Está en la página 1de 67

PRIMERA PARTE

I
DERECHO AGRARIO

PARTE GENERAL

CONCEPTO, CONTENIDO Y DEFINICIÓN DEL DERECHO AGRARIO


Concepto: es la opinión o juicio que se tiene de algo. A ello se llega luego de
aprehender la esencia de los fenómenos y procesos, generalizando los aspectos y
los caracteres fundamentales de los mismos. El concepto es resultado del
conocimiento, el cual se hace más perfecto y profundo por medio de la comprensión
práctica y el examen de los resultados que se obtengan. El concepto no es estático
sino dinámico, no es definitivo sino admite cambios; no es absoluto sino que
progresa y se desarrolla. Los conceptos siempre tienden a ser el reflejo más exacto
de la realidad.

Lo que corrientemente hace conceptuar una norma jurídica como tal.es la


concurrencia de los elementos bilateralidad, exterioridad, heteronomía y
coercibilidad. La norma jurídica legislada es vigente cuando, una vez cumplidos
todos los requisitos que la ley señala para su validez formal dentro del proceso
legislativo, el poder político la considera obligatoria.

El contenido real de la norma jurídica es la materia que regula. En términos


generales, una norma o grupo de normas será de naturaleza agraria si la materia
regulada pertenece a la realidad agraria. No obstante ello, en el plano particular,
puede ocurrir que determinados asuntos o temas dejen de ser considerados de
índole agraria, según el derecho de cada país, circunstancia que da margen para
que se presente cierta dificultad en la emisión de un concepto general del Derecho
Agrario.

Concebida la normatividad jurídica con los elementos que arriba se expresan, resta
precisar el término agrario. El vocablo viene del latin agrarius, de ager, agri, que
quiere decir campo. En este sentido lo agrario designaria todo lo perteneciente o
relativo al campo, en forma lata y sin ninguna discriminación, vale decir, toda la
geografia rustica y los fenómenos que sobre ella recaen, especialmente la accion
humana en su más amplia significación.

Resulta incuestionable que, para los propósitos que se le asignan al derecho


Agrario, este término (agrario) no puede cobrar tan ilimitada sid de ello se ha
derivado los esfuerzos realizados por la doctrina para obtener una determinación
más concreta de los elementos que integran la acuerdo con lo anterior se intentará,
seguidamente, formular un de los referidos elementos.

En términos generales la actividad agrícola comprende:


1. Las fuerzas productivas (el hombre y los instrumentos de producción de
que éste se vale para actuar sobre la tierra como objeto de trabajo), y

2. Relaciones de producción (vínculos que se establecen con motivo de la


actividad productiva en el proceso de producción de bienes materiales de origen
agrícola). Estas relaciones atañen, de manera especial, a la conexión que se
estatuye entre los hombres y los medios de producción (esencialmente la tierra) o,
dicho de otra manera, la forma de propiedad que sobre estos medios recae. Quedan
incluidas dentro de este tipo de relaciones las que tienen origen normativo,
consideradas en un sentido amplio. En un plano más específico, como elementos
integrantes de la actividad agrícola o estrechamente ligados a ella, se suelen
señalar los siguientes:

a) La agricultura propiamente dicha, como cultivo directo del suelo, incluyendo todas
las explotaciones conexas: horticultura, fruticultura, floricultura, etc.

b) La ganadería (especialmente el ganado bovino, pero sin descartar


otros tipos de producción ganadera, como la ovina, porcina y caprina) también se
acostumbra incluir dentro de las actividades que rige el Derecho Agrario. Existen
ciertos países que, en atención al nivel de su producción pecuaria, el estado se ha
visto en la necesidad de dictar disposiciones legales encaminadas a reglamentar tal
actividad, impulsando su desarrollo. Estas normas, a no dudar, tienen un marcado
carácter agrario.

c) El cultivo y conservación de bosques y montes (silvicultura)


conforma indudablemente otro quehacer típicamente agrario. A ella se encuentran
ligadas otras actividades como la conservación de suelos y la reforestación.

d) El aprovechamiento de los recursos hidráulicos (empleo del agua de


los ríos, lagos, canales, etc.) tiene a su vez estrecha conexión con la agricultura,
debido a la gran importancia que este líquido representa para los cultivos.

Hasta aquí la indicación de los elementos que poseen un innegable carácter agrario
para un considerable porcentaje de países. Resulta fácilmente comprensible que, en
las distintas legislaciones de manera especial en aquellas que corresponden a
naciones que aún no han logrado resolver problemática agraria, se incluyan otros
elementos o actividades que son reguladas por el Derecho Agrario. Esta
circunstancia se presenta en los países llamados "subdesarrollados", en los cuales
la reforma de su estructura agraria se perfila como un problema de singular
importancia. Ello daría margen para incluir otros elementos.
La reforma agraria, con sus múltiples y variadas implicaciones en el plano de una
concepción integral, puede configurar el instrumento jurídico capaz de resolver los
problemas de una determinada estructura agrícola. El pensamiento moderno, en
materia de reforma agraria, conviene en que ésta. además de resolver el problema
de una justa y equitativa distribución de la tierra, también tiene que dar solución -
entre otras- a cuestiones de una importancia tan grande como son:

1.- La asistencia integral (técnica, crediticia, social y mercadeo);


2.- Higiene y salubridad rural, tanto para el hombre como para los productos
agrícolas;
3.- Obras de vivienda y educación rural;
4.- Sistema vial, transporte y almacenaje;
5.- Industrialización agrícola;
6.- Diversificación del mercado externo para los productos agrícolas,etc

No cabe duda que la legislación que regule estas y otras cuestiones ligadas a la
reforma, tendrá una marcada índole agraria.

Los criterios más modernos han descartado, en lo que respecta al concepto de


agricultura, ciertas actividades y fenómenos que, ciertamente, no encuentran cabida
dentro de lo que en esencia es la producción agraria o el aprovechamiento
sistemático de los productos espontáneos del suelo. Tal es el caso de la minería, la
caza y la pesca, actividades todas que tienen perfiles distintos a los de la agricultura.
Es por esta razón -entre otras que actualmente dichas materias son reguladas por
códigos y leyes especiales; doctrinariamente, además, se les excluye del ámbito de
lo agrario, como normación jurídica de naturaleza especial.

El contenido del Derecho Agrario, si se toma en cuenta lo anteriormente


manifestado, ha presentado y puede presentar ciertas variantes en el tiempo y en el
espacio. Actualmente, como se ha visto, existen ciertas actividades desarrolladas
por el hombre que no se encuentran reguladas por nuestra disciplina. Por otra parte,
la legislación de cada país puede diferir respecto de otras legislaciones en razón de
incluir o no, dentro de la normatividad jurídica agraria, ciertas actividades o
fenómenos.

No existe, pues, criterio uniforme en cuanto a la fijación del contenido del Derecho
Agrario. Los autores F. Cerrillo y L. Mendieta;20 al abordar este tema, señalan como
contenido de nuestra ciencia las leyes, reglamentos y disposiciones administrativas
que regulan la actividad del agricultor, la propiedad rústica, la agricultura, ganadería,
silvicultura, aprovechamientos hidráulicos, crédito rural, arrendamientos, seguros,
colonización, tráfico de productos, etc.
La autora mexicana Martha Chávez, hace consistir el contenido del Derecho Agrario
en todas las normas jurídicas vigentes que fijan preceptos concernientes a la
propiedad rústica, incluyendo toda institución que se enlace con ese concepto y a su
explotación. Involucra la agricultura, la ganadería, la silvicultura, las actividades
conexas y aquellas que coadyuvan a que den mejores resultados. En estas últimas,
la autora citada incluye el aprovechamiento de las aguas, créditos y sociedades
agrícolas, educación rural y agrícola, colonización, vías de comunicación, seguros,
higiene y salubridad rural, industrialización agrícola, derecho laboral rural, contratos
y concesiones rurales, extensión agrícola, etc. La doctora Martha Chávez sugiere en
su exposición que también forma parte del contenido del Derecho Agrario lo relativo
a que la tenencia de la tierra este legal y justamente garantizada y planificada.

Lucio Mendicta y Nuñez, sostiene la tesis de que tanto la doctrina como la


jurisprudencia forman parte del contenido del Derecho Agrario. Al eludir a la primera
indica que no se refiere a una doctrina que es mera especulación de juristas, sino a
la doctrina aceptada por el legislador y concretada en normas. En cuanto a la
segunda hace notar que su aplicación, cuando es obligatoria para los tribunales, da
valor a la doctrina, ya que casi siempre es doctrina aplicada a casos concretos, que
cuando se reiteran forman regla.

De lo anteriormente acotado puede inferirse, en términos amplios, que el contenido


del Derecho Agrario está constituido por expresiones normativas de naturaleza
jurídica que regulan los elementos configurativos de un determinado sistema de
producción agrícola. Este sistema de producción lo integran:

a) Las fuerzas productivas; y


b) Las relaciones de producción.

Ahora bien, con lo dicho anteriormente, se ha intentado fijar el contenido del


Derecho Agrario, concretándolo a manifestaciones formativas de los elementos
señalados. A nuestro juicio el tema quedaría incompleto si lo dejáramos a esa altura
de su desarrollo. En efecto sabemos que el contenido del derecho agrario es una
congerie de expresiones normativas, pero falta saber cuál es, o mejor dicho, cuál
debe ser la telesis o fines de esas normas. La respuesta que damos a tal cuestión
es la siguiente: el fin de las normas de Derecho Agrario debe ser,
fundamentalmente, para países que no han logrado resolver su problema social
agrario, fijar el principio del derecho del hombre a la tierra y a la realización de la
justicia social en el campo. Este deber ser jurídico decidirá estos aspectos vitales:

1) Si la tierra y los instrumentos de producción son propiedad de unos pocos


o de todo el conglomerado social; y

2) Si es la segunda proposición, determinar el cambio profundo de la estructura


agraria existente, fijando las bases de una reforma agraria integral, y al elaborar el
contenido de la ley, desarrollarlas y particularizarlas en su parte prescriptiva.

La definición del Derecho Agrario ha sido emprendida por diversos tratadistas, en


distintas épocas y países. En este terreno no ha logrado un resultado al que puede
asignársele validez universal. Ello se debe a que como se expresó anteriormente
tanto la legislación como la elaboración doctrinaria de cada país, difieren de las de
otros, en razón de tomar o no en cuenta ciertos elementos o actividades como
contenido del Derecho Agrario. Esta circunstancia lleva a situar el problema de la
definición del Derecho Agrario al plano de una cierta relatividad, hasta cierto punto
insalvable.

El género próximo es, desde luego, la normatividad jurídica, incluyendo además la


jurisprudencia y la doctrina. Pero, al tratar de fijar la especificidad de lo agrario, el
problema se hace arduo y complicado si, como resulta deseable, se pretendiera
formular una definición de indiscutido acogimiento general. En determinar en qué
consiste lo agrario, estriba, a no dudar, la cuestión esencial. Pudiera pensarse que
una tez establecido el concepto y el contenido de nuestra disciplina, el problema de
la definición deja de ser tal. Sin embargo, se ha visto que también en lo que
corresponde a estos temas no existe unidad de criterio.

Lucio Mendieta y Núñez, ha hecho un acopio de definiciones que ponen de


manifiesto el carácter controvertido que presenta la determinación de lo agrario. El
autor mexicano, resumiendo en juicio crítico las definiciones por él transcritas, dice
que todas restringen el concepto de Derecho Agrario al aspecto formal de la norma
jurídica siendo que, según su criterio, tanto la costumbre como la jurisprudencia y la
doctrina, también deben formar parte de la definición "Nosotros pensamos - dice
Mendieta y Núñez
contrariamente, que el precepto legal por sí mismo sólo constituye una parte del
derecho, la parte. formal, pudiéramos decir, su expresión concreta y estable en tanto
que la doctrina y la jurisprudencia son su alumna dinámica, el derecho viviente sin
las cuales no se puede conocer ni comprender un derecho determinado, en una
época determinada y menos aún en su actualidad transitoria. Doctrina y
jurisprudencia dan a las normas jurídicas tendencias, orientaciones, realizaciones,
que a menudo se apartan de su letra completamente

Por considerarlas de utilidad e ilustrativas, se transcriben a continuación algunas de


las definiciones acotadas por Lucio Mendieta y Núñez

Giorgio de Semo: "...sama jurídica de carácter prevalentemente privado, que


contiene las normas reguladoras de las relaciones jurídicas concernientes a la
agricultura".
Arcangeli: "Se entiende por Derecho Agrario la totalidad de las normas, ya sean de
Derecho Privado o de Derecho Público, que regulan los sujetos, los bienes, los
actos y las relaciones jurídicas pertenecientes a la agricultura".

Pergolesi: "El Derecho Agrario es el ordenamiento total de normas jurídicas que


disciplinan las relaciones intersubjetivas derivadas de la aplicación de actividades
públicas o privadas de carácter agrario".

Sisto: "El Derecho Agrario o Legislación Rural, consiste en el conjunto de las


normas jurídicas que se refieren principalmente a los fundos rústicos y a la
agricultura".

Raúl Magaburu: "Es el conjunto autónomo de preceptos jurídicos que recaen sobre
las relaciones emergentes de toda explotación agropecuaria, establecidos con el fin
principal de garantizar los intereses de los individuos o de la colectividad derivados
de aquellas explotaciones"

Bernardino C. Horne: "El Derecho Agrario es el conjunto de normas jurídicas


particulares que regulan las relaciones atinentes al trabajo, a la producción, a los
bienes y a la vida en el campo".

Por su parte, el propio tratadista mexicano, propone la siguiente definición: "El


Derecho Agrario es el conjunto de normas, leyes, reglamentos y disposiciones en
general, doctrina y jurisprudencia que se refieren a la propiedad rústica y a las
explotaciones de carácter agrícola.

El doctor José Flores Moncayo, de nacionalidad boliviana, formula la siguiente


definición: "el derecho agrario, es una disciplina especial juridica, cuyas normas
rigen las relaciones de las personas y los bienes en la actividad del trabajo
agropecuario".

El conocido tratadista mexicano Angel Caso, al abordar la definición del Derecho


Agrario, señala que es preferible referirla en primer término a su aspecto objetivo y
luego desprender el aspecto subjetivo de la disciplina. Sobre esta base el citado
autor dice: "...Derecho Agrario, en el aspecto objetivo es el conjunto de normas
jurídicas que rigen a las personas, las cosas y los vínculos, referentes a las
industrias agrícolas; en tanto que, en el subjetivo, es el conjunto de facultades que
nacen en virtud de esas normas".

El licenciado César Augusto Toledo Peñate, guatemalteco, define la materia de la


siguiente manera: "Derecho Agrario es el conjunto de normas jurídicas de naturaleza
económica-social, que regula la tenencia, distribución y explotación de la tierra, los
recursos para lograrlo y las relaciones entre las personas que intervienen, en tales
actividades":
Segun criterio del licenciado Félix Castillo Milla, guatemalteco también "El Derecho
Agrario es el conjunto de normas jurídicas, que en cada país regulan la tenencia,
distribución y explotación de la tierra y las relaciones entre las personas que
intervienen en tales actividades
II
UBICACIÓN Y DIVISIONES DEL DERECHO AGRARIO
Ubicación: no existe un criterio uniforme entre los autores en cuanto a determinar la
posición que ocupa el Derecho Agrario dentro de las grandes ramas del derecho
Algunos lo sitúan dentro del Derecho Privado, otros dentro del Derecho Público, y
finalmente hay quienes consideran que las normas de nuestra materia tienen un
doble carácter público y privado. Mendieta y Núñez, expresa que el carácter
prevalentemente público o privado del Derecho Agrario depende, en cada país, de
antecedentes históricos, sociales y jurídicos.

Dentro de las conocidas teorías del interés en Juego" y de la "Naturaleza de la


Relación", que dividen al derecho en dos grandes ramas (Público y Privado) resulta
incuestionable la ubicación del Derecho Agrario dentro del primero de ellos. Este
criterio, desde luego, se acomoda más a aquellos países que, como se ha venido
advirtiendo, no han resuelto su problema social-agrario y por ello le asignan a
nuestra disciplina, de manera expresa, además de un carácter público, una función
tutelar respecto del trabajador campesino, una naturaleza económico-social de sus
normas y la irrenunciabilidad de las garantías mínimas que conlleva para el hombre
del campo. Lo anterior supone, obviamente, la intervención del estado en las
relaciones agrarias de producción, mas no puede desconocerse la existencia de
normas jurídicas agrarias de carácter privado, en ciertas y determinadas, relaciones
de derecho.

Si se admite que en los vínculos jurídicos que emergen de la actividad agropecuaria


el interés social prevalece sobre el interés particular y que el estado no actúa como
un ente privado sino que, antes bien, se conduce ejerciendo su poder soberano,
vigilando, ordenando y controlando la actividad agropecuaria, se concluye que el
Derecho Agrario es de naturaleza pública. En abono de este punto de vista,
conviene señalar que las constituciones políticas en ciertos países tienen incluidos
dentro de su texto variados y muy importantes preceptos en materia de desarrollo
agrario que son desenvueltos por leyes ordinarias.

Ahora bien: ¿Qué implicaciones funcionales se desprenden de que nuestra


disciplina sea ubicada dentro de una u otra rama? ¿Qué situaciones advienen del
hecho de situarla dentro del Derecho Público?

Dando respuesta a la última pregunta puede decirse:


1) Que las normas de Derecho Agrario siempre deben interpretarse en el sentido de
que los intereses colectivos están por encima de los intereses privados o
particulares;

2) Que teniendo el estado un dominio eminente sobre la tierra y otros recursos que
se encuentran en los límites de su territorio nacional, le corresponde al propio
estado la facultad de intervenir, vigilar y controlar al efecto de que tales bienes
cumplan un amplio beneficio social;

3) Que las disposiciones legislativas o ejecutivas de carácter general dictadas en


materia agraria, por razones de utilidad o necesidad pública o de interés social, no
pueden ser impugnadas por otros medios que, restrictivamente, la propia
constitución o las leyes agrarias establecen.

Es conveniente anotar que en los países en que el auge del Derecho Agrario ha
tenido origen en profundas conmociones sociales, en cuyo fondo yacen exigencias
de un nuevo orden jurídico que regule en forma más justa las relaciones
agropecuarias de producción, el Derecho Agrario por sí mismo - dada la naturaleza
de sus normas y principios o por expresa voluntad del legislador, es declarado como
Derecho Público.

Singularizando más el tema debe ponerse de manifiesto que, en la concerniente a la


reforma agraria -institución que ha cobrado y cobra cada día más relevancia dentro
del Derecho Agrario - es necesario que el propio texto de la ley que la contenga
determine con claridad que sus preceptos son normas de orden público. Que las
autoridades, así como las principale instituciones que la conforman y el
procedimiento, también son de orden público

División del Derecho Agrario: de acuerdo con el contenido de las relaciones jurídicas
que rige, la doctrina ha formulado ciertas divisiones del Derecho Agrario. A nuestro
juicio, aun cuando, en efecto, en el terreno del derecho vigente existan normas
agrarias que de una u otra manera tengan relación con cuestiones de índole penal,
internacional, laboral, etc., lo cierto es que ello no es razón suficiente --hasta el
momento para que con tal base se puedan constituir ramas autónomas,
independientes y absolutamente desligadas que regulen tales materias: no se
percibe la necesidad apremiante de crear un Derecho Agrario Internacional, un
Derecho Agrario Laboral, un Derecho Agrario Penal, etc. Será en el futuro, cuando
la propia dinámica del desarrollo de nuestra ciencia así lo demande, que pueda
operar una definida escisión del Derecho Agrario, dando con ello origen a las ramas
que han quedado mencionadas.

Más fundamentada resulta la división en Derecho Agrario Sustantivo y Derecho


Agrario Adjetivo. El primero estableciendo normas de carácter prescriptivo,
señalando los valores que se pretende realizar y el segundo fijando el conjunto de
reglas relativas a la aplicación del derecho a casos concretos. Se advierte,
entonces, que esta división opera dentro del mismo Derecho Agrario y no fuera de él
y se justifica su presencia porque, en efecto, existen normas claramente
diferenciadas que persiguen uno u otro objetivo: un hecho consiste en crear reglas
de conducta bilateral de carácter obligatorio y otro el establecer el procedimiento
adecuado para lograr la efectividad de tales reglas cuando son infringidas.

III
RELACIONES DEL DERECHO AGRARIO CON OTRAS
CIENCIAS
A) Relaciones con otras ramas jurídicas

Con el Derecho Constitucional. Se da esta clase de relaciones cuando como


ocurre en varios países- el Derecho Constitucional marca postulados y principios
generales tendientes a resolver el problema social agrario. Las constituciones
políticas ,de diversos estados contienen preceptos, sujetos a ulterior desarrollo por
medio de la legislación ordinaria, que están orientados a resolver el problema de los
hombres sin tierra y de la tierra sin hombres. Las funciones del estado, regularmente
contenidas en las constituciones escritas, contemplan toda una gama de
atribuciones y deberes que a éste incumbe cumplir y entre ellos se encuentran, en
forma general, una justa y apropiada explotación de la tierra y el desarrollo
agropecuario del país. Por lo demás, también es corriente que, dentro del mismo
orden constitucional, se fije el derecho que todo individuo tiene a la tierra, además
de las limitaciones y modalidades que el estado puede imponer a la propiedad rural.
No puede dejar de considerarse, en este terreno, la circunstancia de que el Derecho
Agrario tiene su base y una de sus más importantes fuentes de la constitución.

Debe tenerse presente, además, que cuando las constituciones son de tipo
desarrollado, contienen a veces puntos programáticos para ser cumplidos por la
legislación ordinaria.

