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I
DERECHO AGRARIO
PARTE GENERAL
Concebida la normatividad jurídica con los elementos que arriba se expresan, resta
precisar el término agrario. El vocablo viene del latin agrarius, de ager, agri, que
quiere decir campo. En este sentido lo agrario designaria todo lo perteneciente o
relativo al campo, en forma lata y sin ninguna discriminación, vale decir, toda la
geografia rustica y los fenómenos que sobre ella recaen, especialmente la accion
humana en su más amplia significación.
a) La agricultura propiamente dicha, como cultivo directo del suelo, incluyendo todas
las explotaciones conexas: horticultura, fruticultura, floricultura, etc.
Hasta aquí la indicación de los elementos que poseen un innegable carácter agrario
para un considerable porcentaje de países. Resulta fácilmente comprensible que, en
las distintas legislaciones de manera especial en aquellas que corresponden a
naciones que aún no han logrado resolver problemática agraria, se incluyan otros
elementos o actividades que son reguladas por el Derecho Agrario. Esta
circunstancia se presenta en los países llamados "subdesarrollados", en los cuales
la reforma de su estructura agraria se perfila como un problema de singular
importancia. Ello daría margen para incluir otros elementos.
La reforma agraria, con sus múltiples y variadas implicaciones en el plano de una
concepción integral, puede configurar el instrumento jurídico capaz de resolver los
problemas de una determinada estructura agrícola. El pensamiento moderno, en
materia de reforma agraria, conviene en que ésta. además de resolver el problema
de una justa y equitativa distribución de la tierra, también tiene que dar solución -
entre otras- a cuestiones de una importancia tan grande como son:
No cabe duda que la legislación que regule estas y otras cuestiones ligadas a la
reforma, tendrá una marcada índole agraria.
No existe, pues, criterio uniforme en cuanto a la fijación del contenido del Derecho
Agrario. Los autores F. Cerrillo y L. Mendieta;20 al abordar este tema, señalan como
contenido de nuestra ciencia las leyes, reglamentos y disposiciones administrativas
que regulan la actividad del agricultor, la propiedad rústica, la agricultura, ganadería,
silvicultura, aprovechamientos hidráulicos, crédito rural, arrendamientos, seguros,
colonización, tráfico de productos, etc.
La autora mexicana Martha Chávez, hace consistir el contenido del Derecho Agrario
en todas las normas jurídicas vigentes que fijan preceptos concernientes a la
propiedad rústica, incluyendo toda institución que se enlace con ese concepto y a su
explotación. Involucra la agricultura, la ganadería, la silvicultura, las actividades
conexas y aquellas que coadyuvan a que den mejores resultados. En estas últimas,
la autora citada incluye el aprovechamiento de las aguas, créditos y sociedades
agrícolas, educación rural y agrícola, colonización, vías de comunicación, seguros,
higiene y salubridad rural, industrialización agrícola, derecho laboral rural, contratos
y concesiones rurales, extensión agrícola, etc. La doctora Martha Chávez sugiere en
su exposición que también forma parte del contenido del Derecho Agrario lo relativo
a que la tenencia de la tierra este legal y justamente garantizada y planificada.
Raúl Magaburu: "Es el conjunto autónomo de preceptos jurídicos que recaen sobre
las relaciones emergentes de toda explotación agropecuaria, establecidos con el fin
principal de garantizar los intereses de los individuos o de la colectividad derivados
de aquellas explotaciones"
2) Que teniendo el estado un dominio eminente sobre la tierra y otros recursos que
se encuentran en los límites de su territorio nacional, le corresponde al propio
estado la facultad de intervenir, vigilar y controlar al efecto de que tales bienes
cumplan un amplio beneficio social;
Es conveniente anotar que en los países en que el auge del Derecho Agrario ha
tenido origen en profundas conmociones sociales, en cuyo fondo yacen exigencias
de un nuevo orden jurídico que regule en forma más justa las relaciones
agropecuarias de producción, el Derecho Agrario por sí mismo - dada la naturaleza
de sus normas y principios o por expresa voluntad del legislador, es declarado como
Derecho Público.
División del Derecho Agrario: de acuerdo con el contenido de las relaciones jurídicas
que rige, la doctrina ha formulado ciertas divisiones del Derecho Agrario. A nuestro
juicio, aun cuando, en efecto, en el terreno del derecho vigente existan normas
agrarias que de una u otra manera tengan relación con cuestiones de índole penal,
internacional, laboral, etc., lo cierto es que ello no es razón suficiente --hasta el
momento para que con tal base se puedan constituir ramas autónomas,
independientes y absolutamente desligadas que regulen tales materias: no se
percibe la necesidad apremiante de crear un Derecho Agrario Internacional, un
Derecho Agrario Laboral, un Derecho Agrario Penal, etc. Será en el futuro, cuando
la propia dinámica del desarrollo de nuestra ciencia así lo demande, que pueda
operar una definida escisión del Derecho Agrario, dando con ello origen a las ramas
que han quedado mencionadas.
III
RELACIONES DEL DERECHO AGRARIO CON OTRAS
CIENCIAS
A) Relaciones con otras ramas jurídicas
Debe tenerse presente, además, que cuando las constituciones son de tipo
desarrollado, contienen a veces puntos programáticos para ser cumplidos por la
legislación ordinaria.
