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Los 12 discípulos
de Jesús
Lecciones para la iglesia de hoy
Alta Dirección:
Presidente: Enzo Chávez
Secretario ejecutivo: Fari Choque
Tesorero: Nilton Acuña
Autores:
Enrique Cárdenas
Heyssen Cordero
Daniel Solano
Javier Torres
Arland Rivera
Rusmel Coaquira
Edwin Chiroque
Fernando Rojas
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ENERO
PEDRO, EL DISCÍPULO
IMPETUOSO
INTRODUCCIÓN
En la historia de la humanidad, existen incontables registros de
hombres y mujeres que han arruinado su vida o la vida de mu-
chas otras personas, por no haber podido controlar sus impul-
sos, tomando por ello malas decisiones. Hasta el día de hoy, los
seres humanos, destruyen muchas veces sus vidas, arruinan su
felicidad, la de sus seres queridos por no haber podido controlar
sus emociones y actuando impetuosamente. La vida del apóstol
Pedro nos retrata la historia de un hombre, que, aunque era im-
petuoso, y muy poco digno de credibilidad, Jesús logró formar
en él un hombre valiosísimo para el cumplimiento de su misión.
I. “SIMÓN, PEDRO”
¿Quién fue el apóstol Pedro según el relato bíblico? En reali-
dad, el verdadero nombre del apóstol Pedro, con el cual to-
dos lo conocían era “Simón, hijo de Jonás” (Mateo 16:17).
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les y en algunas epístolas de Pablo, es el nombre de Pedro,
su nombre es mencionado 182 veces.
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Otra de las cualidades natas en Pedro eran su proactividad
e iniciativa, siempre quería saber más aprender más, respon-
der más y primero que todos los demás, ese era Pedro, era
el que se atrevía a responder las preguntas más difíciles que
nadie más se atrevería (Mateo 16: 13-16).
CONCLUSIÓN
Es probable que este año 2023, el Señor te haya llamado a des-
empañar algún cargo de responsabilidad o de liderazgo en su
iglesia, entonces no tengas miedo ni te excuses delante de Dios,
pon tus manos en las manos de Dios y con su ayuda cumple
fielmente la misión que el te ha encomendado y déjate formar
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por Dios en la responsabilidad y desafíos que el hoy te ha enco-
mendado.
Llamado: Quiero invitarte hoy a venir al Señor Jesús tal cual eres
y decirle, Señor, hoy te entrego mi vida, así como Pedro, con to-
dos mis defectos de carácter y con todas mis virtudes, para que
puedas usarme en el cumplimiento de la misión de tu iglesia.
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FEBRERO
ANDRÉS, EL DISCÍPULO DE
LAS COSAS PEQUEÑAS
Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían
oído a Juan, y habían seguido a Jesús (Juan 1:40).
INTRODUCCIÓN:
Hablar de Andrés, hermano de Simón Pedro, uno de los dos que
habían oído a Juan, y habían seguido a Jesús.
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nocer que los primeros lectores de este evangelio estarían
muy familiarizados con Pedro, pues se habría divisado, leído
y escuchado de él en los evangelios del Nuevo Testamento.
Sin embargo, es importante mencionar que Andrés no es
una persona tan notoria como el apóstol Pedro. Desde luego,
Pedro después de la crucifixión, fue una figura fundamental
para el cristianismo.
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que ellos llegaron a la conclusión de que Jesús era de hecho
el Mesías. Aunque no sabemos de qué exactamente ellos
hablaron durante esa larga entrevista, si sabemos sus resul-
tados; poco después de tal conversación, estos dos discípu-
los estaban convencidos de que Jesús era el Mesías prome-
tido. De hecho, tendrían que estar bastante entusiasmados
de tal descubrimiento que Andrés fue a buscar a su hermano
Pedro para compartir tal noticia aquella misma tarde.
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El Señor nos toma en cualquier condición material y espiri-
tual con que vengamos a Él, y nos cambia paulatinamente
por medio del poder del Espíritu Santo, perfeccionándonos
con su gracia y poder, para que así nosotros también poda-
mos recibir el don divino y ser así instrumentos útiles para
su obra; para poder ser exactamente el hombre o la mujer
que Dios quiere que seamos. Y aunque no todos vamos a
ser llamados a ser grandes predicadores y misioneros como
Pedro lo fue después de la resurrección, todos los creyentes
si tenemos el llamado a testificar de las buenas nuevas.
