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"La Flor del Rey"

En un reino lejano y mágico, rodeado de bosques y montañas, vivía un joven llamado


Riuta. Riuta era el único hijo del rey y había sido criado en el palacio, rodeado de lujos y
comodidades. Era un chico inteligente y bondadoso, todo el mundo en el reino le
apreciaba y confiaba en que sería en el futuro un excelente rey, aunque en el fondo de su
corazón, Riuta siempre se había sentido un poco atrapado en el palacio y anhelaba
conocer el mundo que había más allá de sus paredes de piedra.

Un día, mientras paseaba por el jardín del palacio, Riuta vio a lo lejos un ente blanco,
que dejó caer lo que parecía una lagrima sobre un grupo de flores antes de desaparecer
en un instante. Riuta corrió hacia donde se encontraba el ente, pero lo único que encontró
fue una extraña flor que había crecido entre las margaritas. La flor tenía un color rojo
intenso y un aroma dulce y embriagador. Riuta se sintió atraído por la flor y decidió
arrancarla y llevarla a su habitación.

Cuando Riuta se acercó a la flor, sintió una extraña energía que le recorría el cuerpo. Era
como si la flor estuviera hablando con él, transmitiéndole una sensación de paz y de
alegría. Riuta no podía creer lo que estaba pasando y decidió tocar la flor con cuidado.

Al tocar la flor, Riuta sintió una explosión de luz y de calor que le inundó el cuerpo. Era
como si un millón de estrellas hubieran estallado dentro de él. Riuta se sintió
transportado a un lugar mágico y salvaje, rodeado de bosques y montañas. El aire era
fresco y puro y el sol brillaba con fuerza en el cielo azul. Riuta no podía creer lo que veía
y no sabía muy bien qué hacer.

De repente, apareció una criatura extraña y maravillosa frente a él. Era una chica joven
que le envolvía un haz luminoso y tenue por todo el cuerpo, llevaba un vestido blanco,
una melena dorada y en mitad de la frente tenía una runa antigua dorada que palpitaba
débilmente. La criatura le miró con ojos inteligentes y le habló con una voz dulce y
melodiosa.

"Hola Riuta, soy el espíritu de la naturaleza y he sido enviado para guiarte en tu viaje",
dijo la criatura. "Sé que deseas conocer el mundo y aprender más sobre la magia y los
secretos de la naturaleza. Yo te ayudaré a hacerlo, pero debes prometerme que
protegerás la naturaleza y que no harás daño a los seres que la habitan".

Riuta aceptó encantado y el espíritu le explicó que la flor mágica que había encontrado
en el jardín del palacio era un regalo suyo y que, al tocarla, Riuta había hecho un deseo
que le había llevado a este lugar mágico. El espíritu le dijo a Riuta que la flor tenía el
poder de conceder deseos y que, si quería, podía volver al palacio o seguir con el espíritu
y explorar el mundo.

Riuta se sintió muy emocionado al escuchar las palabras del espíritu y, sin dudarlo ni un
segundo, deseó poder salir del palacio y explorar el mundo. El espíritu sonrió y le dijo:
"Muy bien, Riuta. Tu deseo es mi mandato". En ese instante, el espíritu empezó a
cambiar de forma convirtiéndose en un blanco y reluciente unicornio con una crin dorada
y una cola larga y espesa, que, alzando su vista al cielo, produjo un lento destello que
cegó la vista a Riuta durante unos segundos.

De repente, Riuta sintió que volvía a transportarse a otro lugar, esta vez cabalgando a
lomos del unicornio a través de un bosque mágico lleno de árboles gigantes y animales
exóticos. El unicornio le dijo que aquel era el Bosque de la Magia, un lugar donde todo
era posible y donde el tiempo no existía.

Riuta se sintió completamente embriagado por la belleza del lugar y decidió seguir al
unicornio en su viaje. Juntos, recorrieron el bosque y visitaron lugares mágicos y
maravillosos, como el Castillo de los Dragones y el Jardín de las Hadas. Riuta no podía
creer lo que estaba viviendo, aprendió a hablar con los animales, a curar heridas con
hierbas y a volar entre las nubes. A cada paso, Riuta se sentía más vivo y libre que nunca.

