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EL ARTE DE LA COMUNICACIÓN
Curso:
Oblígalo a dialogar
Hablar de tu empresa de principio a fin no hará que el inversionista recuerde tu idea en particular,
ni siquiera hará que efectivamente te escuche ni preste atención. Durante tu pitch, incluye
preguntas que lo comprometan y lo obliguen a responder, genera una conversación más que una
grabación mecánica de información. Sólo el hecho de haber respondido a tus preguntas hará que
ese pitch haya sido distinto.
Llévalo a la emoción
Cuando hables de tu producto, da un argumento emocional. Si tu producto es para proteger el brillo
de los zapatos llévalo a la emocionalidad. “¿No se ha sentido frustrado cuando camino a una cita
importante se ensucia su zapato?”. Con esto lo llevarás directamente a un recuerdo asociado a una
emoción lo que a fin de cuentas hará que recuerde tu idea por sobre otras.
No ensayes excesivamente
Ensayar tu pitch es importante, sin duda. Sólo de esta forma te sentirás cómodo a la hora de
aplicarlo, sin embargo existe un riesgo en ensayar de forma excesiva. Si has aprendido tu pitch
completo de memoria sonarás robótico y poco natural. Debes confiar en tu habilidad comunicativa
y dejar un espacio para lograr que la conversación fluya de forma espontánea.
En una presentación, la primera pregunta mental que se hace el público es “¿Qué voy a ganar yo
con esto?” Y si no es capaz de contestar rápidamente, su atención se va a otro lugar y decide que
escucharte es una pérdida de tiempo.
La técnica para lograr que las personas quieran escuchar y se interesen por tu tema está en saber
muy bien a quién le vas a hablar y organizar muy bien tus argumentos.
¿Por qué? Porque sólo si conoces a tu público, sabes lo que quiere, lo que le hace falta, lo que
necesita. Y sólo de esta manera, puedes contarle aquello que realmente despertará su interés.
Esta estructura lo que plantea es que, para despertar el interés de una persona hay que dejarle claro
que entendemos sus problemas, que conocemos sus puntos de dolor.
Cuando en la primera parte de tu presentación pones esos problemas sobre la mesa,
inmediatamente tienes su atención. Porque le hablas de algo que es completamente relevante y
prioritario.
Imagina que estás hablando con un grupo de personas en paro por esta pandemia. ¿Cuál es su
problema? El desempleo y, por lo tanto, no tener una fuente de ingresos para poder vivir
dignamente.
Tratando el problema primero, te asegurarás de que las personas decidan escuchar porque saben
que hablarás de algo que les importa.
“Pero esto no tiene por qué seguir siendo así. Existe la posibilidad de un futuro cercano lleno de
esperanza, de abundancia y de oportunidades. Un futuro en el que estará de vuelta en el mercado
laboral, pero no de cualquier manera, sino haciendo algo que los llena y que les permite la holgura
económica necesaria para vivir realmente bien.”
(C) La solución
Con esto, entusiasmas a tu público dejándole ganas de que le digas cómo llegar a ese futuro tan
brillante. Y para llegar allí, le plantearás tu solución.
En resumen:
Al plantear un problema relevante captas la atención del público.
Al hablar sobre un futuro sin este problema, les dejas claro el beneficio de escuchar todo tu
discurso, despertando su interés.
Al plantear la solución, les das una guía para solucionar ese problema y alcanzar ese beneficio.
Utiliza la estructura problema solución para convencer en tus reuniones, presentaciones y
discursos, y tendrás a un público entregado, con ganas de escucharte y de hacer lo que le pidas.
La elegancia de los “Conectores” en el discurso
Estás a punto de conseguir un nuevo cliente y tu emprendimiento puede despegar si logras hacer
esa venta, pero la forma de expresarte empieza a ponerla en riesgo porque te invade la inseguridad
y empiezas a tener muletillas en repetidas ocasiones. ¿Te ha pasado o has escuchado a
conferencistas, oradores y figuras públicas que repiten una y otra vez una frase o una palabra hasta
el cansancio? Eso es una muletilla y se utilizan para llenar el discurso cuando faltan las ideas, es más
frecuente en personas que suelen leer poco, tienen un léxico sumamente limitado, o son muy
nerviosos al exponerse en público.
En realidad estas repeticiones no tienen sentido, pues en lugar de enriquecer el mensaje que quieres
transmitir, el discurso se vuelve aburrido, cansado y transmite falta de preparación, creatividad,
poco léxico, bajo profesionalismo, inseguridad y miedo a hablar en público. Como es un efecto vocal
producido en la mente de las personas, se vuelve parte del vocabulario cotidiano y entonces las
utilizan de forma inconsciente al hablar.