Con el Derecho Civil, Félix Castillo Milla," ha expresado que la propiedad agraria,
los contratos agrarios, la reforma agraria y el aprovechamiento de aguas --- que
entre otras materias constituyen objeto de estudio del Derecho Agrario - han tenido
su origen en el Derecho Civil. Este autor sugiere que lo propio ocurre con la
apropiación de la riqueza agrícola, las obligaciones y contratos derivados del
dominio sobre bienes rústicos, sin olvidar-subraya que el Derecho Agrario, de
acuerdo con sus características, renova totalmente el tratamiento que se debe dar a
dichas instituciones, a las que despoja de su carácter absolutista y subjetivo que
tradicionalmente han tenido.
Enfocando el tema desde otro ángulo, Lucio Mendicta y Núñez,"expresa que aun
cuando en su país (México) las relaciones entre el Derecho Agrario y el Derecho
Civil no revisten la importancia que tienen para otros, en los que la transformación
del régimen de propiedad privada no ha sido tan profunda ello no obsta para que
tales relaciones sean precisas en cuanto se refiere a la propiedad privada que está
regida por el Derecho Agrario y de manera especial en lo que respecta a contratos,
servidumbres, responsabilidades, ctc. cuando afecta situaciones colectivas, o al
cjido considerado como institución o en su conjunto

Con el Derecho Mercantil. Al enfocar esta clase de relaciones los autores F Camillo
y L. Mendicta, "hacen notar que la actividad agraria es netamente distinta de la
comercial e industrial y por ello normalmente se encuentra sujeta al Derecho Civil y
no al Derecho Comercial. No obstante lo anterior, los citados autores hacen notar
que la agricultura tiende a asumir caracteres que le avecinan a ciertos aspectos
industriales y comerciales, Asientan estos tratadistas que la agricultura y la
ganadería precisan recurrir al crédito que gravita, no sobre la responsabilidad
personal del solicitante como única garantía, sino sobre los productos que explota.

El entrelazamiento que tiene el Derecho Agrario con el Derecho Mercantil opera con
claridad en lo concerniente a las negociaciones bancarias de crédito agrícola y a la
cobertura de riesgos agrícolas por medio del seguro. De igual manera, las
operaciones de mercado de los productos agropecuarios, tienden a estar regidas
por normas de Derecho Mercantil, aun cuando, como se sabe, las reformas agrarias
modernas tratan de establecer una justa protección para los campesinos
productores con el propósito de que no sean objeto de explotación por parte de los
comerciantes y los usureros.

Con el Derecho de Trabajo. En el Derecho de Trabajo frecuentemente existen


normas especiales para las labores agrícolas que, generalmente, se orientan en
beneficio de los trabajadores del campo El Código de Trabajo de la República de
Guatemala, en la parte que comprende el "trabajo sujeto a regímenes especiales"
engloba, al trabajo agrícola y ganadero.

Para el autor boliviano José Flores Moncayo,' el Derecho Agrario se relaciona con el
Derecho de Trabajo en la medida en que las modalidades del trabajo campesino
deben asimilarse adjetivamente a las conquistas y avances del Derecho Social
General, en lo que corresponde a los seguros sociales de vejez, invalidez y muerte,
así como en los de enfermedad, accidentes y demás riesgos de la actividad
agropecuaria.

Tanto el Derecho de Trabajo como el Derecho Agrario constituyen una gran rama
jurídica que los autores modernos denominan Derecho Social. Ambas disciplinas
tienden a tutelar y proteger los intereses de las clases sociales económicamente
más débiles y las normas de uno y otro se complementan para lograr tal propósito.
Con el Derecho Administrativo. Del análisis de las normas del Derecho Agrario se
desprende que la mayor parte de ellas son de naturaleza administrativa. Las más
relevantes instituciones legales que conforman el Derecho Agrario son de naturaleza
administrativa. El aspecto jurisdiccional, por otra parte, acusa clara tendencia
Administrativa, con base en la consideración teórica y práctica de que los problemas
que confronta nuestra materia exigen actitudes de ejecución rápida y dinámica.
Como ejemplo de tales problemas puede citarse la afectabilidad de tierras, la
expropiación, la indemnización, etc.

Al hablar de esta clase de relaciones algunos autores adicionan la circunstancia de


que en la actividad agropecuaria se hace presente por parte del estado el ejercicio
del poder de policía, especialmente en lo que concierne a la regulación de los
recursos naturales (agua, bosques, flora, sistema vial, etc.).

Lucio Mendieta y Núñez.“ logra desprender, en definitiva, "que el Derecho Agrario


tiene relaciones muy firmes con el Derecho Administrativo y por ello no le son ajenos
sus principios teóricos y doctrinarios ni menos aún la legislación administrativa que
de al modo se vincula con la economía y la vida agraria del país

B) Relaciones con Ciencias Económicas y Sociales

Relaciones con la Economía. La actividad agropecuaria tiene diversas relaciones


con varias ramas jurídicas. Estas relaciones cobran especial concreción con el
Derecho Agrario habida cuenta la naturaleza esencialmente económica de la
actividad agrícola y ganadera. Nuestra disciplina precisa estar estrechamente ligada
con la Economía Agraria, recoger sus problemas y darles" la solución normativa que
sea más apropiada''. Los fenómenos económicos de producción, mercado y
consumo, referidos a la agricultura, deben merecer especial consideración por parte
del Derecho Agrario. particularmente cuando, por deficiencias intrínsecas, tales
fenómenos se alejan de los valores sociales que jurídicamente se pretende realizar.
Cierto es que la economía cuenta con leyes propias y que los cultores de esta
ciencia, luego de advertir los fenómenos y problemas que se presentan, formulan
diagnósticos y promueven soluciones a los mismos, más, como quiera que sea, es
por conducta del derecho que se construye todo el andamiaje legal que determina la
obligatoriedad de los preceptos económicos que el estado juzga beneficiosos para la
sociedad.

El Derecho Agrario propende, fundamentalmente, a resolver problemas de índole


económico y social Resulta incuestionable, en consecuencia, la interrelación que se
establece entre esta rama del derecho y la economía.
Relaciones con la Sociología. Sobre este tema, Lucio Mendieta y Núñez!
acertadamente expresa: "El derecho es un producto social, se deriva de las
relaciones sociales y por lo mismo, el legislador y el jurista deben conocer a fondo
las especulaciones sociológicas para no apartarse, al dictar leyes o al interpretarlas,
aplicarlas y estudiarlas, de la realidad social, pines toda contradicción a esta
realidad es funesta para las sociedades humanas. En otras palabras: debe haber
siempre una relación íntima entre el derecho y la sociología general".

De singular importancia resultan para el derecho agrario los estudios, diagnósticos y


pronósticos que se lleven a efecto por medio de la sociología rural. El
comportamiento social de las masas campesinas; los problemas étnicos,
idiomáticos, de costumbre, de transculturación, etc., resultan de una básica
trascendencia para el desarrollo agrario. El derecho en general y especialmente el
derecho agrario, normas jurídicas agrarias deben ser construidas y aplicadas con
base en el conocimiento de la idiosincrasia campesina y, de manera especial, de las
masas indígenas. Apartarse de la realidad social y legislar a espaldas de ella,
resulta un absurdo jurídico.

Relaciones con la Historia. La gestación del hecho histórico, su ulterior desarrollo


a través de distintos fenómenos y la extinción parcial o total de éstos, resultan de
insoslayable conocimiento para el Derecho Agrario. No se puede concebir un justo y
apropiado ordenamiento jurídico agrario, si no se tiene como base una clara y
correcta advertencia de los acontecimientos históricos. Al jurista, al legislador, le
resulta imprescindible una vivencia retrospectiva de lo que el país ha sido en su
proceso histórico. Construir normas jurídicas aisladas o una legislación completa en
materia agraria sin atender a antecedentes, es inapropiado e inaceptable desde el
punto de vista científico. La historia enseña y sugiere las medidas más acertadas y
convenientes para el presente y para el futuro.

Para comprender una determinada problemática agraria y sus posibles y más


acertadas soluciones, se hace preciso el conocimiento previo de las épocas
precedentes y aun de los mismos orígenes de la nacionalidad. La razón de ser de
determinadas instituciones pasadas y presentes y la razón de que se demanden
nuevas, pueden buscarse en el dato histórico.

C) Relaciones con otras disciplinas auxiliares y técnicas

Resulta indudable la correspondencia que existe entre el Derecho Agrario y otras


disciplinas no jurídicas que, de por sí, constituyen verdaderos auxiliares para el
estudio de los fenómenos que se dan en las zonas rurales El autor boliviano Jose
Flores Moncayo" dice a este respecto: "El Derecho Agrario, tiene relación con todas
las disciplina: técnicas, sean auxiliares o eminentemente periciales. La estadística
proporcionará las frecuencias v cuadros cuantitativos del hecho jurídico, señalando
índices- cualitativas y cuantitativos, necesarios al trato científico de su desarrollo".

Otras disciplinas de valiosa relación con el Derecho Agrario son la agronomía y la


topografía. La primera colaborará con el Derecho Agrario. determinando los estados
y proyecciones de Ya agropecuaria, clasificando los suelos, los cultivos, señalando
el valor económico de la producción sujeta a la discriminación juridica" y la segunda
describiendo y delimitando la superficie de los terrenos de los propietarios al objeto
de situarlos dentro de ciertas o eventuales afectaciones legales.

IV
CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO AGRARIO
El Derecho Agrario, así como el Derecho de Trabajo, son ramas jurídicas de
moderna creación Constituyen lo que doctrinariamente se conoce como Derecho
Social, habida cuenta de los ingentes problemas que sus normas y principios tratan
de resolver dentro del marco de la sociedad actual.

A la disciplina jurídica agraria, en los países que no han logrado resolver su


problema social agrario, además de su naturaleza pública y autónoma, se le pueden
señalar las características siguientes:

A) El Derecho Agrario es realista y objetivo. En cuanto a lo primero, porque


sitúa y examina al hombre dentro del marco de su realidad social y pretende
resolver los problemas que surgen de la actividad agropecuaria con discernimientos
ciertos y verdaderos; en cuanto a lo segundo, porque las cuestiones que ya existen
y las que emanen con motivo de su aplicación, tiende a resolverlas con base en
hechos objetivos y tangibles.

B) El Derecho Agrario es democrático, porque sus normas van dirigidas a


lograr el propósito de que la tierra sea para las masas trabajadoras que la laboran, o
no la tienen y que, asimismo, la dotación de las parcelas en forma individual o en
forma colectiva, constituya para los campesinos la base de un progresivo bienestar
social, así como garantía de libertad y dignidad.

C) El Derecho Agrario es de naturaleza económico-social, porque sus normas se


orientan a dar solución a problemas de esta naturaleza, especialmente a los
relacionados con la tenencia y explotación de la tierra y la asistencia integral de las
masas rurales. En este sentido nuestra materia, como ya quedó expresado
anteriormente, guarda estrecha relación con la economía y la sociología, que le
sirven de valiosos auxiliares en la formulación y aplicación de las reglas jurídicas.

D) El Derecho Agrario es tutelar del trabajador campesino. Inspirado modernamente


en amplios principios de justicia social, el Derecho Agrario ejerce un papel de
protección y amparo para las masas que laboran en el campo, es decir, que les
otorga un resguardo jurídico preferente, ante el sometimiento y la explotación a que
han estado sujetas por parte de los grandes propietarios de la tierra.

E) El Derecho Agrario constituye un cuerpo de garantías mínimas para el trabajador


campesino, que tienen carácter irrenunciable para él y su formulación no excluye
otras que, aunque no figuren expresamente en la legislación, son patrimonio de la
persona humana.

V
FUENTE DEL DERECHO AGRARIO
En sentido jurídico la palabra fuente puede indicar, a) Los procesos de
manifestación de las normas;

a) Los procesos de manifestación de las normas

b) Los factores sociales, económicos, políticos, etc., que provocar el surgimiento y el


contenido real de tales normas; y

c) Los documentos históricos que contienen una ley o conjunto de leyes


Se distinguen asi, en su orden, las llamadas "fuentes formales", "fuentes reales". y
las fuentes históricas".

En cuanto a la primera acepción, la doctrina más corriente señala que constituyen


fuentes formales, la legislación, la costumbre y la jurisprudencia La segunda
acepción hace referencia a toda aquella gama de causas o motivos que han
determinado y pueden determinar, no sólo el surgimiento. sino también el contenido
real de las normas jurídicas. En este sentido puede hablarse de todas aquellas
incentivaciones--y también exigencias sociales que el legislador toma en cuenta
para crear las leyes. El diverso carácter que pueden tener tales motivaciones hace
imposible una enumeración exhaustiva de las mismas pero, en todo caso, conviene
mencionar que, en lo fundamental y para la disciplina que estudiamos, ellas pueden
ser de orden económico y social. La tercera acepción hace referencia, como ya se
expresó, a una serie de documentos históricos que encierran el texto de una ley o
conjunto de leyes.

Resulta relevante, pues, el estudio de las fuentes del Derecho Agrario, por dos
razones fundamentales: la primera se refiere al propio concepto de fuente y la
segunda por cuanto este concepto está ligado a las técnicas de promulgación y
aplicación del derecho, cuestiones que, a su vez, se vinculan y deben
acondicionarse a las características que anteriormente le han sido asignadas a la
disciplina jurídica agraria. Tanto para el legislador, como para quien ejerza
jurisdicción en materia agraria, tales temas deben ser objeto de análisis profundo si
se pretende, respecto del primero, la emisión de apropiadas y justas normas
jurídicas agrarias; y en lo que concieme al segundo, una correcta y también justa
técnica aplicativa del derecho vigente.

A) La legislación como fuente de derecho. En los países que siguen el sistema


de derecho escrito, la legislación, o sea el conjunto de fases sucesivas por el cual
uno o varios órganos del estado ponen en vigor reglas jurídicas de observancia
general, es la más importante fuente del Derecho Agrario.

Actualmente, la mayoría de los estados siguen el sistema escrito en la formulación


de su ordenamiento jurídico, mas no en todos existe una codificación en materia
agraria, aun cuando, precisamente, la tendencia moderna sea la de reunir en un
cuerpo orgánico y sistemático, las leyes relativas a nuestra disciplina científica, o
bien la formulación de una ley que englobe todas o la mayor parte de las materias
susceptibles de ser afectadas por el Derecho Agrario.

B) La costumbre como fuente de derecho. Se ha definido a la costumbre


en sentido jurídico como a un conjunto de reglas sociales derivadas de un uso más
o menos largo y a las que en las colectividades que las practican se les reconoce
obligatoriedad.

La doctrina atribuye al derecho consuetudinario una gran importancia en materia


agraria. Se advierte que el Derecho Agrario se encuentra atravesando un proceso
que culminará en su definitiva y concreta determinación y que, en consecuencia, el
legislador o la autoridad que lo aplique, deben tener muy presente la costumbre, ya
que ésta juega un papel destacado en las relaciones normativas que se dan en la
producción agrícola. Este hecho no puede soslayarse, dado que guarda serias
implicaciones, parte de las cuales se señalan a continuación.

La costumbre, desde épocas muy antiguas, viene siendo impuesta, en sus


manifestaciones jurídicas relevantes, por la clase social que detenta el poder
económico y político. De esa cuenta, las normas consuetudinarias que se observan
en el agro, han sido y siguen siendo, por lo general, un medio de expoliación de las
masas campesinas, que por conducto de ellas son víctimas de los grandes
terratenientes, los comerciantes, los usureros, etc.

Las costumbres las han aplicado desde el esclavista hasta la burgués terrateniente,
pasando por el señor feudal. La costumbre, en diversas épocas y en diversos países
si es fuente de derecho, pero de un derecho arbitrario e injusto.

No obstante lo anteriormente consignado y por vía de excepción, puede señalarse


que, en materia agraria, existen ciertas reglas derivadas de uso más o menos
constante, a las que se les reconoce obligatoriedad social y que no emanan de un
poder hegemónico y oligárquico, sino que tienen su fuente en el seno de las propias
comunidades agrarias. Estas costumbres, en lo que a términos generales pueda
atribuirse, acusan un sentido de justicia y equidad que emerge de las relaciones de
producción operantes en tales grupos sociales, en los que aún prevalecen ciertas
instituciones comunitarias en la tenencia y laboreo de la tierra.

Resulta obvia la conclusión de que el primer género de costumbres, es decir, las que
dimanan del poder compulsivo de una oligarquía, debe ser anulado expresamente
por el derecho y que, por el contrario, las que son expresión de una conducta
popular dentro de la comunidad, deben conservarse o remodelarse en la forma más
conveniente y justa. Al legislador le incumbe esta tarea, máxime en regiones
subdesarrolladas como lo es, por ejemplo, América Latina. Invocar en estas latitudes
la costumbre es, con la excepción señalada, patrocinar la extorsión del menos
pudiente.

C) La jurisprudencia como fuente de derecho. La jurisprudencia es el


conjunto de normas y principios que suplen omisiones de la ley y que se fundan en
las prácticas reiteradas seguidas en casos similares. La jurisprudencia dimana de
los fallos de autoridades judiciales y gubernativas. En términos generales puede
afirmarse que la jurisprudencia, al igual que la costumbre, no responden
actualmente a los requerimientos de una bien entendida justicia social en el campo.
En efecto, las autoridades encargadas de elaborarla, tienen, por lo general, un
origen clasista, que las hace pronunciar decisiones reiteradas que no van,
precisamente, en favor de los intereses de los sectores desposeídos y se orillan,
cada vez más, a la arbitrariedad y la injusticia.

La jurisprudencia, con estas características, debe ser objeto de una total anulación
por parte de las autoridades por el contrario, deberá patrocinarse una actividad
jurisprudencial en la cual, la técnica (le aplicación del derecho, en lo que concieme a
los problemas de interpretación de las normas o de la integración de las mismas en
caso de ausencia de preceptos se asiente en los principios fundamentales del
Derecho Agrario.

La autoridad judicial o administrativa encargada de sentar jurisprudencia debe,


además, acudir con la frecuencia necesaria a la consulta del dato histórico y
establecer la inevitable e inmediata relación que hay entre las normas agrarias y las
realidades sociales y económicas del país.

Lucio Mendieta y Nuñez, subraya que no puede ser válida la interpretación del
Derecho Agrario que, alejándose de su sentido intrínseco y de significado vital, se
acoja a los principios abstractos de un derecho deshumanizado. Apunta el
prestigiado tratadista mexicano, que el Derecho Agrario es un derecho protector de
los trabajadores del campo y que su interpretación debe estar enfocada a entender y
comprender las nuevas instituciones agrarias, tanto en sus fincas como en su
sentido de transformación y de organización de la propiedad y el trabajo rural para
conquistar metas de justicia social.

D) Fuentes reales del Derecho Agrario. Resulta incuestionable que las fuentes
reales, es decir, los factores que condicionan el surgimiento y el contenido de las
normas jurídicas agrarias, constituyen en su determinación y estudio, un tema por
demás importante con anterioridad se ha destacado la naturaleza económico-social
del Derecho Agrario. especialmente en lo relativo a que sus normas y principios se
encuentran orientados hacia una reforma del sistema de tenencia y explotación de la
tierra, así como la asistencia integral de las masas campesinas.

El investigador que indague el por que de ciertas y determinadas instituciones


jurídicas agrarias vigentes o la necesidad de construir nuevas regulaciones sobre la
materia, encontrará de inmediato, que existieron o existen fundadas motivaciones
que el legislador tuvo o tiene en cuenta para dictarlas. Estas motivaciones, en lo
esencial, se originan en problemas de orden económico-social que, ya sea por
propia iniciativa de la autoridad o por exigencias sociales, es preciso resolver.

Hacer un análisis completo de los factores que provocan el surgimiento y contenido


de las normas jurídicas agrarias, es tarca un tanto difícil y que no corresponde a
este trabajo. Se indican a continuación los más sobresalientes:

a) Factores económicos: se señala que la reforma en la estructura de tenencia y


explotación de la tierra, en los países que por no haber resuelto su problema agrario
así lo demanden, es un prerrequisito fundamental para promover el proceso de
desarrollo. En lo esencial existe un reclamo popular para que el latifundio y otras
formas antisociales de tenencia y explotación de la tierra, sean definitiva y
prontamente substituidas por otras formas, en sí justas, técnicamente apropiadas
para la actividad agrícola. Ello, obviamente, conlleva cambios esenciales en el
derecho de propiedad de la tierra, a los cuales se opone de manera rígida, el
régimen jurídico subyacente que, por tal razón, es necesario substituir

b) Factores sociales: refiriendo la cuestión de manera especial - como es


necesario- a los países subdesarrollados, se advierte de inmediato la existencia de
serios problemas sociales. Existen regiones del orbe en que la desnutrición, el
hambre, las enfermedades de todo tipo, la falta de vivienda y de techo, la falta de
cultura, etc., forman parte de la propia esencia nacional de ciertos países. La
desigualdad social, profundamente marcada y arraigada dentro de las propias
fronteras nacionales de estos países e incluso en regiones enteras del mundo, ha
sido descrita, calificada y cuantificada por los organismos internacionales que, en
forma reiterada, urgen a los gobiernos para que tomen medidas tendientes a, por lo
menos, aliviar tal situación.

Esquematizando un poco podría decirse que en la agricultura de esos países se


advierte, en primer lugar, un reducido grupo social que es el dueño de los
instrumentos y medios de producción de manera especial la tierra- y en segundo
lugar, las grandes masas campesinas y proletarias que carecen de todo. El primer
sector está constituido por grandes latifundistas y medianos propietarios, cuya
mentalidad aún se encuentra inscrita en el Medioevo y por los empresarios
capitalistas de la agricultura de exportación.

Las diferencias sociales entre la oligarquía agrícola y las masas rurales huelga
decirlo son abismales. Los primeros colmados de confort y llevando una vida
opulenta, en múltiples casos fuera de su patria; los segundos, aniquilados por el
hambre, la miseria, las enfermedades, etc., sin perspectiva alguna de poder cambiar
su
situación infrahumana.

