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ACERCA DEL BATALLÓN CIENCIANO “GRANADEROS DEL CUSCO NÚMERO

17”. CONTINGENTE DE SANGRE DEL CUSCO EN LA GUERRA CON CHILE

El Glorioso Colegio Nacional de Ciencias del Cusco que cumple 193 aniversario de fundación republicana, y
procede de la unión de los colegios coloniales "San Bernardo" y "El Sol", es el colegio insignia del Cusco,
primer colegio republicano del Perú, alma y corazón del Cusco, es llamado "Glorioso", no por antigüedad, ni
por haber sido fundado por Simón Bolívar, sino, por haber ofrendado valiosa sangre por el país con bravura,
valentía y heroísmo, mediante el "Batallón Cienciano" liderado por el Director del Colegio de entonces, el
abogado y coronel Simón Barrionuevo Peñaranda, en lo que se denominó el batallón “Granaderos del Cusco
Número 17”, en la Guerra del Salitre del Perú contra intereses ingleses con Chile como instrumento.
Declarada la guerra, el patriotismo cusqueño estalló, y los alumnos del Colegio Nacional de Ciencias fueron
los más entusiastas y se dieron de "Alta" en calidad de voluntarios al cuartel. Quien se presentó primero fue
el portero del Plantel, el recordado “Pato” Gonzáles. Seguidamente se dieron de alta: Guillermo Cáceres
Tresierra, Manuel Villasante, Manuel Medrano, Javier Castillo, Francisco Campana, Ricardo Carpio,
Antonio y Policarpo Baca, Abelardo Paredes, Manuel Jesús Araníbar, Mariano Vargas, Fidel Ávila,
Espiridión Ugarte, Camilo Cevallos, Leoncio Tejada, N. Galdo, N. Zamalloa, Pedro José Mendoza, Aparicio,
Olazábal, Cáceres, Gárate, Echegaray, Nieto; Herencia, Cevallos, y muchos otros, que se despidieron entre
lágrimas de sus madres y parientes en lo que hoy es San jerónimo, ante la imagen de la Virgen del Rosario.
Llegados al Sur, en Tacna, luego de sacrificado viaje y penurias, a poco de emprender la última marcha,
anocheció. La neblina era espesa, nadie sabía dónde nos encontrábamos y los mismos guías perdieron la
orientación, esa neblina espesa y oscura que cae en esos desiertos se llama "Camanchaca" y es tal, que a un
metro de distancia no se distingue nada. Luego, casi al amanecer del día 26 de Mayo, se le ocurrió al
Teniente Alfonso Parra, hacer prender fogatas a lo largo del campamento, gracias a lo cual, es que pudimos
regresar salvándonos de ser sorprendidos por los chilenos en nuestra contra marcha. Seguidamente, a las 7
de la mañana se dejaron escuchar los disparos de la artillería enemiga. Fue un momento indescriptible de
placer en toda la línea Peruana pues, al fin íbamos a medirnos con los chilenos. Por fin a la lucha; una ola de
santo patriotismo nos sacudió a todos, pues llegó la más grande batalla de la Guerra, la del Alto de la Alianza
y circuló entre todos el grito: ¡Vencer o Morir!.
Se tocó clarinada a las 8 de la mañana, del 26 de Mayo, y todo el Ejército aliado estaba formado en línea de
Combate, cada Batallón en columnas de Campaña. A las 10 de la mañana recorrió la Línea el Coronel
Narciso Campero, Presidente de Bolivia, y por ley de guerra, Jefe Supremo del Ejército Aliado, arengó a todos
los cuerpos, uno a uno. A los que componíamos "Granaderos Del Cusco" nos dijo: "¡Sois los mejores
Soldados del Perú y espero que este día no desmintáis esta justa fama!". Al poco tiempo, se presentó el bravo
y sereno Sargento Mayor Don Feliciano Loaiza, tomó el mando de los "Granaderos del Cusco", y al toque de
¡ataque!, alcanzamos al enemigo como a unas seis cuadras de la línea. Los chilenos también venían a nuestro
encuentro. Empezó la lucha. Cuando ya habíamos sufrido algunos claros del “Granaderos", el Mayor Loaiza
ordenó ¡Fuego a discreción!.
Luego de feroz combate y carnicería, siendo las 2 de la tarde, cuando más o menos de 400 hombres que
entraron en combate, quedamos, junto al fuerte Boliviano aliado, 40 a 50 casi todos heridos. En el campo de
batalla murieron los Capitanes Sagástiguez, Vásquez y La Chavera; resultaron heridos los oficiales
Tenientes: Alvarez, Granda, lsaac Cuadros y Ventura Guevara.
Los únicos sobrevivientes de esta batalla, cusqueños y residentes en esta ciudad fueron: Florentino Béjar, el
portero “Pato” Gonzáles, ambos por entonces Sargentos Primeros del “Granaderos”; el Brigadier Calvo;
Guillermo Gárate y el Teniente-Capitán Javier Sota. Hubieron otros sobrevivientes fuera de Cusco.
Esta es la historia de cómo participó en batalla el Batallón Cienciano "Granaderos del Cusco", de ahí que se
denomina ¡Glorioso! al Colegio Nacional de Ciencias, por haber defendido a la patria en los momentos más
difíciles en la Guerra con Chile, junto a los demás batallones del ejército y del pueblo.

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