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PARTE I
Colección Didáctica HM
Grupo HISCOMALC – Colección Didáctica HM
De la piedra al pixel.
Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los Medios
ISBN: 978-987-86-8327-0
Archivo Digital: descarga y online
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Facultad de Ciencias Sociales
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PARTE I
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ÍNDICE
PARTE I
1.0. Prólogo........................................................................................................................ 7
1.1. De la antigüedad a la revolución de la imprenta ...................................... 14
1.2. Línea de tiempo ..................................................................................................... 55
1.3. El nacimiento de la prensa periódica moderna ....................................... 58
1.4. La telegrafía ............................................................................................................ 99
1.5. La fotografía. ........................................................................................................ 116
1.6. Exploraciones pre-cinematográficas.......................................................... 141
1.7. Manifiestos del séptimo arte .......................................................................... 155
1.8. El documental y el documento en cine y fotografía .............................. 168
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1.0. Prólogo
Esta primera edición, cuyo carácter de ensayo nos disculparán los/las estudiantes del
curso intensivo de verano 2021, ha sido trabajada en el marco de las actividades del
Grupo HISCOMALC - IEALC (Grupo de Estudio Historia de la Comunicación en
América Latina y el Caribe - Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe).
Incorpora gran parte del material de lectura de la primera mitad de la materia. Como
todo material didáctico y de lectura para estudiantes de grado, supone poner en
diálogo este material con las actividades prácticas propuestas, con la lectura de otras
bibliografías indicadas en el cronograma y con las discusiones en clase.
Si bien el material que se presenta aquí conforma una unidad, razones prácticas de
interfaz para nuestros/as estudiantes nos llevan a organizarlo en tres archivos
digitales separados, uno por cada parte.
En la primera parte, a través del texto de Ojeda y Moyano, abordamos las condiciones
históricas que sostienen el surgimiento y auge de las grandes industrias de la
comunicación social, los oficios y profesiones vinculados a ellas y sus usos sociales y
culturales. Se analiza la centralidad de las escrituras en la organización social
contemporánea, la tensión entre mundialización y coordinación de las
comunicaciones mundiales y la existencia de una diversidad de escrituras que a su
vez sostiene una diversidad cultural que se busca preservar. Se rastrea la génesis
histórica de los sistemas de escritura y sus relaciones con la comunicación, la ciencia
y las artes, el largo tránsito de la hegemonía de la oralidad a la hegemonía de la
escritura y el modo en que, a partir de la revolución de la imprenta, la forja del
capitalismo mercantil y la transformación de las relaciones entre subjetividad y texto,
subjetividad y autoridad y subjetividad y sociedad desde comienzos de la edad
moderna, se conforman las condiciones históricas necesarias para la irrupción del
periodismo como práctica fundamental de las sociedades modernas.
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que les inscribe el absolutismo a todo lo largo de la edad moderna. Se analiza allí los
prolegómenos del periodismo hispanoamericano y rioplatense.
Esperamos que este material sea de utilidad y que la experiencia del curso de verano
nos permita mejorarlo y ampliarlo con vistas a la cursada cuatrimestral. No olviden
que su aprovechamiento cobra sentido en diálogo con el resto del material que
compone el programa y con las discusiones en clase.
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Autores y colaboradores
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Por fuera de este universo de registro, las huellas no escritas del pasado son, a
medida que contamos con menos información escrita desde la cual interrogarlas, el
espacio de la arqueología, e incluso de la historia natural. Aunque
contemporáneamente se ha revalorizado la historia oral, sobre todo a partir del
registro de voces en la historia contemporánea, y se ha incorporado radicalmente el
registro de la imagen visual como documento historiográfico, durante la mayor parte
del tiempo en que se ha desarrollado Historia escrita, han quedado marginadas las
historias de pueblos sin escritura, así como las historias de sectores sociales
subalternos. Por otra parte, existe una larga y rica historia de prácticas y medios de
comunicación que –aún en el marco de formaciones sociales con escritura- han
correspondido a prácticas no escritas: el canto, el teatro, las danzas, el dibujo, los
dispositivos de comunicación visual o sonora a distancia, han acompañado la
historia de la humanidad a ambos lados de la frontera de la escritura.
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Pero todas estas zonas de problematización han sido abordadas por otras
disciplinas, dando lugar a un creciente corpus teórico y empírico validado
institucionalmente, claramente en diálogo e interconexión con el campo
comunicacional, pero diferentes de él: la antropología cultural aborda el pasado, el
devenir histórico y el presente de la producción e interacción simbólica de las
culturas humanas; la arqueología la complementa estudiando aquellas huellas de su
existencia no registradas por escrito o por medio de dispositivos de resguardo de
audio o imagen; la historia natural y la etología abordan las comunicaciones
animales y la compleja hominización de nuestra especie; la psicogenética arriesga
hipótesis en apoyo de estas últimas, trazando analogías entre procesos de
maduración psíquica e historicidad; la lingüística estudia la historia de las lenguas;
la semiótica, la de los sistemas de signos y su producción; la historia del transporte
intersecta historiografía e ingeniería del transporte como campos; la historia del arte
y la de las ideas hacen lo propio con historiografía, artes e ideas.
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Pero un periodismo que entre el siglo XVIII y el siglo XIX adquiere sus
características distintivamente “modernas” hasta su gran crisis de comienzos del
siglo XXI, que es un factor decisivo de la estructura constitucional del Estado
parlamentario, del proceso de adquisición de la cultura letrada por las masas
populares, de la transformación de la literatura, de la circulación de la oferta y
demanda de bienes, de la circulación de información científica, técnica y comercial,
o de la libertad de expresión e intercambio de ideas, no sería una práctica posible
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Esta hegemonía se halla más cerca en el tiempo de lo que parece, pues si por un lado
decimos que el límite entre la Prehistoria y la Historia se halla hace
aproximadamente 5.500 años y está marcado por los inicios de la escritura, lo cierto
es que gran parte de los vínculos económicos, políticos, jurídicos, religiosos,
científicos, etc. transcurrieron en forma oral hasta comienzos de la Edad moderna
y, de hecho, todavía en las últimas décadas una parte de las comunidades humanas
permanece tangencial a las culturas letradas. Oralidad y escritura coexistieron
durante milenios en la historia comunicacional y fueron relevándose en su rol
hegemónico en procesos menos lejanos en el tiempo y sin los cuales, no podríamos
imaginar el rol del periodismo en la edad moderna ni los procesos contemporáneos
de la comunicación.
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obsesiona tanto a las bellas artes como a las ciencias y a las comunicaciones.
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La escritura
La división social del trabajo que dejó atrás la comunidad primitiva es inescindible
de la invención de sistemas de registro: Tanto la necesidad de organizar
sistemáticamente las medidas y los registros de transacciones, obligaciones
contraídas, deudas, saberes científicos, técnicas complejas, normas y relaciones de
poder, como la de transmitir generacionalmente
esos saberes, relaciones y costumbres, lo
requirió en forma inexcusable. Caso contrario, el
total de acumulación cultural de un pueblo
quedaba limitada a la capacidad de
memorización de sus individuos adultos vivos y
lúcidos. El riesgo no sólo de limitación de la
memoria oral sino de su pérdida –por
epidemias, guerras o catástrofes- era muy alto, Pinturas rupestres Cueva de Altamira,
como permiten España
imaginarlos las ruinas de civilizaciones antiguas
abandonadas por unos u otros motivos, tras el colapso
de la transmisión de saberes decisivos para la
continuidad y reconstrucción.
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La pictografía
Es tentador imaginar una evolución del dibujo hasta su madurez, para asistir luego
al nacimiento de las escrituras.
Sin embargo, del mismo modo que hoy en día un niño explora sus habilidades de
dibujo con fuerte énfasis en la abstracción, para intentar luego elementos figurativos
con variados recursos de representación no necesariamente icónico-visuales, hasta
lograr, si recibe instrucción adecuada, sus primeros resultados en representación
visual figurativa en su segunda infancia, también podemos observar en la historia
humana una prolongada etapa de trazos abstractos, luego figuraciones elementales
(como la impresión de la mano entintada sobre una superficie o utilizando la mano
como clisé para lograr su negativo), luego crecientes combinaciones de elementos
figurativos con variados criterios simbólicos y expresivos, para finalmente lograr
una representación bidimensional plena –con el uso de la perspectiva- en el tramo
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Sí podemos decir, en
cambio, que a partir de Tabla de evolución de
cierta capacidad de pictogramas
japoneses (derivados
figuración (por ejemplo, del chino) hacia el
reconocer imágenes ideograma.
visuales por el trazo de su
silueta y síntesis de sus
componentes), el dibujo
se torna más
convencionalizable y
puede ser utilizado como
una forma de
recordación y registro
más práctica que otras
reglas nemotécnicas
preexistentes.
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posible identificar qué objeto era el que estaba dibujado o existían ambigüedades en
la interpretación general del texto. La mayoría de estas dificultades no
representaban un grave problema pues los que leían estos textos y los interpretaban
solían ser muy pocas personas, las cuales conocían su significado de ante mano por
tratarse de prácticas compartidas o eventos conocidos o eran relatos que estaban
asentados en tradiciones orales muy fuertes. La debilidad de estas escrituras,
entonces, era su dependencia contextual, pero no representaba un impedimento
para su decodificación pues esta práctica no era ejercida fuera de ese contexto
comunal. Por otra parte, antropólogos e historiadores coinciden en que la función
de estas escrituras era principalmente nemotécnica, una ayuda para relatar
oralmente un texto. Al igual que otros lenguajes nemotécnicos, la relación de estos
signos con su objeto podría pensarse como indicial.
¿Qué son los sistemas ideográficos? Los ideogramas expresan ideas, en ocasiones
ideas suficientemente abstractas que resultaría imposible representarlas con un
dibujo de iconicidad visual concreta. Por medio de ellos, una escritura logra abarcar
todas las posibilidades del lenguaje verbal en un idioma determinado. Los
ideogramas también se originan en dibujos, y en casi todos los casos surgen como
evolución de las escrituras pictográficas. De allí que muchos ideogramas, aunque
cumplen hoy una función de signo estrictamente convencional, nos recuerdan en su
trazo los pictogramas y dibujos originarios, como sucede, por ejemplo, con nuestras
letras “n”, que recuerda a “nun” (serpiente), la “m”, que recuerda a “mem” (agua), la
“t”, que recuerda a “tau” (cruz), etc. Las escrituras sumeria, egipcia, china, japonesa,
entre otras, evolucionaron desde el dibujo a la pictografía, y desde ésta hasta la
ideografía.
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Veamos otro ejemplo: el ideograma Qi, que significa energía, está formado
por dos componentes: uno es el radical, asociado al cielo, y que es el
pictograma del agua en tres distintos estados: como nube, como llovizna
ventosa y como lluvia.
El ideograma completo del Qi, presentado aquí en una versión más antigua y una
más simplificada, excede ampliamente en su significado a la suma de sus partes
componentes.
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En las escrituras egipcias podemos registrar distintas etapas, desde una pictográfica
inicial hasta el momento de su máxima perfección, hacia el 1500 a.C., cuando los
signos adquieren, con las escrituras hierática y (más adelante, hacia el 700 AC)
demótica (la primera reservada a las escrituras sagradas y la segunda a las de
difusión) un valor fonético independiente del significado original de la imagen
pictórica (arbitrario). Pero en esta transición quedaron registros de las etapas
intermedias, donde convivían en un mismo texto pictogramas, ideogramas y las
primeras letras. Muchos de estos registros aún hoy ofrecen dificultades para su
decodificación. Por ejemplo, un mismo grafo podía estar cumpliendo distintas
funciones, supongamos que encontramos el dibujo de una boca (ro), podría estar
refiriendo al objeto boca, a la sílaba “ro” o a la letra “r”, y si estuviera cruzada por
ejemplo por “mem” (agua) podía significar “beber”3; el águila sin cabeza,
acompañada por una cabeza humana podía significar “alma”.
2 Los pueblos que posteriormente desarrollaron alfabeto no tomarán esta dirección de escritura hasta
los griegos atenienses. Es interesante destacar como la dirección de escritura orienta la percepción en
cada cultura. Esta dirección de izquierda a derecha, que compartimos con los sumerios hace que, si
dividimos un plano en cuatro cuadrantes, nuestro punto de mayor tensión esté ubicado en el
cuadrante superior derecho; en el caso de las culturas orientales, la ubicación de este punto se invierte.
3 Ejemplo extraído de la enciclopedia El Mundo que nos rodea, tomo: “El libro y la escritura”,
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En la imagen: Menú del noble fallecido Tepemankh, inscripto en su tumba, Ca. 2350 AC. Museo
Louvre.
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Escritura hierática sobre papiro: texto médico, Ca. 1550-1295 AC. Museo Louvre.
El texto dice, aproximadamente: “Otro remedio perfecto: galena, una medida, miel, una medida;
grasa ... fruta-péret cheny, guisantes, olivos secos. Haz un vendaje con esto, hasta cuatro días
después”
Los fonogramas
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integrado por dos partes: la primera es la figura del venado, que se dice mazatl, la
segunda son un par de dientes, que se dice tlanti. Uniendo los sonidos de ambos
pictogramas, y restando algunas letras, obtendremos la nueva palabra.
Como se puede ver, al igual que en la escritura pictográfica, existían problemas para
identificar los elementos que componían el dibujo y para interpretarlos. El venado
parece bastante obvio, no así los dientes…pero aún con el venado, es difícil
determinar si le corresponde el sonido “ciervo”, “venado”, “gamo”, “antílope”, etc.
Es decir, existían ambigüedades al momento de asignarles tal o cual imagen
acústica. Y por si esto fuese poca dificultad, los significantes del primer nivel no se
trasladaban en su totalidad en todos los casos, sino que había un recorte, y no había
reglas estrictas para realizarlo. En el ejemplo mencionado, se eliminan las letras
repetidas (tl) y las dos finales de la segunda palabra (ti). En el segundo caso,
Coatepec, las imágenes acústicas que se unirán serán “coatl” (serpiente) y “tepec”
(colina), conformando el nombre de la ciudad Coatepec. Nuevamente observamos
las mismas dificultades que en el ejemplo anterior. En función de las dificultades
mencionadas, no es descabellado afirmar que la única forma de tener chances de
decodificar correctamente el signo será conociendo su posible significado de
antemano.
En los casos de las escrituras sumeria y jeroglífica, entre el 4.000 y el 3.500 A.C se
producen dos cambios que van a resultar imprescindibles para la posterior
conformación del alfabeto. Por un lado, se va ganando en regularidad en los
significantes visuales (se repiten los mismos para cada significado y se estandariza
su forma4) y por el otro se ajusta la vinculación entre el significante visual y el
auditivo, es decir, por primera vez se establece una relación entre la escritura y la
lengua oral. Hasta ese momento no existía conexión necesaria entre el lenguaje oral
y el escrito; sí existía una referencialidad estable de los términos de la lengua oral
con los objetos nombrados.
Dados los cambios mencionados, fue posible dar el siguiente paso: independizar el
pictograma de su denotatum original y vincularlo sólo a su imagen acústica para
formar un nuevo signo: el fonograma. Este salto se logra en Egipto hacia el 3500
a.C.5 con los fonogramas o “signos clave”. El elemento fundamental que posibilitaba
4 Por eso podemos encontrar numerosos registros de tablas de signos a modo de catálogos. “El 15 por
ciento de las tablillas contienen listas de nombres, incluyendo mercadería, animales y oficiales. Esas
listas eran compiladas, seguramente, para establecer y enseñar a los escribas un sistema de escritura
reconocible y definitivo.” Proel, op. cit.
5 En México, este mismo tipo de signo aparecerá hacia los siglos XIII/XV de nuestra era.
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La operación semiótica que se hace para interpretar este tipo de signo no debe
subestimarse: se debe independizar los signos iniciales (decodificados en presencia,
por iconicidad) de sus objetos primarios, conservar las imágenes acústicas de los
mismos en la memoria, unirlos y asociarlos a un nuevo objeto, totalmente diferente
de los de origen. Los fonogramas podían ser sólo monosílabos (como en la lengua
china) o además polisílabos (como los egipcios o los aztecas).
Por otra parte, aún hoy, niños en el tránsito entre la primera y segunda infancias
juegan divertidos juegos de acertijos a partir de esta antigua técnica. También lo
hacen con el potencial de malentendido que supone la pictografía si el receptor no
dispone de la clave convencional de su significación, llevándonos a hipotetizar
posibles correlaciones entre el orden de desarrollo histórico de las escrituras y su
replicación madurativa en cada generación, en forma análoga a lo observado por
Piaget y García para la historia de las explicaciones científicas.
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potencial del trozo hallado: parecía ser un mensaje escrito en tres escrituras:
jeroglífica, demótica y griega antigua.
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Detalle de la sección en demótico de la piedra de Rosetta. Fuente: Imagen de Wikimedia Commons, proveniente
del usuario Chris 73, de libre acceso en:
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:DemoticScriptsRosettaStoneReplica.jpg bajo licencia creative
commons cc-by-sa 3.0.
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Alfabetos
Hacia el 1500 A.C. la escritura cuneiforme ya había adquirido valor fonético y había
estandarizado sus repertorios silábicos, aunque su decodificación seguía siendo
problemática: un mismo signo poseía varios valores fonéticos, y sólo se podían
comprender de cual se trataba por la intervención de varios criterios simultáneos.
El jeroglífico mostraba también –desde aproximadamente el 2000 AC- algunos
ensayos de utilización silábica, y se han encontrado indicios de rudimentarias
escrituras alfabéticas en el Sinaí utilizando ideogramas egipcios ya hacia el 1800 AC.
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Hemos visto hasta aquí una breve tipología de los sistemas de escritura antiguos que
originan nuestra escritura occidental, tipología que sigue una cierta secuencia
temporal: del dibujo (abstracto o figurativo) al pictograma y las escrituras
pictográficas; desde ellas, a las escrituras ideográficas y también al uso de los
fonogramas; desde ellos, a las escrituras pre-alfabéticas, silábicas y alfabéticas, en
las que, finalmente, un caracter representa aproximadamente un sonido fonético,
de modo que con pocas decenas de signos se puede escribir la totalidad del universo
6Bauer ha realizado investigaciones con niños, los cuales han podido inventar con rapidez alfabetos
consonánticos, muchos de ellos con una notable similitud con el alfabeto semita (citado en
Moorhouse, 1993, p.165 y 166).
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verbal.
El dibujo se hace presente desde el paleolítico superior (entre 40 mil y diez mil años
atrás).
Las escrituras pictográficas aparecen en Sumer hace entre 6000 y 5500 años. En la
región mesopotámica, la escritura sumeria evolucionará hacia la ideografía y hacia
la fonética durante tres milenios, influenciando a otras culturas del Asia y el
Mediterráneo, incluido Egipto. Egipto también ve evolucionar su escritura
pictográfica desde hace aproximadamente 5500 a 5000 años, hacia un sistema
ideográfico muy avanzado. Existen escrituras orientales muy antiguas como la del
Indo (Ca. 2600 AC) o China (Ca. 1600 AC), aunque existen hipótesis de una
antigüedad mucho mayor de huellas de protoescrituras chinas (hasta 6000 AC). Las
escrituras mesoamericanas aparecen en forma aparentemente independiente. La
maya entre 200 AC y 50 DC; la mexica, hacia el siglo XIII de nuestra era.
Por otra parte, la posterior reforma realizada por Alcuino en el medioevo, con la
incorporación de las minúsculas agrega tipografías ensayadas por los romanos entre
comienzos de nuestra era y el Bajo Imperio (siglos IV y V): la rústica, la uncial y la
cursiva, desarrolladas para una escritura simplificada, cotidiana, a realizar
velozmente a mano. De allí el trazo redondeado y la finalización de una letra en el
punto donde comienza la siguiente.
De allí que nuestra A mayúscula conserve las huellas de la antigua cabeza de buey
pictográfica (Originada en la letra Aleph, cabeza de buey, adoptada por los griegos
como vocal), y a su vez la minúscula recuerda el trazo simplificado del dibujo del
águila utilizada por los egipcios. En la B, todavía hay reminiscencias del patio (Beth
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Los imperios también buscaron controlar los medios y vías de transporte y las
comunicaciones. Construyeron flotas y puertos protegidos, canales, caminos
controlables por medio de puntos críticos bloqueables, elaboraron complejos
mecanismos visuales y sonoros para el envío de señales a distancia con mensajes
elementales (aunque el correo continuó dependiendo de jinetes y corredores). Los
sistemas de información se basaron en corresponsales e informantes. El emperador
mexicano Moctezuma poseía un sistema muy complejo que comunicaba la costa del
mar con la capital en pocos días por postas de corredores.
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No es casual, en tal contexto, que hayan sido los pueblos comerciantes por
excelencia, los pueblos semitas de la costa oriental del Mediterráneo, los que se
propusieron un sistema de escritura equivalente para numerosos idiomas. Pocos
signos que representen sílabas y sonidos fonéticos individuales, a fin de registrar con
ellos el lenguaje verbal proveniente de cualquier idioma: lo contrario a las políticas
imperiales predominantes. Tomando elementos de la escritura pre-alfabética
egipcia e incluso otras provenientes de la Mesopotamia, entre el 1300 y el 900 antes
de Cristo esta nueva escritura, denominada alfabética (Por Aleph y Beth, las
primeras letras casi todos los alfabetos de esta región), quedó constituida, dando
origen al cananeo, al que los romanos denominarían fenicio, al hebreo, al árabe y a
otros alfabetos arameos. Su sistema fue tan exitoso, que comenzó a ser copiado o al
menos adaptado por otros pueblos. Grecia comienza a adoptarlo hacia el siglo VII
AC, pero es con la expansión helenística por todo el Medio Oriente, Asia Central y el
Mediterráneo, (en época de Alejandro de Macedonia) cuando los sistemas
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El saber de memoria largos textos era parte sustancial de la cultura, que convivía
con una intensa relación con relativamente pocos textos, pero de importancia
decisiva.
