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La nueva Ley, sustituye la DIGEBOS por el Instituto Nacional de Bosques, INAB, como
una entidad estatal, autónoma, descentralizada, con personalidad jurídica, patrimonio
propio e independencia administrativa; con la designación de ser el órgano de dirección y
autoridad en Materia Forestal. Entre sus principales atribuciones, la ley establece, entre
otras: “Ejecutar las políticas forestales que cumplan con los objetivos de esta Ley”,
“Promover y fomentar el desarrollo forestal del país mediante el manejo sostenido de los
bosques”, “Otorgar, denegar, supervisar, prorrogar y cancelar el uso de concesiones
forestales y licencias de aprovechamiento de productos forestales, fuera de las áreas
protegidas”.
Por otra parte, la nueva Ley Forestal establece (artículo 48) que el Plan de Manejo será el
instrumento técnico que regirá las actividades de manejo forestal; mientras que el artículo
45 del Reglamento de la Ley Forestal, define las etapas mínimas del Manejo Forestal.
Adicionalmente, la Ley Forestal establece (artículos 49 y 50) que la licencia forestal será
la autorización para implementar el Plan de manejo forestal y que las licencias se
otorgarán exclusivamente a los propietarios o poseedores legítimos de áreas forestales.
La solicitud de aprovechamiento forestal debe estar sujeta a las disposiciones del Código
Procesal Civil y Mercantil del país y otras disposiciones relacionadas con el registro de la
propiedad inmueble y mercantil.
La Ley de Áreas Protegidas, por su parte, establece (artículo 76) que la emisión de
licencias de aprovechamiento, manejo, exportación y comercialización de productos de
flora y fauna silvestre, corresponde al Consejo Nacional de Áreas Protegidas, CONAP,
quien las extenderá a los propietarios o poseedores legítimos de forma personal e
intransferible, y que, para que el CONAP pueda autorizar las solicitudes de planes de
manejo forestal con fines comerciales se requiere, además de la documentación legal
descrita en las normas, un Estudio de Impacto Ambiental y el respectivo plan de
mitigación.
La Ley forestal de 1945 se mantuvo vigente 29 años, hasta que en 1974, se emite el
Decreto 58-74, que se constituye en la tercera Ley Forestal, y en su parte esencial se crea
al Instituto Nacional Forestal INAFOR, como ente autónomo y descentralizado,
responsable del sector forestal del país. Durante este período se iniciaron esfuerzos para
tecnificar la actividad forestal, pero los mismos se diluyeron entre el manejo administrativo
de los permisos por parte de las autoridades. Esta Ley mantuvo su vigencia hasta 1984,
cuando se emite el Decreto 118-84 (cuarta Ley Forestal). Con posterioridad, se promulgan
las leyes de 1989 y 1996 anteriormente mencionadas.
Una de las principales herencias negativas de las anteriores políticas y acciones a que fue
sometido el sector forestal, es la desvalorización de los bosques, lo que favoreció la
destrucción del recurso, la pérdida de biodiversidad, y la pérdida de competitividad del
sector. En 1999 se promulga la Política Forestal, como instrumento que permita orientar a
los principales actores de este sector, facilitándoles los procesos de planificación,
ejecución, administración, gestión y evaluación, siendo la primera vez en la historia del
país que se ha concertado una política por parte del gobierno de Guatemala.
Como parte del proceso de la política forestal, el INAB, formuló su Plan Estratégico y el
programa de Fomento y Desarrollo Forestal, el cual contiene acciones para promover la
incorporación de áreas naturales a la producción sostenible, particularmente en sitios de
mayor potencial productivo. Para esto se plantean varios mecanismos como: pago de
incentivos para reforestación y protección de bosques y producción de agua y mecanismo
de desarrollo limpio.
Como lo establece la Ley de Áreas Protegidas, las concesiones son un instrumento para
regular el manejo de bosques. En Guatemala los procesos más importantes de manejo
forestal se ubican dentro de la Zona de Uso Múltiple de la Reserva de la Biosfera Maya,
en la que se encuentran las mayores extensiones de bosques manejados en la
actualidad. Dentro de la Reserva de Biosfera Maya, se han autorizado 10 concesiones
comunitarias y 2 concesiones industriales, que en total incorporan al manejo forestal
487.553 ha., y en el resto de las áreas protegidas, se han incorporado al manejo forestal,
un total de 1.283.06 ha en las áreas de amortiguamiento y de uso múltiple de éstas.
La metodología para elaborar los planes de manejo está orientada a promover e impulsar
el manejo forestal sostenible, lo cual ha sido apoyado por diversas instancias, entre las
que destacan el Programa Regional Forestal para Centroamérica, PROCAFOR y el
Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, CATIE, quienes contribuyeron
a preparar las primeras guías y manuales e iniciaron el desarrollo de metodologías
simplificadas para la formulación de los planes de manejo forestal, tanto en bosques de
coníferas como en latifoliadas. La normativa generada por el CATIE para los bosques
latifoliados es conocida como el “Modelo Simplificado de Planes de Manejo para Bosques
Naturales Latifoliados”, mientras que la generada por el PROCAFOR es conocida como el
“Modelo Centroamericano para la Formulación de Planes de Manejo en Bosques de
Coníferas”.
Las condiciones técnicas que deben cumplir los planes de manejo forestal, también están
reguladas por la Ley Forestal, especialmente en el artículo 48, que establece que el
aprovechamiento y manejo sostenido del bosque estará dirigido mediante el plan de
manejo aprobado por el INAB, que comprenderá como mínimo: la descripción biofísica de
la propiedad, la superficie con bosque, el tipo y clase de bosque, área a intervenir, áreas
de protección, volumen a extraer, el sistema de corte, la recuperación de la masa forestal
las medidas de prevención contra incendios forestales y el tiempo de ejecución del
mismo.
El artículo 41 del Reglamento de la Ley Forestal especifica que “El plan de manejo
forestal deberá actualizarse cada cinco años, en los casos en que exceda los cinco años
de duración”. La aprobación de los planes de manejo forestal depende de la ubicación de
los mismos; dentro de las Áreas Protegidas depende del CONAP y fuera de ellas depende
del INAB.
Con los programas de incentivos y los fondos asignados al PINFOR, según la proyección
en base a los resultados obtenidos en los primeros tres años de ejecución, para el año
2016, se espera recuperar 285.000 ha. con plantaciones e incorporar al régimen de
manejo forestal sostenible 572.000 ha. de bosques naturales.