Con el Derecho Civil, Félix Castillo Milla," ha expresado que la propiedad agraria,
los contratos agrarios, la reforma agraria y el aprovechamiento de aguas --- que
entre otras materias constituyen objeto de estudio del Derecho Agrario - han tenido
su origen en el Derecho Civil. Este autor sugiere que lo propio ocurre con la
apropiación de la riqueza agrícola, las obligaciones y contratos derivados del
dominio sobre bienes rústicos, sin olvidar-subraya que el Derecho Agrario, de
acuerdo con sus características, renova totalmente el tratamiento que se debe dar a
dichas instituciones, a las que despoja de su carácter absolutista y subjetivo que
tradicionalmente han tenido.
Enfocando el tema desde otro ángulo, Lucio Mendicta y Núñez,"expresa que aun
cuando en su país (México) las relaciones entre el Derecho Agrario y el Derecho
Civil no revisten la importancia que tienen para otros, en los que la transformación
del régimen de propiedad privada no ha sido tan profunda ello no obsta para que
tales relaciones sean precisas en cuanto se refiere a la propiedad privada que está
regida por el Derecho Agrario y de manera especial en lo que respecta a contratos,
servidumbres, responsabilidades, ctc. cuando afecta situaciones colectivas, o al
cjido considerado como institución o en su conjunto
Con el Derecho Mercantil. Al enfocar esta clase de relaciones los autores F Camillo
y L. Mendicta, "hacen notar que la actividad agraria es netamente distinta de la
comercial e industrial y por ello normalmente se encuentra sujeta al Derecho Civil y
no al Derecho Comercial. No obstante lo anterior, los citados autores hacen notar
que la agricultura tiende a asumir caracteres que le avecinan a ciertos aspectos
industriales y comerciales, Asientan estos tratadistas que la agricultura y la
ganadería precisan recurrir al crédito que gravita, no sobre la responsabilidad
personal del solicitante como única garantía, sino sobre los productos que explota.
El entrelazamiento que tiene el Derecho Agrario con el Derecho Mercantil opera con
claridad en lo concerniente a las negociaciones bancarias de crédito agrícola y a la
cobertura de riesgos agrícolas por medio del seguro. De igual manera, las
operaciones de mercado de los productos agropecuarios, tienden a estar regidas
por normas de Derecho Mercantil, aun cuando, como se sabe, las reformas agrarias
modernas tratan de establecer una justa protección para los campesinos
productores con el propósito de que no sean objeto de explotación por parte de los
comerciantes y los usureros.
Para el autor boliviano José Flores Moncayo,' el Derecho Agrario se relaciona con el
Derecho de Trabajo en la medida en que las modalidades del trabajo campesino
deben asimilarse adjetivamente a las conquistas y avances del Derecho Social
General, en lo que corresponde a los seguros sociales de vejez, invalidez y muerte,
así como en los de enfermedad, accidentes y demás riesgos de la actividad
agropecuaria.
Tanto el Derecho de Trabajo como el Derecho Agrario constituyen una gran rama
jurídica que los autores modernos denominan Derecho Social. Ambas disciplinas
tienden a tutelar y proteger los intereses de las clases sociales económicamente
más débiles y las normas de uno y otro se complementan para lograr tal propósito.
Con el Derecho Administrativo. Del análisis de las normas del Derecho Agrario se
desprende que la mayor parte de ellas son de naturaleza administrativa. Las más
relevantes instituciones legales que conforman el Derecho Agrario son de naturaleza
administrativa. El aspecto jurisdiccional, por otra parte, acusa clara tendencia
Administrativa, con base en la consideración teórica y práctica de que los problemas
que confronta nuestra materia exigen actitudes de ejecución rápida y dinámica.
Como ejemplo de tales problemas puede citarse la afectabilidad de tierras, la
expropiación, la indemnización, etc.
IV
CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO AGRARIO
El Derecho Agrario, así como el Derecho de Trabajo, son ramas jurídicas de
moderna creación Constituyen lo que doctrinariamente se conoce como Derecho
Social, habida cuenta de los ingentes problemas que sus normas y principios tratan
de resolver dentro del marco de la sociedad actual.
V
FUENTE DEL DERECHO AGRARIO
En sentido jurídico la palabra fuente puede indicar, a) Los procesos de
manifestación de las normas;
Resulta relevante, pues, el estudio de las fuentes del Derecho Agrario, por dos
razones fundamentales: la primera se refiere al propio concepto de fuente y la
segunda por cuanto este concepto está ligado a las técnicas de promulgación y
aplicación del derecho, cuestiones que, a su vez, se vinculan y deben
acondicionarse a las características que anteriormente le han sido asignadas a la
disciplina jurídica agraria. Tanto para el legislador, como para quien ejerza
jurisdicción en materia agraria, tales temas deben ser objeto de análisis profundo si
se pretende, respecto del primero, la emisión de apropiadas y justas normas
jurídicas agrarias; y en lo que concieme al segundo, una correcta y también justa
técnica aplicativa del derecho vigente.
Las costumbres las han aplicado desde el esclavista hasta la burgués terrateniente,
pasando por el señor feudal. La costumbre, en diversas épocas y en diversos países
si es fuente de derecho, pero de un derecho arbitrario e injusto.
Resulta obvia la conclusión de que el primer género de costumbres, es decir, las que
dimanan del poder compulsivo de una oligarquía, debe ser anulado expresamente
por el derecho y que, por el contrario, las que son expresión de una conducta
popular dentro de la comunidad, deben conservarse o remodelarse en la forma más
conveniente y justa. Al legislador le incumbe esta tarea, máxime en regiones
subdesarrolladas como lo es, por ejemplo, América Latina. Invocar en estas latitudes
la costumbre es, con la excepción señalada, patrocinar la extorsión del menos
pudiente.