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• En la teología de Juan, tanto el testimonio cristológico de
los discípulos como la experiencia personal de Cristo se
vuelven necesarios para una fe adecuada. En el lenguaje
de la Primera Epístola, uno necesita la cristología correc-
ta (1 Juan 2: 22-24) a través del testimonio apostólico (1
Juan 4: 6) así como el testimonio del Espíritu (1 Juan 2:20,
27; 3:24; 4:13; 5: 7-8); se supone que esta última es insepa-
rable de la primera (1 Juan 4: 1-6, véase Juan 15: 26-27).
CONCLUSIÓN
Si hablamos de Juan y Andrés, es importante, saber que verda-
deramente qué nos motiva a seguir a Jesús, por qué le seguimos,
por qué le aceptamos como nuestro Salvador, quizá solamente lo
hacemos para que él nos bendiga materialmente, mejorar nuestra
salud o para tener la capacidad de relacionarnos correctamente
con los demás.
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LLAMADO
Andrés sin duda un siervo silencioso, que realizaba su trabajo sin
mucho alboroto, su mayor anhelo era de llevar personas al maes-
tro, salvar personas, esta tarea también es encomendada a cada
uno de nosotros hoy.
Amén.
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MARZO
JACOBO, EL DISCÍPULO
DE LA PASIÓN
INTRODUCCIÓN
La historia bíblica relata que Jacobo era el hermano mayor del
discípulo Juan. Tenía un fuerte carácter, era impulsivo, orgulloso,
con ambiciones personales, pero a pesar de ello, Jesús lo llamó
para que sea un discípulo de él. Puede ser que en esta hora yo
esté predicando a alguien que tiene las mismas características
que Jacobo, déjame decirte que hoy, el Señor puede cambiarte,
al punto de que estés dispuesto a dar la vida completa a Jesús,
al igual que lo hizo Jacobo.
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cada por el deseo de cambiar y por las grandes lecciones
que el mismo Jesús impartió a sus discípulos. Recuerda un
punto importante, el cambio de nuestro mal carácter, malas
acciones, solo dará desde el momento en que aceptemos a
Jesús que tome el control de nuestra mente y corazón.
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bo estuvo dispuesto a experimentar una transformación total
en su vida, al punto de apasionarse por Jesús.
CONCLUSIÓN
Hoy hemos visto que no hay imposibles para Dios, nosotros so-
mos limitados, no podemos cambiar nuestro propio carácter, no
podemos retroceder o borrar nuestras malas decisiones y accio-
nes, pero hay alguien que sí puede darnos una nueva oportuni-
dad, un nuevo comienzo, una página en blanco, ese alguien es
JESÚS. Él es el único que puede otorgarte la salvación.
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ABRIL
JUAN, EL DISCÍPULO
DEL AMOR
INTRODUCCIÓN
Había una vez en una escuela un muchacho tan malo que el
maestro después de haberle aconsejado, sancionado en reitera-
das veces tuvo que finalmente expulsarlo. La madre al saber de
esta situación fue a hablar con el maestro para que readmitirán
a su hijo, a lo que el maestro se negó para evitar el mal ejemplo
que daba a sus compañeros. A tanta insistencia de la madre, el
maestro se dirigió a los compañeros de aquel alumno y pregun-
to: Si volvemos a admitir a este alumno ¿Hay alguien que quiera
ser su fiador? Hubo un silencio por un momento hasta que se
escuchó una vocecita: Yo señor. Para sorpresa del maestro era
el alumno más pequeño de la clase, pero a la vez el más aplica-
do. El maestro le pregunto: ¿sabes que significa ser fiador de tu
compañero?, Si señor, que, si él se porta mal, sufriré yo el castigo.
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Propósito del mensaje:
Es mostrar que solo Jesús puede transformar nuestra vida a su
semejanza cuando le entregamos nuestro corazón a él.
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tras buenas intenciones (Rom. 7:17-19). Tal vez hayas perdido
la esperanza en ti mismo o la de tus seres queridos a causa
de tu carácter.
