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REVISIÓN NOSOLÓGICA 8
PLASTICIDAD CEREBRAL.
La plasticidad cerebral se define como la capacidad del sistema nervioso para cambiar su
estructura y su funcionamiento a lo largo de su vida, como adaptación a la diversidad del
entorno.
Cuando se habla de plasticidad cerebral, se utiliza especialmente para referirse a los cambios
que se dan a diferentes niveles en el sistema nervioso: estructuras moleculares, cambios en la
expresión genética y comportamiento del individuo. A esa plasticidad cerebral, que por tanto es
la plasticidad de las neuronas (que son unas de las células del sistema nervioso, recordar
también a las células de la glía) la denominamos neuroplasticidad.
La plasticidad sináptica
La plasticidad sináptica está dentro de la plasticidad cerebral. Cuando el cerebro está ocupado
en un nuevo aprendizaje o en una nueva experiencia se establece una serie de conexiones
neuronales. Estas vías o circuitos neuronales son construidos como rutas para la
intercomunicación de las neuronas. Precisamente esa comunicación dada en las rutas
neuronales creadas en el cerebro a través del aprendizaje y la práctica de aquello que hemos
aprendido. Al final, es como un pastor dirigiendo por un camino al rebaño.
Las neuronas que se comunican entre sí mediante conexiones llamadas sinapsis, de las cuales
ya hablamos en otro post aquí. Pues bien, esas sinapsis o vías de comunicación se pueden
regenerar durante toda la vida. Por ello, cada vez que se adquieren nuevos conocimientos (a
través de la práctica repetida, por supuesto), la comunicación o la transmisión sináptica entre
las neuronas implicadas, se ve reforzada. Cuanto mejor es la comunicación entre las neuronas
significa que las señales eléctricas viajan de manera más eficiente a lo largo del nuevo camino.
Por ejemplo, cuando se intenta aprender a usar una nueva aplicación, se realizan nuevas
ASIGNATURA: IMAGENOLOGÍA
Docente: Roberto Romero Sánchez
ALUMNA: MARIELA ORRILLO PINEDO
conexiones entre algunas neuronas. Así, las neuronas de la corteza visual determinan su color y
botones, las de la corteza auditiva atienden a sus sonidos y, otras, al nombre de los menús. Para
ello son repetidamente evocados, de manera que se revisita el circuito neural y se restablece la
transmisión neuronal entre las neuronas implicadas, por lo que cada nuevo intento mejora la
eficiencia de la transmisión sináptica.
La neurogénesis
Se admite la posibilidad de que existen varios tipos de plasticidad neuronal, en los que se
consideran fundamentalmente factores tales como edad de los pacientes, naturaleza de la
enfermedad y sistemas afectados.
Por edades:
Por patologías:
Neurorehabilitacion Motora
Cramer et al. con RMf, quienes observaron tras la rehabilitación un incremento en la activación
de regiones motoras próximas en el hemisferio lesionado, lo que interpretaron como un
aumento compensatorio de la actividad de redes neuronales no afectadas por la lesión.
En el mismo sentido pueden interpretarse los resultados de Rossini et al. en un estudio de caso
único con RMf, MEG y estimulación magnética transcraneal. Estos autores encontraron un
aumento en la actividad de áreas sensoriomotoras posteriores a la lesión en el hemisferio
afectado por el daño vascular.
La recuperación podría relacionarse en este caso con la reducción del volumen de área de
penumbra isquémica que mostraba inicialmente una reducción del flujo sanguíneo pero que
mantenía preservada su integridad estructural.
El trabajo de di Piero et al. (55) no halló una relación positiva entre recuperación y activación
del hemisferio afectado, sino que el mejor rendimiento tras la rehabilitación se asociaba con un
aumento del metabolismo en el hemisferio contralateral, y especialmente cuando esta
activación se producía en ambos hemisferios. Algunas investigaciones más recientes han
sugerido que las divergencias entre los resultados de los estudios pueden ser explicadas, al
menos en parte, por el tiempo transcurrido desde la lesión
Figura 01. Recuperación motora tras sufrir un accidente cerebrovascular en el hemisferio izquierdo (HI). El estudio longitudinal
mediante resonancia magnética funcional muestra los cambios de actividad durante la ejecución de una tarea motora (finger
tapping). La imagen muestra cómo el hemisferio contralateral a la lesión asume progresivamente la representación de la mano
ASIGNATURA: IMAGENOLOGÍA
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derecha. En las fases avanzadas de la recuperación se aprecia cómo el hemisferio lesionado vuelve a mostrar actividad en el
área motora, signo que se asocia a una buena recuperación del paciente
Neurorehabilitación Afasias
Los estudios sobre reorganización del lenguaje y recuperación de la afasia en adultos han
empleado tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT, single photon emission
computed tomography), PET, RMf y MEG. Sin embargo, los mecanismos neuronales que
subyacen a este proceso de recuperación no son aún suficientemente comprendidos. Desde el
trabajo inicial de Wernicke en el siglo XIX, permanece el debate sobre si el principal sustrato de
la recuperación son las áreas indemnes del hemisferio izquierdo o si, por el contrario, este
proceso está mediado por áreas homólogas del hemisferio contralateral.
hemisferio izquierdo. Los pacientes realizaron la tarea de completado de palabras con un nivel
de éxito del 67% mientras que los controles lo hicieron al 84%, lo que refleja que la
recuperación es posible pero no completa.
Neurorehabilitación memoria
Mientras que la mayoría de los estudios sobre la recuperación de déficits motores y lingüísticos
se ha realizado con pacientes con ACV, la recuperación de los procesos mnésicos se ha
investigado preferentemente en personas con TCE.
