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PRIMERA UNIDAD

EL DESPERTAR CULTURAL DEL SER HUMANO

Patricio Guerrero Arias

Llegara el día en que después


de aprovechar el espacio, los vientos,
los mares y la gravedad,
aprovecharemos para Dios
las energías del amor.
Y esa vez por segunda vez
en la historia del mundo,
habremos descubierto el fuego.
Teilhard de Chardin
INTRODUCCIÓN

El intento de aproximarnos a una lectura antropológica de la historia de la cultura, de


hacer una “Arqueología de la cultura”, es ante todo una tarea que no implica neutralidad,
sino una toma de posición frente a la vida; este es en consecuencia un requerimiento no
solo teórico, sino esencialmente político y ético, pues conlleva la necesidad de
desconstrucción de los paradigmas dominantes levantados por occidente que quiere verse
a sí mismo como la expresión más elevada de la evolución de la civilización humana. De
ahí que civilización, es un término profundamente ideologizado y que ha sido
instrumentalizado como una forma de ejercicio del poder de la sociedad occidental, que
dividió la humanidad en pueblos “primitivos, atrasados, bárbaros y salvajes”, y en otros
“civilizados” y se atribuyó a sí mismo el derecho de civilizarlos. “Civilización” será en
consecuencia, siempre un concepto relativo e ideológico, como lo es también el de
“atraso” o el de “primitivismo”.

El concepto de Civilización etimológicamente ha estado unida a ciudad, y se ha dado por


hecho de que para que exista civilización, debe existir algún tipo de sociedad de Civitas,
lo que permitió a occidente imponer un modo de civilidad como hegemónica y universal,
desconociendo que existen otros modos de hacer sociedad, es decir de civilidad que son
simplemente diferentes y que no coinciden, ni tienen por qué hacerlo, con el paradigma
civilizatorio impuesto por occidente; de ahí que una lectura antropológica de la cultura,
una arqueología de esta, debe aportar a mostrar en consecuencia, que las Civitas
tempranas que se encuentran ya en los albores de la cultura, son la génesis de la
civilización humana, y no necesariamente las grandes ciudades y los complejos aportes
tecnológicos; pero pretende además, no hacer comparaciones cualitativas entre ellas, para
saber si una es superior o inferior a otra, no se trata de saber si los actuales rascacielos
son superiores a las habitaciones tempranas, o si el Museo de Louvre guarda más cultura
que las Cuevas de Altamira, o de si el Internet supera al hacha de piedra del ser humano
temprano, lo que se trata es de saber que unas y otras son construcciones culturales
simplemente diferentes y que corresponden a periodos históricos concretos igualmente
distintos.

La civilización, sentimos, supone más que la sola vida en sociedad, o que solo sea un
producto de ella, puesto que lo que diferencia al ser humano de otras especies de animales
que viven en formas de organización más complejas, es que el ser humano no solo se
conformó con vivir en sociedad, sino que necesito construir la sociedad para vivir
(Godelier); lo que implica creemos, la necesidad de dar un sentido a esa vida en sociedad,
para hacerla más feliz o desgraciada. Si eso es así, ¿una sociedad feliz no será quizá uno
de los indicadores del nivel de civilización alcanzado por esa sociedad?

Aquella vida de los cavernícolas, nos habla de una forma de humanidad constituidas por
mujeres y hombres que son capaces de hacer el amor para que la vida continué, y que
creían que la existencia no acababa con la muerte y que había que ofrecer un rito y comida
para ayudar a quien amaban, para que empiece a caminar por las estrellas, son seres
humanos que empiezan a buscar respuestas a las interrogantes que hasta ahora no
podemos resolver, que buscan una explicación a los misterios del Bioverso y de la vida a
través del mito, del ritual y de la magia, seres humanos que descubrieron que siendo
solidarios entre sí, podían enfrentar las carencias y necesidades que les presenta la
naturaleza, pero que solidariamente también comparten el alimento y el calor del fuego,
seres humanos que rinden culto a la belleza, a sus cuerpos, a la fecundidad de la vida y
que se supieron siempre parte inseparable de la naturaleza y el cosmos. En esos seres
humanos podemos encontrar las expresiones más tempranas de civilización, la energía
vital que los impulsaba a cambiar la vida, a desarrollar una praxis creadora, el aliento
espiritual de esperanza, de técnica, de progreso, que después continuará floreciendo en
las civilizaciones que las continuaron. (Viara. 1979: 19)

No se trata de hacer una lectura idealizada de las sociedades tempranas, y creer que ellas
vivieron en un paraíso ilusorio, las huellas materiales que ellas han dejado en sus pinturas
rupestres y demás bienes culturales, nos hablan también de la existencia de armas, que si
bien las empleaban para cazar animales para su sustento, también las usaban para luchar
unos contra otros, parecería que ese tiempo en que no existió “ni lo mío ni lo tuyo” debió
ser un periodo muy corto de la humanidad y luego comenzaron las guerras y la forma del
ejercicio de diversas formas de poder de los fuertes sobre los débiles, a la opresión de
unos seres humanos por otros. En definitiva podemos constatar que la civilización
humana, desde los más remotos tiempos, empezaba a transitar la historia, mostrando
claramente las virtudes y las lacras que todo proceso civilizador encierra; y que si bien el
ser humano temprano tenía más pelos en su piel, bíceps más desarrollados, dentadura más
sana y manos y piernas más poderosas, quizá su mente y su corazón, no eran tan diferentes
que la de cualquiera de nosotros. (Viara: Ibid)

Mientras tanto, la sociedad occidental que se erige a sí misma, como la expresión más
alta de la civilización y esta como la única forma de hacer humanidad, se encuentra
sufriendo las consecuencias de su acelerado desarrollo científico técnico, el gran
desarrollo de los medios de “comunicación” han construido sociedades cargadas de
silencio, angustia y soledad, que se expresa en el crecimiento del stress, la violencia, el
incremento de las enfermedades del corazón, el desarrollo tecnológico ha desarrollado a
niveles inimaginables la tecnología para la muerte, pero ha sido incapaz de curar las
enfermedades como el cáncer, el sida, o las enfermedades sociales como el hambre y la
miseria, está provocando procesos ecocidas contra la naturaleza que ponen en riesgo su
propia existencia presente y futura, y si bien el ser humano gracias a la ciencia y la técnica
ha sido capaz de enviar astronautas a la luna, parece que no ha descubierto todavía, como
enviar humanautas para llegar a conocer el corazón humano

Una Antropología de la cultura, una Arqueología de la misma, tiene que contribuir a


romper otra falacia ideologizada levantada por occidente, que establece la existencia de
períodos “Prehistóricos” e “Históricos” en la pluriléctica humana del tiempo,
adscribiendo la historia, únicamente al surgimiento de la escritura, queriendo así negar
que el ser humano estuvo presente como humanidad milenios antes; la Antropología ha
contribuido a demostrar, que desde que el ser humano fue capaz de llegar a la
construcción de la cultura, se encuentra ya presente en el mundo y en la historia, pues esta
será escrita-por así decirlo- desde que fue capaz de convertir un simple palo en
herramienta, desde entonces todo lo que este supo construir, no solo que es historia, sino
que además constituyen aportes vitales para la historia de la cultura y la civilización
humana. Es por ello que nosotros hablaremos aquí, no de la “prehistoria” de los “pueblos
primitivos”, sino más bien de la “historia de los pueblos tempranos”, para referirnos a
todos los aportes que hizo el ser humano en los albores de la cultura.

Iniciamos por tanto, con un análisis sobre los albores de la cultura humana, y de cómo se
dio el despertar cultural del ser humano, el proceso de transición del Homo Sapiens y su
construcción como animal simbólico; en ese proceso es importante conocer, como se van
dando sus primeras expresiones de conocimiento y construcciones culturales; como
surgen las formas mágicas del pensamiento y las formas rituales de su acción, en su afán
por explicarse el orden del mundo; de allí nacerá el pensamiento mágico, el totemismo,
así como las primeras formas de organización social y las primeras actividades de auto
subsistencia, que determinarán el desarrollo de la futura civilización humana. Ya allí
podemos encontrar, las raíces de una reflexión del ser humano sobre su presencia en el
mundo y en la historia y de cómo la cultura le permite llegar a la conciencia de sí mismo
y de su existencia.

NUESTRAS ABUELAS Y ABUELOS TEMPRANOS

Lo que importa en la vida es la cara ensangrentada, las manos endurecidas y la frente


sudorosa de haber luchado, de haber hecho lo que pudimos de la mejor forma que sabíamos.
Porque el verdadero rostro del hombre para la eternidad, es su voluntad de haber sido mejor,
aun cuando no lo haya conseguido.
Anónimo.

La antigüedad sobre la presencia del ser humano en el mundo y en la historia, sobre el


momento en que el ser humano se constituye como tal se pierde en la penumbra de los
tiempos, puesto que nadie ha podido llegar a conocer con exactitud el momento en que
hace su aparición en el escenario de la vida. Nuestros conocimientos sobre la forma como
organizaron su existencia, así como cuáles son sus más tempranos aportes culturales, son
el resultado del trabajo de antropólogos y arqueólogos, que han ido develando el pasado
temprano del ser humano como un rompecabezas, para poder hoy en ese pasado reconocer
parte de nuestros orígenes y tratar de dar relativas respuestas a esas interrogantes siempre
presentes en la historia humana, ¿Quiénes somos?, De dónde venimos?, y Hacia dónde
vamos?

Algunos investigadores señalan que quizás el más remoto antepasado humano, fue el de
la especie denominada Ramipithecus que habitó en la India hace unos 14 millones de
años y que empleaba como armas elementales estacas y piedras para su defensa. Otros
afirman que en el sur y este del África, vivió un simio de apariencia casi humana llamado
Austrapolitecus. Se considera también que hace dos o tres millones de años, vivieron en
el África oriental dos tipos de “hombres” que caminaban erguidos, el Hombre 1470 y el
Hombre de Etiopía, los mismos que poseían un cerebro más desarrollado que ninguna
otra especie conocida hasta entonces, a quienes se les considera nuestros más remotos
antepasados, puesto que trabajaban la piedra, son ellos los que inauguran la fase de la
cultura de la piedra conocida por la arqueología tradicional como la Edad de Piedra o
Periodo Paleolítico Inferior (Carter. 1992: 6).

En un periodo más próximo al actual, hace unos 500.000 años encontramos en África,
Europa y Asia, otra especie de hombre el Homo Erectus (el hombre que anda erguido)
que conocía ya el fuego y satisfacía sus necesidades de alimento mediante la caza, y se
considera que posiblemente, había ya desarrollado la capacidad del habla. Hace
aproximadamente 250.000 años encontramos el Homo Sapiens (el hombre que sabe) que
poseía un cráneo similar al nuestro, se asentó en Dinamarca, Alemania e Inglaterra. Una
de las variedades de Homo Sapiens, el Hombre de Neandertal, fue el que tuvo predominio
en toda Europa entre los 30.000 y 70.000 años, que corresponden al periodo de las dos
últimas glaciaciones. Nuestra propia subespecie el Homo Sapiens Sapiens ya se había
asentado firmemente; uno de sus representantes, el Hombre de Cro-Magñon, emigró del
Sudeste asiático hasta Francia, Italia y el Norte de África, donde sobrevivió hasta hace
10.000 años (Carter: Ibid).
La cultura constructora de lo humano

Si se considera que estos son los periodos en que se va dando el surgimiento del ser
humano como tal en la tierra, comparados con la edad que tiene el Bioverso, desde el
primer caos original, el Big Ban la primera explosión generatriz de la vida, producida
hace 10, o 20 mil millones de años, la edad de la existencia del ser humano resulta
insignificante dentro de la multiléctica del tiempo cósmico. Sin embargo de esto, el ser
humano no es tan extraño a la vida del Bioverso y a de la tierra, sino por el contrario, su
verdadera historia, solo puede ser entendida como parte de la historia de la transformación
de la vida en el cosmos y en la tierra misma, puesto que este forma parte de la vida animal,
concretamente de los vertebrados y dentro de este grupo, es una especie adscrita a los
mamíferos y más concretamente a los primates; de ahí que el ser humano desde una
perspectiva biológica, es el resultado de un muy largo proceso de transformaciones y de
ascenso en la evolución de la naturaleza, que se escalonan desde hace centenares de
millones de años. (Piveteau. 1962: 7)

Sin embargo, vale preguntarse, ¿Qué es lo que le permitió al ser humano constituirse
como tal y diferenciarse de las otras especies animales que le antecedieron? Existen
evidencias suficientes que demuestran, que no son sus características biológicas o físicas,
que en muchos de los casos resultan inferiores a la de muchos otros animales, las que
definen su hominización, sino que es el resultado de su capacidad para la creación de la
cultura, puesto que la cultura es esa construcción específicamente humana que le permitió
al ser humano, no solo llegar a constituirse como tal y diferenciarse de las otras especies,
sino además llegar a ejercer una función hegemónica frente a los demás seres vivos.
Vale tener presente, la multiléctica que se produce entre cultura y ser humano o entre ser
humano y cultura, puesto que si bien es la cultura la que hace posible la construcción del
ser humano en el sentido más holístico del término, solo es ese mismo ser humano, el
único ser de la naturaleza capaz de construir cultura.

El ser humano desde que construye la cultura, se estructura como un animal simbólico,
como Homus simbólicus, capaz de dar sentido y significado a su existencia, a su forma
de estar en el mundo y de actuar dentro de este, lo que ninguna otra especie podrá hacer.
Por ello vale aclarar que el ser humano no es -como occidente nos ha hecho pensar- solo
un ser esencialmente racional, resultante de la razón y el pensamiento; sino que también
el ser humano, es un ser eminentemente emocional, producto del corazón y el sentimiento
y es en esa multiléctica entre el pensar y el sentir, que el ser humano pudo a través de sus
construcciones simbólicas corazonar, sentir lo que pensaba y pensar lo que sentía y así
dar sentido a sus necesidades, a sus reflexiones y a sus sentimientos, a sus angustias y a
sus miedos, sentido que le permitió llegar a descubrir la alegría, será quizá por eso, que
el ser humano es el único de los animales que fue capaz de reír y de llorar y de dar sentido
a su esperanza y a sus sueños?

No es tampoco, como ya lo señalábamos antes (supra), solo el sentido de vivir en


sociedad, lo que le da al ser humano su estatuto de humanidad, puesto que otras especies
viven en sociedades de mayor organización y complejidad que la sociedad humana, sino
es el hecho de que el ser humano gracias a la cultura, no solo se conforma con vivir en
sociedad, sino que este, construye la sociedad para vivir. (Godelier).

La cultura, es en consecuencia la que hace posible la constitución del ser humano como
tal, como resultado de su cotidianos esfuerzo por tejer su existencia, por vivir, que le fue
proporcionando un largo acumulado de aprendizajes, experiencias, praxis y tradición, que
le permitió, no solo adaptarse a la naturaleza, sino transformarla y en ese proceso -
parafraseando a Engels- también transformarse a sí mismo.

La cultura, es también la que hace posible que el ser humano se haga presente en el mundo
y en la historia, puesto que desde lo más ancestral del tiempo, el ser humano estará
atravesado por la historicidad y todo lo que este construye será historia; no existen
períodos “Prehistóricos” en la multiléctica del tiempo de la humanidad, ni la historia,
como nos ha hecho creer occidente, se inaugura a partir de la escritura, puesto que esto
implicaría negar que el ser humano estuvo presente como humanidad y como ser
histórico, milenios antes de que aprendiera a escribir, todo lo que su praxis fue capaz de
construir, constituyen aportes vitales para la historia de la cultura y la civilización
humana.