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a semejanza de su maestro (1 Jn. 4:8,10), entendió que cada
lección de Jesús debía llevarse a la práctica pues de otra
manera su vida no sería transformada (1 Jn. 1:6,7).
1. “Lo que hemos visto”: Juan fue un testigo ocular del minis-
terio de Jesús, y como testigo se sintió en la obligación de
dar testimonio del carácter de Dios revelado en el hijo. Fue
gracias a Jesús, que Juan pudo discernir entre una religio-
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sidad exterior y una vida cristiana transformadora. Lejos de
una obediencia basada en el miedo o fanatismo extremo,
comprendió que la salvación en Jesús te lleva a una obe-
diencia en amor a Dios y al prójimo (Jn. 14:15; Mt. 22:37-39).
2. “Lo que hemos oído”: esto habla de su cercanía con Jesús.
Juan no se conformaba con estar alrededor el procuraba
estar al “lado” de Jesús cerca su pecho. A medida que es-
cuchaba las promesas de Jesús las iba atesorando en su
corazón para compartirlas en el momento de dificultad.
3. “Eso os anunciamos”: para Juan su experiencia de salva-
ción era algo que tenía que compartirse. Como dice la
sierva del Señor: “El primer impulso de un corazón rege-
nerado es del de traer a otros también al Salvador”. (SC.,
127) Juan paso de ser Boanerges (hijo del trueno) a ser
discípulo del amor. En cada episodio del ministerio de Je-
sús, pudo contemplar el amor de Dios por la humanidad.
Fue gracias a la vida, muerte y resurrección de Cristo, de-
posito su fe y compromiso por llevar a otros al encuentro
con su Salvador.
CONCLUSIÓN
A la luz de la palabra de Dios hemos visto que es Jesús quien
toma la iniciativa de llegar a nuestras vidas. Conoce nuestro pa-
sado, nuestro presente y avizora para nosotros un futuro de es-
peranza. Así fue como la vida de Juan tuvo un rumbo diferente al
aceptar el llamado de Dios. Hoy también el Señor nos ofrece un
nuevo nacimiento, una vida nueva, un cambio de carácter que
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solo Cristo puede lograr en nuestras vidas. Entonces es propicio
responder: ¿Eres capaz de reconocer a Dios aun en medio de las
luchas que rodean tu vida? ¿Puedes, en los momentos difíciles,
escuchar su voz y reconocer lo que ha hecho y quiere hacer en
tu vida? ¿Quieres ser transformado, como la experiencia de Juan,
de Boanerges en un discípulo del amor? ¿Quieres ser una nueva
criatura en Cristo Jesús?
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MAYO
FELIPE, EL DISCÍPULO
ANALÍTICO
INTRODUCCIÓN:
Puedo decir que vivimos en un mundo muy dividido por diferen-
cias muy grandes, y grietas sociales que cada vez más nos hacen
sentir que la vida está casi saliéndose de control. Las diferencias
culturales, económicas, raciales y religiosas hacen que los hijos
de Dios se vean cada vez menos entendidos y más vulnerados a
las burlas de las multitudes que han puesto en tela de juicio los
principios de Dios.
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a. ¿Qué excusas necesitas dejar?
b. ¿Cuáles son los preconceptos que te impiden obedecer
a Jesús?
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contrado a Jesús de Nazaret, el Hijo de José, aquel de quien
escribió Moisés en la Ley, y de quien escribieron los profetas”.
Lo primero que le responde Natanael es “¡De Nazaret! ¿Aca-
so de allí puede salir algo bueno?”.
CONCLUSIÓN
Es mi anhelo que estas verdades bíblicas te estimulen a seguir
en la obra de nuestro Salvador, rendirnos a Sus propósitos y vo-
luntad, y crecer en amor hacia Él y Su reino (Mt. 6:33). Oro a mi
Dios para que la vida de Felipe no solo te confronte, sino que
traiga esperanza a tu vida de que tu caminar será más sincero
y santo en el futuro debido a esta maravillosa promesa: “el que
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comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día
de Cristo Jesús” (Fil. 1:6).
¿Anhelas hacerlo?