Resumiendo el asunto se puede afirmar que, en esencia, las fuentes reales del
Derecho Agrario se encuentran en los propios factores económico-sociales que
configuran la estructura agrícola de un país determinado.

La realidad económica y social demanda cambios radicales en las relaciones de


producción, especialmente en lo que atañe al sistema de propiedad, tenencia y
explotación de la tierra. Corresponde a los sectores de rectoría política avanzada,
tomar conciencia de los problemas, adoptar posición frente a ellos y propiciar las
medidas más adecuadas y justas para resolverlos. Las motivaciones para el cambio
jurídico abundan y se presentan con claridad por doquier. No advertirlas en su
diáfana dimensión o soslayarlas de propósito, constituyen temas relacionados con la
conveniencia personal o la aberración mental.

E) Fuentes históricas del Derecho Agrario. Se ha manifestado con anterioridad


que las fuentes históricas están constituidas por toda aquella serie de documentos
que encierran el contenido de una ley o conjunto de leyes. No obstante que cada
país, en lo particular, cuenta con sus propios precedentes normativos de índole
histórico, debe señalarse, además, que existen ciertas fuentes que son comunes a
determinadas culturas. Así tenemos que para el mundo latino, la fuente más
importante de su derecho y a la vez la más antigua, está constituida por el Derecho
Romano, lo propio puede decirse de las manifestaciones jurídicas procedentes de la
civilización anglosajona, las del norte de África, las asiáticas, etc., en su respectivos
focos de influencia.

En la investigación del derecho, en su estructuración por conducto del proceso


legislativo que cada país adopte, en el terreno de su aplicación: en sus distintas
elaboraciones doctrinarias, las fuentes históricas resultan de un valor indiscutible.

A cada país le resulta imprescindible la elaboración de estudios históricos acerca de


sus problemas agrarios y con ello determinar las fuentes vernáculas y extranjeras de
su derecho actual. Toda institución agraria -presente o pasada para ser comprendida
a cabalidad. - y todas las instituciones que eventualmente se pretenda que alcancen
vigencia en el futuro, deben ser referidas a los precedentes normativos que han
formado parte de la estructura jurídica nacional.

Al cumplimiento de este deber científico no se encuentran ajenos los jurisconsultos y


legisladores de países de grandes tradiciones jurídicas, mucho menos los de
aquellas regiones del mundo que nacieron a la vida internacional con ulterioridad.

Dentro de este orden de ideas, a nadie escapa, por ejemplo, la importancia que
tiene para los países de la América Latina el conocimiento de sus propias
instituciones jurídicas prehispánicas. De manera especial resultan de mucha
importancia los estudios que se realicen sobre los modos de producción que
estuvieron vigentes en las culturas maya, incaica y azteca. De los datos con que se
cuenta acerca de estas civilizaciones pueden deducirse valiosas implicaciones en lo
que atañe a la reforma de sus estructuras agrarias ya que, con mayor o menor
pureza, desvirtuadas en mayor o Menor nivel, aún a la fecha pueden apreciarse
restos de lo que fueron las antiguas comunidades agrarias prehispánicas. José
Carlos Mariátegui expresa a este respecto..... Yo pienso que la hora de ensayar en
el Perú el método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya. Dejando aparte las
razones doctrinarias, considero fundamentalmente este factor incontestable y
concreto que da, un carácter peculiar a nuestro problema agrario: la supervivencia
de la comunidad y de elementos de socialismo práctico en la agricultura, y en la vida
indígena..."

De singular importancia es, asimismo, el estudio de las fuentes históricas


extranjeras por la incidencia que tienen en el derecho de cada país. Para América
Latina el derecho castellano constituye importante precedente histórico, ya que fue
este derecho y no los otros derechos peninsulares el que tuvo vigencia en nuestro
continente."

Ya con antelación se ha indicado, al hablar de las relaciones del Derecho Agrario


con la historia, la importancia que para comprender una determinada problemática
agraria y para emprender sus más justas y acertadas soluciones, tiene el estudio del
dato histórico, especialmente en el tema que tratamos cuando tal dato está
contenido en documentos que encierran disposiciones de carácter normativo.

VI
LOS SUJETOS DE DERECHO AGRARIO
A) Concepto: son sujetos del derecho agrario todas las personas individuales
o colectivas, cuyos actos u omisiones las sitúan dentro del campo de la normatividad
jurídica agraria.
B) Clasificación: intentar una clasificación de los sujetos del Derecho
Agrario, sin tener como base la causa económica que fundamente su existencia,
resulta un ejercicio académico intrascendente acerca de este problema jurídico. Es
por ello que, al abordar el tema de la determinación de los sujetos, debe acudirse,
necesariamente, a las relaciones agrarias de producción que imperan en un país o
región específicos, con el objeto de precisar que lugar ocupan en el proceso
productivo y las relaciones en que se encuentran respecto de la propiedad de los
medios e instrumentos agrícolas de producción. Obvio resulta, en consecuencia,
que no deba formularse, con carácter general y absoluto. una clasificación de las
personas que intervienen en la relación jurídica agraria. Cada país, por conducto de
su propia legislación, contemplará las circunstancias o calidades que determinan la
condición del sujeto de Derecho Agrario.

No obstante lo anterior, se intenta, seguidamente, formular una catalogación que


tenga, en la medida de lo posible, ciertos visos de generalidad y refiriéndola, de
preferencia, a aquellos paises que no han logrado resolver el problema de la tierra.

a. Obreros Agrícolas: que pueden dividirse en: a) Obreros agrícolas


propiamente dichos; b) Mozos colonos, y c) Jornaleros. Responden a esta
subdivisión los trabajadores asalariados desposeídos de tierra que venden su fuerza
de trabajo a un patrono determinado.
Obreros agrícolas propiamente dichos: están constituidos por toda aquella
masa de trabajadores rurales que venden su fuerza de trabajo a un patrono y
reciben un salario en dinero. Por regla general se encuentran adscritos a patronos
individuales o a empresas agrícolas que emplean, ambos, medios capitalistas de
producción en la agricultura y contratan mano de obra asalariada.

Mozos colonos: estos trabajadores viven y trabajan en fincas que no son de


su propiedad, recibiendo por su labor un salario mixto; en especie (productos
alimenticios) y en dinero y tierra para cultivar como salario complementario. Esta
situación puede dar origen a confusiones en la clasificación de la capa social a que
pertenece el mozo colono, especialmente cuando éste efectúa sus labores en
lugares que todavía acusan resabios del sistema feudal de producción Los
campesinos colonos y sus variantes no son, efectivamente proletarios puros" como
pueden serlo los que habitan en región en que la agricultura está tecnificada. No
obstante lo dicho, el mozo colono puede considerarse proletario rural porque su
actividad fundamental la realiza en la esfera del trabajo productivo; porque tal
actividad crea valor; y porque produce plusvalía.

Jornaleros: laboran de manera no permanente en las fincas, haciendas o


plantaciones en tiempo de cosecha. El jornalero trabaja, en ocasiones, acompañado
de su mujer e hijos menores, lo que determina un nivel aún mayor de explotación y
de pobreza en su familia. A esta clase de trabajadores se les conoce como
"temporeros", "planilleros", "ganadores", etc.
b. Campesinos: esta categoría es posible dividirla en: a) Campesinos Pobres; b)
Campesinos Medios; y c) Campesinos Ricos.

Campesinos Pobres: carecen de tierra o la tienen en áreas tan pequeñas


que se ven obligados a tomarla en arrendamiento, pagando el precio del mismo en
dinero o en especie En el segundo dejos casos, el terreno en que viven, por su
reducida extensión, no puede ser objeto, por sí mismo, de cultivo en condiciones
remuneratorias. Practican una agricultura consumitiva y de bajo rendimiento. La
fuerza de trabajo de la familia campesina resulta excesiva para la reducida
capacidad de la parcela.

Campesinos Medios: como su nombre lo indica, están colocados en una


posición intermedia entre los campesinos pobres y los ricos. Tienen tierras en
extensiones variables pero suficiente para satisfacer las necesidades de él y de su
familia. En ocasiones producen excedentes que venden en los mercados vecinos.
Sus niveles de vida, sin ser elevados, son mejores que los del campesino pobre. El
campesino medio generalmente tiene una idea infundada de su independencia, idea
proveniente de esa situación intermedia y de sus posibilidades de mercadeo; pero lo
cierto es que paulatinamente cae en manos del terrateniente rico o del comerciante
usurero local, perdiendo su tierra y engrosando las masas de campesinos pobres.

Campesinos Ricos: son poseedores de extensiones de tierra más o menos


considerables las cuales trabajan personalmente. Emplean mano de obra asalariada
y ceden parte de sus terrenos (arrendamiento, aparcería, etc), explotando a los
usuarios o productores directos Su producción la destinan al comercio y buena parte
al comercio exterior. El campesino rico frecuentemente tiene su residencia en
lugares cercanos a sus fincas: capitales de provincia, cabeceras departamentales o
municipales.

c. Terratenientes Semifeudales: tienen tierra que, generalmente, no


cultivan en forma directa, o bien la entregan en arrendamiento a campesinos pobres
cobrándoles elevados precios por el alquiler. El precio por el uso de la tierra
frecuentemente lo paga el campesino necesitado con su propio trabajo o con el
producto en especie del mismo, tal el caso del mozo colono anteriormente definido.
El terrateniente semifeudal es generalmente absentista. Reside en la capital o en el
extranjero por largos períodos y es poco corriente que en forma personal se dedique
a trabajar sus tierras. Su producción la destina al mercado exterior, sin reinvertir en
la agricultura sus cuantiosas ganancias, que generalmente emplea en la compra de
articulos suntuarios, cuando no, las depositan en instituciones bancarias extranjeras.
Emplean mano de obra asalariada pero en las más viles condiciones de explotación.

d. Empresas Capitalistas: en determinados procesos de la producción emplean


maquinaria agrícola, abonos, fertilizantes, semillas seleccionadas y otros elementos
técnicos. Los capitalistas invierten un porcentaje de utilidades para incrementar el
capital constante de sus empresas, que necesitan mano de obra más calificada y
más libre. Los dueños de estas empresas se dedican a producir y comercializar
productos destinados a los mercados externos. Es frecuente que los finqueros
capitalistas acudan a la formación de sociedades anónimas para la producción en
mayor escala de los indicados artículos de exportación.

Cumplido el propósito de auscultar, con base en criterios económicos, cl origen de


las clases sociales en los medios rurales de países que no han logrado resolver sus
problemas agrarios, conviene hacer referencia a la clasificación de los sujetos del
Derecho Agrario en un sentido jurídico, atendiendo siempre a las condiciones que
prevalecen en países subdesarrollados. Así tenemos:

Propietarios: el Estado, las Municipalidades, Bancos e instituciones Autónomas,


Compañías Extranjeras, Sociedades Nacionales, Comunidades indígenas,
Cooperativas Agrícolas, Propietario Particulares.

Arrendatarios: Arrendatarios Capitalistas, Pequeños Arrendatarios, Aparceros.

Trabajadores Campesinos: Obrero Agrícola propiamente dicho, Mozos Colonos,


Jornaleros.
VII
EL PROCESO AGRARIO
A) Concepto: en términos generales todo proceso jurídico suele ser
concebido como una serie sucesiva y ordenada de actos (oficiales y de las partes)
cuyo fin es obtener una decisión de autoridad competente.

Las disputas o controversias que pueden presentarse en materia jurídica agraria son
frecuentemente dilucidadas por diversos procesos: en algunas ocasiones se acude
a las normas adjetivas contenidas en los códigos de procedimientos civiles, en otras
se utilizan procedimientos establecidos en los códigos agrarios o en las leyes de
reforma agraria.

Dada la orientación que se sigue en este libro, únicamente se hará referencia al


proceso agrario en sentido estricto, es decir, a aquel conjunto de actos que están
destinados a resolver -con base en el derecho sustantivo los problemas que emanan
de una injusta y a la vez arcaica estructura agraria a la cual, tanto el poder público
como las masas campesinas, tratan de reformar por medio de la legislación que
para el efecto se ha adoptado. En tal sentido no habrá de considerarse aquí las
relaciones procesales judiciales agrarias, sino las relaciones procesales
administrativas de esta índole.
B) El proceso agrario en sentido estricto: en toda relación procesal agraria
existen siempre, por lo menos, dos sujetos: un ente que peticionara, reclama o
demanda; y otro ente frente a quien se ejercitan tales derechos y que ostenta la
facultad o el poder de otorgar o no lo que se solicita, mediante la resolución
correspondiente y la ejecución de la misma por actos coactive si fuera necesario. Lo
dicho no quiere decir que de la relación proce agraria quede excluida, en forma
absoluta, la persona que eventualmente pudiera ser agraviada por la decisión de la
autoridad administrativa Esta persona si participa en tal relación; pero
progresivamente y de manera especial cuando se aplican las leyes de reforma
agraria, esta participación ha ido decreciendo y en ocasiones es totalmente anulada
por la legislación.

C) Contenido del Derecho Procesal Agrario: el Derecho Procesal Agrario


debe abarcar un conjunto de normas que provean medios rápidos y eficientes que
den libre paso a los objetivos que persigue el moderno Derecho Agrario Sustantivo,
es decir, lograr la reforma de la estructura rural y la implantación de los derechos
que la legislación avanzada otorga a las masas campesinas.

De nada o de muy poco serviría la legislación agraria sustantiva-por más progresista


que fuera - si no estuviera acompañada de un adecuado sistema procesal, liberado
de todo entorpecimiento que proviniera de los grandes terratenientes. El Derecho
Procesal Agrario debe contener normas fáciles y sencillas que eviten trámites
farragosos, de manera especial cuando estos trámites conciernen a la expropiación,
a la dotación de tierras y créditos y a la asistencia integral. El procedimiento agrario
debe evitar la proliferación de instancias y de recursos, eludiendo trámites
dispendiosos y el abuso que en ellos pueda hacer cualquier propietario terrateniente
malicioso.

Los actos y resoluciones de las autoridades encargadas de aplicar la ley agraria


sustantiva, deben tener un carácter eminentemente ejecutivo y contra ellos no se
admitirán más recursos que los que de manera específica establezca la ley. En todo
caso, en el procedimiento agrario, deberá descartarse la presencia de recursos
extraordinarios, como los de amparo y casación. El Derecho Procesal Agrario debe
contener normas que posibiliten todos estos propósitos.

D) Principios informativos del Proceso Agrario: cuestión que reviste


singular importancia dentro del proceso agrario es establecer las directivas
generales que informan su desenvolvimiento. Fijar con acierto estas directivas, que
también pueden denominarse principios, no sólo entraña un problema de técnica
jurídica, en lo que concierne a dotar al derecho sustantivo de normas específicas
para su aplicación pino que, además, constituye una importante actividad doctrinaria
cuyo objetivo es que tales directivas constituyan una base ideológica sólida en el
aspecto dinámico del Derecho Agrario cono en su aplicación práctica.
Los principios que deben gobernar la relación jurídico-procesal agraria emergen de
las propias características señaladas al Derecho Agrario: naturaleza pública;
carácter realista y objetivo; esencia democrática; tutelar del trabajador campesino;
índole económico-social de sus normas: constituir un cuerpo de garantías mínimas
irrenunciables para el campesino, etc. Asimismo debe señalarse que las autoridades
encargadas de aplicar la ley y de conocer en el trámite del procedimiento agrario,
deben considerar las normas sustantivas atendiendo a las circunstancias históricas,
sociales y económicas de la nación. En todo momento debe tenerse presente que el
Derecho Agrario Moderno presupone una reforma estructural en el régimen de
tenencia de la tierra y que uno de sus objetivos esenciales es la aplicación de la
justicia social en el campo, otorgando a las masas campesinas una protección
preferente, al amparo del principio universalmente aceptado de que “La tierra es
para quien la trabaja".

Señalado lo anterior se pasa, seguidamente, a la exposición concreta de los


principios que gobiernan las relaciones procesales agrarias.

a. Principio del Impulso Procesal de Oficio: Todo procesó agrario debe ser
actuado e impulsado de oficio por las autoridades encargadas de aplicar el derecho
sustantivo. Sin descartar la iniciativa que pudiera provenir de particulares, el proceso
agrario-en vista de los objetivos que persigue el derecho sustantivo reclama que la
iniciativa en los trámites incumba, de manera preferente, al sector oficial, a quien
corresponde actuar sin medie denuncia o querella.

El impulso procesal de oficio se complementa con las siguientes actividades:


obligación de la autoridad para ordenar que el actor subsane los defectos
contenidos en su demanda; solicitar de oficio los documentos o certificaciones de los
mismos que se encuentren en las oficinas públicas o en poder de particulares,
rechazar in limine las pruebas contra de derecho. no ofrecidas o impertinentes,
nombramientos de peritos y expertos.

Finalmente, el impulso procesal de oficio prescinde totalmente de la institución del


abandono o perención.

b. Principio Antiformalista o de Sencillez: este principio puede expresarse


diciendo que el desenvolvimiento del proceso agrario debe estar regido por normas
simples y sencillas, desprovistas de mayores solemnidades, con el objeto de que los
trámites tengan la máxima fluidez y la resolución final advenga lo más rápidamente
posible. El proceso agrario contiene formas para llegar a la realización de sus fines,
pero esas formas, además de ser simples y sencillas, deben ser mínimas, en lo
estrictamente indispensable para no provocar anarquía en el procedimiento, ni
violentar la garantía de defensa. En el proceso agrario el aspecto de forma siempre
debe estar supeditado a la cuestión de fondo y cuando se susciten problemas de
integración o de interpretación, siempre deben resolverse, en primer término, de
acuerdo con los principios del Derecho Agrario; en segundo lugar de acuerdo con la
equidad o la costumbre, en armonía con dichos principios; y por último, de acuerdo
con los principios y leyes de derecho común.

c. Principio Tutelar: este principio, que anima al Derecho Agrario Sustantivo,


también debe informar al derecho procesal que lo pone en movimiento. Las normas
de uno y de otro tienen la misma sustentación filosófica: tutelar a los campesinos
otorgándoles una protección jurídica preferente. Las autoridades encargadas de
conocer en el procedimiento agrario deben tomar en cuenta, esencialmente, el
interés de las masas campesinas.

d. Principio de Economía Procesal: este principio se configura con los siguientes


elementos: gratitud del procedimiento; celeridad o rapidez del mismo, evitando
términos amplios, limitando los recursos y constriñendo, en la mayor medida posible,
la apelabilidad de las sentencias. Todo lo anterior con el propósito de desechar
trámites farragosos que prolongarían la satisfacción de ingentes necesidades del
sector campesino.

También formar el principio de economía procesal el costo mínimo exención total de


gastos, especialmente en lo que concierne al uso de papel oficial, gratuidad de las
certificaciones expedidas por las oficinas públicas, anotaciones o inscripciones en
los registros de propiedad inmueble, etc.

e. Principio de Concentración Procesal: el procedimiento agrario exige que el


mayor número, si no todos los actos procesales, se reúnan o concentren en una o
muy pocas diligencias, evitando la dispersión de las mismas y los incidentes que
pudieran promoverse.

f. Principios de Oralidad o Inmediación: según el primero de estos principios, la


iniciación y trámites sucesivos del procedimiento agrario, deben efectuarse en forma
predominantemente oral. Las gestiones deben hacerse directamente ante las
autoridades agrarias, debiéndose, en cada caso, levantar las actas
correspondientes. De acuerdo con el segundo principio, las autoridades en materia
agraria deben estar en relación directa y personal con las partes; recibe en igual
forma las pruebas y alegatos; interroga e investiga a las personas e inspecciona los
objetos.
VIII
PROBLEMAS DE TECNICA JURIDICA EN MATERIA AGRARIA
De acuerdo con el autor chileno Aníbal Bascuñán Valdés, la técnica del derecho o
técnica jurídica, en sentido amplio, es el conjunto de reglas y habilidades de orden
práctico para la búsqueda o creación, individualización, elaboración y
aprovechamiento de las fuentes de conocimiento jurídico y de las ciencias del
derecho y del ordenamiento jurídico positivo. Con base en este concepto el autor
distingue: a) la Técnica de Investigación Jurídica; b) la Técnica Legislativa; c) La
Técnica Jurisdiccional; d) la Técnica Forense o Profesional.
Según criterio de Eduardo García Maynez, la técnica jurídica tiene por finalidad el
estudio de los problemas relacionados con la aplicación del derecho objetivo a
casos concretos y consiste en el adecuado manejo de los medios que permiten
alcanzar los objetivos que persigue el derecho, agregando que estos objetivos se
logran por conducto de la formulación y la aplicación de las normas, de donde
distingue: a) Técnica de Formulación o Técnica Legislativa; b) Técnica de aplicación.

Dentro de estas dos posiciones doctrinarias, no excluyentes pero también no


totalmente concordantes, en este trabajo se analizaran A) la Técnica de
Investigación; B) la técnica de Aplicación, no sin antes indicar que la Técnica
Legislativa es el conjunto de reglas y preceptos a que se debe ajustar el legislador
para una idónea elaboración, formulación e interpretación general de las leyes, y
que la Técnica Forense implica el adecuado manejo, por parte del profesional, de
reglas y preceptos tendientes a obtener los mejores resultados en su gestión como
tal.

