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ENSAYO CASO VINCULADO A LOS DERECHOS LABORALES EN MÉXICO

18 meses de abusos sexuales continuos que soportó Angélica en la CFE.

La trabajadora se quedó sin contrato tras denunciar las constantes agresiones de un compañero
en la sede de El Cóbano, en Michoacán. (Guillén, 2022)

Cuenta que fueron seis veces y que todas se resistió. Se hizo una bolita, se tiró al suelo, gritó,
lloró, le pidió por favor que parara, lo manoteó. Sucedió durante un año y medio y siempre con
el mismo hombre, Juan, un compañero de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la sede
de El Cóbano, en Michoacán (México). Los escenarios de los abusos cambiaban: en los
vestidores, en la sala de máquinas, en el sótano, en unas oficinas desiertas. Angélica, nombre
ficticio, cuenta que tiene depresión, que se intentó suicidar, que perdió la autoestima y sintió
que ya no valía nada, que ya no quiere regresar a la central, pero que fue injusto que perdiera
su contrato temporal, que “no se vale” que dijeran que ella era “la problemática”. Esta
extrabajadora de la CFE acaba de poner una denuncia penal en la Fiscalía de Michoacán por
el acoso que vivió dentro de la empresa paraestatal. Su acusación se suma a la serie de
denuncias por violencia sexual dentro de la compañía pública que ha podido comprobar este
periódico. (Guillén, 2022)

Hablar sobre la violencia sexual, así como también del acoso laboral, sus consecuencias y sobre
todo las causas que llevan a esto puede resultar difícil de acuerdo a las circunstancias que se
presentan.

Si dicha persona es culpable o víctima, eso lo decide la sociedad y las ideas con que se hayan
desarrollado. Este es un tema del que nunca se tendrán las mismas opiniones. Desde mi punto
de vista ni las mujeres ni nadie son culpables de que sean violadas sexualmente, o así mismo
acosadas. Una persona tiene los mismos derechos de libertad de hacer lo mismo que hacen
los demás, sin importar su género u orientación sexual. Es bien sabido que en dichos casos
laborales las mujeres son las que son más vulnerables a abusos y acosos sexuales.

Desde el momento en el que Angelica llegó a la central se sentía acosada. “Desde que llegué,
me veían como mercancía”, dice la exempleada. “Es raro el hombre que trabaja en esa central
y no te haga un comentario lascivo”. La propia Unidad de Género de la empresa reconoció a
EL PAÍS que dentro de la CFE hay un problema sistemático con el acoso sexual. “Está
indebidamente normalizado en muchos centros de trabajo” (Guillén, 2022)

En esta así como muchas empresas las mujeres siguen viviendo un infierno, así como en algún
momento se vivió hace 40 o 60 años, cuando realmente no había nada más que aguantarse.
Donde quedan los derechos humanos, los laborales, la ética en vivencias como estas, que se
dan a diario, lenguajes ofensivos y sexistas.

Como la situación no se frenaba, Angélica busca el apoyo de sus hermanos —que le


recomiendan callarse para no tener problemas— y de su madre. “A mediados de mayo, yo quise
suicidarme: había tocado fondo, me sentía una porquería, me la pasaba llorando. Le conté un
día a mi mamá, y ella me dijo: ‘Déjate violar. Si no, vas a perder tu trabajo y eso no lo podemos
permitir’. Me sentí morirme”. (Guillén, 2022)

En casos como estos que duran bastante tiempo, aguantando estas injusticias es debido a los
altos mandos, a los años de antigüedad, al miedo de que no te crean, a las necesidades
económicas, a la falta de apoyo de las personas más cercanas a nosotros. Es denigrante que
personas como Angelica deban pasar por situaciones así, el daño psicológico injustificado a
través de actos negativos y hostiles dentro o fuera por parte de grupos sociales.
Estas situaciones prolongadas, además de enfermedades o problemas psicológicos, pueden
terminar, en situaciones extremas; en el suicidio, así como lo comentó la víctima.

El sindicato ganó la partida. Logró no renovar su contrato temporal por los presuntos problemas
que ella había creado tras la denuncia. Estas represalias fueron denunciadas a la Secretaría de
la Función Pública, que todavía no ha emitido una conclusión. Han pasado cinco meses desde
que Angélica se quedó sin trabajo y ahora, con sus ahorros, trata de reabrir su consultorio:
“Estoy intentando rehacer mi vida. Pero me gustaría que se enterara la mayor cantidad de gente
posible de lo que pasa, de la falta de apoyo y de lo que pasa en el sindicato, del machismo que
predomina, de la falta de sensibilidad hacia las mujeres, de que te juzgan y te señalan. Y eso
no se vale”. (Guillén, 2022)

La violencia contra la mujer es una situación que ha permanecido a lo largo de los tiempos con
la complicidad de la sociedad.

A estas consecuencias individuales para la víctima, hay que agregarle que el daño infligido a la
mujer trabajadora producto del hostigamiento sexual, también perjudica a la empresa, ya que
cuando una empleada es acosada tiene problemas de concentración y/ o puede cometer errores
en el trabajo, lo cual influye sobre su rendimiento, por lo que la productividad será baja y ello se
traduce en pérdida de dinero.

Por lo anterior, se puede concluir que cuando esa violación a la integridad humana se da en el
ámbito laboral, es humillante y denigrante en extremo, ya que representa una violación al
derecho de trabajar en un ambiente digno y humano, más cuando es a través del trabajo que
obtenemos el sustento para cubrir las necesidades y el de su familia.
El acoso sexual en el trabajo, puede ocasionar que dicha persona abandone su empleo para
escapar de su acosador, aun cuando en algunos casos su situación económica no se lo permite,
aumenta la probabilidad de que calle y se someta para no perder el empleo y el consecuente
ingreso como anterior mente sucedió con Angelica.
También hay que considerar que el acoso dificulta el desenvolvimiento de las funciones
laborales y la satisfacción de hacerlas. Vivimos en una sociedad en la que las mujeres que
pasan por estas situaciones tienen siempre la sensación de culpabilidad generada por la carga
social, que la percibe ante esos hechos como una mujer provocadora.

Bibliografía
Guillén, B. (12 de Noviembre de 2022). Abusos sexuales en CFE. EL país.
María, A. (2020). Violecia sexual y acoso laboral. Ciencias sociales en méxico, 5.

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