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JUNIO
NATANAEL, EL DISCÍPULO
EN QUIEN NO HAY ENGAÑO
INTRODUCCIÓN
Natanael, significa “Dios ha dado” o “don de Dios”. Fue uno de los
primeros discípulos de Jesús y fue originario de Caná de Galilea.
El evangelio de Juan lo reconoce como un hombre piadoso que
estaba buscando la verdad acerca del Mesías en las Escrituras.
Aunque hay algunas discusiones en cuanto a su nombre, porque
no aparece en los otros tres evangelios (Mateo, Marcos y Lucas)
con el nombre de Natanael, solamente Juan lo registra como
Natanael. No obstante, los tres evangelios lo registran como Bar-
tolomé, es por ello que la mayoría de los comentadores llegan
a la conclusión que Bartolomé y Natanael son la misma perso-
na. Porque en los tres evangelios aparecen siempre en el orden:
“Andrés, Felipe, Bartolomé…” (Mt 10:3; Mr 3:18).
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Uno de los que decidieron seguir a Jesús fue Andrés, este
tenía un hermano llamado Simón, a quien lo encontró y lo
primero que hizo es contarle que habían encontrado al Me-
sías, “y lo trajo a Jesús”.
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Aplicación: Primero, el mejor método para ganar personas
para Cristo es contarles a las personas más cercanas a nues-
tro entorno acerca de Jesús. Pueden ser tus familiares, ami-
gos y vecinos. Te pregunto ¿cuántos de tus familiares, ami-
gos y vecinos aún no saben acerca de Cristo? ¿Por qué no les
cuentas que un día te encontraste con Jesús? Segundo, no
podemos quedarnos callados si hemos encontrado a Jesús.
Es lo mejor que tenemos en la vida y debemos hablar a otros.
Tercero, no discutamos con las personas, cuando éstas tie-
nen preguntas; mostremos a Cristo como la solución para las
inquietudes de la vida. Su amor es suficiente para convencer
a los corazones.
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de los discípulos acérrimos de Jesús, que estaría dispuesto a
dar su vida por su Maestro.
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personas. Debemos presentarlo a la gente como el único ca-
mino a la salvación.
CONCLUSIÓN
En esta mañana, hemos podido recodar una vez más, que todo
aquel que ha tenido un encuentro con Jesús no puede quedar
en silencio, tiene que contarles a otros que se encontró con Je-
sús. Y el método más efectivo es hablar a las personas más cer-
canas que tenemos, así como lo hicieron Andrés, Simón y Felipe.
Tal vez te has preguntado, ¿a quién podría predicar? No tengo a
nadie. Sin embargo, la misión es de Dios. Es el único que puede
mover los corazones al arrepentimiento. Lo único que tienes que
hacer es hablar de Jesús.
Elena G. de White, El camino a Cristo, ed. Aldo D. Orrego, trans. Staff de la ACES, Vi-
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gésima edición. (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 12–13.
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También es importante recodar que la misión es de Dios, él ya
estaba trabajando en los corazones de las personas. No tengas
miedo de hablar, de abrir la Palabra de Dios, porque antes que tú
y yo vayamos, el Espíritu Santo ya está obrando en los corazones.
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JULIO
MATEO, EL DISCÍPULO
COBRADOR DE IMPUESTOS
INTRODUCCIÓN
Todos tenemos una historia maravillosa de conversión. La vida
cristiana podría resumirse en antes de Cristo y después de Él.
¡Solo Cristo puede hacer ese cambio en la vida de los seres hu-
manos! Hace algún tiempo alguien me decía: “Pastor Heyssen,
si usted me hubiera conocido antes de ser adventista, jamás se
hubiera imaginado que yo llegaría a ser anciano de iglesia y un
siervo de Dios, mi vida es un milagro extraordinario de conver-
sión”. Sí, todos los que hoy abrazamos la fe cristiana, en algún
momento tuvimos nuestro encuentro con Jesús y Él cambió
nuestro modo de vivir.
¿De dónde nos sacó Dios? ¿Qué es lo que hacías sin Jesús?
