 a.C., Asiria se debilitaba, Josías expandía sus territorios hacia
el norte, y Babilonia bajo Nabopolasar, y Egipto bajo Necao, trataban de imponer su
hegemonía a Judá.

En el 609 a.C. Josías fue muerto en Meguido cuando intentó impedir que el Faraón
Necao fuera en auxilio del remanente asirio. Tres hijos de Josías (Joacaz, Joacim y
Sedequías) y un nieto (Joaquín) le sucedieron en el trono. Jeremías vio lo errado de
la política de estos reyes y les habló del plan de Dios para Judá, pero ninguno de
ellos escuchó sus advertencias. Joacim asumió una actitud abiertamente hostil
contra Jeremías y destruyó uno de los manuscritos que éste le envió rasgando el
texto y lanzando los pedazos al fuego. Sedequías se comportó como un gobernante
débil y vacilante que a veces solicitaba los consejos de Jeremías, pero en otras
ocasiones permitía a sus enemigos que lo maltrataran y lo enviaran a prisión.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues y ve cuán malo
y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el
Señor, Jehová de los ejércitos» (2.19).

PERSONAJES PRINCIPALES: Los reyes de Judá (antes enumerados), Baruc,


Ebed-melec, el rey Nabucodonosor, los recabitas.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Este libro es una combinación de historia, poesía y biografía. Jeremías a menudo


utiliza el simbolismo para comunicar su mensaje.

RESUMEN:

El libro consiste fundamentalmente en una breve introducción (1.1–3), una colección


de oráculos contra Judá y Jerusalén, que Jeremías dictó a su escriba Baruc (1.4–
20.18); oráculos contra naciones vecinas (25.15–38; caps. 46–51), acontecimientos
referidos a Jeremías utilizando la tercera persona, probablemente por Baruc (caps.
26–45), y un apéndice histórico (cap. 52), casi idéntico a 2 Reyes 24 y 25. Las
profecías del libro no aparecen en orden cronológico.

Jeremías tenía un corazón compasivo por su pueblo y oraba por él cuando el Señor
le dijo que no lo hiciera. Pero condenó a los gobernantes, los sacerdotes y a los
falsos profetas que extraviaban al pueblo. También condenó la idolatría de la gente
y anunció el juicio que enfrentarían de no arrepentirse. Como conocía las
intenciones de Dios, favoreció la rendición ante Babilonia y recomendó a aquellos
que ya se encontraban en el exilio que se establecieran y vivieran normalmente.
Fue acusado de traidor por muchos debido a su mensaje. Sin embargo, Jeremías
atesoraba en su corazón lo mejor para su pueblo. Sabía que si no respetaba su
pacto con Dios, la nación sería destruida. Dios también estaba interesado en las
personas y en su relación con Él. Como Ezequiel, el Señor recalca la
responsabilidad individual.

Jeremías era sólo un joven cuando fue llamado para llevar a su pueblo un severo
mensaje de condenación. Trató de eludir esta encomienda, pero no pudo
permanecer en silencio. El pueblo llegó a corromperse tanto bajo Manasés que Dios
debió desintegrar la nación. Derrotado y conducido al exilio, tuvo que reflexionar
sobre lo que había acontecido y sobre sus causas. Entonces, tras la
correspondiente sanción y arrepentimiento, Dios traería un remanente de regreso a
Judá, castigaría a las naciones que los habían castigado, y cumpliría sus viejos
pactos con Israel, David y los levitas. Les daría un nuevo pacto y escribiría sus leyes
en sus corazones. El trono de David sería restablecido y sacerdotes fieles le
servirían.

Los oráculos contra las naciones vecinas ilustran la soberanía de Dios sobre todo
el mundo. Todas las naciones le pertenecen y deben rendirle cuenta.

ESQUEMA DEL CONTENIDO

1. Mensajes contra Judá y Jerusalén (1.1–25.38)

2. Relatos autobiográficos y anuncios de salvación (26.1–45.5)

3. Mensajes contra las naciones paganas (46.1–51.64)

4. Apéndice: la caída de Jerusalén (52.1–34)

REFERENCIAS PROFETICAS.

Jeremías 23:5-6 presenta una profecía de la venida del Mesías, Jesucristo. El


profeta Lo describe como un Renuevo de la casa de David (v.5; Mateo 1), el Rey
que reinaría en sabiduría y justicia (v.5, Apocalipsis 11:15). Es Cristo, quien
finalmente será reconocido por Israel como su Mesías verdadero, como el que
proporcionará la salvación para Sus escogidos. (v.6; Romanos 11:26)

PUNTOS RESALTANTES:

- El renuevo de David – Jeremías 23:5-6


- Predicción de los setenta (70) años de cautividad – Jeremías 25:11-12
- El tiempo de angustia para Jacob – Jeremías 30:7
- El nuevo pacto – Jeremías 31:33
- Profecías contra las naciones – Jeremías 46-51

PREGUNTAS DE REPASO:

Nombre los tres (3) mensajes alegóricos del profeta Jeremías.


¿Cuáles son los dos grupos que se opusieron a Jeremías?
- . ¿Cuáles son los dos grupos que defendieron a Jeremías?
- . ¿Qué consejo dio a los cautivos?
- . ¿Qué le sucedió al profeta luego de la caída de Jerusalén
- . ¿Cuál fue la base para la esperanza de Jeremías en situaciones con tan
pocas esperanza (ver caps.32 o 42)?
LIBRO: LAMENTACIONES

AUTOR: Jeremías

DESTINATARIO: A Judá (el reino del sur) y su ciudad capital, Jerusalén.

FECHA: 586 – 585 a.C.

TEMA: La tristeza presente y la esperanza futura.

PROPÓSITO:

Enseñar al pueblo que desobecer a Dios provoca el desastre, y mostrar que Él sufre
cuando su pueblo sufre.

MARCO HISTÓRICO:

Los judíos se percibían a sí mismos como pueblo escogido por Dios. Como tales,
estaban conscientes de que solamente experimentarían cosas buenas. Dios había
establecido pactos de bendiciones con ellos, pero estaban sujetos a condiciones.
La abierta desobediencia traería consigo el reemplazo de las bendiciones
prometidas por el merecido castigo. Varias generaciones de desobedientes
israelitas podrían quedar entonces excluidas de las bendiciones.

Los libros 2 Reyes y 2 Crónicas describen la decadencia moral del reino de Judá (a
pesar de las advertencias proféticas), que les conduciría a su derrota y cautiverio
(véase 2.17). Cuando el rey Sedequías se rebeló contra los babilonios, a quienes
Judá estaba sometida, Nabucodonosor atacó a Jerusalén (2 R 24.20). Mientras la
sitiaba, la gente moría de hambre en su interior. Cuando se abrió paso a través de
los muros que la protegían, Sedequías y sus soldados se las arreglaron para
escapar (2 R 25.4). Pero pronto fueron capturados. Nabuzaradán, oficial de
Nabucodonosor, destruyó la mayor parte de la ciudad, quemó el templo, y se llevó
a la gente a la cautividad, menos a los más pobres (2 R 25.8–12).
Los poemas de este libro parecen haber sido compuestos durante y después de
que estas cosas ocurrieran. Estos poemas son especialmente desgarradores
cuando contrastan las antiguas bendiciones y poderío de Judá con el caos y los
sufrimientos que el pecado les había ocasionado (véase la nota 1.7). El pueblo
escogido y favorecido lo había perdido todo y estaba en una situación desesperada.
Todo lo valioso había sido destruido. Pero los poemas también describen el
ministerio de Jeremías, enviado otra vez como profeta para hablar de las nuevas
circunstancias que enfrentaba el pueblo de Dios. Este le ayudó a expresar su pena
y lo consoló en medio de ella. También lo alentó a pensar que la mano de Dios
estaba tras aquel castigo y lo ayudó a someterse con actitud penitente al merecido
juicio divino, hasta que éste pasara (3.28–33). Sólo cuando el pueblo se humillara
enteramente se podría pensar en una restauración.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se conmovieron mis entrañas, mi hígado se


derramó por tierra a causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo. Cuando
desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad» (2.11).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Jeremías, el pueblo de Jerusalén.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Tres ramas del pensamiento hebreo se agrupan en Lamentaciones: la profecía, el


ritual y la sabiduría. Lamentaciones se escribió con el ritmo y el estilo de los antiguos
cánticos o cantos fúnebres judíos. Contiene cinco poemas que corresponden a los
cinco capítulos

RESUMEN:

Lamentaciones se compuso como un típico poema del mundo antiguo. Jeremías ya


había escrito algunos (véanse Jer 7.29; 9.10, 19), y lo mismo hicieron otros profetas.
Véanse Ezequiel 19.1–14; Amós 5.1–3. Pero este libro contiene el más largo y mejor
conocido de tales poemas. Hay cinco poemas. Los primeros cuatro son acrósticos
o poemas en los cuales cada verso comienza sucesivamente con una letra del
alfabeto hebreo. Probablemente, en aquellos días se les consideraba como un logro
artístico relevante. Cierto número de salmos son acrósticos. Véanse los Salmos 25,
34, 37 y 119. Esta estructura debe haber ayudado a su memorización, pero también
parece indicar que el poeta expresaba todo lo que sentía, desde Alef a Tau o, como
diríamos hoy, de la A a la Z. Este urgaba en las penas, el dolor y los temores, y
abría su corazón completamente tanto al hombre como a Dios.

El quinto poema no es un acróstico, quizás porque es una oración personal, lo cual


hizo que su contenido no se adaptara a esa modalidad literaria.

En el material del libro, como un todo, no hay mucho orden temático, excepción
hecha de un posible clímax en el capítulo 3 y una conclusión progresiva en los dos
capítulos finales. Pero así es, después de todo, la naturaleza del dolor, que arrecia
y se alivia, va y viene inesperadamente.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. El primer lamento: la desolación de Jerusalén (1)


2. El segundo lamento: la ira de Dios ante el pecado (2)
3. El tercer lamento: esperanza en medio de la aflicción (3)
4. El cuarto lamento: la ira de Dios detallada (4).
5. El quinto lamento: una oración por la restauración (5).

REFERENCIA PROFETICA:

Jeremías fue conocido como “el profeta llorón” por su profunda y permanente pasión
por su pueblo y su ciudad (Lamentaciones 3:48-49). Este mismo dolor por los
pecados del pueblo y su rechazo de Dios, fue expresado por Jesús, mientras se
aproximaba a Jerusalén y veía a futuro su destrucción a manos de los romanos
(Lucas 19:41-44). A causa del rechazo de los judíos a su Mesías, Dios usó el asedio
romano para castigar a Su pueblo. Pero Dios no disfruta el tener que castigar a Sus
hijos y Su oferta de Jesucristo como una expiación por el pecado, muestra Su gran
compasión por su pueblo. Un día, por Cristo, Dios secará todas las lágrimas
(Apocalipsis 7:1)

PUNTOS RESALTANTES:

1.- El anuncio de la desolación de Jerusalén.

2.-Lamentaciones de Jeremías por la miseria de Jerusalén.

3.- Recordatorio de la fidelidad y la misericordia de Dios.

4.- Descripción del cerco de Jerusalén

5.- Jeremías suplica por la restauración.

PREGUNTAS DE REPASO

1. ¿Por qué es apropiado el título del libro de Lamentaciones?


2. ¿En qué grupos y lugares se ha colocado a Lamentaciones en la Biblia?
3. . ¿Qué prueba hay de que Jeremías lo escribió?
4. . ¿Mediante qué razonamiento determinamos cuándo se escribió?
5. ¿Qué es interesante respecto al estilo y la construcción de
Lamentaciones?
6. . ¿Qué desconsuelo expresa Jeremías, pero qué esperanza
permanece?
7. . ¿Qué desolación se describe en el primer poema, pero cómo se
expresa Jerusalén personificada?
8. a) ¿De quién le ha venido calamidad a Jerusalén? b) ¿Qué dice
Jeremías del escarnio que se acumula sobre ella y de las circunstancias
terribles de la ciudad?
9. . Como base de esperanza, ¿qué cualidades de Dios menciona
Jeremías?
10. . ¿De qué maneras se ha derramado sobre Sion la cólera ardiente de
Jehová, y por qué?
11. . ¿Qué solicitud humilde se hace en el quinto poema?
12. . ¿Qué confianza expresa Lamentaciones, pero por qué es provechoso
al mostrar la severidad de Dios?
13. . ¿De qué advertencias y profecías divinas muestra Lamentaciones el
cumplimiento, y cómo enlaza el libro con otros escritos inspirados?
14. . ¿A qué “días nuevos” señala Lamentaciones?
LIBRO: EZEQUIEL

AUTOR: Ezequiel.

DESTINATARIO: Los judíos en el cautiverio de Babilonia y el pueblo de Dios en


todas partes.

FECHA: 590 – 570 a.C.

TEMA: Destrucción y restauración de Jerusalén

PROPÓSITO:

Anunciar el castigo de Dios sobre Israel y otras naciones y predecir la salvación final
para el pueblo de Dios.

