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Cuando el agua se convirtió en potable

Podríamos pensar que las soluciones para mejorar la calidad y la seguridad del agua para
consumo humano son una invención reciente, sin embargo son el fruto de
perfeccionar las técnicas utilizadas desde hace miles de años.

500 AL 1500 DC
Después de la caída del imperio Romano, los acueductos se dejaron de utilizar. Desde el año
500 al 1500 d.C. hubo poco desarrollo en relación con los sistemas de tratamiento del agua.
Durante la edad media se manifestaron gran cantidad de problemas de higiene en el agua y
los sistemas de distribución de plomo, porque los residuos y excrementos se vertían
directamente a las aguas. La gente que bebía estas aguas enfermaba y moría. Para evitarlo
se utilizaba agua existente fuera de las ciudades no afectada por la contaminación. Esta agua
se llevaba a la ciudad mediante los llamados portadores

Así como la filtración se mostró como un método de tratamiento efectivo para reducir la
turbiedad, desinfectantes como el cloro jugaron un gran papel en la reducción del
número de brotes epidémicos 
.
El primer sistema de suministro de agua potable a una ciudad completa fue construido en
Paisley, Escocia, alrededor del año 1804 por John Gibb. En tres años se comenzó a
transportar agua filtrada a la ciudad de Glasgow.
En 1806 Paris empieza a funcionar la mayor planta de tratamiento de agua. El agua
sedimenta durante 12 horas antes de su filtración. Los filtros consisten en arena, carbón y su
capacidad es de seis horas.
En 1827 el ingles James Simplón construye un filtro de arena para la purificación del agua
potable. Hoy en día todavía se considera el primer sistema efectivo utilizados con fines de
salud publica.

Los conductos eran por lo general de plomo, aunque también los


había de terracota y madera, estos últimos sobre todo en las provincias
noroccidentales. Discurrían por encima de las calles o de las superficies
pavimentadas, y transportaban el agua bajo presión por medio de un
sistema estanco.

La filtración, uno de los primeros pasos


Uno de los primeros pasos hacia la purificación del agua fue la filtración.
Si bien esta técnica ya hemos visto que viene de lejos, uno de los primeros ejemplos de filtración
del agua a gran escala fué la ciudad de Venecia. Construida sobre islas, Venecia era la ciudad
rodeada de agua pero sin agua de consumo, por lo que dependia de la captura y almacenamiento
del agua de lluvia. 

Para ello, bajo las plazas y espacios públicos, hábilmente enlosados para recoger el máximo de
agua, se construyeron algibes de almacenamiento bajo un relleno de arena que actuaba como filtro,
con una gradación de tamaño del grano para una mayor eficacia de la filtración. 

El agua filtrada se recogia en pozos, a los que acudian los habitantes de Venecia para
abastecerse de agua filtrada hasta finales del siglo XIX. Actualmente todavia pueden verse los
brocales de esos pozos en las plazas y calles de la ciudad, que hoy estan clausurados con tapas de
hierro.

La comercialización de la filtración del agua vino más tarde, en los siglos XVIII y
XIX, en Francia e Inglaterra. Primero desarrollando, patentando y vendiendo filtros
para uso individual y posteriormente construyendo plantas de filtración y
distribuyendo el agua filtrada en contenedores sellados.
La esponja, el carbón, la lana y la arena fueron promovidos como medios filtrantes durante este
período, en el que figuras como el italiano Luc Antonio Porzio y el francés Joseph Amy
desarrollaron innovadores sistemas de filtración.

El primero propuso un ingenioso sistema de filtración múltiple a través de arena, precedido por un


proceso de colar y sedimentar el agua. Y el francés por su parte realizó diseños, para filtros tanto
grandes como pequeños, escribió un libro sobre ello y fundó la primera manufactura conocida de
fabricación de filtros. Amy se decantó por las esponjas en sus intricados diseños, aunque
finalmente la arena acabó siendo incluida en sus creaciones, dada su calidad como medio de
filtrado.

De una forma u otra, la desinfección del agua se ha practicado durante miles de años, siendo la
ebullición el método preferido durante siglos. Otros agentes desinfectantes utilizados a través del
tiempo incluyen el cobre, la plata, el cloro, el ozono y la radiación ultravioleta.

