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El Ciclo de la vida

Sentí su peso, su carga, en mi pecho, sentí su dolor, cada respiración era un intento por
quedarse aquí, en este plano, me miraba fijamente con una mirada que aun no comprendía el
dolor, sus respiraciones fuertes que intentaban aferrarse me detuvieron al pasar en mi
bicicleta; fue inevitable no detenerme al escuchar su aliento la energía que emanaba de
sufrimiento. Sentí que debía darle agua, su lengua estaba medio salida llena de hojas y ella
tirada en a un lado de la calle, fui hasta donde Augusto mi amigo a pedirle que me diera agua
para una perrita que estaba tirada al lado de la calle, él me dio una paila con agua, regrese a
ella intente darle de tomar con mi mamo intente meter su hocico en la paila y no tomaba
nada, enfrente había una casa con el porton abierto me acerque y grite para que alguien
saliera preguntando si conocían a la perrita, ellos salieron y me dijeron que escuchaban
gemidos pero pensaban que eran los pajaros. Yo solo estaba allí pensando como podía
ayudarla seguía intentando abrir su boca para que tomara agua abriéndole de un lado su
hocico para que tomara agua, ella intentaba tragar, vi un hombre barriendo hojas en la calle
me levante y lo llame preguntando si conocía de quien era la perrita, luego vi a dos señoras y
un señor platicando; me acerque para preguntarles si conocían de quien era la perrita les
conté que ella estaba mal, que yo sospechaba que estaba agonizando, una de las señoras me
siguió para verla ella, allí seguía el señor de la casa de enfrente empezaron a platicar y la
señora sugirió que le dieran leche , el señor entro a la casa y fue a traer un poco en un
vasito, así que empecé a darle poco a poco ella empezó a tomar, la empecé a
examinar: primero las patas a ver si estaba herida, reconocí que era hembra, toque su
vientre para saber si estaba embarazada, estaba muy inflamado, sus mirada estaba
fija en mí, ella sabía que yo intentaba ayudarla, seguí intentando darle leche, la señora
me dijo que la subiera a la acera, así que intente levantarla, sus respiraciones eran
cada vez más fuerte, pensé en llamar al veterinario pero una presión en el pecho me
decía que ella ya estaba a punto de morir, la acaricie, puse mi mano en su cabeza y
en su abdomen pidiendo liberación de su dolor, pude escuchar cómo se retorcían su
intestino. La señora y yo comprendimos que no podíamos hacer nada que debíamos
ayudarla a morir, así que solo la acariciamos y pedimos porque ya muriera.
Ella empezó a estira su cuello, sus ojos se miraban tan brillantes, su iris se tornaba
dorado y poco a poco empezó a volverse negro, estiro de nuevo sus patas y su cuello,
de repente empezó a salir liquido amarillo de su boca que parecía leche cortada, dio
un ultimo respiro y se fue. Sentí alivio en mi pecho y me sentí muy tranquila. Mire los
árboles moviendo sus hojas y agradecí al viento que la acompaño en su vuelo.
Luego el señor y la señora dijeron que no podían dejarla allí, que debíamos meterla en
un saco, así que el señor fue a buscar uno y con mucho cuidado la señora y yo
empezamos a meter su cuerpo en el saco y lo amarramos.
Me alegro mucho estar allí para acompañarla en su transición, siempre es doloroso ver
partir a alguien. Pero puedo estar con ella, estuvo acompañada y fue amada.

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