MARCO HISTÓRICO:

Ezequiel era un joven contemporáneo de Jeremías. Mientras Jeremías ministraba


al pueblo que todavía permanecía en Judá, Ezequiel profetizaba ante aquellos que
ya se encontraban en el destierro en Babilonia después de la derrota de Joaquín.
Estuvo entre los cautivos que se llevaron en 597 a.C.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Porque los traeré de vuelta a la tierra de Israel. Entonces será como si yo hubiera
esparcido agua limpia sobre ustedes, porque serán limpios; su inmundicia será
lavada, su adoración idólatra desaparecerá. Y les daré corazón nuevo; les daré
deseos nuevos y rectos, y pondré un espíritu nuevo en ustedes. Les quitaré sus
corazones de piedra y de pecado y les daré nuevos corazones de amor» (36.24–
26).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Ezequiel, los líderes de Israel, la esposa de Ezequiel, Nabucodonosor, «el príncipe».


CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

El Libro de Ezequiel describe muchas visiones del profeta y acciones simbólicas


con vívidas imágenes literarias. A continuación, algunos pasajes conocidos
demuestran la extraordinaria imaginación del autor y el regalo de la alegoría: la
visión del carro de Jehová (cap. 1); actos simbólicos de Ezequiel de comer el rollo
(2:01-03:15) y afeitar el pelo y la barba ( 5:1 - 4); la espada de la ira de Dios (21), la
alegoría de la olla oxidada (24:1 - 14); el lamento sobre Egipto (31 - 32), y la visión
de los huesos secos (37: 1 - 14).

RESUMEN:

La personalidad de Ezequiel refleja una fuerte tendencia mística. La inmediatez de


sus contactos con el Espíritu, sus visiones, y la frecuencia con que las palabras del
Señor descendían sobre él, lo vinculan tanto con los antiguos profetas
contemplativos como con los profetas clásicos. Sus experiencias espirituales
también constituyeron una anticipación de la actividad del Espíritu Santo en el
Nuevo Testamento. Puede ostentar con todo derecho el título de «carismático».

El mensaje de Ezequiel fue dirigido al desmoralizado remanente de Judá exiliado


en Babilonia. La responsabilidad moral del individuo puede considerarse su tema
principal. La responsabilidad colectiva no cubre ya el pecado individual. Cada
persona debe reconocer su cuota de responsabilidad en la calamidad nacional.
Cada individuo es responsable de su propio pecado (18.2–4). Es el peso acumulado
de los pecados de la gente lo que ha contribuido a romper el pacto de Dios con
Israel, y cada uno lleva sobre sí una parte de la culpa por el juicio que condujo al
exilio babilónico.

En el libro se distinguen fácilmente tres secciones: El juicio de Judá (caps. 4–24); el


juicio de las naciones paganas (caps. 25–32), y las futuras bendiciones que recibiría
el pueblo de Dios (caps. 33–48).

Dos cuestiones teológicas interactúan en el pensamiento del profeta. En su doctrina


sobre los seres humanos, Ezequiel destaca la responsabilidad individual (18.4, «el
alma que pecare, esa morirá»). Por otro lado, hace énfasis sobre la gracia divina en
el renacimiento de la nación. El arrepentimiento del remanente fiel entre los exiliados
dará lugar al renacimiento de Israel, que resurgirá de los huesos secos de sus
muertos (37.11–14). El Espíritu divino los conducirá a una nueva vida. Con este
énfasis en la regeneración por el Espíritu Santo, Ezequiel anticipa la doctrina neo
testamentaria sobre el Espíritu de Dios, especialmente la del Evangelio de Juan.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. El llamamiento de Ezequiel (1-3)


2. El juicio de Jerusalén (4-24)
3. El juicio de las naciones (25-32)
4. La restauración del pueblo de Dios (33-39)
5. La restauración del culto (40-48)

REFERENCIA PROFETICA

Es el capítulo 34 donde Dios denuncia a los líderes de Israel como falsos pastores,
por su poco cuidado a Su pueblo. En lugar de apacentar a las ovejas de Israel, ellos
se preocupaban por ellos mismos. Ellos comían bien, estaban bien vestidos y bien
atendidos por el mismo pueblo sobre el que ellos habían sido puestos para cuidar
(Ezequiel 34:1-3). En contraste, Jesús es el Buen Pastor quien da Su vida por las
ovejas, y quien las protege de los lobos que destruirían al rebaño (Juan 10:11-12).
El verso 4 del capítulo 34 describe al pueblo, cuyos pastores fracasaron en ministrar
a las ovejas débiles, enfermas, heridas, y perdidas. Jesús es el Gran Médico quien
sana nuestras heridas espirituales (Isaías 53:5) por Su muerte en la cruz. Él es quien
busca y salva a lo que se había perdido (Lucas 19:10).

PUNTOS RESALTANTES:

 La visión de la Gloria de Dios.


 La Gloria de Dios abandona el templo.
 Comienza el cerco a Jerusalén.
 El centinela y su mensaje.
 La promesa de Dios de un corazón nuevo.
 El valle de los huesos secos.
 La Gloria de Dios regresa a Jerusalén.

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿En qué fecha vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel? Cap. 1.

2.- ¿Cuál era el aspecto de las caras de los seres que tenían 4 caras? Cap. 1.

3.- ¿Cuántos días debía dormir Ezequiel sobre su lado izquierdo solamente? Cap.
4

4.- El profeta debía hacer panes de 6 clases de cereales. ¿Cuáles eran los
cereales? Cap. 4.

5.- Según la profecía del cap. 16, ¿cómo se llamaban las hermanas de Jerusalén?

6.-El cap. 18 hace mención de un refrán, ¿cuál es y qué quería decir?

7.-Encuentre en el cap. 18 esta frase: "El alma que pecare esa morirá".

8.- Según el cap. 24, ¿en qué fecha exacta fue sitiada Jerusalén?

9.- Localice dos lugares del país de Edom. Cap. 25.

10.- Localice tres lugares en Moab llamados "tierras deseables". Cap. 25.

11.- ¿Cuál era el nombre de la capital de los hijos de Ammón? Cap. 25.

12.- ¿A quién le dijeron: "He aquí tú eres más sabio que Daniel"? Cap. 28.

13.- Según el cap. 29, ¿qué les sucedió a los soldados de Nabucodonosor en el
gran servicio que prestaron contra Tiro?
LIBRO: DANIEL

AUTOR: Daniel.

DESTINATARIO: Los demás cautivos de Babilonia y el pueblo de Dios en todas


partes.

FECHA: 536 – 530 a.C.

TEMA: La soberanía de Dios en la historia.

PROPÓSITO:

Dar un registro histórico de los judíos fieles que vivieron en el cautiverio y mostrar
cómo Dios tiene el control de los cielos y de la tierra, y regula las fuerzas de la
naturaleza, el destino de las naciones y las circunstancias de su pueblo.

MARCO HISTÓRICO:

Junto con miles de cautivos de Judá que fueron conducidos a Babilonia entre el 605
a.C. y el 582 a.C., se trasladaron los tesoros del palacio y el templo de Salomón.
Los babilonios habían sometido todas las provincias controladas por Asiria y
consolidado su imperio dentro de un área que cubría gran parte del Medio Oriente.

Gobernar un imperio tan diverso en un territorio tan vasto requería el concurso de


una eficiente burocracia administrativa. Esclavos educados, o que poseían las
habilidades requeridas, se convirtieron en la mano derecha del gobierno. A causa
de su visión, conocimientos y buena apariencia, cuatro jóvenes hebreos fueron
seleccionados para el programa de entrenamiento (1.4). El notable carácter de
Daniel, Ananías, Misael y Azarías les aseguró posiciones en el palacio del rey; y fue
Daniel quien descolló sobre todos los sabios de aquel vasto imperio (6.1–3).

VERSÍCULOS CLAVE:
«Él revela lo profundo y lo escondido; conoce lo que está en tinieblas, y con Él mora
la luz» (2.22).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Daniel, Nabucodonosor, Sadrac, Mesac, Abed-nego, Belsasar, Darío.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Las visiones apocalípticas de Daniel (capítulos 8–12) ofrecen una perspectiva del
plan de Dios para las edades, incluyendo una profecía directa en cuanto al Mesías.

RESUMEN:

Daniel tiene tres secciones principales: La presentación de Daniel (cap. 1); los
episodios que prueban el carácter de Daniel y el desarrollo de sus dotes de
interpretación profética (caps. 2–7); y sus series de visiones sobre acontecimientos
y reinos futuros (caps. 8–12). En esta sección final, Daniel aparece como un libro
profético clave para comprender gran parte de la Biblia. Muchas concepciones sobre
las profecías dedicadas a los últimos tiempos dependen de cómo se interprete este
libro. Los comentarios de Jesús en su discurso en el Monte de los Olivos (Mt 24; 25)
y muchas de las revelaciones dadas al apóstol Pablo armonizan y coinciden con las
de Daniel (véanse Ro 11; 2 Ts 2). De la misma manera, Daniel ayuda a comprender
el libro de Apocalipsis.

Aunque las interpretaciones de Daniel, como las de Apocalipsis, exhiben una gran
diversidad, la interpretación dispensacionalista ha alcanzado gran popularidad entre
muchos. Se trata de un método interpretativo que encuentra claves en Daniel para
descifrar los misterios de temas como el anticristo, la gran tribulación, la Segunda
Venida de Cristo, el tiempo de los gentiles, resurrecciones y juicios futuros. Este
método también considera que la mayor parte de las profecías no consumadas aún
giran en torno a dos cuestiones principales: El futuro destino de la ciudad de
Jerusalén; y el destino histórico del pueblo de Daniel, la nación judía (9.24). Véase
la introducción al Apocalipsis: Métodos de interpretación.
ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Vida de Daniel (1-6)


2. Las visiones de Daniel (7-12)

REFERENCIA PROFETICA:

Vemos en las historias del horno de fuego y de Daniel en el foso de los leones, una
referencia profética de la salvación provista por Cristo. Los tres hombres declaran
que Dios es un Dios que salva, y quien puede librarlos del horno de fuego (Daniel
3:17). De la misma forma, al enviar a Jesús a morir por nuestros pecados, Dios ha
provisto un escape del fuego del infierno (1 Pedro 3:18). En el caso de Daniel, Dios
envió un ángel para cerrar las bocas de los leones y salvó a Daniel de la muerte.
Jesucristo es nuestra provisión de los peligros del pecado que amenazan con
consumirnos.

La visión de Daniel del final de los tiempos representa al Mesías de Israel, por quien
muchos serán limpios y purificados (Daniel 12:10). Él es nuestra justificación (1
Pedro 5:21) por quien nuestros pecados, a través de Su sangre, serán lavados y
seremos tan blancos como la nieve (Isaías 1:18).

PUNTOS RESALTANTES:

 El horno de fuego.
 La escritura en la pared.
 Daniel en el foso de los leones
 La visión de Daniel de las cuatro bestias.
 Profecía de las setenta semanas.

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿Qué significa el nombre Daniel?

2.- ¿A qué se le atribuye el éxito de Daniel en Babilonia?


3.- ¿Qué caracteriza al libro de Daniel entre los profetas mayores?

4.- ¿Cuáles historias del libro de Daniel están entre las más apreciadas de la Biblia?

5.- ¿En qué lugar estaba la casa del "dios" de Nabucodonosor? Cap. 1.

6.- ¿Qué cualidades debían tener los jóvenes idóneos para estar en el palacio del
rey? Cap. 1.

7.- ¿Qué sucedió a los jóvenes hebreos al final de los diez días de prueba? Cap. 1.

8.- ¿Cuál fue el "nombre caldeo" de Daniel, Ananías, Misael y Azarías? Cap. 1.

9.- ¿Qué harían Daniel y sus compañeros para no perecer con los otros sabios?

10.- ¿De qué materiales estaba formada la gran imagen del sueño del rey? Cap. 2.

11.- ¿Cuál era el tamaño de la estatua de oro y dónde fue levantada? Cap. 3.

12.- ¿Cuáles instrumentos musicales menciona el cap. 3?

13.- ¿Cuál era la sentencia de Nabucodonosor para el que blasfemara contra Dios?
Cap. 3.

14.- ¿Cuáles fueron las palabras soberbias de Nabucodonosor, antes de convertirse


en bestia? Cap. 4

15.- ¿Cuál era la apariencia de las cuatro bestias de la visión del cap. 7?

16.- ¿Junto a cuál río tuvo Daniel la visión del cap. 8?

17.- ¿Cuáles cuadrúpedos se describen en la visión del cap. 8?

18.- ¿Cuál versículo del cap. 12 se refiere a la resurrección?

19.- ¿Cuál es la última bienaventuranza del libro de Daniel?


LIBRO: OSEAS

AUTOR: Oseas.

DESTINATARIOS: Israel (el reino del norte) y el pueblo de Dios en todas partes.

FECHA: 715 – 710 a.C.