Si bien la filtración del agua, combinada con la sedimentación, fue un gran paso hacia la obtención
del agua potable que conocemos hoy, los procesos de desinfección del agua introducidos
posteriormente fueron decisivos en la reducción del número de brotes epidémicos de
enfermedades como el cólera, la disenteria o la fiebre tifoidea.

Aunque los suministros municipales de agua crecieron en número a lo largo del siglo XIX, las
condiciones sanitarias y de salud no comenzaron a mejorar radicalmente hasta la introducción de
la desinfección con cloro a principios del siglo XX.

Por ejemplo, en 1900 había más de 3.000 sistemas de suministro municipal de agua en los Estados
Unidos, pero en ocasiones, en lugar de mejorar la salud y la seguridad, contribuyeron a
expander brotes importantes de enfermedades. Lamentablemente, el suministro de agua por
tubería y bombeo, cuando está contaminado, puede propagar eficientemente bacterias patógenas
por toda la comunidad.

Este fué, por ejemplo, el caso de la epidemia de cólera de 1854 en el barrio del Soho en Londres, en
el que murieron más de 700 personas en una semana en un área de apenas medio kilómetro de
diámetro. El doctor John Snow, precursor de la epidemiologia moderna, relacionó que el brote era
causado por una bomba que suministraba agua proveniente de un pozo contaminado con heces.
Snow no compartia la teoria del miasma, extendida en aquel momento, y estaba convencido de que
el cólera entraba en el cuerpo por la ingestión del agua contaminada. 

Los sistemas de abastecimiento de agua potable sin tratar, o con un tratamiento


inadecuado, siguen siendo la mayor amenaza para la salud pública, especialmente en los
países en desarrollo, donde casi la mitad de la población consume agua contaminada. En
estos países, enfermedades como el cólera, la tifoidea y la disentería crónica son
endémicas y matan a niños y a adultos. En 1990 más de tres millones de niños menores
de cinco años murieron por enfermedades diarreicas. Los más recientes avances en el
tratamiento del agua han sido las mejoras alcanzadas en el desarrollo de membranas
para osmosis inversa y otras técnicas como la ozonización y otras relativas a la
eliminación de los cada vez mayor número y cantidad de contaminantes encontrados en
el agua potable.

l tratamiento del agua es el proceso de naturaleza físico-química y biológica, mediante el


cual se eliminan una serie de sustancias y microorganismos que implican riesgo para el
consumo o le comunican un aspecto o cualidad organoléptica indeseable y la transforma
en un agua apta para consumir.

Lo más frecuente era vertir los residuos y excrementos directamente a las mismas
aguas que se utilizaban para el consumo humano, por lo que era frecuente que la
gente que bebía estas aguas acabase enfermando y muriendo. Todo lo que se
hacía para evitarlo era utilizar el agua existente fuera de las ciudades no afectada
por la contaminación. Un dato que refleja el retroceso experimentado durante
estos años es que esta agua se llevaba a la ciudad utilizando la fuerza humana,
mediante los llamados portadores.

El Renacimiento es un movimiento artístico y cultural que empezó junto


con la Edad Moderna, un periodo posterior a la Edad Media y que se
extendió entre los siglos XIV y XVI.

Durante esta época, empiezan a producirse una serie de cambios y


descubrimientos que anunciaban el fin de la Edad Medieval y daban paso
a la modernidad: la aparición y consolidación de nuevos estados europeos,
los viajes transoceánicos entre Europa y América, el ascenso de
la burguesía (que puso fin a los estamentos del feudalismo)...
Así fue cómo se desarrollan los ideales del movimiento humanista, una
nueva forma de pensar que rompe con la visión medieval del mundo.

La cultura pasó de los monasterios a las calles, había una mayor libertad de


pensamiento y aparecieron las primeras universidades. La invención de
la imprenta también favoreció la difusión de nuevas ideas.

Del teocentrismo al humanismo


La frase “el hombre es la medida de todas las cosas” expresaba la actitud
de la nueva época. Durante el Renacimiento se produjo una clara separación
entre religión y filosofía, entre razón y fe.

La principal corriente ideológica era el humanismo, que consideraba al


hombre como el centro y la medida fundamental de todas las cosas (a
diferencia del teocentrismo de la Edad Media, en la que todo giraba en torno
a Dios).

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