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Del mismo modo, puede observarse en los pilares de la filosofía clásica griega, esta
ambivalencia entre la producción oral y la escrita, a un punto tal que el pensamiento
de un filósofo clave como Sócrates, integrante de un ambiente claramente letrado,
sólo nos es conocido por los escritos de su discípulo y admirador Platón, en forma
coherente con sus expresiones de desprecio por la escritura.
El soporte y la función
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Los egipcios, por su parte, escribieron su notación cotidiana sobre planchas y rollos
de papiro7, en tanto que reservaron la piedra para las escrituras sagradas,
pintándolas con colores y, más aún, grabándolas a cincel. De allí que el jeroglífico
tradicional conservase las formas perfectas de los pictogramas originales, mientras
que la escritura cotidiana se simplificó con trazos redondeados y abstractos para
escribir a mano, con tinta, sobre papiro. La existencia de dos escrituras simplificadas
conservó la división entre lo sacro y lo profano, pero ambas (hierática y demótica)
confluían en la simplificación.
El pergamino es un soporte plano y flexible, elaborado con cueros, si bien más caro
en su elaboración, grueso (ocupando más espacio físico en las bibliotecas), y menos
blanco, ofrecía tres ventajas notables: la primera, que tenía una durabilidad,
flexibilidad y resistencia muy superiores al papiro; la segunda, que se adaptaba muy
bien a la imitación del formato rectangular de las tablillas de arcilla y/o de cera
utilizadas en Roma para anotaciones. Esta imitación, mejorada con un práctico
cosido de cuadernillos, fue denominada Codex o códice, y fue además bienvenida
por la tradición cristiana; la tercera, que resultaba más fácilmente portable un codex
que un rollo.
7El papiro es el precedente más parecido al papel: láminas finas de color blanco, hechas a partir de
caña de papiro (una planta acuática muy abundante en la cuenca del Nilo) cortadas en bandas planas
que se entrelazaban, pegaban y blanqueaban. Solían pegarse las hojas formando rollos. Como las
hojas tenían aproximadamente 20 centímetros de largo, el rollo standard de 20 hojas medía
aproximadamente cinco metros, aunque se han encontrado papiros más largos.
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A ello se agregaría, con la caída del imperio, en el siglo V, la creciente dificultad para
el intercambio comercial con las regiones productoras de papiro.
La Edad Media
Pero los inicios del medioevo son llamados la “edad oscura” no por casualidad, y no
sólo el aislamiento y pérdida de rutas comerciales, sino la constante descomposición
producto de las guerras y saqueos, serán protagonistas. Este doloroso proceso, no
exento de mejoras y progresos pero incapaz de recomponer unidades políticas,
comienza a revertirse con la unificación del reino franco en la segunda mitad del siglo
VIII por Carlomagno, sumada a la intención del monarca de alcanzar la
reunificación del imperio romano (incluida Bizancio).
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Pero ya desde el siglo XII los problemas del feudalismo hallaban en la propia
configuración de su sistema las semillas de nuevas tendencias:
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Para ampliar este desarrollo se puede consultar la primera parte de Moyano, Julio (2008) Prensa, modernidad
y transición. Para profundizar, son especialmente atinados el primer capítulo de Habermas (1994) Historia y
crítica de la opinión pública y Anderson (1987) El Estado absolutista.
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(de hecho, en el siglo XV, los ensayos de Gutenberg para lograr su imprenta sería
financiados por un prestamista). Promueven con ello la unificación de monedas,
pesas y medidas, de reglas aduaneras y de circulación.
En las ciudades, y aldeas, por su parte, en correlación con estos cambios, los gremios
artesanos exploraron sistemáticamente nuevas posibilidades técnicas y productivas,
especialmente tras la importación de adelantos técnicos desde el Oriente: los
aparejos de navegación (sistemas de velas múltiples, sextantes, astrolabios,
brújulas), la pólvora, el papel y las tintas adecuadas al papel, la imprenta, eran todos
adelantos conocidos en China, algunos de ellos desde muchos siglos antes, pero que
convocaron el interés europeo en esta época tan particular. Su apropiación y
reconversión llevó esos inventos mucho más allá de lo esperado, y mucho más allá
de lo que los propios chinos habían aplicado: La navegación a distancia inició una
revolución que llevó a los europeos a los confines del mundo en menos de un siglo;
la pólvora transformó definitivamente las reglas de la guerra y tornó obsoletos a los
feudos como unidades militares; el papel y las nuevas tintas potenciaron la
expansión del libro y la escritura, en tanto la imprenta habría de revolucionarlos,
sobre todo cuando a Gutenberg lograse una aleación fuerte y económicamente viable
para producir tipos móviles intercambiables.
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Medios
Los libros de gran formato copiados para ser leídos en la lectio y sometidos en
presencia de los scholarium a Quaestio, Disputatio y Determinatio, o para ser
enunciados en el púlpito, son ahora más necesarios que nunca, pero las scriptoria y
especialmente el sistema de la pecia10 se verán impulsados a aumentar su
producción: se necesitan muchos más libros, a pesar de que aún la cultura letrada
es ajena a la mayoría de la población. El término “manual”, libro con lomo para que
la transpiración de la mano no dañe el pergamino, y transportable en una mano, es
la nueva herramienta habitual del scholarium. Si bien las licencias y privilegios
utilizan la norma gremial, lo que se enseña, aprende, investiga y descubre en las
9 “Las luchas del Emperador Federico I por defender su autonomía respecto al poder espiritual y
temporal de la Iglesia le habían llevado a enfrentarse, incluso por las armas, al papado. No es pues
extraño que el Emperador aliente a los estudiosos de Bolonia a que continúen sus esfuerzos, pues de
ello dependía la posible dilucidación entre lo canónico y lo civil. Por tal motivo les dirige una carta
fechada 1154 en la que, además de exhortarlos a continuar sus estudios del Derecho Civil, los reconoce
como gremio, con las características y privilegios que ello implicaba, y eleva los privilegios gremiales,
que él mismo enuncia, al nivel de Derecho Imperial. Con la carta Authentica Habita, dirigida a esa
Congregación de Estudiantes, nace la primera universidad en el mundo occidental, conocida como
Universitas Scholarium Bononiensis” (Mureddu, César, 1994).
10 La pecia es un sistema de organización de los copistas medievales. Se trata de que cada copista se
ocupe de un fragmento del libro, colocado en un pequeño cuadernillo. Los fragmentos consecutivos
terminados se ponen uno junto al otro y se cosen, formando una unidad terminada así más
velozmente. Con el aumento de demanda de libros, los copistas podían ser varios, mientras uno de
ellos dictaba a los demás los contenidos.
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Medios
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Medios
La otra novedad, gigantesca, llegará muy poco después, con el quiebre de la unidad
del catolicismo occidental y el uso sistemático de la imprenta en ese conflicto.
¿Cómo es la América de 1492? Sabemos que América es, para los humanos, el “nuevo
continente”: el más recientemente poblado, probablemente no más allá de treinta
mil años atrás. Allí se desplegaron comunidades primitivas paleolíticas de cazadores
y recolectores; otras con mayor organización y diversificación, a medio camino entre
diversas habilidades de caza y los inicios de la agricultura; otras, finalmente,
alcanzaron grado de civilización, con sistemas de transporte y formas de escritura.
Entre los primeros de ellos se desplegaba una gran cantidad de pueblos, desde las
regiones selváticas hasta los extremos fríos del canal de Beagle. Estos pueblos
manejaban herramientas y armas paleolíticas, incluyendo arrojadizas, hacían
ornamentos y dibujos abstractos (como las siluetas de manos observables en
cavernas patagónicas) tenían ricas tradiciones orales con expresiones vinculadas a
la poesía, las danzar rituales o los mitos y leyendas. En cuanto a los transportes, las
culturas de complejidad “media” como los guaraníes, huarpes y araucanos en
Sudamérica, los huicholes en México o los pueblos de América del Norte, manejaban
artes básicas de navegación a remo, señales para reconocer caminos y
comunicaciones a distancia basadas en sonido, fuego o humo.
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Medios
Los mayas habían sufrido el colapso de su sistema urbano siglos antes. Huellas de
sus grandes centros ceremoniales y pirámides aún hoy están presentes en medio de
la selva y a prudente distancia de los cenotes que proveían agua potable. No se sabe
a ciencia cierta qué desencadenó las catástrofes. Por tradiciones orales se ha podido
saber de una sucesión catastrófica de guerras civiles, así como de posibles epidemias
y catástrofes naturales que diezmaron a una elite que resguardaba herméticamente
sus saberes frente al resto de la población. Este hermetismo llegaba al extremo de la
coexistencia de una escritura y numeración para los sacerdotes, y otra para la elite
no sacerdotal. En la escritura más avanzada, los mayas habían logrado una
transición entre los pictogramas y los ideogramas, aunque se desconoce con qué
grado, pues a la decadencia de su civilización le siguió la conquista azteca, y
finalmente la española, que en su celo religioso destruyó gran parte de los registros
de los que se temían idolatrías. La escritura de carácter más abierto se encontraba
en la fase anterior, con pictogramas y reglas nemotécnicas. Uno de los grandes
saberes mayas fue su sistema de numeración, que sorprendió a los europeos:
utilizaban el cero, y el sistema posicional semejante al arábigo, pero con veinte
dígitos en lugar de diez.
Los mexicas también han sufrido la destrucción de gran parte de las huellas de su
escritura, pero se han conservado en mayor proporción que en el caso maya. No sólo
se han conservado materiales propiamente aztecas, sino también de varios de sus
pueblos vasallos como los tlaxcaltecas y los purépechas. La ornamentación, la
escultura y las pinturas aztecas alcanzaron un desarrollo equivalente a las primeras
civilizaciones antiguas de la medialuna fértil del Medio Oriente. Su literatura
alcanzó también altos niveles, tanto en poesía como en prosas. Parte de ella ha sido
preservada por medio de su escritura en castellano y en náhualt durante el período
colonial.
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Medios
Los incas, por su parte, poseían sistemas nemotécnicos muy desarrollados (ya
hemos mencionado el quipo), y sistemas muy elementales de pictogramas, aunque
no desarrollados como en los sistemas mesoamericanos. Sí muestran una riquísima
arquitectura y ornamentación de uso tanto religioso como cotidiano.
Estos grandes procesos civilizatorios tuvieron baja conexión entre sí, aunque hay
evidencias de navegación costera entre México y América Central. Sus transportes
se basaron en el despliegue de caminos de grandes distancias y sistemas de
protección y vigilancia, pero exclusivamente basados en postas de caminantes, y en
barcas a remo. No se ha documentado fehacientemente el uso de la vela, ni de la
rueda como base del transporte, ni del uso de animales excepto para carga en los
caminos incaicos.
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Medios
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Proto Caída del Imperio Caída del Imperio Romano de
Escritura Romano de Occidente (476) Oriente (Constantinopla-1453) Frontera difusa
Pre- Edad
Edad Media Edad Moderna Edad contemporánea
historia Antigua
500 a 1500 1.500 1.600 1.700 1800 1900 2000
40.000ac
6.000 ac
5.000 ac
400 DC
0
Movimientos Humanismo Ilustración Positivismo Posmodernidad
culturales Renacimiento
Revolución Científica
Invención de la Rev. Holandesa (1648) Rev. Francesa (1789) Guerras mundiales (1914/18 y 1939/45)
imprenta (1456) Rev. Inglesa (1648) Expansión imperialista Crisis del ´30 (1930)
Descubrimiento de Rev. Inglesa (1688) Mayo francés (1968)
América (1492) Globalización (1975 en adelante)
Caída del muro de Berlín (1989)
Pensadores Martín Lutero (1483- René Descartes (1596- Emmanuel Kant (1724-1804) Charles Darwin (1809-1882)
1546) 1650) Georg F.W. Hegel (1770-1831) Karl Marx (1818-1883)
John Locke (1632-1704) Charles Peirce (1839-1914)
Sigmund Freud (1856-1939)
Ferdinand Saussure (1857-1913)
Jean Piaget (1896-1980)
prácticas de copiado de * Foglias di mani 1832: Rueda de Faraday TV (27/30). Se difunde a fines del 30 en
libros por monjes 1832: Fenaquitoscopio Inglaterra y EEUU En Argentina en las
amanuenses. S XVII: 1839: Daguerrotipo décadas del 50 y 60.
* Imprenta (1450 aprox.) * Gacetas 1840: Calotipo Cine Sonoro (1927)
Pinturas Rupestres
Alfabeto Romano
1400-1468: Johannes 1771-1834: Aloys Senefelder 1800-1877: Fox Talbot 1860-1940: Paul Nipkow
Gutemberg 1763-1805: Claude Chappe 1801-1829: Joseph Plateau 1862-1954: August Lumière
Inventores y/o
de los medios
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1.3. El nacimiento de la prensa periódica moderna
Julio Moyano
"Con el temprano capitalismo financiero y comercial, irradiado a partir del siglo XIII desde las
ciudades norteitalianas hacia la Europa Occidental y nórdica, surgen primero los emporios de
los Países Bajos (...) y aparecen luego las grandes ferias en las encrucijadas de las rutas
comerciales largas; con él se dan los elementos para la formación de un nuevo orden social. Al
comienzo son integrados sin muchas complicaciones por el viejo sistema de dominación. (...)
este capitalismo estabiliza, por un lado, las relaciones estamentales de dominio; y pone, por
otro lado, los elementos en los que aquellas habrán de disolverse. Nos referimos a los elementos
del nuevo marco de relaciones: el tráfico de mercancías y noticias creado por el comercio
a larga distancia del capitalismo temprano" (Habermas, 1995: 53).
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Medios
asociadas, con mutuas interinfluencias. Si bien la prensa periódica contiene como
característica esencial su naturaleza burguesa (intercambio impersonal continuo),
a lo largo de distintas épocas se ha visto atravesada por otro tipo de prácticas y
relaciones: su notable apropiación por el Estado durante el absolutismo, sus
primeros pasos ligados a la organización gremial artesana y el sistema de
concesiones y privilegios, la apropiación de los dispositivos ya desarrollados en
unas formaciones sociales, por otras formaciones sociales enmarcadas en sistemas
de reglas predominantes distintas, etc.
Los más remotos antecedentes de aquello que más adelante se llamará prensa
periódica pueden hallarse en las postrimerías de la Edad Media 11, a fines del siglo
XIII y comienzos del XIV, en las principales ciudades de Occidente, de
mercantilización más temprana: en Holanda, la cuenca del Rihn alemana, el norte
italiano y Cataluña (Cfr. Moyano, 2008). Allí, prensa y periodismo nacieron –ambos
11Aunque hasta hace unas décadas atrás se lo consideraba, hoy tiende a aceptarse la idea de que la
Actas Diurnas romanas no fueron periodismo. Puede considerarse como antecedente de un proto-
periodismo occidental, pues existen analogías notables entre ellas y lo que se llamará históricamente
“periodismo” en tanto que una formación estatal compleja organiza modos de circulación estables
de información, pero las actas diurnas eran informes personalizados, puntuales, requeridos por un
mandante superior, y no un ejercicio habitual de búsqueda y difusión de información. Mucho menos
de “libre examen” y crítica. Lo más parecido a un antecedente antiguo del periodismo moderno, debe
rastrearse en la historia de China, donde hay registro de publicaciones equivalentes a gacetas de
Estado en el siglo VIII de nuestra era (Cfr. Lin Yu Tang, 1947).
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entre los núcleos burgueses urbanos- por separado. Su fusión para lograr un
desarrollo más y más acelerado –fulminante a partir de los siglos XVIII y XIX-
demoraría aún otros doscientos años. Como se ha mencionado más arriba, esta
naturaleza burguesa por su práctica y sus actores, estaría presente a lo largo de toda
su historia, incluso –por medio de las dificultades para su adopción- en formaciones
sociales periféricas en proceso de incorporación al mercado mundial, o con modelos
estatales y económicos en choque con él.
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La imprenta
12El conflicto entre Gutenberg y el prestamista Fust, quien se queda con su primer taller y lo pone
en marcha por su cuenta, es sintomático de este momento transicional.
13Antecedentes del arte de imprimir pueden rastrearse hasta la antigüedad, por ejemplo en las
técnicas de sellos y rodillos con fines de copia sobre arcilla o papiro en la cultura sumeria (Cfr.
Kramer, 2013; Schmökel, Hartmut, 1962). También pueden hallarse técnicas equivalentes al
xilografiado y a los sellos de barro cocido, porcelana y otros materiales entre los pioneros chinos de
la impresión de planchas fijas (desde el siglo VIII de nuestra era) y de tipos móviles (desde el siglo
XIII) (Cfr. Lin Yutang, 1947; Staubach, 2013; The Editorial Committee of Chinese Civilization,
2007). La imprenta occidental lograda por Gutenberg coronó cuatro décadas de ensayos en el ritmo
secreto y prudente de los gremios artesanales ligados a la orfebrería y la xilografía, en Holanda y
Alemania. Una vez puesta en marcha, su expansión fue formidable. En menos de medio siglo la copia
manuscrita de libros había entrado en decadencia, y todas las capitales de los nuevos Estados
absolutistas habían pasado a contar con imprentas estatales o con privilegio exclusivo. Si bien la
función de la imprenta, asociada al Estado, al libro y al periódico, sufrirá cambios radicales en el
tránsito al capitalismo industrial y al régimen parlamentario de gobierno, el dispositivo técnico no
ofrece casi transformaciones entre la prensa de Gutenberg y las que predominan a fines del siglo
XVIII y comienzos del XIX. Es precisamente en el momento histórico en que se inicia el período
objeto de esta tesis cuando el dispositivo técnico entra en una brusca mutación. Si en los primeros
350 años podía contabilizarse apenas un par de avances significativos –sintetizados en la prensa
holandesa, por ejemplo- a partir de 1850 los cambios a sucederse serán impactantes: las prensas de
hierro Stanhope y Filadelfia, la incorporación de la máquina de vapor para moverlas, la inclusión de
rodillos, el papel continuo, la rotativa, la industrialización del papel a base de pulpa de madera, etc.
(Cfr. Thomas, 1810; S. P. C. K., 1855; Ojeda, 2002; Labarre, 2002).
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Medios
final. Veremos por ello que, en sus inicios, la imprenta en la región rioplatense
presenta tanto rasgos pre-modernos (concesiones y privilegios, muy pocos actores,
luchas por las concesiones, formación de tipógrafos en la imprenta preexistente)
como la incorporación de adelantos contemporáneos por la vía de la importación
de equipos por actores tanto estatales como privados, así como la inmigración de
tipógrafos formados en Francia o España después de la caída de la Restauración.
14Se reserva en este trabajo el término proto-periodismo para aquellas actividades y dispositivos en
los cuales ciertas características permiten incluirlos en el periodismo propiamente dicho
(intercambio impersonal de mercancías-noticias, regularidad de publicación, dispositivos y soportes
reconocibles tales como periódicos, tópicos y secciones característicos, etc.), pero otras los muestran
en un estadio más primitivo (aún no existe regularidad, las secuencias son breves o nulas (números
únicos), y sobre todo, las relaciones de venta de información son aún personalizadas, tanto en su
demanda como en la cantidad de destinatarios. Esta práctica precede a la periodística propiamente
dicha desde el siglo XII, coexiste con ella desde los siglos XIII y XIV, y es remplazada por ella en el
siglo XV. Cfr. Habermas, 1995; Labarre, 2002; Acosta Montoro, 1973; Borderia Ortiz, Laguna
Platero y Martínez Gallego, 1996.
15 Un segundo elemento se desarrolla en las plazas y caminos por medio del mercader de noticias no
comerciales, sino de “sucesos”. Su vendedor originalmente recita y canta las novedades, cuenta con
histrionismo hechos reales o imaginarios, cómicos, morbosos, terribles o insólitos, con dramatización
teatral. El paso adelante será dado por la escritura del hecho y su venta por escrito. Nace así una de las
materias primas centrales de lo que se llamará, mucho después, “literatura de cordel”. Algunos
ejemplares de estos papeles aparecen ya en Cataluña en el siglo XI. Con el nacimiento de la imprenta,
la posibilidad de multiplicar estos relatos por millares abre un negocio atractivo y favorece la “explosión”
de escritos en las ferias visto en la segunda mitad del siglo XV en toda Europa occidental. Nuevamente
la imprenta aparece absorbiendo sobre nuevo soporte prácticas preexistentes.
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Medios
Hasta aquí podemos observar que en su genealogía clásica, la prensa periódica nace
determinada por su naturaleza burguesa y sobre-determinada por su apropiación
estatal (Cfr. Moyano, 1996). Su aparición en una formación periférica como la
rioplatense presentará, como veremos, una presencia mucho mayor del Estado,
sobre todo en el desarrollo de la imprenta, pero también del primer periodismo,
indicando la inexistencia, aún, de una sociedad civil burguesa sobre la cual
sostenerse, lo cual deja el dispositivo en un exacerbado desarrollo de la función
estatal. Sin embargo, será posible hallar un muy tenue uso de la práctica de la
información comercial, en coherencia con la incipiente conexión de la economía
regional con el mercado mundial, a través de la ganadería (economía del cuero, el
hueso y el sebo, más adelante del Tasajo).
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Medios
demás Estados cristianos de Europa, todo esto exige novedades en el campo de la
imprenta y la información:
a) Control: el Estado necesita evitar que “cualquier discurso” circule, más aún
cuando el sistema de legitimación de época es el de autoridad y comunidad. Prohíbe,
regula, y también estimula el primer sistema regular de tráfico a través de correos
oficiales, únicos autorizados16.