TEMA: El juicio de Dios y el amor redentor.

PROPÓSITO:

Ilustrar el amor de Dios por su pueblo pecador.

MARCO HISTÓRICO:

Oseas indica el momento y lugar histórico en que se desarrolló su ministerio al


mencionar a los monarcas del reino meridional de Judá (Uzías, Jotam, Acaz y
Ezequías) y el monarca del reino septentrional de Israel (Jeroboam II), quien
gobernó mientras Oseas cumplía su misión profética (1.1). Esto define el período
de su actividad entre los años 755 y 715 a.C. Aunque todos los indicios eran
positivos para Israel, la amenaza de un desastre se acercaba inadvertida. En esta
época, la gente gozaba de paz, abundancia y prosperidad; pero comenzaba a
ensombrecer el horizonte la anarquía que pocos años más tarde ocasionaría el
colapso político de la nación. Oseas describe las condiciones sociales de entonces:
líderes corruptos, inestable vida familiar, extendida inmoralidad, odio de clases y
pobreza. Aunque la gente continuaba rindiendo culto a Jehová, la idolatría recibía
cada día más aceptación, y los sacerdotes no guiaban al pueblo por las sendas de
justicia. Pese a lo oscuro de aquellos días, Oseas hizo surgir la esperanza de que
el pueblo retornaría a Dios.

VERSÍCULOS CLAVE:
«Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque
adúltera, como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, los cuales miran a
dioses ajenos, y aman tortas de pasas» (3.1).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Oseas, Gomer, sus hijos.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Oseas emplea muchas imágenes de la


vida diaria. Presenta a Dios como esposo, padre, león, leopardo, osa, rocío, polilla
y otros; Israel es ilustrado como esposa, enfermo, viña, uvas, olivo, mujer
parturienta, horno, neblina y humo, por nombrar unos pocos.

RESUMEN:

El libro de Oseas trata de un pueblo que necesitaba oír del amor de Dios; un Dios
que quería contarles cuán grande era su amor y cuál era el único camino a través
del cual podía ofrecérselo. El pueblo pensó que podía comprar el amor («Efraín...
alquiló amantes», 8.9), que el amor era la búsqueda del placer («Iré tras mis
amantes, que me dan...», 2.5), y que amar cosas sin valor podía reportar algo
positivo («Y se hicieron abominables como aquello que amaron», 9.10). Dios quería
que Israel conociera su amor, el cual se ofrecía a los despreciados y desheredados
(«Cuando Israel era muchacho, yo lo amé», 11.1), que guiaba al pueblo con gentil
disciplina («con cuerdas de amor», 11.4), y perseveraba pese al atolondramiento y
a la resistencia de la gente (« ¿Cómo podré abandonarte?», 11.8).

El problema era cómo llevar este mensaje del amor de Dios a un pueblo no inclinado
a escuchar, y no acostumbrado a obedecer si acaso escuchaba. La solución de Dios
fue dejar que la vida del profeta se convirtiera en su propio sermón. Oseas se
casaría con una mujer impura («una mujer fornicaria», 1.2), la amaría de verdad y
tendría hijos con ella (1.3), e iría tras ella y la haría regresar cuando se extraviara
(«Ve, ama», 3.1). En suma, Oseas debía mostrar, a través de su amor por Gomer,
la clase de amor que Dios sentía por Israel.
ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. El adulterio de Israel y la fidelidad de Dios (1-3)


2. La culpa de Israel (4-7)
3. El castigo de Israel (8-10)
4. La salvación de Israel (11-14)

REFERENCIAS PROFETICAS:

Oseas 2:23 es el hermoso mensaje profético de Dios de incluir a los gentiles [los no
judíos] como Sus hijos, como también está escrito en Romanos 9:25 y 1 Pedro 2:10.
Los gentiles no son originalmente “el pueblo de Dios,” pero a través de Su gracia y
misericordia, Él nos ha dado a Jesucristo, y por la fe en Él somos injertados en el
árbol de Su pueblo (Romanos 11:11-18). Esta es una asombrosa verdad acerca de
la Iglesia, una que es llamada un “misterio,” porque antes de Cristo, el pueblo de
Dios era considerado únicamente el pueblo judío. Cuando Cristo vino, los judíos
fueron endurecidos temporalmente “hasta que haya entrado la plenitud de los
gentiles.” (Romanos 11:25)

PUNTOS RESALTANTES:

 Oseas se casa con Gomer y tienen hijos.


 Los líderes de Israel son reprendidos.
 Un testimonio del amor de Dios.
 La rebelión de Israel contra el amor de Dios.
 Futura restauración y bendición de Israel.

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Cómo se llama la esposa de Oseas?

2. ¿Cuál fue el contexto histórico?


3. ¿Aproximadamente cuanto duro el ministerio de Oseas?

4. ¿Cuándo comenzó el ministerio de Oseas?

5. ¿Qué significa Oseas?

6. ¿Por qué llora el profeta Oseas?

7.- ¿Cuál es la diferencia entre obediencia versus sacrificio? (Oseas 7)

8.- ¿Por qué es importante el tema del Pecado de la Nación?

9.- ¿Por qué es importante el tema del Castigo de Dios?

10.- ¿Por qué es importante el tema del Amor de Dios?

11.- ¿Por qué es importante el tema de Restauración?


LIBRO: JOEL

AUTOR: Joel.

DESTINATARIO: El pueblo de Judá (reino del sur) y el pueblo de Dios en todas


partes

FECHA: 835 – 830 a.C.

TEMA: El juicio y la gracia de Dios

PROPÓSITO:

Advertir a Judá del inminente juicio de Dios por causa de sus pecados y pedirles
que vuelvan a Dios.

MARCO HISTÓRICO:

Joel profetizó en una época de grandes conmociones para toda la tierra de Judá.
Una enorme plaga de langostas había desnudado de vegetación los campos,
destruido el pasto de las ovejas y del ganado, y aun el follaje de los árboles. En sólo
unas pocas horas, lo que un día fue tierra plena de belleza y verdor se convirtió en
lugar de desolación y destrucción. Descripciones contemporáneas del poder
destructivo de las plagas de langostas confirman el cuadro trazado por Joel.

La plaga de langostas que describe Joel era la mayor que se había visto hasta
entonces. Todas las cosechas se perdieron, incluso los sembrados de semillas para
la próxima cosecha. El hambre y la sequía azotaban todo el país. La gente y los
animales morían. A los ojos de Joel, tan grande devastación tenía una sola
explicación: se trataba del juicio de Dios.
VERSÍCULOS CLAVE:

«Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con
ayuno, lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vestidos, y convertíos a
Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande
en misericordia, y que se duele del castigo» (2.12, 13).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Joel, el pueblo de Judá

CARACTERISTICAS PARTICULARES:

Elevado, el libro está escrito enérgica y elegantemente.

RESUMEN:

El libro de Joel se divide en dos partes. La primera (1.1–2.27), que trata del presente
juicio de Dios, contiene un llamado al arrepentimiento y una promesa de
restauración.

En su sermón a Israel, Moisés (Dt 28.38–46) advirtió que si la nación era


desobediente, «toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán consumidos por las
langostas». El profeta cree que ese día ha llegado, y describe gráficamente los
horribles ejércitos de insectos en un lenguaje profético cargado de poesía. Cuatro
oleadas de estas horribles criaturas lo han consumido todo. Los que beben no tienen
vino. Los sacerdotes no tienen nada que ofrecer en sacrificio a Dios. Los
campesinos y cultivadores de vides no tienen nada que cuidar. No hay aspecto
alguno en la vida de Judá que no haya sido dramática y trágicamente afectado.

La segunda sección (2.28–3.21) explica que esta plaga, con todo lo horrible que fue,
no es nada comparado con el juicio divino que se aproxima. Este sería un tiempo
cuando no solamente Judá, sino todas las naciones de la tierra, deberán
comparecer ante Dios. En esa ocasión, cuando el sonido de las langostas será
silenciado, «Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz de Jerusalén, y temblarán los
cielos y la tierra...» (3.16).

Aterradores portentos celestiales tendrán lugar. «El sol se convertirá en tinieblas, y


la luna en sangre» (2.31). Este será nada menos que «el día grande y espantoso
de Jehová» (2.31).

Sin embargo, no debemos pasar por alto la lección más sobresaliente de la breve
profecía. Gracias a la unción del Espíritu Santo, Joel extiende su vista cientos de
años adelante, hasta el día en que Dios derramará su Espíritu «sobre toda carne»
(2.28). Ello constituirá el preludio de la devastación y el juicio del Día del Señor, un
tiempo cuando todos los creyentes experimentarán la presencia del Espíritu de Dios
y formarán una comunidad profética sobre la tierra; cuando profetizarán por igual
los jóvenes y los viejos, los hombres y las mujeres. La salvación no será la única
bendición que recibirá Judá. Será un tiempo cuando «todo aquel que invocare el
nombre de Jehová será salvo» (2.32).

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. La plaga de langostas (1)


2. El día de Jehová (2)
3. Juicio y bendición (3).

REFERENCIAS PROFETICAS:

Siempre que en el Antiguo Testamento se habla del juicio por el pecado, ya sea un
pecado individual o nacional, se profetiza el advenimiento de Jesucristo. Los
profetas del Antiguo Testamento advierten continuamente a Israel que se
arrepienta, pero aun cuando ellos lo hicieron, su arrepentimiento estaba limitado a
la observancia de la ley y a las obras. Los sacrificios de su templo eran solo una
sombra del último sacrificio, ofrecido una vez y para siempre, el cual vendría a la
cruz (Hebreos 10:10). Joel describe el último juicio de Dios, el cual sucederá en el
Día del Señor, diciendo “…grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá
soportarlo?” (Joel 2:11). La respuesta es que nosotros, por nosotros mismos, nunca
podremos soportar tal suceso. Pero si hemos puesto nuestra fe en Cristo para la
expiación de nuestros pecados, no tenemos nada que temer del Día del Juicio

PUNTOS RESALTANTES:

 La invasión y destrucción de Judá por las langostas.


 Judá desolada por Asiria.
 Dios restaura a Judá y a Israel.

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Por qué es importante el tema del Castigo?

2. ¿Por qué es importante el tema de la Promesa del Espíritu Santo?

3. ¿Por qué es importante el tema del Perdón?

4.- ¿Que debiera uno decir acerca del “día de Jehová” hoy en día?

5.- ¿Cómo interpretaron la profecía de Joel sobre la venida del Espíritu las
generaciones posteriores ver Hechos 2?
LIBRO: AMÓS

AUTOR: Amós.

DESTINATARIOS: Israel, el reino del norte, y todo el pueblo de Dios.

FECHA: 760 – 755 a.C.

TEMA: Juicio, justicia y retribución divina por el pecado.

PROPÓSITO:

Pronunciar el juicio de Dios sobre Israel (reino del norte) debido a la displicencia, la
idolatría y la opresión contra los pobres.

MARCO HISTÓRICO:

A mediados del siglo VIII a.C. hubo un tiempo de gran prosperidad tanto para Israel
como para Judá. Bajo Jeroboam, Israel había retomado el control de las rutas del
comercio internacional: el camino real a través de la Transjordania, y el camino
hacia el mar a través del Valle de Jezreel y a lo largo de la llanura costera. De
acuerdo con 2 Reyes 14.25, habían sido restablecidas las fronteras de Israel desde
Lebo Hamat, en el norte, hasta el mar de Arabá (el Mar Muerto), al sur. Por su lado
Judá, bajo Uzías, recobró Elat (puerto marítimo sobre el Golfo de Aqaba), y se
expandió hacia el sudoeste a expensas de los filisteos. Israel y Judá alcanzaron así
una nueva fuerza política y militar, pero la situación religiosa seguía en un estado
lamentable: Idolatría desenfrenada; ricos que vivían lujosamente mientras los
pobres eran oprimidos; inmoralidad generalizada; sistema judicial corrupto. La gente
creía que aquella prosperidad era una señal de las bendiciones de Dios. La tarea
de Amós fue proclamar el mensaje de que Dios estaba disgustado con su pueblo.
Su paciencia se había agotado. El castigo era inevitable. La nación sería destruida
a menos que cambiara su corazón y permitiera que «corra el juicio como las aguas,
y la justicia como impetuoso arroyo» (5.24).

VERSÍCULOS CLAVE:
«Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo» (5.24).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Amós, Amasías, Jeroboam II.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Amós utiliza metáforas sorprendentes a partir de su experiencia como pastor y


agricultor, un carro lleno (2.13), un león rugiente (3.8), una oveja despedazada
(3.12), unas vacas consentidas (4.1), y un canastillo de frutas (8.1, 2).