La jurisprudencia, con estas características, debe ser objeto de una total anulación
por parte de las autoridades por el contrario, deberá patrocinarse una actividad
jurisprudencial en la cual, la técnica (le aplicación del derecho, en lo que concieme a
los problemas de interpretación de las normas o de la integración de las mismas en
caso de ausencia de preceptos se asiente en los principios fundamentales del
Derecho Agrario.
Lucio Mendieta y Nuñez, subraya que no puede ser válida la interpretación del
Derecho Agrario que, alejándose de su sentido intrínseco y de significado vital, se
acoja a los principios abstractos de un derecho deshumanizado. Apunta el
prestigiado tratadista mexicano, que el Derecho Agrario es un derecho protector de
los trabajadores del campo y que su interpretación debe estar enfocada a entender y
comprender las nuevas instituciones agrarias, tanto en sus fincas como en su
sentido de transformación y de organización de la propiedad y el trabajo rural para
conquistar metas de justicia social.
D) Fuentes reales del Derecho Agrario. Resulta incuestionable que las fuentes
reales, es decir, los factores que condicionan el surgimiento y el contenido de las
normas jurídicas agrarias, constituyen en su determinación y estudio, un tema por
demás importante con anterioridad se ha destacado la naturaleza económico-social
del Derecho Agrario. especialmente en lo relativo a que sus normas y principios se
encuentran orientados hacia una reforma del sistema de tenencia y explotación de la
tierra, así como la asistencia integral de las masas campesinas.
Las diferencias sociales entre la oligarquía agrícola y las masas rurales huelga
decirlo son abismales. Los primeros colmados de confort y llevando una vida
opulenta, en múltiples casos fuera de su patria; los segundos, aniquilados por el
hambre, la miseria, las enfermedades, etc., sin perspectiva alguna de poder cambiar
su
situación infrahumana.
Resumiendo el asunto se puede afirmar que, en esencia, las fuentes reales del
Derecho Agrario se encuentran en los propios factores económico-sociales que
configuran la estructura agrícola de un país determinado.
Dentro de este orden de ideas, a nadie escapa, por ejemplo, la importancia que
tiene para los países de la América Latina el conocimiento de sus propias
instituciones jurídicas prehispánicas. De manera especial resultan de mucha
importancia los estudios que se realicen sobre los modos de producción que
estuvieron vigentes en las culturas maya, incaica y azteca. De los datos con que se
cuenta acerca de estas civilizaciones pueden deducirse valiosas implicaciones en lo
que atañe a la reforma de sus estructuras agrarias ya que, con mayor o menor
pureza, desvirtuadas en mayor o Menor nivel, aún a la fecha pueden apreciarse
restos de lo que fueron las antiguas comunidades agrarias prehispánicas. José
Carlos Mariátegui expresa a este respecto..... Yo pienso que la hora de ensayar en
el Perú el método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya. Dejando aparte las
razones doctrinarias, considero fundamentalmente este factor incontestable y
concreto que da, un carácter peculiar a nuestro problema agrario: la supervivencia
de la comunidad y de elementos de socialismo práctico en la agricultura, y en la vida
indígena..."
VI
LOS SUJETOS DE DERECHO AGRARIO
A) Concepto: son sujetos del derecho agrario todas las personas individuales
o colectivas, cuyos actos u omisiones las sitúan dentro del campo de la normatividad
jurídica agraria.
B) Clasificación: intentar una clasificación de los sujetos del Derecho
Agrario, sin tener como base la causa económica que fundamente su existencia,
resulta un ejercicio académico intrascendente acerca de este problema jurídico. Es
por ello que, al abordar el tema de la determinación de los sujetos, debe acudirse,
necesariamente, a las relaciones agrarias de producción que imperan en un país o
región específicos, con el objeto de precisar que lugar ocupan en el proceso
productivo y las relaciones en que se encuentran respecto de la propiedad de los
medios e instrumentos agrícolas de producción. Obvio resulta, en consecuencia,
que no deba formularse, con carácter general y absoluto. una clasificación de las
personas que intervienen en la relación jurídica agraria. Cada país, por conducto de
su propia legislación, contemplará las circunstancias o calidades que determinan la
condición del sujeto de Derecho Agrario.
Las disputas o controversias que pueden presentarse en materia jurídica agraria son
frecuentemente dilucidadas por diversos procesos: en algunas ocasiones se acude
a las normas adjetivas contenidas en los códigos de procedimientos civiles, en otras
se utilizan procedimientos establecidos en los códigos agrarios o en las leyes de
reforma agraria.
a. Principio del Impulso Procesal de Oficio: Todo procesó agrario debe ser
actuado e impulsado de oficio por las autoridades encargadas de aplicar el derecho
sustantivo. Sin descartar la iniciativa que pudiera provenir de particulares, el proceso
agrario-en vista de los objetivos que persigue el derecho sustantivo reclama que la
iniciativa en los trámites incumba, de manera preferente, al sector oficial, a quien
corresponde actuar sin medie denuncia o querella.