En este sentido hay que reconocer que en relación con la recuperación de funciones, la casi
totalidad de los trabajos se ha centrado en la memoria operativa. Por ejemplo, Mc Allister et al.
emplearon RMf para contrastar los patrones de activación durante la realización de una tarea
de dígitos inversos en adultos sanos e individuos que habían sufrido un TCE leve un mes antes y
que no presentaban lesiones estructurales. La diferencia entre ambos grupos fue especialmente
marcada en las regiones frontal dorsolateral y parietal derechas. Estas áreas se han vinculado a
la manipulación y almacenamiento de información respectivamente. Este mismo grupo de
autores replicó y amplió sus hallazgos en un trabajo posterior en el que manipularon la
dificultad de la tarea. Aunque las personas con TCE leve aumentaban de forma
desproporcionada la activación cerebral en condiciones de dificultad moderada, mostraban un
incremento de actividad menor que los controles cuando se trataba de responder a las
cuestiones más complejas. En la misma línea de resultados se sitúan las investigaciones de de
ASIGNATURA: IMAGENOLOGÍA
Docente: Roberto Romero Sánchez
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Frockert et al, sobre el grado de interferencia que provocan distractores visuales en función de
su complejidad en relación con el adecuado funcionamiento de la memoria operativa. A la luz
de estos resultados parece necesario incluir en los programas de rehabilitación
neuropsicológica destinados a esta población estrategias de entrenamiento que requieran de la
práctica de la memoria operativa, implicando un mayor nivel de conciencia sobre el
establecimiento de asociaciones entre los eventos y graduando el nivel de complejidad de los
distractores.
En estudios con TCE graves, utilizando PET con una pequeña muestra de 5 sujetos, encontraron
que el grupo clínico mostraba una reducción de la activación frontal en tareas de recuerdo libre
en comparación con la población; por el contrario mostraba una mayor activación en tareas de
reconocimiento.
En otro orden de cosas, una línea de investigación muy prometedora es la que trata de
relacionar patrones de activación cerebral ante tareas de memoria y su relación con la edad. El
objetivo en este caso no es sólo identificar las áreas activadas durante una tarea sino
determinar cómo se modifica esta actividad con el transcurso de los años y, si es posible,
mejorar el rendimiento mediante entrenamiento cognitivo o terapia farmacológica.
ASIGNATURA: IMAGENOLOGÍA
Docente: Roberto Romero Sánchez
ALUMNA: MARIELA ORRILLO PINEDO
Si bien, gran parte de los conocimientos en relación a estos procesos proviene de estudios en
animales, en la actualidad existen técnicas Electrofisiológicas y de Neuroimágenes que permiten
estudiar la función del cerebro humano en vivo, pudiendo sus resultados tener relevancia en el
desarrollo de intervenciones de rehabilitación.
En los últimos años las técnicas que han aportado mayor información con respecto a la
fenomenología subyacente a estos procesos han sido las nuevas submodalidades de estudios
por imágenes cerebrales como la Resonancia Magnética Funcional (RMf) y las imágenes por
Tensor de Difusión (TD).
En un trabajo que utilizó RMf para el estudio de un paciente con una lesión cerebral congénita
en el área motora, se detectó que el área adyacente a la lesión congénita era la responsable de
la preservación de la motilidad manual, reflejando la reorganización del mapa motor cortical
(Son, Kwon & Jang, 2010).
En relación a estos hallazgos resulta de interés mencionar otro trabajo que utilizó esta técnica
en un paciente que había sufrido una lesión isquémica en el área motora primaria derecha, en
el que se evidenciaron cambios plásticos corticales análogos que permitieron la recuperación
motora del paciente (Jang, Ahn, Lee, Cho & Son, 2010).
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Docente: Roberto Romero Sánchez
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En relación a las modificaciones que ocurren en las redes cerebrales en respuesta a una lesión,
puede mencionarse que utilizando RMf en pacientes, que luego de un episodio vascular
recuperan la función motora, se ha evidenciado que la activación de las áreas motoras durante
el movimiento de las zonas afectadas pasa a ser bilateral cuando en individuos sanos es
unilateral (Luft et al., 2004).
Asimismo, esta técnica se está comenzando a utilizar para detectar los cambios funcionales
cerebrales que provoca la aplicación de diferentes tipos de técnicas de rehabilitación en grupos
de pacientes lesionados por distintas etiologías, con fines de detectar cuales son las más
beneficiosas en cada caso (Boyd, Vidoni & Daly, 2007).
Debe mencionarse que las técnicas basadas en Resonancia tienen diferentes limitaciones que
pueden sesgar los resultados; entre ellas, se mencionan la falta de reproducibilidad, la
vulnerabilidad a alteraciones hemodinámicas, los artefactos por movimientos cefálicos o la
limitación en los paradigmas de movimientos o conductuales disponibles (Boyd et al., 2007).
CONCLUSIONES
La plasticidad sináptica es quizás el pilar sobre el que neurociencia y psicología están intentando
investigar y darnos más información sobre nuestro órgano más curioso y desconocido, el cerebro,
explicándonos con ello nuestra plasticidad cerebral.
Bibliografía
Ana María Morón (2022), Plasticidad cerebral, ¿qué es?,Blog Oficial del Colegio Oficial de
Biólogos de la Comunidad de Madrid,
https://cobcm.net/blogcobcm/2022/02/22/plasticidad-cerebral-que-es/#:~:text=La%20plasticid
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Lina María López Roa (2012), Neuroplasticidad y sus implicaciones en la rehabilitación, Vol.
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Maestu, F; Ríos, M & Cabestrero, A (2008). Neuroimagen. Técnicas y Procesos Cognitivos. Editorial
Elseiver, Barcelona, España.