Existen distintas percepciones sobre la periodización de la historia, así la clásica


Arqueología considera el uso de materiales para la construcción de herramientas y divide
lo que erradamente se ha llamado “Prehistoria”, en tres edades, la Edad de la piedra, la
Edad del bronce y la Edad del hierro, la misma que resulta insuficiente para referirse a
periodos más antiguos de la historia humana. La edad de la piedra fue a su vez dividida
en tres periodos y cada uno de ellos en inferior y superior, el Paleolítico o periodo, y que
corresponde a un periodo anterior a la invención de la agricultura, la domesticación de
animales y el uso de los metales; el periodo Mesolítico o periodo medio y el periodo
Neolítico o nuevo que constituye la fase inicial de la sociedad agrícola, anterior al
surgimiento de las ciudades y el uso de los metales. Por otro lado otras periodizaciones
consideran más adecuadamente para referirse a la historia temprana de la humanidad, los
niveles de organización socio política, así se habla de sociedades de Banda, sociedades
Tribales, sociedades de Jefaturas y sociedades Estado; en todo caso, lo que si ya resulta
irrefutable, es que desde los tiempos más tempranos en que el ser humano llega a la
cultura, estará en forma definitiva, humanamente presente en el mundo y en la historia.

Las primeras construcciones culturales

Para tratar de entender cómo se dan las primeras construcciones de la cultura humana,
debemos aproximarnos a la comprensión de la pluriléctica ser humano-naturaleza-cultura.
El ser humano como ser biológico, es naturaleza, en tanto ser de la naturaleza y resuelve
sus necesidades dentro de la naturaleza, pero a su vez, el ser humano representa el punto
en que la naturaleza se trasciende a sí misma, pues fue capaz de construir lo que es más
que naturaleza, la cultura, lo que le posibilitó ir más allá de su herencia biológica gracias
a su capacidad para la creación simbólica lo que le permitió poder dar significado y
sentido a todo lo existente, es allí cuando se construye la cultura y el “ser humano pasa
de ser un mero Homo Sapiens, para construirse como un Homus Simbolicus que es lo que
afirma su estatuto como humano. La cultura le posibilitó un salto cualitativamente
diferente frente a la naturaleza y al resto de especies, para ya no ser un esclavo de ella
sino su arquitecto. (Guerrero. 1996: 2-3) El ser humano en consecuencia, es la
consecución de un largo proceso de la evolución de la naturaleza misma de cuyo proceso
heredó adaptaciones anatómicas muy particulares que le permitirían llegar a la cultura,
esa construcción a través de la cual el ser humano no solo transforma la naturaleza sino
se transforma a sí mismo, heredó por ejemplo la postura erecta y se adaptó a caminar
sobre sus piernas lo que le permitió una mayor perspectiva de manejo del espacio, libero
además sus mano de la función de la locomoción y pudo así dar a las manos otras
funciones.

La vida sobre el suelo y el uso de sus manos para propósitos exploratorios y creativos,
marcaría un nivel evolutivo clave, el desarrollo del cerebro y por tanto de las facultades
intelectuales humanas que le conducirían a la cultura pudiendo encontrarse aquí, un
proceso de retroalimentación mutua entre el cerebro y la cultura que se afectan
mutuamente (Shapiro. 1993: 12-16), pues si de su anterior vida arbórea propia de los
primates, desarrollo una mano que le permitía asirse con mayor seguridad y la capacidad
de oponer el pulgar a los demás dedos, el desarrollo del cerebro daría a las manos
condiciones para que cumplan una función cualitativamente nueva, la posibilidad de
hacer, de sostener y usar herramientas; la mano se transformó así en un “disparador de
una evolución más avanzada” (Shapiro. Ibid). Una mano de esas características marcaría
la diferencia fundamental frente a sus ancestros primates, el ser humano descubrió una de
las construcciones culturales básicas para su hominización, y para la creación de la
sociedad, hacer y usar herramientas, siendo esta quizá la primera gran revolución
específicamente humana, la primera revolución tecnológica; pero quizá, una de las
cuestiones fundamentales, es que el ser humano fue el único capaz de dar un sentido
simbólico al uso de esas herramientas, y de ir aprovechando sus pasadas realizaciones,
desarrollando así una acumulación de un saber temprano, la génesis de una memoria
colectiva, que iría conformando los inicios del acumulado social de su existencia, que lo
ira configurando definitivamente como humano, e inauguraría su caminar ya incontenible
hacia la civilización.

La tecnología como una de las primeras construcciones culturales, permitiría a los seres
humanos tempranos estar en mejores condiciones para dar respuesta a sus necesidades
vitales y para ello recolectaban frutos secos y vegetales comestibles, pero un rasgo
diferenciador muy importante, es que el ser humano a diferencia de otros primates se
orientó al alimento animal que exigía la necesidad de facultades y habilidades, para la
caza de grandes animales como el mamut y el reno, y a la pesca, tuvieron que idear
medios, herramientas, armas y trampas cada vez más eficientes, que impulsaban su
avance tecnológico, las primeras fueron de madera y hueso, luego trabajó la piedra,
desarrollando una verdadera industria lítica, que alcanza su más alto nivel con el trabajo
del sílice, el hacha de piedra más rudamente tallada optimizo su posibilidad de obtener
alimentos que matando con sus propias manos o recolectando frutos silvestres.

Este desarrollo tecnológico aporto para que se empiece la construcción de tempranas


viviendas al modo de chozas que les fue sacando de las cuevas donde habitaban
anteriormente, así como para perfeccionar el arte de la curtiembre para la confección de
sus vestidos trabajados con las pieles de los animales que cazaban. El desarrollo de estas
actividades pudo ser la génesis de una temprana organización económica, de la primera
división del trabajo por género y de una inicial especialización en la fabricación de
herramientas. Así se inaugura la llamada era Paleolítica o edad de la piedra que comenzó
hace unos 2.6 millones de años y se extendió hasta hace unos 10.000 a.n.e.

Al finalizar el Paleolítico inferior, el ser humano alcanza una de los hechos que constituye
una de sus más tempranas victorias frente a la naturaleza, el descubrimiento del fuego,
comprendió que si lograba dominarlo, podría emplearlo para darse luz y calor en las
noches, para defenderse de los animales y para cocinar la carne y otros alimentos, los
mismos que al ser ingeridos contribuirían a un cambio en el metabolismo interno humano,
que ofrecería nuevas condiciones para una mayor evolución de su cerebro, que a su vez
posibilitaría el desarrollo de la faringe, la laringe hasta que estuvo en condiciones de llegar
a la palabra y construir el lenguaje, que constituye uno de los acontecimientos vitales para
el desarrollo de la sociedad y la cultura, pues no es posible concebir el desarrollo de la
sociedad humana y la cultura sin el lenguaje (Donat / Uldrich. 1983: 88). Gracias al poder
de la palabra, todo el acumulado de la experiencia humana podría ser socializado, las
enseñanzas preservadas en la memoria, sus construcciones tecnológicas podían ser
transmitidas, los saberes podían ser compartidos, así como sus angustias y sus sueños y
sus emociones podían ser expresadas; a través del lenguaje el ser humano adquiere la
capacidad de conceptualizar el mundo y la vida y se amplían sus Bioversos de
pensamiento, lo que influirá a su vez en una más profunda evolución posterior de su
cerebro que le dará dimensiones infinitas a su capacidad de sentir y de pensar, es decir de
corazonar.

La dificultad de proveerse de alimento, puede haber sido también el estímulo para el


desarrollo de la cohesión social, comprendiendo que la cooperación resultaba más
ventajosa que el individualismo; algunos arqueólogos consideran que es el Paleolítico
superior entre los milenios 40 y 10 a.n.e. se llega un mayor grado de complejidad social,
deja de existir las hordas o bandas y se constituye los que algunos han denominado la
“sociedad gentilicia” que estaba caracterizada por el predominio del matriarcado como
consecuencia del matrimonio por grupos cuya descendencia no podía establecer quién era
el padre sino únicamente la madre, de ahí que la filiación se establecía por vía matrilineal,
el matriarcado existió por varios milenios en lo que correspondería al Mesolítico y el
Neolítico inferior (Manfred. 1983: 11-12). El carácter más complejo que iba adquiriendo
la sociedad, a su vez conduciría a la necesidad de la creación de normas, de principios
que regulen el funcionamiento de dichas sociedades, así surgirá el tabú que funcionara
como un regulador ecológico y social necesario para la regulación de la conducta humana,
ahí está la génesis del Derecho; todo lo que demuestra fehacientemente, que el ser humano
no se conformó con vivir en sociedad sino que construyo un sentido de la sociedad para
vivir

La vida azarosa del cazador nómada entre la libertad y el peligro constante, la necesidad
de entender y adaptarse a los fenómenos de la naturaleza cargados de poder como una
erupción volcánica, un trueno, el sol recreando la vida, la luna bañando de plata la tierra,
impulso la necesidad de descubrir y manejar las fuerzas espirituales que esta encierra, el
tratar de encontrar una explicación a los misterios del cosmos, de la vida y de la muerte,
condujeron a los seres humanos tempranos, a la búsqueda de una explicación simbólica
de la realidad que darían inicio a los proceso de “eufemización simbólica” (Garagalza)
mediante los cuales podían encontrar un sentido frente a todas aquellas cosas que estaban
más allá de su posibilidad de comprenderlas, como el misterio doloroso de la muerte, para
saber que ella no termina con la vida sino que continua en otras dimensiones cósmicas.
Estas debieron ser las motivaciones que determinarían el surgimiento de los cultos
funerarios, de la magia, del totemismo, de los sistemas religiosos, que los llevo a nutrir
de sentido simbólico a la palabra a través del mito y a sus acciones a través del rito y el
sacrificio, necesarios para mejorar la caza, elevar la fertilidad, dominar las fuerzas de la
naturaleza, que darían a su vez lugar a la creación de la danza, la música, la pintura, cuyas
evidencias las encontramos en pinturas y grabados en su arquitectura lítica sagrada, como
expresiones vitales de la cultura, para ir construyéndose un sentido sobre sus formas de
vivir y de morir.

La génesis del arte ya la encontramos en este periodo desde hace 30.000 años hasta 9.500
a.n.e., las evidencias más antigua que corresponden al periodo de la cultura Auriñaciense
(Alemania) y posterior Magdaleniense (Francia), han mostrado que se tallaron pequeñas
figuras tridimensionales con grabados naturalistas de mujeres y animales en hueso, marfil
o piedra, así como herramientas minuciosamente ornamentadas para dotarles de poderes
mágicos, es de suponer que se trabajó también en otros materiales como piel o madera,
pero que no se han preservado por su carácter no perecedero; a esta forma de arte se la
conoce como arte miniatura, y se destacan el trabajo de pequeñas esculturas llamadas
“Venus” que muestran mujeres desnudas con nalgas, pechos y vientres protuberantes,
representando ancianas, reflejan el culto profundo a la fertilidad y la importancia del
sentido matrístico en ese periodo; la expresión más acabada del arte miniatura es la Venus
de Willendorf (Austria). (Nougier. 1976:17-37).

Encontramos además, el arte mural rupestre, cuya mayor expresión se encuentra en el arte
de Lascaux y Niaux (Francia), y las cuevas de Altamira (España) una de las más bellas
de todo el Paleolítico, y que posiblemente servían de santuarios para el ejercicio de la
magia propiciatoria necesaria para la caza, allí se encuentran trabajos estilizados con
técnicas de pintura, grabado y bajorrelieves, conocían el uso de pigmentos como el
manganeso, carbón y ocres y el uso de la policromía que empleaba colores como el rojo,
amarillo, negro, marrón, y a veces púrpura, los motivos son esencialmente naturalistas y
reflejan su visión del mundo, se muestran sus actividades vitales como la caza de animales
grandes como el bisonte, el caballo y el mamut. Un arte de estas características, solo será
posible con una estabilidad social que potenció en los artistas tempranos la posibilidad de
empezar a dar luz y color a la vida.

Se considera que el ser humano descubrió la noción del número y su forma temprana de
contar, observando su propio cuerpo al observar el número de partes que tenía. El devenir
del tiempo, el transito constante del sol, de la luna, de las estrellas en el firmamento, así
como el sentido multiléctico de la propia naturaleza, posibilitó acercarse a la noción de
ritmo y de ciclos, la misma que posteriormente al asociarse con la de número, posibilitó
un avance en la noción del tiempo, la constatación de los fenómenos naturales y de sus
ciclos, abrió paso al descubrimiento de las estaciones, que en tiempos posteriores
permitiría comprender la existencia de ciclos anuales para el trabajo agrícola y la creación
del calendarios agrícola.(Carter. Op. Cit: 10).

El surgimiento de las sociedades agrícolas

En el periodo que correspondería al Neolítico superior, y que se inicia en el Próximo


Oriente en Irán hace 8.500 a.n.e., se da otra de las grandes revoluciones de la cultura
humana, el descubrimiento de la agricultura y la domesticación de animales,
acontecimiento que solo fue posible como consecución de siglos de especialización de la
recolección de alimentos y la caza iniciada 2.000.000 años antes, a través de un largo
proceso de observación y experiencia, el ser humano fue capaz de aprender que de una
semilla sembrada en la tierra nacía una planta, esta fue la génesis de la agricultura
temprana. La ganadería nace de la caza, el ser humano aprendió que podía mantener vivos
a sus animales cuidarlos, domesticarlos y hacer crecer sus rebaños, tuvo que por siglos
centrar su atención en aquellas especies de animales y vegetales que le resultaban más
útiles para satisfacer sus requerimientos alimenticios, para poder llegar a la revolución
agrícola y ganadera. El trigo y la cebada fueron los primeros productos que se sembraron
y el perro el primer animal que se domesticó, desde Anatolia a Irán se podían ver grandes
extensiones sembradas de tierras y crecieron los rebaños de cabras y de ovejas.

La revolución agrícola y ganadera, traería consigo, cambios profundos en la sociedad y


la cultura humana; así las sociedades pasaron del nomadismo a una forma sedentaria y
pastoril de economía pues los cultivos requerían de cuidado permanente; se da el tránsito
de la sociedad de banda a una forma de organización tribal de la sociedad, así como de la
sociedad matrística a la hegemonía del patriarcado, puesto que las nuevas actividades se
vuelven exclusivas de los hombres, las mujeres se dedican al cuidado de la casa y la
recolección de frutos; la agricultura y la ganadería implicó además nuevos desarrollos
tecnológicos, como la creación del arado, de sistemas de irrigación y de nuevas
herramientas, se deja los instrumentos rudimentarios y se inicia una nueva técnica en el
trabajo de la piedra, la perforación, la aserradura y el pulimentado- de ahí porque se llama
Neolítico a este periodo- y se trabaja además la fabricación de otras herramientas más
complejas como el arco y la flecha.