Una buena sistemática en el estudio del Derecho Agrario permitirá también deslindar
los preceptos jurídicos dentro del marco de las disciplinas jurídicas especiales:
demarcar los que corresponden al derecho público y al derecho privado, por
ejemplo, no agotándose esta tarea en tal actividad sino continuado con el análisis
de instituciones especificas, como el arrendamiento, la aparcería, el patrimonio
familiar, etc. En fin, el estudio del Derecho Agrario demanda el empleo de un
conjunto de reglas o principios que deben entrelazarse para lograr un orden que
permita percibir de mejor manera el conocimiento de la materia.
Utilizar el método histórico en la investigación del Derecho Agrario, implica tener una
vivencia de lo que en el pasado fueron las instituciones agrarias. Conocer las
causas motoras que les sirven de fundamento.
Inquirir sobre las motivaciones de orden económico, político y social que dieron
origen a determinadas normas. Abandonar la idea de la espontaneidad del
fenómeno jurídico para apuntalar el criterio de que el derecho forma parte de la
supraestructura social y que, por ende, los fenómenos jurídicos pasados tienen una
base social y económica.
Debe insistirse en señalar que, cualquier persona que tome interés en investigar el
Derecho Agrario, tiene que hacer un eficiente acopio de información sociológica so
pena de incurrir, en caso contrario, en vanas lucubraciones teóricas. Soslayar el
conocimiento de los comportamientos sociales, haciendo énfasis únicamente en el
estudio de la normatividad jurídica formal, no sólo se traduce en una actividad
anticientífica sino que, necesariamente, produce resultados negativos. Las leyes e
instituciones agrarias, así como los principios que orientan la actividad productiva en
el campo, exigen para su correcto estudio una inmediata vinculación con la
estructura social de la zona rural.
B) Técnica de Aplicación: en forma sucinta puede decirse que la Técnica de
Aplicación o Técnica Jurisdiccional consiste en cl adecuado manejo de las reglas y
preceptos que sirven para alcanzar los fines que busca el derecho. A diferencia de
la Técnica Legislativa, que persigue fines jurídicos generales, la Técnica
Jurisdiccional se orienta a la realización de finalidades jurídicas concretas. La
técnica de aplicación conlleva una actividad intelectual que se resume en el uso de
reglas y preceptos a que debe ajustarse la autoridad para lograr los fines que le fija
el ordenamiento jurídico El proceso de aplicación del derecho a casos concretos se
descompone en varios problemas. En materia agraria los que destacan con mayor
relevancia son los relativos a la interpretación e integración de la ley.
Aun cuando al precepto jurídico agrario le son aplicables todos los medios de
interpretación del derecho en general, es preciso indicar que la doctrina le ha
asignado a la labor interpretativa en materia agraria ciertas características, siempre,
desde luego, que se admitan como válidos los principios que insuflan al Derecho
Agrario: realismo y objetividad, carácter democrático, naturaleza económico-social,
tutelaridad, carácter público, constituir un cuerpo de garantías mínimas para el
trabajador campesino, etc.
enfrente problemas de integración, al llenar las lagunas de la ley, debe hacerlo bajo
la ideología que se encuentra inmersa en los principios propios del Derecho Agrario:
Los problemas que entraña la técnica de aplicación del Derecho Agrario al menos
en lo que concierne a los países que no han logrado resolver el problema de la
tierra- exigen de quien ejerza poder jurisdicional que, ya sea realizando una labor
interpretativa o una de integración, realice su misión conservando el carácter
eminentemente democrático, popular y protector
que tiene el Derecho Agrario y, en tal sentido, tener siempre presente que el estatuto
del agro debe expresar los anhelos de un amplio estrato social (los campesinos)
para obtener,, sin obstáculo alguno, mejores condiciones de vida en los órdenes
material, espiritual y ético.
Para los efectos de la interpretación del propio código, sus reglamentos y demás
leyes de trabajo, se debe tomar en cuenta, fundamentalmente, el interés de los
trabajadores en armonía con la conveniencia social.
ll
Legislación Agraria en Guatemala
Época Precolonial
Dentro de los antiguos pueblos que habitaron lo que hoy comprende las
circunscripciones territoriales de Gualemala, fueron los mayas quienes en muy
diversos órdenes de la vida lograron una mejor y más avanzada organización. Por
tal razón y por carecerse de mayores elementos de juicio respecto de otros grupos
étnicos guatemaltecos, será acerca de los mayas que se hable sobre normas y
costumbres de contenido agrario, con anterioridad al descubrimiento y posterior
conquista de América.
Resulta improbable que los españoles encontraran en estas tierrs un régimen puro
de comunismo primitivo. Otras manifestaciones no referdas precisamente al campo
de la explotación agrícola sino de orden social y cultural entre los mayas, pueden
dar fundamento a la anterior afirmación. En lo que concierne a las relaciones de
producción agrícola si existe una apreciable concordancia entre los autores en
atribuir a los mayas una ídole o inclinación comunitaria.
