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Noviembre 2022

DESDE EL ENCUENTRO CON JESÚS, PEDIMOS LA


GRACIA DE COMPROMETERNOS CON ALEGRÍA
Estructura de la Lectio Divina

Exposición del Santísimo y oración inicial

Lectura del texto bíblico

Meditación del texto sagrado

Oración final y reserva

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Exposición del Santísimo
Oración inicial
Canto para la exposición
Ministro:
La fe cristiana para que sea auténtica necesita estar cimentada en
el seguimiento de Jesús, fruto del encuentro con Él. De ese
encuentro vivo que necesitamos alimentar todos los días dependen
todas nuestras actividades apostólicas como una consecuencia que
nos impulsa a construir juntos el Reino de Dios. De lo que juntos
vamos encontrando en la oración, a través de la escucha de la
Palabra y la participación en los sacramentos, nuestro espíritu se va
fortaleciendo para comprometernos en nuestra vida en acciones
concretas que nos llevan a ser fermento en la sociedad en la que
vivimos.
Es por ello que para ser la levadura que el Señor desea de cada uno
de nosotros, necesitamos esa relación viva que nos lleve a un
compromiso alegre de la vivencia de nuestra fe. Una fe sin obras,
una oración sin compromiso, no puede llamarse cristiana, y muchas
veces el cristianismo se ha conformado en una práctica de ritos
religiosos que sólo se limitan a la esfera de una celebración que se
queda en pura apariencia.

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Exposición del Santísimo
Oración inicial

Es por ello que somos conscientes de la necesidad de despertar


nuestra fe para pasar de la superfluo a lo que tiene sentido, de una
vida acomodada a una existencia que camina hacia la plenitud.
Cuánta necesidad tenemos de despertar nuestro corazón
escuchando la voz del Espíritu que nos impulsa a vivir y a
comprometernos con alegría. Por ello en este momento de oración
pedimos al Señor la gracia del encuentro y del compromiso
fecundo en el mundo en el que hoy nos toca vivir.

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Oración inicial
Exposición del Santísimo

Oración:
Estamos ante ti, Señor, reunidos en tu nombre. Tú que eres nuestro
verdadero consejero: ilumina nuestro entendimiento, ven a
nosotros. Fortalece nuestra esperanza, muéstranos el rostro de tu
misericordia que nos anime a creer en la confianza que has puesto
en nosotros.
Tu nos muestras el camino de la verdad y la justicia, porque tú eres
la Verdad, la Justicia y la Vida. Sólo desde un encuentro personal y
profundo, desde la luz de tu mirada podemos comprender la
importancia de nuestra acción en el mundo. Nos has llamado Señor
a seguirte y a construir tu Reino, no permitas que vivamos una fe
sin obras, una oración sin compromiso, una manera de
relacionarnos que no esté impulsada por el amor. Entra en
nuestros corazones para que sepamos discernir los signos de los
tiempos y respondamos con prontitud a lo que deseas de cada uno
de nosotros. Enséñanos a valorar lo pequeño venciendo cualquier
actitud de desánimo o apatía.

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Envía el fuego de tu Espíritu que nos haga amar tu cuerpo que es la
Iglesia con cada uno de sus miembros fortaleciendo nuestras
manos cansadas y nuestros pasos vacilantes. Sálvanos de toda
tibieza que impida que vivamos nuestra fe sin el calor de tu
palabra. Hazte presente en nuestro Sínodo Diocesano para que
aprendamos a caminar juntos con la fuerza del Evangelio. Señor,
sin ti no podemos hacer nada, ven en nuestra ayuda y crea en
nosotros un corazón nuevo. Purifica nuestros deseos y
pensamientos para que todo nuestro trabajo brote del encuentro
contigo y sepamos comprometernos con generosidad y alegría.