El descubrimiento de la agricultura y la ganadería contribuyó, a que las sociedades se


expandieran pues mayores cantidades de personas podían alimentarse de lo que se obtenía
de sus parcelas, ahí se da, la génesis de una revolución urbana; las primeras ciudades con
casa de piedras y adobe y con murallas y torres, aparecen en el Próximo Oriente hace
7000 años a.n.e., y el descubrimiento de la arquitectura megalítica cuya expresión más
elevada está en el santuario de Stonehenge (Salisbury-Inglaterra) construida en forma
circular y de herradura con piedras de más de 4,20 mt. de altura y un peso de 40 toneladas
y que debió movilizar el trabajo de más de 2000 personas (Nougier. 1976: 47), el santuario
levantado por orden de una jerarquía sacerdotal y política, estuvo dedicado al culto del
sol, esta construcción muestra el nivel de desarrollo que habían alcanzado esas
sociedades, que nos han dejado un símbolo para que perdure a través del tiempo, para que
nos hable de cómo el ser humano ya en periodos tan tempranos, buscaba dar respuesta a
los misterios de la naturaleza, del cosmos, de la vida y la muerte.

Otro de los acontecimientos que marcaría un desarrollo profundo de la cultura humana,


es la revolución alfarera y de los metales; la fabricación de cerámica permitiría la cocción
sistemática de alimentos, y un arte cerámico con fines utilitarios y rituales. Dentro del
arte de los metales, inicialmente aprendió a fundir el cobre, pero dado su carácter blando
descubrió que aleando el cobre con el estaño podía obtener el bronce, hasta llegar
posteriormente a trabajar el hierro, lo que le posibilitaría la creación de más complejas
herramientas de trabajo como el arado, el torno del alfarero y el telar y también mejores
armas para la guerra; ya hace 6.000 a.n.e., se fabricaba utensilios de barro y 5.000 a.n.e.,
ya se halla consolidado el trabajo de los metales, llegando a emplear el oro para la
elaboración de objetos empleados con fines decorativos y rituales.

El desarrollo de la agricultura y la ganadería, posibilitaran un acelerado desarrollo urbano


que trajo consigo formas más complejas de organización de las antiguas creencias y de
sus prácticas rituales, la religión politeísta adquiere un carácter más institucionalizado y
articulado al ejercicio del poder político y económico, lo que implica la adquisición de un
mayor poder simbólico de los administradores de los sagrado, los antiguos shamanes
pasaran a ser los nuevos sacerdotes, se construyen grandes templos y se politiza el ritual
y el culto; la organización económica se vuelve más compleja así como los sistemas de
intercambios y la división y especialización del trabajo; el incremento de la producción
hace posible procesos de acumulación que conducirá al aparecimiento de la propiedad
privada y con ello a la ampliación de la estratificación social y la división de la sociedad
en clases, las clases dominantes serán las que controlen la riqueza y el poder político ya
sea como jefes de las tribus o como miembros del consejo de ancianos, lo que hace que
la cuestión del poder y su ejercicio pasa a ser uno de los centros que mueve la acción
política, la guerra será el mecanismo necesario para la afirmación de ese poder y la
expansión territorial y económica, a través de la guerra se inaugura un temprano sistema
de esclavitud que a lo largo de la historia ira cambiando de matices, pero que estará
siempre contra la dignidad humana.

La marcada división de la sociedad en clases y las desigualdades existentes, requiere de


la creación de una nueva institución que viabilice el ejercicio del poder y permita un más
eficiente control social, el Estado; la constitución de las sociedades Estado inauguran una
nueva etapa en la historia de la cultura humana; con la creación del Estado se vuelven
más complejos los mecanismos de control social, se crean nuevos órganos para el
ejercicio del poder como los tribunales, las cárceles, el ejército y se van estructurando los
primeros códigos de leyes que encuentran su más alta expresión en el Código de
Ammurabi.
El crecimiento de las sociedades rurales entre los ríos Tigris y Eufrates, así como en
Egipto o la India, hicieron posible el surgimiento y consolidación de las sociedades
urbanas, una de las más grandes parece ser la de Obeld que fue la cabecera del Golfo
Pérsico, hace 4.000 a.n.e. En Mesopotamia se levantaron los cimientos de lo que será
Sumeria, que marca el desarrollo hacia lo que los historiadores han llamado las
“civilizaciones” o las “Altas culturas primarias”.

“LAS ALTAS CULTURAS TEMPRANAS”

Patricio Guerrero Arias


Los labios de la sabiduría
permanecen cerrados, excepto
para el oído capaz de comprender.
El Kibalion

Cuando has de elegir entre varios caminos,


elige siempre el camino del corazón.
El que elige el camino del corazón, no se equivoca nunca.
Proverbio Sufi.

INTRODUCCIÓN

El desarrollo precedente de las construcciones culturales generadas por el ser humano,


hará posible el surgimiento de estructuras civilizatorias que expresan formas de
complejidad muy grandes, no solo con relación a su estructura socio-política, sino en
cuanto al desarrollo del multiverso total de su cultura; aquí se inician los aportes
substanciales de las grandes civilizaciones antiguas.

En la presente unidad estudiaremos las civilizaciones que se asentaron en el Valle del


Tigris y el Eufrates, que los griegos llamaron Mesopotamia o país "entre dos ríos", que
fue el escenario del nacimiento de antiquísimos Estados, como el de Sumer y Acad y el
reino de Babilonia, y es considerada la cimiente de los grandes aportes civilizatorios
resultante de una rica diversidad étnica, Sumerios, Semitas, Indoeuropeos. Allí se
asentaron las civilizaciones de Sumeria, Babilonia y Asiría, estos pueblos de agricultores,
asentados en el sur de la Mesopotamia a las riberas del Golfo Pérsico, desarrollaron un
imponente sistema de irrigación, y una estructura socio-política sustentada en el
esclavismo y el tributo como base del sostenimiento de las clases dominantes; toda la vida
cultural desde la literatura a las ciencias, estaban supeditadas a una religión marcada por
un claro politeísmo.

Egipto Constituye una de las más altas civilizaciones de la antigüedad, ahí se crea el
primer Estado Nación del mundo; su concepción en torno a la muerte va a marcar el
desarrollo de toda su vida, de su religión así como de sus expresiones socio políticas y
culturales; una de las muestras más importantes de su desarrollo cultural, la encontramos
en la construcción de sus ciclópeas pirámides construidas como monumento supremo
frente al culto de la muerte. Los egipcios aportan la escritura jeroglífica en papiro, así
como impulsan el desarrollo de las ciencias el arte y fundamentalmente de la arquitectura.
Una de las muestras más bellas de su literatura la encontramos en El Libro de los Muertos
en el que podemos ver reflejada poéticamente la mágica cosmovisión de una de las
civilizaciones cuyos aportes culturales se preservan hasta el presente.

A las orillas de los ríos Ganges e Indo y a los pies de los Himalayas, se desarrolló una
cultura que aportó la oculta clave de los idiomas y las filosofías, del arte y las ciencias,
así como del misticismo, de la espiritualidad y la literatura, la cultura India. En ella
encontramos tres movimientos religiosos que marcaron toda su vida social política y
cultural, el hinduismo, el Jainismo y el Budismo.

Muchos son los aportes de la India a la cultura humana, pero quizá el más importante de
todos, es la dimensión espiritual en torno a la vida, la sociedad y el ser humano, dejando
una serie de enseñanzas y sabiduría, que aun ofrece luz para iluminar los caminos del
actual transitar de la humanidad.

Para una aproximación al pensamiento Hindú hemos seleccionado pasajes del libro de la
sabiduría del bosque o de Los Upanishad, que constituye una fuente muy importante de
gran parte del pensamiento Hindú, al que le precede un estudio introductorio de Geoffrey
Parrinder, que nos permitirá entender mejor el marco histórico y cosmogónico de los
textos.
LOS SUMERIOS
Patricio Guerrero Arias
Los guerreros de la luz a menudo se preguntan
qué están haciendo aquí.
Y muchas veces piensan que sus vidas no tienen sentido.
Por eso son guerreros de la luz.
Porque se equivocan. Porque preguntan.
Porque siguen continúan buscando un sentido a la vida.
Y porque acabaran encontrándolo.

Un guerrero de la luz presta atención a los ojos de un niño.


Porque ellos saben ver el mundo sin amargura.

Para el guerrero de la luz no existe “mejor” o “peor”,


Cada uno tiene los dones necesarios, para su camino individual.
Paulo Coelho.

Como Resultado de oleadas migratorias llegaron a lo que hoy son Irán e Irak, hace unos
6000 años, un pueblo de pastores nómadas que se denominaba a sí mismo “cabezas
negras” y se asentaron en la región de Sumer, a los que se conoce como Sumerios, el
pueblo más temprano de la antigua Caldea, quienes son considerados los “pioneros de la
civilización” sustentada en la agricultura y el comercio, fueron los que construyeron las
primeras ciudades-Estado administradas por sus propios reyes, como Erech, Nippur,
Eridu y la famosa Ur entre otras, inventaron vehículos con ruedas, desarrollaron un
sistema formal de gobierno, el primer lenguaje escrito, desarrollaron un estilo propio de
arte y de arquitectura, así como una literatura en la que reflejan bellamente toda su
cosmovisión y racionalidad.
Ur constituye la más famosa ciudad-Estado construida con ladrillos de arcilla secados al
sol por los Sumerios, quienes creían que estaba regida por Nanna el dios de la luna quien
habitaba con su esposa la diosa Ningal en la parte noroeste de la ciudad en un zigurat una
torre de base cuadrada que había sido construida en su honor y a la que acudían para el
pago de impuestos y la realización de los cultos que eran administrados por los reyes-
sacerdotes que administraban la ciudad-Estado. La ciudad de Ur llega a albergar 350.000
habitantes dedicados especialmente al comercio. (Carter. Op. Cit: 12)

La religión de los sumerios era politeísta, el panteón sagrado tenía entre 3 y 4 mil
deidades, la mayoría eran dioses antropomórficos personales y locales, cada ciudad estaba
bajo la protección de un dios mayor y cada casa tenía una deidad que protegía los intereses
familiares; las familias ricas se construían estuantillas para ponerlas en los templos como
sus intermediarios ante lo sagrado.

Entre los dioses sumerios podemos encontrar: An dios del cielo y padre de todos los dioses
y protector de Uruk. Dumuzi dios de la vegetación y la fertilidad que moría en invierno y
renacía con la primavera. Enlil dios del viento que separaba el cielo de la tierra y era el
creador de otros dioses menores como sus ayudantes, era el protector de la ciudad de
Nippur. Enki el dios ordenador del caos y que les enseño la agricultura y la ingeniería.
Enki dios de las aguas dulces, ríos, lagos y pantanos, protegía Eridu. Nanshe la diosa de
los pueblos y la pesca regia Nina. Utu dios del sol portador de la justicia y la equidad
protegía Sippar. Ninurta dios del trueno y las tormentas primaverales protegía Girsu.
Inanna era la diosa de los almacenes de la fertilidad y de la estrella de la mañana y de la
tarde gobernaba la ciudad sagrada de Nippur en donde estaban los templos de todos los
dioses principales, según los textos sagrados ahí se reunían los dioses en consejo para
determinar el buen gobierno del mundo. (Carter. Ibid. / Ripol.1972: 64 / Meadow. 1993:
178)

Para el culto a sus dioses levantaron monumentales templos como el Templo Blanco de
Anu su dios del cielo, y el templo con mosaicos de tres colores de Anni la diosa de la
fertilidad y del amor administrados por sacerdotes que parecen ser los que inician las
primeras especializaciones ocupacionales, eran los encargados del culto y los rituales pero
sobre todo de la administración de los diezmos, la función de los sacerdotes y los templos
además de religiosa, fue esencialmente política y económica.

La concepción de la muerte estaba marcada por una vida en un mundo futuro en el que
debían estar vestidos con plumas de ave y sentados en la oscuridad comiendo polvo y
barro, el acceso a este mundo futuro al igual que en la tierra se lo hacía según su rango
social; los muertos son inhumados en sus necrópolis llamadas cementerios como hasta
hoy, sobre el costado y sosteniendo un vaso en la boca, en caso de la nobleza eran
enterrados con sus pertenencias más preciadas sus joyas, armas e instrumentos musicales
e incluso con sus esposas, servidores y esclavos a fin de que le acompañen y le sirvan en
el más allá.

Según la mitología sumeria, todos sus dioses morían cada año en invierno, para renacer
nuevamente a la vida en verano, gracias los ritos de la fertilidad y las fiestas que se hacían
en su honor. La vida cotidiana, terrestre y profana, tenía una total dependencia de la vida
en el cielo, puesto que cada acto que se hacía en la tierra, tenía repercusión en el mundo
de los dioses; de igual manera, todo acto del mundo uránico o celeste, debía repetirse en
el mundo telúrico. Es por ello que esta simbólica unión entre el dios del cielo y la diosa
de la tierra, era rememorada con la unión mística y física entre hombres y mujeres, que
fue el germen para institucionalizar la prostitución sagrada, que se practicó en casi todas
las religiones mesopotámicas. (Coppel. 1971:43)

Uno de los grandes aportes de los sumerios a la cultura humana, es el desarrollo del
lenguaje escrito más antiguo que se haya conocido. Inicialmente emplearon pictogramas
o escritura ideográfica a través de dibujos y signos, que luego se desarrollaría hasta llegar
a la escritura cuneiforme y silábica, que era estampada en tablillas de barro o cuñas, que
al endurecerse se conservaban, permanentemente; los documentos más antiguos de Uruk
emplean más de 900 signos, la mayoría son ideogramas que representan palabras, la
escritura haría del trabajo de los escribas, uno de los más importantes, por la dificultad en
el aprendizaje del desciframiento de los signos, para ello se construyeron escuelas junto
a los templos, los escribas tenían como función llevar el registro de los bienes de sus
divinidades. Para los documentos comerciales y oficiales, empleaban cilindro-sellos que
hacían rodar sobre tabitas y dejaban impreso la escritura pictográfica o cuneiforme.

Uno de los brillantes aportes Babilónicos a la literatura Universal, es el poema La


Epopeya de Gilgamesh, en el que el legendario rey de Erech, decide hacerse inmortal
viajando al océano de la muerte en donde se encuentra con Utnapischtim un semidiós
inmortal que le narra como los dioses provocaron el gran diluvio universal para destruir
la humanidad por haberse vuelto muy bulliciosa y que gracias a la advertencia del dios
Ea, pudo escaparse en una barca; Utnapischtim enseña al Gilgamesh que la inmortalidad
reside en una planta que este encuentra pero que la pierde ante una serpiente, por ello
advertirá desesperado a los hombres que su destino es envejecer y morir; este celebre
poema, es la primera referencia de la humanidad en que se narra el mito del diluvio
universal que posteriormente se difundirá en las demás civilizaciones. El poema narra
entre la realidad y la leyenda, una serie de epopeyas y hazañas de Gilgamesh, como su
lucha contra el gigante Humvava, o su victoria contra el “toro del cielo” enviado contra
él por haber rechazado a Inanna la diosa del amor. (Carter. Ibid. / Wheeler. 1983: 27).

Su sistema socio político se caracterizó por no tener centralidad política, puesto que cada
ciudad-Estado o Patesios estaba administrada por reyes-sacerdotes llamados Patesis que
consideraban tenían el poder por mandato de su divinidad que regía la ciudad; existía
además un consejo de ancianos que pertenecían a las clases dominantes; esta falta de
unidad política fue la causa de sus continuas guerras entre las ciudades-Estado que
provocaría su posterior decadencia. La sociedad sumeria estaba claramente dividida en
clases, las clases gobernantes con los Patesis a la cabeza; las clases sacerdotales de los
Ensi; los escribas; los militares, los agricultores, los artesanos, y al final de la escala social
los esclavos. La comunidad rural debía pagar impuestos a su monarca, el diezmo o la
décima parte de su producción a los graneros del rey y a sus dioses. Para la construcción
de templos y palacios se empleaba la mano de obra esclava. Estaba muy desarrollada la
noción de propiedad privada de la tierra controlada por familias extensas cuyo proceso
de acumulación lo hacían a través de las guerras o el control del agua, proceso de
acumulación que ampliaba estratificación social y hacia conflictiva la división de la
sociedad en clases.