Lucio Mendieta y Muñoz afirma: “Los historiados de los mayas aseguran que la
propiedad era comunal entre éstos, no sólo por lo que respecta la nuda propiedad
sino también por lo que se refiere al aprovechamiento de la tierra”. Por su parte,
Juan Francisco Molina Solis” indica que “El uso común de la tierra es tradicional
entre los mayas, que, aún al presente, con dficultades de resignan a la prpiedad
particular y exclusiva de la tierra de labranza”. Confirmando el criterio anterior Diego
López Cogolludo manifiesta: “Las tierras eran comunes, así entre los pueblos no
había términos o mojones que las dividieses aunque si entre una privincia y otra, por
causa de las guerras salvo algunas hoyas para sembrar árboles fructíferos y tierras
que hubiesen sido compradas por algún respecto de mejoría. También eran
comunes las salidas, que están en las costas del mar…”
Por su parte, Diego de Landa , nos pone en conocimiento que los indicos tenía “…la
buena costumbre de ayudarse unos a otros en todos sus trabajos. En tiempo de
sementeras, los que no tienen genete suya para hacerlas júntense de 20 en 20 o
más o menos y hacen todos juntos por su medida y tasa la labor de todos y no la
dejan hasta cumplir con todos. Las tierras, por ahora son de común y así el que
primero las ocupa las posee… Júntense también para la caza de cincuenta más o
menos… y lo mismo hacen para la pesca”.
En abono de la tesis que asigna a los mayas una definida vocación por el
colectivismo agrícola, es conveniente señalar que J. Eric Thompson expresa que la
cooperación se practicaba extensamente, ayudando unas familias a otras en la
siembra y la recolección y cada grupo familiar estaba en libertad de escoger un lote
del campo comunal. Este mismo autor J. Eric Thompson, indica que “Otra
característica de esta cultura que contribuyó a desarrollar el sentido del deber con el
prójimo y con la comunidad fue el trabajo en grupo. Para hacer los claros en el
bosque, para erigir sus casas y para diversas actividades similares los mayas
trabajaban y aún trabajan hoy mismo, en equipos de doce o más personas. A la
ayuda a B y C a hacer la roza de sus campos; estos le retornan el servicio a A
cuando este prepara también su tierra”.
El autor Alfonso Villa Rojas manifiesta que en los años 1935-36 tuvo oportunidad, en
Quintana Roo, de estudiar la forma de tenencia de la tierra de los mayas y que pudo
comprobar que los nativos de la región no atribuian ningún sentido a la venta, renta
o cambio de tierras; que las tierras de labor eran de dominio público, correpondiente
a todo el cacicazgo y no a prueblos por separado; que los solares que rodeaban las
casa de habitación o las huertas de árboles frutales, se consideraban propios de la
familia, cercado o plantado, retornando al domino común en caso de acabarse el
grupo familiar; que en ningún caso se podía vender, alquilar o cambiar solares, ya
que quienes los usufructuaban se consideraban como simples depositarios de un
bien común. En el propio trabajo de Villa Rojas aparece una cita del autor Britnon en
la que se dice: “No existió la propiedad personal de la tierra. Las tierras de los
pueblos se repartian anualmente entre los miembros de
No cabe duda, pues que los mayas antes, en el tiempo y en algunos casos después
de la conquista, explotaron la tierra en forma comunal en grado más o menos
apreciable, sineod lo más posible que cuando Cristóbal Colón realizó el
descubrimiento, encontrara a las tribus indígenas en las primeras etapas de la
exclavitud, pero no de manera absoluta y general.
II
La Colonia
El 12 de octubre de 1492 se efectúa el descubrimiento de América. España
emprende la conquista de América, bajo los siguientes signos: las clases sociales
que formaron parte de las expediciones descubridoras y conquistadoras estaban
constituidas, en considerable proporción , por gente ambiciona y aventurera cuyo
propósito esencial al venir a estas tierras era forjarse una rápida riqueza, bojetivo
que lograron sobre la base de una sanguinaria y despiadada depredación de los
bienes de los indios. En el mismo año del descubrimiento y en 1497, se dictaron
sendas cédulas reales autorizando el reclutamiento de delincuentes para que
integraran las expedciones que venían a América.
Con los elementos que arriba se señalaban se puede explicar fácilmente la cantidad
y grado de inhumanos atropellos que se cometieron los aborígenes y la clase de
instituciones que estuvieron en vigor en tiempo de la colonia. Ni la epopéyica figura
de Cristóbal Colón, ni la respetable de Fray
Bartolomé de las Casas, escaparon o fueron ajenas a formas de explotación tan
ignominiosa como la encomienda: por Real Cédula de 20 de junio de 1500 se
condenaron las actividades esclavistas de Colón. Las Casas hubo que renunciar a
una encomienda que había otorgado a su favor, hecho que desde luego, lo enaltece.
Silvio Zavala afirma que de parto de a familia de los encomenderos hubo una
sostenida tendencia a convertirse en propietarios de las tierras ubicadas dentro de
los términos de los pueblos encomendados, pero medio de una titulación especifica
y distinta de la propia encomienda: por merced y compra, subraya este autor que
esta manera y so pretexto de la encomienda, nacieron las haciendas de los
encomenderos.
Pero es preciso indicar que, si bien es cierto, a los conservadores de Guatemala les
es imposible limpiarse el baldón de este decreto lo es que sólo un razonamiento
muy simplista acerca del hecho de conforme la inquietud del investigador.
Efectivamente, si se examina con objetividad la cuestión, se constata que para la
época no existía en los países centroamericanos una estructura económica y social
que hiciera perdurar la federación. Solo la fuerte compulsión que España mantuvo
sobre los pueblos durante su régimen colonial fue capaz de sostener la unidad del
istmo. Las naciones centroamericanas en verdad nunca se integraron dentro de la
economía unitaria. Cada una de ellas constituía un ente individual que, aún dentro
de sí mismo, confrontaba problemas que a la postre determinaron la causa del
rompimiento.