¿Cómo era tu vida antes de seguir a Jesús y cómo es ahora? La
vida de Mateo es singular, un cobrador de impuestos, un hombre
despreciado y odiado por su pueblo, llegaría a ser un evangelis-
ta. La Biblia no se detiene en contarnos mucho sobre este perso-
naje, a pesar de ser el autor del evangelio que lleva su nombre,
pero lo poco que se sabe de él suficiente para ver el poder de
Cristo. Se sabe muy poco de Mateo, luego de su conversión.
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En Marcos 2:14 se le llama por su nombre judío, “Leví hijo de Al-
feo”. En Lucas 5:27-29, Lucas se refiere a él como “Leví”, y como
“Mateo” cuando se enumera a los doce en Lucas 6:15 y en He-
chos 1:13. Sin embargo, lo más grandioso se halla en su llamado.
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cas 18:10-14). En los tres casos, incluido el de Mateo, se hace
incapié en lo despreciables que eran los publicanos.
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tú? ¿De dónde tienes que levantarte? Si quieres ver milagros
de Dios en tu vida, debes levantarte, y eso no es fácil, no es
una acción sencilla, parece, pero no lo es. Cuando Mateo se
levantó de su escritorio no solo dejó su profesión, sino que
dejó dinero, trabajo, una vida cómoda, contactos con gente
importante, y tantos otros privilegios.
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so del corazón regenerado es el de traer a otros también al
Salvador” (Servicio Cristiano, p. 127).
CONCLUSIÓN
La vida de Mateo tiene tres partes marcadas. Su vida como pu-
blicano, como discípulo y evangelista. Si tú fuiste alcanzado por
el evangelio de Cristo, tu vida tiene que ser distinta.
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Sé un evangelista, abre tu Biblia con tus amigos, vecinos y fami-
liares, al igual que Mateo. No necesitas ir a la China para recién
ser un misionero, un evangelista. Todos podemos ser evangelis-
tas en nuestro derredor, en nuestro terrenos misionero.
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AGOSTO
TOMÁS, EL DISCÍPULO
GEMELO
INTRODUCCIÓN:
En el año de 1637, René Descartes publicó su famosa obra “el
discurso del método”, donde colocó a la razón y la duda racional
como el objetivo y camino respectivamente de la nueva etapa
de la historia de la humanidad: el modernismo. Se desacrali-
zó lo divino y se puso en duda todo aquello que no pueda ser
contrastado por la evidencia empírica. Sin duda, un fuerte sisma
para la iglesia cristiana y la fe. Sin embargo, pasaron los años y
llegó otro personaje tan sincero como ilustrado: Emmanuel Kant
(1724). Este propuso que, dada la complejidad de la realidad y
de los límites de la razón humana, había algo superior detrás de
cada fenómeno, lo denominó el “Noumenon”. Algo sustancial y
transcendental a los sentidos y su análisis, es el acceso a la reali-
dad a través de la moral, de donde se hallarían principios univer-
sales más altos que los que podemos encontrar con los simples
sentidos. Nuevamente la fe y la razón se volvían a encontrar. No
obstante, desde ese momento en adelante, la duda y la fe se le
han prefigurado como antagónicos. Sin embargo, Dios sabe que
la duda es algo inherente al ser humano y su naturaleza caída.
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Propósito del mensaje:
Exponer que la duda es solo un paso de antelación a la fe que
se afirma en cuanto más experiencias cercanas tengamos con
Cristo.
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Aplicación: Muchas personas tienen dudas de su misma
existencia, no reconocen a Dios como el creador de los cie-
los y de la tierra, tienen dudas de qué sucederá en el futuro,
dudan de su fe al ver que existen muchas religiones que di-
cen creer en Dios, sin embargo, nos olvidamos de que, a tra-
vés de la Biblia, encontramos a un Dios vivo, real, cercano a
su creación, y sobre todo, alguien que a través de su palabra
puede resolver toda las dudas acerca de la fe en él.
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genérica de un “incrédulo”, alguien que rechazó la fe o las se-
ñales sino más bien “no persuadido”, una persona que tiene
una carga emocional e intelectual que no ha sido satisfecha,
pero que está en proceso de serlo. Muchos de nosotros es-
tamos en ese proceso, y Jesús no nos da la espalda, sino que
quiere acompañarnos en ese camino con pruebas irrefuta-
bles de su amor y poder (Rm 12:1-3). El Señor no quiere que
dejemos de usar nuestra mente, pero tampoco quiere que
tengamos miedo de creer en algo (1 Pd 1:13).