16El factor “control” fue más necesario que nunca al desatarse las guerras de religión a comienzos
del siglo XVI. Fue “...estructural, mediante el concesionismo aplicado al establecimiento de
imprentas, y político-jurídico mediante la represión directa y brutal de los propagadores de noticias
consideradas falsas o inoportunas (...) Gregorio XIII ordena condenar a galeras a los "menanti"
(noticieros) que recojan, redacten o difundan noticias falsas o verdaderas, sobre su país o sobre los
otros, que no pasen por la censura previa. Sixto V se mostró implacable contra los pestiferi uomini.
En 1587 mandó cortar la mano del menanti Annibale Capello, después ordenó que le cortaran la
lengua y le ahorcó, con un letrero en el que constaba que le estaba bien empleado por falsario y
calumniador" (Vázquez Montalbán, 1979: 66). Son famosas las leyes de Felipe II "el prudente"
estableciendo la pena de muerte más pérdida de bienes para quienes ingresen en Castilla libros de
romance impresos fuera de este reino (1558) y visitas domiciliarias de control y quema de libros
(1588).
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este sistema aseguró el más absoluto control de los contenidos salidos de las prensas.
Control casi siempre preventivo, y en algunos casos, represivo.
A comienzos del siglo XVI la mayor parte de las grandes ciudades de occidente cuenta
con imprentas, bajo licencia real y censura eclesiástica. En la segunda mitad de ese
siglo aparecen, por primera vez, Gazetas, Mercurios, Relaciones y "periódicos
escritos"17, impresos en talleres tipográficos. Es la primera fusión entre las dos
actividades, y la partida de nacimiento de una proto-prensa periódica. Obviamente
que de este modo se busca aumentar la cantidad y velocidad de producción de
ejemplares informativos. Pero aun así, su circulación es todavía restringida. La
redacción manuscrita continuaría coexistiendo con la impresa, durante siglos18.
17 Los nombres "Aviso", "Relación", "Nueva Relación", "carta", "carta de...", "carta a...", "nueva
carta..." son los más antiguos, que expresan envíos no necesariamente periódicos, generalmente
monotemáticos, con información. Cuando se hicieron periódicos, por supuesto, se llamaron
"periódicos escritos". El nombre "Mercurio" proviene del carácter comercial de su contenido y
lectores; provenía de las ferias alemanas; el de "News" de los periódicos ingleses de noticias
extranjeras; el de "Courant" o "Coranto", originario de Italia, no hemos podido hallar su significado,
pero sabemos que contenía información estrictamente comercial. El nombre gazetta, así como el uso
indistinto gazeta y gaceta, provienen del precio muy barato que costaba el ejemplar en los puertos y
centros comerciales italianos. De allí el nombre de gazettanti aplicado a sus redactores, que igual
que los "menanti" perdían regularmente manos, lenguas, respiración y bienes, según el grado de
enojo de la autoridad de turno. No puede negarse tampoco que en el afán de vender noticias de
mayor interés estos personajes habrán inventado más de una vez crímenes escandalosos, rumores
de conspiraciones y guerras en otros países, acordes con el interesante mercado de escándalo que
solía encontrarse antes entre los contadores de historias en las plazas. Pero seguramente los enojos
mayores no aparecían en estos casos, sino precisamente cuando daban en la tecla.
18 Los redactores de gazettas, corantos, mercurios, relaciones, etc. no sólo sufrieron las
consecuencias de escribir aquello que ni siquiera se debía pensar. Ya desde esta época fueron
también destinatarios de un profundo desprecio por parte de todas las capas cultas que
consideraban su trabajo no solamente como plebeyo sino también pasajero, sin valor estético, y
cargado de mentiras y exageraciones. Existen numerosas representaciones teatrales a lo largo de la
edad moderna, en que se satiriza a estos "vendedores de noticias", "fabricantes de embustes",
estereotipados como seres desesperados por llamar la atención con sus escritos y venderlos. Esto
cambiará sustantivamente con la proletarización del periodista desde la década de 1830 y
especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX: a partir de entonces las obras referirán a la
destrucción de los sueños del joven que quería ser escritor y los burgueses obligan a agotarse en la
pluma cotidiana y descartable del periódico. Son ejemplo de esto Dumas y Balzac en Europa, y Payró
en Argentina.
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Francia entre 1648 y 165319), se fue utilizando más y más la prensa como instrumento
de guerra orientado a fortalecer la moral y enardecer a los seguidores, captar o
neutralizar a los indecisos y atemorizar, desinformar y ridiculizar a los enemigos. El
constante uso militar afecta el desarrollo del discurso de la prensa hasta su
apropiación por la esfera pública burguesa: los lenguajes de enfrentamiento,
anónimos hirientes, sátiras, apologías, ironías mordaces, exacerbación de las
características negativas –presentes en todos los actores de un conflicto- sólo para el
bando enemigo, etc. constituyen una presencia en toda relación de conflicto desde la
antigüedad. Pero la prensa sistematiza su uso en nueva escala, y una parte importante
de esta experiencia será ampliamente retomada durante la transición de la prensa
argentina hacia la modernidad.
A caballo del control estatal y de la paulatina expansión del mercado, entre el último
lustro del siglo XVI y la primera década del XVII nace la prensa periódica propiamente
dicha. Vázquez Montalbán menciona publicaciones periódicas semanales en
Estrasburgo y Ausburgo, agregando: "Lo cierto es que a fines del siglo XVI en las
principales capitales europeas donde había prosperado la artesanía de la imprenta
y donde coincidían encrucijadas postales, aparecieron intentos de publicaciones
periódicas informativas, sin otra concepción que el ser mercancías producidas y
vendidas por el impresor." También menciona Vázquez un ejemplo que muestra ya
la relativa estabilidad de las publicaciones: "En l876 en la Universidad de Heidelberg,
se descubrieron 52 ejemplares [números] de una gaceta estrasburguesa editada en
1609 por Johan Carolus" (Vázquez Montalbán, 1979: 89).
19 "Entre 1649 y 1652 se calcula que aparecieron hasta cuatro mil hojas volantes distintas en contra
de [el mnistro] Mazarino, la mayor parte redactadas en versos informativos y sarcásticos, y
bautizadas con el nombre de mazarinadas" (Vázquez Montalbán, 1979: 102). En el marco de este
conflicto tanto Mazarino (quien había remplazado como ministro a Richelieu, el impulsor de la
primera Gaceta oficial, la Gaceta de Francia) como Renaudot (su redactor), se trasladan a la sede de
la corte en Saint Germain (en Laye), desde donde continúan imprimiendo material de propaganda
y la Gaceta. Mazarino controlaba la imprenta en forma directa, en una actitud característica de una
etapa de uso militar de la imprenta, que se cuidaba tanto como el parque de artillería. Se la evacuaba
en las retiradas y se la hacía avanzar con los avances militares. La utilización militar de la imprenta
llegará a su cumbre con Napoleón, quien llevó imprentas y editó pasquines, periódicos, volantes,
etc. en todas sus campañas. Más de una vez debió amonestar a quienes estaban a cargo de la
administración en París por difundir noticias contradictorias con las que generaba él en el frente con
fines de manipulación militar de la información.
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Medios
unificar discursos sociales en torno de la monarquía, en medio de las heterogéneas
ciudades capitales, así como para intercambiar información de corte, en una extensión
de la actividad diplomática20. En un plazo de apenas 30 años (1630-1660), todas las
capitales de Europa Occidental poseían su periódico de Estado, casi todas con el
nombre de “Gaceta de…” seguido del nombre del país o de la capital correspondiente.
Hasta entonces, pudo notarse muy lenta pero continuadamente, la correlación cada
vez mayor entre los desplazamientos geográficos de los principales hitos de la prensa
periódica, cuantitativos (tiradas, cantidad de periódicos y de imprentas), cualitativos
(variedad de contenidos, precios, decaimiento y mucho más adelante abolición de la
censura) y tecnológicos, los cuales van siguiendo milimétricamente los puntos de
mayor o más dinámico desarrollo de la burguesía21.
20 Renaudot era médico del Rey y director del Monte de Piedad, entre otros cargos. Su posición le
permitió articular diferentes funciones de la distribución de noticias en un solo periódico: Por un
lado, Renaudot recibía muy rica información proveniente de los corresponsales que su amigo Hozier
poseía tanto en Francia como en el extranjero. Por otro lado, la creciente urbanización de París,
receptora de población que migraba desde áreas rurales o poblados más pequeños, había dado lugar
a nuevos problemas y conflictos que Renaudot conocía por su labor en el Monte de Piedad: pérdida
de vínculos comunitarios y familiares, búsqueda de recursos de vivienda y trabajo en un universo de
creciente mercantilización. Complementariamente, la función de los avisos y noticias era cada vez
más importante, tanto por la necesidad de información económica por parte de los burgueses, como
por el uso estatal de la información favorable. Existía, finalmente, un espacio de relatos de
entretenimientos, aún en gran medida de circulación oral pero en transición, que incluía toda clase
de acontecimientos extraordinarios, relatos morbosos y frivolidades cortesanas. El acierto de
Renaudot fue percibir la posibilidad de unir todos estos elementos en una única publicación regular
avalada por el sello del Estado: información cortesana favorable al Estado, material de
entretenimiento, material de “interacción social” (avisos de alquiler de habitaciones, ofertas de
servicios laborales), datos económicos con impronta mercantilista… Renaudot, estimulado por el
buen efecto de la lectura de las cartas entre sus pacientes, realizó la propuesta al Cardenal Richelieu,
de convertirlas en base de la publicación. Éste accedió de inmediato, comprendiendo el valor
estratégico del paso a dar. Él mismo redactaba los artículos más decisivos para la acción estatal:
registro de tratados, victorias militares, éxitos en el enriquecimiento del reino, etc. La Gaceta tuvo
una periodicidad semanal, lo cual era de por sí un adelanto para su tiempo. Los pliegos eran en
cuarto (el formato de un libro), de 8 a 12 páginas por número. Aún se notaba en la publicación
algunas características transicionales: Tendía a estabilizar el reconocimiento de continuidad del
nombre que la encabezaba (a diferencia de los avisos y relaciones que carecían de nombre más allá
del genérico “Aviso de…”. Tenía, sin embargo, dos nombres: Uno de Gaceta, y otro de Noticias
ordinarias de varios sitios. Con el tiempo, el segundo nombre pasó a ser título de una suerte de
sección interna. En forma acorde con las reglas de su tiempo, la dirección de la Gaceta pasó de
Renaudot a su hijo, siendo este último (Isaac de Renaudot) médico del Delfín. Con la reforma
borbónica, la Gaceta fue instituida como órgano oficial del Estado (desde 1762, cuando pasó a
llamarse Gaceta de Francia en forma definitiva). Volvería a darse en arriendo con derecho por el
Estado a designar los redactores, pero tras la revolución, cambiaría su función y su rol.
21 Primero se desarrolla en las ciudades citadas en la página uno de este capítulo (Holanda,
Alemania, norte italiano, París); más adelante (S. XVII) su desarrollo en Holanda saca enormes
ventajas al resto, en tanto decae el norte italiano; hacia fines de este siglo comienza el auge de la
prensa en Inglaterra, sitio en que se producen los pocos adelantos técnicos no holandeses después
de 1600; Durante el siglo XVII son Inglaterra y Francia los países con mayor desarrollo, incluso en
el aspecto industrial; A comienzos del siglo XIX Inglaterra tiene un desarrollo mucho mayor que el
resto del mundo, incluyendo simultaneidad de diarios, producción en serie con máquina de vapor
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Medios
El período de cuarenta años que va de l631 a l671 es fundamental en la estabilización
de la existencia de periódicos regulares permanentes y en la consolidación de
temáticas típicas, como la información extranjera (censurada) y los "sucesos sociales"
de la realeza. Los dos países en que esto sucede con mayor claridad son Francia e
Inglaterra22. En ambos casos, el formato característico (periodicidad, ordenamiento
de los textos, temas) impregnó las publicaciones burguesas (debiendo aclararse
también que los propios periódicos oficiales eran impresos y redactados por
elementos provenientes de la burguesía o del artesanado aburguesado, bajo el sistema
de concesión).
La sistemática persecución del disenso y el estricto control del poder político sobre la
prensa comienzan un franco proceso de deterioro a partir del crecimiento del poder
económico y político de la burguesía inglesa, desde fines del siglo XVII y durante el
siglo XVIII. Así como la del continente, especialmente la de Francia que controla
ampliamente la economía gala y se hace del poder político hacia fines de este último
siglo. En Gran Bretaña la revolución industrial permitirá pronto alcanzar mayores y
mucho más rápidas tiradas y la ampliación general del mercado-. Más adelante en
Francia, donde debido a las características específicas del absolutismo francés en el
Siglo XVIII (Cfr. Anderson, 1979: 107-108), la burguesía se encuentra libre de
acumular capital por su cuenta, fuera del ámbito del Estado, y por ello en el momento
decisivo de la Revolución controla toda la imprenta, dando nacimiento a la famosa
avalancha de prensa doctrinaria de la revolución23. La estabilización de una oposición
parlamentaria en la Inglaterra burguesa nacida con la revolución de 1688 da lugar a
la legitimación de la existencia de una prensa opositora que toma para sí el deber de
"dar a publicidad" los actos del poder y criticarlos en nombre de la "opinión pública"24.
(The Times, 1814), producción y exportación de imprentas, pero debe comenzar a competir en su
liderazgo no sólo con Francia sino también con Estados Unidos, donde la imprenta "Filadelfia"
comienza a exportarse con éxito desde 1810.
22Son los casos de La Gazette de France (Gaceta de Francia) de 1631, ya comentada, de los Diurnalls
ingleses, que apoyando la lucha del parlamento contra el rey lograron mayor legitimidad y
posibilidad de expresión, si bien el parlamento reguló la libertad de inmediato y estableció la censura
previa (1642 y 1643 respectivamente).
23 Entre 1789 y 1792 aparecieron mil cien publicaciones periódicas. La tradición periodística francesa
alcanzó cumbres tales que aún después de la concentración de capitales lograda por la desaparición
forzada de la mayor parte de los periódicos a partir de Napoleón y hasta 1848, en ese último año,
entre febrero y mayo, aparecieron sólo en París doscientos periódicos (Cfr. Habermas, 1980: 9).
24El Daily Courant, primer diario inglés, nace en 1702; Daniel De Foe, Addison y Steele son los
nombres más conocidos del periodismo de la primera década del siglo XVIII, que se transformará
en paradigma del periodismo burgués de allí en más. De Foe editó The Weekly Review; Steele The
Tatler; entre 1709 y 1711; Steele y Addison –juntos- el famoso The Spectator en 1711-1712. Una
prensa que postulaba para sí una mission educacional, que permitiese a la creciente burguesía
acrecentar no sólo su instrucción general (hábitos de lectura, conocimientos científicos y prácticos,
nociones de humanidades, moral y literatura) sino también hábitos de comportamiento que le
permitiesen coexistir con la más formada cultura cortesana. No casualmente, el término “cortesía”
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
En Francia este proceso es más dificultoso, pues la primera prensa post-absolutista es
la prensa de clubes y partidos, muy fragmentada25. Pero luego del período
napoleónico que a través del control estatal favorece la reducción de competidores por
el espacio periodístico, y la resistencia periodística solapada a la restauración, su rol
institucional parlamentario quedará asegurado.
comenzó a remplazarse por el más burgués de “urbanidad” en la práctica de estos saberes. Era una
prensa que defendía y realizaba tareas para garantizar la publicidad de los actos de gobierno, su
crítica, la circulación sistematizada de información mercantil, la adición de libros por entregas, y
todo escrito que apuntase a tareas didácticas y de fomento a la civilización. Reconocer a la
comunidad como una Sociedad de concurrencia entre individuos iguales en derecho y capaces de
tolerarse las diferencias era parte de su manifiesto, que en lo formal aseguraba un texto con palabras
y estilo educado, amable, criterioso y con intención de ser objetivo, evitando retóricas soeces o temas
morbosos.
26 "La historia de la tecnología moderna -dice Patricia Terrero- y del desarrollo de la tecnología de la
comunicación y la información, que no es otra cosa que la historia de la constitución del modo
capitalista de comunicación, se inicia con el surgimiento de la revolución industrial en Inglaterra en
el período que va aproximadamente de 1760 a 1840. Este período de cambio, que en realidad se
venía incubando en las postrimerías de la época feudal por la acumulación del capital mercantil (...)
El desarrollo tecnológico del transporte y el que posibilita la constitución de la prensa, la publicidad
y también el diseño moderno, es funcional al crecimiento de la producción, oferta y circulación de
mercancías y a la acelerada expansión del mercado mundial."(Terrero, 1987: 2).
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
y disenso, delimitación de espacios privados a salvo de su acción) no sean
cuestionados por la prensa. O dicho de otro modo, los límites impuestos por el nuevo
Estado son otros, pero son tan límites como los anteriores. En segundo lugar, hace
falta, ahora sí, un amplio mercado lector y comprador, que se forjará a lo largo de la
“segunda revolución del libro” (Cfr. Barbier y Bertho Lavenir, 1999). Entre tanto, el
París de 1790 es en términos del paradigma periodístico liberal de la empresa
independiente, políticamente eufórico, pero económicamente ilusorio. Recién hacia
1811, momento de apogeo de Napoleón, se estarán gestando las condiciones plenas de
la prensa moderna: estabilidad de la circulación, agenda temática restringida y con un
“paraguas” protector que define cuáles son temas de “libre circulación” y cuáles son
aún asunto de Estado, público lector, gran tirada para cada uno de los diarios (para lo
cual se necesita que los “grande diarios” sean pocos). Y un signo obvio de esto, es que
en la capital del nuevo mundo inaugurado por Napoleón, sólo quedan cuatro diarios,
todos sometidos a fuerte censura27.
27Una censura de naturaleza distinta de la observable bajo el ancient regime. Ésta todavía heredaba
una censura “universal”, como control moral de las conciencias en manos de la Iglesia. La
napoleónica es una censura material sobre los contenidos que no aborda la libertad de conciencia,
sino las razones de Estado para permitir o no la circulación de ciertos datos u opiniones.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Emile de Girardin, propietario de La Presse, ingresa el nuevo paradigma publicitario
en París en 1836. Pronto sería imitado, y la conjunción de parlamentarización del
Estado (1848) y expansión económica (1850-73) dio lugar a una verdadera época de
oro; muchos de los grandes diarios que alcanzarían el siglo XX nacen en Europa y
EEUU poco después de 1850 (v.gr. Le Fígaro en Francia, The New York Times en
Estados Unidos). La revolución industrial aumenta la productividad cuantitativa
(cantidad de mercancías de un mismo tipo) y cualitativa (variedad de mercancías que
pueden crearse e incorporarse rápidamente al mercado); el surgimiento de los
Estados parlamentarios burgueses asegura que el capital penetre en todos los
resquicios de la economía y requiera la constante expansión de los mercados. La
prensa, en su doble carácter de órgano ideológico de la burguesía y de empresa
burguesa, cumple su rol en la formación de la opinión pública. Pronto los aspectos
más importantes del contenido doctrinario de la prensa burguesa se convierten en
valores comunes a todos los periódicos importantes, en tanto se busca optimizar su
capacidad de acumular capital, ampliando el público lector, encontrando nuevos
contenidos a ofrecer, etc.29 Pocos años más tarde la prensa periódica participa con
derecho propio en la aparición de los primeros grandes monopolios capitalistas y el
fenómeno de los imperialismos30.
Nos encontramos, en síntesis, cuando el período de prensa argentina que nos interesa
se encuentra en su punto medio, con una prensa periódica constituida en componente
económico, político y cultural fundamental de las formaciones sociales capitalistas de
Europa Occidental y Estados Unidos, luego de un proceso de cuatrocientos años de
evolución. Una prensa constituida ya por un grupo de empresas muy grandes y por lo
periódico". Había fundado La Presse con un capital de 800.000 francos, suscrito por el público
gracias a su inteligente campaña publicitaria; según indica Terrou, seis meses después de haber
salido a la calle el primer número (a 40 francos, mitad de precio de cualquier diario de la época) ya
contaba con diez mil abonados, y en 1848 contaba con 63 mil; en ese mismo año vendía 70 mil
ejemplares, y al cabo de 17 años había obtenido un beneficio neto de tres millones de francos.
Girardin tuvo además el ingenio necesario para idear un sistema de anuncios publicitarios que
rompía con el esquema tradicional: la información cortés y con promesa de calidad buen trato
reemplazada por mensajes ingeniosos, de clara intención persuasiva, cortos y más visibles (Conesa
Sánchez, 1979).
30Cosa que también sucede en la prensa periódica, sólo que su expansión internacional demora
hasta el siglo XX, produciéndose en gran escala por medio de la expansión de las agencias de
publicidad y agencias de noticias. En los mercados nacionales se constituyen grandes imperios, a
partir de los cuales apellidos como Pulitzer y Hearst, entre otros, se convierten en mitológicos.
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Medios
tanto poderosas en cuanto a su poder de decisión como componente de la clase
dominante o a punto de serlo, según el país. Una prensa en pleno proceso de
producción industrial, que ha incorporado la máquina de vapor, novedosas técnicas
mecánicas, papel a mucho menor costo31, nuevos mecanismos de distribución y venta.
Una prensa que comienza a apostar a ser mediadora en la relación entre vendedores
y consumidores de mercancías, pero con intereses y una dependencia cada vez mayor
con respecto a los vendedores, en tanto que la dependencia de los consumidores
(públicos) es cada vez más una dependencia abstracta de su número antes que de sus
demandas. Una prensa que continúa cumpliendo un rol clave en la economía
capitalista, al proveer de información actualizada acerca de los mercados, y que dada
la importancia de tal función financia investigaciones y experimentos de
comunicación ultraveloz32. Una prensa que es un componente fundamental de la
política burguesa y de la constitución de una esfera pública de debate político y
cultural33.