RESUMEN:

El libro de Amós es básicamente un mensaje de juicio; juicio sobre las naciones,


oráculos y visiones de juicio divino sobre Israel. Su tema central es que Israel ha
roto su pacto con Dios. En consecuencia, Dios castigará su pecado severamente.
Amós comienza con una serie de predicciones de juicio contra las naciones vecinas
de Israel, incluyendo Judá, y luego también dirige sus profecías contra Israel (1.3–
2.16). Todas estas naciones serán castigadas por ofensas específicas que han
cometido contra Israel o alguna otra nación. Este juicio sobre las naciones nos
enseña que Dios es un monarca universal. Todas las naciones están en sus manos.
Deben rendirle cuentas por sus ofensas contra otras naciones y pueblos. Israel y
Judá, sin embargo, serán castigadas por haber roto su pacto con Dios. La sección
siguiente (3.1–6.14) contiene una serie de tres oráculos o sermones contra Israel.
Estos incluyen la amenaza del exilio. Una tercera sección (7.1–9.10) ofrece una
serie de cinco visiones de juicio, en dos de las cuales Dios se retira. Finalmente,
Amós predice la restauración de Israel (9.11–15).

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Pronunciamiento del juicio (1-2).


2. Razones para el juicio (3-6).
3. Visiones del juicio y la restauración (7-9).
REFERENCIAS PROFETICAS

El libro de Amós termina con una gloriosa promesa para el futuro. “Pues los plantaré
sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho
Jehová Dios tuyo” (9:15) El cumplimiento definitivo de la promesa de la tierra de
Dios a Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante el reinado milenial de
Cristo sobre la tierra (ver Joel 2:26,27). Apocalipsis 20 describe los mil años de
reinado de Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el perfecto gobierno
del Salvador Mismo. En ese tiempo, el creyente Israel y los gentiles cristianos serán
reunidos con la Iglesia y vivirán y reinarán con Cristo.

PUNTOS RESALTANTES:

 La profecía de la próxima destrucción de Israel.


 Israel reprobada y despreocupada.
 Amos llama al arrepentimiento.
 Dispersión y restauración de Israel.

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Por qué es importante el tema de Todos responden a Dios?

2. ¿Por qué es importante el tema de Opresión de los Pobres?

3. ¿Qué lecciones para poner en práctica podemos aprender de los visiones de


Amos?

4. Lee Amós 5:4–6 y 14–15. Puesto que todos tendremos que enfrentar la muerte
de una u otra manera, explica las formas en que, en tu opinión, “vivirán” los que
busquen al Señor.
LIBRO: ABDÍAS

AUTOR: Abdías.

DESTINATARIO: Los edomitas, los judíos de Judá y el pueblo de Dios en todas


partes.

FECHA: 840 a.C.

TEMA: Juicio de Dios sobre Edom.

PROPÓSITO:

Mostrar que Dios juzga a los que maltratan a su pueblo.

MARCO HISTÓRICO:

Las relaciones entre Israel y Edom estuvieron marcadas de mutua animosidad a lo


largo de todo el período que abarca el AT. El enfrentamiento comenzó cuando los
hermanos Esaú y Jacob iniciaron su disputa (véanse Gn 27; 32; 33). Los
descendientes de Esaú se asentaron en el área llamada Edom, al sur del Mar
Muerto, mientras que los descendientes de Jacob se mantenían fieles a la promesa,
habitaban Canaán y crecían hasta convertirse en el pueblo de Israel. De ahí en
adelante se multiplicaron los conflictos entre los edomitas y los israelitas. Los
acontecimientos de que se habla en Números 20.14–21 son un ejemplo de la
hostilidad existente entre ambos pueblos.

Esta enconada rivalidad constituye el trasfondo de la profecía de Abdías. Durante


un período de unos veinte años (605–586 a.C.), los babilonios invadieron la tierra
de Israel y llevaron a cabo repetidos ataques contra la sagrada ciudad de Jerusalén,
finalmente devastada en el 586 a.C. Los edomitas vieron estas incursiones como
una oportunidad de saciar su sed de venganza contra Israel. Así, se unieron a los
babilonios contra sus parientes lejanos y los ayudaron a profanar la tierra de Israel.
El Salmo 137.7, Lamentaciones 4.21, 22 y Ezequiel 25.12–14, censuran la
participación de los edomitas en la destrucción de Jerusalén.
VERSÍCULOS CLAVE:

«Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones; como tú hiciste
se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza» (15).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Los edomitas.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

El libro de Abdías utiliza un enérgico lenguaje poético y está escrito en forma de


canto fúnebre por la fatalidad.

RESUMEN:

Abdías es el más breve de los libros del Antiguo Testamento. Comienza con un
encabezamiento que identifica la profecía como la «visión de Abdías», y atribuye el
pronunciamiento a Jehová el Señor (v. 1).

El texto de este libro se divide en dos secciones principales. La primera (vv. 1–14)
está dirigida a Edom y anuncia su inevitable caída. Dios lo hará descender de su
pedestal de soberbia y falsa seguridad (vv. 2–4). La tierra y su pueblo serán
asaltados y saqueados, la destrucción será completa y definitiva (vv. 5–9). ¿Por
qué? Debido a la violencia con que Edom procedió contra su hermano Jacob (v. 10),
porque Edom se regocijó de los sufrimientos de Israel y se unió a los invasores para
robar y saquear la ciudad en el día de su desgracia (vv. 11–13), y a causa de que
los edomitas impidieron que escapara la gente de Judá, entregándola a los
invasores (v. 14).

La segunda sección principal de la profecía se refiere al Día del Señor (vv. 15–21).
Este día será el momento de la retribución, de recoger lo que se ha sembrado. Para
Edom, constituye el anuncio de su infortunio (vv. 15, 16), pero para Judá
representará la proclamación de su liberación (vv. 17–20). Edom será severamente
juzgado, pero el pueblo de Dios recibirá bendiciones y la gloriosa restitución a su
tierra. El monte de Sion se elevará por encima del monte de Esaú, y el reino será
de Jehová (v. 21).

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. La destrucción de Edom (1:1-16)


2. Restauración de Israel (1:17-21)

REFERENCIAS PROFETICAS: El verso 21 del Libro de Abdías, contiene


una referencia profética de Cristo y Su Iglesia. “Y subirán salvadores al monte
de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será de Jehová.” Estos
“salvadores” (también llamados “libertadores” en muchas versiones) son los
apóstoles de Cristo, ministros de la Palabra, y especialmente los
predicadores del Evangelio en estos últimos días. Ellos son llamados
“salvadores,” no porque ellos obtengan nuestra salvación, sino porque ellos
predican la salvación a través del Evangelio de Cristo y nos muestran el
camino para obtener esa salvación. Ellos, y la Palabra predicada por ellos,
son los medios por los que “las buenas nuevas” de salvación son llevadas a
todos los hombres, mientras que Cristo es el Único Salvador, quien vino para
comprar esa salvación y siendo Él el autor de ella. La presencia de los
salvadores y liberadores del Evangelio será más y más evidente mientras
más se acerca el final de los tiempos.

PUNTOS RESALTANTES:

 Destrucción de Edom.
 Restauración de Israel.

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Por qué habla el profeta de “despojadores violentos” y “vendimiadores” al


predecir la destrucción de Edom?
2. ¿En qué sentido fue Edom “cortado hasta tiempo indefinido”?

3. ¿Cuál es el tema del libro de Abdías?


LIBRO: JONÁS

AUTOR: Jonás

DESTINATARIOS: Israel y el pueblo de Dios en todas partes.

FECHA: 760 a.C.

TEMA: La compasión de Dios por todos los hombres.

PROPÓSITO:

Mostrar la inmensidad de la gracia de Dios. El mensaje de salvación es para todos


los pueblos.

MARCO HISTÓRICO:

Los paganos asirios, tradicionales enemigos de Israel, fueron potencia dominante


en el Medio Oriente entre los años 885 y 665 a.C. Varios relatos del Antiguo
Testamento describen sus atropellos contra Israel y Judá, pueblos a los cuales
saquearon y llevaron al cautiverio. El poderío asirio se había debilitado en tiempos
de Jonás, y ello permitió a Jeroboam II reclamar áreas de Palestina desde Hamat
hasta el Mar Muerto, como Jonás profetizó (2 R 14.25).

VERSÍCULOS CLAVE:

« ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento
veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano
izquierda, y muchos animales? (4.11).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Jonás, el patrón de la nave y la tripulación.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
Este libro es diferente de los demás libros proféticos porque cuenta la historia del
profeta y no enfatiza sus profecías. Es más, su mensaje al pueblo de Nínive se
sintetiza en sólo un versículo (3.4). Jonás es narración histórica. Jesús lo menciona
también como ilustración de su muerte y resurrección (Mateo 12.38–42).

RESUMEN:

Aunque colocado en el canon entre los libros proféticos, Jonás se distingue de ellos
en que su mensaje no contiene ninguna profecía; la historia es su mensaje. Esa
historia tiene que ver con uno de los más profundos conceptos teológicos que
aparece en el AT. Dios ama a todos los pueblos y desea derramar sobre ellos su
perdón y misericordia. Israel había recibido el encargo de transmitir ese mensaje,
pero por alguna razón no captó su importancia. Este error condujo eventualmente a
una soberbia religiosa extrema. En Jonás se descubre la semilla del fariseísmo neo
testamentario.

El profeta Jonás es llamado por Dios para levantarse y dirigirse a Nínive, ciudad de
los temidos y odiados asirios, ubicada a 1.280 km de distancia hacia el este. Su
mensaje consistiría en un llamado al arrepentimiento y una promesa de misericordia
en caso de que sus habitantes respondiesen positivamente. Jonás sabe que si Dios
salva a Nínive esta ciudad estaría de nuevo en condiciones de asaltar y saquear a
Israel. Este sentimiento patriótico-nacionalista y su falta de interés porque se le
ofreciese un trato misericordioso a un pueblo que no formaba parte del pacto,
impulsa a Jonás a abandonar Jerusalén y «la presencia de Jehová». Sin duda,
esperaba que el Espíritu de la profecía no lo seguiría. Jonás estaba disgustado, y
hasta cierto punto convencido, de que un viaje a Tarsis lo relevaría de la misión que
Dios le había encomendado.

El viaje a Tarsis pronto sirvió para demostrar que la presencia y el poder de Jehová
no estaban confinados a Palestina. Dios envió una tormenta a azotar el barco y creó
una situación que colocó a Jonás cara a cara frente a su llamado misionero. Tras
comprobar que Jonás y su Dios eran responsables del azote de la tormenta, y tras
haber agotado todas las demás alternativas, los marineros lanzaron a Jonás por la
borda. Sin duda, tanto Jonás como los marineros creían que esto pondría fin a la
existencia terrenal del primero; pero Dios había preparado las cosas de tal manera
que un gran pez se tragó a Jonás y, tres días y tres noches después, el pez lo
depositó sobre la costa.

Otra vez Dios instruye a Jonás para que se levante y vaya a Nínive, a fin de
proclamar allí el mensaje de salvación. Esta vez el profeta acepta realizar el viaje
de mala gana, y en Nínive proclama el mensaje de Dios. Para su sorpresa, los
ninivitas, desde el pueblo común hasta el rey, responden positivamente, y declaran
su arrepentimiento por medio del ayuno ceremonial, el cilicio y las cenizas. Hasta
los animales son obligados a participar en las demostraciones de humillación
colectiva.

El corazón de Jonás aún no ha cambiado; reacciona iracundo y confundido. ¿Por


qué tendría Dios misericordia de un pueblo que ha atropellado a Israel? Quizás
esperanzado en que el arrepentimiento no fuera genuino, o que Dios decidiese otra
cosa, Jonás construyó un refugio en un cerro al oriente de la ciudad, desde el cual
podría contemplar lo que allí sucedería.

Dios aprovechó entonces la ocasión para enseñarle a Jonás una valiosa lección.
Preparó una planta para que creciera durante la noche y en la mañana hiciera
sombra sobre su cabeza. El profeta se regocijó por su buena suerte. Entonces Dios
preparó un gusano para que cortara la raíz de la planta y la secara. Dios siguió
haciendo cada vez menos confortable la situación de Jonás, al propiciar que un
fuerte viento solano azotara su ya reseco cuerpo. Jonás lamentó la muerte de la
calabacera y le comunicó a Dios su inconformidad. Dios respondió demostrándole
la inconsistencia de preocuparse por una planta, mientras consideraba
completamente irrelevante la suerte de las decenas de miles de seres humanos que
vivían en Nínive, a quien Dios amaba, a pesar de que no lo conocían.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Llamamiento y desobediencia de Jonás (1-2)


2. Llamamiento renovado de Jonás y su resultados (3-4)

REFERENCIAS PROFETICAS:

Es claro que Jonás es un tipo de Cristo, de acuerdo a las propias palabras de Jesús.
En Mateo 12:40-41, Jesús declara que Él estará en la tumba el mismo lapso de
tiempo que Jonás estuvo en el vientre del gran pez. Él prosigue diciendo que
mientras los ninivitas se arrepintieron ante la predicación de Jonás, los fariseos y
maestros de la ley, quienes rechazaron a Jesús, estaban rechazando a Uno que es
mucho más grande que Jonás. Así como Jonás trajo la verdad de Dios respecto al
arrepentimiento y la salvación a los ninivitas, Jesús trae el mismo mensaje (Jonás
2:9; Juan 14:6) de salvación de y a través de Dios solamente (Romanos 11:36).