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mismo Dios que abrió el mar rojo y cuidó de su pueblo, es el
mismo Dios que encontramos en el Nuevo Testamento, re-
sucitando a los muertos, dando vista a los ciegos, liberando
a las personas atormentadas por los demonios y ese mismo
Jesús hoy quiere vivir a tu lado por siempre, quiere ayudarte
en todos tus problemas, quiere hacer muchos milagros en tu
vida, que restaurar tu matrimonio, quiero sanar tus heridas,
solo te pide una sola oportunidad, confía en Él.
CONCLUSIÓN
Todos, en gran medida y varios episodios de nuestra vida, somos
Tomás; con nuestras dudas, limitaciones y barreras impuestas y
autoimpuestas de toda índole. Aun así, el Señor aborda nuestra
vida con todos esos bemoles y hace de ella una linda melodía
con gran sentido y belleza.
• Dios nos conoce tan finamente que sabe muy bien los pro-
fundos pensamientos e intenciones. Sabe que nuestras du-
das son muchas veces acasos de nuestra naturaleza caída y
desventurada. No nos rechaza
• El Señor se acerca a nosotros no para imponernos la realidad
de su existencia y plan para nosotros, sino que a su tiempo
y con sus maneras responde cada pregunta sincera con el
objetivo de acércanos más a Él.
• Lo único que espera el Señor es que le demos una oportuni-
dad y no para demostrarnos lo mucho que nos ama, porque él
ya lo hizo a través de su muerte en la Cruz del calvario, ahora él
quiere demostrarnos lo mucho que puede hacer por nosotros.
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Llamado: Hoy es el día de entregarle tu vida al Señor, solo ne-
cesitas abrir tu mente y tu corazón a la voz del Espíritu Santo
quien te dice: “Dame, hijo mío, tú corazón, Y miren tus ojos por
mis caminos” Prov. 23:26. Por cuántos caminos hemos transitado
en esta vida y nos hemos extraviado, lastimado, hemos sufrido
y todo por estar lejos de Dios, hoy es el día de creer en Jesús, su
palabra dice: “El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que
no crea será condenado” (Marcos 16:16). El Señor Jesús hoy quie-
re salvarte. Acéptalo, deja que él haga lo que tú ni nadie podrá
hacer por ti. Dios te bendiga.
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SETIEMBRE
JACOB, EL DISCÍPULO
MENOR
INTRODUCCIÓN
Jacob el menor, también conocido como Santiago el menor o
Santiago hijo de Alfeo (Mt 10:2-4). Fue uno de los discípulos de
Jesús, que recibió una influencia positiva de su madre llamada
María, que, según la tradición, era la hermana de María, la madre
de Jesús. En los evangelios claramente se menciona a dos dis-
cípulos con el mismo nombre: Jacob, hijo de Zebedeo y Jacob el
menor, o hijo de Alfeo (Mt 10:2-3), de este último hablaremos en
esta ocasión.
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desde Galilea, sirviéndolo… María la madre de Jacobo (el me-
nor) y los hijos de Zebedeo”.
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lo acompañarán mientras vivía en esta tierra y que luego si-
guieran su obra mientras él estuviera en el cielo.
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orgullo y su vana gloria, para dejar que Jesús haga de ellos sus
instrumentos poderosos en la predicación del evangelio.
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ron al pináculo del templo y de allí lo lanzaron al vacío, pero
como no murió, al contrario, se arrodilló y oró a Dios diciendo:
“Padre mío, por favor no les tomes en cuenta sus pecados”.
Luego de ello, lo apedrearon y murió.3
CONCLUSIÓN
Aunque no se habla mucho de Jacobo el menor, sin embargo, no
deja de ser importante su labor y entrega como apóstol de Jesu-
cristo. En esta mañana hemos visto cómo su madre pudo influir
en su vida. Vez tras vez, encontramos en momentos claves a su
madre sirviendo a Jesús. También hemos podido ver que Jesús
escoge hombres sencillos humildes para predicar su mensaje a
los humildes y encumbrados, a los ricos y los pobres. En la obra
de Dios, no es quién eres, sino con quién vas.