Una prensa que –sobredeterminada en sus orígenes por el nacimiento del Estado
absolutista- tomó de los requerimientos de éste la necesidad de "comunicar"
individuos aislados en las ciudades, y el "pautado" de periodicidades, temas y estilos:
incorpora estas características como inmanentes a la prensa, del mismo modo que
algunas características básicas del Estado absolutista (Ejército permanente,
burocracia, sistema de impuestos nacional, diplomacia regular, economía nacional
como tarea política de Estado comunicaciones integrando la nación, monopolio de la
fuerza por el Estado) fueron mantenidas e incorporadas como inmanentes por el
moderno Estado parlamentario burgués. Una prensa, que constituye ya un campo un
campo autónomo (y se aplaude a sí misma justamente por ello)34. Una prensa,
32En los años '40 y tempranos años '50 se hicieron gran cantidad de experimentos y mecanismos
regulares de comunicación veloz: sistemas telegráficos ópticos, correos de postas muy veloces que
combinaban caballo, ferrocarril y lancha para llevar las últimas noticias a destino, etc. Un ejemplo
muy conocido y citado es el del envío de información acerca de la Bolsa de Berlín a París y Londres
combinando al menos dos ferrocarriles expresos y una posta con palomas mensajeras.
33Edmundo Burke afirmó en un debate parlamentario: "Ustedes son el cuarto poder", frase que se
universalizó de inmediato. Sin embargo, la consolidación del Estado burgués re-atraviesa esta
esfera, que pasa de una afirmación constante de la lucha por el espacio de libertad de opinión
pública, a una institución estable que en última instancia defiende siempre los principios
constitutivos del Estado burgués, pero fundamentalmente se organiza como interés privado: "... se
despoja a la prensa de debate de sus credos. Desde entonces desembaraza de sus posiciones
polémicas y atiende a oportunidades de lucro que resultan de una empresa comercial (...) se abrió el
camino (...) de una prensa doctrinaria a una de negocios, durante los años 30 del siglo XIX (...) se
transforma la esfera de lo público mediante la afluencia de intereses privados que en ella son
privilegiados" (Habermas, 1980: 9).
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
finalmente, que constituye un reaseguro más del poder burgués por su propia
naturaleza, por cuanto la prensa se sostiene sobre dos ámbitos interdependientes pero
separados en sus mecanismos de legitimación: por un lado, las decisiones sobre su
funcionamiento y contenidos están bajo el dominio del propietario, sólo limitado por
las condiciones de convivencia social que impone el Estado burgués35. Por el otro, las
relaciones entre prensa, noticia y público lector aparecen reguladas como
absolutamente impersonales ("cualquier noticia, para cualquier lector") lo mismo que
la actitud ante los hechos (por ejemplo: "cualquier fuerza política se verá reflejada en
nuestras páginas si exceptuamos la editorial").
A lo largo de todo un período histórico el Estado absolutista fue el que abrió -por
necesidad- la brecha de la práctica burguesa que en el largo plazo sería su antagonista:
decir, a todas las instancias que podían pretender legislar en materia de cultura en nombre del poder
o de una autoridad que no fuera propiamente intelectual" (Bourdieu, 1969: 136). Desde tal punto de
partida podemos decir que existe campo intelectual cuando los sujetos vinculados a la práctica
intelectual (en este caso el periodismo) comienzan a recibir el influjo determinante de la estructura
que han creado por existir como fuerzas en relación, en forma disgregada, como campos de
legitimidad relacionados y dependientes entre sí pero de legitimación separada (excepto en las crisis
de hegemonía) lo cual confiere mayor autonomía a la estructura específica, y por lo tanto mayor
influencia inmediata. En este ejemplo (periodismo): lugares de formación y grupos de pensamiento,
escuelas, etc.; lenguajes, estilo y reglas de género; logros anteriores que se imitan o critican; temáticas
prioritarias, extensión de los materiales, peso del enfoque de la mayoría de los periódicos sobre un
tema, etc.
35Por ejemplo: no podría intentar explicitar el mecanismo de dominación de clase como válido, cosa
que sí era lícito y plausible hacer en la época aristocrática, como puede demostrarlo cualquier
decreto represivo de aquellos tiempos.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
la imprenta como práctica burguesa, el periódico como objeto de concesión a
controlar, más aún la práctica de la lectura del texto de prensa como práctica política
por excelencia, la delimitación de sectores de interés en el mismo periódico, etc.
36Se hace referencia aquí a la noción actual de prensa periódica, y no a toda forma de registro escrito
de información para su circulación, cuyo comienzo corresponde, sin dudas, a la civilización china,
según lo han documentado numerosos investigadores (Cfr. Lin YuTang, 1947). Lo mismo puede
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
características del dispositivo hacen que su presencia o ausencia se asocie a la de su
protagonista principal (la burguesía). Pero en los casos en que la presencia de la
burguesía se encuentra distorsionada por una vicisitud histórica particular (por
ejemplo, cuando la presión externa de Estados capitalistas exige la modernización y/o
produce una reducida clase intermediaria), la prensa aparece y se desarrolla con el
mismo nivel de distorsión. Esta distorsión, dado el otro rol fundamental de la prensa
en su matriz europeo occidental, no puede ser otra que la magnificación de las
funciones estatales sin el contrapeso de la práctica burguesa. Por lo tanto,
probablemente: uso institucional administrativo y uso de guerra como centrales.
Describiremos brevemente los casos paradigmáticos de Estados Unidos, Rusia,
España e Hispanoamérica.
El caso estadounidense
En el actual EEUU la imprenta no ingresó sino hasta el año 1639, un siglo después de
su aparición en México, lo cual muestra el rol inicialmente marginal de ese territorio
para los colonizadores europeos en la etapa metalista. Pero a partir de las revoluciones
inglesas en ese siglo el desarrollo se acelera y aparece el primer periódico ya en 1704,
décadas antes de su surgimiento en América española37. Con la independencia y el
decirse de la imprenta moderna, en contraste con los primeros dispositivos de imprimir, los cuales
son reconocidos universalmente como provenientes de China, tanto en su versión de planchas
completas, como en su versión de caracteres chinos móviles de porcelana, cuyas pruebas de
existencia más antiguas confirman su presencia en el siglo XIII de nuestra era (Cfr. Lin Yutang, 1947;
Staubach, 2013; The Editorial Committee of Chinese Civilization, 2007).
37 The Boston Newsletter es el nombre del primer periódico editado en las colonias norteamericanas,
apenas 16 años después de la revolución inglesa, simultáneamente al gran auge de la primera década
del siglo en la metrópoli. Este periódico todavía se correspondía con el rígido orden colonial:
aprobación previa por la autoridad, amplio subsidio, provisión de información, etc. El periódico, que
se mantuvo hasta 1722, fue editado por un librero y editor que combinaba sus ingresos con tareas
estatales (en su caso, responsable de correo, entre otras). Su sucesor, The Boston Gazette (1719-
1798) fue ya desarrollado por figuras más definidamente burguesas, dedicadas a sus negocios y con
amplia decisión de involucramiento en la crítica y la acción política, con una influencia decisiva en
la revolución americana. En 1728 se crea la Pennsylvania Gazette en esta última ciudad. Comprada
al año siguiente por el impresor Benjamin Franklin, subsistirá hasta 1800. Aquí puede notarse un
claro alejamiento desde los inicios de una prensa periódica imposible de editar si el permiso y el
apoyo estatal, y una casi inmediata orientación hacia la prensa periódica como actividad burguesa
por excelencia, de modo análogo a lo que está sucediendo ya en la metrópoli británica. Benjamin
Franklin es ejemplo típico de un tipo de periodista que no está presente aún en Hispanoamérica.
Nacido en 1706 en Boston, en una humilde y numerosa familia, Franklin se ve obligado a abandonar
sus estudios e ingresa a trabajar en un taller de impresión en 1716. Allí aprende el oficio y crece en
él hasta poder disponer su propio taller, donde edita almanaques y periódicos. En 1728 co-fundó la
Pennsylvania Gazette y la compró al año siguiente, conservando su propiedad hasta 1748. En 1732
comenzó a publicar el Poor Richard’s Almanac, que llegó a ser muy popular. Franklin sostuvo ideas
liberales de avanzada para su época, logrando influencia entre los pensadores de su país y Europa,
particularmente en Francia tras la revolución, y muy especialmente en la lucha por la independencia
estadounidense, país de cuya constitución fue redactor. Pero el perfil típicamente burgués de este
personaje no se agotó en la combinación de ideas liberales, uso de la imprenta y la prensa periódica
por fuera del Estado y participación en luchas políticas contra el viejo régimen, sino que se dedicó
simultáneamente a la actividad comercial gracias a la cual se enriqueció, y a la investigación
científica pura y aplicada, siendo famosos entre sus inventos el pararrayos, los anteojos bifocales y
un sistema de calefacción casero. Respecto del carácter de “primer periódico” para la Boston
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Medios
desarrollo capitalista la presencia de la prensa se hace en Estados Unidos cada vez
mayor, alcanzando la periodicidad diaria por parte de empresas particulares ya en
1784, y llegando al punto tal que a principios del siglo XIX la imprenta de hierro
"Filadelfia" compite con éxito en el mercado mundial38 como producto americano de
exportación, y desde mediados del mismo siglo es Estados Unidos el país de origen de
muchas innovaciones tecnológicas, de comercialización y de género en la prensa39.
Europa Oriental.
Newsletter, recuérdese que le antecede el número único de la publicación Publick Occurrences Both
Forreign and Domestick, publicada por Benjamin Harris en la misma ciudad en 1690 y clausurada
de inmediato por las autoridades.
38 La producción industrial de imprentas de menor costo, fáciles de trasladar y muy resistentes por
estar enteramente hechas en hierro tiene especial incidencia sobre su desarrollo mundial. En este
período, y como demostración del desarrollo capitalista e industrial de los Estados Unidos, en 1805
y 1809 aparecen en Filadelfia nuevas prensas cuyas piezas eran elaboradas en hierro en su totalidad.
Los modelos “Columbia” y “Filadelfia” se exportan a muchos países americanos. La ciudad de
Filadelfia era un centro político e intelectual muy importante en la naciente Nación estadounidense,
y contaba desde 1810 con una Philadelphia Typhographical Society “en la que los editores de
periódicos, folletos y libros atraían a inversionistas y comerciantes que pudieran beneficiarse con la
renovación tecnológica de las imprentas” (Zepeda, 2010: 57). En Inglaterra, por su parte, se
construye y comercializa desde 1809 la Prensa de hierro de Stanhope, la cual se convirtió en el
modelo europeo, desplazando rápidamente la prensa de madera. Le sigue a ésta la prensa de hierro
a brazo que apareció en Europa iniciando una nueva era en la impresión tipográfica por aunar los
descubrimientos mecánicos con los progresos incorporados por las imprentas de hierro anteriores.
40Perry Anderson, El Estado Absolutista. Pág. 202. La imprenta ingresó en Rusia, por ejemplo, en
1533, casi al mismo tiempo que en México. Pero el primer periódico estable sería lanzado durante la
modernización de Pedro El Grande -quien comenzó su reinado en 1701- en 1703.
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Medios
importante actividad burguesa, y se desarrolló en gran medida bajo presión externa
que obligaba constantemente, por mandato de supervivencia, a la incorporación de
nuevas herramientas de Estado.
España
Con Carlos III La práctica habitual de imprimir en el extranjero fue combatida con la
prohibición de importar libros en castellano impresos fuera, y se impulsó la impresión
en el país con varias medidas de fomento, entre ellas la rebaja oficial del precio del
plomo. En 1762 y 1763 se derogó la mayor parte de las tasas de publicación, se redujo
el canon de las licencias y se estableció descuentos de tarifa postal.
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Medios
La imprenta orientada a la producción de libros acompañó el esplendor del siglo de
oro español y el período final del imperio a fines del siglo XVIII. Gran cantidad de
buenas obras impresas de aquella época se conservan aún, incluyendo una excelente
edición del Quijote por la Real Academia Española en 1780, en que Ibarra inauguró el
uso del satinado para los grabados, usó papel de hilo catalán para el texto y una calidad
de tinta, ilustración e impresión admirables.
España ingresa a la era de las Gacetas algunas décadas más tarde que las principales
potencias europeas, en 1671, y halla en el ímpetu iluminista de la elite en el siglo de la
renovación borbónica iniciada en 1701 –y sobre todo a partir de 1714, tras la
consolidación de los efectos del Tratado de Utrecht-, una buena base para una tímida
y sinuosa expansión periodística.
“El pensamiento ilustrado se desarrolla en España siguiendo tres cauces principales: las
Sociedades Económicas de Amigos del País, las Universidades y la Prensa. El desarrollo
demográfico provocó un aumento considerable de la demanda informativa y contribuyó de
forma decisiva al auge de las publicaciones, cuya influencia alcanza notable importancia a lo
largo del siglo XVIII. Los periódicos bien una fase de apogeo en la etapa previa a la Revolución
Francesa (…) E forma de gacetas, mercurios, correos y diarios contribuyeron a divulgar el
pensamiento ilustrado” (Sáiz, 1983: 86; Cfr. también Sarrailh, 1974: 173).
Del mismo modo, Aguilar Piñal –referido también por Sáiz, comenta:
“Aunque, como es bien sabido, la prensa europea tuvo sus inicios con las gacetas del siglo XVII,
no cobra importancia numérica y cualitativa, hasta la época de la Ilustración. Podríamos decir
que ésta no se hubiera producido en España –o al menos no hubiera presentado las mismas
características- sin la eficaz colaboración de la prensa periódica. En efecto, en la segunda mitad
del siglo XVIII español se dan las condiciones sociales que toda prensa necesita: un público
ávido de noticias y con medios económicos suficientes para costearla, empresarios decididos o
imaginativos, periodistas entusiastas y críticos, avances técnicos, tanto en las imprentas como
en la organización y difusión de los impresos” (Aguilar Piñal, 1976: VIII).
Dice Sáiz que a comienzos del siglo XVIII existen pocas publicaciones en el país,
haciendo notar el rol represivo del Consejo de Castilla en contraposición con una
corona borbónica que a medida que asegura el poder frente a las amenazas de la
guerra de sucesión se muestra más proclive a iniciativas renovadoras y a la ilustración:
“Los Borbones, en general, era progresistas, y frente a ellos el Consejo, “símbolo imbatido de
la tradición” hacía valer su condición de vigilante de la moral y de las costumbres El Consejo
de Castilla temía la difusión de las ideas ilustradas (…) Para los Borbones españoles del siglo
XVIII la prensa representaba un elemento de promoción de la cultura, un instrumento de
control político y, en definitiva, “un signo de modernidad” (…) [pero] si bien “existían
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publicaciones de periodicidad diaria, semanal o mensual, el pueblo en general sólo conocía los
almanaques y pronósticos” (Sáiz, 1983: 87).41
Guinard (1957: 35-36; 1962) coincide con esta apreciación, reconociendo esta tensión
entre una actitud de la elite ilustrada –del rey para abajo- bien dispuesta hacia la
prensa, y la tendencia contraria con su política “de centralización a ultranza, tan
nefasta para los periódicos”, como lo nota también Saiz al recordar que Sempere y
Guarinos “desconfiaba del valor documental de la prensa y, sin embargo, hablaba ya
en el siglo XVIII de la importancia de los “papeles periódicos” para el progreso y
difusión de las ciencias y las artes”.
Esta tensión se manifiesta desde el inicio mismo del acceso borbónico al trono
español: la centralización y la no existencia de razones militares para organizar el
discurso público generaban períodos de restricción. Las guerras, por el contrario,
aceleraban la profusión de gacetas y diarios militares. Avanzado el siglo XVIII las
propuestas vinculadas al pensamiento ilustrado, a conocimientos útiles y reforma de
las costumbres o a misceláneas de contenidos y secciones eclécticos acompañados de
datos curiosos o llamativos contarían con la simpatía del Estado. Pero este tipo de
publicación, que requiere un mínimo dinamismo civil para producirse (Sociedades de
amigos del país, impresores y editores dispuestos al negocio, público lector), tiene
ciclos de restricción inversos: se reducen cuando sube la incertidumbre, la amenaza
externa, la guerra o el mal humor social. En la primera etapa borbónica, durante la
guerra de sucesión,
“la debilidad del poder central había permitido la publicación de múltiples gacetas. En 1706
aparecen las de Granada, Murcia, Burgos y Alcala; más adelante el Mercurio Veloz de
Zaragoza, la Gaceta de Barcelona y el Diario del Sitio y Defensa de Barcelona. Estas gacetas
estaban dedicadas casi siempre a temas militares y su vida era, por lo general, corta. Cuando
termina la guerra, en 1713, se consolida Felipe V en el trono y España vive una época de
restricción informativa” (Sáiz, 1983: 88).
El segundo tercio del siglo muestra una clara base de recuperación y posterior
expansión. Hacia 1737, año en que aparece el Diario de los Literatos, se empieza a
notar con claridad esta tendencia. El país vive un ciclo de estabilidad económica y el
41A esos almanaques y pronósticos se agregaban también Relaciones y Sucesos cantados e impresos
en sus pequeños pliegos a una o dos columnas, con algún grabado.
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rey proyecta una política de expansión cultural en la que los periódicos ocupan un
puesto destacado. Es muy probable que en tal momento se relajasen también los
controles a la circulación de avisos y relaciones manuscritos, lo cual, junto a la
expansión de la actividad comercial en los principales puertos americanos, permitió
la difusión de este tipo de práctica. Luego:
“Desde 1750 a 1770 se desarrolla la etapa que Guinard ha llamado “primera edad de oro” del
periodismo español. Uno de los periódicos más importantes de estos años es El Pensador de
José Clavijo y Fajardo, a quien un privilegio de Carlos III, de 1762, califica de autor celoso y
alma indiscutible de la publicación. Una prueba del éxito de El Pensador lo constituyen las
numerosas réplicas que se publican en esos años. Las facilidades concedidas a esta publicación
por el monarca ponen de manifiesto el interés de carlos III por difundir el pensamiento crítico
y renovador” (Saiz, 1983, 88).
Carlos III decía a propósito de El Pensador que era un periódico “útil y bien
informado”. Con él: “se produjo la gran explosión publicística del siglo: El Pensador,
El Censor, el Espíritu de los mejores diarios, el Correo de Madrid y muchos otros
títulos que salen a la luz entre 1762 y 1788” (Saiz, 1983: 89).
Pero nuevas medidas hacia fines de la década –que dan lugar, por ejemplo, a
novedades en el imperio colonial, entre ellas la creación del Virreinato del Río de la
Plata en 1776- permiten una reactivación periodística. En 1777 aparece el Semanario
económico. En 1778 las Memorias instructivas. Dice Sáiz sintetizando el arco de
funciones:
“Los periódicos de estos años están dedicados a la divulgación: literatura, economía, política,
agricultura y comercio, y desarrollan también la crítica social y de costumbres. En 1781 se
produce un importante acontecimiento periodístico: el nacimiento de El Censor, que
representa la culminación de la corriente de periodismo crítico iniciada con El Pensador. El
Censor pretendía la revisión de la sociedad española desde dentro y su redacción corría a cargo
de hombres empeñados en la reforma total de las estructuras y de los esquemas del
pensamiento tradicional” (Sáiz, 1983: 89).
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Medios
y artes, aunque también presentaban servicios y otras informaciones útiles. Estaban
luego los periódicos misceláneos, que intentaban resolver eclécticamente tales
posibles contenidos. En tal arco de orientación temática, e incluso de nombres
posibles de periódicos se formó la generación de Mayo.
Sin embargo, varias décadas antes de la finalización del ciclo español, la dinámica de
descontento popular, de tensiones entre distintos sectores de la nobleza y del conjunto
de las elites españolas y la creciente radicalización de la situación en Francia tras la
revolución, llevaron a Floridablanca a firmar una Resolución Real (24 de febrero de
1791) por la cual:
“[se] establecía la prohibición de todos los periódicos, excepto del Diario de Madrid y los de
carácter oficial, y contenía una condena radical de todas las publicaciones periódicas. La dureza
del texto estaba justificada en opinión del legislador por la constante multiplicación de los
escritos subversivos (Sáiz, 1983: 244).
Desaparecen así casi todos los periódicos, restando sólo la Gaceta de Madrid, el
Mercurio histórico y político y el Diario de Madrid, los dos últimos ven restringidos
sus contenidos a tópicos que no puedan generar potencial desorden… Según Domerge
(1981: 85), la Real Resolución no sólo destruyó la prensa con algún atisbo de
autonomía, sino que deterioró rápidamente la calidad de la propia prensa oficial
remanente. Se prohibía, por ejemplo, incluso a la Gaceta de Madrid, utilizar cualquier
fuente de información o periódico de origen francés. Sáiz recuerda que, en los años
subsiguientes, “de nueve solicitudes de impresión presentadas en madrid sólo dos
recibieron informe favorable: el Diario de los nuevos descubrimientos de todas las
ciencias físicas, publicación mensual traducida del francés por José Garriga, y el
Correo mercantil de España y sus Indias, de Diego María Gallard, cuya primera etapa
se prolonga desde octubre de 1792 hasta abril de 1795” (Sáiz, 1983: 248), continuando
luego hasta el siglo XIX.
Si bien hacia 1796 habían resurgido algunos títulos y aparecieron algunos nuevos, “el
espléndido resurgir de la prensa que se había desarrollado en la década de los ’80 no
vuelve a repetirse hasta 1808 cuando se produce la invasión y guerra de la
Independencia (Sáiz. 1983: 248)”.
Los periódicos en sentido moderno, sin embargo, deberían aguardar, pues recién en
esta época comenzó a estabilizarse publicaciones de baja regularidad, amparadas por
el Estado, dedicadas al impulso de la educación, las artes y las ciencias, así como el
comercio, la agricultura y la industria, ideas en boga de la época.
