Está en la página 1de 3

APUNTES PARA UNA REINTERPRETACIÓN EMPÍRICA DE SAMHAIN,

por Poseidón

Cátedra Privada Venezolana de Estudios sobre Magia del Caos

Publiqué este artículo en octubre de 2010 en Coven Wicca de Venezuela. El maestro Therión me
sugirió compartirlo este año en varios grupos, lo cual estoy haciendo. Si bien fue escrito desde un
paradigma neopagano, lo que nos interesa en esta oportunidad es el análisis de la energía que,
como todos los años, se cernirá sobre la tierra durante la noche de brujas...

Como sabemos, hoy domingo 31 de octubre celebramos Samhain, la fiesta solar o sabbath más
importante del calendario pagano.

No habría mucho que decir que no haya sido escrito ya, y con la moderna tecnología es muy fácil
encontrar información que pueda complementar lo que brevemente está publicado en esta página.
No obstante, hoy amanecí con la sensación de que la diosa Brigidt me había enviado el awen
durante la noche, para que escribiera un breve comentario sobre esta celebración.

En la mitología celta, el dios astado, señor de los bosques simbolizado en el sol, que ha
acompañado al pueblo durante trescientos catorce días en un ciclo de nacimiento, crecimiento,
exaltación y declinación, muere de forma simbólica y retorna a la Tierra del Eterno Verano, al
vientre de la diosa, de donde renacerá con ocasión de la festividad de Yule, el próximo 21 de
diciembre.

De acuerdo con las antiguas creencias celtas, esa noche se descorre el velo que separa el mundo
terrenal del mundo de los espíritus, por lo que las almas de los fallecidos pueden visitar este
mundo y comunicarse con sus familiares; de allí que los rituales diseñados para celebrarlo,
recomiendan dejar un plato de comida a la intemperie como ofrenda a los difuntos.

La Wicca en cuanto religión reconstruccionista, mantiene esta tradición y en sus rituales se


efectúa una evocación de los espíritus de los antepasados.

Los antiguos celtas creían en el Inframundo, la tierra de Annwn que unas veces fue definida
como un reino subterráneo, regido por los reyes Arawn, y cuya entrada se encontraba en la colina
de Glastonbury (aunque en las leyendas artúricas, Annwn fue descrita como una isla paradisíaca
situada al otro lado del océano, parte de las islas de Tír na nÓg ó Tír na mBeo, donde fue llevado
el rey Arturo luego de morir tras su derrota en la batalla de Camlann).

Ahora bien, con posterioridad a la década de los 60's, de tanta significación para el
enriquecimiento espiritual del mundo occidental, las filosofías y creencias orientales, en especial
las de origen tibetano, fundadas en el Budismo Pranahana, traídas por los jóvenes de entonces
que retornaban del Tibet, adonde habían viajado en una suerte de peregrinación en busca de la
iluminación (mayoritariamente norteamericanos, que escapaban del reclutamiento y de la Guerra
de Vietnam), fueron gradualmente asimiladas por el neopaganismo, incorporando a sus creencias
un elemento novedoso: la reencarnación.

Si bien algunos puristas del reconstruccionismo la consideran cosa extraña, e insisten en que no
hay retorno al mundo terrenal, en la actualidad la reencarnación ha sido aceptada por la mayoría
de las tradiciones neopaganas, constituyéndose en un nuevo paradigma, que ha venido a
modificar los esquemas mentales de los practicantes, en especial porque se adapta y encaja, de
manera perfecta y precisa, con el ya comentado ciclo eterno de nacimiento, crecimiento,
exaltación, declinación, muerte y -nuevamente- nacimiento. Siendo así en la Naturaleza ¿Por qué
no va a ser igual para los humanos, que formamos parte de ella?

Volviendo a Samhain, quienes creemos en la reencarnación, debemos entonces plantearnos cuál


es el verdadero sentido de esta fecha y de su sabbath, si ya no es ocasión de conmemorar la
partida de nuestros familiares, quienes no deben estar tocando la lira sobre una nube en algún
aburrido cielo, ni tampoco friéndose en una paila de aceite en un infierno, sino divirtiéndose de lo
lindo en este mismo mundo, con cuerpos nuevecitos y parejas jóvenes, disfrutando la vida sin
recordarse de nosotros, salvo cuando la memoria kármica comete un desliz y les juega alguna
broma.

Un detalle importante: por propia experiencia, no tengo duda de que existe un velo que esa noche
se descorre, pero no tiene nada qué hacer con los muertos. Me voy a permitir contar la anécdota
de mi primer "ritual" (si es que se puede llamar así), en la prehistoria de mi vida pagana.