Oremos
Pr. Fernando Rojas Miranda
Ministerio Personal
Asociación Peruana Central
Eusebio de Cesarea, Historia eclesiástica, 2.23. Texto y notas de la edición CLIE, 1988.
3
55
OCTUBRE
INTRODUCCIÓN
Simón el Zelote fue probablemente un miembro de un antiguo
partido político conocido como los zelotes, una temida secta po-
lítica fuera de la ley. Mateo y Marcos lo mencionan justo antes
de Judas Iscariote, lo cual indica que ellos probablemente, pero
a lo largo del camino Simón aceptó a Cristo y fue un verdadero
creyente; Judas nunca lo hizo. Simón y Mateo estaban en posi-
ciones políticas opuestas, sin embargo, se convirtieron en her-
manos espirituales, quienes trabajaron lado a lado para esparcir
el evangelio del Señor con mucha devoción.
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I. JESÚS LO LLAMÓ A REUNIRSE Y A PREPARARSE. (V.13)
La palabra llamar o llamado es vital para la misión y para
vocabulario cristiano. Más que un término teológico, debe
ser una experiencia personal. Simón debe prestar atención
a quien lo llama, ir a él y estar juntos. Tanto la obediencia a
quien llama como le entrega de todo a él son esenciales
para experimentar la unidad que dará éxito a la misión.
Dios toma a los hombres como son, y los educa para su ser-
vicio si quieren entregarse a él. El Espíritu de Dios, recibido
en el alma, vivificará todas sus facultades. Bajo la dirección
del Espíritu Santo, la mente consagrada sin reserva a Dios se
desarrolla armoniosamente, y se fortalece para comprender
y cumplir los requerimientos de Dios. El carácter débil y vaci-
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lante se transforma en un carácter fuerte y firme. [...] y llega a
ser semejante a Cristo en mente y carácter” (DTG, p. 216).
Dios toma a los hombres tales como son, con los elemen-
tos humanos de su carácter, y los prepara para su servicio, si
quieren ser disciplinados y aprender de él. No son elegidos
porque sean perfectos, sino a pesar de sus imperfecciones
para que, mediante el conocimiento y la práctica de la ver-
dad, y por la gracia de Cristo, puedan ser transformados a su
imagen” (DTG, p. 261).
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El costo del discipulado se define en Lucas 9:23. Si alguno
quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz
cada día, y sígame. Nota estas palabras operativas: “negarse,
tomar y seguir”.
CONCLUSIÓN
“El levantar la cruz separa al alma del yo, y pone al hombre en
condición de aprender cómo llevar las cargas de Cristo. No
podemos seguir a Cristo sin llevar su yugo, sin tomar su cruz y
llevarla tras él. Si nuestra voluntad no está de acuerdo con los
requerimientos divinos, debemos poner coto a nuestras inclina-
ciones, abandonar nuestros deseos más queridos y caminar en
la huella de Cristo” (HHD, p. 71).
Simón, el zelote, por estar al lado de Cristo, tuvo que aprender a
mirar el Mundo desde un nuevo punto de vista. Seguir a Cristo,
para Simón, significaba dejar todo en lo que él creía. Para él, era
una revolución mental que le exigía comenzar todo otra vez; y
hacerlo con nuevas reglas.
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NOVIEMBRE
INTRODUCCIÓN
En el evangelio según San Lucas, se hace mención a dos últi-
mos apóstoles de nombre “Judas hermano de Jacobo” y “Judas
Iscariote, que llegó a ser el traidor”. Al escribir el libro de Hechos,
dice que subieron al aposento alto once varones, terminando la
lista con “Judas hermano de Jacobo”, 1.13. Mateo, en cambio, nos
habla de un “Lebeo, por sobrenombre Tadeo”, mientras que Mar-
cos hace mención de Tadeo; tanto Mateo como Marcos colocan
a este hombre en el décimo lugar en sus listas.
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Edificar (οοἰκοδ ἰκοδομέω) (oikodomeo) es la palabra griega que sig-
nifica: Fundar, Reedificar, Sobreedificar.