PUNTOS RESALTANTES:

 Huyendo de la presencia de Dios.


 En el vientre del gran pez.
 Explicando la verdad de Dios en Nínive.
 Esperando la destrucción de Nínive.

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Por qué se dice que el tamaño de Nínive equivalía a una “distancia de tres
días de camino”?
2. . ¿Tuvo que aprender Jonás el idioma asirio para predicar a los ninivitas?
3. ¿Cómo reacciono Jonás al arrepentimiento de Nínive?
4. ¿Cómo respondieron los habitantes de Nínive al mensaje de Jonás?
LIBRO: MIQUEAS

AUTOR: Miqueas.

DESTINATARIO: Israel (reino del norte) y Judá (reino del sur).

FECHA 740 – 710 a.C.

TEMA: El juicio y la salvación mesiánica.

PROPÓSITO:

Advertir al pueblo de Dios que el juicio se acerca y ofrecer el perdón a todos los que
se arrepientan.

MARCO HISTÓRICO:

Entre el comienzo del reino dividido de Salomón (Israel al norte y Judá al sur) y la
destrucción del templo, muchos «lugares altos» fueron inaugurados en Judá debido
a la influencia de Samaria. Ello colocó a la idolatría cananea en posición de competir
con el verdadero culto en el templo de Jehová (1.5). Miqueas demuestra cómo esta
declinación espiritual conducirá inevitablemente al juicio de todo el país. Y, aunque
el rey Ezequías había ganado una notable victoria sobre Senaquerib y el ejército
asirio, Judá estaba condenada a caer, a menos que la nación se volviera a Dios,
arrepintiéndose de todo corazón.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, qué pide Jehová de ti: solamente
hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios» (6.8).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Pueblos de Samaria y Jerusalén.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
Este es un hermoso ejemplo de la clásica poesía hebrea. Consta de tres partes,
cada una comienza con: «Oíd, pueblos» u «Oíd ahora» (1.2; 3.1; 6.1), y cierra con
una promesa.

RESUMEN:

Miqueas es una profecía acerca del Señor, quien no tiene rivales perdonando
pecados y compadeciéndose de los pecadores. Compasivo, mantiene el antiguo
pacto acordado con Abraham y sus descendientes. Miqueas se refiere a la
«grandeza del nombre de Jehová» (5.4; véanse también 4.5; 6.9), así como al rostro
de Jehová (3.4), a su gloria (2.9), sus caminos (4.2), sus pensamientos (4.12), su
poder (5.4), su justicia (6.5; 7.9), y su justificada ira (7.9) y furor (5.15; 7.18) contra
todas las manifestaciones de corrupción moral.

En la primera visión, el Señor desciende de su santo templo en los cielos para


testificar contra su pueblo (1.2). El más notable factor en la forma cómo el Señor
maneja este caso es la distancia que debió recorrer para presentar su alegato contra
Israel (6.2), estando dispuesto aun a sentarse en el banquillo del defensor y dejar a
su pueblo presentarle todas las quejas que tuviera sobre el trato recibido de su Dios
(6.3). ¡Más alguien que se arrepienta verdaderamente tendrá en el Señor a su
abogado defensor (7.9)

Aunque Babilonia no era aún una potencia independiente de Asiria, se predice la


cautividad babilónica (que ocurrió un siglo más tarde) como el juicio de Dios sobre
aquellos que se han rebelado contra Él (1.16; 2.3, 10; 4.10; 7.13). Pero como en el
caso de Isaías, el colega de Miqueas, existe la esperanza de que se salve un
remanente, ya sea de este cautiverio, o como un pueblo espiritualmente restaurado
(la Iglesia) en los días del Mesías (2.12, 13; 4.6, 7; 5.3, 7, 8; 7.18). El Señor liberará
el remanente (2.12, 13; 4.3–8, 10; 5.9; 7.7).

Miqueas tuvo que censurar al liderazgo de la nación por oprimir al rebaño que se le
había confiado. Sin embargo, la gran compasión de Dios determina sus actitudes y
acciones hacia su pueblo, representado como una hija errante (1.13; 4.8, 10, 13).
Gracias a la compasión que una vez lo llevó a redimir a Israel de Egipto (6.4),
redimirá a Judá de Babilonia (4.10). Su compasiva fidelidad hacia Abraham y los
patriarcas (7.20) se renueva con cada generación. Este mensaje apunta a la
cuestión central de toda la profecía: « ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad,
y olvida el pecado del remanente de su heredad?» (7.18). La compasión de Jehová
(7.18, 19) es el precioso atributo que ninguna falsa deidad puede igualar. La
compasión y la fidelidad al pacto son cosas que solamente pueden atribuirse a Dios.
La esperanza del pueblo de vivir bajo la plena bendición de Dios estaba relacionada
con la venida del Mesías. Dios en su amor, conociendo las glorias de su gracia que
se manifestarían en Jesús, siempre declaró que el día de su venida y el futuro reino
eran los acontecimientos en los que sus fieles debían depositar las esperanzas.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Juicio a las capitales (1-2)


2. Juicio a los líderes (3-5)
3. Juicio a las personas (6-7)

REFERENCIAS PROFETICAS: Miqueas 5:2 es una profecía Mesiánica citada por


los magos que estaban buscando al rey nacido en Belén (Mateo 2:6). Por estar
familiarizados estos reyes del oriente con las Escrituras hebreas, ellos sabían que
de la pequeña aldea de Belén saldría el Príncipe de Paz, la Luz del mundo. El
mensaje de Miqueas del pecado, arrepentimiento, y restauración, encuentra su
último cumplimiento en Jesucristo, quien es la propiciación por nuestros pecados
(Romanos 3:24-25) y el único camino a Dios (Juan 14:6)

PUNTOS RESALTANTES:

 El juicio de Jerusalén y Samaria


 Razones para el juicio.
 El juicio a los líderes de Israel.
 La profecía de un futuro reino.
 La profecía de un Mesías de Belén.
 El juicio a la persona.
 Promesas de Dios de perdonar y restaurar.

PREGUNTAS DE REPASO

1. ¿Cuál es el versículo más poderoso que da ánimo en relación con la batalla contra
el mal?

2. ¿Cuál es la importancia de la victoria de Cristo en la cruz, y qué repercusiones


tiene para el entender que Dios es amor y justicia?

3. ¿De qué manera podemos no solo debemos perdonar, sino también olvidar lo
que se nos hizo?

4. ¿De qué forma podemos tener la misma actitud hacia otros como la que tiene
Dios hacia los pecadores?
LIBRO: NAHUM

AUTOR: Nahúm.

DESTINATARIO: Para los pueblos de Nínive y Judá.

FECHA: 630 – 620 a.C.

TEMA: El juicio de Dios sobre la ciudad de Nínive.

PROPÓSITO:

Pronunciar el juicio de Dios sobre Asiria y consolar a Judá con esta verdad.

MARCO HISTÓRICO:

El reino de los asirios, con su capital Nínive, había sido muy próspero varios siglos
antes de que el profeta Nahúm apareciera en escena. Su territorio, que sufrió varios
cambios a lo largo de los años con las conquistas y derrotas sufridas por sus
gobernantes, se hallaba al norte de Babilonia, entre los ríos Éufrates y Tigris, y se
extendía incluso más allá de éstos. Antiguos documentos dan testimonio de la
crueldad ejercida por los asirios contra otros pueblos. Los reyes asirios se
vanagloriaban de su barbarie, y celebraban los abusos y torturas de que hacían
víctimas a las naciones conquistadas.

En los años 722–721 a.C., los asirios conquistaron el reino septentrional de Israel,
mientras amenazaban seriamente a Judá, el reino del sur. Sólo la intervención
divina impidió la profanación de Jerusalén pocos años más tarde, en el 701 a.C.
(véase 1 R 17–19). Ahora, casi un siglo después, el imperio cuyas atrocidades
hicieron temblar al mundo, y que actuó como instrumento de Dios contra un Israel
pecador, se balanceaba al borde del precipicio de la destrucción divina.

La caída del imperio asirio, que culminó con la destrucción de su capital Nínive, en
el 612 a.C., es el tema al que está dedicada la profecía de Nahúm. La catástrofe
que estaba a punto de caer sobre el peor de los opresores de entonces, constituía
la única preocupación de Nahúm. Consecuentemente, la profecía exhibe un estilo
judicial, incorporando antiguos «oráculos de juicio». El lenguaje es poético, fiero, y
está lleno de imágenes, lo cual subraya lo intenso de la situación a que se enfrenta
Nahúm.

En tanto el juicio de Asiria constituye el tema central de Nahúm, el libro es


primordialmente un mensaje de consolación para el pueblo de Judá. Noticias de la
destrucción del gran tirano traerían cierto alivio a un pueblo acosado por la ansiedad
y el temor. El cautiverio político siempre fue un tema teológico para Israel, porque
esta era una de las maldiciones con que Dios castigaba la desobediencia (Dt 28.33,
36, 37, 49–52). Ser liberados del terror de la dominación asiria vendría acompañado
de una renovada confianza en el favor de Dios. Las dos proclamas entrelazadas de
condena y consolación están bien resumidas en 1.7–9. Desafortunadamente, Judá
no atendió a la advertencia que representó la caída de Asiria y el subsecuente
ascenso de Babilonia. Se mantuvo en una actitud de rebeldía moral, lo cual resultó
en su caída ante Babilonia en el 586 a.C.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él


confían. Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas
perseguirán a sus enemigos. ¿Qué pensáis contra Jehová? Él hará consumación;
no tomará venganza dos veces de sus enemigos» (1.7–9).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Nínive, los asirios

CARACTERISTICAS PARTICULARES: Está escrito en poesía dramática, una


exhortación a los dirigentes y gobernantes, explica en profecía, la destrucción de un
pueblo, es una visión. Por lo tanto, es profetico-historico.
RESUMEN:

El libro de Nahúm centra su atención en un solo tema: la caída de la ciudad de


Nínive. La profecía comprende tres partes principales, correspondientes a los tres
capítulos del libro.

El primero describe la majestad y el gran poder de Dios, y cómo ese poder obra
protegiendo a los justos y juzgando a los impíos. Aunque Dios nunca se apresura a
juzgar, no puede presumirse que se mantenga paciente para siempre. Toda la tierra
está en sus manos; y aun la naturaleza tiembla cuando Él aparece en la plenitud de
su poder (1.1–8). Pero el Señor promete restaurar la paz (1.15), derrotar a los
enemigos de su pueblo (1.13–15) y remover la amenaza de una nueva aflicción
(1.9). La predicción de la destrucción de Nínive constituye un mensaje de
consolación para Judá (1.15).

La segunda parte de la profecía describe la próxima destrucción de Nínive (2.1–13).


Serán vanos los intentos de defender la ciudad contra los atacantes, porque el
Señor ha decretado su caída y el ascenso de Judá (2.1–7). La ciudad se inundará,
y todas las edificaciones construidas por los hombres serán barridas (2.6). Sus
habitantes serán conducidos al cautiverio (2.7), en tanto que otros huirán
aterrorizados (2.8). Sus tesoros serán saqueados (2.9); se desvanecerá toda su
fuerza y confianza (2.10). La majada de leones será desolada, porque «heme aquí
contra ti», dice Jehová de los ejércitos (2.11–13).

El tercer capítulo constituye la parte final del libro. El juicio de Dios puede parecer
implacable, pero su condenación está justificada. Nínive fue una «ciudad
sanguinaria» (3.1), una ciudad culpable de derramar la sangre inocente de otros
pueblos. Era una ciudad conocida por el engaño, la falsedad, el robo y las
atrocidades que cometía (3.1, 4). Tales monstruosidades ofendían a Dios, así que
su veredicto era inevitable (3.2, 3, 5–7). Como Tebas, ciudad egipcia que cayó pese
a sus numerosos aliados y poderosas defensas, Nínive no escapará al juicio divino
(3.8–13). Todos los esfuerzos para sobrevivir serán inútiles (3.14, 15). Dispersas
sus tropas, muertos sus príncipes, y perdidos por los montes sus habitantes (3.16–
18). El juicio de Dios ha llegado, y los pueblos que una vez fueron víctimas de Asiria
celebran las noticias de su caída (3.19).

ESQUEMA DE CONTENIDO:

1. La promesa de la destrucción de Nínive (1).


2. Los detalles de la destrucción de Nínive (2).
3. Las razones para la destrucción de Nínive (3)

REFERENCIAS PROFETICAS:

Pablo repite Nahúm 1:5 en Romanos 10:15, con respecto al Mesías y Su ministerio,
así como los apóstoles de Cristo en Su tiempo. También puede ser entendido de
cualquier ministro del Evangelio cuya ocupación sea “predicar el Evangelio de la
paz.” Dios ha hecho la paz con los pecadores por medio de la sangre de Cristo, y le
ha dado a Su pueblo la paz que “sobrepasa todo entendimiento” (Filipenses 4:7). El
trabajo del predicador también es “...anunciar la paz, de los que anuncian buenas
nuevas,” cosas tales como la reconciliación, la justificación, el perdón, la vida, y la
salvación eterna por un Cristo crucificado. La predicación de tal Evangelio, y el traer
tales nuevas, hacen sus pies hermosos. La imagen aquí es de uno que corre hacia
otros, deseoso y gozoso de proclamar las Buenas Noticias.

