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DONACION DE ORGANOS

La donación de órganos es una cirugía en la que se toma un órgano


sano de una persona (el donante) y se pone en el cuerpo de otra
persona (el receptor) cuyo órgano ha dejado de funcionar. El
donante del órgano puede estar vivo o haber fallecido.
INTRODRUCCION

El tema de esta investigación es la Donación de Órganos, que en el último


tiempo ha estado presente en la opinión pública, desde una perspectiva
periodística, a través de los medios de comunicación masiva, en virtud de
requerimientos puntuales de personas que se agravan, mientras esperan la
disponibilidad de órganos que les permita salvar sus vidas o recuperar la
salud. Lo más evidente, y que salta a la vista, es que, pese a ser una real
posibilidad de vida, no logra consolidarse por el escaso nivel de donantes
efectivos de órganos.
La donación de órganos se encuentra dentro de un enfoque de solidaridad
para los seres humanos, en la actualidad existen varias personas que
necesitan recibir órganos para mejorar su calidad de vida y los trasplantes
muchas veces son el único tratamiento para la sobrevivencia.
La donación de órganos constituye la base fundamental del
trasplante como tratamiento óptimo de los pacientes con
insuficiencia hepática, cardiaca o renal; un tratamiento que
constituye un ejemplo de moderna tecnología sanitaria y cuya
eficacia y capacidad para salvar vidas o mejorar sensiblemente
el grado de rehabilitación de estos pacientes está fuera de toda
duda.
DESARROLLO ARGUMENTATIVO

Hoy en día, se habla mucho sobre el trasplante de órganos, aunque el tema es


complejo es preciso informarse para saber el bien que podemos hacer a otros
cuando a nosotros nuestros órganos ya no nos sean necesarios.
La donación de órganos es un acto altruista y de amor a nuestros semejantes,
por el cual una persona de forma voluntaria desea donar sus órganos a otra
persona que los necesite para vivir. Si bien los trasplantes se han convertido
en una práctica habitual, aun persisten fuertes temores en la población para
donar órganos. Lograr su superación es la clave para aumentar el número de
los dadores solidarios que hacen falta para salvar miles de vidas.

Segundo, que la necesaria compatibilidad entre donante y receptor también


aleja la posibilidad de manipulaciones que pudieran derivar en muertes “a
pedido”. La última cuestión es la más compleja. Porque hasta el presente,
aunque alguien haya manifestado expresamente su voluntad de donar, es a la
familia a la que se consulta en el momento en que aquélla puede efectivizarse.
Y tal consulta llega en un momento crucial, en general poco propicio para las
reflexiones profundas, máxime si tienen que llevar a la toma de una decisión
rápida. Cuando esté vigente el consentimiento presunto previsto en la ley, que
implica que sólo deba manifestarse expresamente la negativa a donar,
muchos de estos problemas se evitarán. Mientras tanto, las campañas
públicas deben esclarecer sobre la naturaleza de los procedimientos técnicos,
para disipar fantasmas. Pero, esencialmente, deben apuntar a que se tome
conciencia de lo que significa salvar otra vida. Porque para decidirlo en un
momento límite es menester que la idea se haya considerado y discutido
previamente, con calma y en profundidad. Nadie está exento de que la vida a
salvar pueda ser la propia o la de un ser querido. 

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