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“El alumnado toma el control de sus propios procesos de aprendizaje”

Antonio A. Márquez

El aprendizaje activo es aquel en el que el alumnado pasa de un aprendizaje


conceptual a un aprendizaje práctico, aplicado a situaciones concretas en las
que se exijan poner en juego diferentes conocimientos, habilidades, destrezas o
técnicas, junto a un conjunto de procedimientos y actitudes que le permitan
resolver con éxito la tarea planteada en diferentes situaciones reales o simuladas.

Pero, además, pasa porque el alumnado tome el control de sus propios


procesos de aprendizaje, planificando sus acciones, tomando decisiones,
monitoreando su proceso y valorando la eficacia de sus acciones para asumirlas
y aplicarlas en aprendizajes futuros, o para reajustarlas hasta alcanzar un
dominio efectivo.

“El alumnado tiene que dialogar, investigar, crear y compartir”

Manoli Fernández

Para mí el aprendizaje activo es aquel en el que nuestro alumnado se ve en la


situación de tener que dialogar, investigar, crear y compartir. Un aprendizaje
significativo que nace de la propia motivación y construcción de los chicos y
chicas promoviendo el pensamiento crítico. El aprendizaje activo pone en juego
las distintas competencias y los distintos tipos de pensamiento para un desarrollo
completo de nuestros jóvenes.

“Aprender se convierte en un acto de creación y movimiento”

Cristian Olivé

En el aprendizaje activo, los alumnos piensan sobre lo que aprenden, conectan


lo aprendido con otras cuestiones del entorno y lo trasladan a un nuevo
lenguaje. El hecho de aprender, pues, se convierte en un acto de creación y
movimiento. Este aprendizaje nos acerca a una educación más integral ya que
sitúa a los alumnos en el centro, aprovecha sus potenciales, los interpela y los
invita a ser agentes de cambio.
A la hora de plantear una actividad que promueva el aprendizaje activo, podemos
basarla en cuestiones de actualidad y relacionarla con los intereses o inquietudes
de los alumnos. A partir de ahí, podemos desplegar la reflexión y el espíritu
crítico mediante estímulos y con la interacción de las relaciones sociales. Es
importante también integrar los conocimientos de varias disciplinas e invitar a
los estudiantes a mezclar diferentes modalidades de lenguaje, ya sea el
literario, el científico, el técnico, el audiovisual o el artístico, entre otros.

La actividad de aprendizaje debe favorecer, por supuesto, el autoconocimiento, la


creatividad y los demás talentos de los alumnos. Además tiene en cuenta las
diferencias entre ellos y, por tanto, se presenta de forma abierta, sin un único
modo de resolución y con distintos grados de dificultad. Todo el proceso está
previsto como un seguimiento continuado y sumativo y debe aplicar en todo
momento las mejoras correspondientes según las sugerencias del alumnado.

“El aprendizaje activo es aprender haciendo”

Profe Ramón

El aprendizaje activo es, sencillamente, aprender haciendo, es fomentar en el


alumnado el pensamiento crítico involucrándolos de lleno en el proceso de
aprendizaje y en la elaboración del material que usarán en dicho proceso.

“El papel del docente es clave”

Coral Elizondo

El aprendizaje activo está relacionado con el constructivismo, con la


construcción activa y constructiva del conocimiento por parte del propio estudiante.
Considerando que aprender no es copiar o reproducir la realidad sino construir el
conocimiento, es decir integrarlo, modificarlo y establecer relaciones con los
conocimientos previos, entonces hablar de aprendizaje activo es hablar de
promover en el aula el aprendizaje intencional y reflexivo del estudiante por
medio de los andamiajes necesarios, la instrucción directa y las interacciones
sociales adecuadas.
Nunca el aprendizaje activo debe confundirse con laisser faire. El papel del
docente es clave. Hattie habla de docentes evaluadores, que conocen la zona de
Desarrollo Próximo y los intereses de sus estudiantes, y de docentes
activadores, docentes que de forma explícita e intencionada promueven
la construcción activa del conocimiento, ofreciendo los ajustes y los apoyos
adecuados para que todo el alumnado pueda construirlo. Yo añadiría entonces
que hablamos de docentes inclusivos, porque todo esto nos lleva a una educación
centrada en la persona, a la personalización del aprendizaje que garantiza
la inclusión, la equidad y la calidad.