En América Latina, este desarrollo fue acorde con la construcción de formas sociales
y estatales específicas, y muy recientes. El absolutismo español expandió la imprenta
por América a la misma velocidad que en la Metrópoli, y con el mismo uso. Fue, como
en España, la Iglesia católica la encargada de lo más importante de la acción estatal
en el campo de la cultura, más aún a partir del proceso que dio lugar a la reforma y la
contrarreforma. La implantación de colegios y universidades, así como de imprentas,
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Medios
da cuenta de esta realidad. Obviamente, no podemos hablar de formas burguesas,
pues la colonización hispana no guarda relación con -por ejemplo- la de Estados
Unidos42. Por ello el desarrollo de la imprenta recorre los centros urbanos estratégicos,
ligados en los primeros siglos a la minería43, ciudades que contienen los centros de
poder económico, político y militar, en manos de la Iglesia y de los virreyes, más
adelante de los virreyes exclusivamente, y que a medida que estos centros se
consolidan o desplazan, o vemos nacer otros, las imprentas se consolidan desplazan o
vemos nacer otras44.
Apenas quince años después de concluida la conquista de México, esto es, en 1537,
ingresa a su capital la primera imprenta, dirigida por Juan Pablo, de origen italiano
venido a nombre de un impresor de Sevilla. De su taller saldría años más tarde otro
impresor que inauguró la imprenta en Perú. En 1548 edita el primer libro peruano en
tres idiomas: quichua, aymará y español. En 1600 había imprenta en Santo Domingo;
En 1607 en Cuba; en 1610 en el Alto Perú (hoy Bolivia). Con el comienzo de la etapa
regalista y mercantilista incorporada por los Borbones en el Siglo XVIII surgieron más
licencias para imprentas estatales en América, y se retiraron o negaron otras de la
42Por ejemplo, el fracaso de la colonización de Venezuela por contrato entre Carlos I y la casa Welser
(Banqueros alemanes que financiaban al Emperador, y el fracaso de la colonización holandesa en el
Brasil.
43 Si bien cabe en las generales de este estudio, no nos ocupamos aquí de Brasil, ni de las colonias
francesas, inglesas u holandesas de las Guayanas y el Caribe. El primer periódico en Brasil surgió en
1808, debido al traslado preventivo de las cortes, ante la ocupación napoleónica de noviembre de
1807.
44 Cfr. Furlong, 1947; Canter, 1961. El primero nos muestra el predominio absoluto de la iglesia
católica en los primeros siglos, y la mayor importancia -en lo que hace a fundaciones de nuevas
imprentas- del Estado virreinal en la segunda mitad del Siglo XVIII, así como el recorrido de las
fundaciones: en la primera etapa los sitios son aquellos estratégicos en la extracción y envío de
metales: México, Perú, Panamá. En el siglo XVIII son los de auge comercial e importancia militar:
surgen imprentas en Cuba, Buenos Aires, la costa del pacífico sur y otros puntos otrora marginales,
continuando a su vez la instalación en otras ciudades de México.
45 La iglesia es la única introductora. Sólo en el siglo XVIII (y con licencia cuidadosamente
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Medios
Iglesia47. Los jesuitas, sin embargo, continuaron colocando imprentas hasta muy poco
antes de su expulsión, imprentas que en casi todos los casos fueron las primeras de su
región: Misiones del Río de la Plata en 1700, Bogotá en 1736, Río de Janeiro en 1747,
Santiago de Chile en 1748, Ecuador hacia 1754, etc.
Fechas,
Región Periódicos duración, Eventos externos
etc.
Gaceta de México y Noticias de Nueva Enero a julio Guerra contra la cuádruple
España 1722 alianza 1718-1720
Virreinato de Nueva
47En el caso del Río de la Plata la expulsión de los jesuitas anuló los dos centros tipográficos del país.
El virrey, años más tarde, se apropia no sólo de la imprenta sino del monopolio de impresiones, aún
a costa de la Iglesia.
48Cfr. Torre Revello, 1940; Medina, 1904; Furlong, 1947; Checa Godoy, 1993; Reed Torres y Ruiz
Castañeda, 1998; Benítez, 2000
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Medios
Gaceta de La Habana 1772-1773
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Virreinato Primicias de la cultura de Quito 1790-1793 Revolución francesa, 1789.
de Nueva
Granada Papel Periódico de Santa Fe de Bogotá 1791-ene 1797 Guerra del Rosellón con Francia
1793-1795
Gaceta de Caracas 1808-1821 Guerra de independencia
española
Gaceta de Buenos Aires (manuscrita) 1764
1797
Semanario de Agricultura, Industria y 1802-1807 Guerras de la tercera y cuarta
Comercio coalición 1804-1808.
La Estrella del Sud/The Southern Star 1807 Invasión inglesa 1807
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Medios
1797). En la década de 1800 continúan ininterrumpidamente México y La Habana, se
suman Puerto Rico (desde 1805), Buenos Aires (desde 1801), Caracas (desde 1808).
Puede notarse un corrimiento del crecimiento de la prensa desde las principales
capitales hacia los puertos atlánticos, beneficiarios de la expansión mercantil y
también de la estrategia borbónica de resguardo militar de sus nuevos puertos y
volúmenes de comercio atlántico.
En Europa occidental y en España en particular, se han consolidado tres tipos de
prensa en el siglo XVIII: uno es el de las Gacetas de Estado, cuyo rol principal es
asegurar la unicidad del discurso estatal, reforzar confianzas y lealtades en el éxito
frente a enemigos y amenazas, establecer vasos comunicantes con la atención a la
población (informaciones y conocimientos útiles, avisos de búsqueda de trabajo o
alquiler, etc.) y complementariamente, habilitar contenidos acordes al movimiento de
la ilustración. Estas gacetas logran gran estabilidad, y de ningún modo se debilitan en
épocas de guerras, protestas sociales, revoluciones o amenazas de disputas entre
dinastías sino que, por el contrario, refuerzan su rol ante tales riesgos y temores. Otro
es el de los periódicos impulsores de la instrucción general y el progreso inherentes a
la ilustración con impulso estatal. En ocasiones, estos periódicos combinan
eclécticamente (en forma de misceláneas) las funciones de una gaceta y de uno de
estos espacios de cultura letrada. El tercer tipo es la empresa particular, ya
notoriamente presente en Gran Bretaña, que trabaja con la mayor libertad posible
contenidos políticos independientes del Estado –aunque en relación con él- más la
suma de informaciones útiles al público pero que también signifiquen adecuado
rendimiento lucrativo.
En España el tercer tipo aún no existe, pero puede verse una abigarrada lista de
periódicos con los cuales ciertos particulares obtienen ingresos a través de
publicaciones autorizadas, eventualmente subsidiadas, pero no formalmente
estatales. Aunque ninguna de ellas intenta una crítica política del Estado y gobierno,
son las primeras víctimas de los momentos en que la autoridad teme
desestabilizaciones, como lo mostró la Resolución de 1791: sólo los periódicos oficiales
podrán circular. De allí que los periódicos oficiales crecen y ganan espacio en tiempos
de guerra o amenaza de guerra o contagio revolucionario, mientras que los periódicos
más respaldados en particulares se retraen.
¿Cómo es la situación del periodismo hispanoamericano cuyas características y
prácticas heredarán la generación de mayo y la prensa decimonónica argentina?
Podemos observar que este periodismo es ampliamente estatal y funcionarial. Sus
protagonistas ocupan cargos públicos, reciben elogios y reconocimientos a su labor,
son premiados con cátedras o secretarías donde sus tareas permiten una vida
intelectual activa. No faltan sacerdotes entre estos protagonistas. Sus preocupaciones
son fundamentalmente las del progreso ilustrado que impulsan los borbones, en tanto
que el discurso de la autoridad estatal que fija cómo debe interpretarse un conflicto,
una tensión de remplazo dinástico, las acciones del gobierno o el modo en que los
ejércitos actúan en las constantes guerras, queda reservado a la prensa oficial de la
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
autoridad española. Aquello que no afecta tales temas, puede incluso ser objeto de
debate en estos periódicos sin entrar en conflicto con la autoridad.
La tabla muestra que en América las guerras no tienen un impacto directo en la
configuración de la prensa y sí, en cambio, la promoción estatal del comercio y la
ilustración. La mayor parte de los periódicos no se ocupa de los problemas de
actualidad política, sino fundamentalmente de agricultura, industria, comercio,
promoción de las artesanías, necesidad de instrucción y elevación moral de las
poblaciones, progreso material, etc., evitando de tal modo ocuparse de temas
conflictivos o de cuestionar las acciones de los gobiernos, que numerosos hechos
significativos “de actualidad” resultarán indiferentes a esta prensa.
En la costa atlántica sudamericana (Brasil, Uruguay, Argentina), sin embargo, la breve
historia de sus impresos periodísticos coloniales, iniciada en 1801, nace ya
fuertemente atravesada por temas de guerra: en 1807 la segunda invasión inglesa
coloca brevemente un periódico de formato más moderno que el conocido en
Hispanoamérica (La Estrella del Sud) en Montevideo. En 1808, el exilio de la familia
real portuguesa en Brasil debido a la guerra napoleónica da inicio a los dos primeros
periódicos brasileños. En Buenos Aires, las dos invasiones inglesas son motivo de
suspensión primero y cese en la segunda, del único semanario publicado en la ciudad.
La Revolución de mayo, finalmente, producirá, por la guerra entre Buenos Aires y
Montevideo (1810-1814) sendas gacetas del Estado.
Como bien lo han hecho notar, entre otros, y desde perspectivas y focos de análisis
distintos, Francois-Xavier Guerra (2013) y Tulio Halperín Donghi (1998, 2015), los
procesos de conformación identitaria, de circulación cultural y de transformaciones
en estructuras, dispositivos y organizaciones tanto estatales como no estatales en el
mundo hispanoamericano conforman un complejo y heterogéneo entramado de
prácticas muchas de las cuales se recibieron trasplantadas, otras fueron creadas más
o menos explícitamente sobre la marcha de las prácticas y desafíos, y otras
conformaron sinuosos procesos de hibridación y yuxtaposición, conformando un
orden relativamente estable que habría de estallar en 1810, reconfigurando las
posibles piezas para la problematización de los caminos a seguir por las nuevas elites
y demás fuerzas sociales favorables a la revolución y la independencia. La realidad
local constituye así una trama de tensiones. La imprenta, asociada a la actividad
evangelizadora y educacional de la Iglesia y a la labor del Estado, fungió tareas de
características trasplantadas: su auges y retrocesos fueron los mismos que los
observados en el proceso del siglo de oro español y del barroco.
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Medios
administrativa dieciochesca, durante la segunda mitad del siglo XVIII, aunque
sufriendo, como la metrópoli, las retracciones producto del estado de amenaza (por
ejemplo, cuando en 1791 se prohíbe toda publicación excepto la oficial, en el momento
más álgido de la revolución francesa, Cfr. Sáiz, 1983: 244). Pero en tercer lugar es el
paulatino contacto, no siempre autorizado, con la novedosa prensa británica, su
adaptación al régimen parlamentario, sus libertades e innovaciones literarias,
políticas y de actualidad mercantil.
Los primeros dos siglos del imperio español en América habían mostrado el más
absoluto monopolio estatal de la imprenta por medio de concesiones rígidas en las
que predominó ampliamente el rol de la Compañía de Jesús, responsable de la
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Medios
estrategia cultural española en América con la creación de las universidades,
escuelas, misiones y la instalación de imprentas, además de vehiculizar la expresión
artística del barroco. Pero el mapa de imprentas mostraba al Cono Sur como una
región cuasi marginal en términos de importancia económica e incluso militar. Las
imprentas más cercanas se hallaban en el Perú, y el grueso de la formación
universitaria para el actual territorio argentino se concentraba allí, con la honrosa
excepción de la Universidad de Córdoba, puesta en marcha en 1613 autorizada por
la corona en 1622. En 1624 se creó en el Alto Perú, en Charcas (actual Sucre), Capital
del Departamento de Chuquisaca, la Universidad de San Francisco Xavier, también
a cargo de los Jesuitas. Charcas se tornaría con el tiempo un importante atractor de
estudiantes rioplatenses, sobre todo en las últimas décadas de la Colonia, cuando –
expulsados ya los jesuitas- la universidad se hallaba bajo un inestable equilibrio
entre autoridades temporales y eclesiásticas (De Gori, 2010; Serrudo Ormaechea,
2006). La inclusión del Alto Perú en el Virreinato del Río de la Plata favoreció esta
posibilidad.
Pero si la región contó con una universidad desde el siglo XVII –y dos si se agrega
Charcas tras la inclusión virreinal de 1776, no sucedió lo mismo con la imprenta,
cuya primera aparición –trunca tres décadas más tarde- habrá de esperar a 1700, y
cuya presencia definitiva se estabilizará recién en Buenos Aires a partir de 1780, por
orden del gobierno.
Se trata, pues, del siglo XVIII, el siglo de las reformas borbónicas y de la expulsión
–en 1767- de la Compañía de Jesús del territorio español, metropolitano y colonial.
Es un siglo en el que el control absolutista permanece y en ciertos aspectos se
profundiza, y de medidas que a largo plazo serán destructivas de la cohesión del
imperio en América, como la crecientemente institucionalizada discriminación a
criollos y demás grupos étnicos “inferiores”.
Pero es también un siglo en el que se ensayan aperturas y mejoras administrativas,
y de la simpatía de la Corona por la Ilustración, la circulación de impresos y el
impulso a las ciencias, las artes y el comercio. Como hemos visto en la sección
precedente, esto implicó un fuerte impulso a la prensa periódica, tanto por el interés
de expandir una voz oficial uniforme creando gacetas oficiales en todo el imperio,
como de permitir y aún promover la formación de sociedades patrióticas y la
publicación a su cargo de periódicos de espíritu ilustrado. A pesar de las
contracciones en distintos tramos del siglo, el proceso expansivo, como lo sintetizan
las tablas precedentes en esta misma sección, fue notable.
En la región de la actual Argentina, estas transformaciones comienzan a impactar
en la segunda mitad del siglo, tras el ascenso al poder del nuevo rey español Carlos
III en 1759, y especialmente tras la creación del virreinato en 1776/78, menos de
medio siglo antes del colapso del imperio colonial español. La llegada al trono
español del Rey Carlos brinda clara continuidad a estas políticas de reforma y
profundiza, facilitando la disposición de imprentas en todo el territorio español a
través de numerosas medidas de fomento similares a las adoptadas en España y de
acciones directas de adquisición por la autoridad estatal.
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Medios
En tal contexto, la imprenta en Argentina posee tres momentos de inicio diferentes
–pues existieron dos truncos- hasta su definitiva instalación. El primero de ellos fue
muy particular: la imprenta fue creada por los jesuitas en la región de las Misiones
del nordeste hacia fines del siglo XVII y se sabe que aún en 1730 tiraba folletos y
panfletos. Esta imprenta no provino de Europa, sino que fue construida en madera,
con terminaciones y caracteres de metal, aparentemente de estaño en su totalidad,
sobre la base de los conocimientos de los misioneros y de unos textos orientativos
del arte tipográfico. El primero en dar cuenta de esta experiencia desde la
historiografía fue el general Bartolomé Mitre en sucesivos artículos y referencias, y
finalmente en forma póstuma en Orígenes de la imprenta argentina, publicado
originalmente en 1918 (Mitre, 2003), donde reconoce, además, trabajos
precedentes de José Toribio Medina y de M. R. Trelles. El primer libro allí impreso
fue De la diferencia entre lo temporal y lo eterno, ilustrado con 43 láminas a buril
sobre cobre “al estilo de Alberto Dürer” (Mitre, 2003). Demuestra Mitre también la
pervivencia de restos de la imprenta y de algunos tipos de estaño en 1784 en Santa
María la Mayor.
No se conocen trabajos anteriores a 1705 ni posteriores a 1730, pero sí una lista
amplia de trabajos publicados en ese interregno, incluyendo libros, folletos,
panfletos y material de catecismo. Los jesuitas se vieron involucrados en la guerra
comunera de 1715-1730 y en relación con ella escribieron folletos argumentando su
posición. Se desconoce la razón de la finalización, pero se supone que esta provino
del agotamiento del equipo, y quizás de la partida o fallecimiento de quienes
podrían haber intentado reiniciar el proceso de construcción49.
El segundo momento corresponde también a los jesuitas, quienes traen de España
una imprenta a la Universidad de Córdoba (en realidad, al Colegio de Monserrat).
La imprenta fue ingresada a Córdoba en 1764, con permiso real y asignación de
privilegios por el virreinato (por ejemplo, la exclusividad en la producción de
catones para la Iglesia). Pero su existencia fue efímera debido a la expulsión de la
orden en 1767, habiendo editado sólo un libro. La imprenta, además, fue puesta en
desuso durante los años siguientes (Mitre, 2003; Canter, 1961).
49Dice Mitre (2003: 6) “De todo esto resulta evidentemente: 1º Que desde 1694, los misioneros del
Paraguay trabajaban por tener una imprenta propia, y que ellos fueron los fundadores, o más bien
dicho, los creadores de la primera que se fundó en el Río de la Plata; 2º Que desde esa época el
general de la Compañía de Jesús secundaba ese propósito; 3º Que al finalizar el siglo XVII (año de
1699) se dieron los primeros pasos por el mismo general para obtener en España la licencia de
establecer la imprenta en las Misiones jesuíticas del Paraguay; 4º Que la licencia debió llegar a
América por el año 1701 a 1702; 5º Que en 1703 la imprenta estaba creada con elementos y artífices
propios y se hallaba en plena actividad, funcionando sus talleres de tipografía y de grabado, en que
trabajaban los indios neófitos "en caracteres peregrinos en Europa, y sin los maestros de la Europa",
como lo dice enfáticamente el padre Serrano.
El pie de imprenta no señala el lugar, y sólo lleva la designación general de Impreso en las Doctrinas;
pero no puede caber duda que lo fue Santa María la Mayor, pueblo fundado en 1633 (según M. S. de
Azara) a inmediaciones de la margen occidental del Uruguay, donde se imprimieron los libros
subsiguientes que llevan su nombre y donde se encontraron, al fin, los últimos restos de la primitiva
imprenta…”.
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Medios
El tercer momento, definitivo, llega en 1780, con la instalación en Buenos Aires de
una imprenta gubernativa que instauró definitivamente su existencia en la ciudad.
Pero ya antes, en las décadas anteriores, comenzaba a notarse las consecuencias de
la renovación administrativa y comercial borbónica. En Buenos Aires, esta
activación se hace notar muy claramente en la segunda mitad del siglo, y con ella,
comienzan a aparecer las primeras hojas manuscritas que difundían las noticias
bajadas de los barcos: Situación de la corte, guerras, acontecimientos
extraordinarios (como epidemias o terremotos), e información comercial (listados
de mercancías, precios, días y horarios de entrada y salida de barcos, difusión de
posibilidades de comercio).
Simbólicamente, el papel noticioso porteño más antiguo que se conserva
corresponde al significativo año 1759. Se trata de un manuscrito titulado Noticias
comunicadas desde la colonia del Sacramento a esta ciudad de Buenos Aires en 5
de diciembre de 1759. Allí se presentan diez noticias, coherentes con el perfil de las
gacetas y relaciones de su tiempo: el testamento de la reina de España (esposa de
Carlos III), noticias de cortes española y portuguesa, entradas de navíos al puerto,
pasajeros, un fallecimiento en viaje, datos –optimistas- sobre la guerra de Prusia
con Gran Bretaña, datos sobre la posible sucesión de Fernando VI (De Marco,
2006).
No había aún, en el Río de la Plata, necesidad de periódicos, ni en el sentido estatal
que les asignaba el absolutismo, ni en el sentido burgués parlamentario, dado el
carácter marginal del territorio tanto en su valor económico como militar en
relación con las potencias modernas que utilizaban prensa periódica, y de hecho los
primeros que se conocen son transcripciones manuscritas de noticias de gacetas
que llegan “del Janeyro” (Río de Janeiro) o directamente desde España, a través de
Colonia del Sacramento o Montevideo. Estos escuetos papeles, típicos de la
circulación comercial europea ya desde el siglo XVI, no parecen tener gran mercado
en la aún pequeña Buenos Aires de la década de 1760. La serie más larga y con
pretensiones de “Gaceta” (publicación continua) que se conoce de este tipo de
publicación, fue la Gaceta de Buenos Aires de 1764, que sólo produjo unos pocos
números y ejemplares, todos manuscritos. Se conocen cuatro números, publicados
entre el 19 de junio y el 25 de septiembre de aquel año. Mariluz Urquijo (1988) ha
hecho notar que podría haber habido algún número anterior (pues el del 16 de junio
no se presenta como primero ni se cuenta con numeración en los ejemplares) y que
–por contrastación con una carta particular- la publicación podría haber concluido
en diciembre de ese año, por lo que el total números elaborados bien podría ser de
4, pero también hasta el doble de ese número. Su pequeño formato y el hecho de
que aún sobraba espacio en blanco en las últimas páginas de los cuatro pequeños
pliegos, muestran que el volumen de información a poner en circulación era aún
muy tenue; pero César L. Díaz (2012) nos recuerda el reverso de sentido de estos
espacios en blanco: un bien escaso como el papel bien podía ser un obsequio extra
para el destinatario del periódico. Como ha mostrado Mariluz Urquijo, el redactor
de esta publicación fue el francés Juan Bautista de Lasala (Jean Baptiste de Lasalle).