Sus aportes científicos fueron notables en conocimientos matemáticos y astronómicos,


que estaban ligados a la actividad agrícola. Los Sumerios conocían el sistema de
numeración sexagesimal, que les permitió establecer una hora de 60 minutos y la división
de la circunferencia en 360 grados, que se preserva hasta el presente.

Los sumerios fueron los primeros en descubrir los principios de la agricultura, la relación
entre la semilla, el suelo el agua y el ciclo climático anual; la cebada fue su principal
producto que sería empleado también como moneda; sin embargo el modelo de
agricultura intensiva que implementaron, inicia una práctica ecocida antiecológica que se
ha preservado y agudizado hasta el presente, puesto que creían en la inagotabilidad de los
recursos, en la infinita fertilidad de la diosa tierra que les daba todo lo que ellos recogían,
práctica que después contribuyo a la desertización de la región. Para mejorar la
agricultura, los sumerios desarrollaron conocimientos para el manejo de los ríos a través
de grandes obras de ingeniería hidráulica para la construcción de diques, canales de
avenamiento, embalses y presas para transportar y almacenar el agua y fertilizar sus
tierras; para el almacenamiento de granos construyeron grandes edificios llamados
graneros que estaban cerca de los templos y las casas. Desarrollaron la domesticación de
animales e iniciaron la ganadería, criaban ovejas, cabras y cerdos, este último considerado
impuro y que solo comían los pobres. Todo el saber sobre el trabajo agrícola, pastoril, y
de los metales, se encuentra en “El Almanaque del Agricultor”, uno de los textos más
antiguos de la Mesopotámia que tiene profundo valor etnográfico, puesto que allí se
realizan detalladas descripciones sobre estas prácticas que fueron la base de su economía.
(Carter. Op. Cit.: 15 / Meadow. Op. Cit.: 162).

Uno de los grandes progresos técnicos que aportan los sumerios, está dado por el
descubrimiento del principio de la rueda, que fue inicialmente aplicado al desarrollo del
transporte, aparece así el carro tirado por asnos para uso cotidiano, pero luego será
empleado con fines militares como carrozas de guerra; la rueda posibilito también
impulsar la actividad alfarera, pues el descubrimiento del torno del alfarero, les permitiría
la elaboración de vasijas con mayor rapidez, más perfección y en consecuencia, un
aumento notable de la producción.

Con relación al arte de los sumerios, este se caracterizó por un carácter más vívido que
otras civilizaciones. Se destaca el trabajo alfarero, construían ladrillos secados al sol o
cocidos en horno para la construcción de sus casas. El arte cerámico es notable, trabajaron
inicialmente con la técnica del modelado a mano, las piezas eran decoradas
individualmente; luego, el torno del alfarero les permitirá la estandarización en la
confección y decorado de piezas; conocían ya el trabajo de la cerámica policroma para el
que empleaban finísimas pastas bellamente adornada cuya temática es esencialmente
abstracta geométrica y naturalista, se destacan las esculturas de arcilla representando
figuras femeninas zoomórficas que demuestran la importancia al culto de Innin su diosa
de la fertilidad; esculpían además estuantillas que representaban a sus distintos dioses o
demonios para el culto familiar, como también a sus autoridades, ahí se encuentran los
retratos más antiguos que se han conservado; en cerámica trabajaron también las cuñas
para la escritura así como los sellos para el registro de la contabilidad de sus negocios.
Una de sus más altas expresiones del arte lo testimonia el famoso ”Estandarte de Ur” un
monumento en forma de facistol que representa en sus cuatro caras a base de un mosaico
de marfil sobre lapislázuli, que narra gráficamente múltiples escenas de las dos caras de
la vida sumeria, la paz y la guerra. (Carter. Ibid / Meadow. Op. Cit.: 165).
Conocían en trabajo de los metales y emplearon el uso de moldes, fabricaron bellísimas
joyas en oro, perlas, cornalina y lapislázuli. Una muestra elevada de su arte fueron los
magníficos instrumentos musicales, liras, arpas, que los empleaban en sus celebraciones
y en sus fiestas. Los sumerios son la génesis de la arquitectura urbana y de la arquitectura
vertical que caracterizaron las construcciones sagradas mesopotámicas, los templos
sumerios llegaron a tener las dimensiones y belleza de las catedrales góticas: otro ejemplo
de su mega arquitectura son los zigurats gigantescas torres de varios pisos, como la
famosa Torre de Babel de la que se habla en la Biblia.

Los sumerios desarrollaron los medios de transporte, pues el descubrimiento de la rueda


los llevo a la construcción del carro con dos ruedas que fue empleado con fines
domésticos, empleando como animales de tiro, el asno, el caballo, el buey que lo
utilizaron para mejorar la agricultura y posteriormente con fines militares. El desarrollo
del transporte permitiría a demás un incremento del comercio exterior e interior.

A pesar de todos los problemas políticos y militares, la civilización sumeria no pereció,


puesto que a pesar de haber sido absorbida por Babilonia y luego por Asiría, influyo
notablemente a estas civilizaciones e incluso al propio Egipto.

LOS BABILONIOS
Patricio Guerrero Arias
La sabiduría es una carrera hacia lo mejor de lo mejor. Tiene principio pero no tiene fin.

El Amor sin límites, la Rebelión contra la injusticia, y la Libertad sin ataduras, son
manifestaciones del hombre divinizado.

Que valor tendría la Vida, si no tendría la dicha de ser bendecida por la mano del Amor?

No basta ser filósofo, poeta o político, lo importante ser hombre.

La maestra que no tenga ternura, no podrá educar.

Guráieb
A finales del tercer milenio penetran procedentes de Arabia, en la región de Sumer tribus
elamitas y en la región de Acad tribus amoritas de lengua semita, que ocupan todo el valle
mesopotámico, la lucha entre estas dos tribus se define con el triunfo de los amoritas, que
traerá como consecuencia el surgimiento de Babilonia (la puerta de los dioses), heredando
mucho de los aportes culturales se los sumerios, lo que permitirá que en muy poco tiempo
se vuelva un gran imperio político, económico y cultural, cuyo mayor esplendor será
alcanzado durante el reinado de Hammurabi. (1792-1750 a.n.e.). Babilonia emplazada en
una región desértica junto al rió Eufrates, conocida por sus extraordinarios jardines
colgantes y su Bíblica Torre de Babel, fue la capital de un imperio que duro 1500 años.
(Carter Op. Cit.: 33 / Manfred. Op. Cit.: 23)

La organización social Babilónica, estaba claramente estratificada en cuatro clases


principales inferiores al rey: los nobles, la clase media, los hombres libres de baja estirpe
y los esclavos. Estuvo gobernada por sacerdotes-científicos que estudiaron astronomía y
perfeccionaron el sistema numeral sumerio; los escribas ocupaban un lugar privilegiado
en la sociedad Babilónica tan alta como los sacerdotes, eran los encargados de escribir y
conservar los textos de literatura sagrada, poesía y de historia que se guardaban en los
palacios y en los templos en grandes bibliotecas para ser enseñados en las escuelas. A los
esclavos se les estaba permitido casarse con ciudadanos libres y sus hijos podrían ser
libres a la muerte de sus padres.

Su economía era basada en la agricultura y el comercio, en el reinado de Hammurabi se


desarrolló la construcción de gigantescos canales de riego para fertilizar sus campos,
cultivaban cebada que la empleaban para hacer pan sin levadura y cerveza para la dieta
diaria, además, el mijo, el centeno, el trigo y el arroz. Cocían sus alimentos con miel,
leche aceite de sésamo y frutas para hacer pasteles y galletas.

El desarrollo económico alcanzado por Babilonia generó una gran diversidad de


especializaciones, artesanos orfebres, ceramistas, carpinteros, tejedores, hilanderos,
canteros, panaderos, así como agricultores comerciantes, etc., lo que permitió un notable
impulso de la empresa privada. El comercio alcanza un notable desarrollo, se
comerciaban cereales, ganado y por supuesto esclavos. Las profesiones se hacen rentables
como el sacerdocio, al igual que la venta de servicios, los prestamos, depósitos y el
arrendamiento de cosas y servicios. Algunos templos de sus dioses que regían el
comercio, eran empleados como centros comerciales. El Estado realizaba sus
transacciones por medio de funcionarios los tamkaru que actuaban como mercaderes,
banqueros y agentes gubernamentales. (Carter. Ibid)

Todo esto determino la necesidad de dictar leyes que regulen los contratos y las
transacciones económicas, así como la conducta social, encontrando su más alta
expresión en el surgimiento de El Código de Hammurabi, considerado la más temprana
colección de leyes que se conocen en la historia, en la que se expresa su visión del orden
moral y la ley, para regular las ofrendas a los dioses y las relaciones entre las personas, la
defensa de los huérfanos y las viudas. Uno de sus preceptos morales prescribía lo
siguiente “Si un hombre acusa a otro de adulterio con la esposa de un hombre libre y el
acusado ha sido absuelto por la prueba del río, el demandante pagara veinte shekeles de
plata” (Wheeler. Op. Cit: 24). Se pude encontrar aquí la génesis de un sistema de Derecho,
de la normatividad legal, y por ello se considera a Hammurabi, el primer legislador de la
historia. El Código de Hammurabi está tallado en un poste basáltico y cuenta con 282
artículos llamados “Decretos de equidad” que se promulgaba bajo la protección de
Shamash dios solar de la justicia; el Código tiene un enorme valor antropológico, pues
nos permite comprender la estructura económica, política y social del imperio Babilónico.

Si bien la normatividad de Hammurabi tiene un claro carácter clasista, propio de una


sociedad esclavista, muchos de sus aportes son importantes incluso hasta nuestros días,
Por ejemplo anteriormente en Babilonia estaba permitida la esclavitud por deudas, y si
un deudor no podía pagar su préstamo, en el plazo determinado, debía pagarlo con su
trabajo y el de su familia durante toda la vida; el Código de Hammurabi revoluciona esa
situación y determina esclavitud por deudas por solo tres años y establece que además los
esclavos podían comprar su libertad y casarse con mujeres libres. Si bien por un lado
preserva el derecho de propiedad de las clases nobles, sacerdotes, esclavistas y
comerciantes, pero por otro busca regular que no se cometan abusos por parte de estos
contra los débiles.
Con relación a las actividades agrícolas, artesanales y comerciales, establece una
verdadera tipología de ocupaciones y determina la primera regulación de salarios para
cada una de ellas. Por primera vez garantiza la defensa de los derechos de la mujer y de
los niños y también legisla con relación a la normatividad que deben cumplir las familias,
defiende el matrimonio y castiga severamente el adulterio. Además regula los bienes
personales, los bienes raíces, el comercio y los negocios, el trabajo y hasta autoriza la
práctica de la prostitución sagrada, y determina todo un sistema de sanciones y multas
ante el incumplimiento de sus disposiciones. Aquí se encuentra la raíz de la “Ley del
Talión” que prescribía que un delito debía ser pagado “ojo por ojo diente por diente”. Un
progreso notable se da en el carácter secular de su código, al regular los rituales mágicos
y la acción de los sacerdotes a quienes merma de su poder político, pues determina que
los funcionarios del Estado debían ser solo ciudadanos civiles. Por todo ello, el Código
de Hammurabi, constituye uno de los aportes más importes de Babilonia al desarrollo de
la cultura humana. (Manfred. Op. cit.: 24 / Salvador Lara. 1960: 44-49)

La arquitectura alcanza en Babilonia un desarrollo notable, tanto en la construcción de


sus casas, pero más aún en su arquitectura sagrada y en la construcción de sus edificios
públicos, empleaban ladrillos vidriados azulados decorados con seres míticos protectores;
las ciudades son amuralladas y albergaban más de 200.000 personas. Una de las más altas
expresiones del arte arquitectónico Babilónico, son sus famosos jardines flotantes,
considerados una de las maravillas del mundo, así como el zigurat más alto construido en
homenaje a Marduk el dios principal de la ciudad, al que se hace referencia en la Biblia,
la Torre de Babel o “puerta de dios” que según creían los judíos fue donde dios furioso
por su construcción, confundió las lenguas de las gentes y origino los diferentes idiomas;
lo que es probable, es que los judíos que vieron el zigurat se sorprendieron por su gran
altura, así como por la cantidad de gente de diversas nacionalidades que allí trabajaban y
hablaban distintas lenguas que no comprendian, y prefirieron dar una explicación mítica
al asunto. (Carter. Op. cit.: 33)

Según la mitología Babilónica todas las cosas surgieron de la fusión del agua dulce con
el agua salada. Las divinidades originarias fueron Anu el poderoso y Ea de superior
inteligencia y padre de Marduk. Tiamat la gran diosa madre soberana del mar y
representante del caos a la que Marduk destruyo en feroz batalla con tormentas y vientos
terroríficos y utilizó su cuerpo para crear el mundo y proclamarse como el dios supremo,
dios de dioses; Marduk gracias al poder de la palabra, ordena el caos, separa los elementos
y organiza el mundo celeste y determina las funciones subalternas para los otros dioses;
de igual manera, mezclando sangre del dios Kingu con arcilla e insuflándole el soplo de
la vida, Marduk crea la humanidad; acontecimientos que se narran bellamente en una de
las obras más monumentales de su literatura “La Epopeya de la creación”. (Coppel. Op.
cit.: 49).

Entre otros dioses podemos encontrar además a; Ishtar llamada también Astarté la diosa
del amor, la fertilidad y la naturaleza, ella descendió al Hades o infierno para devolverle
la vida a Tammuz su amante muerto, mito que simbólicamente representa el renacimiento
de la vida de las plantas en primavera, después que estas mueren en el invierno. Las
conmemoraciones religiosas eran celebradas por varios días, siendo la más importante la
del Sabbath la conmemoración de año nuevo que duraba de 15 a 20 días. (Carter. Op.cit.:
34).
Entre los babilonios estaba muy desarrollado el culto a los muertos, creían en la
supervivencia del alma después de la muerte, así como en la existencia de un infierno o
Hades al que llamaron “lugar al que no se puede ir”; el alma de los muertos según haya
sido su conducta terrena, subía a un monte para encontrase con su propia conciencia, allí,
se metamorfoseaban en un nauseabundo brujo si había obrado mal, o en una radiante y
luminosa joven si había obrado con virtud; el alma era sometida a un juicio, luego del
cual debía recorrer un puente tendido sobre los abismos de los infiernos, el injusto caía
para siempre al infierno, mientras que el virtuoso, llegaba la otra orilla para gozar de la
vida feliz del reino celeste. (Coppel. Op. cit.: 50).

Los babilonios practicaban la prostitución sagrada, testimonio de estas prácticas ya las


describió Herodoto, considerado el padre de la historia y la Antropología, quien narra en
sus descripciones, que en Babilonia, todas la mujeres tenían la obligación de prostituirse
por lo menos una vez al año en honor a la diosa del amor Istar, práctica que incluso estaba
autorizada en el propio Código de Hammurabi.

