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Si bien en nuestra historia hemos tenido muchos casos de estas designaciones, los tres últimos
gobiernos nacionales y gran cantidad de los gobiernos regionales y locales las han hecho de
modo sistemático. De allí que teniendo una gran cantidad de dinero, más ha primado el
despilfarro y el robo que la eficiencia, por culpa de funcionarios incompetentes y/o deshonestos.
Baste ver el espectáculo de las grandes y pequeñas coimas a todo nivel que han sido revelados
por la prensa digna; la cantidad de presidentes, gobernadores y alcaldes sentenciados o con
proceso; y la pésima ejecución de los presupuestos asignados.
Pero no cabe duda que en tan solo dos meses el gobierno de Perú Libre se ha ganado con
“méritos” el trofeo mundial de la Kakistocracia. Nunca se había visto que en tan poco tiempo
fuesen designados como funcionarios del estado en puestos altos y medianos tal cantidad de
individuos sin cultura, sin capacidad de gestión, sin merecimientos profesionales y con tan
amplios cuestionamientos éticos.
Detallar los casos sobrepasaría con mucho el espacio de este boletín, los pueden ver en la
prensa y la TV. Solo como ejemplos recientes citamos al señor que de vender en Jirón Paruro y
sin estudios universitarios ni capacidad que lo acredite para el cargo, es nombrado embajador en
Venezuela tras ser rechazado por Panamá; o el inefable personaje que ha sido nombrado como
ministro del interior. Varias de estas personas han sido removidas por denuncias de la prensa,
pero la mayoría está atornillada discretamente.
La Kakistocracia se construye con varios factores, que suelen ser además concurrentes.
Mencionaremos solamente tres.
La mayoría de los partidos que llegan al poder nacional, regional o local, no son en realidad
partidos sino grupos conducidos por un núcleo de interesados en llegar al gobierno para lucrar.
No forman a sus dirigentes, no tienen estructura orgánica, no tienen ideología, no tienen
programa para gobernar.
Los gobiernos kakistócratas no buscan funcionarios honestos, capaces y con personalidad propia:
reclutan advenedizos, gente que de no ser por el triunfo de los aventureros nunca hubieran
soñado tener dichos cargos; que sienten que al llegar al gobierno han “tocado el cielo con las
manos”. Esta gente de bajo nivel es fácilmente manipulable, pues saben que si cae “su” gobierno
volverán a su anterior situación.
Está en manos de la ciudadanía evitar la Kakistocracia: como electores eligiendo a los partidos y
candidatos que tienen capacidad de gobierno y honestidad. Como ciudadanos estando atentos al
acontecer nacional y expresando su protesta en caso de necesidad. Como activistas políticos
integrando Partidos que lo sean de verdad.
Nota final: recién redactada esta editorial tomamos conocimiento que un documento de
la Comisión de Descentralización del Congreso propone que no pueden ser nombrados ministros
o viceministros las personas que se encuentren con investigación fiscal preparatoria o están
siendo procesados por delitos de terrorismo, crimen organizado, tráfico ilícito de drogas,
corrupción de funcionarios o violencia familiar. Es una reacción inicial ante la Kakistocracia.
Esperamos que se convierta en ley y que exijan además requisitos de idoneidad profesional.
El domingo 18 de octubre con presencia del Presidente del Partido y dirigentes del CEN
juramentó el Comité Distrital del distrito más populoso del Perú, San Juan de Lurigancho, donde
vive uno de cada diez habitantes de Lima Metropolitana.
Las próximas juramentaciones de Comités Distritales en Lima serán los siguientes días de
Octubre: