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¡Que viva Chana, abajo Chávez!

Celis Hernández - www.aporrea.org


20/07/07 - www.aporrea.org/regionales/a38602.html
Después de pasar su vida con exclusivos clientes nacionales e internacionales, compartiendo desayunos conspirativos con huéspedes de lujo como el general
González González. De prestar sus buenos oficios para reunir en secreto a los golpistas con César Gaviria. De tomarse más que un té con Gustavo Cisneros, o
albergar con calidez de barro a Carlos García, hijo de Blanca Ibáñez y socio del suyo, Pedro Castillo Uzcátegui.

Luego de tantas proezas que demuestran su inobjetable espíritu revolucionario, esta mujer, Ana Trinidad Uzcátegui (Chana), decoradora, arquitecto de sueños
de los magnates que desde sus famosos Ranchos tienen la exclusiva vista al mar en cada una de sus originales posadas, se ha visto obligada a exteriorizar que
pasado el tiempo, antes de aprestarse a escribir sus memorias, ha entrado en su humanidad, en su alma, en su pensamiento, el espíritu de nada más y nada
menos que de Rosa de Luxemburgo.

Pero lo asume con la humildad del elegido llamado a hacer el bien. Así lo vimos el pasado domingo 15 de julio, cuando apareció en la plaza de la Bahía, entre
franelas rojas, con las consignas coreadas por el pueblo ¡Chana¡, ¡Chana!, vanagloriada entre funcionarios nacionales y sudorosos y adiposos cuerpos de
tiraneros, porque gracias a la bondadosa Chana y no al gobierno, llegó el progreso a ese olvidado pueblo.

Un pueblo que durante años le quedó cerquita, hediondo él de tanta contaminación, pero al que Chana, transportada ella ahora por Marx, desistió de esa vieja
idea capitalista de apropiárselo que tuvo hasta ayer. Y ahora toda una empresaria socialista, dispuesta a acciones de amor y caridad para sus “descamisados”,
inicia su nuevo y más altruista proyecto: Hotel Chana en El Tirano.

Por su buena acción, ha sido retribuida por la revolución bonita con una pequeña contribución de 14 millardos, de los cuales ya le bajaron 4, para que haga de
esta loable misión un Núcleo de Desarrollo Endógeno, modelo en el que se entusiasma a incursionar “por recomendación de sus asesores”.

Y ella, recíproca con la Nación, patentó su sueño con el calor a pueblo, requisito indispensable para obtener los solidarios incentivos del socialismo del Siglo XXI.
Fue así como encomendó a su hijo, Pedro Castillo, de connotada reputación en el estado insular, a registrar en dos semanas 43 cooperativas, sin importar color
partidista, porque este proceso es inclusivo y estamos en una onda de reconciliación.

Como ahora “Venezuela es de Tontos”, perdón, “de Todos”, y para demostrar pluralismo y amplitud, y sobre todo para subir la moral revolucionaria de los
antolinenses, la inclusión fue precisamente de esas mujeres y hombres que alegres han ido por las calles de El Tirano haciendo pintas como “Chávez maldito”,
“Chávez asesino” y ¡Viva RCTV!.

A esos seres que se las han jugado todas en cada contienda electoral por oponerse a los chavistas y obstaculizar la continuidad del proceso revolucionario, les
llegó su recompensa laboral al resultar favorecidos para incorporarse a la promisoria empresa socialista a través de repentinas cooperativas, que con toda razón
se saltaron al Consejo Cooperativo Estadal y al Consejo Presidencial de Consejos Comunales.

Por si fuera poco y con mucha justicia, a Chana, ya casi candidata a beata del Municipio Antolín del Campo, el gobierno le facilitó una rebajita en el precio de la
venta de las estructuras del Hotel, cuya construcción fue paralizada por uno de esos burócratas enemigos del turismo de Margarita, empeñado en decir que es
malo destruir las dunas y dañino erigir estructuras sobre los 80 metros de playa que contempla la ley, cuando justamente la idea es darle privacidad a una
exclusiva clientela que sin ningún prejuicio se incorporará a este nuevo emporio hotelero socialista, de 600 dólares por noche.

Pero los seres que nacen con clase y se codean a diario con el glamour, como es el caso de Chana y de su heredero, no tienen desperdicio si de elegancia se trata,
incluso estrenándose en el socialismo. En la página Web de Hoteles Chana, en la justificación que hacen, tal vez para explicarle a su consuetudinarios clientes,
hoy aturdidos por el cambio repentino del targuet o al menos del empaque de este Hotel, establecen con gerencia de altura, las reglas claras del juego en este
Desarrollo Endógeno auspiciado por nuestra revolución bonita:

“con turistas de alto consumo y exigencia, permitiremos al entorno social (es decir al pueblo) participar de manera activa en el servicio de estos proyectos, desde
las áreas de mantenimiento, en la jardinería, infraestructura y servicios.” O sea con cachifos señores. Marxismo puro, camaradas. ¡Que viva Chana carajo, abajo
Chávez.!
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