Silencio de Adoración

Canto de Adoración

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Lectura del texto bíblico
1 Cor 12, 12-27

Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero,


todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un
solo cuerpo, así también es Cristo. Pues por un mismo Espíritu todos
fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya Judíos o Griegos, ya esclavos
o libres. A todos se nos dio a beber del mismo Espíritu. Porque el
cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si el pie dijera: "Porque
no soy mano, no soy parte del cuerpo," no por eso deja de ser parte
del cuerpo. Y si el oído dijera: "Porque no soy ojo, no soy parte del
cuerpo," no por eso deja de ser parte del cuerpo. Si todo el cuerpo
fuera ojo, ¿qué sería del oído? Si todo fuera oído, ¿qué sería del olfato?

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Ahora bien, Dios ha colocado a cada uno de los miembros en el
cuerpo según le agradó. Y si todos fueran un solo miembro, ¿qué sería
del cuerpo? Sin embargo, hay muchos miembros, pero un solo

Lectura del texto bíblico


cuerpo. Y el ojo no puede decirle a la mano: "No te necesito;" ni
tampoco la cabeza a los pies: "No los necesito." Por el contrario, la
verdad es que los miembros del cuerpo que parecen ser los más
débiles, son los más necesarios; y las partes del cuerpo que
estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra. Así
que las partes que consideramos más íntimas, reciben un trato más
honroso, ya que nuestras partes presentables no lo necesitan. Pero
así formó Dios el cuerpo, dando mayor honra a la parte que carecía de
ella, a fin de que en el cuerpo no haya división, sino que los miembros
tengan el mismo cuidado unos por otros. Si un miembro sufre, todos
los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado, todos los
miembros se regocijan con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de
Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él.

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MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO

1 Cor 12, 12-27

Ahora viene el momento de reflexionar sobre lo que nos dice el texto.


Se trata de dejar que la Palabra de Dios llegue a los más profundo de
nuestro ser. Para ello hay que ‘rumiar’ el sentido del texto, hasta
sentirnos parte de él. Además, hay que confrontarlo con nuestra
realidad.

Tomar conciencia del valor y la importancia de cada uno de


nosotros como miembros del Cuerpo de Cristo nos ayuda a
comprometernos en nuestra comunidad valorando cualquier
trabajo por pequeño que sea.

Para que el Cuerpo manifieste su armonía, todos sus miembros


interactúan entre sí, todos participan. No podemos eludir el
compromiso dejando las tareas a unos pocos ya que todos somos
necesarios y lo que dejemos de hacer afecta a todo el Cuerpo.

Nos damos cuenta que dentro del Cuerpo unos miembros


sobresalen más que otros, pero eso es según su función pues
todos hemos bebido del mismo Espíritu. Pasamos de una Iglesia
con una estructura Piramidal a una Iglesia que es Pueblo de Dios
en donde la participación de todos construye la comunión.

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Nos MEDITACIÓN
alegramos de serDEL parteTEXTO
del Cuerpo de Cristo, de ser
SAGRADO
miembros de la Iglesia. Pedimos

por los miembros más
débiles de este cuerpo, los que más sufren, para hacernos
solidarios y aprender a sentir con la Iglesia

No somos entes individuales, personas aisladas que buscan su


salvación. Somos parte de un único cuerpo en donde se va
haciendo presente el Reino de Dios y pedimos la gracia de
abrirnos al diálogo, de valorar lo que es distinto, de promover
el respeto y el reconocimiento de cada uno de los miembros
de este Cuerpo que está llamado a crecer en unidad y en
comunión.

Pedimos al Señor la gracia de desterrar cualquier actitud de


rivalidad o competencia, reconociendo a los demás como
superiores a nosotros mismos.

Pedimos finalmente al Señor los sentimientos de Cristo Jesús,


el cual no quiso aferrarse a su condición divina sino que se
despojó asumiendo la condición de hombre, tomando la
forma de siervo, y se humilló a si mismo haciéndose obediente
hasta la muerte y una muerte de Cruz.

Adoramos a Jesús que presente entre nosotros como siervo se


rebaja, que se anonada para llevarnos por el camino de la
humildad hacia Dios.

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LECTURA DEL TEXTO BÍBLICO

Salmo 26

Rezamos ahora con el salmo 26 que nos invita a ver en Dios


nuestra luz, nuestra fuerza, nuestra esperanza, que nos impulsa
a comprometernos sabiendo que no vamos solos en el Sínodo
sino que Él camina con nosotros:

El Señor es mi luz y mi salvación,


¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?