La ausencia de un eficiente sistema vial que uniera a las parcelas.
centroamericanas, asi como la presencia en ellas de un régimen de autoconsumo y
la precaria situación de la agricultura, fueron también causas para que la unión
desapareciera y se llegara al extremo de que aún la provincia de Guatemala se
subdividiera al formarse el estado de los Altos, en la zona occidental del país.
IV
De 1871 a la Revolución de octubre de 1944
El 3 de junio de 1871 en Villa de Patzicía, Chimaltenango un grupo de militares y
civiles guatemaltecos, encabezados por Justo Rufino Barrios, declara a la Nación su
abiertas rebeldía en contra del gobierno de Vicente Cerna, en razón de haberse
hecho este intolerable para el país, por sus repetidos arbitrarios y tiránicos; haber
arruinado la hacienda pública y comprometido ala independencia de Guatemala al
contraer empréstitos con el extranjero bajo bases ruinosas. Se firma en esa fecha el
"Acta de
Patzicia” y en ella los insurgentes liberales desconocen al Gobierno de Cerna y
nombran presidente provisional a Miguel García Granados, facultandolo para
organizar el país y convocar a una constituyente que decrete la Carta Fundamental
de Guatemala.
En el lapso comprendido entre los años de 1871 a 1879 se redime censo 650
caballerías de terreno de Enero de 1877 a Mayo de 1879 se redimem de censo
23427 lotes. En ambos casos siempre se tuvo como objetivo que los terrenos
adjudicados no fueran muy grandes para cumplir el propósito de lograr una mayor
difusión en la mediana propiedad.
Para el 26 de octubre de ese mismo año, el gobierno tenía conocimiento de que las
haciendas ganadoras nacionales no alcanzaban a cubrir las existencias del
consumo interno de came y manifestaba su deseo, por medio del decreto 224, que
el elevado precio de este producto no lo colocara fuera del alcance del pueblo.De
esa cuenta se ordenó que todo el que solicitara terrenos baldíos en determinadas
zonas del Petén, Zacapa, Izabal y Alta Verapaz, podía pedir su posesión y
comprobando haber fundado hacienda ganadera 2 años después, adquiría la plena
propiedad, pagando 50 pesos por cada caballeria. A los ganaderos establecidos en
estas zonas el gobierno los del servicio militar y del pago de la contribución
territorial.
En 1874, con los bienes que provenían de las expropiaciones hechas a la iglesia se
funda la primera institución bancaria del país, que se denominó ``Banco Nacional de
Guatemala"; en 1884 queda establecido Puerto Barrios en la costa atlántica.
El artículo 90 recogió el principio (ya para esa época de amplia difusión en muchos
otros países del mundo) de reconocer la propiedad garantizarla como función social.
Como lógica consecuencia, se prohibieron terminantemente los latifundios
propugnando por la desaparición de los existentes y estableciendo que por causa de
utilidad o necesidad interés social,podría expropiarse la propiedad privada, previa
indem (Art. 91-92)
2- Ley de Reforma Agraria, Decreto 900: A la fecha en que entró en vigencia esta
ley (17 de junio de 1952) diversos sectores de opinión del medio social
guatemalteco ya conocían los resultados del censo de población y agropecuario
levantado por la Dirección General de Estadística en 1950 El cuadro que presentó el
dato social, aun cuando presentido en algunos medios políticos y culturales.cra
pavorosamente revelador: la concentración de la propiedad territorial acusaba
indices extraordinariamente alarmantes, acentuándose ello en las zonas de más
recursos económicos: por el contrario, la propiedad minifundista destacaba su
presencia en las regiones más pobladas y más empobrecidas del territorio nacional.
Otro dato de suma importancia que reveló el censo de 1950 fue que los intereses
imperialistas norteamericanos habían conformado una de las más antes expresiones
latifundistas en el país. La United Fruit Com asentadas en nada en el departamento
de izabal, poseía 59 fincas con un total de 2,356 caballerías, 61 manzanas, 5815
varas cuadradas. Por su parte la compañía Agrícola de Guatemala, subsidiaria de la
anterior, poseía en el departamento de Escuintla , 2266 caballerías, 59 manzanas,
4229 varas cuadradas. Ambas compañías en forma ociosa, poseían 3470
caballerías, 50 manzanas, 426 varas cuadradas.
La ley de Reforma Agraria tenía, pues, un sólido basamente en la realidad del país
siendo que, por otra, parte, la constitución de 1945, en el citado artículo 90, sólo
reconocía y garantizaba la propiedad privada como función social y los artículos 91 y
92 prohibían terminantemente los latifundios, propugnando por la desaparición de
los existentes y prescribiendo que, por causa de utilidad o necesidad pública o
interés social, la propiedad privada estaba sujeta a expropiación, previa
indemnización.
Objetivos del Decreto 900: Las disposiciones generales de la ley de Reforma
Agraria fijaron el objetivo de liquidar las relaciones feudales de producción y pasar a
la reforma capitalista, preparando el paso para la industrialización del país. Estas
mismas disposiciones generales suprimen todas las reformas de explotación del
campesino, como el pago en trabajo del arrendamiento de la tierra, y aun cuando
permitía que el arrendamiento pudiera ser pagado en especie o en dinero,
estableció que en ninguno de los dos casos podría exceder del 5% del valor de la
cosecha.
