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Marcela Echeverri, Francisco A. Ortega y Tomás Straka, Editorial.

La invención de la
república: la Gran Colombia. Anuario Colombiano de Historia Social y la Cultura, vol.
45:2 (julio- diciembre 2018).

El período referente a la Gran Colombia (1819-1831), a pesar de corresponder dentro de


la historia nacional a un hecho fundacional de las naciones de Ecuador, Colombia y
Venezuela, ha sido uno de los procesos menos investigados por la historiografía de
dichos países. Así mismo, la omisión y manipulación de lo que fue la Gran Colombia ha
suscitado la urgencia por reinterpretar y revisar desde una perspectiva crítica lo
concerniente a este tema.
Los autores señalan la importancia de comprender el período desde su contribución en
la creación de las repúblicas y su rol en la construcción de las nacionalidades
hispanoamericanas, como también en el aporte que introduce sobre la filosofía política
hemisférica. De este modo, es que los autores presentan una especie de coordenadas
junto con un estado del arte sobre el tema y a los autores que participan en la renovación
historiográfica de la Gran Colombia.
Cabe destacar los dos problemas que atraviesan el tema de la Gran Colombia como
sujeto histórico: el primero es que se la analiza desde su deber ser o mejor dicho, lo que
debió ser. Y también desde su fracaso, el que se explica desde cuestiones como la
precaria modernidad existente en los países que la conformaban, la rivalidad entre
caudillos y otros. Donde el culto a Bolívar, ha jugado un papel importante como
legitimador del discurso en la construcción del Estado.
Lo que rodea a la República de Colombia es un mito fundacional, promovido por la
historia nacional y que se presenta como un momento teleológico a la construcción de la
nación.
Lo anterior expuesto por los autores, nos lleva a asimilar que la Gran Colombia aún no
ha sido explicada, es un proceso de poca comprensión, ya que los procesos internos
dentro de ella eran complejos y no existía una homogeneidad en la república. El debate
con la historia nacional y la información sobre el tema se halla en la historia oficial y en
un segundo momento en una reinterpretación de los hechos.
El cauce memorialista dicen los autores, sigue dos caminos: el neogranadino, que añora
el orden perdido. Enmarcado en textos como el de Tomas Cipriano En: Memorias sobre
la vida del libertador, donde predomina una narrativa que reivindica a Santander y su
partido como defensores de la constitución y la legalidad.
La historia oficial sienta a Colombia como un producto milagroso de un hombre
adelantado al pasado, y el colapso de la república no es más que producto de la
incomprensión a su genio. Autores como José Manuel Restrepo, y Manuel Groot
abordan la historia desde esta perspectiva, sin ir más allá de las figuras.
Ahora, para la historiografía venezolana en la construcción de su historia manejan las
mismas líneas características de la historiografía neogranadina, expuesta en: El resumen
de Venezuela de Rafael María Baralt de 1841, quien hace alusión a Bogotá solo para
comprender el proceso venezolano. No existe aún una visión de conjunto, es una
especie de invisibilización al proceso global.
Ahora, en Ecuador y Panamá, existe una distancia con el proyecto, que en Ecuador es
visto como un arreglo entre neogranadinos y venezolanos. Para Panamá, según Mariano
Arosemena en: Apuntamientos históricos de 1868, Colombia representaba conveniente
al sumarse a una confederación de estados.
Para mediados del siglo XX, surgen nuevos análisis de la historia de la Gran Colombia,
que superan la historia nacionalista. Aparecen nuevos aportes en historia de las
relaciones internacionales, como con José Urrutia en: Política internacional de la Gran
Colombia de 1941. En estudios constitucionales, destaca Leopoldo Uprimny con: El
pensamiento filosófico y político en el congreso de Cúcuta de 1971, entre otros.
Sin embargo, el texto que rompe con la tradición nacionalista, según los autores, es el
texto de David Bushnell con: el régimen de Santander en la Gran Colombia de 1966. Ya
que revisa en conjunto a la república, pero enfatiza en la nueva granada.
Los trabajos anteriormente mencionados, sirven de base para que en los años 1980 en
adelante se construyan nuevas interpretaciones como con Castro Leiva, Inés Quintero,
Ángel Rafael Almarza, quienes ofrecen una visión de conjunto de los procesos
suscitados en nueva granada.
En este sentido, los autores mencionan seis textos claves para la comprensión del
período, en primer lugar, el texto de María José Afanador quien aborda el proceso de
construcción de Colombia desde las aspiraciones culturales y comerciales de las élites
en zonas comerciales claves como Guayaquil. Revelando la importancia del Pacífico
para las relaciones de la Gran Colombia.
Así también, Santiago Cabrera en su texto, identifica la dificultad para articularse con la
soberanía nacional de los poderes municipales y los mecanismos de legitimación de las
soberanías locales, para articularse dentro de la república. Lina del Castillo por otro
lado, aborda cómo la producción científica fue utilizada para legitimar a Bogotá como la
capital del orden político de la república. Tomas Stranka, explica de qué manera lo
nacional aparece como natural en la historia política
Y por último Federica Morelli, analiza a la soberanía como medio para comprender la
conformación de Colombia, desde una perspectiva republicana y municipal.
Los autores y textos expuestos contribuyen y enriquecen el análisis del legado de la
historia política de la independencia, a través de la revisión crítica de los procesos
externos y locales que constituyen al estado, quedan pendientes análisis sobre el período
en que la visión local e internacional contribuyan a alimentar al conjunto de lo que fue
la Gran Colombia.

Camila Rebeca Suasnavas Esparza


Universidad Andina Simón Bolívar
Sede Ecuador
Quito, Ecuador

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