A) Técnica de Investigación: al referirse a este tema, Lucio Mendieta y Nuñez,


acogiendo y ampliando con las suyas ideas de Giorgio de Semo, dice que el estudio
del Derecho Agrario debe seguir una metodología que abarque los siguientes
aspectos: a) Jurídico; b) Sistemático; c) Histórico; y d) Sociológico.

a) Aspecto Jurídico: admitiendo que la metodología debe ser esencialmente


jurídica, Medieta y Núñez hace notar que si el poder público, bajo determinadas
condiciones históricas y sociales, se ve compelido a adoptar una cierta política
agraria, el jurista tiene que estudiar el derecho en que tal política se expresa en
relación con ella, al propósito de lograr un mejor desarrollo de la misma. El jurista
debe alejarse de conceptos abstractos y de doctrinas que justifican y apoyan el
orden anterior. Por el contrario debe poner atención en la nueva política; basada en
la realidad y en las necesidades colectivas. El método debe ser esencialmente
jurídico y alejado de preocupaciones políticas, pero sin ignorar la política, es decir,
una política de altura, sin desviaciones sectarias u orillas de producir satisfacciones
personalistas. El verdadero jurista- dice Mendieta y Núñez – quiéralo o no, está
inmerso en la política de su país y del mundo y no puede ni debe desprenderse de
su influencia.

b) Aspecto Sistemático: el empleo de este procedimiento presupone, no la


simple glosa de leyes y reglamentos, sino la preocupación por construir principios
teóricos que devengan en aplicación práctica. Además, el empleo de tal
metodología, según Mendieta y Núñez, conlleva la estructuración lógica de los
aspectos básicos de Derecho Agrario, los cuales estarán contenidos en las normas
jurídicas, de tal modo que estas constituyan un desarrollo armónico de tales
aspectos, con fines prácticos.

Una buena sistemática en el estudio del Derecho Agrario permitirá también deslindar
los preceptos jurídicos dentro del marco de las disciplinas jurídicas especiales:
demarcar los que corresponden al derecho público y al derecho privado, por
ejemplo, no agotándose esta tarea en tal actividad sino continuado con el análisis
de instituciones especificas, como el arrendamiento, la aparcería, el patrimonio
familiar, etc. En fin, el estudio del Derecho Agrario demanda el empleo de un
conjunto de reglas o principios que deben entrelazarse para lograr un orden que
permita percibir de mejor manera el conocimiento de la materia.

c) Aspecto Histórico: resulta por demás obvio señalar la importancia que


para el estudio y la investigación del Derecho Agrario tiene el manejo de una
correcta metodología histórica. Esta actividad –que de una manera simplista podría
consistir en establecer semejanzas entre fenómenos jurídicos pasados y los que se
viven en el presente-, infiriendo conclusiones sobre su origen común, puede
profundizarse si se pasa de simple mecánica comparativa de las formas jurídicas, al
descubrimiento de las relaciones socio-económicas que les sirven de fundamento.

Utilizar el método histórico en la investigación del Derecho Agrario, implica tener una
vivencia de lo que en el pasado fueron las instituciones agrarias. Conocer las
causas motoras que les sirven de fundamento.
Inquirir sobre las motivaciones de orden económico, político y social que dieron
origen a determinadas normas. Abandonar la idea de la espontaneidad del
fenómeno jurídico para apuntalar el criterio de que el derecho forma parte de la
supraestructura social y que, por ende, los fenómenos jurídicos pasados tienen una
base social y económica.

d) Aspecto Sociológico: en el estudio del Derecho Agrario resulta de


trascendental importancia determinar los vínculos que existen entre la normatividad
jurídica agraria y las realidades sociales. El investigador que asuma responsabilidad
científica debe indagar las circunstancias sociales que prevalecieron en el pasado y
las que privan en, la época en que desarrolla su labor. No es posible obtener
resultados satisfactorios en el estudio del Derecho Agrario, si se hace abstracción
del comportamiento de los diferentes sectores sociales y, de manera especial, del
sector rural. Cuando se hizo referencia a las relaciones que nuestra disciplina
guarda con la sociología, se subrayó el importante rol que juega una rama de esta
ciencia que es la Sociología Rural.

Debe insistirse en señalar que, cualquier persona que tome interés en investigar el
Derecho Agrario, tiene que hacer un eficiente acopio de información sociológica so
pena de incurrir, en caso contrario, en vanas lucubraciones teóricas. Soslayar el
conocimiento de los comportamientos sociales, haciendo énfasis únicamente en el
estudio de la normatividad jurídica formal, no sólo se traduce en una actividad
anticientífica sino que, necesariamente, produce resultados negativos. Las leyes e
instituciones agrarias, así como los principios que orientan la actividad productiva en
el campo, exigen para su correcto estudio una inmediata vinculación con la
estructura social de la zona rural.
B) Técnica de Aplicación: en forma sucinta puede decirse que la Técnica de
Aplicación o Técnica Jurisdiccional consiste en cl adecuado manejo de las reglas y
preceptos que sirven para alcanzar los fines que busca el derecho. A diferencia de
la Técnica Legislativa, que persigue fines jurídicos generales, la Técnica
Jurisdiccional se orienta a la realización de finalidades jurídicas concretas. La
técnica de aplicación conlleva una actividad intelectual que se resume en el uso de
reglas y preceptos a que debe ajustarse la autoridad para lograr los fines que le fija
el ordenamiento jurídico El proceso de aplicación del derecho a casos concretos se
descompone en varios problemas. En materia agraria los que destacan con mayor
relevancia son los relativos a la interpretación e integración de la ley.

a) Interpretación: en términos generales la norma jurídica agraria se interpreta


cuando el texto que la contiene es obscuro, ambiguo, posee acepciones múltiples o
su construcción es defectuosa y hace difícil su inteligencia. En esta situación, la
autoridad facultada para aplicar el derecho se sitúa en la necesidad de interpretarlo,
es decir, desentrañar el sentido de las expresiones jurídicas. Las legislaciones de los
diferentes países fijan preceptos para lograr que la interpretación se haga de una
manera depurada y técnica. En este sentido, se pueden interpretar las leyes de
acuerdo con su propio espíritu; de acuerdo con su historia legislativa; conforme a las
disposiciones de otras leyes; utilizando la equidad y los principios generales del
derecho, etc.

Aun cuando al precepto jurídico agrario le son aplicables todos los medios de
interpretación del derecho en general, es preciso indicar que la doctrina le ha
asignado a la labor interpretativa en materia agraria ciertas características, siempre,
desde luego, que se admitan como válidos los principios que insuflan al Derecho
Agrario: realismo y objetividad, carácter democrático, naturaleza económico-social,
tutelaridad, carácter público, constituir un cuerpo de garantías mínimas para el
trabajador campesino, etc.

Con base en lo anterior, si bien no se descarta la posibilidad de que la rama jurídica


agraria sea interpretada de acuerdo con los medios comunes a todas las normas
jurídicas, resulta conveniente subrayar que, quien ejerce función jurisdiccional y por
ende, puede efectuar labor interpretativa, debe realizar esta de acuerdo,
básicamente, con los principios anteriormente enumerados, haciendo abstracción
-como dice Mendieta y Núñez- de medios ajenos al sentido intrínseco de la materia
y que alejan la interpretación del carácter profundamente humano de su contenido.

b) Integración: los problemas de integración se presentan cuando en el orden


jurídico vigente no se encuentra previsto el caso sometido al conocimiento de la
autoridad encargada de aplicar el derecho.

La interpretación, por el contrario, presume la existencia de normas, pero éstas


pueden ser obscuras, vagas, de construcción defectuosa, etc.; la integración surge
cuando existen lagunas legislativas que la autoridad debe llenar.
En la labor de integración se debe acudir a ciertos preceptos fijados por la
legislación para cubrir estos vacios, teniendo siempre presente que esta actividad
responda, al igual que la interpretación, a los principios que fundamenta el Derecho
Agrario.

No cabe duda que la tarea de integración conlleva una labor eminentemente


creativa a la cual la doctrina le ha asignado una función parecida a la que desarrolla
el legislador: la autoridad debe estructurar la norma pero, en esta coyuntura, para un
caso concreto. Esta circunstancia determina que el funcionario a quien se encuentra
confiada la aplicación del derecho, cuando

enfrente problemas de integración, al llenar las lagunas de la ley, debe hacerlo bajo
la ideología que se encuentra inmersa en los principios propios del Derecho Agrario:

Los problemas que entraña la técnica de aplicación del Derecho Agrario al menos
en lo que concierne a los países que no han logrado resolver el problema de la
tierra- exigen de quien ejerza poder jurisdicional que, ya sea realizando una labor
interpretativa o una de integración, realice su misión conservando el carácter
eminentemente democrático, popular y protector

que tiene el Derecho Agrario y, en tal sentido, tener siempre presente que el estatuto
del agro debe expresar los anhelos de un amplio estrato social (los campesinos)
para obtener,, sin obstáculo alguno, mejores condiciones de vida en los órdenes
material, espiritual y ético.

Es justo y apropiado reconocer, finalmente, que la legislación social guatemalteca,


que comprende el Derecho de Trabajo como el Derecho Agrario, cuenta con un
acertado cuerpo de normas en materia de integración e interpretación de la ley. Así,
en cuanto al primer aspecto, el artículo 15 del Código de Trabajo de la República de
Guatemala, expresa que los casos no previstos por dicho código, por sus
reglamentos o por las demás leyes relativas al trabajo, se deben resolver, en primer
término, de acuerdo con los principios del Derecho de Trabajo; en segundo lugar, de
acuerdo con la equidad, la costumbre o el uso locales, en armonía con dichos
principios; y por último, de acuerdo con los principios y leyes de derecho común.

Para los efectos de la interpretación del propio código, sus reglamentos y demás
leyes de trabajo, se debe tomar en cuenta, fundamentalmente, el interés de los
trabajadores en armonía con la conveniencia social.
ll
Legislación Agraria en Guatemala
Época Precolonial
Dentro de los antiguos pueblos que habitaron lo que hoy comprende las
circunscripciones territoriales de Gualemala, fueron los mayas quienes en muy
diversos órdenes de la vida lograron una mejor y más avanzada organización. Por
tal razón y por carecerse de mayores elementos de juicio respecto de otros grupos
étnicos guatemaltecos, será acerca de los mayas que se hable sobre normas y
costumbres de contenido agrario, con anterioridad al descubrimiento y posterior
conquista de América.

La bibliografía que se tiene a mano, en lo que concierne a la forma de propiedad y


explotación de la tierra entro los mayas, coincido, en su mayor parte, en asegurar el
carácter comunal de sus relaciones agrarias de producción, antes y después de la
conquista. Que los mayas, al igual que todos los pueblos del Mundo, atravesaron el
estadio histórico y económico de la comunidad primitiva, cumpliendo con la Iey
fundamental de este tipo de organización, es un hecho indudable. Lo que si es
motivo de conclusiones controvertidas es la fijación aproximada de la época en que
se desvirtuaron las características esenciales del régimen comunitario y se entró al
subsiguiente estadio osea la esclavitud.

Resulta improbable que los españoles encontraran en estas tierrs un régimen puro
de comunismo primitivo. Otras manifestaciones no referdas precisamente al campo
de la explotación agrícola sino de orden social y cultural entre los mayas, pueden
dar fundamento a la anterior afirmación. En lo que concierne a las relaciones de
producción agrícola si existe una apreciable concordancia entre los autores en
atribuir a los mayas una ídole o inclinación comunitaria.

Lucio Mendieta y Muñoz afirma: “Los historiados de los mayas aseguran que la
propiedad era comunal entre éstos, no sólo por lo que respecta la nuda propiedad
sino también por lo que se refiere al aprovechamiento de la tierra”. Por su parte,
Juan Francisco Molina Solis” indica que “El uso común de la tierra es tradicional
entre los mayas, que, aún al presente, con dficultades de resignan a la prpiedad
particular y exclusiva de la tierra de labranza”. Confirmando el criterio anterior Diego
López Cogolludo manifiesta: “Las tierras eran comunes, así entre los pueblos no
había términos o mojones que las dividieses aunque si entre una privincia y otra, por
causa de las guerras salvo algunas hoyas para sembrar árboles fructíferos y tierras
que hubiesen sido compradas por algún respecto de mejoría. También eran
comunes las salidas, que están en las costas del mar…”

Por su parte, Diego de Landa , nos pone en conocimiento que los indicos tenía “…la
buena costumbre de ayudarse unos a otros en todos sus trabajos. En tiempo de
sementeras, los que no tienen genete suya para hacerlas júntense de 20 en 20 o
más o menos y hacen todos juntos por su medida y tasa la labor de todos y no la
dejan hasta cumplir con todos. Las tierras, por ahora son de común y así el que
primero las ocupa las posee… Júntense también para la caza de cincuenta más o
menos… y lo mismo hacen para la pesca”.

En abono de la tesis que asigna a los mayas una definida vocación por el
colectivismo agrícola, es conveniente señalar que J. Eric Thompson expresa que la
cooperación se practicaba extensamente, ayudando unas familias a otras en la
siembra y la recolección y cada grupo familiar estaba en libertad de escoger un lote
del campo comunal. Este mismo autor J. Eric Thompson, indica que “Otra
característica de esta cultura que contribuyó a desarrollar el sentido del deber con el
prójimo y con la comunidad fue el trabajo en grupo. Para hacer los claros en el
bosque, para erigir sus casas y para diversas actividades similares los mayas
trabajaban y aún trabajan hoy mismo, en equipos de doce o más personas. A la
ayuda a B y C a hacer la roza de sus campos; estos le retornan el servicio a A
cuando este prepara también su tierra”.

El autor Alfonso Villa Rojas manifiesta que en los años 1935-36 tuvo oportunidad, en
Quintana Roo, de estudiar la forma de tenencia de la tierra de los mayas y que pudo
comprobar que los nativos de la región no atribuian ningún sentido a la venta, renta
o cambio de tierras; que las tierras de labor eran de dominio público, correpondiente
a todo el cacicazgo y no a prueblos por separado; que los solares que rodeaban las
casa de habitación o las huertas de árboles frutales, se consideraban propios de la
familia, cercado o plantado, retornando al domino común en caso de acabarse el
grupo familiar; que en ningún caso se podía vender, alquilar o cambiar solares, ya
que quienes los usufructuaban se consideraban como simples depositarios de un
bien común. En el propio trabajo de Villa Rojas aparece una cita del autor Britnon en
la que se dice: “No existió la propiedad personal de la tierra. Las tierras de los
pueblos se repartian anualmente entre los miembros de

La comunidad de acuerdo con sus necesidades, calculándose el consumo de cada


adulto en unas veinte cargas de maíz por año”.

Finalmente, el autor guatemalteco Valentín Solórzano Fernández afirma que la


propiedad individual de la tierra unicamente se conoció en las llamadas tierras de
jefes y caciques, existiendo por otra parte áreas de cultivo comunal y con un
regimen organizado de la división del trabajo.

No cabe duda, pues que los mayas antes, en el tiempo y en algunos casos después
de la conquista, explotaron la tierra en forma comunal en grado más o menos
apreciable, sineod lo más posible que cuando Cristóbal Colón realizó el
descubrimiento, encontrara a las tribus indígenas en las primeras etapas de la
exclavitud, pero no de manera absoluta y general.
II
La Colonia
El 12 de octubre de 1492 se efectúa el descubrimiento de América. España
emprende la conquista de América, bajo los siguientes signos: las clases sociales
que formaron parte de las expediciones descubridoras y conquistadoras estaban
constituidas, en considerable proporción , por gente ambiciona y aventurera cuyo
propósito esencial al venir a estas tierras era forjarse una rápida riqueza, bojetivo
que lograron sobre la base de una sanguinaria y despiadada depredación de los
bienes de los indios. En el mismo año del descubrimiento y en 1497, se dictaron
sendas cédulas reales autorizando el reclutamiento de delincuentes para que
integraran las expedciones que venían a América.

Con los elementos que arriba se señalaban se puede explicar fácilmente la cantidad
y grado de inhumanos atropellos que se cometieron los aborígenes y la clase de
instituciones que estuvieron en vigor en tiempo de la colonia. Ni la epopéyica figura
de Cristóbal Colón, ni la respetable de Fray
Bartolomé de las Casas, escaparon o fueron ajenas a formas de explotación tan
ignominiosa como la encomienda: por Real Cédula de 20 de junio de 1500 se
condenaron las actividades esclavistas de Colón. Las Casas hubo que renunciar a
una encomienda que había otorgado a su favor, hecho que desde luego, lo enaltece.

Las llamadas “bases jurídicas” de la colonización europea en América las


constituyeron, inicialmente, las bulas emitidas por el Papa Alejandro VI en el año
1493 y que se conocen como Bulas Intercaoteras 1 y 2 y Hedio Siquidem, y el
tratado de Tordesillas. Por la primera de ellas y usando de su “Apostólica Potestad”
Alejandro VI dona a los reyes de Castilla y León, a sus herederos y sucesores, todas
las islas y tierras firmas que hubieran descubierto o en adelante descubriera, desde
el Polo Artico hasta el Atlántico. La bula intecaotera 2ª. Y el tratado de Tordosillas
cumplieron con el propósito de fijar una línea más precisa de demarcación de las
tierras que se donaban a España, evistando con ello los posibles conflictos que
pudieran surgir con Portugal.

Son varias las instituciones creadoras de la propiedad territorial a favor de los


españoles en América. Resaltan dentro de ellas, por la importancia y trascendencia
que tuvieron, las siguientes: A. El Repartimiento; B. La Encomienda; C. La
confirmación; D. La composición; E. La Prescripción; E. El Realendo. A
continuación se detallan las características de cada una de ellas:

A) El Repartimiento: Una de las atribuciones que la Corona Española le fijó a


los jefes de las expediciones fue la de repartir tierras y solares, con la condición de
que lo repartido quedaba sujeto a posterior confirmación de parte de la misma. Los
Reyes de España, por el año 1913 consideraban que para alentar a sus vasallos al
descubrimiento y población de América, era necesario que se pudiera repartir casas,
solares, tierras, caballerías
Y peonías todos los que fueren a poblar tierras nuevas. Las tierras así repartidas
pasaban a formar plena propiedad por parte de su adquiriendo, después de haber
hecho en ella su casa y residido en aquellos pueblos cuatro años”.

Una disposición de especial importancia la constituyó la ordenaza 107 de Felipe II,


en virtud de la cual los que aceptaron la adjudicación de tierras debían obligarse a
tener edificados los solares, labrar las tierras y poblar de ganado las que fueren de
pasto, dentro de un tiempo limitado Leyes posteriores prescribieron que tales
repartimientos deberías hacerse sin perjuicio de tercero, dejando a los indios sus
tierras que heredaban y pastos y sin que les casan agravios Felipe II en los años
1578, 1589 y 1591, dispuso la restitución a la Corona de todas las tierras que se
poseyeran sin justos y verdades títulos, facultando a las autoridades locales para
que exigieran dentro de un plazo liitado la exhibición de tales títulos, amparando a
los que los tuvieran y poseyeran con justa prescripción las tierras.

B) La Encomienda: Angle Caso manifiesta que la encomienda en sí mismo no


fue una institución generadora de la propiedad sin que se convirtió en tal a través de
las transformaciones que sufrió. Indica este autor que Carlos V en 1523 prohibió su
funcionamiento, porque se había convertido en un instrumento para esclavizar a los
indios, haciendo que éstos perdieran sus tierras en manos del encomendero, al
mismo tiempo que perdían su libertad.
La encomienda consistió en su período inicial en que, un grupo de familias de indios,
con sus propios jefes y caciques, era sometido a la autoridad de un español, quien
debía protegerlas y adoctrinarlas en la religión, pero sobre la base de que estaba
autorizado para beneficiarse con los servicios personales de los encomendados y
cobrarles el pago de diversas prestaciones económicas. De hecho ocurría que la
encomienda era un seguro medio de dominio económico, social y militar de los
indígenas.

Silvio Zavala afirma que de parto de a familia de los encomenderos hubo una
sostenida tendencia a convertirse en propietarios de las tierras ubicadas dentro de
los términos de los pueblos encomendados, pero medio de una titulación especifica
y distinta de la propia encomienda: por merced y compra, subraya este autor que
esta manera y so pretexto de la encomienda, nacieron las haciendas de los
encomenderos.

Es un principio las encomiendas tuvieron como plazo de vencimiento la extinción


de la vida del encomendero, incorporándose luego los encomendados a a corona.
en época ulterior el disfrute de la encomiendo paso a ser motivo de sucesión
hereditaria. Posteriormente se concedió la encomienda por dos vidas la del primer
beneficiario y la de su heredero. Todavía el 10 de octubre de 1704 se extendió la
encomienda por una cuarta vida. La derogación formal de esta inhumana
explotación de que fueron objeto los indígenas de hizo hasta en 1721.
C)La confirmación: consistió en legitimar la propiedad de aquellas tierras
que carecían de título, o hubieran sido tituladas indebidamente. Por medio de una
ratificación que de ese estado de hecho hiciera la corona. A esta institución se
refieren las leyes XIV y XV titulado doce, libro cuarto de la recopilación de las leyes
de indias antes citada. La ley XV dice claramente que en razón de haberse dado
algunos títulos de tierras por autoridades que no tenían facultad para hacerlo y
habiéndose confirmado por la corona esta situación “… mandamos que a los que
tuvieren cedula de confirmación se les conserve, y sean amparados en la posesión
dentro de los limites en ellas contenidas, y en cuanto hubieren excedido, sean
admitidas al beneficio de esta ley
La confirmación, pues fue un medio jurídico establecido por el derecho indiano para
adquirir la propiedad. De ellas se valio el encomendero para hacer suyas las tierras
de los indios que estaban bajo su autoridad y para cometer toda suerte de
depredación y abusos.