Yo apenas habría dizque leído un par de pavadas sobre paganismo, de las cuales había entendido
menos aún; además me apremiaba la hora pues era día laborable y había llegado a casa con poco
tiempo para repasar y hacerme un guión, de manera que, tan sólo por experimentar, sin cerrar
previamente un círculo de poder, ni solicitar la protección de los airts, encendí sobre una mesita,
un par de velones negro y naranja, hice una evocación lo más parecida a algo así como: "Invoco a
los espíritus del más allá, en ésta su noche favorita", o vaya usted a recordar qué cosa dije, y me
fui a mi cuarto a dormir.

En la mañana me desperté sintiendo un mal olor que provenía de la cocina y, aún en pijamas, me
dirigí hacia allá. Una vez "en el lugar de los hechos" pude ver cómo toda la comida no enlatada
estaba podrida. Las frutas y verduras en su cesta y podridas; las carnes, pescados, legumbres y
demás alimentos dentro de la nevera, fríos y podridos, y los del congelador simplemente
congelados y podridos. Menos mal que mi hija y su gato aún no se habían mudado conmigo.

De manera que alguna fuerza incontenida se paseó por mi apartamento esa noche e hizo de las
suyas, y a mí me hizo entender que la Magia no era cosa de aficionados ni conejitos de peluche,
constituyéndose en el punto de partida de mi recorrido por el sendero.

Situándonos frente a estos hechos desde el punto de vista de la Magia, me propuse  investigar e
interpretar estas energías y descubrir su utilidad, a los fines del propósito de nuestro ritual.

Mis conclusiones fueron las siguientes:

En primer lugar, observamos que es una fuerza destructiva, que se alimenta de cosas muertas y
las descompone.En segundo lugar, apreciamos que es muy poderosa, que si no es contenida
dentro de un círculo mágico, se desborda y comete tropelías, y que sólo una barrera de metal -sin
rendijas- impide su acción. Y en tercer lugar, nos damos cuenta de que puede ser invocada con
mucha facilidad, con sólo encender un par de velas negra y naranja y recitar una breve fórmula.
Esto, por supuesto, como consecuencia del descorrimiento del velo que ocurre en esta fecha.
Aplicando este conocimiento empírico, podemos reinterpretar el propósito del ritual de Samhain,
en el cual, dentro de un círculo creado con el rito adecuado de cierre y protección, invoquemos la
fuerza del sol moribundo y expongamos a su acción destructiva, aquellos aspectos de nosotros
mismos, de los cuales quisiéramos desprendernos: vicios, enfermedades, recuerdos ingratos,
relaciones dañinas o vampíricas, y demás excrecencias acumuladas durante el año que finaliza, lo
que usualmente se denomina desarraigos.

La manera de establecer el vínculo entre la fuerza y el propósito, puede ser creación libre. Yo he
probado dos, entre otros que he visto funcionar: uno, el tradicional, es escribir en un papel una
suerte de "memorial de agravios", ungirlo con aceite y quemarlo en el caldero; y el otro, para
quienes estén mejor entrenados en las técnicas de meditación, consiste en tomar un trozo de
carbón y cargarlo con los desarraigos, mediante meditación y visualización, para darle
posteriormente el mismo destino, en el caldero o en una fogata.

El aceite de ungir debería ser de los que se relacionan con limpieza y terminación de etapas, por
ejemplo: sándalo, patchoulí, lavanda, o una mezcla de ellos.

Por tratarse de una energía oscura, nuestras vestiduras deberían estar en consonancia, para no
hacernos refractarios a la misma.

La invocación del astado moribundo también es libre; como guía he preparado ésta, que no
pretende ser del todo original, pues fue redactada adaptándola de varios textos preexistentes:

Esta noche de Samhain,celebro (celebramos), mediante este ritual, el pasaje de Cernunnos hacia
la Tierra del Eterno Verano. Cazador Astado, Señor de los Bosques: honro tu memoria y te
despido, cosiendo mis desarraigos a tu capa, mientras aguardo tu retorno desde el vientre de la
Diosa. Señora de la Luna Menguante, guía mis pasos en lo oscuro, y muéstrame que así como de
la noche nace el día, el ciclo del renacer se repite, eterno, por siempre.

Luego de abierto el círculo y disipadas las fuerzas convocadas, deberíamos, en esta fecha más
que en ninguna otra, hacer una meditación libre mientras relajamos nuestros músculos mediante
la técnica Schultz (u otra), y descargamos el exceso de energías de nuestro cuerpo, sentados en el
piso apoyando pies, glúteos y manos.

Después montamos la fiesta, pues es Noche de Brujas.

Les deseo una feliz Nochevieja pagana.

Ποσειδῶν

También podría gustarte