Los valores

Los valores de una sociedad son importantes, pero desafortunadamente esos valores se
están perdiendo. Muchas personas están menos interesadas en conservarlos y los está
sustituyendo por otro tipo de valor, le están dando prioridad a cosas menos valiosas, como
el éxito, el poder, el dinero, la influencia, el placer, etc. Cada día vemos como se deterioran
los canales de transmisión de los valores de nuestra estructura social, y la influencia de la
familia, de la Iglesia y de la escuela han ido desapareciendo. Las razones son muchas y
diferentes pero ya vemos que lo aceptable y lo bueno, ya no nos llega de la mano de
nuestros padres y abuelos, maestros o sacerdotes, sino de la masiva influencia de diferentes
medios de comunicación: la prensa escrita, la televisión, la radio y la Internet.
El ser humano a través de su vida se ha preocupado más por guardar su imagen, basado en
las apariencias, que por su forma verdadera de ser y por la verdad de sí mismo. Nuestra
sociedad actual esta falta de valores. El ser humano se ha devalorizado totalmente y esto se
ha reflejado en la sociedad misma. Los valores son los que nos hacen humanos. La pérdida
de dichos valores conlleva la deshumanización del ser humano y de la sociedad misma.
Esta pérdida de valores trae sufrimiento y violencia en las relaciones. Por esa razón, nuestra
sociedad está viendo tanta criminalidad y tanta falta de respeto hacia la vida de otros. Basta
consultar los altos índices de criminalidad, prostitución, drogadicción, narcotráfico,
alcoholismo, infidelidades conyugales, etc., para constatarlo, por lo tanto, las generaciones
de estos tiempos se orientan hacia la decadencia de los valores morales que deben regir a
una sociedad. Muchas personas están preocupadas por estas tendencias, pero son pocos los
que toman acciones correctivas.
Si queremos hacer cambios fundamentales en los principios y valores de nuestro país,
tenemos que nosotros dar el ejemplo y participar de actividades que promuevan esos
cambios. Se debe promover el diálogo abierto y respetuoso sobre distintos asuntos
envolviendo a la familia, la iglesia y la sociedad en general. De ese intercambio de dialogos
e ideas surge un nuevo entendimiento de quiénes somos y hacia dónde nos debemos dirigir,
como seres humanos, como nación y como mundo.
Depende exclusivamente de la elección libre, el individuo decide alcanzar dichos valores y
esto sólo será posible basándose en esfuerzo y perseverancia. Queremos que nuestros hijos
e hijas respiren un aire de respeto. Y en el ámbito social, la persona con valores buscará ir
más allá de su propio bienestar y buscará solidaridad, honestidad, libertad de otros, paz, etc.
para hacer de este país y de este mundo uno con posibilidades de ser mejor. Sólo así es
posible construir un nuevo modelo de sociedad, que se distinga por la justicia, la igualdad y
la armonía.