Cuando me asaltan los malvados


para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí,


mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo

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Una cosa pido al Señor, No rechaces con ira a tu siervo,
eso buscaré: que tú eres mi auxilio;
habitar en la casa del Señor no me deseches, no me abandones,
por los días de mi vida; Dios de mi salvación.
gozar de la dulzura del Señor,

contemplando su templo. Si mi padre y mi madre



me abandonan,
El me protegerá en su tienda el Señor me recogerá.
el día del peligro; Señor, enséñame tu camino,
me esconderá guíame por la senda llana,
en lo escondido de su morada, porque tengo enemigos.
me alzará sobre la roca;


No me entregues
y así levantaré la cabeza a la saña de mi adversario,
sobre el enemigo que me cerca; porque se levantan contra mí
en su tienda sacrificaré testigos falsos,
sacrificios de aclamación: que respiran violencia.
cantaré y tocaré para el Señor.


Espero gozar de la dicha del Señor
Escúchame, Señor, que te llamo; en el país de la vida.
ten piedad, respóndeme. Espera en el Señor, sé valiente,
Oigo en mi corazón: ten ánimo, espera en el Señor.
"Buscad mi rostro".

Tu rostro buscaré, Señor,

no me escondas tu rostro.

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MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO

Salmo 26

Dios nos invita a una confianza continua, en su amor, en su


Providencia. El Salmo nos hace comprender que aunque tengamos
situaciones adversas o contrarias, Dios siempre nos ayuda a salir
adelante, porque Él es nuestro refugio, nuestro escudo, nuestra
salvación.

En el camino Sinodal podemos caer en el desánimo y la frustración


al no ver los resultados que esperamos, a cansarnos de luchar, a
caer en el pesimismo. Todos estos son enemigos silenciosos que
nos roban las fuerzas y el ánimo en la lucha. Dios como defensor
siempre acompaña a su Iglesia y la anima a seguir adelante,
invitándonos a creer, a esperar más allá de lo que alcanzamos a
ver. Tener ánimo es una de las claves de este salmo ya que existe la
certeza que Dios actuará para que salgamos victoriosos.

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Lectura del texto bíblico
Mt 25, 14-30

Nos dejamos iluminar por la Palabra de Jesús que nos recuerda que
para cumplir nuestra misión, para invitarnos a un compromiso
responsable, Dios nos ha dotado de talentos, de los dones de su
gracia para que podamos producir un fruto abundante:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:


—«Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó
encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro
dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó.
El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó
otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En
cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el
dinero de su señor.

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Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se
puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido
cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco
talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco". Su señor le dijo:
"Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo
poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor". Se
acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos
talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos". Su señor le dijo: "Muy
bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco,
te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor".
Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor,
sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges
donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra.
Aquí tienes lo tuyo". El señor le respondió: "Eres un empleado
negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y
recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el
banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses.
Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se
le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que
tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el
llanto y el rechinar de dientes"».

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MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO

Mt 25, 14-30

El miedo provoca una parálisis en el hombre que recibió un talento


y se presenta como uno de los peores enemigos que impiden que
produzca cualquier clase de fruto. Es importante adentrarnos en el
corazón de este personaje que tiene una idea de su Señor errónea
que cosecha lo que no ha sembrado. En el camino Sinodal también
podemos paralizarnos en el camino frente a los retos que se nos
plantean. Pero una imagen falsa de Dios nos aleja de una
experiencia viva con él y de un compromiso fecundo. Pedimos al
Señor como más arriba nos señalaba el salmo, Tu Rostro buscaré
Señor, no me escondas tu Rostro. Dios se muestra a cada uno de
nosotros a través de su Hijo para darnos su amor filial y ayudarnos
a vivir con alegría y plenitud desde los dones que hemos recibido.
Frente al miedo que podemos experimentar pedimos la gracia de
encontrar al Dios vivo y verdadero, que nos anima a seguir
adelante confiando siempre en su ayuda.