PUNTOS RESALTANTES:

Dios es paciente, poderoso y santo. Nínive es mala, corrupta y es juzgada.

Dios castiga a Nínive y es destruida.

Dios detalla la destrucción de Nínive y queda totalmente arruinada.

PREGUNTAS DE REPASO:
1. ¿Qué lecciones para poner en práctica podemos aprender de la vida de
Nahúm?

2.- ¿Por qué es importante el tema de Dios Juzga en Nahum?

3. ¿Por qué es importante el tema de Dios Gobierna en Nahúm?


LIBRO: HABACUC

AUTOR: Habacuc.

DESTINATARIOS: Judá (reino del sur) y el pueblo de Dios en todas partes.

FECHA: 606 a.C.

TEMA: El vivir por fe.

PROPÓSITO:

Mostrar que Dios aún tiene las riendas del mundo a pesar del aparente triunfo del
mal.

MARCO HISTÓRICO:

Habacuc vivió durante uno de los más críticos períodos en la historia de Judá. El
país había descendido de las alturas de las reformas de Josías hasta las
profundidades de los abusos que sufrían sus habitantes, las medidas opresivas
contra los pobres, y el colapso del sistema legal. El mundo que rodeaba a Judá
estaba en guerra, con Babilonia ganando ascendencia sobre Asiria y Egipto. La
amenaza de invasión desde el norte se sumó a los problemas internos de Judá.
Habacuc probablemente escribió su libro en el intervalo entre la caída de Nínive, en
el 612 a.C., y la caída de Jerusalén en el 586 a.C.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los
tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la ira acuérdate de la
misericordia» (3.2).

PERSONAJES PRINCIPALES: Habacuc, los caldeos (babilonios).

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:
El libro tiene una clara unidad temática y literaria. La división viene marcada por el
género literario de cada sección. En principio, hay dos expresiones que señalan dos
modos diferentes de expresarse: la introducción inicial, «Oráculo del profeta
Habacuc» (1,1) y la introducción del Salmo «Oración del profeta Habacuc». Hay, al
menos, dos partes diferentes, un oráculo contra una nación extranjera y una súplica

RESUMEN:

El libro de Habacuc ofrece un relato de una jornada espiritual, testimonio del


peregrinaje espiritual de un hombre que transita de las dudas a la fe. La diferencia
entre el comienzo del libro (1.1–4) y su final (3.17–19) es impresionante.

En los primeros cuatro versículos Habacuc demuestra estar abrumado por las
circunstancias que le rodean. No puede pensar en otra cosa que no sea la iniquidad
y la violencia que ve en medio de su pueblo. Aunque se dirige a Dios (1.2), cree que
Él se ha ido de la escena terrestre: Sus palabras han sido olvidadas; su mano no se
manifiesta; Dios no puede ser hallado en ninguna parte. Los hombres están en
control de todo y, lo que es peor, los hombres malos. Ellos actúan como se esperaría
de quienes no tienen ningún freno de Dios. Palabras y frases como éstas describen
la escena: «iniquidad... dificultades... saqueos... violencia... pleitos... contiendas...
la ley es ineficaz... la justicia nunca prevalece... los malvados tienden cerco a los
rectos... el juicio de los perversos prospera».

¡Qué diferente es la situación en los últimos tres versículos del libro (3.17–19)! Todo
ha cambiado. El profeta ya no está bajo el control de las circunstancias o ansioso
por su causa, porque ha alzado la vista. Los acontecimientos del momento no
nublan ya su mente, porque se ha elevado por encima de ellos. En lugar de dejarse
dominar por las contingencias del mundo, Habacuc ha puesto su esperanza en Dios;
ha comprendido al fin que el Señor se preocupa por sus criaturas. Dios es la fuente
de su fuerza y alegría. Se da cuenta de que ha sido llamado para propósitos más
altos. «Y en mis alturas me hace andar» (3.19). La terminología del último párrafo
contrasta de manera notable con la del primero: «me alegraré en Jehová... me
gozaré en el Dios de mi salvación... el Señor es mi fortaleza... hace mis pies como
de ciervas... en mis alturas me hace andar» (3.18, 19). Así que Habacuc ha pasado
de la queja a la confianza, de la duda a la fe, del hombre a Dios, del valle a la cima.

Si lo central del evangelio es el cambio y la transformación, el libro de Habacuc


demuestra una renovación evangélica. En el centro del cambio y en el centro del
libro, se alza este claro credo de fe: «El justo por su fe vivirá» (2.4). Para el profeta
la promesa es para protección física en tiempos de insurrecciones y guerra. Cuando
la anunciada invasión extranjera se convierta en una realidad, ese remanente de
justos para quienes Dios es su Señor, quienes confían y dependen de Él, serán
liberados y vivirán. Para algunos escritores del Nuevo Testamento, como Pablo y el
autor de hebreos, esta declaración de confianza y fe, se convierte en evidencia del
poder del evangelio para darnos la certeza de la salvación eterna. Para Martín
Lutero, este tema de Habacuc se convirtió en el lema de la Reforma.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. La perplejidad de Habacuc acerca de los métodos de Dios (1-2).


2. El salmo de alabanza a Dios de Habacuc (3).

REFERENCIAS PROFETICAS:

El Apóstol Pablo cita Habacuc 2:4 en dos diferentes ocasiones (Romanos 1:7;
Gálatas 3:11) para reiterar la doctrina de la justificación por la fe. La fe que es el don
de Dios, y disponible a través de Jesucristo, es al mismo tiempo una fe que salva
(Efesios 2:8-9) y una fe que sostiene durante toda la vida. Obtenemos la vida eterna
por medio de la fe y vivimos la vida cristiana por la misma fe. A diferencia del
“orgullo” en el principio del verso, su alma no es recta dentro de él, y sus deseos no
son correctos. Pero nosotros, que somos hechos justicia por la fe en Cristo, somos
totalmente justificados, porque Él ha intercambiado Su perfecta justicia por nuestro
pecado (2 Corintios 5:21), y nos ha permitido vivir por fe.

PUNTOS RESALTANTES:
 Habacuc pregunta a Dios (por que los malvados se quedan sin castigo).
 Dios responde a Habacuc (el juicio aunque lento llegara)
 Habacuc ora a Dios (Oh Jehová he oído tu palabra y temí, oh Jehová aviva
tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en
la ira acuérdate de la misericordia)

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿Por qué Dios permite que la injusticia continúe en Judá? (Cap. 1: 1-11)

2.- ¿Por qué Dios permite que los malvados traigan juicio? (Cap. 1:12-2:20)

3.- ¿Qué evidencia podemos mostrarle a una persona, para alentar una actitud de
fe en tiempos de opresión?

4.- ¿Qué significa vivir por fe?


LIBRO: SOFONÍAS

AUTOR: Sofonías.

DESTINATARIO: Para Judá y todas las naciones.

FECHA: 630 a.C.

TEMA: El día del Señor.

PROPÓSITO:

Estremecer al pueblo de Judá a fin de que abandone su indiferencia e instarlo a


volver a Dios.

MARCO HISTÓRICO:

Cien años antes de su profecía, el reino del norte (las diez tribus de Israel) había
caído en manos de Asiria. La gente había sido llevada al cautiverio por sus captores,
y la tierra repoblada con grupos procedentes de otros lugares. Bajo el rey Manasés
y el rey Amón, padre de Josías, se le había pagado tributo a Asiria para que no
invadiera el reino del sur.

La alianza con Asiria no sólo afectó a Judá políticamente, sino que las prácticas
religiosas, las costumbres y hasta las modas de los asirios, sentaron pauta allí. En
Judá se le ofreció protección oficial a las artes mágicas de adivinadores y
encantadores. La religión astral se hizo tan popular que el rey judío Manasés levantó
altares, sobre el techo del templo, para adorar el sol, la luna, las estrellas, los signos
zodiacales y todos los cuerpos celestes (2 R 23.11). El culto a la diosa madre de
Asiria se convirtió en una actividad en la que se involucraron todos los miembros de
las familias judías (Jer 7.18). Sin embargo, cuando el joven Josías tomó las riendas
del gobierno, la amenaza asiria estaba disminuyendo. El golpe final al poder asirio
llegó cuando una insurrección babilónica puso eventualmente fin a la destrucción
de Nínive.
Tras un largo silencio, las verdaderas voces proféticas se escucharon de nuevo en
Judá. Junto con Sofonías, Jeremías alentaba el avivamiento dirigido por el rey
Josías. El libro de la Ley había sido hallado en el templo. Como una consecuencia,
la tierra fue purgada de prácticas y sacerdotes idólatras, el templo limpiado y se
ofrecieron miles de sacrificios al ser restablecida la Pascua (2 Cr 34; 35).

Retrospectivamente, puede afirmarse que la reforma se limitó a los aspectos


externos del culto, porque los corazones de la gente no habían cambiado. Aun así,
existía una sensación de que todo marchaba bien en las relaciones de Dios y el
resto del mundo, porque vivían momentos de paz y prosperidad. Dentro de esta
atmósfera complaciente, el devastador mensaje de Sofonías llegó como un trueno
ensordecedor.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra sus
juicios; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizá seréis guardados en el día del
enojo de Jehová» (2.3).

PERSONAJES PRINCIPALES:

Rey Josías y Judá

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

Es un libro corto, escrito con un estilo directo y concreto, y sus profecías se pueden
acercar por sus temas y su estilo a las de Amós. Mira los problemas prácticos sin
grandes pretensiones teológicas, denunciando con fuerza los pecados contra Dios
y contra el prójimo, que están haciendo la situación insostenible y van a provocar la
irrupción del día del Señor
RESUMEN:

Sofonías observaba el desarrollo político de Israel (el reino del norte), Judá (el reino
del sur), y de todas las naciones vecinas, desde la perspectiva de que el pueblo
debía reconocer que Dios gobernaba la historia. Al hablar como oráculo de Dios,
Sofonías comprendía que el Señor utilizaba a otras naciones para traer juicio sobre
su pueblo rebelde. Estaba espantado de que, después de la catástrofe de las tribus
del norte, el pueblo de Judá todavía mantenía la prepotente noción de que Dios no
era capaz de hacer ni bien ni mal (1.12).

Como sucede con la mayoría de los profetas, los escritos de Sofonías tienen tres
componentes: El pronunciamiento de juicios específicos, y a veces universales, por
el pecado; un llamado al arrepentimiento, porque Dios es justo y está deseoso de
perdonar; y una promesa de que el remanente que ha hecho de Dios su refugio será
salvo.

Pocos escritores bíblicos describen la ira de Dios, o el gozo de Dios, tan vívidamente
como Sofonías. Se ve a Dios recorriendo las calles de Jerusalén con una linterna a
fin de encontrar y castigar a los impíos (1.12); la profecía que describe el Día del
Señor en 1.14–18 es algo impresionante. Un llamado al arrepentimiento sigue a
estos pasajes. Los primeros dos capítulos y medio profetizan un juicio de tales
dimensiones que aun consume a la naturaleza (1.2, 3); «de mi celo será consumida
toda la tierra» (3.8).

El uso repetido del término «el Día del Señor» indica que el libro de Sofonías
contiene un mensaje sobre el fin de los tiempos. El Día del Señor equivale a un
tiempo, o al día determinado, cuando Dios cumplirá su propósito para la humanidad
y la tierra. El justo será recompensado con eterna bendición y el impío será
castigado con eterna condenación.

Amós fue probablemente el primero en utilizar el término «el Día del Señor» (Am
5.18–20). Isaías, Jeremías, Abdías y Joel se refieren a éste como el día del juicio
final. En el Nuevo Testamento, «el día de Jesucristo» (Flp 1.6) tiene el mismo
significado. Para una explicación más amplia de este concepto véase la nota a
Abdías 15.

Aunque el mensaje de Sofonías tiene significación futura, Judá y las naciones


vecinas esperaban un inmediato cumplimiento de las profecías. Comenzando con
Asiria, los juicios se cumplieron en unos pocos años, cuando el templo fue
completamente destruido y los judíos llevados a la cautividad babilónica.

Aunque Dios llamó a los profetas para que pronunciaran un terrible mensaje, estos
también sabían que la ira y el juicio de Dios expresaban sólo uno de los rasgos de
la naturaleza divina. Habacuc se refirió elocuentemente a Dios como aquel que «en
la ira» se acuerda de «la misericordia» (Hab 3.2). En el libro de Sofonías, Dios
ciertamente recuerda; promete purificar y restaurar al remanente fiel (3.9). Asegura
a su pueblo humillado que nadie lo atemorizará de nuevo, porque él echa fuera a
su enemigo (3.13, 15).