Los conocimientos científicos de los babilonios, estaban directamente articulados a su


visión del cosmos y la tierra y su relación con la agricultura. Concebían que el mundo
estaba sujeto al capricho de sus dioses, y con el fin de conocer cuál era su destino y lo
que los dioses harían, desarrollaron una ciencia adivinatoria descifrando las entrañas de
los animales, interpretando los sueños o presagios y el vuelo de las aves que creían traían
mensajes de los dioses de distintas regiones; aunque una de las claves más importantes
estaba en la Astrología que les permitía el estudio de los movimientos planetarios y de las
estrellas, poder estar en contacto con Júpiter o la estrella de Marduk su dios supremo que
regía el orden de los astros, los mismo que debían estudiar a fin de poder predecir los
acontecimientos que rigen la vida del cosmos, de la naturaleza y la sociedad, esta ciencia
era practicada por los sacerdotes, los mismos que la emplearon para vaticinar cuestiones
ligadas al Estado, como las cosechas, las inundaciones, las invasiones, las guerras, o la
vida de sus emperadores, lo que les permitió ganar un importante poder. Esa capacidad
de predicción del destino humano a partir del desciframiento del lenguaje de las estrellas,
les conduciría a los astrólogos a la creación de los horóscopos personales cuya influencia
llega hasta nuestros días. Desarrollaron además la Astronomía como verdadera ciencia,
en su afán de comprender los infinitos misterios del Bioverso, para ello inventaron el
Astrolario, el más antiguo instrumento empleado para medir los cuerpos celestes y
estudiar sus movimientos; los Astrónomos registraban los eclipses de sol y de luna y
conocían perfectamente los ciclos de la naturaleza que les permitió descifrar las
estaciones y crear el calendario.

Dentro de las contribuciones a las matemáticas, a partir de los aportes hechos por los
sumerios, desarrollaron las cuatro operaciones matemáticas, conocían los números
quebrados simples, la elevación al cuadrado y al cubo y la extracción de la raíz cuadrada
y cúbica; conocían el sistema sexagesimal del que perdura la división de la circunferencia
en 360 grados el sistema decimal subsistió con otro basado en el número 60 y subdividido
en 12, un sistema de signos cuneiformes representaban los números hasta el 59 que podían
añadirse al símbolo que representaba el 60. Calcularon la órbita de cinco planetas
observando los ciclos lunares y establecieron el calendario, un año lo dividían en meses,
un mes en días, un día en 12 roms equivalente a 12 horas y la hora en 30 minutos, el rom
se subdividía en minutos y estos a su vez en segundos. Alcanzaron también notables
progresos en la ciencia médica y en la cirugía. (Carter. Ibid)
LOS ASIRIOS

Patricio Guerrero Arias

Si conoces a tu adversario y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien


batallas. Si te conoces a ti mismo, pero no conoces a tu adversario, por cada victoria
sufrirás una derrota. Si no conoces a tu adversario, ni te conoces a ti mismo,
sucumbirás en todas las batallas.

Sun-Tzu

Quien conquista a los demás es fuerte; quien se conquista a sí mismo, es poderoso.

Lao-Tsé.

Permíteme buscar en el campo de batalla de la vida, no aliados sino mi propia


fortaleza.

Rabindranath Tagore.

La civilización Asiría tuvo su centro en el rio Tigris al norte de Babilonia. Son conocidos
como invencibles conquistadores como los supremos señores de la guerra y a veces se
habla de ellos solo por su crueldad, sin embargo gracias su profundo interés por la cultura,
pudieron almacenar información en grandes bibliotecas, gracias a las cuales podemos hoy
conocer la historia de las civilizaciones mesopotámicas.

Los Asirios disponían de tierra menos fértil que sus vecinos sumerios y babilonios y por
ello, ante la necesidad de la sobrevivencia de una población cada vez más creciente, se
vieron obligados a convertirse en un pueblo guerrero, que ataco y venció a pueblos
vecinos logrando así crear un gran imperio militarista que les permitió conquistar Siria y
Fenicia, los reyes de Tiro e Israel les pagaban tributo; el imperio asirio incluia la parte
central y oriental de Asia Menor, Mesopotamia, Siria, Palestina y parte de Egipto, que
para aquellos tiempos constituía un verdadero imperio mundial.

Los Asirios se convirtieron en los más grandes expertos en el “arte y la ciencia de la


guerra”, para ello desde muy pequeños todos los varones eran incorporados al ejercito
para darle formación militar; desarrollaron una tecnología bélica superior a la de cualquier
otro pueblo en ese tiempo; como por ejemplo los rápidos carros de guerra así como el
empleo de armas de hierro, lo que les daba una indiscutible superioridad sobre sus
enemigos. Supieron ganarse la fama de un pueblo cruel puesto que degollaban, empalaban
y quemaban vivos a sus enemigos y utilizaron esto como estrategia para hacer crecer el
pánico de sus enemigos. (Carter. Op. cit. :14-15).

Los Asirios emplearon como estrategia de dominio, respetar las tradiciones y cultura de
los pueblos que sojuzgaban, al conquistar una ciudad conservaban sus bibliotecas y
hacían que sus escribas traduzcan esos conocimientos a su lengua Asiria, a fin de que ese
conocimiento pueda ser enseñado y aplicado. La biblioteca de Asurbanipal en Ninive,
constituye una de las más monumentales bibliotecas del mundo que coleccionaba y
sistematizaba los conocimientos registrados hasta la época, estaba clasificada en
secciones destinadas a los conocimientos sobre la didáctica de montar a caballo, sobre el
arte de la guerra; sobre matemáticas, astronomía, física, medicina, religión, historia, arte
y literatura, es por ello que se le considera una de las bibliotecas más importantes en la
historia de la acumulación del saber humano; gracias a la preocupación intelectual de este
rey, hemos podido acercarnos al conocimiento actual de la ciencia, la literatura y el arte
de la civilización mesopotámica.

La principal capital del imperio Asirio fue Asur y posteriormente Ninive ciudades
monumentales que se destacaban por sus grandes construcciones arquitectónicas, fueron
imponentes sus templos y zigurats, construyeron palacios con accesos flanqueados por
toros alados con cabezas humanas, y en cuyos muros dejaron inscrito en piedra, un
recuento de sus hazañas militares.

Desde el punto de vista socio político, Asiría era un estado militarista esclavista regido
por la autoridad suprema de un rey guerrero cuyo poder provenía directamente del dios
supremo de la guerra Asur, a quien teórica y prácticamente pertenecía la tierra, la misma
que donaba a sus funcionarios y soldados veteranos en pago por sus servicios. El
esclavismo estaba cruelmente institucionalizado y el comercio de esclavos era una
actividad muy desarrollada, millares de prisioneros trabajaban en calidad de esclavos en
las propiedades del rey, así como en las obras de construcción de palacios templos y
demás obras públicas.

Si bien el rey permitía la existencia de propietarios privados de la tierra, estos debían


pagar impuestos, un 25 por ciento en semillas, un 10 por ciento en paja y otro porcentaje
en ganado, debían además pagar los diezmos, el 10 por ciento sobre la producción, la
pesca, los sembríos, el ganado y las rentas, para beneficio del templo y de los
administradores de lo sagrado (sacerdotes); pagaban por el transporte de agua, los barcos,
por el trabajo artesanal y hasta por los divorcios y las inhumaciones y podían además
pagar para quedar exentos del servicio militar. Los impuestos y tributos recaudados
servían para el mantenimiento del ejército y para financiar las construcciones. Los Asirios
pusieron bajo control estatal toda su economía bajo la supervisión del ejecito, logrando
así una alto grado de centralidad política y económica en torno al rey y sus aparatos
estatales.

Asiría dado su carácter guerrero, era famosa por su organización militar disponía de una
sólida estructura en el ejército compuesto por varias unidades: carros de guerra tirados
por dos caballos, los asirios son los primeros en incorporar a la guerra unidades de
caballería, infantería dotadas de armas ligeras y pesadas, zapadores, artillería de asedio
armados de catapultas y arietes

En la estrategia de conquista, el estatuto que se concedía a las provincias conquistadas,


dependía del grado de cooperación que estas mostraban con Asiría; así en algunos casos,
permitían que su rey o gobernador continúen rigiendo sus ciudades, siempre y cuando
sean fieles a los intereses del imperio asirio y paguen sus tributos; en otras mantenían un
funcionario asirio en calidad de “consejero” de la corte, y en otros casos existía un
gobernador asirio que gobernaba con poder absoluto. Con fines de mejorar la
comunicación militar y comercial entre las distintas provincias del imperio, desarrollaron
la construcción de una inmensa red de carreteras imperial con puestos de vigilancia y
control permanentes. Todas las ciudades asirías tenían entradas pavimentadas con gravilla
para favorecer el paso de los ejércitos.
Los dioses y festividades de los Asirios estaban muy emparentados con los Sumerios y
Babilonios. Asur era el dios supremo de la guerra, sustituyo a Marduk el dios principal
de Babilonia, regia la capital del mismo nombre y se convirtió por su carácter guerrero
en dios de todo el imperio Asirio. Anshar fue el dios celestial progenitor de los demás
dioses asirios. Ishtar al igual que entre los sumerios, era para los asirios la diosa del amor
y de la guerra, manifestación de los principios procreadores que lo representaban en un
animal simbólico tetramorfo que tenían a cuatro seres dentro de uno solo, el hombre-
águila-toro y león, cuya más monumental representación la encontramos en los toros
alados con cabezas humanas que estaban a la entrada del palacio del rey Sargon II. El
significado simbólico de estas esculturas tetramorficas monumentales, estaba
íntimamente ligada a su cosmovisión, así: los toros eran símbolo del principio
germinador, se les añadió fisonomía humana barbuda para asociarle inteligencia; las alas
representaban a las águilas, símbolo también de procreación, y finalmente se les añadió
las garras del león, símbolo del poder en homenaje a Ishtar que tenia al león como su
animal sagrado; los toros tenían cinco patas de tal modo que cuatro se veían desde el
costado y dos de frente. A los dioses dedicaban sacrificios y ritos mágicos para garantizar
la fecundidad de la vida, ritos propiciatorios para tener éxito en la caza, o pedir la lluvia
en tiempos de sequías o para conjurar los diluvios en épocas de lluvias torrenciales.

El arte Asirio estaba igualmente influido por el arte sumerio y babilónico, aunque los
relieves que hablaban de sus hazañas militares y decoraban los muros de sus palacios y
templos, son exclusivamente asirios, llegaron a dominar el trabajo de escultura en piedra,
a ser expertos en el tallado de relieves, conocían la fuerza expresiva de la línea y la
perspectiva, lo que hizo posible que la escultura Asiría sea considerada como todo una
arte narrativo, pues esculpieron allí, verdaderos poemas de piedra y documentos
históricos que nos hablan de tres momentos importantes de la vida Asiría, la guerra, la
caza y sus rituales religiosos. Desarrollaron también esculturas y relieves en otros
materiales como en marfil y bronce con fines decorativos familiares, los mismos hacían
referencia a los tres temas básicos, y se pueden ver numerosas figuras de deidades
femeninas, que muestra la importancia de los ritos de fertilidad.

Desarrollaron mucho el trabajo de los metales, trabajaron en oro plata, especialmente en


hierro con fines militares, pero también emplearon este último para elaborar instrumentos
para el trabajo agrícola. El trabajo en bronce fue notable, especialmente para los relieves
de las puertas de los palacios, estos relieves asirios, parecen ser los comics más antiguos
de la historia, en los que dejaron grabados los aspectos más importantes de la historia y
la vida de esta civilización. El trabajo cerámico se caracterizo por su policromía, se
destacan los grandes murales vidriados que decoraban sus palacios y sus templos.(Carter.
Ibid).

La cultura Asiría no puede considerarse como autónoma, puesto que gracias a sus
conquistas militares y lazos comerciales, fueron los propagadores de la cultura sumeria y
mesopotámica, en definitiva se puede afirmar que, las leyendas, la literatura, el arte, la
historia y todo el sistema cultural de los asirios, fueron heredadas de la civilización
sumeria y babilónica.
EGIPTO

Patricio Guerrero Arias

Si no empiezas por odiar a tu cuerpo, oh hijo mío, no puedes amarte a ti mismo.


Amándote a ti mismo, poseerás la inteligencia y entonces obtendrás la ciencia.

Hermes Trismegisto a su hijo Tat.

Un hombre de corazón violento solo puede ser un agitador, al igual que un charlatán;
si quieres ser fuerte, hazte el artesano de tus frases, moldéalas, pues el lenguaje es el
arma más poderosa para quien sabe manejarlo.

Tu propia conducta determina tu destino.

Quien sabe escuchar actuara bien. Escuchar es lo mejor de todo, no hay mejor tesoro.
Solo el corazón nos lo ofrece.

Lo que se recomienda a otro, debe aplicarse primero a uno mismo.

Del Libro de la Sabiduría de los Escribas

Situado en África Nororiental a las orillas del río Nilo, cuyo valle gracias a las periódicas
inundaciones del río (de julio a noviembre), tiene un suelo feracisimo en condiciones muy
idóneas para el surgimiento muy temprano de la agricultura; los egipcios dependían del
Nilo para la organización de toda su vida, por ello los antiguos decían que el valle del
Nilo era Egipto. Su existencia como civilización, es la de más larga duración que alguna
otra haya tenido, abarca un periodo que va desde los años 3.100 al 322 a.n.e., dentro de
las cuales se sucedieron 31 dinastías reales, según la periodización de los historiadores
que la dividen en tres grandes periodos: Imperio Antiguo, Imperio Medio e Imperio
Nuevo. (Manfred. Op. cit.: 15)

El pueblo del antiguo Egipto se formó con tribus que poblaron el valle nilótico desde hace
miles de años, se dedicaba principalmente a la agricultura, aunque también a la caza y la
pesca; con el fin de trabajar juntos para aprovechar los recursos como el agua, se formaron
los nomos que eran agrupaciones de familias más o menos grandes de comunas que
estaban regidos por un gobernador, cada una tenía sus propios nombres, costumbres y a
veces su dialecto. Los jefes de los nomos eran los monarcas, de la unión de los diversos
nomos surgieron el reino del norte y del sur que mantendrán continuas guerras hasta que
en el año 3.200, el Faraón Menes logra la unificación de Egipto y la consolidación de un
gran imperio

Los egipcios se caracterizaron por un profundo misticismo patrio, fueron los primeros en
llamar a su tierra “madre patria” y fundaron el primer Estado-Nación esclavista del mundo
sustentada en una desigual e injusta estratificación social. Estaban regidos por un rey-dios
o Faraón, que al contrario de los reyes sacerdotes sumerios que eran considerados
representantes de dios en la tierra, al Faraón era considerado como el mismo dios, el
mensajero de la luz; la estructura de su poder estaba justificada en una jerarquía divina,
pues en la cumbre estaban los dioses, las diosas, los espíritus transfigurados, y junto con
ellos el Faraón y la reina, luego la madre del Faraón y el Visir, el Sumo Sacerdote, el
Consejo de sabios, los altos magistrados, los jefes del ejército, los escribas de la Mansión
de los Libros, era en la Escuela de los escribas, donde se preparaba la futura edite del
imperio; seguían una infinidad de funciones desde el Director del Tesoro, hasta los
Inspectores de los graneros y los canales; así como los representantes del faraón en el
extranjero que se encargaban de hacer cumplir su voluntad. (Jacq. 1995: 26-27)