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Dios ama al que da con alegría. La gratitud es uno de los
MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO
elementos más importantes cuando

reconocemos que todo lo


que tenemos lo hemos recibido como gracia, como don. Dar
las gracias es poner a trabajar y a desempeñar sin miedo los
dones que Dios nos ha dado generosamente y en la misma
medida nosotros también vivir en esa entrega generosa. El
Sínodo también nos invita a esta gratitud y al reconocimiento
de Dios como Padre que nos confía sus cosas. La experiencia
orante de la comunidad que se sabe llamada, escogida, es
también un signo de gratitud y correspondencia a los bienes
recibidos.

la parábola que Jesús nos cuenta también nos lleva a


reflexionar y a tomar conciencia de los dones que Dios nos ha
dado y que por diversas razones los hemos tenido guardados
bajo tierra. El Sínodo nos invita a despertar sin miedo
reconociendo todo lo bueno que el Señor ha ido derramando
en nuestra comunidad Diocesana. No queremos ser como el
siervo inútil, queremos aprender a reconocer el Don de Dios
en nuestras vidas y en la vida de nuestros hermanos para
ponerlas al servicio de la comunidad. De esta manera a través
del servicio y la participación alegre en el Sínodo,
desenterramos nuestros miedos, egoísmos y apatías que
paralizan nuestro caminar juntos. Pedimos a Dios la gracia de
reconocer todo lo que nos ha sido confiado para restituirlo a
través de nuestro servicio generoso y desinteresado buscando
el bien de la comunidad.

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Cada don recibido no nos pertenece y por ello entregamos
MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO
como una ofrenda de Jesús que

se entrega con su cuerpo y su


sangre. El Sínodo también lo vivimos como gracia como un
don de Dios para nuestra Diócesis. La Adoración Eucarística
nos recuerda que también somos invitados a ser una ofrenda
que se entrega al Padre como Jesús lo ha hecho. Adorando a
Jesús Eucaristía, reconocemos el Don mas grande que es Jesús
mismo y junto con Él alabamos a Dios.

Silencio de Adoración

Canto de Adoración

Oración final

Dios y Padre Nuestro, tu nos has llamado a trabajar en tu viña


generosamente, desde tu amor gratuito que nos quiere llevar
a una vida plena. En el camino recorrido hemos podido
tropezar conformándonos con una vida apagada y sin
entusiasmo. Hemos caído también en la crítica y en el
desánimo, nos hemos comparado con los demás y no hemos
aprendido a valorar todo el bien que has depositado en cada
uno de nosotros.

18
Frente a la gracia del Sínodo que tu amor providente nos
MEDITACIÓN DEL TEXTO SAGRADO
ofrece, abrázanos con tu amor de Padre para recuperar lo que

hemos perdido, para levantarnos con la dignidad de ser hijos


tuyos y para volver al camino de la comunión
Hoy queremos renovar nuestro compromiso para mirar
nuestro futuro con la esperanza que nos da tu llamamiento, la
de tu amor misericordioso que todo lo renueva. Abre nuestros
ojos y nuestro corazón para que reconozcamos tu presencia
en nuestras vidas, en los dones de tu gracia que tu amor nos
ha confiado para que produzcan fruto abundante.
Queremos ser un solo Cuerpo que brille por la unidad y la
solidaridad entre sus miembros. El camino Sinodal es una gran
oportunidad para despertar el encuentro entre nosotros,
venciendo las diferencias y para dejarnos sorprender por la
acción de tu gracia. Haznos reconocer que todos somos
necesarios, importantes, valiosos, un don para los demás.
Que este momento de gracia hoy se vuelva fecundo, hoy nos
lleve a comprometernos más, a desenterrar el talento
escondido y a reconocer que todo lo bueno que hay en
nosotros proviene de ti.
Bendice nuestra Diócesis de Cancun- Chetumal junto con su
Pastor y sus sacerdotes, religiosos y laicos que como hijos
tuyos caminamos hacia ti. Danos la abundancia de tu Espíritu
y tu amor constante que todo lo renueva. Amén

Bendición Solemne con el Santísimo y reserva

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