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CONCLUSIÓN
“La instrucción dada por Judas desde el versículo veinte hasta el
fin del capítulo, tiene el propósito de hacer de nuestra obra una
obra completa. Nos enseña cómo dirigir la batalla en el servicio
de Cristo. No debe demostrarse ningún derroche desequilibra-
do, no debe albergarse ninguna indolencia ni negligencia. No
debemos ignorar la individualidad de nadie, ni justificar en algu-
na forma la crítica despiadada o las prácticas egoístas.
Dicen los historiadores que hay una alta probabilidad que Judas
Tadeo hay sido asesinado con flechas cuando se negó a negar
su fe en Cristo. El creí a firmemente que Jesús venía en su gene-
ración. Nosotros estamos llamados a poder ser una Iglesia dis-
tintiva, que nuestra identidad y visión estén bien definida para
llevar adelante nuestra misión.
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DICIEMBRE
JUDAS ISCARIOTE, EL
DISCÍPULO TRAIDOR
INTRODUCCIÓN
El más notorio y universalmente despreciado de todos los discí-
pulos de Jesús es, sin lugar a dudas, Judas Iscariote, el traidor. Su
nombre aparece al final en todas las listas, excepto en Hechos 1,
donde su nombre no aparece. Cada vez que es mencionado en la
Biblia, encontramos una referencia a su condición de traidor. De
todos los discípulos, sin embargo, Judas fue el más preparado.
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riote, se refiere a la región de donde procedía. Está derivado del
término hebreo ish (hombre) y el nombre de un pueblo, Queriot –
hezron, un pueblo humilde al sur de Judea.
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lentosos en las cosas de Dios, y eruditos en la ciencia de la
salvación, incluso gozar de buenos comentarios o recomen-
daciones porque efectivamente, somo “buenos cristianos”. Sin
embargo, ni todo ello sirvió para que Judas no traicione a su
maestro. Elena G. de White diría: “La historia ulterior de Judas
les iba a enseñar el peligro que hay en decidir la idoneidad de
los hombres para la obra de Dios” (Conflicto y valor, p. 285).
Judas era uno de los doce que fueron llamados para hacer
milagros y potestades. Judas sanó enfermos e hizo milagros
extraordinarios. Mateo refiere “Entonces llamando a sus doce
discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos,
para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y
toda dolencia” (Mateo 10:1).
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los tiempos de Jesús. Sin embargo, “Judas estaba ciego en
cuanto a su propia debilidad de carácter, y Cristo le colocó
donde tuviese oportunidad de verla y corregirla” (El deseado
de todas las gentes, p. 664).
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En la última cena, Jesús lavó los pies de sus discípulos, lavó
los pies corruptos de Judas. Jesús habló sobre la necesidad
de estar limpios (Juan 13:9), y dijo que “no todos estaban lim-
pios”, y yo creo que Judas, se sentía aludido, pero Jesús ja-
más lo desenmascaró. Después Jesús diría, “uno de vosotros
me va a traicionar” (Mateo 26:21), Judas podría haber recapa-
citado, pero no lo hizo. Luego Jesús mismo le diría que “lo
que vas a hacer hazlo pronto” (Juan 13:27), y Judas continuó
con lo que su corazón había planificado.
CONCLUSIÓN
Es interesante notar que Judas, aún cuando abrigaba en su co-
razón, el traicionar a su maestro, seguía siendo respaldado por
Jesús. Es decir, Judas estaba “lejos de Jesús”, pero seguía siendo
el tesorero del grupo, predicando el evangelio, y hasta haciendo
milagros y hechos portentosos. Jesús respaldaba el ministerio de
Judas, aunque no aprobaba su doble vida. En la Biblia podemos
encontrar que muchas veces Dios respalda nuestro ministerio
pero no siempre lo aprueba. Por ejemplo en el caso de Sansón,
que a pesar de haber quebrado sus votos de nazareo, seguía te-
niendo fuerzas para derrotar a los filiesteos. También esto es evi-
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dente cuando Saúl seguía reinando sobre Israel aunque Dios ya
había ungido a David.
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JOB 27185-22