En cuanto a quién era su mandante, nos indica De Marco (2006) que:
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
“La Gazeta parece haber sido oficial o haber recibido apoyo económico del gobernador y
futuro primer virrey del Río de la Plata, teniente general Pedro de Cevallos, quien por
entonces no gozaba de una salud rebosante, aunque pronto la recuperó. Cada número
informaba sobre ella, y no faltaban manifestaciones adulatorias con respecto a sus
cualidades militares ni expresiones agresivas hacia sus adversarios” (De Marco, 2006: 16-
17).
Esto nos indica que si bien el redactor era un comerciante próspero (de hecho, rico,
por el patrimonio de su esposa), su principal objetivo parece haberse encuadrado
más en la defensa de una facción funcionarial con vistas a su consolidación en el
gobierno que a la intención de generar un negocio con su periódico. De hecho, se
desconoce si la Gazeta fue leída en voz alta, y si hubo más de una copia manuscrita
en circulación. Los temas que se observan en los cuatro ejemplares que se
conservaron muestran el perfil típico del gacetismo de su tiempo: noticias
comerciales y administrativas, salida y entrada de barcos y pasajeros, información
militar y religiosa, actividades sociales en la ciudad, notas misceláneas amenas e
instructivas, judiciales y sucesos criminales (De Marco, 2006). Todos los autores
que han abordado este periódico destacan que no se trata de una reimpresión de
gacetas españolas (como sucedió en años anteriores a las primeras gacetas de
México y Perú), sino de un producto original capaz de trabajar desde la realidad
local, con información específica de distintos barrios, problemas y desafíos
económicos en la ciudad, sucesos locales, etc. En definitiva, podemos observar que
si bien la experiencia es breve (entre cuatro y ocho meses) y que se trata de una
gaceta manuscrita (por lo tanto, de circulación muy limitada), la experiencia se
ensambla en el impulso a la prensa que la corona española está generando en esta
década. La Gaceta de Buenos Aires se asemeja así en estructura a otras gacetas
hispanoamerianas, pero confirma también que se trata de un inicio tardío en
comparación con los grandes centros coloniales, breve y de pequeño alcance, en
comparación con una prensa colonial que en Lima, México y poco después otra
ciudades hispanoamericanas, alcanza regularidad, duración por décadas y
abundantes contenidos. Por último, notemos la coherencia de mandantes: una vez
más, como en el resto de Hispanoamérica y España, estas gacetas nacen a impulso
del Estado.
Los sueltos continuarán apareciendo, en algunos casos copiando directamente
sueltos o fragmentos de gacetas impresos llegados en barcos procedentes de España
o de mercaderes británicos. Pero el crecimiento de la importancia militar y
económica de los puertos de Buenos Aires y Montevideo, amenazados por el avance
portugués, llevará a una última gran reorganización político-administrativa, con la
creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776/78, con capital en Buenos Aires.
La posibilidad de que el puerto de Buenos Aires fuese no sólo vínculo comercial
para la salida y entrada de mercancías, sino también punto de salida de metálico
altoperuano con destino a España, amplió rápidamente la vida económica y social
de la ciudad, y apenas instalada la nueva autoridad, se procedió a gestionar una
imprenta para uso oficial ante la autoridad metropolitana. La proverbial lentitud de
este tipo de trámites llevó al virrey Vértiz a optar por una alternativa: La expulsión
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Medios
de los jesuitas en 1767 había dejado inactiva en la Universidad de Córdoba la
imprenta, En 1780 una comitiva oficial se ocupó de recuperarla, dado que se
encontraba en estado de abandono, con pérdida de tipos que se habían enterrado
en el piso, etc. (Cfr. Canter, 1961; Mitre, 2003), y trasladarla a Buenos Aires, donde
se transformó rápidamente en la imprenta oficial, la única disponible hasta la
década de 1810. Su funcionamiento administrativo fue por concesión con privilegio,
y su uso fundamental no fue periodístico en sus primeras décadas, sino para la
distribución de comunicaciones oficiales y la impresión de materiales para uso
cotidiano de las iglesias (catones, catecismos, etc.)50. Sin embargo, sí se hizo uso
periodístico en ocasiones, imprimiendo sueltos informativos que la autoridad
estatal considerase importante difundir: novedades de la autoridad estatal
española, avances y progresos en sucesivas guerras o el combate a la piratería,
información comercial de interés para mercaderes, etc. El primer documento
impreso de estas características que se conserva es prácticamente inmediato a la
instalación de la Imprenta. Se trata de unas Noticias recibidas de Europa por el
correo de España, y por la vía del Janeyro. Buenos Aires, a 8 de enero de 1781.
Este tipo de sueltos, avisos, noticias y relaciones comenzó a aparecer primero
esporádicamente, y luego más intensamente hacia el fin de siglo y en la década final
del virreinato. De ellos se conservan muchos ejemplares en la actualidad, tanto en
la Biblioteca Nacional como en el Museo Mitre de la ciudad de Buenos Aires, entre
otros repositorios. Si bien no llegó a existir una Gaceta en la ciudad hasta 1809, la
cantidad de sueltos emitidos por orden de la autoridad virreinal muestra una
continuidad bastante regular a lo largo de los años.
En paralelo con esta aparición de un muy tenue espacio proto-periodístico,
comenzó la circulación –también tenue- de papeles anónimos con breves y muy
sencillas interpelaciones de protesta. Dice al respecto Juan P. Echagüe:
Debe notarse, sin embargo, que el uso de pasquines manuscritos no constituye una
novedad en el espacio del absolutismo –eventualmente puede tomarse nota del
aumento de su cantidad en algún período- y su función rara vez es de amplia
difusión o de puesta en discusión pública como sucede con el periodismo
50 Tanto las tareas de imprenta como las futuras publicaciones periódicas de la década de 1800
fueron otorgadas con privilegio de exclusividad. El taller debía proveer las necesidades de sus
artesanos, de los concesionistas si los hubiera (como en el caso del editor de un periódico) y el
excedente o beneficio debía proveer a las necesidades de la Casa de Niños Expósitos. De allí el
nombre, por muchas décadas, de “Imprenta de los Niños Expósitos”. Cfr. Canter, 1961; Torre
Revello, 1947: 188-190.
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Medios
propiamente dicho. El anónimo injurioso, la protesta pasquinesca, el panfleto,
cumplían la función de injuriar, manifestar la presencia de malestar cuando no se
podía hacerlo en forma pública, o confirmar lazos de logia en relación con
conspiraciones o grupos que buscan ejercer presión, ya en el ámbito cortesano
europeo, ya en el espacio del funcionariado virreinal. Si bien el pasquinismo es una
referencia imprescindible para el estudio de la formación de las nuevas formas de
la representación y la formación de la opinión, la forja de una habitualidad en la
producción, circulación y recepción de materiales periodísticos muestra un hilo de
continuidad más claro desde la circulación de información estatal y comercial que
en el pasquín, el cual tomará contacto con el periodismo propiamente dicho (y con
su amplia difusión, generará no pocas crisis políticas y escaladas de
enfrentamiento) después de la independencia.
Durante la década de 1790, cuando las reformas borbónicas llegaron a su punto
culminante en nuestra región con la ampliación de posibilidades asignadas al
puerto de Buenos Aires51, comenzó a esbozarse una primera vinculación con la
práctica periodística regular: con la creación del Real Consulado Belgrano comienza
a redactar sus monografías y a requerir y recolectar informes desde las provincias
interiores, muchos de los cuales serán la base para artículos en el periódico oficial
español Correo Mercantil de España y sus Indias en España, a lo largo de varios
años, y luego de materiales que Belgrano publica en Buenos Aires, incluso en su
Correo de Comercio, donde incluso recupera artículos con más de diez años de
publicación en el Correo Mercantil. A ello se agrega una creciente presencia de
suscripciones y adquisiciones individuales de gacetas, almanaques y otras
publicaciones que llevan al puerto y, en la medida que no sufren censura o embargo,
cuentan con libre lectura y acopio en la ciudad. También en esta década se registran
los primeros pedidos formales de autorización para editar una gaceta.
Destaca en primer término, por la magnitud y el carácter pionero de su aporte,
quien debería ser reconocido como primer periodista argentino (Díaz, 2005, 2012),
el secretario perpetuo del Consulado y futuro prócer patrio Manuel Belgrano,
formado en las cortes españolas en la época de Jovellanos, cuando las simpatías por
la ilustración –y por su versión económica, la fisiocracia- se encontraban en su
cenit. Tras su retorno a Buenos Aires en 1793 realizó numerosos informes breves y
monografías impulsando el potencial económico y de progreso material y cultural
de la región, de acuerdo con los requerimientos establecidos por las funciones
asignadas a su cargo. Abundante material de sus monografías y artículos fue
publicado en El Correo Mercantil de España y sus Indias52, como lo ha registrado
51Apenas creado el Virreinato se había comenzado a liberalizar el comercio sin romper con los
términos monopólicos del orden colonial español. En 1778 se habilitó el comercio con los principales
puertos de España y América hispánica, y se habilitaba la extensión de este tráfico hacia el interior
del virreinato a través del puerto de Buenos Aires. En 1791, cuando se autorizó la trata de negros
importados de África, el comercio con Gran Bretaña dio un brusco salto, que se consolidó cuando en
1795 se autorizó a comerciar con las colonias extranjeras.
52El Correo Mercantil de España y sus Indias, uno de los dos periódicos autorizados en España
luego de la gran clausura de 1791, se editaba cada tres meses en Sevilla por la autoridad estatal de
comercio (lo será dese 1795 a cargo de la recién creada Secretaría de la Balanza de Comercio: “Bajo
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
el exhaustivo trabajo de Mariluz Urquijo (1978), cumpliendo con sus obligaciones
emanadas del cargo, y también con sus propias inquietudes, según narraría años
más tarde en su autobiografía (Belgrano, 1954, 1966). No hay dudas de que el
Correo Mercantil era ampliamente oficial, aunque la iniciativa fue propuesta por
particulares. Eugenio Larruga había comenzado a publicar sus Memorias políticas
y económicas sobre los frutos, comercio, fábricas y minas de España en 1787. En
1792, asociado a Diego María Gallard, logra que el Ministro de Hacienda, Diego
Gardoquí oficialice un claro apoyo a la publicación por medio de la suscripción de
ejemplares y la provisión de información tanto de origen metropolitano como de
las colonias (Mariluz Urquijo, 1978: 12). Tal información, además, fue oficialmente
requerida a los Consulados, con requerimiento mensual. Otras publicaciones
avaladas por el Estado promovieron la publicación. Siguiendo a Enciso (1958: 89),
Mariluz Urquijo registra que el N° 223 el Mercurio Peruano, de Lima, “fue
íntegramente dedicado a difundir el prospecto (…) y otras noticias
complementarias sobre la nueva publicación” (ídem). En 1795, Gardoquí creó la
Secretaría de la Balanza como parte de su Ministerio, encargada de recolectar y
organizar información precisa sobre la balanza comercial del país y su evolución.
Habiendo sido creado el Consulado rioplatense en 1794, Gardoquí envía el 11 de
mayo del año siguiente un requerimiento oficial para el envío mensual de noticias,
tanto propias como recolectadas de otros organismos oficiales y aún “…gacetas,
mercurios, diarios u otros papeles públicos que de algún modo contengan especies
relativas a los puntos insinuados”53, tarea que el Consulado a cargo de Belgrano
cumplió cabalmente. Pero no fueron sólo estos los evidentes lazos del periódico con
el mundo estatal: Larruga cedió su parte de la redacción a Gallard, y este a su vez la
cede directamente a la Secretaría de la Balanza el 21 de septiembre de 1795, y hasta
el 8 de marzo de 1799, esto es, los primeros años de la colaboración de Belgrano con
la publicación, están signados por ser una tarea a partir de una orden oficial, en
cumplimiento de una tarea oficial, para un periódico oficial. Es interesante, en este
contexto, cómo es este vínculo oficial el que brinda, inesperadamente, cierto
entrenamiento periodístico a Belgrano y a los diputados del interior que reportan
al Consulado y envían informes. No sólo por la regularidad del requerimiento, o por
la expectativa de ajuste a cierta cantidad de páginas, sino por el criterio periodístico
de corrección. Mariluz Urquijo hace notar:
“… las correcciones que les hacen en la oficina madrileña –verificables en las tachaduras o
añadidos hechos a los originales conservados en el Archivo General de Indias- antes de ser
enviados al periódico son mínimas y carentes de interés. Se les añade alguna breve
introducción explicativa como la que precede al texto aparecido en el número del 27 de
marzo de 1797; se reemplaza alguna palabra por otra que se considera más precisa y así, por
ejemplo, donde decía que las cosechas han sido fecundas se cambia el adjetivo por
el influjo de las ideas de la Ilustración, se fueron estableciendo a lo largo del siglo XVIII diversos
organismos encaminados a lograr el conocimiento de la verdadera riqueza nacional para adecuar a
ella las contribuciones, apartar los obstáculos que se oponían al bienestar de los pueblos y fomentar
el progreso de la agricultura, la industria y el comercio. Tales fueron con fines fundamentalmente
estadísticos la Secretaría de la Balanza de Comercio…” (Pérez de la Canal, 2014: 11).
53 Material reproducido en: Archivo General de la Nación, (1936) Consulado de Buenos Aires.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
abundantes. Se procura quitarles el carácter de escritos administrativos para darles un tono
más periodístico: por ejemplo, en la reseña correspondiente a Tucumán la frase “asegura el
Diputado haberle informado un vecino de toda verdad” queda reducida a un “según informe
de un vecino honrado”. Se elimina alguna constancia que se considera superflua, se abrevia
algún enunciado, se interpola alguna línea o se formula alguna observación marginal…”
(Mariluz Urquijo, 1978: 15).
54Recapitula Torre Revello (1940: 187-188): “… Santiago Luis Enrique de Liniers, Conde de Liniers
(hermano de Santiago, el más tarde Virrey interino de Buenos Aires), quien el 16 de agosto de 1796
presentó al entonces virrey del Río de la Plata, Nicolás Arredondo, un memorial solicitando licencia
para publicar un periódico, y cuyos trámites posteriores son ignorados, deduciéndose de todo ello la
más franca negativa conceder lo solicitado. De que el proyecto había sido madurado por el Conde de
Liniers, queda el testimonio en el prospecto que adjuntó al memorial, en el que describía la
característica que tendría el periódico, cuyo título sería Gaceta de Buenos Aires. El sumario o cuadro
de materias de que se ocuparía el “papel público” eral el siguiente: Gobierno, Precio de los
Comestibles, Comercio, Teatro, Literatura y Artes, Noticias y Necrología. Para cada uno de los
mencionados acápites, agregaba el Conde de Liniers en el prospecto, la debida explicación sobre lo
que se trataría. Debía publicarse los días domingos, y el producto que se recaudase se destinaría al
fomento y beneficio de la Casa de Niños Expósitos. Torre Revello cita a su vez información de Toribio
Medina (1892: 154-155).
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Medios
en la carta mencionada al comienzo de este capítulo, sino, más bien, la ausencia de
sujetos de prensa que pudiesen darle un uso sistemático, pues las acciones de
censura que impactaron sobre los periódicos de la primera década del siglo XIX
muestran dos tópicos claramente delimitados: el sentimiento de honor mancillado
que pudieran expresar la autoridad estatal o las instituciones eclesiásticas a partir
de lo que dice o insinúa una publicación, o el uso de un lenguaje vulgar o con
palabras inadecuadas. No se manifestó nunca, por el contrario, molestia alguna en
torno a la presencia de debates, críticas, recomendaciones, ensayos sobre economía
o gobierno civil, etc.
El caso de Liniers no parece presentarnos un ejemplo de freno estatal a las
iniciativas periodísticas civiles (aunque sí debe tomarse en consideración la
prohibición general de 1791), sino, más bien, una combinación entre los
mecanismos de acceso a los permisos para iniciativas comerciales, atravesados por
una densa y sinuosa trama de contactos, negocios de grupos de familia, y aún
corrupción, en cuyo marco se concedían o no las autorizaciones. La denegación del
pedido periodístico de Liniers es sólo una entre varias, que incluye un fallido intento
para producir industrialmente caldo deshidratado, solicitud también denegada sin
explicación alguna, pero donde se hacen notar los intereses económicos sectoriales
y funcionariales. Probablemente la condición de francés del peticionante fuese ya
un factor de complicación, como habría de serlo su apellido mucho más aún tras la
invasión napoleónica de 1808. Los recambios de virrey, los problemas del sistema
de concesión en su conjunto, con sus correspondientes presiones, la inexistencia de
un mercado de lectores –y menos aún de escritores- y la existencia de una sola
imprenta impiden, por ahora, un avance hacia la prensa moderna semejante a la
que ya se despliega plenamente en las ex colonias británicas de América del Norte.
En 1784, ya existen publicaciones diarias de propiedad privada en Estados Unidos,
y Gran Bretaña ve crecer su volumen de impresos por millones de unidades, y la
continuidad de las experiencias queda ejemplificada en que el diario The Times nos
acompaña hasta nuestros días.
Pero en octubre de 1800, la solicitud de Cabello y Mesa para crear un semanario y
una sociedad patriótica en Buenos Aires tendrá éxito: la prohibición de 1791 se ha
desdibujado, Cabello es español y no francés, y no es un residente en Buenos Aires
que hubiese ganado adversarios o enemigos. Tanto el virrey como buena parte de
la elite funcionarial se hallaban favorables a la iniciativa de un periódico, que habrá
de salir a la calle por medio de un prospecto de presentación hacia noviembre de
1800. Es el inicio de la prensa periódica impresa rioplatense.
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Medios
1.4. La telegrafía
Camille Duteil
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Medios
1.4. La telegrafía
Telégrafos55.
Camille Duteil
Refiriéndonos a Polibio, data de dos mil años la invención de este medio de
comunicación, derivándose su nombre de las dos voces griegas téle lejos y graphein,
escribir.
Los fuegos, las luces, el humo, las banderas, el sonido de instrumentos, se emplearon
como medios telegráficos por todos los pueblos primitivos y aun en nuestra época,
bajo las denominaciones de Faro, Semáforo, Vigía, etc.; pero estas señales solo
expresaron el conjunto de una idea formada, es la infancia del arte de la escritura
aérea, que no tomó realmente importancia ni produjo gran utilidad, hasta que se ha
podido significar con la combinación de un número dado de señales, el valor de la
palabra.
El poeta griego Eschyle [Esquilo] presenta en escena, en la tragedia Agamenón, a un
antiguo sirviente en continuo acecho hacía dos años, del fuego encendido sobre el
Monte Ida, cuya señal repetida en el Monte Athos debía noticiar a Clitemnestra el
acontecimiento por tanto tiempo deseado de la toma de Troya.
Las señales telegráficas que usaban los Romanos consistían en un hachón de resina
pura suspendido a la extremidad de una larga estaca, la que asomando por la ventana
de un mirador aparecía y se escondía varias veces, según la señal que hiciesen.
Al método de las antorchas o banderas, sustituyó el de varas combinadas, o planchas
de metal o madera. Telegrafía denominada entonces braquigrafía (escritura
abreviada) como el sistema es tan conocido, sería inútil describirlo.
En el siglo XV, Tamerlan Kan, de Persia, se sirvió de banderas para corresponderse
a largas distancias.
Según parece los Chinos perfeccionaron considerablemente el arte de la
correspondencia aérea.
El obispo de Burth en 1557 y el de Chester en 1661 hablan también sobre este arte.
Pero la Telegrafía sólo podía adquirir su completo desarrollo con el progreso de la
óptica, pues para leer a una distancia lejana, es preciso ver desde lejos.
Hacia la conclusión del siglo XVII, Amonton célebre físico en aquella época, fue el
primero que propuso la adopción de los anteojos para observar las señales
transmitidas desde lejos. Los ensayos de Amonton excitaron la curiosidad general, y
aunque no se aplicaron prácticamente, prepararon los adelantos posteriores,
conjuntamente con los ensayos de Booke y Hoffman, que inventaron un número
reducido de señales móviles. Booke inventó en 1695 un aparato complicadísimo.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Linguet, preso en 1782 en la Bastilla, ofreció como precio de su libertad poner en
práctica un instrumento de su invención, para corresponderse hasta las distancias
más lejanas, pero el Gobierno desoyó su ruego, lo que no obstó para que trascurrido
algún tiempo lo pusiese en libertad sin condición alguna.
Bergstrasser natural de Hanan, publicó en 1785 un tratado de telegrafía, haciendo
consistir su sistema en multitud de señales diversas ya opacas o transparentes;
además de la luz, también se servía de la artillería.
A pesar de todos estos ensayos, debe considerarse como los verdaderos inventores
del telégrafo los que tuvieron la bastante perseverancia para adoptarlo y hacerlo
adoptar generalmente. Esta gloria pertenece a los hermanos Chappe.
Durante la revolución francesa, en 1792, y en momentos en que era tan necesaria la
rapidez en las comunicaciones, fue cuando el abate Chappe publicó su gran
descubrimiento. Y aun cuando no se apreciaron merecidamente por el momento las
inmensas ventajas que reportaba, no tardó mucho en saber apreciarse su
importancia.
El primer ensayo tuvo lugar en París, sobre los pabellones de la barrera L’Etoile,
habiendo desaparecido la máquina en aquella misma noche. El segundo telégrafo se
estableció en el parque de Monceaux: pero el pueblo hizo con la máquina un auto-
da-fe, del que difícilmente se salvaron los inventores. Pero estaba próximo el día en
que se había de tributar justicia al mérito. El 12 de julio de 1793, por orden de la
convención nacional, tuvo lugar un solemne experimento en presencia de una
comisión científica nombrada al efecto, la que extendió el informe más satisfactorio,
habiendo tenido en su consecuencia la nueva invención un éxito feliz. (…)
La Comisión inspectora estimó en 13 minutos y 40 segundos el tiempo necesario para
la transmisión de un despacho telegráfico de algunos renglones a la distancia de 48
leguas, habiéndose, con el transcurso del tiempo, perfeccionado esta invención en
términos que hoy bastan sólo tres minutos para obtener igual resultado.
