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FACULTAD DE SOCIOLOGÍA.
INTRODUCCIÓN A LA SOCIOLOGÍA.
RECENSIÓN.
FAHRENHEIT 451.
RAY BRADBURY, 1953.
26 DE OCTUBRE DE 2022.
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¿Es la felicidad una ilusión creada por la visión predominante del mundo? ¿Es
una rareza, citando a Hemingway, conseguirla coexistiendo con la inteligencia?
Partiendo de esta interrogante se podría empezar a esbozar los primeros
dilemas en los que se encuentra nuestro protagonista Guy Montag cuando se
encuentra con Clarisse, una joven que posee una visión del mundo en conflicto
con la de Montag: Clarisse es despierta, soñadora, se hace preguntas, intenta
buscar respuestas, disfruta la vida y rechaza el piloto automático. Empezamos
con Clarisse porque esta narrativa empieza también con ella, con su irrupción
en el mundo de Guy Montag. Pero primero conviene hablar de Montag, que se
presenta a sí mismo como una persona que reconoce y acepta la autoridad,
lleva más de 10 años de oficio en la quema de libros y jamás ha leído uno, es
un miembro modelo de una sociedad que incentiva al adormecimiento y pena
tanto la creatividad como la libertad individual. Montag reproduce en su día a
día todos esos mandatos sin relinchar: ve la televisión mural, tiene un trabajo
por el cual es respetado y que cumplía a rajatabla y tenía una esposa; no se
preguntaba demasiado, no trasgredía y no caía en interrogantes que no
llevaban a más que a la perdición.
Llegado a este punto se plantea una dicotomía entre Montag sujeto social y el
mundo interno e intelectual que está descubriendo en sí mismo y que dista
radicalmente de la norma impuesta por la sociedad. Empieza el proceso y el
choque respectivo de ser un paria cultural con toda la carga que eso conlleva,
aunque todavía no ha llevado a hecho ninguna de sus inquietudes e intentase
aparentar la normalidad y el conformismo característico que se exige al
ciudadano de esta distopía empieza a ser evidente para los personajes más
atentos que Montag está pasando por un cambio. En este punto de la narrativa
se profundiza en el capitán Beatty, que personifica no solo la autoridad sino
también el apego a la norma, el castigo al que intenta construir una identidad
propia, la destrucción de la individualidad; Beatty puede ser percibido de forma
superficial como el antagonista de la novela, sin embargo también se presenta
como un personaje cargado de dualidad: está en contra de poseer libros de
forma rotunda, pero intenta desmontar a Montag citando numerosas obras
literarias, dando el autor a entender de forma implícita que Beatty ha reprimido
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sus propias creencias para poder seguir desempeñando su rol social y
profesional.
Hay otras figuras con gran carga simbólica qué resaltar: por un lado está el
sabueso mecánico, que es un aparato tecnológico de inteligencia artificial
creado para detectar a los poseedores de libros y atacarlos, que se menciona
por primera vez al oler a Montag, causándole extrañeza al recibir como
respuesta que el sabueso “solo piensa lo que queremos que piense”; o la
salamandra (criatura mitológica que se creía que podía vivir en el fuego sin
resultar dañada por él), que es el nombre que le dan los bomberos a sus
camiones y la figura con la que se identifican.
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Luego de esta discusión Montag se sumerge en un estado de alteración que lo
lleva a confesar a Mildred que tiene libros y le pide que los lean juntos y que si
descubren esa potencia destructora ambos se desharán de ellos juntos y luego
de pasar la tarde leyendo Mildred confirma su desdén, pero Montag siente una
curiosidad que crece, lo cual lo hace contactar con Faber, una figura que
simboliza la sabiduría, el conocimiento, la reflexión: es devoto a los libros y va a
enseñar a Montag a comprenderlos y a valorarlos y además ofrece ayudarlo
estando en comunicación continua con él por medio de un auricular construido
por él mismo. Luego del encuentro con Faber Montag oye su última alarma
como bombero y se encamina a su última misión, pero se sorprende cuando se
detienen en su casa, Beatty confronta a Montag con una actitud casi suicida, lo
provoca y no parece tener intención de defenderse, pero al descubrir su
auricular y poner a su aliado en peligro Montag sabe que no hay vuelta atrás,
por lo cual lo quema vivo. Es en este punto que Montag finalmente se convierte
en un paria: tiene que huir, lo están buscando no solo por poseer libros sino por
quemar al capitán, en medio de su huida esconde libros en casa de bomberos
y explota una guerra que se mencionaba en capítulos anteriores. A pesar de
ser televisado logra escapar por el río, logrando burlar al sabueso y a la
autoridad, que para engañar al televidente capturan a alguien más y lo hacen
pasar por Montag, encontrándose al final con un grupo de antiguos
intelectuales, liderados por un hombre llamado Granger, que habían huido de la
ciudad y cuyo valor reside en recordar libros de memoria para el momento que
les toque construir una mejor sociedad desde las cenizas. Al encontrarse con
estos parias Montag también se encuentra consigo mismo, empieza a pensar
de forma más libre en su espiritualidad, en sus ideales, en lo que sabe y en lo
que recuerda. Montag no está entre los bomberos, no es víctima del yugo
social, finalmente es capaz de expresar la identidad que tanto defendió: en
medio de sus iguales Montag es finalmente libre.