Los sacerdotes gozaban de una enorme influencia frente al Faraón y la nobleza, al ser
considerados intermediarios de lo sagrado, estos legitimaban las acciones políticas del
Faraón, el mismo que pagaba sus servicios con espléndidos regalos y remuneraciones por
ejemplo a los sacerdotes del templo del dios Amón de la capital egipcia Tebas, luego de
una campaña militar, el Faraón les dio como obsequio tres grandes ciudades del Líbano,
el clero de este templo, poseía más tierras, campesinos y esclavos, que todos los templos
de Egipto juntos. Los sacerdotes cumplían no solo funciones religiosas sino políticas ello
explica el inmenso poder que poseían que incluso trató de limitar el poder del propio
Faraón. Solo fue Amenjotep IV o Amenofis IV que reino desde 1375 hasta 1358 a.n.e.)
quien limita el poder del clero, al implementar una reforma religiosa que llevo a la
abolición del politeísmo y la implementación de una religión monoteísta que se sustentaba
en el culto al dios sol Atón como dios único y verdadero que pasa a ser la religión de
Estado; ordenó además el fin de todos los cultos y el cierre de todos los templos y la
construcción de templos nuevos en honor al nuevo dios y al nuevo culto, el propio faraón
paso a llamarse Ejnatón o Akenatón (el amado de Atón). La reforma de este faraón no se
concreto, por manipulación del clero que veía minado su poder y organizó una rebelión,
que fue sofocada, pero luego de la muerte del Faraón, su reforma quedo en nada y más
bien se incrementa el poder absoluto del clero, así obligaron a su segundo sucesor Ramsés
II (1317-1251 a.n.e.) a restaurar la antigua religión politeísta, y además, habían duplicado
la extensión de sus tierras, así como sus posesiones y beneficios; impusieron además el
cargo de “Sacerdote Supremo” que tenía independencia del poder real y con carácter
hereditario, lo que les permitía mantener asegurado su poder.(Manfred. Op. cit. : 19-20)

Para una mejor administración, el faraón mantuvo la división de su territorio en nomos


que estaban regidos por un gobernador fiel a los intereses del faraón y que pertenecía a la
nobleza terrateniente. También organizó núcleos administrativos llamados las “casas”
que estaban regidos por un jefe, existían las siguientes casas: del trigo, del oro, de la vid,
de la agricultura, del cómputo de bueyes, la militar y la de los sacrificios; los jefes de
estas casas estaban subordinados a la autoridad de un Visir que era el asistente
administrativo del faraón y jefe de los funcionarios, este era quien dirigía todas las
funciones de “la gran casa” o la casa del Faraón y actuaba además como tesorero del reino
y como supremos Juez, era quien vigilaba el cumplimiento de las leyes e imponía el orden
económico y social para lo que estaba siempre apoyado por los escribas o burócratas para
la supervisión de las actividades agrícolas, industriales o comerciales, apoyadas en un
poderoso y profesional ejército que gozaba de una situación privilegiada dentro de la
estructura de clases del imperio egipcio.(Carter. Op. cit: 16-17)

Egipto se convierte en un gran potencia militar con el Faraón Tutmés III quien llega a
conquistar Siria, Palestina, Libia, y Nubia; su ejército estaba conformado por unidades de
artillería con carros tirados por caballos, infantería con hombres armados con arcos,
flechas y lanzas y una nutrida flora de barcos de vela y remo, lo que explica el importante
nivel de privilegios y el grado de poder que gozaba el ejército dentro de la estructura
clasista del Estado egipcio.

Los campesinos de las comunidades agrarias estaban administrados por un Consejo, que
era el encargado del cobro de los tributos y de la distribución de los “trabajos reales”
como se llamaba a la prestación laboral obligatoria que debían cumplir todos los
campesinos. Los artesanos tenían un lugar destacado, en Egipto crecieron las
especialidades de las manufacturas existían gremios de panaderos, tejedores, orfebres,
carpinteros, ceramistas, talladores, braceadores de cerveza, carniceros, herreros, etc. Los
esclavos, eran generalmente los prisioneros de guerra a quienes se los llamaba muertos
“vivos” puesto que debían trabajar en condiciones infrahumanas en las tierras de los
amigos del faraón, así como en las monumentales construcciones de sus palacios, templos
y pirámides, las mismas que fueron construidas con el trabajo de millones de esclavos.

A mediados del siglo XVIII a.n.e., se produce en Egipto uno de los hechos históricos más
trascendentes de su historia, la gran insurrección de campesinos, artesanos y esclavos en
todo el país, como respuesta al carácter esclavista del Estado egipcio, insurrección que
condujo al derrocamiento del faraón, a la expulsión de los palacios a las clases
dominantes, arrojaron las momias de los faraones de sus pirámides y tumbas y se
apropiaron de sus riquezas, se apoderaron de los bienes de los almacenes reales y de los
templos y repartieron entre el pueblo los bienes y tesoros encontrados, destruyeron todas
las listas de tributos e impuestos, los insurrectos se instalaron en la casa de los nobles, se
vistieron con sus ropas y les obligaron a trabajar para ello; un antiguo documento egipcio
dice que aquel día, “la tierra giró como el torno del alfarero” refiriéndose a uno de los
acontecimientos más importantes de la lucha antiesclavista que registra la historia .
(Manfred. Op. cit: 18-19).

La construcción de pirámides, constituye el rasgo cultural más conocido de la civilización


egipcia, las mismas que se empezaron a construir en tiempos del antiguo imperio. Las
pirámides son unas ciclópeas sepulturas de piedra levantadas para honrar la memoria de
los faraones o altos funcionarios de la nobleza, su construcción empezaba en vida de estos
y por su mandato. Imhotep es el primer arquitecto que registra la historia egipcia y
construyo la primera pirámide escalonada conocida, en homenaje al rey Zoser de la
tercera dinastía al sur del actual El Cairo; los gigantescos peldaños de piedra formaban
una escalera que ascendía al cielo, a fin de que el alma del faraón ascienda al sol o pueda
bajar de él; en su interior, en el mismo corazón de la pirámide, el Faraón propiciaba los
ritos de regeneración cuando su poder para gobernar se veían erosionados, allí obtenía la
energía necesaria para mantener unificados a las dos tierras, el Alto y el Bajo Egipto, y
para poder hacerlas prosperas; esta pirámide fue el primer monumento de piedra del
mundo y tenía a su alrededor hermosos palacios y templos.

Actualmente perduran en Egipto unas setenta pirámides de las cuales la más conocida es
la pirámide de Keops (Khufu) construida hacia el 2500 a.n.e. en homenaje al rey Keops
(Khufu), tiene en la base un polígono cuyos lados miden 230 mts. cada uno, lo que
equivale a seis campos de fútbol; tiene una altura de 146,5 mts, en su construcción se
emplearon 2.300.000 bloques de piedra de dos toneladas cada una, en su construcción se
demoraron 20 años y trabajó toda la población rural y esclava con turnos de 100.000
hombres cada tres meses, la base de la pirámide es un cuadrado perfecto con un margen
de error de más o menos 15 milímetros, lo que testimonia del nivel al que habían llegado
los egipcios en la arquitectura y la agrimensura. (Carter. Op. cit.: 18 / Manfred. Ibid).

Otra obra monumental es la pirámide de Kefren construida en homenaje a este monarca


hijo de Keops. La gran esfinge mandada a construir por Kaefre, constituye otra de las
grandes obras de ingeniería egipcia: la enigmática gran esfinge o “estatua viva” se
considera el propio retrato del Faraón con cuerpo de león tallada en piedra calcárea, hacia
que el sol naciera y conocía los secretos del Bioverso. La gran esfinge, era visitada una
vez por año solo por Ramses el Grande para rendir homenaje a Keops, el padre de la más
alta de las pirámides, solo el Faraón como mensajero de la luz, podía atravesar el umbral
de piedra y orientarse en sus laberintos, para la realización del rito de la regeneración de
su poder frente a los dioses. Allí está entre las patas delanteras, la famosa estela de
Tutmosis IV que recordaba que este luego de cazar leones se durmió ante sus pies y la
esfinge le hablo en sueños y le prometió que si le desenterraba de la arena, le haría Faraón,
Tutmosis IV así lo hizo y la esfinge cumplió su promesa, la estela la mando a construir
para que se sepa por todas las generaciones, que a la esfinge le debía su reinado. Todas
estas obras figuran entre las más grandiosas obras humanas, pero también entre las más
inútiles, puesto que estas colosales obras levantadas como tumbas para perpetuar la
memoria de sus faraones, agotaban la energía de todo el imperio.(Carter. Ibid. / Manfred.
Ibid.)

Los palacios y templos fueron también construidos en piedra, y tenían igualmente


magnitudes monumentales, se destacan los templos de la ciudad de Tebas, ciudad real y
zona funeraria en la zona este del Nilo en donde se hallaba la “ciudad de los vivos”, donde
se levantó el famoso templo de Karnak construido en la doceava dinastía (1900 a.n.er.).
Es celebre también el templo de Luxor construido hacia el 1400 a. n. e. En la orilla oeste
del Nilo, donde se levanta la “ciudad de los muertos”. Mientras pirámides, templos y
palacios eran construidos en piedras, las casas de los habitantes del pueblo, eran tan solo
de adobe. Lo que demuestra el carácter profundamente estratificado de la sociedad
egipcia.

La construcción de las pirámides, estaba profundamente ligada a la cosmovisión y


religión egipcia con relación a la vida y la muerte, que fue uno de los rasgos más
característicos de su cultura y que motivó muchas de sus realizaciones. Los egipcios
creían en la vida después de la muerte, por ello la costumbre de conservar el cuerpo y del
embalsamamiento de los cadáveres, o la momificación, que entre los egipcios fue
realmente un verdadero arte y que posibilitó un mayor conocimiento del cuerpo humano
y por tanto un desarrollo mayor de la ciencia médica y la cirugía.

La agricultura era una de las actividades importantes para su subsistencia, la misma que
garantizaba que nadie se muera de hambre por eso existía la obligación de trabajar en el
campo, aunque dada la escasez de lluvias, la agricultura dependía del caudal de agua del
Nilo, lo que determino que desarrollaran un complejo sistema para la medición de su
caudal, a fin de poder prever el estado de su actividad agrícola. Desarrollaron además un
complejo sistema de canales de regadío, diques y represas para almacenar los sobrantes
de las periódicas inundaciones del río, se destaca la construcción del llamado “oasis de
Fayum”, obras que alcanzaron su apogeo en el Imperio Medio. La necesidad de optimizar
el trabajo agrícola, condujo a los egipcios a convertirse en verdaderos ingenieros
hidráulicos y científicos, para ello estudiaron matemáticas para medir con precisión,
interpretaron correctamente los ciclos agrícolas anuales y las estaciones y calcularon el
año en 365 días.

La economía egipcia se basaba además en el cobro de tributos, los mismos que eran
calculados por los escribas, quienes asignaban los fondos a las diversas instancias del
gobierno para financiar los planes de desarrollo. Establecieron además a lo largo del Nilo,
dado que este era una ruta comercial de gran importancia, puestos de vigilancia que
funcionaban como las actuales aduanas.

La religión cumplió un papel preponderante en la organización de toda la vida, social,


económica y política de la cultura egipcia y esta se caracteriza por ser politeísta y con un
profundo contenido animista, panteísta y mágico. La adivinación a través de animales y
aves fue una de las características de su sistema de creencias, los animales eran
considerados seres sagrados y erigidos como dioses, así en Menfis se adoraba al buey
Apis; en Tinis y Buto a Horus el dios halcón, algunos nomos llevaban nombres de
animales, así: el nomo antílope, el nomo cocodrilo, el nomo escarabajo, etc. Poco a poco
los dioses de los grandes nomos pasaron a convertirse en las divinidades mayores de
Egipto.

El panteón egipcio, estaba poblado de más de 2 mil divinidades, pero dos eran los dioses
supremos: Ra el dios del sol con cabeza de halcón y Osiris el dios de los muertos,
divinidad suprema símbolo de todo lo bueno. Según su mitología, Osiris fue asesinado y
despedazado por su hermano gemelo Seth, quien esparció sus pedazos por todo Egipto,
la esposa de Osiris, que era su hermana Isis recompuso su cuerpo y así logro que renaciera
a la vida y se convierta en el dios de los muertos: es por esto también, que Osiris e Isis
son considerados dioses de la fecundidad, su culto era un culto de la naturaleza que
expresa los ciclos continuos del renacer de la vida. El relato de la muerte de Osiris y su
resurrección simbolizaba las mutaciones de la semilla que después de ser enterrada,
resurge a la vida con una nueva forma como planta para continuar alimentando otras
formas de existencia, por ello los cultos a estos dioses durante los ciclos agrícolas se los
hacían con fantásticas obras teatrales, música canto y danza. Osiris, Isis y el hijo de ambos
Horus dios del cielo con cabeza de halcón, que mato a Seth para vengar a su padre y paso
a convertirse en señor de toda la tierra, constituyen la trinidad suprema que rige el panteón
egipcio. (Carter. Op. cit. : 21 / Manfred Ibid. / Coppel. 1971: 36-37)

Entre sus otros dioses podemos encontrar además: Amón el dios sol y creador del mundo
cuyo culto fue introducido por Amenofis IV y desplazo a Ra del poder divino. Anubis el
dios juez del alma humana con cabeza de chacal y asistente de Osiris e Isis en el mundo
de los muertos, era quien presidía los ritos funerarios en la sala de la doble Maat “de la
justicia y la verdad” para “la evaluación de la diferencia” como se dice en el Libro de los
Muertos, para distinguir los justo de lo injusto, para lo que se pesaba el corazón de los
muertos en una balanza en cuyo extremo estaba una pluma que simbolizaba la verdad y
la justicia, si la balanza estaba en equilibrio el muerto que había sido justo merecía pedir
a Osiris la inmortalidad y vestir la túnica de la celeste felicidad, para poder entrar en la
vida futura; los injustos en cambio, eran devorados por Ammit el “devorador de los
muertos”, horrible monstruo triforme que devoraba el corazón del muerto si resultaba
demasiado liviano.