Entonces los invita a cantar, gritar, regocijarse de todo corazón. Y Dios se une a la
celebración como lo haría un victorioso general que regresa junto a los camaradas
que ha rescatado. Dios celebra al unísono con su pueblo, con cánticos y
demostraciones de júbilo, mientras le habla de su amor (3.14–17).

Sofonías finaliza con la tierna promesa de Dios de que congregará a todos aquellos
que han sido expulsados de su tierra y les dará fama y renombre entre todos los
pueblos (3.20).

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. La ira de Dios (1).


2. El castigo para los enemigos de Dios (2:1 - 3:8)
3. La restauración del pueblo de Dios (3:9 – 20).

REFERENCIAS PROFETICAS:

Gran parte de las bendiciones finales sobre Sion pronunciadas en los versos 14-20,
aún están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que estas son profecías
mesiánicas que aguardan la Segunda Venida de Cristo para que se lleven a cabo.
El Señor ha quitado nuestro castigo solo a través de Cristo, quien vino a morir por
los pecados de Su pueblo (Sofonías 3:15; Juan 3:16). Pero Israel aún no ha
reconocido a su verdadero Salvador. Esto aún está por suceder (Romanos 11:25-
27).La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté en
medio de ellos, será cumplida cuando Cristo regrese a juzgar y redimir al mundo
para Él mismo. Así como Él ascendió a los cielos después de Su resurrección, así
también Él regresará y establecerá una nueva Jerusalén sobre la tierra (Apocalipsis
21). En ese tiempo, todas las promesas de Dios para Israel serán cumplidas.

PUNTOS RESALTANTES:

 El hecho de la llegada del Día del Juicio de Judá.


 La llamada al arrepentimiento.
 La llegada de la ira y la restauración.

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿Cómo puede usted llamar a la gente al arrepentimiento sin llegar a ser tan
negativo como para perder a su audiencia?

2.- Contraste las condiciones sociales de Jerusalén en los días de Sofonías con las
condiciones futuras en el reino de Dios (3:9-20)
LIBRO: HAGEO

AUTOR: Hageo.

DESTINATARIO: El pueblo que vivía en Jerusalén y los que regresaron del


cautiverio.

FECHA: 520 a.C.

TEMA: La reconstrucción del templo.

PROPÓSITO:

Hacer un llamado al pueblo a finalizar la reconstrucción del templo.

MARCO HISTÓRICO:

Cuando Hageo acometió su tarea en el 520 a.C., se unió a los exiliados que habían
retornado a su tierra en el 536 a.C. para reconstruir el templo del Señor. Habían
comenzado bien, construyeron el altar y ofrecieron sacrificios, y al año siguiente
colocaron los cimientos del templo. Sin embargo, el esfuerzo en la construcción
cesó ante las burlas de los enemigos. Pero el ministerio de Hageo y Zacarías hizo
que el pueblo se recuperara y lo condujo a completar la obra en cinco años. El
templo reconstruido fue dedicado en el 515 a.C.

VERSÍCULOS CLAVE:

« ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas


artesonadas, y esta casa está desierta?» (1.4)

PERSONAJES PRINCIPALES: Hageo, Zorobabel, Josué.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Hageo fue el primero de los profetas del


pos cautiverio. Los otros dos fueron Zacarías y Malaquías. El estilo literario de este
libro es simple y directo.

RESUMEN:
El libro de Hageo aborda tres problemas comunes a todos los pueblos en todas las
épocas, y ofrece tres inspiradoras soluciones a estos problemas. El primero de ellos
es el desinterés (1.1–15). El pueblo había retornado del exilio con el propósito
declarado de reconstruir el templo en Jerusalén (Esd 1.2–4) y había comenzado la
tarea asignada; pero surgió la oposición y la obra se detuvo. La gente se había
interesado más en construir sus propias casas, quizás para olvidar el tiempo vivido
en tierra extraña (1.4). Dios les habló en dos ocasiones para despertarlos de su
apatía. Primero debían reconocer que su vida era infructuosa (1.5, 6), porque habían
desestimado la casa de Dios para ocuparse de sus propias casas (1.7–9). Los
esfuerzos por construir su propio reino no podrían jamás producir frutos
permanentes. Después de tomar conciencia de sus problemas, el pueblo debía
comprender que Dios aceptaría la obra que fuesen capaces de hacer; lo glorificarían
con solo dedicarle aquello que tenían (1.8).

El segundo problema es el desaliento (2.1–9). Algunos entre las personas mayores


dentro del grupo de los exiliados retornados habían visto el templo de Salomón
cuando eran niños, así que ningún edificio, por hermoso que haya sido, podía
compararse con la gloria del templo anterior (2.3). El desaliento de los mayores
pronto influenció a los más jóvenes, y a sólo un mes de iniciada la obra cesó la
edificación del templo. Pero, de nuevo Hageo trae un mensaje dirigido a enfrentarse
enérgicamente al desaliento del pueblo. La solución consta de dos partes: una trata
del problema inmediato, la otra ofrece una solución a largo plazo. Por el momento,
es suficiente que el pueblo se esfuerce... se esfuerce... y trabaje (2.4). La otra clave
para superar el desaliento es hacer saber a los constructores que están edificando
un templo para que Dios lo llene con su gloria, de tal manera, que éste sobrepasará
la antigua gloria del templo de Salomón (2.9).

El último problema que Hageo enfrenta es el de la insatisfacción (2.10–23). Ahora


que la gente está trabajando esperan recuperar rápidamente los años de
inactividad. Entonces el profeta se presenta ante los sacerdotes con una pregunta
(2.12, 13) sobre las cosas limpias e inmundas y su recíproca influencia. La
respuesta de los sacerdotes es que la inmundicia se contagia, mientras la santidad
no. La lección es obvia: no esperes que la obra de tres meses compense dieciséis
años de negligencia. La siguiente palabra de Dios para el pueblo constituye una
sorpresa: «Mas desde este día os bendeciré» (2.19). La gente debía comprender
que la bendición de Dios no podía ser comprada, sino que era una dádiva gratuita
de un Dios misericordioso. Dios ha escogido a Zorobabel como una señal, (2.23),
esto es, como representante de la naturaleza del siervo, la cual tuvo su máxima
expresión en el más grande hijo de Zorobabel, Jesús. Nótese el nombre de
Zorobabel en las dos listas genealógicas que aparecen en los Evangelios (Mt 1; Lc
3), lo que indica que la más alta y definitiva bendición de Dios se encarna en una
persona, la de su Hijo Jesucristo.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. La prosperidad de Israel con relación al templo (1).


2. La paz de Israel con relación al templo (2).

REFERENCIAS PROFETICAS:

Como con la mayoría de los libros de los profetas menores, Hageo termina con
promesas de restauración y bendiciones. En el último verso, Hageo 2:23, Dios utiliza
un título distintivamente mesiánico en referencia a Zorobabel, “Siervo mío”
(Comparar 2 Samuel 3:18; 1 Reyes 11:34; Isaías 42: 1-9; Ezequiel 37:24,25). A
través de Hageo, Dios promete hacerlo como un anillo de sellar, lo cual era un
símbolo de honor, autoridad, y poder, algo como un cetro de rey, utilizado para sellar
cartas y decretos. Zorobabel, como el anillo de sellar de Dios, representa la casa de
David y la reanudación de la línea mesiánica interrumpida por el Exilio. Zorobabel
restableció el linaje davídico de los reyes que culminará con el reinado milenial de
Cristo. Zorobabel aparece en el linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1:12),
como por el lado de María (Lucas 3:27).

PUNTOS RESALTANTES:

 Orden de construir la casa de Dios.


 Ánimos para terminar la casa de Dios.
PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Durante el reinado de que rey profetizó Hageo? (Cap.1)

2. ¿A quién profetizó Hageo?

3. ¿Qué dijo la gente?

4. ¿Qué les preguntó el Señor a través de Hageo?

5. ¿Qué les pidió considerar el Señor?

6. ¿Por qué hubo sequía en la tierra?

7. ¿Cómo respondieron Zorobabel y Josué, el sumo sacerdote, a las palabras de


Hageo?

8. ¿Qué preguntas se hicieron de Zorobabel y Josué sobre el templo? (Cap.2)

9. ¿Qué dijo el SEÑOR que era suyo?

10. ¿Cómo dijo el Señor que sería la gloria de la casa postrera en comparación con
la antigua casa?

11. ¿Qué iba a hacer el Señor con los reinos de los paganos?
LIBRO: ZACARÍAS

AUTOR: Zacarías.

DESTINATARIO: Judíos de Jerusalén que regresaron del cautiverio en Babilonia y


pueblo de Dios en todas partes.

FECHA: 520 – 470 a.C.

TEMA: La terminación del templo y las promesas mesiánicas.

PROPÓSITO:

Dar esperanza al pueblo de Dios al revelar la divina liberación futura a través del
Mesías.

MARCO HISTÓRICO:

Los exiliados que retornaron a su hogar en el 536 a.C., bajo el edicto de Ciro,
estaban entre los cautivos judíos más pobres. Unos cincuenta mil regresaron a
Jerusalén bajo la dirección de Zorobabel y de Josué. Rápidamente reedificaron el
altar e iniciaron la construcción de sus vecinos samaritanos, quienes consiguieron
una orden del rey de Persia para detener las labores. Durante cerca de doca años
la construcción había sido obstaculizada por el desaliento y la preocupación con
otros objetivos. Zacarías y Hageo urgieron al pueblo a regresar al Señor y su
propósito de restaurar el arruinado templo. Zacarías alentó al pueblo de Dios,
anunciándole el día cuando el Mesías reinará desde un templo restaurado, en una
ciudad restaurada.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey
vendrá a ti, justo y salvador, humilde y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino
hijo de asna. Y de Efraín destruiré los carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos
de guerra serán quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de mar
a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra» (9.9, 10).

PERSONAJES PRINCIPALES: Zorobabel, Josué.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES: Este libro es el más apocalíptico y


mesiánico de todos los profetas menores.

RESUMEN:

El libro de Zacarías comienza con un enérgico mensaje del Señor pidiéndole al


pueblo que se arrepienta y retorne a su Dios. El libro está repleto con referencias
de Zacarías a la palabra de Señor. El profeta no trasmite su propio mensaje, sino
que comunica fielmente el mensaje que Dios le ha dado. Se llama a la gente a que
se arrepienta de su letargo y termine la tarea inconclusa.

Luego, Dios da seguridades al pueblo de su amor y cuidados en una serie de ocho


visiones. La visión del hombre y los caballos recuerda al pueblo el cuidado vigilante
de Dios. La visión de los cuatro cuernos y cuatro carpinteros alude al juicio de Dios,
primero sobre Judá y después sobre sus enemigos. En la visión del hombre con el
cordel de medir aparece una referencia apocalíptica a la bella y pacífica ciudad de
Dios. Josué, el sumo sacerdote, representa la limpieza del pecado. La magnífica
visión del candelabro de oro, alimentado por los dos olivos, es un mensaje a
Zorobabel en el sentido de que los propósitos de Dios sólo pueden ser cumplidos
por su Espíritu. El rollo que vuela emite un pronunciamiento contra los que roban y
juran en falso. La visión de la mujer sentada en medio del efa alude a la santidad de
Dios y a la limpieza del pecado. La visión de los cuatro carros describe el soberano
control de Dios sobre la tierra.

Las visiones están seguidas por una escena en la que Josué es coronado como rey
y sacerdote. Se trata de un magnífico símbolo de la venida del Mesías.
En los capítulos 7 y 8, Dios aprovecha una pregunta sobre el ayuno para reforzar
su mandato de justicia y rectitud, el cual debe anteponerse a las formalidades
religiosas.

Los capítulos 9–14 tienen un carácter escatológico (el estudio de los tiempos
postreros). Sion es restaurada, e irradia la gloria del rey que la gobierna. Dos
mensajes proféticos sobresalen. La primera profecía, u «oráculo», está en los
capítulos 9–11. Dios librará a su pueblo (cap. 9), la prosperidad del pueblo de Dios
(cap. 10) será restaurada y el pastor de Israel será inicialmente rechazado, lo cual
traerá gran desolación (cap. 11). La segunda profecía está en los capítulos 12–14.
Otra vez Dios libra a su pueblo, mientras éste se aflige por aquél al que traspasaron
(cap. 12). Una fuente se abre entonces para limpiar del pecado y la impureza (cap.
13). Por último, el Señor reinará sobre todas las naciones desde una Sion
restaurada (cap. 14).