Como objetivos específicos de la Reforma Agraria, se consignaron los
siguientes: a) Desarrollo de la economía capitalista campesina y la economía
capitalista de la agricultura en general; b) dotación de tierra a los campesinos que no
la poseían o que la poseían o que la poseían en cantidad insuficiente,
proporcionándoles asistencia técnica, ganado, fertilizantes y semillas; c) inversión de
nuevos capitales en la agricultura por medio del arrendamiento capitalista de la tierra
nacionalizada; d) innovar las formas de cultivo e incrementar el crédito, tanto para
los campesinos como para los agricultores capitalistas.
Bienes Afectables: Tres clases de propiedad, en lo fundamental, se sujetaron a
medidas de afectabilidad por la Reforma Agraria; a) fincas y tierras nacionales; b)
latifundios feudales; y c) tierras municipales.
a) Fincas y Tierras Nacionales: Los trabajadores de estas fincas interesados
en obtener esta clase de tierras tenían la opción de recibirlas en parcelas
individuales, en usufructo vitalicio, o bajo la reforma de cooperativas agrícolas
de producción. La elección de una u otra forma se sometía a la voluntad de
la mayoría democrática de los campesinos que trabajan en estas fincas. La
entrega de parcelas individuales en usufructo vitalicio solo podía hacerse en
tierras cultivadas, desde un mínimo de una manzana hasta un máximo de
cinco. En tierras no cultivadas, desde un mínimo de dos manzanas hasta un
máximo de 15.
El ganado, equipos, instrumentos, fertilizantes, semillas, aperos y maquinaria
agrícola existentes en Fincas Nacionales se pusieron al servicio de los
trabajadores beneficiados. El Arto, 27 de la ley fijó a esto la obligación,
cuando habían recibido la tierra en usufructo, de pagar el 3% anual del valor
de la cosecha, hasta quedar redimida la deuda agraria.
3.
Ayuda Financiera: Banco Nacional Agrario.
Por Dto. No. 994 el congreso de la República, en julio de 1953 se creó un banco del
estado denominado "Banco Nacional Agrario". Esta entidad, de carácter autónomo,
con personalidad jurídica y patrimonio propio tuvo como objeto primordial y
específico la concesión de créditos para la producción agrícola, fundamentalmente
para la pequeña economía campesina. El Banco Nacional Agrario estaba destinado
a complementar la reforma agraria del país.
Al banco Nacional Agrario también se le atribuyeron como funciones: a) coadyuvar a
la zonificación y racionalización de la producción agropecuaria del país, por medio
de su actividad crediticia y de la asistencia técnica elemental; b) establecimiento de
sucursales y agencias, así como servicios de depósitos bancarios; c) coordinación
entre la función crediticia, la aplicación de la reforma y los servicios de asistencia
técnica de tras institucioncs; d) vigilancia y fiscalización de los créditos que otorgara,
para lograr la mejor aplicación y recuperación de los mismos; c) actuar como agente
financiero del Departamento Agrario Nacional para el cobro de las cantidades que
deberían percibirse de los beneficiados con la reforma. "
En lo esencial, los préstamos que estaba facultado para conceder el ban cubrían los
siguientes fines:
La junta directiva del banco, de acuerdo con el Organismo Ejecutivo. fijaría los tipos
de interés tomando siempre en cuenta que no era finalidad principal de la institución
perseguir el lucro.
V
Legislación Posterior a junio de 1954
A) Gestación del proceso contrarrevolucionario: La burguesía octubrista dio
inicio a su gestión gubernativa reinstaurando las libertades políticas; allanó el
camino de la organización del movimiento obrero y campesino: creó el seguro
social; puso en vigencia el Código de Trabajo dictó normas legales que impedían
nuevas concesiones a favor de las compañías norteamericanas. El segundo
gobierno revolucionario instaura la reforma agraria, planifica y construye buena parte
del sistema vial del país: crea un puerto nacional en el Atlántico, planifica con
recursos propios la electrificación, y frena la osada injerencia de los monopolios en
la economía nacional.
Entre las disposiciones generales de la ley que comenta resaltan las siguientes: la
indicación de que la propia ley tiene un carácter transitorio y temporal ya que se
pone en vigencia -según lo advierte el artículo 20,- en tanto se dictara la ley de
Reforma Agraria. No obstante ello era tal la premura por aniquilar lo realizado en la
época precedente, que el artículo 4°. Prohíbe expresamente el curso de nueva
expropiaciones y continuar los expedientes en trámite, incluso los ya fenecidos y en
que únicamente estaba pendiente las operaciones de inscripción en los registros de
la propiedad inmueble.
De la misma manera como manifestamos que la ley de Reforma Agraria nacio bajola
inspiración de ideas de renovación y progreso, plasmadas en términos generales y
en muchos casos concretos en la Constitución de la república de 1945, con respecto
al Estatuto Agrario también podemos decir que surge a la vida institucional del país
pero a la sombra de ideas retrogradas y contrarias al progreso económico y social
de Guatemala
Sánchez Márquez indicó que si aún siendo propietario el campesino, las mejoras
que realice en su tierra hubieran de parar en manos extrañas, con toda seguridad no
las realizaría. Por el contrario - indica el autor - si al arrendatario de un predio se lo
asegurara el beneficio de las mejoras, pronto efectuaria las que estuvieran dentro de
sus posibilidades. "Lo que mueve al propietario a mejorar las fincas que cultiva - dice
Sánchez Márquez- no es la propiedad de la tierra, sin la seguridad de permanencia
en la tierra y las de que las mejoras por él ejecutadas formarán parte de su propio
patrimonio”. El tercer considerando del Estatuto Agrario hizo notar que las tierras
menoscaban el potencial económico del país y que mientras se man improductivas
deberían ser objeto de un impuesto progresivo, sin de su expropiación. Esta
probación (primero cargas impositivas a la tierra ociosa y después una eventual
expropiación) complementa la ideología del Dto. 559 cuya esencia es afirmarse en
un claro afán proteccionista propiedad feudal.
