La independencia no fue un acontecimiento de la noche a la mañana, por el contrario,

fue un proceso de más de 13 años en el que la crítica, la razón y la existencia desde la

filosofía, el humanismo y las ideas tuvieron su aporte, a este proceso que nació en
Francia se le conoció como La Ilustración y tuvo repercusión en América.

El 20 de Julio de 1810 es considerado como el día en que se dio el grito de

independencia, sin embargo, este suceso fue el inicio de un proceso de transformación
para nuestra nación. En el aula de clase siempre nos han hablado del famoso viernes
que era día de mercado, de los murmullos que se escuchaban por la llegada de
Antonio Villavicencio, del préstamo que solicitaron Antonio y Francisco Moralez al
señor Llorente y de la negativa de este último porque aquel visitante no era
bienvenido. También nos dijeron que siendo las 6 de la tarde se firmó el acta de
independencia en la que se seguía guardando fidelidad al rey supremo de España y
que desde ese día somos una nación libre.

Pero detrás de esta historia hay antecedentes, ciudades como Cartagena, Cali,
Pamplona, Socorro y Mompox ya se habían declarado como gobiernos
independientes, meses antes del famoso 20 de Julio. La Nueva Granada entre 1810 y
1815 se afirma que tuvo una reorganización en la que la lucha por el poder desmoronó
los verdaderos intereses del pueblo. El conflicto de intereses, la inocencia y la avaricia
tocaron fondo, de allí que se hable de La Patria Boba. En 1815 llegó a la Nueva
Granada Pablo Morillo y su ejército por orden del rey de España. Su objetivo era
lograr una reconquista. Entre 1815 y 1819 hubo múltiples batallas por el dominio
territorial, pero el 7 de agosto de 1819 la tropa de Simón Bolívar logró vencer y desde
ahí que se hable de una verdadera independencia.

Sin embargo, esa independencia fue denominada como centralista, porque algunos
territorios del norte y suroccidente de Colombia tuvieron que librar sus propias
batallas para lograr dicha libertad. Es por eso, que es importante resaltar a todos los
actores que hicieron parte de este proceso, a los que lucharon en las batallas, los que
lucharon en silencio y a los que perdieron la vida esperando la tan anhelada
independencia, el fin de la esclavitud y la libertad.

La mujer también adquirió un papel fundamental durante el proceso de independencia,

asumió indirectamente un rol político, revolucionario y de transformación. Mujeres
valientes que se infiltraron en los ejércitos que buscaban la libertad de un pueblo que
estaba cansado e inconforme. Mujeres como Juana Velasco; quien lideró desde la
ciudad de Tunja la travesía de Simón Bolívar y junto con sus compañeras de lucha,
lograron suplir a la tropa de insumos ante las inclementes condiciones del clima que
poco a poco los debilitada. Mujeres que no usaron ni una sola arma para lograr la
victoria, pero que sin su ayuda hubiera sido imposible llegar a ella.

De acuerdo al texto: “Una mártir y heroína es el símbolo de la mujer colombiana” Se

afirma que por lo menos 150 mujeres de todas las clases sociales y grupos étnicos
fueron desterradas o asesinadas en los patíbulos, sacrificadas por la libertad de la
Patria.

Entre ellas Rosa Zarate de Peña, fusilada en Tumaco; Mercedes Abrego de Reyes,
decapitada en Cúcuta, la joven Carlota Armero en Mariquita en 1816 y Antonia
Santos en Socorro, fusilada días antes del triunfo de Boyacá. Policarpa Salavarrieta en
1817 fue fusilada con tan solo 22 años de edad y otras 150 mujeres perseguidas por el
general español Pablo Morillo.

Es por eso, que hablar de independencia también es reconocer la lucha constante de

los invisibles, de los que no aparecen en los libros de historia y que han sido relegados
al olvido. Así como los indígenas, mulatos, afros, mestizos, los pobres y los no
letrados. Han pasado 212 años de aquel 20 de Julio y su acta de independencia y 202
años de la batalla de Boyacá. Sin embargo, nos seguimos haciendo la misma pregunta:
¿Es Colombia una nación independiente?

Docentes ciencias sociales.