D) La composición: Era un medio de adquirirla la propiedad en virtud del


cual las personas que se hubiesen introducido, usurpándolos, en terrenos que no les
pertenecían, podían ser… “admitidos en cuando al exceso, a moderada
composición…” despachándoles nuevos títulos. la ley XVII prescribe que no s e
debe admitir a composición de tierras que hubiesen sido de indios, o con título
vicioso. La ley XlX prohíbe que sea admitido a composición el que no hubiere
poseído las tierras 10 años, aunque alegue que las esta poseyendo, por no ser este
motivo suficiente.
Felipe ll dispuso en 10 de enero de 1589 (ley XX) que las autoridades
coloniales pudieran revocar las adjudicaciones de tierra cuando no estuvieren
confirmadas por la corona, ordenando que se devolvieran las que pertenecieran a
los indios la ley XXl dispone que los virreyes y presidente no den comisiones para
composición sin que hubiera una manifiesta necesidad y con previo aviso a la
corona sobre las causas que movían a darlas, con determinación del lugar y
personas favorecidas.
E) La prescripción: Estaba constituido por el patrimonio de la corona que no
había sido adjudicado a cualquiera de los tipos de propiedad individual o colectiva
establecidos por la ley. Eran las tierras del rey y de ellas se originaron las otras
formas de propiedad partículas. La ley XlV manda que toda la tierra que se posea
sin justos y verdaderos títulos sea restituía a la corona.
F) El Realengo: estaba constituido por el patrimonio de la corona que no
habían sido adjudicado a cualquier de os tipos de propiedad individual o colectiva
establecidos por la ley. Eran las tierras del rey y de ellas se originaron las otras
formas de propiedad particular. La ley XlV manda que toda tierra que se posea sin
justos y verdaderos títulos sea restituida a la corona
G) condición Jurídica: Económica y Social de los Indios en la colonia.
La historia nos pone en el conocimiento que antes del advenimiento de la conquista,
los indígenas Vivian en imperios, cacicazgos, comunidades agrarias, organizados de
conformidad con un ordenamiento jurídico, con usos y costumbres propios,
constituyendo nacionalidades

La primera bula intercaotera donó a la corona española las tierras ya


descubiertas por cristobal colon. Esta disposición pontificia otorgo a los españoles la
facultad y el deber de adoctrinar a los indios en la fe cristiana. “pero desde el primer
dia salvo muy contadas excepciones… se dedicaron esclavizar a los indios,
despojándolos de sus tierras, llevarlos a trabajar gratuitamente en las mismas,
insendiar sus poblados y , aun cuando se sometieran pasificamente, les hacían la
guerra para asi tener pretexto de realizar saqueos y obtener botin…”

Los españoles vinieron a implanta a America, en el mas benigno de los


casos, el feudalismo, en el pero, el esclavismo. Los idalgos empobrecidos, los
aventureros de toda laya, los delincuentes, Los comerciantes y artesanos de
precaria existencia en la península constituyeron la base social de las expediciones
conquistadoras
El cambio económico y social que le significo asentarse en territorio
americano, fácilmente los trocó en una clase explotadora y dominante creando para
el efecto las instituciones que a continuación se estudiaran:

A. Las Reducciones: constituyeron otros de los variados medios de que se


valieron los españoles para aprovecharse de la fuerza de trabajo de los
indios. No cabe duda que además de este propósito económico se
cumplieron a cabalidad los objetivos de control político y religioso sobre las
masas indígenas que preferían una vida nómada antes que encontrarse en
las proximidades de los centros urbanos españoles. Fue menester empliar la
coacción y la fuerza para reducir a los pobladores de estas tierras con el
objeto que se acentaran en otra derivación se puede sacra , por ejempo, de la
ley X, Libro 6., Titulo lll de la Recopilacion de Leyes Indias cuando dice “… Y
porque el veneficio y conservación de las minas es de tanta importancia que
por ningún caso se debe disminuir, y conviene que siempre vaya en aumento
tenemos por bien y mandamos que si entre tanto que se fundan las
poblaciones o después de fundadas,
Faltare el numero de indios necesarios a cada asiento, se traigan de los lugares
mas cercanos para que estén aviadas ….”

No obstante que en gran parte de las leyes referentes a la reducciones se


encuentran medidas que pretendían mejorar la vida de los indios, cabe insistir,
una vez más, que una cosa eran las prescripciones formuladas por la corona y
otra el caso de que ellas hacían los conquistadores: la explotación, inhumana y
brutal, era la norma de vida…

B. La Mita: Consistía en repartimientos de indios para que prestaran servicios


en las minas, en la agricultura, o como domésticos al servicio de los
españoles, por días, semanas o meses, percibiendo por ello un exiguo
salario. Se tiene conocimiento que el trabajo desarrollado por los indios en las
minas, o Mita Minera, constituyo una de as cargas mas duras que tuvo que
soportar el aborigen americano.
Conclusión: la situación jurídica, económica y social del indígena en colonia
fue de opresión, esclavitud, pobreza e incultura, por mas que la Corona
española emitió leyes que formalmente trataron de aliviar esta situación,
estas leyes no se cumplieron a cabalidad o en definitiva fueron
flagrantemente violadas por los conquistadores a quienes favorecía este
estado de cosas en razón de su intereses económicos. Las Bulas
alejandrinas fueron desvirtuadas hasta tal punto que se conocen datos acerca
del exterminio en América Central de cerca de tres millones de indios durante
la conquista.
III.
Época Independiente hasta 1871
A) Las Rebeliones Indígenas: a la altura en que se comienza a manifestar
en Guatemala los primeros síntomas independistas la masa indígena de
nuestro país no había perdido, en lo fundamental, todo un conjunto de
manifestaciones culturales que le eran propias. Tres siglos de dominación
colonial no habían sido suficientes para desarraigar en el indio el uso
De sus propias lenguas, costumbres, practicas religiosas, vestuario, etc. Con
justa razón Luis Alberto Sánchez ha dicho que “el indio no fue jamás un
resignado. Fue un sojuzgado. Nunca un convencido: apenas un vencido”.
Testimonio fiel de estas aseveraciones lo constituye la serie de rebeliones que
ocurrieron antes y después de la independencia.
El investigador guatemalteco Daniel Contreras manifiesta que ya en el año
1768 se registro en Rabinal, debido a las injusticias y arbitrariedades cometidas por
el Alcalde del pueblo, habiendo ocurrido otro levantamiento en Chiapa, en donde
fueron ahorcados 30 indígenas y se procedió a desterrar a muchos más. Señala
este autor que en Cobán en 1803 y en Chichicastenango en 1813, también hubo
levantamientos indígenas como consecuencia del mal trato, que eran sometidos.
Afirma Contreras que los procesos que las autoridades españolas tuvieron que
seguir contra los indios fueron muchos, agregando que en el texto de ellos se deja
entrever el espíritu rebelde de los conglomerados indígenas. A manera de ejemplo
cita el juicio seguido contra el indio Estanislao Argueta contra quien se formularon
cargos de “sedicioso, revoltoso y perturbador del orden público”.
Sin duda alguna la mas importante de tosas estas rebeliones fue la que tuvo
lugar en Totonicapán en 1820, encabezada por Atanasio Tzul y Lucas Aguilar y cuyo
origen se debió a la negativa de los indios a pagar los tributos reales, que, habiendo
sido abolidos por las Cortes de Cádiz en 1811, se les habían impuesto de nuevo con
el retorno de Fernando VII al trono español. En las etapas finales del levantamiento,
Atanasio Tzul se invistió rey usando la corona de San José y colocando en la
cabeza de su mujer, Felipa Soc, la corona de Santa Cecilia. Por su parte y en la
misma maniobra conjunta, Lucas Aguilar asumía el carácter de Presidente.
La represión no tardó mucho tiempo en manifestarse y a pesar de algunos
focos de resistencia la rebelión fue controlada y sus principales jefes hechos
prisioneros por las autoridades coloniales. Según el libro de Daniel Contreras Tzul y
los demás compañeros presos enviaron una solicitud de indulto que fue recibida por
el alcalde Mayor, Lara, el 21 de enero de 1821 y trasladada a la sala de indultos de
Guatemala. Contreras, optimista, supone que los cabecillas de la rebelión fueron
puestos en libertad. En realidad, no se sabe qué suerte corrieron, pero lo más
posible es que en la época de agitación comprendida entre Julio de 1820, en qué
ocurrió el levantamiento y septiembre de 1821, en qué se consideró la necesidad de
la independencia, las autoridades estuvieron ocupadas en otro tipo de problema
distintos al indulto. Lo cierto del caso es que, de estos procesos indígenas, de su
actitud Revolucionaria, nada se dice en los documentos de la independencia.
B) causas internas de nuestra independencia: Concurrido con motivaciones de
carácter externo, el 15 de septiembre de 1821, por causas locales en su mayor parte
de carácter económico, se produce el primer documento que contempla, de forma
incompleta y tímida, nuestra independencia política de España. Desde varios años
atrás ya eran conocidas las penalidades económicas de los guatemaltecos como
consecuencia de una pobreza generalizada del país. El pueblo, cargando de tributos
y sin tener a la vista ningún programa que aliviara su situación, había comenzado a
manifestar su descontento. El elemento criollo, los mestizos Y cómo quedó
apuntado anteriormente, los indios, comenzaron a realizar actos que demostraban
inconformidad con la situación imperante. A tal grado había llegado el desastre fiscal
que 8 días después de acordarse la independencia se comprobaba que en las cajas
solamente había un fondo de $60 y medio real.
Es necesario indicar, además que existía favor de los peninsulares una política
discriminatoria y clásica que hacía objeto de ventajas y favores. Es por ello que el
elemento criollo asumió la dirigencia del movimiento independista, aprovechándose
de los afanes de libertad y de Justicia del pueblo en general y de la clase media,
integrada por médicos, maestros, abogados, artistas, agricultores y comerciantes.
Por su parte, los mulatos y los mestizos también secundaron el movimiento
emancipador con la esperanza de ver Suprimida su situación de clase anterior y un
eventual alivio para su penuria económica.
Debe Igualmente recordarse que el comercio exterior de Guatemala estaba
monopolizado por España y que no fue Sino hasta en la época bastante próxima a
la independencia que se permitió a los comerciantes tráfico libre con otros países
americanos. Los ingresos Fiscales más fuertes estaban constituidos por los
impuestos, qué de por sí eran insuficientes para cubrir las necesidades de la
hacienda pública, la cual registraba un considerable déficit anual, que solo para con
la tesorería de México, en 1818 llego a Sendero en concepto de préstamo de ayuda
a 2 millones de 500 mil pesos.
El 15 de septiembre de 1821, quién va un representante de la colonia española, el
jefe Gabino Gainza y muchos otros funcionarios públicos consideraron que era "
públicos e indudables los deseos de independencia del gobierno español..." que el
clamor de Independencia se oían en las calles, en Las Plazas, patio, corredores y
antesala del palacio y que por tales razones el jefe político debería mandar a
publicar la independencia. Para prevenir las consecuencias que serían temibles en
el caso de que la proclama sé de hecho el mismo pueblo.
Es necesario detenerse, aunque sea brevemente, en esta última frase, para
considerar Hasta qué grado o en qué medida los firmantes del acta de la
dependencia representaban los legítimos anhelos de las clases oprimidas por la
corona española. Más cultos, más avanzados, más informados, los personajes que
gobernaban Guatemala, ya mueran desde el puesto burocrático o desde el puesto
de influencia económica y religiosa tuvieron mucho cuidado en contener otros
afanes independistas más ligados al interés nacional. Las consecuencias que serían
temibles. El surgimiento de una Independencia más popular, más revolucionaria,
qué acaso hubiera dado en tierra con el mismo gobierno, fueron obviamente
previstas por estas ilustradas personas. Un hábil manco de la pluma consigno en el
artículo 2° del acta que se debería elegir un congreso qué decidiera el punto de
independencia y fijar, en caso de acordarla, la forma de gobierno y la ley
fundamental que debería regir. Este congreso de acuerdo con lo dispuesto en el
acta de 15 de septiembre, deberían estar reunido en la capital el 1° de marzo de
1822.
A tal grado estuvo mediatizada nuestra independencia qué en el artículo 7° del acta
estableció no hacerse " novedad en las autoridades establecidas, sigan estás
ejerciendo sus atribuciones respectivas con arreglo a la Constitución, decretos y
leyes hasta que el congreso indicado Determine lo que sea más justo y benéfico y el
artículo 8° estableció que Gabino Gaínza, Brigadier y jefe político, continuará con el
gobierno superior, político y militar, facultándolo (artículo 16) para que señalara día
en que el pueblo debía hacer la proclamación de Independencia.
No es en manera alguna pecaminosa o irreverente aseverar qué no fue Sino hasta
el 1° de julio de 1823 qué se decretó la verdadera independencia. Los
representantes de provincias centroamericanas guiados por fervor más patriótico,
considerando que la experiencia de más de trecientos años manifestaba a
América... Que su felicidad era del todo incompatible con la nulidad a la que la
reducía la triste condición de Colonia de una pequeña parte de Europa... Y qué
España desde la conquista en forma constante gobernó en forma arbitraria. Que por
otra parte la anexión a México se había verificado solo de hecho y arrancada por
medios viciosos ilegales declararon, ahora sí, la libertad e independencia... De la
antigua España, de México y de cualquiera otra potencia, así del Antiguo como del
nuevo mundo; y que no son (las provincias de Centro América) me deben ser el
patrimonio de persona ni familia alguna...
La Constitución Federal de 1824, aún cuando garantizaba la propiedad privada,
estableció que su disfrute podría restringirse cuando mediara el interés público, la
urgencia legalmente comprobada y sobre la base de una justa y previa
indemnización.
La asamblea constituyente del Estado de Guatemala, En enero de 1825
consideraba que la agricultura... Es la primera fuente de riqueza pública: Qué el
corto número de propietarios de tierras, es una de las causas de Su atraso; qué la
enajenación de las baldías a precios y con los plazos equitativos debe aumentar los
propietarios y animar la labranza... Como consecuencia, esa legislación dispuso que
todas las tierras baldías que no hubieran sido concedidas antes a persona alguna, o
que habiéndolo sido volvieron al dominio del Estado, se redujeran propiedad
particular, con un carácter pleno y exclusivo. Disposición de interés para la época
fuese la contenida en el artículo 3° de esta ley, cuándo prescribe que estas tierras
no serían permitido tenerlas incultas o sin uso, pues si esto ocurriera, pasados dos
años después de adjudicadas, serían otorgadas a segundo dueño.
Disponía también está ley que los que se encontraban en posición de tierras baldías
sin título alguno, serían preferidos en las ventas, siempre que, en concurrencia con
otro, pagara el mismo precio Qué es este ofreciera. Las tierras baldías también
podían ser adquiridas con base en una justa prescripción. Sí fijo todo un
procedimiento para la denuncia de tierras baldías y se determinó para el Estado una
reserva consistente en la tercera parte de los terrenos baldíos más inmediatos a las
costas de los océanos y en el interior para las colonizaciones y población.
C) gobierno del doctor Mariano Gálvez. Durante el lapso comprendido entre los
años 1830 a 1839, gobiernan en Centroamérica, como jefe del Estado de
Guatemala, el doctor Mariano Gálvez como presidente de la república Federal de
Centroamérica, el General Francisco Morazán. El primero de ellos toma posición de
su cargo el 28 de agosto de 1831. Durante la gestión administrativa de este ilustre
personaje de nuestra historia, además de muchas otras medidas de Progreso y
desarrollo para el país, se emiten disposiciones relativas a la agricultura tendientes a
lograr una mejor organización y aprovechamiento de recursos. Efectivamente, el
doctor Gálvez inicia su actividad legislativa disponiendo el Activa miento de los
expedientes de tierras baldías ordenando su venta en subasta pública por medio de
remates.
Es en tiempo del doctor Gálvez qué se reglamente, por primera vez en Guatemala lo
concerniente a la matrícula de bienes inmuebles escribiendo qué los jefes
departamentales abrirían los libros correspondientes. A partir de esta ley, emitida en
septiembre de 1833, toda operación relativa a la propiedad raíz, ya fuera por
adjudicación de baldíos, sucesión, venta o donación, estaba sujeta al registro.
Dispone además dicho decreto lo concerniente a la contribución territorial (4 reales
por cada caballería) organiza la recaudación y distribución de la misma. Otra
disposición legislativa posterior otorga por ejido, una legua cuadrada a Cada pueblo,
amparando los excesos existentes por razón de Posesión más antigua, salvo qué
otro pueblo tuviera necesidad demás tierras por mayor número de habitantes o por
falta de tierras cultivables.
Con el propósito de proteger la propiedad inmoral de los pueblos indígenas y
atendiendo a la falta de publicidad que habían tenido leyes anteriores, en abril de
1834 se dispuso amparar a los indios qué con cualquier título probarán la propiedad
desde fechas remotas. También se estableció que los pueblos que tuvieran más de
una legua cuadrada de tierras deberían pagar contribución territorial por el exceso.
Posteriormente se acuerda que las personas que tuvieran la posesión de terrenos
no titulados y no hubieran ocurrido antes a sacar gratis sus títulos, podían hacerlo
pagando la mitad del valor de dichos terrenos.
En agosto de 1836 la asamblea legislativa de Guatemala manda reducir a propiedad
particular todas las tierras baldías qué no hubieran sido otorgadas a persona alguna
o que habiéndolo sido se encontraban de nuevo bajo El dominio del estado. Esta
ley establece todo un procedimiento para adjudicar tierras en propiedad por medio
de la denuncia.
El 2 de noviembre de 1837 el gobierno dispuso que tuvieran calidad de terrenos
baldíos los que con anterioridad fueron llamados realengos. En el artículo 3° de la
disposición gubernativa correspondiente contemplo lo que actualmente conocemos
cómo "titulación supletoria", al reportar como dueños de sus respectivos predios a
los que acreditaban posesión plena y pacífica de 30 años atrás, contados desde la
emisión de la ley, sin pleitos ni contradicciones.
Es necesario agregar que durante el período que se reseña, además de las
disposiciones legales glosadas, se adoptan las siguientes medidas: La libertad de
contratación para el trabajo y abolición del trabajo personal obligatorio. Se exonera
por 20 años los impuestos de ex de La Grana, induciendo a los agricultores a
practicar su cultivo extensivo para sacarlo de la producción puramente familiar. Es
en el tiempo del doctor Gálvez, también, qué se fijan estímulos para Quiénes se
dedicaron al cultivo de otros productos agrícolas, especialmente del café. El enorme
embarazo qué para la producción agrícola constituían los latifundios de la iglesia es
superado al ordenarse la expropiación de estos bienes y proceder a su remate entre
los agricultores que lo solicitaran, a fin de constituir extensiones menores de
propiedad privada.

En resumen puede afirmarse que el período Galvez-Morazán se caracteriza por ser


un movimiento reformista orientado a promover y divulgar la propiedad privada de la
tierra, sobre la base del repartimientos de los terrenos baldíos, la expropiación de
los latifundios de la iglesia y el estímulo a los agricultores en la producción hubo
significados avances. En otros renglones de la vida social también significados
avances durante esta administración, lamentablemente tan exigua en materia de
duración.

El Gobierno del Doctor Mariano Gálvez concluye anormalmente su To el 31 de enero


de 1838. Las huestes conservadores, a cuya cabeza aba Rafael Carrera
instrumento material de que se sirvieron los sectores e divorciados del progreso de
Guatemala para imponer sus interesesNotesan a la capital cometiendo toda clase
de atropellos y depredaciones. Con la caída de Gálvez se produce también la del
liberalismo, que había significado toda una serie de innovaciones en materia
económica, política y social. Da inicio entonces a una cra de oscurantismo y
retroceso a fórmulas y sistemas de vida que aparentemente habían sido liquidadas.
La obra liberal, en su mensaje y realizaciones de cultura, desarrollo y libertad, es
apresada por la reacción conservadora, que el 11 de diciembre de 1844 lleva a la
jefatura del Estado a Rafael Carrera. “La iglesia recuperó los privilegios que le
habían quitado Morazán y Gálvez. Sus enormes propiedades les fueron devueltas,
la Universidad volvió a regirse por los estatutos coloniales, y en fin, la mentalidad del
Guatemalteco fue la de un hombre de la Colonia".

D) Gobierno de Rafael Carrera: Una de las primeras medidas de la reacción


conservadora en el poder fue el decreto emitido por Carrera el 21 de marzo de 1847,
a cuya virtud se funda en forma independiente la República de Guatemala y se
reprimen las aspiraciones de los patriotas orientados a conservar la unidad de las
naciones centroamericanas.

Pero es preciso indicar que, si bien es cierto, a los conservadores de Guatemala les
es imposible limpiarse el baldón de este decreto lo es que sólo un razonamiento
muy simplista acerca del hecho de conforme la inquietud del investigador.
Efectivamente, si se examina con objetividad la cuestión, se constata que para la
época no existía en los países centroamericanos una estructura económica y social
que hiciera perdurar la federación. Solo la fuerte compulsión que España mantuvo
sobre los pueblos durante su régimen colonial fue capaz de sostener la unidad del
istmo. Las naciones centroamericanas en verdad nunca se integraron dentro de la
economía unitaria. Cada una de ellas constituía un ente individual que, aún dentro
de sí mismo, confrontaba problemas que a la postre determinaron la causa del
rompimiento.
La ausencia de un eficiente sistema vial que uniera a las parcelas.
centroamericanas, asi como la presencia en ellas de un régimen de autoconsumo y
la precaria situación de la agricultura, fueron también causas para que la unión
desapareciera y se llegara al extremo de que aún la provincia de Guatemala se
subdividiera al formarse el estado de los Altos, en la zona occidental del país.

En materia de producción agrícola los acontecimientos más importantes durante


este período son el desarrollo del cultivo de la grana; su posterior decadencia por la
quiebra de su mercado internacional, por el surgimiento de los tintes artificiales, y el
comienzo de la industria cafetalera.

En 14 de abril de 1865, no sin antes haber sido declarado presidente a perpetuidad


y haberse celebrado en la catedral metropolitana un "te Deum" por tan importante
suceso, muere en Guatemala, Rafael Carrera, sin que por ello se cancele época tan
ignominiosa para el país, ya que los conservadores logran prolongar su hegemonía
hasta el 30 de junio de 1871 en que la revolución liberal asume el control del
gobierno.