ESQUEMA DEL BOSQUEJO:

1. Las visiones de Zacarías (1-6).


2. Intermedio histórico (7-8).
3. La venida del Mesías (9-14)

REFERENCIAS PROFETICAS:

Las profecías acerca de Jesucristo y la era mesiánica abundan en Zacarías. Desde


la promesa de que el Mesías vendría y habitaría entre nosotros (Zacarías 2:10-12;
Mateo 1:23) hasta el simbolismo del Renuevo y la Piedra (Zacarías 3:8-9, 6:12-13;
Isaías 11:1; Lucas 20:17-18), y la promesa de Su Segunda Venida, donde aquellos
que lo traspasaron lo mirarán y llorarán. (Zacarías 12:10; Juan 19:33-37). Cristo es
el tema del Libro de Zacarías. Jesús es el Salvador de Israel, una fuente cuya sangre
cubre los pecados de todos los que vengan a Él para salvación (Zacarías 13:1; 1
Juan 1:7).

PUNTOS RESALTANTES:
 Predicción de Jesús montado en un burro
 Predicción de la traición a Jesús por 30 monedas de plata
 Predicción del regreso de Jesús al monte de los olivos

PREGUNTAS DE REPASO:

1. ¿Durante el reinado de qué rey profetizó Zacarías? (Cap. 1)

2. ¿Cuánto tiempo duró el Señor indignado contra Judá?

3. ¿Quién sería un muro alrededor de Jerusalén? (Cap. 2)

4. ¿Quién estaba delante del ángel de Jehová? (Cap. 3)

5. ¿Qué vio Zacarías después de ser despertado de su sueño? (Cap. 4)

6. ¿Qué hizo Zacarías ver en la primera parte de este capítulo? (Cap.5)

7. ¿Cuáles eran los caballos que venían de entre las montañas? (Cap. 6)

8. ¿Qué odia el SEÑOR? (Cap.8)

9. ¿Contra qué naciones se pronuncia juicio en este capítulo? (Cap. 9)

10. ¿Qué va a ser abierto para la casa de David? (Cap. 13)

11. ¿Qué va a pasar con el monte de los Olivos? (Cap.14)129. ¿Qué pasará con
aquellos que no adoran? (Cap.14)
LIBRO: MALAQUÍAS

AUTOR: Malaquías.

DESTINATARIO: Los judíos en Jerusalén y el pueblo de Dios en todas partes.

FECHA: 430 – 420 a.C.

TEMA: Acusaciones de Dios contra el judaísmo postexílico.

PROPÓSITO:

Enfrentar al pueblo con su pecado y restaurar su relación con Dios.

MARCO HISTÓRICO:

Como se ha dicho, Malaquías es el último de una larga serie de hombres inspirados


por Dios, quienes, durante un período de mil años, predijeron la venida del Justo.
No sólo profetizaron la venida del Mesías, sino pusieron al descubierto con toda
claridad los pecados del pueblo y lo alertaron sobre el merecido juicio divino.

Luego de su retorno del exilio, el pueblo de Israel vivió como una comunidad
restaurada en tierras de Palestina. En lugar de aprender de las experiencias
negativas de su pasado, y retornar al culto y el servicio del Dios de sus antepasados,
Abraham, Isaac y Jacob, se convirtieron en un pueblo inmoral e indiferente. Las
reformas religiosas y políticas iniciadas por líderes como Nehemías y Esdras no
previnieron el serio declinar espiritual que se manifestó en el seno de la población
israelita. Esta grave situación hizo que Malaquías se sintiera profundamente
afectado con los problemas de su pueblo. Con fervor divino se refirió entonces a la
apatía colectiva que prevalecía hacia su amante Dios.

VERSÍCULOS CLAVE:

«Porque he aquí, viene el día ardiendo como un horno, y todos los soberbios y todos
los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis
mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y
saltaréis como becerros de la manada» (4.1, 2).

PERSONAJES PRINCIPALES: Malaquías, sacerdotes.

CARACTERÍSTICAS PARTICULARES:

En su estilo literario, Malaquías hace un uso continuo de preguntas de Dios y su


pueblo (por ejemplo, véase 3.7, 8).

RESUMEN:

Ya al inicio de su libro, Malaquías menciona el invariable amor de Dios por su


pueblo, nacido de su eterna misericordia. Esto sirve de trasfondo a las condenas y
exhortaciones que siguen. Primero, el profeta se dirige a los arrogantes, al abierto
repudio de los sacerdotes por la Ley y su influencia negativa sobre el pueblo. Los
señala como responsables de haber hecho a muchos tropezar en el pecado. De ahí
que les advierta que el Señor no va a permanecer como un mero espectador sino,
a menos que se arrepientan, los castigará severamente.

En seguida se refiere, en términos enérgicos, a la traición de los sacerdotes y laicos


que se divorcian de esposas fieles y se casan con mujeres paganas que practican
el culto a los ídolos. Esto es seguido por un serio llamado a contener sus pasiones
y ser fieles a las esposas que el Señor les dio en la juventud.

Más adelante, el profeta rechaza las prácticas irreligiosas del pueblo, su negación
de la justicia divina, y sus fraudes al Señor por la retención de los diezmos y
ofrendas que se le deben.

En una prosa ardiente y llena de fervor, a renglón seguido Malaquías describe las
cualidades del sacerdocio en el pasado. Profetiza sobre el Sol de justicia, el
Mensajero del pacto, y el extraordinario y terrible día del juicio divino, cuando el justo
será recompensado y el impío castigado.
Por último, exhorta al pueblo a observar las leyes dadas a Israel por medio de
Moisés y promete un futuro Mesías y su precursor Elías (Juan el Bautista). Esta
profecía cierra el Antiguo Testamento y lo vincula a las buenas nuevas de la
provisión de Dios en el Sol de justicia descrito en el Nuevo Testamento.

ESQUEMA DEL CONTENIDO:

1. Su indiferencia ante el amor de Dios (1).


2. Su indiferencia ante la ley de Dios (2).

REFERENCIAS PROFETICAS

Malaquías 3:1-6 es una profecía concerniente a Juan el Bautista. Él era el


mensajero del Señor, enviado para preparar el camino para el Mesías, Jesucristo
(Mateo 11:10). Juan predicó el arrepentimiento y bautizó en el nombre del Señor,
preparando así el camino para la primera venida de Jesucristo. Pero el Mensajero
que “vendrá súbitamente a su templo” es Cristo Mismo en Su segunda venida,
cuando venga en gran gloria y poder (Mateo 24). En aquel tiempo Él “limpiará a los
hijos de Leví” (v.3), significando que aquellos que ejemplificaban la Ley Mosaico,
necesitaban ellos mismos ser purificados del pecado a través de la sangre del
Salvador. Sólo entonces estarían en condición de ofrecer “una ofrenda de justicia”
porque sería la justicia de Cristo imputada a ellos a través de la fe (2 Corintios 5:21).

PUNTOS RESALTANTES:

 Recordatorio del amor de Dios.


 Reprobación a los sacerdotes pecadores.
 Se maldice le robo a Dios.
 Se profetiza el regreso de Cristo

PREGUNTAS DE REPASO:

1.- ¿Con que habían hecho cansar al Señor?

2.-De una explicación a la porción bíblica 2:17


3.- ¿Quién era el mensajero que Dios iba a enviar?

4.- ¿Qué dos calificativos recibe el Señor en 3:1?

5.- ¿Qué significan las dos preguntas en 3:2?

6.- ¿A quién iba “afinar” y “limpiar” el Señor?

7.- ¿Qué resultado traería con relación a la ofrenda?

8.- Haz una relación de los pecados que se indican en 3:5 y da una aplicación al
momento actual.
Glosario de Términos

Atalaya: Torre construida sobre un lugar elevado que sirve para vigilar una gran extensión
de terreno o de mar.

Castigo: El castigo es una sanción o pena impuesta a una persona o una nación que está
causando continuas molestias o desobediencia, causa por la que se ejecuta una acción, que
puede ser tanto física como verbal, directa o indirecta, contra quien ha cometido
una falta o delito.

Avivamiento: volver a dar vida a aquél que ha menguado en su vida espiritual.

Consuelo: Alivio que siente una persona de una pena, dolor o disgusto:

Dia Grande de Jehova, El: usualmente identifica a eventos que tendrán lugar al final de la
historia (Isaías 7:18-25) y con frecuencia es juntamente asociada con la frase “en aquel día.”
Una clave para entender estas frases es notar que ellas siempre identifican un período de
tiempo durante el cual Dios interviene personalmente en la historia, directa o indirectamente,
para llevar a cabo algún aspecto específico de Su plan.

Diezmo: era un requisito de la ley en la cual todos los Israelitas ofrendaban al tabernáculo /
templo el 10% de todo lo que ganaban y hacían crecer (Levítico 27:30; Números 18:26;
Deuteronomio 14:23; 2ª Crónicas 31:5).

Esperanza: Confianza en que ocurra o en lograr algo que se desea.

Fe: Es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve.

Gloria: Esplendor, grandeza o hermosura de Dios.

Humildad: Se aplica a la persona que tiene la capacidad de restar importancia a los propios
logros y virtudes, y de reconocer sus defectos y errores.

Ira de Dios: La ira es definida como “la respuesta emocional a la percepción del mal y la
injusticia,” con frecuencia traducido como “enojo,” “indignación,” “cólera,” o “irritación.”
Tanto los humanos como Dios expresan la ira. Pero hay una gran diferencia entre la ira de
Dios y la ira del hombre. La ira de Dios es santa y siempre justificada; la del hombre nunca
es santa y rara vez justificada.

Juicio: Ejercicio del entendimiento en virtud del cual se puede discernir la realidad, inclusive
el bien y el mal, y asi formar una opinión en cuanto a la naturaleza real de alguna cosa o
hecho, o el verdadero carácter moral de alguna persona. Generalmente cuando la biblia habla
de juicio se da por sentado que el juez es Dios. El juicio de Dios es desde luego infalible.

Justicia: Rectitud de conducto que se ajusta a las condiciones de una relación determinada.
Así, la justicia de Dios manifiesta su fidelidad consecuente consigo mismo y con su pacto.

Llanto: Derramamiento de lágrimas, generalmente acompañado de lamentos y quejas que


expresan dolor o tristeza.

Matrimonio: Relación humana instituida por Dios y aprobada por la sociedad en la cual el
hombre y la mujer cohabitan en amor y ayuda mutua. Cada sociedad define las normas del
matrimonio y determina también lo que constituye la fornicación y el adulterio, es decir, las
relaciones sexuales ilícitas, con miras a salvaguardar la familia.

Meditar: Orar o rezar en silencio y basándose en la reflexión.

Mesías: Titulo dado a Jesús y transliteración del vocablo hebreo mashiakh (ungido). En
tiempos bíblicos se ungía al rey, al sacerdote y al profeta y de ahí el término ungido se llegó
a usar para mostrar que Dios había asignado a una persona para algún trabajo en especial.

Misericordia: Aspecto compasivo del amor hacia el ser que está en desgracia, o que por su
condición espiritual no merece ningún favor. La misericordia y la gracia son actitudes y
disposiciones muy semejantes en Dios.

Obediencia: Esta palabra denota la acción de escuchar o prestar atención, someterse a la


autoridad. El significado central deriva de la relación con Dios. La obediencia a Dios es una
entrega total a su voluntad y por consiguiente obediencia y fe están íntimamente relacionadas.

Ofrenda: Don que se ofrece y dedica a Dios.


Pecado: constituye la antítesis del amor redentor de Dios, el cual las escrituras proponen
como su tesis principal. Pecado es aquel poder misterioso primordial que se opone por
naturaleza a Dios y a su buena voluntad para con el hombre, así como también todo el
conjunto de manifestaciones y consecuencias trágicas del mismo.

Perdón: Doctrina distintiva del cristianismo y expresión de una experiencia espiritual.


Presupone tres cosas, que el hombre ha pecado, que ha infringido la ley divina, y que ha
reconocido su falta y está arrepentido y que dios en su amor y en su gracia ha remitido la
culpa y ha puesto el medio para que el hombre reciba el perdón.

Remanente: Parte de una comunidad que sobrevive después de una gran destrucción y que
a su vez forma el núcleo de la posible nueva comunidad. Especialmente en sentido teológico
la palabra está cargada de significado. Se emplea para contrastar la misericordia de Dios con
su castigo, porque el remanente es señal de la ira y a la vez de la gracia divina.

Salvación: Es rescatar y preservar de un peligro inminente. Implica dar salud y seguridad.


Es su sentido más profundo es un término cuyo significado está limitado cada vez más a la
expresión del milagro divino de la emancipación espiritual de hombre del dominio y culpa,
del pecado y la muerte, y el goce de una vida eterna de comunión renovada con Dios. En las
santas escrituras, el tema se desarrolla desde el concepto puramente físico hasta el plano
moral y espiritual.

Valentía: Valor, energía y voluntad para afrontar situaciones difíciles o adversas.

Visión: Palabra que comúnmente traduce vocablos hebreos y griegos que se refieren a
experiencias extáticas principalmente de los profetas. Era un medio normal por el que los
profetas recibían los oráculos divinos.
Anexos

Anexo #1
Anexo #2
Anexo #3
Anexo #4
Anexo #5
Anexo #6
Anexo #7
Anexo #8

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