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El documento describe el establecimiento de la Oficina de Presupuesto en la República Dominicana en 1929 y cómo su control ha variado a través de los años entre el Presidente y el Ministro de Hacienda. También menciona brevemente el gobierno de 30 años de Rafael Trujillo, conocido por su tiranía y represión.
El documento describe el establecimiento de la Oficina de Presupuesto en la República Dominicana en 1929 y cómo su control ha variado a través de los años entre el Presidente y el Ministro de Hacienda. También menciona brevemente el gobierno de 30 años de Rafael Trujillo, conocido por su tiranía y represión.
El documento describe el establecimiento de la Oficina de Presupuesto en la República Dominicana en 1929 y cómo su control ha variado a través de los años entre el Presidente y el Ministro de Hacienda. También menciona brevemente el gobierno de 30 años de Rafael Trujillo, conocido por su tiranía y represión.
El presupuestario comenzó oficialmente en la República Dominicana, donde
representantes del país establecieron la Oficina de Presupuesto, basándose en
el trabajo realizado por la Misión de EE. UU. en Dawes. Los mandatarios antes mencionados terminaron con la promulgación de la Ley de Presupuesto N° 1111 el 1ro. mayo de 1929. Los años 1930 y 1963 se caracterizaron por el manejo centralizado del presupuesto y las finanzas públicas, colocando la oficina de presupuesto bajo el control directo del presidente de la República. De acuerdo con las Leyes Nos. 3893 y 3894 de agosto de 1954, las funciones de la Autoridad de Hacienda y Presupuesto se concentran en el ministro de Hacienda. En 1965, mediante la Ley No. 55, la Oficina de Presupuesto se fusionó con la Secretaría Técnica de la Presidencia, junto con otras oficinas técnicas del estado, para convertirse en la Oficina de Presupuesto de la Nación (ONAPRES) para crear el Sistema de Planificación del Estado. Sus 30 años de gobierno son conocidos como la Era de Trujillo, y considerados como una de las tiranías más sangrientas de América Latina. Su gobierno se caracterizó por el anticomunismo, la represión a toda oposición y el culto a la personalidad.