IV
De 1871 a la Revolución de octubre de 1944
El 3 de junio de 1871 en Villa de Patzicía, Chimaltenango un grupo de militares y
civiles guatemaltecos, encabezados por Justo Rufino Barrios, declara a la Nación su
abiertas rebeldía en contra del gobierno de Vicente Cerna, en razón de haberse
hecho este intolerable para el país, por sus repetidos arbitrarios y tiránicos; haber
arruinado la hacienda pública y comprometido ala independencia de Guatemala al
contraer empréstitos con el extranjero bajo bases ruinosas. Se firma en esa fecha el
"Acta de
Patzicia” y en ella los insurgentes liberales desconocen al Gobierno de Cerna y
nombran presidente provisional a Miguel García Granados, facultandolo para
organizar el país y convocar a una constituyente que decrete la Carta Fundamental
de Guatemala.

El pueblo dio su adhesión a la actitud de los rebeldes uniéndose a la lucha armada


que culminó el 30 de junio de ese mismo año, cuando el ejército revolucionario hace
su ingreso a la ciudad Capital. La reforma agraria liberal, iniciada teóricamente
desde la Independencia y, en la práctica con el gobierno del Doctor Mariano Gálvez,
retoma el camino con nuevas y grandes transformaciones y el pueblo de nuevo
avala esta política que, para aquellos tiempos, significó progreso y promoción de la
cultura.
Política Agraria del Liberalismo: Dentro de los cambios esenciales que realiza la
reforma destaca singularmente la transformación en escala considerable de las
relaciones agrarias de producción, especialmente en lo que concierne a liquidar en
considerable parte los resabios coloniales la creación de un fuerte número de
propietarios individuales sobre la base titular de favor de ellos grandes extensiones
de terreno que permanecían incultas y sin ningún provecho para la nación. Las
tierras baldías propiedad del estado fueron repartidas entre extenso número de
personas a las que se les facilitó créditos, se les eximió de cargos, y se les alentó en
todo sentido para que se dedicaran a la actividad agrícola.

Se afirma que la preocupación fundamental del movimiento reformista fue la


creación de la mediana empresa agrícola y para este objeto las tierras baldías que
eran propiedad del estado, fueron repartidas entre gran número de cultivadores y
cuando la demanda superó la existencia de ellas ellas el gobierno compró a
particulares para llenar el mismo cometido. Es así como julio de 1873 que las zonas
incultas conocidas como El Palmar y Costa Cuca fueron repartidas en lotes de una a
cinco caballerías, pagándose a razón de quinientos pesos cada una, en cinco
anualidades. El total de la zona en ambas localidades fue de 2000 caballerías.

En el lapso comprendido entre los años de 1871 a 1879 se redime censo 650
caballerías de terreno de Enero de 1877 a Mayo de 1879 se redimem de censo
23427 lotes. En ambos casos siempre se tuvo como objetivo que los terrenos
adjudicados no fueran muy grandes para cumplir el propósito de lograr una mayor
difusión en la mediana propiedad.

Valentin Solórzano Fernández" dice que de 1871 a 1876 se registra un acentuado


movimiento de registro y concesión de tierras, sobre todo en los departamentos de
Suchitepéquez, Quetzaltenango, Baja Verapaz y Chiquimula, lugar este último
donde se entregaron tierras en forma gratuita.

Prosiguiendo con el afán de dotar a Guatemala de una Legislación que la sacudiera


del marasmo en que la habían sumido los gobiernos conservadores, el General
Barrios, el 30 de julio de 1878, omite el decreto 213, con el propósito de que se
garantizara la exactitud de las medidas, deslindes y otras operaciones de
agrimensura para la adquisición y goce tranquilo de la propiedad inmueble. Este
decreto fija normas para practicar esas operaciones que debía efectuar un
ingeniero.

Para el 26 de octubre de ese mismo año, el gobierno tenía conocimiento de que las
haciendas ganadoras nacionales no alcanzaban a cubrir las existencias del
consumo interno de came y manifestaba su deseo, por medio del decreto 224, que
el elevado precio de este producto no lo colocara fuera del alcance del pueblo.De
esa cuenta se ordenó que todo el que solicitara terrenos baldíos en determinadas
zonas del Petén, Zacapa, Izabal y Alta Verapaz, podía pedir su posesión y
comprobando haber fundado hacienda ganadera 2 años después, adquiría la plena
propiedad, pagando 50 pesos por cada caballeria. A los ganaderos establecidos en
estas zonas el gobierno los del servicio militar y del pago de la contribución
territorial.

A la protección de la ganadería se suceden otras medidas tendientes a impulsar el


cultivo del hule, la zarzaparrilla, el cacao y el enfoquen. Los agricultores deseosos
de dedicarse a estas siembras tenían facilidad de acudir Jefatura Departamental en
demanda de lotes para que se les diera la inmediata posesión de los mismos. Dos
años después mediante comprobación de haber establecido sus plantaciones, se les
extendían títulos de propiedad. Los beneficios comprendieron, además, la
otorgación por una sola vez de una prima de 50 pesos por igual cantidad de matas
de zarzaparrilla

En lo concerniente al trigo, el 8 de marzo de 1879, considerando las autoridades


liberales que este producto era un artículo de primera necesidad para la población y
que la importación se hacía en gran escala, dispusieron su incremento con vistas,
además, de convertirlo en renglón de exportación. Estas son las bases del decreto
237, que autoriza la concesión de tierras nacionales de una manzana hasta una
caballería, a todo el que deseara dedicarse al cultivo del trigo. Al solicitante se le
ponía en inmediata posesión del terreno y dos años después se le despachaba el
título de propiedad, previa comprobación del buen empleo de la parcela. También a
estas personas el gobierno las eximió del servicio militar, y, lo que es más, asumió el
deber de construir caminos para el beneficio del trigo Las ventajas que se asignaron
al cultivo del trigo se hacen extensivas a la siembra del banano, producto de singular
valor dentro de nuestra economía, pues el 21 de Febrero de 1880 sc emite un
acuerdo para su protección.

El movimiento de adjudicación de tierras continuó a ritmo acelerado y es así como


menos de dos meses después, para el cultivo del café y para la formación de la
ganadería, se acuerda que los terrenos denominados Cerro Verde, Repollal, San
Vicente, Guadalupe Panamá, Sinanjá y el Espinero, ubicados en Baja Verapaz,
fueron adjudicados, hasta en una extensión no mayor de una caballería, a los
vecinos de Salamá que tuvieran 15 vacas o prometieran introducirlas en los terrenos
que adquirieran. En lo concerniente al café la adjudicación se hacia por una
extensión hasta de 10 manzanas, a razón de 50 centavos cada una.

En forma inteligente y previsora, el gobierno resolvió que los fondos provenientes de


estas ventas se destinaran a abrir una carretera que comunicara los terrenos con la
cabecea departamental y a adquirir una máquina despulpadora y otra trilladora de
café, que tendrían uso comunal para los agricultores, quiénes pagaban un modico
precio por su uso. Este mismo dinero recaudado por el uso de las máquinas se
destinaba a trabajos de conservación de la carretera indicada. La misma ley
prescribe la entrega de almacigos de café para distribuirlos entre los cultivadores,
contemplando la entrega gratuita para los pobres.
B) Otros aspectos de la Reforma Liberal: Preciso resulta a estas alturas agregar a
que la obra renovadora del gobierno liberal se hizo extensiva a otros múltiples
aspectos que, de una u otra manera, guardan relación con su política agraria. La
dirección de Estadística es fundada en 1789; en 1880 se ordena levantar el primer
censo general de la república. Se suprimen los diezmos a favor de la iglesia para
emancipar a la agricultura de las trabas a que estaba sujeta con ellos, bajo la justa
consideración de que la prosperidad y desarrollo del pais cran incompatibles con su
existencia De igual manera, se abona al régimen liberal el haber establecido la
libertad de cultos sin preeminencia alguna y la nacionalización de los edificios y
propiedades que sin ningún provecho ni beneficio ocupaban las comunidades
religiosas en el país.

El 8 de marzo de 1887 se aprueban los Código Civil y de Procedimientos Civiles y


se instituyó el Registro de la Propiedad Inmueble. El progreso material del país
cobra inusitado auge en 19 de julio de 1884 cuando hace su ingreso a la ciudad
capital la primera máquina de ferrocarril. Luego se organizan los servicios de
Correos y Telecomunicaciones; se funda la primera industria de tejidos al asentarse
en 1883 la fábrica "Cantel", que existe en nuestros días. Cobra decidido auge la
producción cafetalera del país y se intensifica en grado no conocido antes el
comercio exterior de Guatemala.

Romero (Mexicano) al referirse al progreso agrícola de Guatemala decía en 1875:


"Terrenos del todo despoblados se han convertido en campiñas bien cultivadas;
pueblos y ciudades en decadencia Wan levantado, y se enriquecen en proporción
creciente; todos los días se constituyen caminos nuevos que facilitan la exportación,
el comercio a sus transacciones, hay trabajo para todos, el crédito del gobierno se
establece y lo que hace poco era un pueblo decadente, pobre y casi arruinado, se
ha convertido merced a los beneficios resultados del cultivo del café, en un Estado
rico y próspero".

En 1874, con los bienes que provenían de las expropiaciones hechas a la iglesia se
funda la primera institución bancaria del país, que se denominó ``Banco Nacional de
Guatemala"; en 1884 queda establecido Puerto Barrios en la costa atlántica.

C)aspectos Negativos de este período: No obstante reconocer el carácter positivo


de la legislación agraria del presidente Barrios; sin restar ningún mérito a todas las
medidas que se orientaron a transformar el régimen de propiedad feudal y darle un
nuevo sentido a la actividad agrícola; reconociendo el valor de las disposiciones
gubernativas que transformaron nuestra estructura económica, política y social, es
insoslayable indicar, en breve critica, que el régimen liberal cometió algunos errores
que maculan su gestión administrativa. En tal sentido se puede señalar que
personas bastante allegadas al gobernante recibieron más tierra de la necesaria y
con ello se constituye el latifundio burgués, que impulsa el auge de la industria
cafetalera en detrimento de otros cultivos. El cultivo de este producto se mantiene
sobre la explotación de mano de obra barata y abundante, especialmente en la
época de recolección del fruto. Gran parte de la masa trabajadora se desplaza hacia
el cultivo cafetalero y “así fue formándose el nuevo monocultivismo, que como el
cacao y el añil en la colonia, y la cochinilla en la primer época independiente,
supeditaron el bienestar de la economía nacional a su precio en el mercado
extranjero”.
La fuerza de trabajo que se emplea para la industria cafetalera se comienza a
reclutar por el sistema de "Habilitaciones" que consistían en lo siguiente: un
representante de la empresa cafetalera se trasladaba a las poblaciones indígenas y,
mediante anticipos en dinero, los comprometía a trabajar cierto número de
jornaleros a favor del dueño de la finca. En muchos pueblos se hacía el registro de
indios aptos para el trabajo, y en grupos se les remitía a las fincas amarrados en
cuerdas, siendo custodiados por militares en caso de renuncia.
Conviene indicar, igualmente, que un resultado contraproducente en la formación y
desarrollo del cultivo cafetalero fue el surgimiento del préstamo usurario,
especialmente el alemán, que hace pasar a sus manos propiedades de los deudores
insolventes, que generalmente eran pequeños propietarios.
El 2 de abril de 1885, en el fragor de la campaña unionista, muere el presidente
Barrios, sucediéndolo Manuel Lisandro Barillas, El 15 de mayo de 1885 se emite el
decreto 330, con el propósito de hacer venir al país "Inmigrantes laboriosos y
honrados" que promovieran las actividades agrícolas o industriales. Para tal objeto
se manda fundar la colonia agrícola de "Entre Ríos" concediendo a los colones
muchas facilidades y extensiones. Posteriormente se manda a dejar sin efecto este
decreto hasta nueva orden.
El 9 de febrero de 1894, el presidente José María Reina Barrios omite una ley
agraria, contenida en el decreto gubernativo 483. En ella se organiza el Cuerpo de
Ingenieros Topógrafos Oficiales para medir y demarcar los baldíos existentes en
cada departamento de la república y levantar los mapas correspondientes. Se
prescribe que el máximo de superficie adjudicable a una sola persona fuera de 15
caballerías, vendiéndose a razón de $250 a $500 cada una según el terreno fuera
útil para diferentes cultivos.
El 19 de enero de 1928, se emite el acuerdo gubernativo No. 967, llamado de
"Colonización Agraria" con el objeto de incrementar la población en aquellos
departamentos donde existieran terrenos ejidales y baldíos en gran extensión sin
ningún cultivo. La ley preveia para el efecto el retorno de connacionales, a quienes
se les daría las facilidades necesarias para instalarse.
El presidente Jorge Ubico, en 1933, reforma la ley Agraria de Reina Barrios (Dto.
483 antes citado) estableciendo un máximo adjudicable de diez caballerías en los
terrenos baldíos denunciados y fijado nuevos precios según el cultivo.
Durante la misma gestión administrativa ubiquista, el 10 de febrero de 1936, se
emite una nueva "Ley Agraria" que regula la enajenación de baldios, estableciendo
una adjudicación máxima de cinco caballerías, si el denunciante tuviera más de
cinco hijos menores; establece una oficina revisora y fija las bases para el abandono
de terrenos denunciados. En octubre de ese mismo año se decreta la "Ley de
Impuestos sobre Eriales y Latifundios" fijando distintas tributaciones y sin perjuicio
del pago del 3 por millar, Esta ley reputó como latifundio las fincas rústicas mayores
de 100 caballerías que fueran un obstáculo al desarrollo agrario o a las necesidades
parcelarias de la nación.
Durante el gobierno del general Ubico se emiten otras disposiciones de contenido
agrario que, como era de esperarse, dada la naturaleza del régimen, en nada
contribuían al desarrollo de la agricultura del país.
Antes bien, a este preservo personaje de nuestra historia se le abona haber emitido
disposiciones, por un lado, protectores del latifundismo criollo y extranjero, y por el
otro, sustentadoras de una política de hostigamiento, persecución y muerte en
contra de las agremiaciones laborales. De este triste recuerdo son la ley de vialidad
y la ley fuga.
Mario Monteforte Toledo, haciendo una breve síntesis del periodo dice que: "Durante
la administración de Ubico se funden los intereses de la nueva burguesía liberal con
los de las minorías privilegiadas de origen colonial, se consolida el latifundio laico,
se mantiene el statu de los terrenos comunales y se fortalecen las empresas
agrícolas alemanas y norteamericanas, que iniciaron sus operaciones liberal de
1871".
D. Política Agrario de la Revolución de Octubre de 1944.
A) Causas Internas de la Revolución.

El movimiento revolucionario democrático-burgués toma el poder en octubre de


1944, al derrotar a la tiranía ubiquista de los 14 años, enfrenta una compleja
estructura feudal en el sector agrario y un agudo subdesarrollo lo que concierne a
otras actividades económicas. Sectores de la burguesía ligados a la industria y al
comercio encontraban en el régimen imperante muchos frenos para el
desenvolvimiento de sus actividades. Por otra parte, la pequeña burguesía,
constituida por maestros, profesionales, estudiantes, artesanas y otras capas
sociales, pugnaba, desde hacía tiempo, por liberarse de la atadura dictatorial
ubiquista que la tenía aherrojada y paupérrima.
Con tales circunstancias se operó una natural coalición en contra del dictador y lo
que el representaba. En el fondo, el desiderátun inicial del frente antigobernista
acusaba, en lo que económico, una lucha contra la miseria y el atraso, y en una
etapa más avanzada, aspectos de una contienda antifeudal y antioligárquica.
En lo político-social, los anhelos populares por deshacerse de un régimen tiránico y,
como consecuencia, lograr el ejercicio de las libertades conculcadas. Romper las
ataduras feudales y semifeudales del sistema productivo y sustituir éste por un
régimen capitalista, constituyeron, no mucho tiempo después, deseos obvios de la
pequeña burguesía y de ciertos sectores de la burguesía nacional cuyos objetivos,
además, se orientaban a dar por tierra con el conservadurismo imperante, que
actuaba con el apoyo y beneplácito de los intereses imperialistas.
La política burguesa, empeñada en resolver su situación, vio robustecidos sus
afanes de cambio con la alianza de otras capas medias del pueblo, los obreros y
algunos sectores campesinos que, por su lado, también asumieron una actitud
insurgente en razón de sus propios intereses. El autor guatemalteco Jaime Díaz
Rozzotto señala que el triunfo del movimiento octubrista constituyó otro paso de la
burguesía nacionalista por consolidar su poder político y afianzar relaciones de
producción capitalista.
B) . Causas Externas de la Revolución.
Concurriendo con los factores internos que han quedado señalados, existieron
también motivaciones de orden externo que contribuyeron al éxito de la Revolución
de Octubre. A la altura en que se produce este movimiento ya se había estructurado
en la órbita de los países que luchaban contra el imperialismo alemán, todo un
conjunto de fórmulas políticas que, a la par de combatir el naci-fascismo,
ponderaban valores democráticos. La fuerte compulsión interna mantenida por la
dictadura sobre el pueblo no pudo impedir que estas ideas anidaran en la conciencia
colectiva, y las palabras democracia, libertad, derechos humanos, libre
determinación, etc. dejaron de tener contenido pecaminoso y su uso se hacía más
frecuente en los diferentes niveles sociales.
El tutelaje político e ideológico del imperialismo norteamericano no podía hacer una
excepción regional en la lucha de los pueblos en contra del naci-fascismo y tuvo que
aceptar el renacimiento de las ideas democráticas.
La guerra sostenida por las potencias aliadas en contra del imperialismo alemán,
italiano y japonés, dio margen a que se promoviera públicamente el auge de los
valores democráticos. En diversos sectores del medio social guatemalteco se hacía
presente la repulsa en contra de las dictaduras que oprimían a los pueblos europeos
y este repudio se vio alentado y fortalecido por la propaganda de los países aliados.
Dentro del marco de factores externos que influyeron en el triunfo revolucionario de
octubre, no puede soslayarse la circunstancia de que los intereses capitalistas
norteamericanos advertían la posibilidad inmediata de ocupar el vacío que estaba
dejando su competidor, el capitalismo alemán, al que, por tal coyuntura, rodeaban
de censuras en los países en que operaba.
V.
LA LEGISLACIÓN REVOLUCIONARIA.
Las leyes de contenido económico, político y social que pone en vigencia el primer
gobierno revolucionario surgen bajo la inspiración de todo un aire renovador y
humanístico que emerge de la derrota de las fuerzas naci-facista en la segunda
guerra mundial. La pequeña burguesía gobernante deviene consecuente consigo
misma y en su labor legislativa exalta los derechos y dignidad humana.
a. La constitución de 1945.
El ordenamiento constitucional de 1945 señala toda una serie de puntos por cumplir.
Era un programa a desarrollar por leyes específicas que deberían contener una
estructuración más completa y determinada de conquistas sociales y económicas.
Dentro de esta constitución destacan las garantías sociales, el régimen económico y
los fines y funciones asignados al Estado.
Funciones y fines del estado: En la conciencia de las nuevas generaciones e
hicieron la revolución estaba el deseo porque Guatemala fuera un país libre, que
soberano e independiente; la organización republicana debería tener como fin el
aseguramiento de la libertad, el bienestar económico, la cultura y la justicia social.
Las nuevas concepciones le fijaron al estado, como funciones específicas,
conservar y mejorar las condiciones generales de la nación, procurar el bienestar de
sus habitantes, incrementar la riqueza y proteger de manera preferente la existencia
del hombre. El texto constitucional garantizó a plenitud el derecho de asociación
para los distintos fines de la vida humana.
Los constituyentes otorgaron protección al capital y al trabajo "como factores de la
producción", expresando que las leyes que regularan las relaciones entre ambos
atenderían a las circunstancias económicas y sociales del país. En lo concerniente a
los trabajadores agrícolas se consignó el principio de que el estado tomaría en
cuenta las condiciones y necesidades de ellos, las zonas de trabajo y las demás
circunstancias propias de esta clase de labores.
Organización del Trabajo; La constitución fijó, como principios fundamentales la
organización del trabajo, los siguientes: 1- la regulación de los contratos individuales
y colectivos; 2- la fijación periódica del salario mínimo, su inembargabilidad y el
establecimiento del séptimo día, 3. La obligación de pagar el salario en moneda de
curso legal; 4- la jornada máxima diurno de ocho horas diarias y seis la jomada
máxima de trabajo nocturno 5.-la obligatoriedad del pago de vacaciones después de
un año o más de servicios: 6-la consignación del principio de salario igual para
trabajo igual; 7.-preferencia de contratación para trabajadores guatemaltecos; 8 el
derecho de libre sindicalización, de huelga y de paro; 9. la protección a la mujer y al
menor trabajadores; 10- la prohibición de que los niños menores de catorce años
pudieran ser empleados de las fincas y otras empresas; 11-la obligación de
indemnizar a los trabajadores injustificadamente despedidos de sus labores; 12-las
condiciones de higiene y la obligatoriedad del seguro social.

La constitución disponía que los conflictos relativos al trabajo fueran sometidos a


una jurisdicción privativa; contemplaba formación empresas cooperativas; el
fomento del crédito agrícola y rural; el empeño por que se dictaran medidas para
que las viviendas de los trabajadores indígenas en las fincas rústicas formaran
aldeas dentro de la misma propiedad, a manera de hacer extensivo a ellas el
disfrute de las condiciones culturales y sanitarias de los centros urbanos.

Cultura: En lo concerniente a cultura se declaró de utilidad social la gratuidad del


mínimo de enseñanza oficial agrícola; la obligación de los dueños de fincas de dotar
y sostener escuelas para la población escolar campesina. Se declaró de utilidad o
interés nacional el mejoramiento social y cultural de los grupos indígenas.
Régimen Económico y Hacendario: Dentro de este título, la constitución determinó
que el estado orientaba la economía nacional en beneficio del pueblo, asegurando a
cada individuo aun existencia digna. Era función primordial del estado el fomento de
las actividades agropecuarias, procurando que el trabajo beneficiará a quienes lo
desarrollaban y que la riqueza alcanzara el mayor número de habitantes.