En consecuencia de tan favorables resultados, ordenó la Convención Nacional que se
estableciese una línea de 12 telégrafos desde París a Lille, la que poco tiempo después
transmitió la noticia de la toma de la ciudad de Condé a los austríacos, y ocasionó a
la asamblea nacional el contestar desde el santuario de las leyes con este decreto tan
glorioso como lacónico: - el ejército del norte mereció bien de la patria.
Cambiábanse las comunicaciones en esta línea con éxito feliz, llegando con la
velocidad del rayo a su destino, las órdenes del comité de salvación pública.
Bien pronto se establecieron nuevas líneas en varias direcciones, datando desde esta
época el verdadero sistema de telegrafía aérea. Al fin habíase utilizado planteada por
el mismo autor la gran idea con la que el Abate Chappe acababa de dotar a su Patria.
Los hermanos Chappe eran naturales de Burton, departamento de Sarthe. Claudio
(el abate) recibía en un seminario a Angers, sus hermanos en un colegio situado
enfrente y a una media legua de distancia. Para poder corresponderse con sus
hermanos y salvar así la distancia que los separaba, ideó servirse de una regla de
madera, la que giraba colocada sobre un eje. Las dos extremidades de la regla giraban
también sobre ejes con aspas, la mitad más pequeños, obteniendo por este medio 92
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
señales diferentes fáciles de distinguir con ayuda de un anteojo. He aquí el germen
de la actual telegrafía aérea. Pero la ejecución en gran escala de este mismo sistema
presentaba grandes obstáculos.
Posteriormente, ayudados de los consejos de Breguet y de los conocimientos de León
Delaunay, antiguo cónsul en Lisboa, construyeron su máquina con escasa diferencia
igual a las hoy existentes.
El abate Chappe murió en París el 25 de enero de 1805. El menor de sus hermanos le
siguió en el año 1825. En el Cementerio de Pére Lachaise, bajo un mausoleo de
bronce representando un telégrafo, descansan sus restos mortales.
El telégrafo francés consta actualmente de tres aspas movibles colocadas sobre un
plano vertical. El aspa principal se llama regulador, y las dos subalternas,
indicadores. Estas últimas, están colocadas una a cada extremidad del regulador. El
regulador sujeto por su centro a un palo de cuatro a cinco metros de elevación sobre
el tejado de la vigía, tiene cuatro metros de largo y tres decímetros de ancho.
El regulador es susceptible de cuatro posiciones: 1) vertical; 2) horizontal; 3) oblicua
de derecha a izquierda, 4) oblicua de izquierda a derecha. Los indicadores pueden
formar ángulos rectos, agudos u obtusos. Así, se hallan en todas las 192
combinaciones, las 24 letras del alfabeto, y todas las señales particulares llamadas
“de la política”, las que indican actividad, tranquilidad, nieblas, o los obstáculos que
interrumpen el servicio de transmisión de un puesto a otro.
No bastando las 24 letras para traducir un despacho largo, se han unido de dos a dos
descomponiéndolas, las 192 señales primitivas, lo que da 192 x 192, lo que da 36.864
signos. Un diccionario impreso contiene la distribución completa de los 36.864
signos, habiéndose aplicado un signo a cada sílaba posible en el idioma francés,
combinando las consonantes con las vocales y diptongos.
Cada puesto mantiene de guardia dos hombres, los que se denominan estacionarios.
De ellos, uno alternativamente está constantemente en servicio, pudiéndose confiar
en su asiduidad, pues si abandonasen su puesto se interrumpirían las
comunicaciones, no tardando en recaer el condigno castigo sobre el que olvidase sus
deberes. Porque la estación vecina transmitiría inmediatamente el parte de esta falta.
En cada extremidad de línea reside un director que se entiende en derechura con el
prefecto; habiendo no obstante señales cuyo secreto es sólo conocido por ciertos
empleados, estando esta confianza en razón directa con su categoría. Además, puede
cambiarse el valor de los signos siempre que el gobierno lo crea oportuno. Y aún
pueden expedirse órdenes ininteligibles para los traductores, por medio de signos
particulares convenidos de antemano.
Hay ciertos signos generales que son conocidos de todos los empleados, para que así
puedan impartir cuando y donde sea necesario, las noticias u órdenes que reciban.
En las líneas telegráficas, la distancia de un puesto a otro es término medio de tres
leguas, variando sin embargo según los accidentes del terreno.
La celeridad con que se transmiten los despachos telegráficos cambia según la
dirección de las líneas y las variaciones atmosféricas.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Con un tiempo despejado, se reciben las noticias en París, en las proporciones
siguientes:
Líneas Leguas
telegráficas
Calnis 68 en 3 minutos por cada 32 estaciones.
Lille 60 en 2 minutos por cada 22 estaciones.
Sirasbourg 120 en 7 minutos por cada 44 estaciones.
Toulon 207 en 20 minutos por cada 100 estaciones.
Brest 150 en 8 minutos por cada 54 estaciones.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Página 1
1 2 3 4 5 …48
1 A Barca Combte Defensa Agua
2 Ejército Batalla Valor Dentro Escolta
3 Ataque Bala de
4 Llegar Alb’rto
Con cuya ayuda la palabra alboroto se representaría por la unión de tres señales: 1,
2, 4. La palabra escolta, por 1, 5, 2, etc.
En la práctica es conveniente al componer un despacho agrupar sobre el papel las
señales tres a tres e intercalar después de cada serie de tres de estos grupos una señal
particular, la que sirve sólo para obtener mayor claridad. Si al traducir se conoce que
hubo error de transmisión o de observación, basta sólo con hacer repetir a la estación
que habla la figura que se supone equivocada. Esta señal se hace inclinando
simultáneamente los dos brazos a 45 grados bajo el horizonte y se escribe 00”.
Los telégrafos de que acabamos de hablar sólo pueden funcionar de día, en un tiempo
claro y como la perfección va en pos de la invención, bien pronto se halló un medio
de utilizar la telegrafía durante la noche. DE todos los proyectos presentados a la
academia de ciencias, sólo merece mención el de Mr. Villalongue. Su telégrafo
nocturno funciona por medio de cristales de fanal convexos que reciben la luz de unas
lámparas colocadas en aberturas circulares practicadas en una torre. Se ensayó por
primera vez en París en 1842.
Las dos estaciones estaban una en mendón y otra en el Observatorio, puntos lejanos
entre sí uno ocho mil metros. Los resultados obtenidos no fueron muy satisfactorios
y habiendo surgido disidencias entre el interventor y Mr. Babinet, comisario
nombrado por la Academia, se declaró aquella invención teoría impracticable.
El telégrafo diurno y nocturno de Mr. Gonon era el llamado a reemplazar el telégrafo
de Chappe, si no hubiese eclipsado el telégrafo eléctrico a todas las mejoras
introducidas en el aéreo. Es tal la sencillez del telégrafo de Mr. Gonon que está al
alcance de todos los empleados que lo sirven el conocer en sólo cuatro lecciones todas
las señales y llegar a ser idóneos para ejercer a las tres semanas de práctica.
El cuerpo del telégrafo es inmóvil y consta de dos pilares separados, unidos a cierta
altura por tablas corredoras.
Nada más ingenioso que el mecanismo por medio del cual se mueven al abrirlas y
cerrarlas.
Consiste, por una parte, en manecillas que se mueven sobre cuadrantes divididos, y
por otra, en teclas numeradas bastante parecidas a las de un piano: siendo el juego
de esta máquina lo bastante rápido para que un empleado práctico pueda dar en el
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
espacio de una hora de 900 a 1.000 palabras y despacharlas a distancia de cien
leguas.
Lo que es más notable en la telegrafía de Mr. Gonon, no es aún tanto la disposición
del aparato como lo perfecto del diccionario.
En el sistema de Chappe, la transmisión de una palabra exige ordinariamente de
varias señales. Lo contrario sucede con el de Mr. Gonon. Jamás se excede el número
de señales al de palabras. Este nuevo telégrafo aventaja en rapidez un 50 por ciento
al antiguo. Para servirse de él por la noche, se colocan dos linternas de color
suspendidas en las tablas correderas. Antes de pasar a tratar la telegrafía eléctrica,
diremos algo sobre la acústica.
El ruido atraviesa el espacio a 340 metros por segundo, lo que hace 306 leguas por
hora, o sea, 7.344 por día. Luego, si pudiese transmitirse sin alteración por medio de
tubos cilíndricos, es evidente que aun cuando fuese necesario establecer en las líneas
largas numerosas estaciones intermediarias, se ofrecería un medio de
correspondencia que aún en presencia de los telégrafos eléctricos sería de suma
importancia.
El establecimiento de los tubos acústicos ha sido objeto de los estudios de varios
sabios. Han convenido en que el obtener un éxito feliz consiste en la naturaleza de
los tubos, los que deben ser sonoros, tales como el cobre, zinc, hierro, etc. y el más
completo aislamiento respecto al paraje en que se establezca. Mr. Jobard es de
opinión que el diámetro de los cilindros debe estar en la mayor proporción posible
con el de la boca.
En Bélgica, que el gobierno protege aquel estudio, aun continúan los ensayos del
telégrafo acústico.
Ahora empezaremos a tratar de los telégrafos eléctricos. El telégrafo eléctrico parece
ser la última expresión de la ciencia por medio de la cual transmitimos a puntos
lejanos nuestro pensamiento. Pero como decía Arago en su bello idioma, a la altura
siempre de las grandes cuestiones que tenía el talento de vulgarizar: “porque
admirase de esta potencia eléctrica que parece ser al mundo físico lo que en las obras
humanas es el entendimiento al cuerpo, la inteligencia a la materia, que de un salto
instantáneo y rápido como el relámpago lleva el pensamiento humano de uno a otro
extremo del mundo, y lo llevaría igualmente a los últimos límites del universo a no
haber el inmenso espacio que nos circunda y rodea por todas partes”.
Esperamos que nuestros lectores nos dispensarán que nos detengamos en detalles
de nociones generalmente conocidas; pero como escribimos para todos, creemos
indispensable hacer algunas ligeras explicaciones sobre la electricidad en general
antes de pasar a dar una idea exacta del telégrafo eléctrico.
“Si se frota una barra de lacre con un pedazo de paño, se ve que dicha barra atrae los
cuerpos ligeros y entonces se dice, que está electrizada o cargada de electricidad. A
esta primera observación siguieron infinitas otras, habiendo al fin conseguido los
físicos los resultados generales que a continuación indicamos.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Se considera la electricidad como un fluido particular extremamente sutil y que
puede pasar de un cuerpo a otro. Se suponen dos especies de la que una se denomina
positiva y otra negativa.
Todos los cuerpos contienen en cantidad igual dichas electricidades; pero
combinados de suerte que no pueden manifestarse al exterior. En este caso se dice
que la electricidad es neutra o natural.
La causa es, porque las dos electricidades obran en sentido inverso rechazando la
segunda lo que atrae la otra.
En efecto, las partículas de electricidad positiva se rechazan unas a otras igualmente
que las de la electricidad negativa. Pero las primeras atraen a las segundas y son
atraídas.
Dichas atracciones y repulsiones se debilitan cuanto más se alejan. Si la distancia
aumenta como en la proporción de los números 1, 2, 3, 4, la acción es 1, 4, 9 o 16
veces más débil.
Cuando se frotan juntos lacre y paño, se descompone una porción de la electricidad
natural incorporándose la positiva en el paño y la negativa en el lacre. Igualmente
sucede a todos los cuerpos que se frotan uno contra otro. Pero en algunos casos, toma
el mismo cuerpo unas veces la electricidad positiva y otras la negativa.
La electricidad así descompuesta no se introduce con igual facilidad en todos los
cuerpos. Los metales son buenos conductores, el agua y su vapor, la madera, piedra
y tierra, la conducen medianamente. Y finalmente el gas, resinas, azufre y vidrio son
pésimos conductores.
Cuando un cuerpo buen conductor posee un exceso de electricidad positiva o
negativa, esta se adhiere a la superficie del cuerpo en una capa muy delgada, cuyo
espesor relativo en cada punto puede calcularse. Este espesor es mucho mayor sobre
las aristas y remates del cuerpo que en todo el resto. La electricidad se esfuerza por
escaparse por dichos parajes, en proporción al cuadrado de los espesores de la capa.
Cuando el aire no puede resistir a dicho esfuerzo se manifiesta una chispa eléctrica
con cierto ruido y produce sobre los órganos una conmoción más o menos dolorosa.
Ordinariamente, esta evacuación es provocada por la atracción de cuerpos cargados
de diferente electricidad, y aún también en estado natural, porque el cuerpo en
cuestión obra por influencia sobre todos los que lo rodean. Y descomponiendo su
electricidad neutra, atrae hacia sí la de nombre contrario y rechaza la de igual
denominación.
Según Volta, poniendo en contacto dos metales, como por ejemplo el zinc y el cobre,
se opera la separación de las dos electricidades, incorporándose al zinc la positiva y
al cobre la negativa. Reuniendo varias de dichas parejas, ordenándolas igualmente y
separándolas por otros tantos cuerpos húmedos o capas líquidas, se obtiene lo que
se llama una pila de Volta, cuyas propiedades son muy notables.
Cuando una pila está en actividad, es decir, que han unido sus extremidades por un
hilo metálico de modo que se complete el circuito, se establece una corriente eléctrica
continua. Los hilos de metal pueden calentarse hasta quedar enrojecidos y aún
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
reducidos a polvo por la acción de la corriente, la que descompone los líquidos y la
mayor parte de las combinaciones sólidas.
Pero lo que aún es más notable es que dicha corriente influye sobre la aguja
imantada, la que tiende a ponerse en cruz con el hilo atravesado por la corriente. Este
descubrimiento lo debemos a M. Oersted. Ampere descubrió que dos corrientes
eléctricas se atraen si marchan en la misma línea y se rechazan inversamente.
Posteriormente vio formarse un imán por infinidad de ligeras corrientes eléctricas
girando alrededor de las moléculas de hierro, todas en el mismo orden y en planos
perpendiculares a las líneas de las extremidades del imán. Seebek notó que, soldando
por sus extremidades hasta hacerles tomar la forma de un anillo, troncos de metales
de diversa naturaleza, y después calentando o enfriando una de las soldaduras, se
establece una corriente eléctrica que obra sobre la aguja de marear en igual sentido
que la pila de volta.
En vez de una sola pareja metálica, se pueden soldar varias, unas a continuación de
otras, las que compondrían un solo circuito. Para conseguir dicho objeto, se calientan
o enfrían las soldaduras de dos a dos, o bien se calientan las soldaduras pares y se
enfrían al mismo tiempo las impares, obteniéndose así una pila termoeléctrica.
(…)
Cuando se quiere hacer obrar la acción de los dos fluidos sobre un objeto, se reúnen
por medio de dos hilos de metal, poniendo en comunicación el primero de dichos
hilos con la plancha de cine, lo que da el fluido negativo, y el segundo hilo, en
comunicación con la plancha de cobre que da el positivo. Entonces, uniendo por sus
extremidades los dos hilos y poniéndolos en contacto con el instrumento sobre el que
se quiere que obre el fluido, por ejemplo, se obtiene un circuito o una corriente
constante de fluido eléctrico en dirección permanente de uno a otro polo de pila.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
hiló, se obtenía en la extremidad opuesta el efecto representativo de tal ó cual letra
del alfabeto.
Estas letras eran de metal y a cada una de ellas venia á parar un hilo de hierro aislado
dentro de un tubo de vidrio, puesto en comunicación por su otra extremidad con la
máquina eléctrica. Esparciéndose la electricidad sobre uno de los hilos, salía la chispa
entre él y la letra colocada en frente: así, quedaba avisado el corresponsal de que
aquella letra formaba parte de la comunicación.
El Doctor Salvá construyó en España un telégrafo fundado sobre este principio. Así,
se trasmitió una noticia a larga distancia, al infante D. Antonio.
La pila se descubrió en 1,800 por Volta, pasándose once años antes que se
propusieran aplicarla al telégrafo Sammering fue el primero que en 1811 concibió
dicha idea. En aquella época no se había aun descubierto el electro-magnetismo,
consistiendo el efecto más notable de la pila en la descomposición del agua.
Sammering ensayó utilizar este gran fenómeno en la transmisión de las
comunicaciones.
Su telégrafo tenía 35 hilos, 25 representaban letras y diez cifras. Cada hilo estaba
encerrado dentro de un tubo de vidrio y se sumergía dentro de un estanque de agua
destilada, que quedaba descompuesta desde que se establecía la corriente eléctrica
entre dos de dichos hilos. La extremidad que se sumergía en el agua se formaba de
una punta de oro, para impedir que se oxidase en demasía.
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Medios
comunicasen sucesivamente con la pila, ayudados por las teclas de una clave que se
podría basar convencionalmente, se obtendría una correspondencia telegráfica que
salvaría todas las distancias y sería tan rápida como la escritura o la palabra.
Sin embargo, aún quedaba por hacer otra invención para que la telegrafía-eléctrica
poseyese todos sus elementos, era, la de un instrumento que multiplicando las
fuerzas eléctricas magnéticas, fuese sensible a las menores huellas de este agente;
dicho instrumento, es el multiplicador o galvanómetro.
1° En cierto número de hilos de platina, aislados, y reunidos por una cuerda de seda.
2° En las primeras estaciones, en agujas de marear iguales en número a las letras del
alfabeto, colocadas en posición vertical al centro del multiplicador, y
correspondiendo con los hilos.
La muerte de Mr. Schilling, impidió que este experimento practicado por él ante el
emperador de Rusia, se ensayase en mayor escala.
En marzo de 1837, un diario inglés (of Popular Education), publicó el primer sistema
de telegrafía-eléctrica de Wheatstone. Poco tiempo después, este señor se asoció a
Mr. Cooke, cuya atención se había ya fijado sobre la misma idea. Obtuvieron un
privilegio de invención y procedieron a establecer una línea telegráfica entre las dos
primeras estaciones del ferrocarril de Londres a Birminghan.
El fluido de los cinco hilos conductores obraba sobre otras tantas agujas de marear,
por medio de la acción electro-magnética producida por la pila; y combinándose dos
a dos o tres a tres, producían 200 señales diferentes, de las que se transmitían treinta
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Medios
por minuto. En la estación en donde se transmitía la comunicación, había un teclado
con tantas teclas como letras tiene el alfabeto: poniendo el dedo sobre una tecla
cualquiera, el movimiento de las agujas representaba la misma letra en la otra
estación.
Mr. Morse autor del telégrafo americano, el primero que trasladó al papel las
comunicaciones valiéndose de la electricidad y que redujo los conductores a un solo
circuito eléctrico, dice, que en 1822 durante un viaje de Europa a América, fue cuando
concibió el plan de su aparato.
Estos puntos, líneas y espacios blancos, dan lugar a formar gran variedad de
combinaciones.
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Medios
Valiéndose de estos elementos, formó Mr. Morse un alfabeto ad usum: bajo
cuyas reglas, se escribirá por medio de los signos siguientes:
Según Steingel, la resistencia o repulsión eléctrica del suelo era tanto menor
cuanto más aumentaban la superficie de las planchas enterradas.
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Medios
sentido que era dirigida la corriente, lo que dependía del lado hacia donde giraba la
rotación que se imprimía a la máquina magnética: desviándose las agujas a derecha
e izquierda. Al moverse las agujas, hacían sonar unas campanillas colocadas a su
inmediación, de las que cada una daba un sonido particular, y bien diferente de la
inmediata. Este es el telégrafo electromusical: pero Steingel no se limitó a la
producción de este sonido fugitivo; quiso fijarlo trazando sobre el papel líneas que lo
conservasen en la memoria. Logró su objetivo, haciendo avanzar por medio de la
desviación de las agujas de imantar, dos pequeños tubos puntiagudos provistos de
una tinta especial. A cada campanillazo se avanza una de las puntas, contra una
banda estrecha de papel que se mueve lentamente con marcha uniforme, y marca un
punto bien diferente, que denota el sonido que acaba de hacer oír la campanilla. Las
notas que deja cada punta están sobre la misma línea, habiendo en consecuencia
marcadas dos líneas de notas.
Combinando los sonidos y las notas hasta cuatro, obtuvo Steingel un alfabeto
gráfico y fónico, con el cual podían escribir todas las palabras y cifras de la lengua
alemana.
[Conclusión]
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Medios
Llamó la atención sobre la simplificación que introducían las líneas telegráficas
en la determinación de las longitudes: una de las operaciones más delicadas de la
astronomía práctica.
Bien quisiera decir algo del telégrafo de Mr. Vial; pero, sin láminas
demostrativas que faciliten la comprensión de las explicaciones, creemos imposible
hacer la descripción del mecanismo.
Este sistema de telégrafos, admirables por sus resultados, no puede ponerse en
práctica constantemente; siendo una complicación tal la construcción del
instrumento, que es susceptible de descomponerse fácilmente: además, es poco
rápido su movimiento-mecánico.
Para completar la historia de la telegrafía, restanos examinar el telégrafo de Mr.
Jacobí, antes de pasar al de Mr. Bain.
Mr. Jacobí estableció su telégrafo en S. Petersburgo, en una distancia
aproximadamente de 25 kilómetros. Lo mismo que Weatstone, empleó un circuito
enteramente metálico. Pero, su aparato difería de los descritos anteriormente, en que
los hilos en vez de reposar sobre pilares quedaban hundidos en tierra, cuidando de
rodearlos de una capa exterior de resina, a fin de que quedasen aislados.
Experimentos hechos en 1842 en una distancia de 9 kilómetros demostraron a
Mr. Jacobí que según había convenido Steinhel, podía la tierra reemplazar al segundo
hilo conductor, aún siendo largas las distancias.