La diosa Maat, era la que encarnaba la regla a la que debía ajustarse la justicia de los
hombres, por ello todo juez ante de iniciar una audiencia debía empezar haciendo un rito
de veneración en su honor. Kropri el dios escarabajo, símbolo del renacimiento y
resurrección constante de la vida, por eso colocaban escarabajos encima del corazón de
la momia como garantía de que renacería a la vida. El dios Toth el escriba, mensajero de
los dioses que tenía cabeza de ibis, inventor de todas las ciencias y las artes, dios de la
luna y guardián de los documentos divinos. Mut su nombre significaba madre y muerte
al mismo tiempo, era la que determinaba la salud y la enfermedad, por eso le rendían culto
los médicos, para que les ayude en su combate contra la diosa Sekhmet terrorífica leona
que cada año intentaba destruir la humanidad, a través de hordas de gérmenes nocivos de
miasmas y enfermedades, que se extendían por toda la tierras para sembrar el dolor y la
muerte, los médico debían rendirle culto, pues solo ella era la única que les podía enseñar
el arte de curar y el secreto de los remedios. Hathor diosa del cielo con cabeza de vaca,
protectora de las mujeres y de los muertos, diosa del amor, la alegría y la diversión. Seth
dios dueño de la tempestad y del poder cósmico y de todos los animales. Nepthys la diosa
protectora. Sobek dios de los cocodrilos. Amón señor de los tronos de los dos países, etc.
(Carter. Ibid / Manfred. Ibid. / Coppel. Op. cit: 39 / Jacq. Op. cit: 72)

Una de las manifestaciones más importantes de la cultura egipcia fue el culto de los
muertos, cuya mayor expresión la encontramos en el arte de la momificación o
preservación de los cadáveres, para lo cual extirpaban el cerebro y demás órganos internos
a excepción del corazón, luego metían el cuerpo, pero menos la cabeza, en una solución
de sal o natrón durante varias semanas, luego lo lavaban y cubrían con substancias
protectoras y lo envolvían en vendajes, todo el proceso duraba unos 70 días. Se momificó
también animales. La momificación o embalsamamiento de los cadáveres fue todo un arte
y respondía no a la creencia de la resurrección de la carne como erróneamente se cree,
sino más bien porque creían que el Sahu o cuerpo espiritual, solo podía germinar del
cuerpo físico, de ahí la necesidad de preservarlo, ya que la idea de que un hombre sea
tragado por la nada, horrorizaba a los egipcios, más bien la muerte para ellos, abría la
posibilidad de que su espíritu Sahu pueda entrar a la tierra de la celeste felicidad eterna.
Los egipcios gracias al arte de la momificación de los muertos, aportaron enormemente
al desarrollo de la medicina, puesto que haría posible un profundo conocimiento de la
anatomía humana, así como también el avance de algunas prácticas médicas como la
cirugía.

Los egipcios conocían ciencias como las Matemáticas, la Geometría y la Trigonometría,


para medir, calcular, regar y construir; se regían por el sistema decimal, descubrieron el
cálculo de la superficie del triángulo, del trapecio y hasta del círculo, para la que
empleaban el pi 314,16. Conocían la Astronomía, gracias a la observación de los astros y
las estrellas, especialmente Sirio, cuya aparición marcaba el inicio del año solar, que les
llevó a la invención de un calendario que dividía al año en 12 meses correspondientes a
tres estaciones de cuatro meses cada una y con 365 días; y uno de sus impresionantes
aportes para la medición del tiempo, es que los egipcios inventaron el primer reloj de
agua, que era un pequeño recipiente transcónico graduado en su interior, de acuerdo con
dos escalas distintas de doce muescas, el agua fluía por un agujero en el fondo del reloj y
así media las horas; en Egipto de inventó además, el primer reloj de pulsera una clépsidra
portátil que era utilizada por Astrónomos, médicos y otros especialistas para quienes el
cálculo del tiempo era muy necesario. (Carter. Ibid / Manfred. Ibid / Jacq. Op. cit: 32).

Desarrollaron la ciencia médica gracias a la práctica de momificación de los muertos


abriendo nuevos horizontes en el conocimiento de la anatomía humana y prácticas
médicas como la cirugía.

Para la formación de sus médicos existían importantes “Escuelas de Medicina” como la


célebre Escuela de Sais, en donde debían recibir el título de “encargados de los que
sufren”, después de haber estudiado y practicado en diversas especialidades, como en
medicina de los ojos, de los dientes, del vientre del ano, de la cabeza, de los órganos
ocultos, de los líquidos disueltos, de los humores, en el empleo de venenos, de plantas
medicinales y farmaceútica y en cirugía; empleaban para sus curaciones el péndulo, y ya
conocían la radiestesia, algunos Faraones como Seti 1, fueron grandes radiestesistas que
supieron encontrar agua en el desierto. La aspiración mayor de los médicos egipcios era
llegar a ser médicos generalistas, pues consideraban que los especialistas solo veían una
parte muy limitada de la verdad y el sufrimiento y solo hacían diagnósticos parciales de
la enfermedad, solo los médicos generalistas podían ser capaces de curar plenamente,
pero llegar a este nivel implicaba pasar por pruebas muy difíciles y muy pocos llegaban
a lograrlo; estas pruebas implicaban un aspecto ritual, los médicos debían aprobar las
rigurosas pruebas secretas que les imponían no solo sus maestros, sino sobre todo la
prueba sagrada frente a la diosa Mut, cuyo nombre significaba madre y muerte al mismo
tiempo y en cuyo santuario recibían la sagrada envestidura como médicos, luego de jurar
por la diosa combatir el dolor y recitar el texto del “secreto del médico” que les enseñaba
entre otras cosas (Cit en Jacq. Op. cit: 48-49 / 70-71):

El secreto del médico es el secreto del corazón. De él parten los visibles e invisibles
vasos que van a todos los órganos y a todos los miembros. Por eso el corazón habla en
todo el cuerpo.........

.......Cuando llega la enfermedad, revela un trastorno de la energía; escrutad la causa


más allá de los defectos. Sed sinceros con vuestros pacientes y dadles uno de los tres
diagnósticos posibles: una enfermedad que conozco y trataré; una enfermedad contra
la que combatiré; una enfermedad contra la que no puedo hacer nada. Id hacia vuestro
destino.

El arte egipcio se destaca por su diversidad de formas y expresiones, con un estilo cargado
de una perspectiva mágica y llena de misterio. La arquitectura egipcia alcanzó notable
desarrollo, especialmente con la construcción de las pirámides, así como de sus templos
y palacios. También desarrollaron la escultura cuya expresión más notable es la escultura
de Ramses. La orfebrería alcanza su cúspide en la máscara de Tutankamon y las joyas
encontradas en su tumba que fuera descubierta por Howard Carter. La pintura es una de
las muestra más impresionantes de su arte, los egipcios pintaron toda su vida y visión del
mundo para decorar las paredes de sus palacios, pero especialmente sus tumbas, el interior
de sus pirámides; en las tumbas de los nobles aparecen descritas con bellísima policromía,
escenas de la vida cotidiana; mientras que en las monumentales tumbas de los faraones,
solo aparecen estos acompañados de sus dioses, o fragmentos de textos religiosos en
especial del “Libro de los muertos” que se escribieron sobre papiros y eran enterrados
con los muertos, pues se creía que servía como talismán mágico que protegía de todo mal
al difunto en su viaje al mundo futuro. El arte funerario plasmado en las pinturas de estas
tumbas, se ha convertido en un verdadero documento de profunda importancia
antropológica, puesto que nos ha permitido leer la historia, social, política, económica,
religiosa, cultural de la civilización egipcia.

Uno de los grandes aportes de la cultura egipcia fue la invención de la escritura jeroglífica,
cursiva o simplificada sobre papiro, una planta acuática del mismo nombre abundante en
todo Egipto. Al disponer del papiro en lugar de arcilla, los egipcios no emplearon la
escritura cuneiforme, sino que emplearon pictogramas que fueron evolucionando hasta
convertirse en sencillos jeroglíficos. Para las inscripciones sobre piedra empleaban
jeroglíficos. Los primeros jeroglíficos eran pictogramas en los que se había intensificado
la abstracción por razones de simplificación, los mismos que aún se preservan en los
templos, tumbas y palacios donde fueron tallados, siendo los encontrados por
Champolión en la “Piedra de Roseta”, una de las muestras más notables que se conserva.

La escritura hizo posible un notable desarrollo de la literatura, expresada en su rica


mitología, himnos, narraciones, fábulas, cuentos, relatos históricos, de viaje, poemas,
ensayos morales, textos escolares y propaganda política, a los egipcios se debe el primer
anuncio publicitario de la historia. De su rica literatura se destacan obras como “La
historia del marino naufrago, que narra las peripecias de un marino en las islas del mar
rojo y la hospitalidad y amistad que hace con una serpiente. “El cuento de los dos
hermanos” parece estar relacionada con el mito de Osiris y Seth. “La historia de Sinuhé”
narra la vida de un fugitivo de Egipto que va a Palestina y vive con los nómadas del
desierto, que solo ya viejo será perdonado y podrá retornar a su tierra de origen. Pero
quizás las expresiones más elevadas las hallamos en El Libro de los muertos o en El
Kibalión de Hermes Trismegisto monumento de la literatura hermética, que constituyen
los documentos más preciados en los que se encuentra la profundidad de la filosofía, el
pensamiento, la religión y la cosmovisión de la cultura egipcia; mucho de esos valores
éticos los podemos encontrar en los “Libros de la Sabiduría de los Escribas”, en los que
se refleja la importancia que los egipcios daban a los libros como fuente de sabiduría y
de valores morales, como lo muestra el siguiente texto (Cit. en Jacq. Op. cit: 76):

Ama los libros como a tu madre, nada los supera; los libros de los sabios son
pirámides, el escritorio es su hijo. Escucha los consejos de los que saben más que tú,
lee sus palabras, que se mantienen vivas en los libros; hazte un hombre instruido. Para
se Escriba es necesario que no seas perezoso ni ocioso; no causar daño a nadie, no
atormentar de corazón, no dejar a otro en la pobreza y el sufrimiento. Coloca el
conocimiento en tu corazón.

La fábula constituía un eje importante de su rica literatura, la misma que era empleada
para la transmisión de valores y profundas enseñanzas morales; este género tubo enorme
influencia en las demás civilizaciones a tal punto que el mismísimo Esopo, se inspiró en
las fábulas Egipcias, así como en tiempos más cercanos lo hizo también La Fontaine; nos
parece muy oportuna para concluir nuestra aproximación al Bioverso cultural de Egipto,
citar a modo de ejemplo, esta hermosa fábula egipcia, que consta en los ya citados “Libros
de la Sabiduría de los Escribas” (Cit en Jacq. Op. cit: 84).

Un chivo indisciplinado abandonó el rebaño donde estaba protegido; un lobo lo


amenazó. Cuando vio que las fauces se abrían dijo:”Señor lobo sin duda seré para vos
un festín, pero antes soy capaz de distraeros. Por ejemplo, se bailar. ¿No me creéis?.
Tocad la flauta y lo veréis”. El lobo juguetón aceptó. Mientras bailaba, el chivo, avisó
a los perros que se arrojaron sobre el lobo y le obligaron a huir. La fiera aceptó su
derrota; “Soy un cazador y he querido ser músico, peor para mí”.

Cada uno debe permanecer en su lugar. Cuando se quiere desempeñar un papel que no
se domina, se corre el riego de dar un paso en falso y lamentarlo amargamente.

LA INDIA
Patricio Guerrero Arias

No dañes a nadie, no ofendas a nadie de palabra ni de obra, no pronuncies ninguna


palabra que pueda herir a un semejante...El que en todo momento honra a los
ancianos y les muestra respeto, tendrá larga vida y se hará rico en saber, fama y
fortaleza...Confía en ti, no en los demás...La verdadera dicha nace de la confianza en
uno mismo...
”Código de Manú”

Sin el amor, todo es en vano.

Proverbio Hindú.
Aferrarse a la ira, es como agarrar un carbón ardiente con la intención, de
arrojárselo a alguien: pero es uno el que se quema.

Buda.

El amor es la fuerza más poderosa y sin embargo, es también la más humilde de que
dispone el mundo.
Gandhi

Si bien la historia de la India se pierde en la nebulosa de los tiempos al igual que la historia
de Mesopotamia, se sabe que estuvo habitada originariamente por tribus Drávidas que
alcanzaron un nivel de desarrollo parecido al de la cultura Sumeria. Su población se
dedicaba a la agricultura de regadío cultivaba trigo y cebada y a la ganadería, conocían la
oveja, el cerdo y el búfalo y domesticaron también el camello y el elefante. Construyeron
grandes ciudades siendo las más importantes Mohenjo Daro y Harappa de calles anchas
y rectas y con canalización para el transporte de agua, sus casas eran de ladrillo cocido y
tenían dos plantas. Estas ciudades fueron importantes centros artesanales y comerciales.

En aquel periodo que los historiadores han llamado Dravídico, la India no constituía un
Estado unificado, sino que estaba dividido en pequeños reinos y principados. La sociedad
dravídica, estaba ya estructurada en una embrionaria división en clases. La existencia de
la escritura dravídica, nos habla del desarrollo alcanzado por esta cultura.

A principios del II milenio a.n.e., penetran en la India septentrional, tribus Arias


procedentes de las estepas del Asia Central, una rama de ellas se dirigió en cambio al
sudeste y ocupo la parte meridional del Caspio formando los reinos Meda y Persa. Al
someter los Arios a los Drávidas y ver que tenían un nivel de desarrollo mayor, se
adaptaron a sus formas culturales y se convirtieron en agricultores y ganaderos, pero a la
población dominada la trataban como esclavos o servidores, de esta relación terriblemente
asimétrica impuesta por los Arios surge el sistema de castas que por siglos ha estratificado
a la sociedad India.

Toda la población quedo dividida en cuatro castas o varnas: La de los Brahamanes o


sacerdotes considerada la casta principal y la que gozaba de mayores privilegios, estaban
exentos de impuestos y de las prestaciones personales; la de los Chatryas o guerreros que
en tiempos de paz vivían en el ocio, pero gozaban de los privilegios y regalos que les los
reyes; la de los Vaisays a la que pertenecían los campesinos, los artesanos y los
mercaderes, era la parte explotada de la población pues debían pagar tributos, pero
estaban exentos del servicio militar; y finalmente los Sudras o trabajadores no calificados
por cuenta ajena, servidores y esclavos, que carecían de todo derecho y solo conocían la
imposición de deberes, si un miembro de las otras castas mataba a un Sudra, debía pagar
una multa igual que si hubiera matado a un perro. Existían además centenares de subcastas
basadas en las profesiones hereditarias, dentro de esta casta el nivel más bajo correspondía
a los Parias o intocables, por lo que se consideraba infamante un simple roce con ellos.
Las fronteras entre las distintas castas o varnas, eran infranqueables, cuando se rompía el
limite estaban sometidos a castigos. (Manfred. Op. cit.: 36-37).
En el siglo VI a.n.e. existían en la India varios Estados los más importantes Magadha y
Kosala que se encontraban en permanente lucha, la misma que terminó en el siglo V con
el triunfo de Magadha que se convirtió en el Estado más extenso de la India. En el siglo
IV a.n.e. la India fue invadida por Alejandro Magno, que originó un movimiento de
liberación encabezado por Chandragupta, que luego de una gran insurrección se apoderó
del poder y fundó un nuevo imperio, el mismo que alcanzó su más alto esplendor en el
reinado de su nieto Asoka, quien logra unificar los reinos dispersos de la India y dio
impulso al desarrollo del comercio y las construcciones. Su gobierno se apoyaba en los
vaisyas acomodados y combatió a los Brahamanes cuyo poder quedo disminuido, al
declarar el Budismo como religión oficial. Luego de la muerte de Asoka, se disgrega el
imperio unificado y alrededor del año 100 a.n.e. es invadida por tribus Escitas las mismas
que fundan el imperio, Indo-Escita. (Manfred. Op.cit: 38).

La religión constituye uno de los pilares básicos de toda la vida espiritual y material de
su cultura. La primera religión conocida en la India es la religión Védica, los Arios
llevaron a la india una cantidad de deidades las mismas que llegaron a sincretizarse con
los dioses dravídicos, para formar así una jerarquía de lo sagrado que dio origen a una
sola y nueva religión, el Brahmanismo, Los Arios eran monoteístas y creían en un dios
omnipotente al que los Vedas llamaron Mahan-Atma o gran espíritu, que luego
transformaron en Brama. Como consecuencia de la reflexión filosófica, vino a
constituirse en la India una nueva religión, que si bien era una continuación de la religión
Védica, pero que a su vez se diferenciaba notablemente de ella, a la que se llamó
Brahmanismo.