Algunas de las muletillas más frecuentes son: este, pero, eh, a ver, ¿se entiende?, ¿hace sentido?,
mmm, asimismo, ¿no?, ¿sí?, ok, pero, bueno, o pues nada. ¿Cuántas de ellas has dicho?
Si te equivocas, sigue
El orador inexperto suele usar las muletillas cuando se equivoca, y para salir de ese hoyo siempre
quiere decir algo, lo que sea. Lo mejor que puedes hacer es permanecer en silencio o asumir que te
equivocaste y seguir adelante. ¡No pasa nada! Incluso humaniza tu presentación y genera empatía,
pero no abuses.
po
Finalidad: Oposición:
a fin de | a fin de que Causa: a pesar de
de (tal) manera que | de (tal) modo porque en comparación con | comparado con
que
pues mientras que
para | para que
puesto que no obstante
El poder de preguntar
Dicen que la calidad de nuestros pensamientos está en la calidad de nuestras preguntas. Las
personas inteligentes no hacen preguntas pobres. Las personas asertivas no se guardan sus dudas.
Los alumnos que más preguntan, son los que más aprenden.
En marketing, las marcas que mejor se desempeñan conocen bien a sus consumidores y a veces, y
para ciertos aspectos, la única manera de conocer sus necesidades, es haciendo preguntas.
Las personas no preguntan lo suficiente. De hecho, la frase “ojalá me hubiera hecho más
preguntas” es una de las quejas más comunes entre las personas que acuden a una entrevista, una
primera cita o una reunión de trabajo.
En algunos casos esto ocurre porque se está tan centrado en impresionar a la otra persona hablando
de nosotros mismos que nos olvidamos de hacer preguntas. También puede ocurrir que no hay
interés en preguntar, que confiamos en conocer las respuestas o que tenemos miedo a quedar mal
si formulamos una pregunta incorrecta, inapropiada o fuera de lugar. El mayor inhibidor es que la
mayoría de la gente simplemente no entiende lo beneficioso que puede ser un buen interrogatorio.
Las preguntas son herramientas tan beneficiosas que consiguen desbloquear el aprendizaje y
mejorar el vínculo interpersonal. Pero no todas las preguntas que formulamos nos llevan a obtener
información, por eso es importante procurar hacer preguntas abiertas en lugar de cerradas para
evitar una respuesta que se limite a un sí o un no.
Otra técnica para obtener información valiosa en mantener una conversación fluida y amable en
lugar de una entrevista agresiva y directa. Las preguntas surgen de la curiosidad por saber más, nos
descubren información novedosa y fomentan interacciones más fluidas y efectivas.
Es un gran poder que debemos practicar y perfeccionar, sobre todo para “neutralizar” a todos
aquellos que son expertos en esquivar preguntas yéndose por las ramas o contestando con otra
pregunta.
Las tres preguntas del mejoramiento continuo
1) ¿Qué salió bien?
2) ¿Qué salió mal?
3) ¿Qué aprendimos de esta experiencia?
La importancia de escuchar
Para que tú como oyente puedas hacer de la comunicación algo productiva, satisfactoria e
influyente debes tener en cuenta un par de cosas:
1) Cuando una persona está experimentando una emoción, como miedo, preocupación, enojo,
impotencia, etc., sus mensajes seguramente tendrán un nivel alto de codificación, casi son
encriptados. En este caso se mezclan los elementos de codificación anteriores con el estado
emocional y sus memorias.
Lo que necesita es poder expresarse en libertad y percibir que sus sentimientos son aceptados y que
se le entiende. Hay que tener en cuenta que los problemas son como las cebollas, tienen muchas
capas. Y el primer mensaje es la capa superficial. Si no permites a la persona que vaya pelando su
cebolla, no estas decodificando, y te quedas con un mensaje bastante diferente del que realmente
está debajo.
Para poder hacer esto se necesita de una habilidad, que es la Escucha Activa, con empatía e interés
por la otra persona. Esta habilidad es la gran llave maestra de la decodificación de los mensajes. La
mejor ayuda que podemos ofrecer a una persona que está emocionalmente afectada.
2. Si la persona no está experimentando lo que podríamos llamar un problema con sus emociones,
la Escucha Activa sigue siendo una gran herramienta, para contrastar, corroborar, demostrar que
hemos entendido.
Además de esto, como oyentes interesados en una buena comunicación, podemos observar otros
elementos que nos van a ayudar a sintonizar con la otra persona, como son los canales sensoriales
en los que procesa y emite la información. Es más de imágenes, de hablar, comentar, preguntar y
responder, o es más de sensaciones, movimiento, probar, etc.
Si te colocas en su mismo canal es más fácil que puedas sintonizar con la otra persona y
decodifiques mucho mejor la información.