Pero el bosque no estaba tranquilo mientras Riuta disfrutaba de su aventura. Un oscuro


hechicero había sido visto merodeando por los bosques y el espíritu estaba muy
preocupado ya que quería robar el corazón del bosque.

Mientras Riuta y el espíritu de la naturaleza se adentraban más y más, Riuta no podía


dejar de preguntarse qué quería el oscuro hechicero con el bosque. ¿Por qué quería
destruirlo y apoderarse de toda su magia? El espíritu le explicó que el oscuro hechicero
se llamaba Atuir, era una antigua criatura del bosque y tenía una razón para apoderarse
de él. Muchos años atrás, Atuir había perdido a su esposa y a su hija en un terrible
incendio mágico que había arrasado con su hogar. Desde entonces, Atuir había jurado
vengarse de la naturaleza y hacer todo lo posible por controlarla y domesticarla.

Atuir se había dedicado a estudiar todos los tipos de magia y había aprendido a controlar
el fuego y la oscuridad. Había hecho un trato con unos seres oscuros y malignos que le
habían otorgado poder y había llegado a ser uno de los hechiceros más temidos del reino.

Ahora, Atuir había decidido que era el momento de tomar venganza contra la naturaleza
y se había puesto en marcha hacia el bosque mágico, donde vivía el espíritu de la
naturaleza y donde se guardaba el corazón que le otorgaba poder y sabiduría. Atuir sabía
que si lograba apoderarse del corazón del bosque y destruir el espíritu de la naturaleza,
podría controlar todo el reino y hacer que la naturaleza se doblegara a su voluntad.

El espíritu le dijo a Riuta que el oscuro hechicero había estado tratando de destruir el
bosque durante siglos, pero que siempre había fracasado gracias a la magia del espíritu
y de los seres mágicos que habitaban el bosque.

Pero ahora, el oscuro hechicero había encontrado una forma de debilitar la magia del
espíritu y de los seres mágicos, y estaba más cerca que nunca de conseguir su objetivo.
Riuta se sintió muy preocupado al escuchar esto y le preguntó al espíritu qué podían
hacer. El espíritu le dijo que debían llegar al corazón del bosque, donde se encontraba la
fuente de toda la magia del mundo, y protegerla a toda costa. Riuta asintió y juntos, se
adentraron más y más en el bosque, decididos a proteger la magia y a derrotar al oscuro
hechicero.

Juntos, se enfrentaron a Atuir y a sus seres oscuros. La batalla fue épica y llena de magia
y peligros, pero al final, Riuta y el espíritu de la naturaleza lograron vencer a Atuir y
salvar el bosque mágico. En ese momento, el espíritu le confiesa a Riuta que ella es la
reencarnación de la voluntad del bosque y que por lo tanto el corazón del bosque, era
también el suyo. El espíritu se despide, agradeciendo a Riuta por las fantásticas
aventuras que ha vivido con él, su preocupación por el bosque y por haber salvado a
todas las criaturas mágicas del hechicero, antes de fusionarse lentamente con el corazón
del bosque junto a otro destello que vuelve a cegar a Riuta durante unos instantes.

Cuando Riuta vuelve a abrir los ojos, esperando a que se adapten lentamente por el
destello y secándose las lágrimas por su despedida con el espíritu, observa confuso a su
alrededor: estaba de vuelta en su habitación del palacio, sosteniendo en su mano derecha
la flor mágica.

A partir de entonces, Riuta dedicó su vida a proteger la naturaleza y a enseñar a otros


en el reino la importancia de cuidarla. Y aunque extrañaba a veces la libertad y la
aventura de sus días de viaje, estaba muy contento de haber encontrado su propósito y
de haber hecho una diferencia en el mundo.

Y así, gracias a la magia de la flor del rey, Riuta se convirtió en el protector del bosque
mágico y en un gran héroe para todos los que conocían su historia.

FIN

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