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LA NUEVA NARRATIVA ECUATORIANA

Si para la literatura latinoamericana se dio el florecimiento na-


rrativo a partir de 1960, la literatura ecuatoriana tuvo lo propio
a partir de la década del 70. Efectivamente surgen escritores
y obras que marcan un nuevo camino: Alicia Yánez Cossío
con Bruna Soroche y los tíos (1971), Iván Egüez con La Lina-
res (1975), Jorge Enrique Adoum con Entre Marx y una mujer
desnuda (1976), Jorge Dávila Vásquez con María Joaquina
en la vida y en la muerte, Eliécer Cárdenas con Polvo y ceniza
(1978). En esta trayectoria están también: Alfredo Barrera Val-
verde, Pedro Jorge Vera, Miguel Donoso Pareja, Raúl Pérez Torres,
Abdón Ubidia, Jorge Velasco Mackenzie, Marco Antonio Rodríguez,
Antonio Preciado; más tarde, Huilo Ruales, Ramiro Noriega y Raúl Vallejo.
Entre los más jóvenes cabe destacar a Gilda Holst, autora guayaquileña de penetrante mirada
en los problemas de las relaciones humanas y de la identidad femenina. Yanna Hadatty Mora
es una relatista que aborda con ironía y eficazmente su realidad. Je Molina explora también el
mundo de la mujer y desacralizar prejuicios y estereotipos desde una perspectiva doblemente
mágica y real de un ardo Valencia es dueño de una escritura lúcida y de un mundo centrado en
ser el signados por el extrañamiento y el desarraigo. María Gabriela alemán aradora que
deambula en el filo de la realidad y los surreal minimalista y fantasmagórica Santiago Páez
autor de interesantes y bien construidos libros de ficción especulativa donde el desafío es
doble el futuro tecnológico y la persistencia de la cosmovisión indígena ancestral aminta
buenaño poseedora de un estilo barroco y profundamente lírico
Igualmente merecen ser citadas entre lo más interesante de la actual y teratura ecuatoriana y
habida cuenta de tratarse de propuestas válidas en lo escritural y en su contenido o escritores
como Natacha salguero Rubén Darío buitrón Bayron Rodríguez liviana Santos Marcela
veintimilla Marta Rodríguez Ramiro Noriega Raúl Serrano Sánchez Oswaldo encalada encalada
Edgar Allan García Pablo cuvi Adolfo Macías Huerta Fernando Naranjo lucrecia Maldonado
Modesto Ponce handbell Martínez Marcelo B Miguel donoso Gutiérrez galo galarza Williams
Castillo María Eugenia paz y miño Santiago rivadeneira Ernesto Carrión Andrés cadena y Jorge
Salvador izquierdo
La Linares (fragmento)

Iván Egües
Yo soy la Linares piedra de toque de la ciudad nació en el año siguiente a la masacre uno de mis hombres dejo
escrito que mis ojos almendrados son como arenas movedizas gracias a mí la gente tiene de que hablar de otro
modo se pasarían lo mío rumiando su estructuras y lloviznas interiores por mí las mujeres han aprendido a
lavarse bien las partes y a cambiarse de vestido y de peinado por mí los hombres suenan en mujeres bellas o van
con ganas a la cama hacer el amor con sus esposas por mí no están solos los solos inclusive Dios porque sus
terremotos y procesiones han sido por mí por mis caderas que todo el mes en y merecen castigo exorcismo y
reparo el aire se perfuma a mi pasó y se hacen rojas las flores de todas las plantas mi fama atrás puesto los
mares y ha recibido propuestas de Miriam Califas y sultanes también de un dictador centroamericano hasta de
un óxido y un Vicario me han maldecido las esposas y me han analizado las madres los hombres de Mi ciudad
para llamar Z les tienen que haber rezado por lo menos la punta de mis guantes algunos han renunciado a sus
vidas por mí inmortalizar sus nombres junto al mío pero bien Es cierto que consiguieron ser premiados con el
escándalo luego lo fueron con el olvido yo soy la Linares bella yo soy la Linares fatal estudié hasta los 16 años
con la con las monjas del Sagrado Corazón mi padre fue de riobamba y se llamó Ernesto Martínez estuvo
enamorada do de mi madre y no se casó con ella porque a los 60 se comienza a creer en Dios pero se deja de
creer en la liturgia a la sazón a la sazón mi madre tenía 25 años y creía en el amor en las leyes y en las buenas
costumbres las bodas no son para la pareja sino para contentar a ode fraudar a una docena de inquisidores le
decía el yo creo que en el fondo debe haber pensado la diferencia de edad entre ellos y El consecuente trago
amargo del ridículo o quizás estás fantasías sobre los amores libres e insistió sos que mi madre me relataba
medio ida y que nunca supe si es verdad y en verdad era una historia contada por mi padre o a ella o simple es
alucinaciones suyas a las 2 semanas de mi nacimiento Murió mi padre era Cómo se decía en ese tiempo rico y de
buena familia Aunque de mala reputación

Investiga más sobre la labor, como


promotores de la lectura que lleva Iván
Egües. Te recomendamos este enlace:
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