La religión de los Brahmanes

La religión Brahmánica se basa en la idea de la existencia de una tríada (trimurti) de


dioses que regulan toda la existencia y determinan la estructura de la sociedad Hindú
dividida en castas: Brahma el creador del mundo, sus cuatro cabezas eran símbolo de
sabiduría; Visnú, de cuatro brazos dios del bien conservador del Bioverso; y Shiva dios
del mal, de la destrucción, pero también de la creación, es el que garantiza la regeneración
de todas las cosas, se lo considera también como el señor de la danza y se lo representa
en un círculo de fuego. El politeísmo Hindú, era excesivamente exagerado, poseían más
de 30 millones de deidades. Entre los dioses más conocidos tenemos a: Krishna deidad
de piel obscura y amiga de las diversiones una de las más populares en la india. Lakshmi
esposa de Visnú de piel dorada, emergía de un océano de leche, reverenciada por los
mercaderes como la diosa de la fortuna. Shakti la diosa del amor y del placer. Varaha el
jabalí que saco la tierra en su colmillo de las aguas del océano universal, luego de vencer
a los demonios, es tercera encarnación de Visnú. Parvati esposa de Shiva y madre de
Ghanesa, se la conoce como la montañesa por ser hija de un dios del Himalaya. Ghanesa
de barriga esférica, cuatro brazos y barriga de elefante, es el dios de la sabiduría y es
reverenciado por ser liberador de obstáculos. Manasa la diosa serpiente, símbolo de la
fecundidad. Hanumán el dios mono, a veces se lo considera solo el mono rey, es uno de
los héroes del Ramayana. (Carter. Op. cit.:62-63).

El brahmanismo, dio un carácter sagrado a la estratificación de la sociedad en castas,


mostrándola como un hecho decidido por los dioses; así en el libro I del Código de Manú,
se dice que las castas han brotado del mismo cuerpo del soberano maestro constructor de
la vida: Los Brahmanes, han surgido de la boca del soberano maestro constructor; los
Chatryas proceden de su brazo; los Vaisyas proceden de su muslo; y los Sudras como
clase inferior proceden del pie. La religión Brahmánica se caracteriza además, por una
liturgia recargada de complicados ritos dotados de poder mágico, así como de tabúes que
son cumplidos estrictamente, como es la costumbre de no comer carne, ya que consideran
a la vaca un animal sagrado; en tiempos de Chandragupta el consumo de carne era normal
en la India, aunque las castas altas no consumían carne de res con cuernos, Asoka alentó
el vegetarianismo, y poco a poco fueron imponiendo la costumbre de no comer carne
como hasta el presente. (Coppel. Op. cit.: 70 / Carter. Ibid).

Los Vedas son los libros sagrados conocimiento sobre a vida y la muerte del pueblo indio,
en los que se sustentan los principios rectores de la religión Brahmánica, cuya antigüedad
no se conoce con seguridad, pues ellos creen que el poder sagrado de su palabra, se
escuchó desde siempre en la humanidad. Los Vedas están conformados por cuatro
conjuntos de libros: El Rig-Veda; que es el más antiguo e importante contiene más de mil
himnos a los dioses; el Sama-Veda que contienen las melodías sagradas para los cultos
religiosos y los sacrificios; el Yagur-Veda con las creaciones y ceremonial de los ritos y
las fórmulas de los sacrificios; y el Atarva-Veda con las fórmulas mágicas para los
hechizos sacerdotales y los encantamientos. Estos textos se completan con el Código de
leyes llamado El Código de Manú. (Coppel. Ibid).

En contradicción con esta abominable división de la humanidad en castas, el


Brahmanismo, contemplaba una serie de principios morales muy elevados que buscaban
orientar al ser humano al encuentro de la perfección espiritual. Según el Brahmanismo,
todo lo que empieza debe terminar, pero para volver nuevamente a empezar, es un fin sin
fin, que dio lugar a la creencia de la trasmigración de las almas o metemsicosis, de la que
hablan ya los himnos del Rig-Veda, el alma humana se dice en ellos, no lograra la paz,
sino solo hasta cuando haya llegado al absoluto, para unirse con el espíritu de Brama, lo
que se puede alcanzar solo con profundos niveles de ascetismo, que implican la
renunciación total de los placeres y el ejercicio del cuerpo y el espíritu mediante el yoga,
y finalmente el retiro para encontrar la sabiduría del bosque para transmitirla bellamente
en poesía mística a través de los Upanishad.

El Hinduismo

La versión moderna del Brahmanismo, es el Hinduismo, que no es sino una evolución del
mismo pensamiento contenido en los sagrados libros Védicos, pero que al contrario del
Brahmanismo antiguo que era un culto muy cerrado en el que no participaba el pueblo,
sino solo las clases superiores, el Hinduismo, se convierte en una religión popular, lo que
determinó la introducción de diversas deidades populares antiguas que no estaban en los
cultos Brahmánicos, como la sanguinaria diosa Kali. El Hinduismo, si bien mantiene la
creencia en la triada sagrada de Brahma el creador del mundo; Visnú, dios del bien, y
Shiva dios del mal, ha centrado su culto fundamentalmente en Visnú que creen es el dios
que se reencarna cada vez que la religión india está en peligro, así creen que se personifico
a los héroes Rama y Krishna que lucharon protegidos por Visnú contra los invasores Arios
para defender su patria, como se narra en uno de sus célebres poemas épicos, El
Mahabharata, que contiene el bellísimo Bhagavad Gita (canción de dios), y que junto
con El Ramayana son las fuentes fundamentales en las que se puede encontrar bellamente
reflejada la ética Hinduista.

Las cuatro dimensiones del Hinduismo son: Altura: Brama el absoluto. Profundidad: el
alma. Anchura: su universalidad, pusto que el Hinduismo lo abarca todo, aun lo contrario
y lo contradictorio. Unidad: el Hinduismo es la unidad absoluta de todo, animales, el
alma, Dios, el Bioverso. Todo es uno: Dios. (Coppe. Op. cit. :78).

El Hinduismo es una religión profundamente humanistas, incluso los propios dioses se


hacen humanos y caminan libremente por la tierra en medio de los otros hombres y
mujeres, viviendo activamente y con pasión. La esencia del Hinduismo está en la creencia
de que la vida sensorial es transitoria y por ello carente de significado. Los humanos
deben vivir la vida en sentido universal. Al buscar la salvación pueden elegir una vida
contemplativa de inacción, meditación y conocimiento, mediante la práctica del yoga de
devoción enseñado por Krishna en el Bhagavad Gita; o bien pueden escoger una vida de
acción altruista asumiendo los deberes y obligaciones cotidianas. La plena realización la
encontramos en la sabiduría y para llegar a ella se hace necesario una cristalina ética en
el centro de la cual, se halla la bondad, la verdad y lo recto. (Buscaglia. Op. cit: 246-251).
Una muestra de ello se encuentra en los Puranas los 18 libros del “antiguo amor”, en los
cuales se encuentran una serie de consejos expresados bellamente, para poder llegar a ser
plenamente humanos; como los siguientes:

Evita la compañía del erudito descontento. Siéntate en la asamblea de los honestos;


únete a los que son buenos y virtuosos.

Las personas viles están siempre inclinadas a detectar las faltas de los demás, aunque
puedan ser tan pequeñas como semillas de mostaza, y, persistentemente cierran sus
ojos ante los yerros propios, aunque sean tan grandes como los frutos de vilva.

La libertad o la emancipación, es la única felicidad concedida al hombre.

Buda y el sendero Óctuple

En oposición al Brahmanismo, surge en el siglo VI a.n.e. una nueva corriente religiosa,


el Budismo, fundada por Sidharta Gautama o Buda, que impugna el monopolio del culto
religioso por los brahmanes y plantea la igualdad de las castas, al menos en la esfera de
la vida religiosa. En la doctrina de Buda, Dios no aparece por ninguna parte, por ello
algunos la consideran una religión atea, sino que Buda decía haber recibido la sabiduría,
no por inspiración divina sino por su propio esfuerzo y luego de 500 existencias
anteriores, como mendigo, brahmán, mono, papagayo, león, mono, comerciante,
artesano, rey, etc, de ahí que en el budismo la metempsicosis o reencarnación de las almas,
es el eje central de su doctrina.
Buda predicó una doctrina de gran elevación moral; en sus sermones o sutras, a través de
sencillas parábolas, al igual que lo hacía Jesús, Buda enseñaba la renuncia de todos los
deseos, el desprendimiento de todas las posesiones materiales, pues son la causa del
conflicto, el deseo es el que provoca el egoísmo, la lujuria, la avaricia, el odio y el apego,
así como todas las pasiones, que nos causan sufrimiento, para poder combatir estos
antivalores, dejo una serie de normas que nos ayuden a vivir una vida plena mediante el
cultivo del amor, la compasión, la amabilidad, la cortesía, la generosidad, la hospitalidad,
la honestidad, la virtud, el no perjuicio, la liberalidad, la moderación, la templanza, la
regla de oro, y el deber y respeto mutuo en la relación entre los seres humanos; para llegar
a la anulación del yo y a la liberación del sufrimiento, aconsejaba seguir el “Noble
Sendero Óctuple” que consiste en: la recta visión, la recta intención, el recto discurso, la
recta acción, el recto sustento, el recto esfuerzo, la recta atención del ahora y la recta
concentración, para a través de la meditación poder alcanzar la iluminación y así caminar
por la senda de la perfección, el Nirvana. Aconsejaba seguir también el “Camino
Intermedio” evitando los extremos de dureza o de lujuria. El Budismo llega
posteriormente a constituirse en religión oficial del Estado, y su influencia se extiende
hacia China, Japón, Korea, Manchuria, el Tibet e Indochina.(Buscaglia. 1996: 248).

Por todo esto el Budismo ha sido calificado como “el evento más grande de la historia”,
como”una religión atea”, como “una mística sin religión y una terapia contra la angustia”
(Fiore. 2000: 51), el Budismo está ofreciendo luz para iluminar el mundo de occidente
que enfrenta una terrible crisis a causa de un escepticismo y racionalismo instrumental
exagerados, un modelo civilizatorio depredador y ecocida y carente de ternura, lo que ha
sumido al ser humano en la soledad y el silencio, en la angustia, la miseria y la infelicidad.

El Jainismo

Otra religión presente en la India, es el Jainismo, con profundo contenido animista y


panteísta, según la cual, todo ser vivo tiene la cualidad de ser sagrado y su culto consistía
en reverenciar a 24 Titankaras, Jainas o santos, de los cuales se cree que el último de
ellos fue Mahavira. Según su mitología Rizaba fue el primer Jaina que vivió 8 millones
400 años y tenía una altura de 500 arcos. Creían que las deidades se reencarnaban 400
mil veces, y los seres terrestres un millón de veces. Los Jainistas empleaban mucho los
números en su mitología, su religión prohibió la mayoría de las religiones, tienen un
escrúpulo exagerado en no matar ningún ser vivo, y se los distingue porque siempre visten
de blanco. (Carter. Ibid).

El Tantrismo, la religión del placer y el amor

Actualmente como herencia de los antiguos cultos que van desde el Hinduismo, el
shivaismo, el vishnuismo, el budismo, el yoga, está resurgiendo, el Tantrismo, que no
constituye una religión en sí misma, sino que imprime un sentido nuevo a las anteriores,
Tantrismo vienes de los Tantra o libros sagrados, y sus prácticas consisten en una serie
de principios y técnicas mágico-salvificas que permite que el ser humano alcance la
perfección y la salvación y potencie nuevas formas energéticas cósmicas sacrales, a través
del sexo. El tantrismo no es sino la renovación del shaktismo, la antigua religión de la
diosa Shakti la diosa del amor y del placer, esposa y madre de todos los hombres, la que
anima el poder del cuerpo en especial de Shiva; el tantrismo es un retorno a la religión de
la madre Shaktica, es decir de la sexualidad, pues se sustenta en un principio cósmico
femenino, a través de la vía mística lunar erótica, se trata de una forma de sacralización
del eros, elemento fundamental en el culto del Shiva-Ligman (falo) y de la diosa Yoni
(vagina); para el trantrismo, la vida sexual es el vehículo a través del cual los seres
humanos se adecuan a lo divino, para en el ejercicio del placer poder reconstituir la
creatura en su condición original de plena, pues hacer el amor para los tántricos, no es
sino reproducir el momento cósmico de los orígenes que generaron los dioses, es traer la
luz de las estrellas a la tierra. (Fiore. Op. cit. :97-101)

La cultura india ofrece grandes aportes a la cultura humana, existían ya en el siglo III
a.n.e. diversos sistemas de escritura alfabético-silábica. Los aportes a la literatura
universal son monumentales, una muestra de ello son, los Vedas o libros sagrado del
conocimiento sobre la vida y la muerte de los pueblos indios. Además encontramos, los
poemas épicos el Mahabharata que canta la lucha contra los invasores Arios y como
parte de este el Bhabavad Gita (canción de dios); el Ramayana de Valmiki en el que se
entreteje el mito, la leyenda y la realidad, la epopeya narra las acciones heroicas de Rama
un príncipe despojado de su poder y del rapto de su esposa Sita. Otro insustituible aporte,
son los textos de la sabiduría del bosque de los Upanishad; asi como el Kama Sutra en el
que se muestra toda la sabiduría tántrica sobre el arte sagrado del amor, sobre el
conocimiento del cuerpo y la liberación a través del sexo. Los Puranas, los 18 libros del
“antiguo amor” que ofrecen consejos para poder llegar a ser una persona plenamente
humana. Otro texto importantísimo es el Artasastra (Manual de política) escrito por
Kautilya ministro de Chandragupta, en el que se aconsejaba a los reyes las estrategias
para mantenerse en el poder, justificando el uso de la amabilidad o la crueldad, de la
justicia o de la injusticia, o de cualquier otro medio con tal de conseguir sus fines, este es
el primer manual de política que se conoce en la historia y que sirvió de modelo para que
Maquivelo siglos después escriba El Príncipe. El Panchatantra colección de cinco libros
con las más antiguas y bellas fábulas de la literatura sánscrita, en las que se expresa la
profunda sabiduría de Báidaba, filósofo Braman a quien se atribuye su escritura. Los
textos budistas en lengua pali, que comprendían la Tripitaka (“Tres canastos”) y los
Sutras (sermones) que contenían los cuentos y fábulas de Jataka. Todos estos textos, son
verdaderos clásicos de la literatura universal y que constituyen la base de las doctrinas
fundamentales del pensamiento Hindú.

Los Hindúes desarrollaron además, las ciencias matemáticas y astronómicas conocían un


calendario de doce meses y treinta días y agregaban un mes cada cinco años; tenían
profundos conocimientos médicos, de la anatomía y de las plantas medicinales;
practicaron técnicas para el desarrollo físico y espiritual como el yoga.

Muchos son los aportes de la India a la cultura humana, pero quizá, el más importante de
todos pensamos, es haber mostrado una rica diversidad de vías, para trabajar en una
verdadera ecología del espíritu, para que el ser humano sea capaz de reencontrarse a si
mismo y a sus razones de ser en el mundo, tareas vitales en una civilización como la
nuestra caracterizada por la falta de identidad y de sentido de la existencia, razón por la
que occidente cada vez más necesita volver a aprender de la milenaria sabiduría de la
cultura Hindú.
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