Una vez transcurridos los términos antes dichos y siempre que no fueron cultivados
los inmuebles bajo impuesto, estos continuarán tributando o se podrían expropiar.
Como se ve, a pesar de comprobarse la ociosidad de la tierra, esta podría llegar, o
no, a ser expropiada, toda vez que la ley daba la oportunidad de simplemente
gravarla. Por otra parte la norma acotada habla de una posibilidad de grabar, o
expropiar, no teniendo obligación, las autoridades de aplicarla, de arribar a una
solución u otra. Era algo meramente facultativo.
De esta manera se expresa el Arto. 43 al indicar que toda la tierra declarada ociosa
"podrá" ser expropiada de oficio o a solicitud de parte. Por qué razón el estatuto
agrario no decidió, en definitiva, que la tierra ociosa debería ser expropiada, es
pregunta fácil de contestar si se piensa que la ley sujeta a examen trató en todo
momento de proteger la gran propiedad rural a expensas del grave problema agrario
del país.
En el poco usual caso de que el trámite expropiatorio llegara a sus etapas finales de
inmediato, según las estipulaciones del Estatuto Agrario, se tropezaba con otro
cúmulo de serias dificultades. Efectivamente, el precio inmueble sujeto a
expropiación era fijado por expertos, tomando en cuenta el valor actual así como
todos los elementos circunstancias y condiciones que determinan su precio real, sin
atender exclusivamente a la declaración fiscal, valor fijado en el catastro municipal,
informe o dato de cualquiera otra dependencia del estado o documento preexistente.
De nuevo, las medidas anteriormente indicadas de por sí anti técnicas y onerosas
para los intereses nacionales confirman el tutelaje protector del gobierno respecto
de los latifundistas criollos y foráneos. En el aspecto ético las citadas medidas
legitimaban toda la serie de inmoralidades provenientes de falsas declaraciones del
valor de los inmuebles, con las cuales se defraudaban los intereses de la nación. Es
de hacer notar que las disposiciones glosadas, en lo que concierne a los aspectos
jurídicos y políticos, implicaban para el estado la renuncia a procedimientos que en
materia de expropiación e indemnización habían pertenecido en lo que respecta a
los controles oficiales.
Fue de tal suerte antitécnica, alejada de la realidad y en cierta forma afrentosa para
la gran masa de campesinos sin tierra el Estatuto Agrario, que seguidamente, en
plan de "Reforma Agraria", estimó como instrumento para realizarla, la donación
graciosa de parcelas que pudieran hacer las grandes latifundistas a favor de los
campesinos. El comentario, a las luces del conocimiento objetivo que se tiene de la
realidad nacional, resulta ocioso.
A los inmuebles adquiridos por los campesinos el Estatuto Agrario les dio categoría
de Patrimonio Familiar, indicando que no podían ser gravados enajenados ni
dividirse por ningún título durante el término de 25 años. El contexto legal señala las
excepciones del caso (Artos. 56-57).
Para llevar hasta sus últimas instancias la tónica protectiva del latifundio, la ley
estableció una "Garantía de inafectabilidad" hasta por cinco años, para aquellos
inmuebles que no tenían tierras ociosas. El certificado no podría extenderse ni
conceder su renovación si hubiera expediente de expropiación en trámite.
Otros aspectos importantes de indicar dentro de esta constitución son los siguientes:
1- A pesar de que señala que vencido el término para que el propietario cultive la
tierra ociosa "podrá procederse a la expropiación, sin que sea necesario la
declaratoria de necesidad y utilidad", resulta obvio que esta prescripción no indica
más que una actitud demagógica, puesto que para el avalúo de cualquier bien
tendrá que hacerse de acuerdo con el art 71, es decir, por medio de expertos,
tomando como base su valor actual y excluyendo los medios de control fiscal que
antes se han señalado. En todo caso, la indemnización tiene que ser previa y en
moneda de curso legal y en materia únicamente podrá diferirse hasta por un término
de diez años y los bonos respectivos “con plazo de vencimiento adecuado"
devengarán intereses. Con relación a estas dos últimas disposiciones resulta
conveniente indicar que la ley de Transformación Agraria, actualmente en vigor,
dispone que el monto del interés es del 4% anual y que los títulos amitidos por el
Instituto Nacional de Transformación Agraria en pago de expropiaciones "serán
suficiente garantía para obtener préstamos en los bancos estatales, los cuales
estarán obligados a la concesión a la concesión del préstamo..." Cabe preguntarse:
Se puede, acaso, obtener mayores granjerias?; 2- Pero existe un complemento
absurdo en inmoral para las anteriores disposiciones: de acuerdo con el artículo 130
de la Constitución ya no constituyen reserva de la Nación los bienes sobre los que
existan derechos inscritos en el Registro de la Propiedad antes del 9 de febrero de
1894 y al 1ro. De marzo de 1956. Claramente se advierte que esta disposición sólo
viene a beneficiar los intereses financieros de las compañías extranjeras y a
perjudicar los de nuestra patria. Mayor villanía es difícil de concebir.
(páginas de 51 a la -145)