El artículo 90 recogió el principio (ya para esa época de amplia difusión en muchos
otros países del mundo) de reconocer la propiedad garantizarla como función social.
Como lógica consecuencia, se prohibieron terminantemente los latifundios
propugnando por la desaparición de los existentes y estableciendo que por causa de
utilidad o necesidad interés social,podría expropiarse la propiedad privada, previa
indem (Art. 91-92)

Protección al Campesino: El estado tenía obligación de proporcionar a las


colectividades y cooperativas agrícolas, instrucción técnica, dirección administrativa,
maquinaria y capital. Las tierras de las comunidades agrícolas eran inalienables,
imprescriptibles, inexpropiables e indivisibles. Se declaraba de utilidad social el
establecimiento de sociedades cooperativas y el estado debería dotar de tierras a
las comunidades que carecieron de ellas.

2- Ley de Reforma Agraria, Decreto 900: A la fecha en que entró en vigencia esta
ley (17 de junio de 1952) diversos sectores de opinión del medio social
guatemalteco ya conocían los resultados del censo de población y agropecuario
levantado por la Dirección General de Estadística en 1950 El cuadro que presentó el
dato social, aun cuando presentido en algunos medios políticos y culturales.cra
pavorosamente revelador: la concentración de la propiedad territorial acusaba
indices extraordinariamente alarmantes, acentuándose ello en las zonas de más
recursos económicos: por el contrario, la propiedad minifundista destacaba su
presencia en las regiones más pobladas y más empobrecidas del territorio nacional.

El censo de 1950 puso de manifiesto que en Guatemala prevalecían relaciones


feudales y semifeudales de producción agrícola y formas de trabajo servil y esclavo.
Los dos productos agrícolas más importantes en el comercio exterior -el café y el
banano-estaban controlados por los terratenientes y la United Fruit Company. El
97.9% de las fincas estaba formado por aquellas de una extensión superficial menor
de una caballería, controlando apenas el 27.8% de la tierra; el resto o sea el 2.2%
de las fincas, poseían el 72.2% de la tierra guatemalteca, siendo que menos del
0.1% de las fincas, constituido por aquellas de más de 50 caballerías, tenían en su
poder, por sí solas, el 27.5% de la tierra, o sea más de la cuarta parte de la misma
Pero el problema tenía implicaciones más graves, los cuadros estadísticos
demostraron que, en un extremo habían 22 fincas de más de 200 caballerías cada
una, equivalentes al 13.4% del total de la tierra y en el otro extremo 265.629 fincas
menores de 5 manzanas, constituyendo las ¼ partes del total de fincas y
controlando menos de un 10% del total de las tierras.

Otro dato de suma importancia que reveló el censo de 1950 fue que los intereses
imperialistas norteamericanos habían conformado una de las más antes expresiones
latifundistas en el país. La United Fruit Com asentadas en nada en el departamento
de izabal, poseía 59 fincas con un total de 2,356 caballerías, 61 manzanas, 5815
varas cuadradas. Por su parte la compañía Agrícola de Guatemala, subsidiaria de la
anterior, poseía en el departamento de Escuintla , 2266 caballerías, 59 manzanas,
4229 varas cuadradas. Ambas compañías en forma ociosa, poseían 3470
caballerías, 50 manzanas, 426 varas cuadradas.

En los párrafos anteriores queda delineada, en someros datos, la estructura agraria


del país. Fue con esos y otros antecedentes y bajo el amparo de los preceptos
constitucionales emitidos en 1945, que surge el Decreto 900 del Congreso. "Ley de
Reforma Agraria", respecto de la cual puede decirse, sin mayor tropiezo, que tanto
su sustentación ideológica, como su propio articulado, no fue producto de una
política sectaria ni resultado de improvisaciones o argumentos infundados. El
Decreto 900 se elaboró sobre la base de la investigación de las realidades del país,
atendiendo a los datos proporcionados por la Dirección General de Estadística. En
la discusión de la ley tuvieron amplia y libre intervención todos aquellos sectores
que, de una manera u otra manera, podrían ser afectados por la reforma y a
consecuencia de ello, tanto en el seno del Organismo Legislativo como en diferentes
núcleos y sectores sociales, se suscitó un intenso debate acerca de la presencia de
tan insólita ley en una sociedad aldeana y semifeudal.

La ley de Reforma Agraria tenía, pues, un sólido basamente en la realidad del país
siendo que, por otra, parte, la constitución de 1945, en el citado artículo 90, sólo
reconocía y garantizaba la propiedad privada como función social y los artículos 91 y
92 prohibían terminantemente los latifundios, propugnando por la desaparición de
los existentes y prescribiendo que, por causa de utilidad o necesidad pública o
interés social, la propiedad privada estaba sujeta a expropiación, previa
indemnización.
Objetivos del Decreto 900: Las disposiciones generales de la ley de Reforma
Agraria fijaron el objetivo de liquidar las relaciones feudales de producción y pasar a
la reforma capitalista, preparando el paso para la industrialización del país. Estas
mismas disposiciones generales suprimen todas las reformas de explotación del
campesino, como el pago en trabajo del arrendamiento de la tierra, y aun cuando
permitía que el arrendamiento pudiera ser pagado en especie o en dinero,
estableció que en ninguno de los dos casos podría exceder del 5% del valor de la
cosecha.
Como objetivos específicos de la Reforma Agraria, se consignaron los
siguientes: a) Desarrollo de la economía capitalista campesina y la economía
capitalista de la agricultura en general; b) dotación de tierra a los campesinos que no
la poseían o que la poseían o que la poseían en cantidad insuficiente,
proporcionándoles asistencia técnica, ganado, fertilizantes y semillas; c) inversión de
nuevos capitales en la agricultura por medio del arrendamiento capitalista de la tierra
nacionalizada; d) innovar las formas de cultivo e incrementar el crédito, tanto para
los campesinos como para los agricultores capitalistas.
Bienes Afectables: Tres clases de propiedad, en lo fundamental, se sujetaron a
medidas de afectabilidad por la Reforma Agraria; a) fincas y tierras nacionales; b)
latifundios feudales; y c) tierras municipales.
a) Fincas y Tierras Nacionales: Los trabajadores de estas fincas interesados
en obtener esta clase de tierras tenían la opción de recibirlas en parcelas
individuales, en usufructo vitalicio, o bajo la reforma de cooperativas agrícolas
de producción. La elección de una u otra forma se sometía a la voluntad de
la mayoría democrática de los campesinos que trabajan en estas fincas. La
entrega de parcelas individuales en usufructo vitalicio solo podía hacerse en
tierras cultivadas, desde un mínimo de una manzana hasta un máximo de
cinco. En tierras no cultivadas, desde un mínimo de dos manzanas hasta un
máximo de 15.
El ganado, equipos, instrumentos, fertilizantes, semillas, aperos y maquinaria
agrícola existentes en Fincas Nacionales se pusieron al servicio de los
trabajadores beneficiados. El Arto, 27 de la ley fijó a esto la obligación,
cuando habían recibido la tierra en usufructo, de pagar el 3% anual del valor
de la cosecha, hasta quedar redimida la deuda agraria.

b) Latifundios Feudales: El Dio. 900 consideró como latifundios las tierras de


propiedad privada mayores de 6 caballerías que no estuvieran cultivadas por
sus propietarios o por cuenta de estos, o que hubieran sido arrendadas
durante los tres últimos años anteriores a la omisión de la ley

El latifundio así concebido, debía ser expropiado a favor de la Nación o a


favor de los campesinos y trabajadores. En el primero de los casos, una vez
nacionalizada la tierra, se otorgaba a los campesinos en usufructo vitalicio en
el segundo, cuando se expropiaba a favor del campesino, las tierras eran
otorgadas en propiedad privada, si así lo decidía la mayoría democrática de
ellos. Los que recibían la tierra en usufructo pagaban el 3% del valor anual de
la cosecha y los que la recibían en propiedad el 5%. La extensión mínima
adjudicable en cada caso fue de dos manzanas

Tierras Municipales: El presidente de la República, como órgano supremo


de la reforma agraria, estaba facultado para entregar tierras que Fueran
municipales a los núcleos o colectividades indígenas mayores de 50 familias
campesinas que solicitaran el usufructo perpetuo de las mismas. Cuando
hubiera tierras en conflicto entro municipalidades y comunidades agrarias, se
adjudicarían a éstas últimas en calidad de usufructo perpetuo Si el conflicto
se suscitaba entre particulares y comunidades agrarias, sobre tierras no
cultivadas, se resolvía a favor de la segunda, siempre que tales tierras fueran
afectables

Arrendamientos: El Decreto 900, con el objeto de promover la inversión de


nueves capitales en la agricultura, previó el arrendamiento capitalista de la
tierra nacionalizada, estableciendo que cualquier persona, fuera o no
agricultor pero que tuviera capital disponible, tenía el derecho de solicita esta
clase de tierras, siempre que garantizara un porcentaje de la inversión en
suma no menor del 15% y no mayor del 25%. Los campesinos, mozos
colonos y trabajadores agrícolas tenían igual derecho. El arrendamiento tanto
en el primer caso, como cn.cl último, se daba en extensiones de 6 caballerías
y fracción, pagándose como máximo el 5% de la cosecha anual El plazo del
arrendamiento no podía ser menor de 5 años ni mayor de 25, pudiendo
prorrogarse al final de cada período.

Expropiación e Indemnización: Como ya quedó expreso, la expropiación


podía hacerse, ya fuera a favor de la nación, o favor de los campesinos y
trabajadores. La expropiación se consumaba previa indemnización, fijando el
valor de ella con base en la declaración fiscal y siendo pagadera con bonos
de la reforma agraria. El organismo Ejecutivo quedó facultado para emitir
estos bonos que devengaban un 3% como tasa de interés anual, pagado por
anualidades vencidas. El plazo máximo para cancelar el valor de la tierra por
medio de bonos fue de 25 años, pero las diferentes series de bonos podían
tener plazos distintos. Para los pagos quedaron afectados, como garantía, en
primer término, los valores productos y rentas del Fondo de la Deuda Agraria
y, complementariamente, las rentas generales de la Nación. Finalmente cabe
destacar que los citados bonos tenían la plena garantía del Estado.
directamente

No puede omitirse, en este tema, considerar el hecho de que la ley, al fijar


como base de la indemnización el valor declarado en la Matricula Fiscal por
los propios terratenientes, estaba actuando en un plan por demás justo y
lógico Los detractores de la Reforma Agraria manifestaron que las
declaraciones formuladas por los propietarios acerca del valor de sus
inmuebles era muy baja, que no respondía a una situación real: que el valor
de los bienes m muy superior al valor en que estaban declarados. Pero luego
repararon en que tales argumentos no sólo cran deleznables son que ponían
de manifiesto el camino tortuoso que habían seguido para evadir el pago de
los impuestos fiscales Quedó en claro, pues, que los dueños de fincas
durante mucho tiempo habían defraudado el fisco mediante falsas
declaraciones. El estado, por consiguiente, no podía ser inculpado por la
mala fe por parte de los finqueros que en forma voluntaria habían hecho la
declaración de sus bienes. En relación con este tema resulta por demás
elocuente el siguiente dato: las tierras de la United Fruit Company, para los
afectos de la contribución del tres por millar, estaban declaradas en la
cantidad de Q848,751, lo que vale decir que cada caballería no llegaba tan
siquiera a los Q400.00.

Órganos de la Reforma Agraria: En escala jerárquica ascendente los


órganos de aplicación de la Reforma fueron los siguientes: a) Comité agrario
local, integrado por cinco miembros, nombrados así: por el gobernador
departamento, por la municipalidad respectiva; y por la organización
campesina o el sindicato de la finca o empresa agrícola, b) Comisión Agraria
Departamental, integrada por tres miembros, así el Gobernador
Departamental quién la presidía, y los dos restantes, nombrados por el
Presidente de la República, uno a propuesta por la Confederación General de
Trabajadores de Guatemala y otro por la Confederación Nacional Campesina
de Guatemala, c) Consejo Agrario Nacional, formado por 9 miembros. El
primero era el jefe del Departamento Agrario Nacional quien la presidía, los
demás miembros eran nombrados por el Presidente de la República, a
propuesta en torno de las siguientes entidades; uno por el Ministerio de
Agricultura, OTR por el Ministerio de Economía, uno r el Banco de
Guatemala, uno por la Dirección General de Estadística, uno por la
Asociación General de Agricultura, uno por la confederación de Trabajadores
y dos por la Central campesina antes indicada; d) como órgano superior de la
Reforma Agraria estaba el Presidente de la República quién actuaba,
fundamentalmente, por conducto del Departamento Agrario Nacional; c) El
Departamento Agrario Nacional, que funcionaba como dependencia de la
presidencia de la República

Atribuciones y Funcionamiento de los Órganos: a) Del comité Agrario


Local; 1- Hacer en su jurisdicción inventario y registro de las tierras
afectables, así como de las reservas forestales; 2- Llevar registro de las
organizaciones campesinas de la localidad, así como de las organizaciones
campesinas de la localidad, así como de los propietarios, usufructuarios.
arrendatarios beneficiados con la reforma; 3- Dar trámite a las solicitudes de
denuncia de tierras afectables y hacer notificaciones, 4- Informar cada tres
meses al departamento agrario nacional acerca de su trabajo. b) L
Comisiones Agrarias Departamentales y el consejo Agrario Nacional tenían
como ambición prever administrativamente los expedientes de afectación; e)
El presidente de la República tenía la función de resolver en firma definitiva
todas las cuestiones que suscitara la aplicación de la ley.

Ayuda Técnica: Al Ministerio de Agricultura se lo asignó la obligación de


establecer las estaciones de máquinas agrícolas para ayudar a los
beneficiarios de la Reforma Agraria. Este Ministerio tenía, además, la tare de
proporcionar semillas y plantas a los campesinos, así como la asesoría de
peritos agrónomos, en forma gratuita.

Características del Decreto 900


a) Se basaba en la realidad histórica, económica y social de Guatemala con
un criterio concreto y objetivo.

b) Era una reforma agraria de tipo capitalista que reconocía la existencia de la


propiedad privada, pero la garantizaba como función social;

c) Propugnaba por un cambio substancial en las relaciones de propiedad y en


las formas de explotación de la tierra;

d) Los objetivos que perseguían su aplicación ponían especial acento en la


dignificación de las masas campesinas depauperadas.

e) La tierra se distribuía de preferencia, en usufructo vitalicio, para evitar que


las parcelas otorgadas volvieran de nuevo a la propiedad latifundista. No
obstante, ello, también se contempló la adjudicación de terrenos en propiedad
privada:

f) El sentido capitalista de la reforma quedó determinando con la preservación


que se hizo al no declarar afectables la pequeña propiedad (máxima de dos
caballerías), la de tipo medio (hasta seis caballerías); y aún la gran
propiedad, constituida por empresas agrícolas con cultivos técnicos o
económicos tales como café, algodón, citronela, té de limón, banano, caña de
azúcar, tabaco, hule, quina, frutales, pastos, frijol, etc.

g) Es innegable que los terratenientes también obtuvieron beneficios con la


aplicación de la reforma al verse obligados a conocer la realidad de sus
fondos, y provocar la mecanización y la racionalización de sus cultivos.

h) Los órganos de aplicación de la reforma agraria tenían un por demás,


amplio carácter democrático, pues se integraban yendo desde los
campesinos sin tierra hasta los agricultores latifundistas;
i) La ayuda técnica y el sistema de crédito también formaron parte esencial de
la reforma agraria.

3.
Ayuda Financiera: Banco Nacional Agrario.
Por Dto. No. 994 el congreso de la República, en julio de 1953 se creó un banco del
estado denominado "Banco Nacional Agrario". Esta entidad, de carácter autónomo,
con personalidad jurídica y patrimonio propio tuvo como objeto primordial y
específico la concesión de créditos para la producción agrícola, fundamentalmente
para la pequeña economía campesina. El Banco Nacional Agrario estaba destinado
a complementar la reforma agraria del país.
Al banco Nacional Agrario también se le atribuyeron como funciones: a) coadyuvar a
la zonificación y racionalización de la producción agropecuaria del país, por medio
de su actividad crediticia y de la asistencia técnica elemental; b) establecimiento de
sucursales y agencias, así como servicios de depósitos bancarios; c) coordinación
entre la función crediticia, la aplicación de la reforma y los servicios de asistencia
técnica de tras institucioncs; d) vigilancia y fiscalización de los créditos que otorgara,
para lograr la mejor aplicación y recuperación de los mismos; c) actuar como agente
financiero del Departamento Agrario Nacional para el cobro de las cantidades que
deberían percibirse de los beneficiados con la reforma. "

Préstamos: La ley que creó el Banco Nacional Agrario estableció un orden de


preferencia en materia de préstamos que iba desde los campesinos a quienes se
había otorgado parcelas, en propiedad o en usufructo; pasaba por los agricultores,
propietarios o arrendatarios, hasta de dos caballerías no provenientes de la Reforma
Agraria; continuaba con las con que disfrutaban de tierra en propiedad; y finalizaba
con los agricultores que hubieran recibido tierras en arrendamiento. El otorgamiento
a los sujetos de crédito antes dichos se hacía de manera preferente en forma
colectiva

El banco debería seguir una política de concesión de préstamos estuvieran


orientados a la producción de articulos alimenticios y primas de consumo interno
que no llenaran la demanda doméstica, a para aumentar o introducir la producción
de aquellos cultivos que pu ser colocados en mercados exteriores.

En lo esencial, los préstamos que estaba facultado para conceder el ban cubrían los
siguientes fines:

a) para costos corrientes originados por la siembra, cultivo y recolección


de cosechas, pudiendo comprender mano de obra, semillas, abonos insecticidas y
cualesquiera otros de naturaleza similar indispensable para la producción;

b) Para el beneficio, elaboración, almacenamiento y transporte de productos


agropecuarios. Los plazos para los préstamos anteriores no excederían los 18
meses y las amortizaciones deberían efectuarse en las épocas de venta de los
productos.

c) Para la compra de aperos, instrumentos de labranza, herramientas,


maquinarias, ganado de crianza, de engorde y de trabajo, habilitación de tierras, así
como para la construcción de obras o mejoras semipermanentes. Los plazos para
estos préstamos se otorgaban para un término no mayor de cinco años.

d) Para la introducción de nuevos cultivos de larga recuperación, así como


para la ejecución de obras permanentes. Los plazos para estos efectos no podían
exceder de 10 años.

La junta directiva del banco, de acuerdo con el Organismo Ejecutivo. fijaría los tipos
de interés tomando siempre en cuenta que no era finalidad principal de la institución
perseguir el lucro.

V
Legislación Posterior a junio de 1954
A) Gestación del proceso contrarrevolucionario: La burguesía octubrista dio
inicio a su gestión gubernativa reinstaurando las libertades políticas; allanó el
camino de la organización del movimiento obrero y campesino: creó el seguro
social; puso en vigencia el Código de Trabajo dictó normas legales que impedían
nuevas concesiones a favor de las compañías norteamericanas. El segundo
gobierno revolucionario instaura la reforma agraria, planifica y construye buena parte
del sistema vial del país: crea un puerto nacional en el Atlántico, planifica con
recursos propios la electrificación, y frena la osada injerencia de los monopolios en
la economía nacional.

Con la aplicación de la reforma agraria se expropia a favor de los campesinos


guatemaltecos buena parte de la tierra latifundista tanto de La United Fruit Company
como de los terratenientes criollos. Esta fue la causa motora esencial que dio origen
a la intervención del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica que, dicho
son de paso, fue oficialmente reconocida por el Sr. Eisenhower, Conviene hacer
notar que con anterioridad a la afectación de las tierras de la United Fruit Company,
el segundo gobierno de la revolución se había negado a negociar con dicha
compañía los contratos que tenía vigentes. El monopolio bananero, contando con el
apoyo de su gobierno, pretendía que Guatemala desvirtuara las conquista que la
Iegislación interna había otorgado a favor de los trabajadores agrícolas estableciera
un régimen de privilegio a favor de la United Fruit Company. El segundo gobierno
revolucionario también rechazó, en su oportunidad las pretensiones del
Departamento de Estado Reclamando 16 millones de quetzales como
indemnización par la compañía frutera por la expropiación de tierras incultas
afectadas por la ley de reforma agraria.

El florecimiento democrático de Guatemala, que apenas tuvo 10 años de duración


(1944-1954) se vio truncado, pues en lo fundamental, por la colusión de intereses
internos y foráneos. Los primeros estuvieron conformados los sectores económicos
y sociales que, desde la colonia hasta nuestros días han luchado por frenar el
desarrollo y el progreso del país y cuya representación máxima está constituida por
los terratenientes latifundistas, los industriales comerciantes preimperialistas, capas
castrenses y clericales. La acción externa que determinó la interrupción del proceso
revolucionario fue constituida por los intereses monopolistas del capital financiero
norteamericanos que desde un principio, gozó del apoyo irrestricto de las esferas
gubernamentales de los Estados Unidos de Norte América. Resulta fácil explicar,
ante la concurrencia de tales fuerzas y de las propias debilidades de la pequeña
burguesía gobernante, el porqué de la derrota de un movimiento reformista que
pugnada por liberar al país de sus lastras feudales y que, por otra parte, no había
tan siquiera concordado, en la más pequeña expresión, los vastos poderes
económicos y políticos de las clases pudientes.