“Un proceso de aprendizaje personal, íntimo y único”

José Blas García

Para hablar de aprendizaje activo es preciso ver más allá de un método de


enseñanza, necesitamos entrar de lleno en la esencia de la concepción de cómo
se aprende y, por tanto, como se debe enseñar.

El aprendizaje activo se centra en la persona que aprende, y para ello es


necesario considerar al aprendiz como el auténtico artífice y constructor de su
aprendizaje y al docente como el embaucador que le orienta e involucra en un
proceso de aprendizaje personal, íntimo y único, ofreciéndole los mandos e
invitándole a desarrollar su capacidad de aprender.

Un aprendizaje que tendrá lugar a través de experiencias reales o simuladas en


el aula, con ejercicios de indagación e investigación, y mediante la interacción y
el intercambio de ideas. Propuestas vinculadas a su realidad vital.

De este modo, el aprendizaje cobra sentido, valor  y coherencia, y por lo tanto,


se convierte en fuente de motivación y de conexión entre los esquemas
cognitivos propuestos en el proceso de enseñanza y las experiencias del mundo
real que el aprendiz habita.
“Es un enfoque que descoloca tanto al profesorado como al alumnado”

Garbiñe Larralde

Cuando la actividad educativa deja de centrarse en el qué enseña el docente y el


foco se coloca en el cómo aprende el alumnado hablamos de aprendizaje activo.
Este cambio de enfoque provoca un desplazamiento de la acción, que descoloca
tanto al profesorado como al alumnado y que nos obliga a repensar nuestro papel.
Es el momento de descubrirnos como profesionales del aprendizaje y de aprender
a:

-diseñar andamiajes cognitivos sólidos.

-crear escenarios de aprendizaje social.

-acompañar procesos de pensamiento (crítico y creativo).

-guiar en la metacognición.

-proponer la transferencia de lo aprendido.

Todo un reto para el que tenemos ya muchos modelos de buenas prácticas, pero
en el que es necesario que seguir profundizando.

“Supone replantearnos qué es aprender”

Domingo Chica Pardo

El desarrollo de metodologías activas en nuestras secuencias didácticas supone


un cambio no solo en la concepción de la metodología en sí, sino también de otros
aspectos como el diseño de actividades, los distintos niveles cognitivos, la
evaluación…etc.

Apostar por un aprendizaje activo no significa únicamente que el alumnado sea


activo académicamente; además, debe ser activo reflexionando sobre su proceso
de aprendizaje, qué objetivos debe cumplir, qué planificación se le ha ofrecido y
cómo ha superado las posibles dificultades.
Supone, además, replantearnos qué es aprender y construir un recorrido con
ejercicios, actividades y tareas significativas en las que apliquen saberes,
produciéndose una transferencia competencial de los objetivos de
aprendizaje propuestos en el contexto de todos los estudiantes. Sólo así
podremos ayudarles a aprender a aprender.

“Los alumnos pueden estar activos sin aprender nada”

Juan G. Fernández

El aprendizaje activo es, en mi opinión, aquel que obliga al alumno a procesar e


integrar lo que va aprendiendo en una red de relaciones con lo que ya sabía. Para
ello no es suficiente estar activo, sino que esa actividad debe enfocarse hacia
unos objetivos concretos de aprendizaje.

Los alumnos pueden estar activos sin aprender nada. Por eso, la actividad del que
aprende debe abarcar procesos como la reflexión acerca de cómo lo está
haciendo y qué puede hacer para mejorar; mientras que la actividad del docente
implica estar atento para dar un feedback de calidad que ayude en este sentido, y
vaya profundizando en la comprensión del significado de las ideas que se van
trabajando.

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