B) La Contrarrevolución en el Poder. Consumada toda la trama intervencionista,


auspiciada, financiada y dirigida por el gobierno de los Estados Unidos, las nuevas
autoridades contrarrevolucionarias se encargaron con premura a echar por tierra
todas las conquistas económicas y sociales de que gozaba el campesino
guatemalteco.

a) Decreto Número 31 (Estatuto Agrario). Una de las primeras disposiciones que,


en materia de legislación agraria. emite la junta militar que asume el poder en junio
de 1954 es el decreto 31, llamado “Estatuto Agrario". Esta ley, puesta en vigor casi
inmediatamente de la instalación de régimen militar que por breve tiempo gobernó al
país, constituyó el primer instrumento jurídico, de corte reaccionario, que iba a hacer
nugatorias las realizaciones que en materia de desarrollo agrícola y de conquistas
sociales económicas para la clase campesina había impulsado la revolución de
octubre de 1944.

La parte considerativa del Decreto 31 constituyó un cúmulo de falacias destinadas a


desfigurar la legislación agraria de la revolución y presentarla con un contenido
distinto del que efectivamente tuvo. En efecto, se hablo en esta parte considerativa
de que el Decreto 900 "Ley de Reforma Agraria" convertido al campesino
guatemalteco en un instrumento político al servicio del gobierno y de grupos
oligárquicos, de que en forma abierta de destruir la propiedad privada, propició la
depresión económica un ambiente de desconfianza y la fuga de capitales, que antes
de obtener beneficios la situación del campesino tendió a empeorar; que hubo
aplicación sectaria del indicado Decreto 900 lo que estimuló la lucha de clases en el
medio rural, etc.

El apartado correspondiente a los "Principios Fundamentales" del decreto 31


contiene una serie de indicaciones por demás falsas, vagas y ampulosas, que sólo
denotaban un elevado grado de demagogia orientada hacia el consumo interno e
internacional.

Entre las disposiciones generales de la ley que comenta resaltan las siguientes: la
indicación de que la propia ley tiene un carácter transitorio y temporal ya que se
pone en vigencia -según lo advierte el artículo 20,- en tanto se dictara la ley de
Reforma Agraria. No obstante ello era tal la premura por aniquilar lo realizado en la
época precedente, que el artículo 4°. Prohíbe expresamente el curso de nueva
expropiaciones y continuar los expedientes en trámite, incluso los ya fenecidos y en
que únicamente estaba pendiente las operaciones de inscripción en los registros de
la propiedad inmueble.

Otra disposición general que tendía a inutilizar lo realizado por la administración


revolucionaria fue declarar insubsistentes todos los actos gubernativos que, en
aplicación de la propia ley de Reforma Agraria, habían realizado las autoridades
anteriores para castigar a quienes habían obstaculizado la aplicación de la ley.

Pero, indudablemente, el aspecto substancial de esta ley está contenido en el


capítulo referente a la revisión extraordinaria en materia agraria. Es aquí donde
claramente se pone de manifiesto el carácter instrumental y reaccionario del Decreto
31. Efectivamente a los propietarios latifundistas expropiados se les concede el
derecho de acudir ante las a la revisión de los expedientes que contra ellos se
siguieron y dieron origen a justas expropiaciones. Los trámites que este capítulo
señala momentos, pretenden acusar aspectos de juridicidad, al darles a los
campesinos beneficiados para oponerse al trámite de la reu quien conozca el medio
rural guatemalteco y el clima de represión que prevalecieron en la época,
claramente advertirá la inoperancia de tal, alternativa. El campesino analfabeto y
acosado, no pensaba más entonces, que ponerse a salvo de la feroz persecución de
que fue escondiéndose en las montañas o emigrando a otras tierras para salvar la
vida.

En definitiva, pues, el Decreto 31 no constituyo más que una reglamentación legal


que daba oportunidad a los terratenientes feudales de iniciar la revisión de los
expedientes administrativos que se habían seguido en su contra y que dieron como
resultado expropiaciones de tierra ociosa de la que tanto necesitaban las
hambrientas masas campesinas guatemaltecas. El proceso contrarrevolucionario se
había iniciado en su aspecto legalístico y de nuevo se legitimaba la opresión al
campesino con la presencia del latifundio y otras formas antisociales y
antieconómicas de tenencia y explotación de la tierra.

b. Otras disposiciones legales. Continuamos con la labor legislativa encaminado a


truncar las realizaciones de la política agraria de la revolución, los gobiernos
militares posteriores a junio de 1954 dictaron otras leyes, Entre ellas destaca el
Decreto Número 57, por medio del cual se restituye al patrimonio del estado el
dominio útil de las fincas nacionales que habían sido entregadas a los campesinos,
incluyendo bienes muebles, cosechas pendientes, semovientes rancherías,
construcciones instalaciones, vehículos, maquinarias, beneficios, siembras,
fertilizantes, aperos, equipos, productos en existencia, servidumbres, etc., Esto
decretó, además, disolvió y liquidó las cooperativas que habían sido formadas en
aplicación de la reforma agraria.

c) Estatuto Agrario. Decreto 559 del Presidente de la República


Como quiera que la ley de transformación agraria actualmente en vigencia
(Decreto 1551 del Congreso) recoge en su articulado varias de las instituciones del
estatuto agrario (Decreto 559 del presidente de la república) respecto de esto último
únicamente se comentarán aspectos generales o regulaciones más sobresalientes.

De la misma manera como manifestamos que la ley de Reforma Agraria nacio bajola
inspiración de ideas de renovación y progreso, plasmadas en términos generales y
en muchos casos concretos en la Constitución de la república de 1945, con respecto
al Estatuto Agrario también podemos decir que surge a la vida institucional del país
pero a la sombra de ideas retrogradas y contrarias al progreso económico y social
de Guatemala

Parte Considerativa. En esta parte se encuentra contenida, en términos generales.


la base ideológica que inspiró al Decreto 559. Efectivamente, la ley, de manera
expresa, indica la razón que se tuvo para determinar que la tierra ociosa solamente
se podía adjudicar en propiedad privada. El segundo considerando del Decreto que
se comenta manifiesta "que solamente la conciencia de lo propio - no la - simple
condición de usufructuario - es capaz de crear el incentivo para cuidar la tierra,
defenderla y hacerla producir". El postulado legal, además de ser una falacia,
evidencia una ideología anacrónica, El autor Pedro Sánchez Márquez' expresa que
los grandes terratenientes propugnan por la creación de pequeñas propiedades para
"... poder librar sus fincas venderlas a precios lucrativos, con el fin de restar fuerzas
a quienes socialmente tienen frente y por añadidura, sumar denodados partidarios a
la sagrada causa de la propiedad de la tierra, que en el fondo es su causa, la
esencia única de sus viejos privilegios".

Sánchez Márquez indicó que si aún siendo propietario el campesino, las mejoras
que realice en su tierra hubieran de parar en manos extrañas, con toda seguridad no
las realizaría. Por el contrario - indica el autor - si al arrendatario de un predio se lo
asegurara el beneficio de las mejoras, pronto efectuaria las que estuvieran dentro de
sus posibilidades. "Lo que mueve al propietario a mejorar las fincas que cultiva - dice
Sánchez Márquez- no es la propiedad de la tierra, sin la seguridad de permanencia
en la tierra y las de que las mejoras por él ejecutadas formarán parte de su propio
patrimonio”. El tercer considerando del Estatuto Agrario hizo notar que las tierras
menoscaban el potencial económico del país y que mientras se man improductivas
deberían ser objeto de un impuesto progresivo, sin de su expropiación. Esta
probación (primero cargas impositivas a la tierra ociosa y después una eventual
expropiación) complementa la ideología del Dto. 559 cuya esencia es afirmarse en
un claro afán proteccionista propiedad feudal.

Parte preceptiva. El Estatuto Agrario fijó el establecimiento del "Zonas de


Desarrollo Agrario" con el propósito de crear unidades agris y ganadeas. La tierra
que se escogió como afectable para tales efecto fue obviamente la constituida por
latifundios feudales sino la de propiedad nacional o la adquirida por el estado de
particulares por medio de compra expropiación
.
El claro afán proteccionista del gobierno respecto de los latifundistas feudales queda
aún de manifiesto en el artículo 41 de la ley. En efecto na obstante haberse
comprobado la inactividad de determinadas tierras, para que los propietarios
procedieran al cultivo de las mismas afectas al impuesto, se fijarían plazos de uno o
dos años, según la calidad de las tierras, computándose dichos términos desde la
fecha en que se declarara la ociosidad de las mismas. Como puede colegirse, el
procedimiento de afectación señalado por la ley entraña largos trámites que en
definitiva lo que pretendían era la protección de los terrenos de los grandes
propietarios.

Una vez transcurridos los términos antes dichos y siempre que no fueron cultivados
los inmuebles bajo impuesto, estos continuarán tributando o se podrían expropiar.
Como se ve, a pesar de comprobarse la ociosidad de la tierra, esta podría llegar, o
no, a ser expropiada, toda vez que la ley daba la oportunidad de simplemente
gravarla. Por otra parte la norma acotada habla de una posibilidad de grabar, o
expropiar, no teniendo obligación, las autoridades de aplicarla, de arribar a una
solución u otra. Era algo meramente facultativo.

De esta manera se expresa el Arto. 43 al indicar que toda la tierra declarada ociosa
"podrá" ser expropiada de oficio o a solicitud de parte. Por qué razón el estatuto
agrario no decidió, en definitiva, que la tierra ociosa debería ser expropiada, es
pregunta fácil de contestar si se piensa que la ley sujeta a examen trató en todo
momento de proteger la gran propiedad rural a expensas del grave problema agrario
del país.

En el poco usual caso de que el trámite expropiatorio llegara a sus etapas finales de
inmediato, según las estipulaciones del Estatuto Agrario, se tropezaba con otro
cúmulo de serias dificultades. Efectivamente, el precio inmueble sujeto a
expropiación era fijado por expertos, tomando en cuenta el valor actual así como
todos los elementos circunstancias y condiciones que determinan su precio real, sin
atender exclusivamente a la declaración fiscal, valor fijado en el catastro municipal,
informe o dato de cualquiera otra dependencia del estado o documento preexistente.
De nuevo, las medidas anteriormente indicadas de por sí anti técnicas y onerosas
para los intereses nacionales confirman el tutelaje protector del gobierno respecto
de los latifundistas criollos y foráneos. En el aspecto ético las citadas medidas
legitimaban toda la serie de inmoralidades provenientes de falsas declaraciones del
valor de los inmuebles, con las cuales se defraudaban los intereses de la nación. Es
de hacer notar que las disposiciones glosadas, en lo que concierne a los aspectos
jurídicos y políticos, implicaban para el estado la renuncia a procedimientos que en
materia de expropiación e indemnización habían pertenecido en lo que respecta a
los controles oficiales.

El Arto. 47 de la ley estableció que el precio debería pagarse en moneda efectiva y


en forma previa. Esta prescripción, a más de constituir otra medida proteccionista a
favor de los finqueros se acogía a criterios absolutos en materia de indemnización,
al conceptuar esta no como una simple consecuencia del acto expropiatorio sino
como parte esencial del mismo, como uno de sus elementos jurídicos. Teorias
coctáncas a la vigencia del estatuto ponderaban que la indemnización cra parte
formal de la expropiación, más no su esencia; que la esencia de la expropiación
estriba en el interés público que ocasiona la privación de los derechos de propiedad
de un particular sobre determinada cosa. Para Lucio Mendieta y Muñoz, por
ejemplo, si el interés público es evidente, impostergable y la expropiación cubre
magnitudes que hacen imposible el estado pagar la indemnización previa y no
simultánea, la propiedad privada puede y debe ocuparse dejando la indemnización
para ser cubierta con posterioridad y de acuerdo con las posibilidades fiscales. Lo
contrario manifiesta el autor comentado sería supeditar un interés público
inaplazable, a las posibilidades económicas del estado, y ello determinaría que el
interés privado estuviera por encima del interés social.

Finalmente, es menester destacar en este tema que en muchos países europeos de


legislación avanzada, la indemnización se afecta no a plazos cortos y menos
simultáneamente al acto expropiario, sino en lapsos de 20 ó 30 años, cuando no se
prescinde de ella bajo determinadas circunstancias. Lo frecuente en las leyes
modernas es que la indemnización se cubra por medio de bonos estatales y no en
dinero.

Fue de tal suerte antitécnica, alejada de la realidad y en cierta forma afrentosa para
la gran masa de campesinos sin tierra el Estatuto Agrario, que seguidamente, en
plan de "Reforma Agraria", estimó como instrumento para realizarla, la donación
graciosa de parcelas que pudieran hacer las grandes latifundistas a favor de los
campesinos. El comentario, a las luces del conocimiento objetivo que se tiene de la
realidad nacional, resulta ocioso.

A los inmuebles adquiridos por los campesinos el Estatuto Agrario les dio categoría
de Patrimonio Familiar, indicando que no podían ser gravados enajenados ni
dividirse por ningún título durante el término de 25 años. El contexto legal señala las
excepciones del caso (Artos. 56-57).

Para llevar hasta sus últimas instancias la tónica protectiva del latifundio, la ley
estableció una "Garantía de inafectabilidad" hasta por cinco años, para aquellos
inmuebles que no tenían tierras ociosas. El certificado no podría extenderse ni
conceder su renovación si hubiera expediente de expropiación en trámite.

La ley que se comenta prescribe la asistencia técnica y crediticia. La primera por


conducto del Ministerio de Agricultura y la segunda por el Banco Nacional Agrario

Finalmente cabe advertir que, en los económicos y fiscales el Estatuto Agrario no


tuvo impacto alguno digno de mención.Efectivamente, si se examina el rendimiento
del impuesto sobre tierras ociosas en los seis años de vigencia de esta ley, se
advierte que en los dos primeros años fue igual a cero y en los subsiguientes
alcanzó una suma verdaderamente irrisoria.La ociosidad de la tierra no fue
combatida por medio del instrumento impositivo en detrimento del desarrollo
económico del país. Según José Luis Paredes Moreira, el ritmo de repartición de
tierras durante la ampliación de estatuto agrario tuvo un promedio de 3,000 parcelas
por año, lo que indicaba que para provocar a las 606,278 personas, que en 1963
carecían de tierras, se necesitarían más de 200 años sin tomar en cuenta el
crecimiento de la población

j. constitución de la República de 1956. La constitución política que entró en vigor


el 1ro de marzo de 1956 recoge desde el punto de vista de su lineamiento más
general la mayor parte de los principios consignados a la constitución de 1945. Mas
cuando se entra a considerar aspectos específicos fundamentales y en particular lo
relativo al derecho de propiedad, se llega a la conclusión de que aquel texto
constitucional surge como una reacción política, económica y social, auspiciada por
los sectores que en junio de 1954 asumieron el poder, en contra del anterior sistema
de gobierno.

Los postulados de la Constitución de 956, en la materia que nos ocupa son: 1- la


garantia plena - formulada de manera enfática - de la propiedad privada; 2- El deber
del Estado de asegurar el propietario las condiciones indispensables para el
desarrollo y utilización de sus bienes, sin más limitación que la concedida por la ley
para las tierras ociosas; 3. La posibilidad (no obligatoriedad) de gravarse o
expropiarse las tierras ociosas, laborales pero no cultivadas; 4- Que las tierras
expropiadas deben adjudicarse en propiedad privada: 5. La previsión de conceder
términos "prudenciales" para que los, propietarios de las tierras ociosas procedan a
su cultivo; 6-Que solamente en casos concretos pueden ser expropiada la propiedad
privada por razones de utilidad colectiva, beneficio social o interés público de
comprobados: 7. Que el justiprecio del bien afectado será realizado por expertos,
tomando como base su valor actual, teniendo en cuenta todos los elementos,
circunstancias, y condiciones que determinen su precio real, sin sujetarse
exclusivamente a la declaración fiscal, estimación del Estado o documento
preexistente; 8- Que la indemnización debe ser previa y pagada en moneda efectiva
de curso legal; 9- Que en ningún caso el término para hacer efectivo el pago de la
indemnización puede exceder de diez años; 10- La libre disponibilidad de los bienes;
11- Desde un aspecto negativo omite la función social de la propiedad y el
señalamiento de la presencia da latifundio.

B) Constitución de 1965. Este instrumento jurídico surge a la vida institucional del


país en las condiciones más adversas en cuando a la integración democrática del
poder constituyente. Con justa razón. La entidad jurídica no oficial más calificada-el
Colegio de Abogados- la denunció como ilegítima. No obstante que, como la
anterior, recoge en sus aspectos más generales principios constitucionales que le
precedían, este ordenamiento fundamental introduce algunos cambios en regiones
determinados.

Los postulados fundamentalmente de la Constitución de la República que entró en


vigor el 5 de mayo de 1966, en la materia que nos interesa, son: 1- Garantía
absoluta de la propiedad privada; 2-Obligación del Estado de asegurar al propietario
condiciones indispensables para el desarrollo y utilización de sus bienes; 3- La libre
disposición de sus bienes; 4. La libre disposición de los bienes por parte de su
dueño; 5- Que solamente en casos concretos la propiedad privada puede ser
expropiada por razones de utilidad colectiva, beneficio o interés público,
debidamente comprobados; 6- Que el bien afectado se justiprecia por expertos,
tomando como base su valor actual y atendiendo a todos los elementos,
circunstancias y condiciones que determinan su propio real, sin sujetarse
exclusivamente a las declaraciones o registro oficiales o documentos preexistentes;
7. Indemnización previa y en moneda de curso legal ; 8- Promoción por parte del
Estado del desarrollo agropecuario del país, fomentando y apoyando empresas de
tal naturaleza; 9- Realización de programas de transformación y reforma agraria
para los campesinos, pequeños y medianos agricultores; 10- inafectabilidad de las
tierras que sean objeto de aprovechamiento racional y de aquellas que se
consideren necesarias y adecuadas para la ampliación de la empresa respectiva;
11-Distribución de tierras en propiedad; 12-Posibilidad (no obligatoriedad) de gravar
o expropiar las tierras ociosa laborales pero no cultivadas; 13-La prevención de
conceder términos “podrá” procederse a la expropiación, sin que sea necesario la
declaratoria de utilidad y necesidad; 14- El pago de las indemnizaciones en materia
agraria podrá diferirse por un término no mayor de diez años y los bonos que para el
efecto se emitan devengarán interés; 15- Desde un aspecto negativo, emite la
función social de la propiedad y no menciona la existencia de la propiedad
latifundista.

Comentarios Críticos: La Constitución política de 1966 recoge, en


cerniente a la propiedad privada, las mismas y similares tesis que su antecesora, la
Constitución de 1956. Su esencia en esta materia consiste en otorgar protección a
los intereses económicos de la oligarquía feudal guatemalteca y al capital extranjero
asentado en el país.

No obstante lo anterior, la constitución que actualmente rige a Guatemala introduce


algunos cambios en los artículos que regulan el régimen de propiedad, que es
oportuno señalar; a) asigna al Estado la obligación (ya no el deber) de asegurar al
propietario las condiciones indispensables para el desarrollo y utilización de sus
bienes, extremando con ello las medidas protectoras de los grandes intereses
económicos; b) habla de programas de transformación agraria, pero de inmediato
hace nulo todo intento por lograr su realización ya que señala como principios
fundamentales para dichos propósitos; 1- La inafectabilidad de las tierras que sean
de aprovechamiento racional y de aquellas que se consideran necesarias y
adecuadas para la aplicación de la empresa respectiva. A nadie escapa que este
"Principio Fundamental" está destinado a preservar la integridad del latifundio y de la
tierra ociosa ya que, los criterios de aprovechamiento racional y consideración de
que una determinada tierra es necesaria y adecuada para la ampliación de que una
determinada tierra es necesaria y adecuada para la ampliación de la empresa
agrícola, son de índole subjetivo y sólo tienden a enervar cualquier acción para
destruir las formas antieconómicas de tenencia y explotación de la tierra; c)
prescribe la distribución de las tierras en propiedad y señala como obligación
imperativa del Estado la habilitación de tierras nacionales y su distribución para la
colonización agropecuaria, pero siempre bajo el régimen de propiedad privada y con
el decidido propósito de que la afectabilidad de la tierra se produzca de preferencia
sobre la que es propiedad de la Nación y no sobre la latifundios feudales.

Otros aspectos importantes de indicar dentro de esta constitución son los siguientes:
1- A pesar de que señala que vencido el término para que el propietario cultive la
tierra ociosa "podrá procederse a la expropiación, sin que sea necesario la
declaratoria de necesidad y utilidad", resulta obvio que esta prescripción no indica
más que una actitud demagógica, puesto que para el avalúo de cualquier bien
tendrá que hacerse de acuerdo con el art 71, es decir, por medio de expertos,
tomando como base su valor actual y excluyendo los medios de control fiscal que
antes se han señalado. En todo caso, la indemnización tiene que ser previa y en
moneda de curso legal y en materia únicamente podrá diferirse hasta por un término
de diez años y los bonos respectivos “con plazo de vencimiento adecuado"
devengarán intereses. Con relación a estas dos últimas disposiciones resulta
conveniente indicar que la ley de Transformación Agraria, actualmente en vigor,
dispone que el monto del interés es del 4% anual y que los títulos amitidos por el
Instituto Nacional de Transformación Agraria en pago de expropiaciones "serán
suficiente garantía para obtener préstamos en los bancos estatales, los cuales
estarán obligados a la concesión a la concesión del préstamo..." Cabe preguntarse:
Se puede, acaso, obtener mayores granjerias?; 2- Pero existe un complemento
absurdo en inmoral para las anteriores disposiciones: de acuerdo con el artículo 130
de la Constitución ya no constituyen reserva de la Nación los bienes sobre los que
existan derechos inscritos en el Registro de la Propiedad antes del 9 de febrero de
1894 y al 1ro. De marzo de 1956. Claramente se advierte que esta disposición sólo
viene a beneficiar los intereses financieros de las compañías extranjeras y a
perjudicar los de nuestra patria. Mayor villanía es difícil de concebir.

(páginas de 51 a la -145)

También podría gustarte