El hilo enterrado remató en una de las estaciones en una plancha de cobre y en
la otra de zinc: la intensidad fue doble de la que es generalmente en el caso de servirse
de los hilos.
En la telegrafía de Jacobí basta tocar una de las teclas de la clave para que las
señales aparezcan a un tiempo en las dos estaciones, trazada con exacta regularidad
sobre una planchita de vidrio sin pulimentar. A cada señal acompaña un
campanillazo que sirve de aviso. Este telégrafo funciona por medio de una pequeña
pila galvánica.
Mr. Bain imaginó un telégrafo en el que no solo entra la tierra en el circuito y
sirve a la transmisión de la corriente; pero aún reemplazando a la pila engendra el
fluido eléctrico.
Todo el aparato motor se reduce a un hilo subterráneo que termina en cada
extremidad por una plancha de cobre (positiva) y otra de zinc (negativa) enterradas
igualmente cada cual en una estación diferente. El único electro-motor es la tierra
comprendida entre las dos estaciones.
En Inglaterra se empleó este ingenioso sistema sobre un rail-way. Sumergíanse
en el agua dos planchas, una de cobre y la otra de zinc; la segunda en Londres y la
primera en una estación distante unos diez kilómetros. Reuníanse las dos planchas
por un hilo de cobre, habiéndose establecido con gran regularidad la comunicación
entre las dos estaciones. M. Bain observó que la corriente eléctrica es tanto más
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intensa cuanto es mayor la extensión de la tierra que separa a las dos planchas; pero
la cantidad de electricidad es menor. Según estos experimentos basta que tengan las
planchas cada una 26 centímetros cuadrados de superficie.
Esta sucinta explicación prueba lo bastante que en el sistema de Mr. Bain se
transmiten las señales telegráficas por un proceder completamente inverso del usado
en los sistemas precedentes.
En ellos el movimiento del mecanismo que escribe la comunicación se
determina por el establecimiento de la corriente eléctrica; sucediendo lo contrario en
el de Mr. Bain por la interrupción de la corriente, o sea fenómeno de inducción.
Esta diferencia resulta evidentemente de la que existe en la combinación de los
aparatos. En los sistemas escritos anteriormente, cuando no opera el telégrafo
ninguna corriente eléctrica recorre su espacio. Cuando se desea que funcione, se
pone en acción a la pila la que produce la corriente, mientras que en el sistema de
Mr. Bain determinándose la corriente por la misma tierra, coincide el movimiento
del fluido eléctrico con el estado de inacción del aparato. Cuando se ha de transmitir
una comunicación, es necesario interceptar la corriente.
Completase el sistema de Mr. Bain por medio de mecanismos colocados
parcialmente en cada estación. Dichas máquinas que componen parte de porción
metálica del circuito, constan:
1. De un aparato que impulsa a una aguja semejante a la de un reloj, la que gira
sobre un cuadrante en el que se hallan marcados los diversos caracteres
alfabéticos convencionales, representados por puntos o marcas diferentes.
2. De un aparato que mueve a una campanilla al transmitir cada señal
3. Finalmente, de un aparato que imprime la comunicación.
El mecanismo que transmite el movimiento a la aguja es un mecanismo
parecido al de un reloj, movido por pesas.
Un fiador lo obliga al reposo mientras dura la corriente eléctrica. Cuando esta
se interrumpe, el fiador opera a un ligero movimiento de rotación que despeja el
movimiento del reloj. Las pesas se mueven, la aguja marcha y empieza la transmisión
de la comunicación.
Al llegar la aguja frente a una señal o letra que compone parte de la
comunicación, basta restablecer la corriente para que se paren las piezas que están
en movimiento. Al instante empiezan a jugar las piezas de sonido y desde que hieren
a un timbre de resorte, empieza a funcionar el aparato de impresión, dejando
marcada la señal sobre una cinta de papel enroscada alrededor de un cilindro
giratorio en el lugar donde se paró la aguja.
Terminada la frase, queda al mismo tiempo impreso un punto sobre el papel, y
después de medio minuto de espera, continúa imprimiéndose la comunicación.
La impresión se opera por medio de dos tipos engastados por la parte de afuera
a la extremidad de los rayos sobre la superficie cubierta de una rueda. Los tipos están
ordenados y la rueda conducida de tal suerte por el mecanismo que mueve a la aguja,
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Medios
que cuando se comunica sobre el cuadrante una señal, se representa sobre la cinta de
papel en la que debe quedar marcada.
Mr. Bain modificó posteriormente su sistema de impresión y esta importante
modificación fue el objeto de una memoria, escrita por M. Leverrier a la academia de
Ciencias, la que se imprimió en el Moniteur de primero de Julio de 1850. Este último
sistema es el que emplea los Estados Unidos, en donde se transmiten por dicho
proceder largos artículos publicados diariamente en los periódicos.
En algunas líneas de Francia usan hoy el segundo sistema de telégrafos
eléctricos de Weatstone, de cuadrante alfabético en cobre de 20 a 25 centímetros de
diámetro, con aguja indicadora de las letras que han de componer la comunicación
que se ha de transmitir; sistema modificado por Breguet y Arago.
Como lo hemos visto, Weatstone hacía pasar los dos hilos conductores dentro
de tubos de hierro pero actualmente quedan al aire libre, sostenidos por pilares de
madera clavados en tierra de distancia en distancia a lo largo del camino de hierro,
en cuyas estaciones se hallan los cuadrantes telegráficos, dirigidos por empleados
dependientes del ministerio del interior, encargados de la recepción y transmisión
de las comunicaciones administrativas y privadas.
En el cuadrante alfabético de Weatstone, la letra designada por el indicador de
partida venía a colocarse ella misma por el movimiento de rotación del cuadrante,
delante de un indicador semejante. En consecuencia, de modificación de este
sistema, se mueve la aguja del cuadrante por la corriente magnética que se para sobre
la letra correspondiente del cuadrante, que por este medio, queda fija.
Una campanilla de aviso forma parte del mecanismo y movida por el fluido
previene al estacionario receptor que se va a transmitir una comunicación.
En cuanto al motor, es la pila de Volta reducida a cuatro elementos suficientes
a producir la cantidad de fluido necesario para establecer la corriente y obrar sobre
el mecanismo de los cuadrantes.
Tal es el telégrafo que funciona en Francia desde 1850.
El primer telégrafo eléctrico que se inauguró fue en París a Rouen. Cuando los
dos hilos sostenidos por pilares de dos metros de elevación, colocados de distancia a
distancia a lo largo del ferrocarril, quedaron casi dispuestos de una a otra estación y
los cuadrantes magnéticos puestos en acción, Mr. Breguet escribió desde Rouen a
Mr. Arago cologado en la estación de París: - Cómo os hallais? a lo que contestó el
distinguido astrónomo: Bien y fumando un cigarro.
Esta comunicación se obtuvo en un minuto.
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1.5. La fotografía.
Julio Moyano -Alejandra ojeda
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Medios
1.4. La fotografía
ORÍGENES DE LA FOTOGRAFÍA
Julio Moyano
En esta sección dialogaremos con textos clásicos referidos a la gran innovación que
significaron, por un lado, los grandes avances científico-técnicos en los inicios de la
primera revolución industrial, y por otro, los grandes cambios en las prácticas
sociales y culturales acaecidas en el marco de la expansión de las sociedades
burguesas europeas desde mediados del siglo XVIII y sobre todo desde el siglo XIX.
Antecedentes
La cámara oscura
La cámara oscura era, como su nombre lo indica, una habitación cerrada al paso de
la luz, excepto por un pequeño agujero en el centro de una de sus paredes. La luz
producía un efecto curioso: en la pared interior opuesta al agujero proyectaba una
imagen de aquellos objetos que se hallaban frente al mismo fuera de la habitación.
La imagen era borrosa, dependía de que la fuente de luz fuese muy potente (luz
solar a pleno día o fuego) y además aparecía invertida (lo de abajo arriba y
viceversa). El fenómeno produjo, sin embargo, un enorme interés entre los sabios
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de la antigüedad, con fines artísticos, científicos o lúdicos. Hacia el año 300 A.C. el
filósofo griego Aristóteles utilizó la cámara oscura para estudiar los eclipses de sol.
Los artistas utilizaron este fenómeno como técnica para esbozar en el plano las
imágenes proyectadas por la cámara, así como para generar espectáculos
proyectados en una habitación oscura y para generar juegos luminosos (linterna
mágica). Es por este uso que la cámara reduce su tamaño hasta convertirse en una
pequeña caja. A comienzos de la modernidad se le incorpora una lente al orificio
para mejorar la nitidez de la imagen. Leonardo Da Vinci se interesó por el fenómeno
y lo utilizó él mismo como recurso para pintura y astronomía, apuntando que
mientras la imagen era reducida y más pequeña, conservaba las proporciones de
forma, tono y color; Giovanni Della Porta sistematizó el uso de la lente, y el jesuita
alemán Athanasse Kircher (1602-1680) construyó una linterna mágica para
proyectar palabras.
I.1. Cámara oscura de fines del siglo XVIII, utilizada en pintura, arquitectura y otras
artes visuales, así como en astronomía.
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Sombras chinescas y linterna mágica
Una fuente de luz encauzada por un tubo o caja angosta permitía proyectar la
misma sobre un plano. Bastaba entonces colocar lo que deseaba proyectar sobre un
soporte translúcido o transparente, usualmente papel manteca o vidrio, para crear
una Linterna mágica.
Como puede observarse en los modelos más recientes, film de celuloide, acetato de
seguridad fotográfico, o papel manteca, podían utilizarse con este fin. Estas
imágenes eran fijas. Las sombras chinescas, en cambio, jugaban con el movimiento
de las formas generadas por el contorno de las sobras a contraluz sobre una
pantalla. Esta técnica es considerada un antecedente de la reproducción de la
imagen movimiento.
En el texto de Giselle Freund hemos estudiado el gran auge de las técnicas del
retrato, el cual entre mediados del siglo XVIII y mediados del siglo XIX tiende a
hacerse accesible a las amplias capas burguesas de las ciudades. Las nuevas técnicas
se hallan disponibles inicialmente para los nobles, pero pronto son apropiadas por
los nuevos agentes sociales.
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En la imagen 2 vemos un retrato de Federico II de Prusia (1712-1786), con técnicas
pictóricas y pose típicamente nobiliarios. En la imagen 3 vemos al mismo personaje,
pero ahora protagonista pionero de un retrato miniatura, técnica que surge y se
expande en este mismo siglo, inicialmente entre los nobles.
I.4. I.5.
I.6. I.7.
Fines del siglo XVIII y comienzos del XIX: Las miniaturas se extienden a la baja
nobleza y a la burguesía.
Las imágenes 4 a 7 nos muestran otros estilos de miniatura, pero también el acceso
a ellas de nuevos tipos de personajes plebeyos.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
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I.9. I.10.
I.11. I.12.
I.8. Hermosa silueta del médico En la primera mitad del siglo XIX la
William Heberden, amigo personal silhouette se torna accesible a la burguesía
del rey George, fines del siglo XVIII. y capas medias urbanas, aunque paga el
precio de una creciente simplicidad.
La imagen 8 nos muestra una silueta del prestigioso médico William Heberlen
(1710-1801), tomada a fines del siglo XVIII. Heberlen era cercano a la corte y al rey
George III.
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Investigaciones químicas
Niepce
Niepce, nos dice Freund, dio pasos decisivos inspirado por una nueva técnica para
reproducir dibujos: la litografía, que llegó a Francia en 1814.
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reproducción de altísima calidad para su tiempo, y muy económica. Niepce probó
con numerosos soportes (comenzando con piedras) y emulsiones, y logró en 1816
la primera fotografía de la historia, aunque aún no sabía cómo hacerla permanente.
Entre 1824 y 1827 obtuvo, tras muchos intentos, las primeras imágenes
conservables.
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I. 23. I.24.
23 y 24: Dos pinturas de Niepce, una de 1795 en pleno auge de la miniatura, y otra ya
viejito, cuando ya existía la heliografía pero aún no podía hacerse retratos de buena
calidad con ella.
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Daguerre
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I.33.
I.28c.
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William Talbot
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En las imágenes 35 a 42 puede constatarse el mejoramiento de calidad que
significó su aporte. En los ejemplos: Retrato del mismo Talbot, naturaleza muerta
(still living), un estudio botánico (la profesión de Talbot era la botánica),
monumentos, retratos de interés familiar (uno de ellos coloreado a mano), retratos
de interés histórico-antropológico. De la botánica provenía también la científica
Anna Atkins, cuyo libro Photographs of British Algae: Cyanotype Impressions es
el primero publicado con ilustraciones fotográficas. Discípula de Talbot, Atkins
utilizó distintas técnicas de registro botánico. Para este libro optó por el cianotipo,
una impresión que se logra por contacto directo del objeto a registrar con el papel
emulsionado. Luego cada original fotográfico debía insertarse en la encuadernación
de cada ejemplar del libro.
Un avance fundamental fue el reemplazo del metal por vidrio como soporte de la
emulsión. Este cambio impactó en los costos, el tiempo de exposición y la
posibilidad de realizar copias de calidad a partir del original. Con ello pudo
experimentarse mejoras en las emulsiones químicas.
Apenas una década más tarde de la irrupción del daguerrotipo y del calotipo,
comenzó a desarrollarse la técnica del colodión húmedo, decisiva en las décadas
siguientes. Desarrollado por el francés Gustave Le Gray y el británico Frederick
Scott Archer a comienzos de la década de 1850, permitió no sólo generalizar el
vidrio como soporte sino reducir el tiempo de exposición a pocos segundos. El
colodión húmedo lograba las ventajas de cada uno de sus dos predecesores -calidad
de imagen y posibilidad de copia- y a su vez evitaba las desventajas. Pronto se
desarrollarían laboratorios móviles que el fotógrafo llevaba a los sitios de trabajo,
incluso frentes de guerra, como sucedió novedosamente en la guerra de Crimea,
primer conflicto en el que los periódicos presentaron dibujos basados en
fotografías.
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Las décadas de 1850 y 1860, por ello, muestran una generalización y diversificación
del uso de la fotografía, y gran cantidad de información histórica de época ha
quedado registrada fotográficamente para la posteridad.
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Medios
lacada en negro. Estos sistemas convivieron, siendo el último más económico y de
buena calidad. El ferrotipo fue muy utilizado para elaborar cartas de visita, dada su
versatilidad y poca fragilidad. No era raro que una familia tuviese ejemplares de
ambas técnicas (ambrotipo y ferrotipo).
I.45. Ferrotipo
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afectaban por ello gravemente la definición de la imagen. Blanquard, francés al fin,
optó por una solución culinaria: Impregnar la cara activa del papel con clara de
huevo salada y batida a punto nieve. Luego sensibilizaba dicha cara con nitrato de
plata. El extraño merengue impedía así que el nitrato impregnase las fibras, en
tanto que la superficie quedaba brillante. Este sistema fue muy exitoso y desde 1855
el más utilizado para imprimir copias papel a partir de negativos de colodión
húmedo. Su uso sólo cedió frente a los grandes avances de fin de siglo, pero
continuó utilizándose aún en la década de 1930.
Albúminas
Este mismo sitio nos permite ver dos albúminas de gran calidad: “procesada por
uno de los mejores fotógrafos históricos de Gran Bretaña, Thompson, quien en 1870
obtenía esta magnífica albúmina en la primera expedición organizada por el
Imperio Británico por las riberas del Yan-Tse, China” (imagen 46) y otra “de las
islas obtenidas por el fotógrafo alemán Carl Norman en su estancia en Canarias en
1893” (imagen 49), ambas de colecciones resguardadas por ese museo.
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más versátil de objetivos en exteriores. En la imagen 50, un típico paisaje de
exteriores en colodión seco (negativo).
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F) Platinotipia: Otro inventor británico, William Willis, patenta este sistema que
también consiste en contacto directo entre negativo y papel: la platinotipia.
Utilizaba como emulsión sensibilizante el oxalato
férrico con cloro-platino potásico, cuyas
propiedades sensibles había estudiado Willis. El
papel emulsionado se ponía en contacto con el
negativo y se exponía a la luz solar. Las imágenes se
fijaban con un baño ácido. No interviene, pues, la
plata, como en los otros sistemas, sino el platino. El
sistema es sumamente fiel en la reproducción, tiene
apariencia estética y una gran durabilidad, pero es
más caro que sus contemporáneos. Willis produjo
industrialmente su papel emulsionado, creando la
Platinotype Company en 1880, expandiendo el
sistema a otros países europeos –excepto Francia- y
a Estados Unidos. Su costo, sin embargo, impidió
I.52. Pedro II, platinotipia. llevar el sistema al consumo de masas,
manteniéndose en círculos aristocráticos y de la alta
burguesía. Las imágenes 51 y 52 corresponden a platinotipias. En la imagen 52
vemos al Emperador de Brasil Pedro II (Biblioteca Nacional, Brasil). El
encarecimiento del platino producido con la guerra mundial y el límite mencionado
llevó el sistema a la decadencia. Eastman Kodak dejó de fabricarlo en 1916.
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G) Negativos sobre nitrocelulosa: Aprovechando los avances químicos de la
segunda revolución industrial, en 1885 George Eastman –fundador de Kodak-
introdujo en el mercado los negativos sobre plástico
sensibilizado con bromuro de plata fijado con gelatina.
Esto permitió un notorio avance en la manipulabilidad
y transportabilidad de los negativos, en tanto que el
positivado quedó reservado a las casas especializadas de
Kodak. Los soportes fueron el nitrato de celulosa, el
diacetato de celulosa, el triacetato de celulosa y el
poliéster. Con ellos el vidrio y la hojalata quedaron
rápidamente atrás como soportes. Los “formatos 9x12,
13x18 y 18x24 se usaron en forma masiva” hasta los años
40 del siglo XX, dice el sitio del FEDAC. El nitrato de
celulosa fue reemplazado por material fílmico más
seguro desde la década del 20 (por ser inflamable y
químicamente inestable) y dejó de fabricarse en 1951. La
fácil manipulación de los negativos que pronto tomaría I.62. Publicidad de la
la forma clásica de rollos de 35 milímetros de ancho, con primera cámara
una cantidad de exposiciones disponibles portátil con el sistema
(normalmente 12, 24, 36, etc.), completó los "nosotros se lo
requerimientos para el nacimiento del sistema Kodak de relevelamos".
comercialización, que desde 1886 incluyó la venta
masiva de cámaras portátiles. En la imagen 62 se muestra una publicidad de la
primera cámara portátil, en la que se argumentan sus beneficios.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
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gran fidelidad en formas y detalles estaba en lo fundamental ya lograda hacia fines
de la segunda guerra mundial.
Estas técnicas son ampliamente conocidas en el mundo actual pues se han usado
masivamente hasta la revolución de la fotografía digital iniciada en la década del
2000. Aún así, hacia el año 2008 todavía el 30 por ciento del volumen de negocio
de los puntos de venta fotográficos de Kodak se basaba en la fotografía color
química desarrollada desde más de medio siglo atrás, y aún se comercializaba
abundantemente rollos de negativos en blanco y negro, aunque los revelados
comenzaron a derivarse hacia casas especializadas para fotógrafos profesionales y
de oficio.
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I.60. I.61.
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1.6.a. Los dispositivos pre- cinematográficos
Julio Moyano
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El thaumatropo
En cualquier caso, el interés científico por las ilusiones ópticas tiene un crecimiento
exponencial a comienzos del siglo XIX, y muy especialmente a partir de 1824,
cuando
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En 1832 el belga Joseph Plateau presenta el Fenaquistoscopio (imagen 66), que
consiste en una serie de dibujos que representan distintos momentos consecutivos
de un movimiento, dispuestos en torno al centro de un disco. Al girar el disco, se
produce por persistencia retiniana la ilusión de movimiento, efecto que se refuerza
con el segundo disco pintado de negro que contiene agujeros, a fin de que la vista
se fije en el dibujo y no en el espacio intermedio.
I.73b.
I.75.
I.73. I.74.
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En 1834, William George Horner presentó el Zootropo, que presentaba algunas
mejoras. En particular, al hacer girar los dibujos en la cara interna de un cilindro
con base horizontal, permitía una visión mucho más precisa, y además facilitaba
que el resultado pudiese ser apreciado por varias personas a la vez. Las ranuras, en
lugar de otro disco, ocupaban la parte superior del cilindro (imágenes 76 y 77) A
lo largo del siglo XIX se realizaron numerosas mejoras y nuevos artefactos que
cumplieron funciones generalmente lúdicas y de interés científico. Entre ellas, la
práctica de colocar la secuencia de dibujos en forma correlativa en las esquinas de
las hojas de libros y cuadernos. Pasando las hojas a gran velocidad se lograba la
misma ilusión de movimiento. Esto originó que se montasen pequeños aparejos
para mejorar el efecto. Uno de ellos fue el filoscopio (imagen 78). En esta imagen,
bastante más reciente en el tiempo tras su invención, se muestra la misma
aplicación, pero con imágenes fotográficas.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
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En 1877 el francés Emile Reynaud presentó el Praxinoscopio, artefacto de gran éxito
y que planteaba una evolución importante a partir del zootropo. El praxinoscopio
prescindía del cilindro opaco con rendijas, pues el principio de ilusión se basaba en
un segundo cilindro más angosto dentro del primero, compuesto por espejos. El
movimiento era observable en los espejos (imágenes 79, 80 y 81).
Más adelante Reynaud mejoró su invento, logrando combinar una versión mucho
más grande del artefacto con su capacidad de proyección (Imagen 100): Lo
patentó en 1888 como “Teatro Óptico” y sus imágenes proyectadas fueron llamadas
“pantomimas luminosas”.
Hemos visto en la sección anterior que hacia mediados del siglo XIX la fotografía
está logrando rápidos avances tecnológicos e inserción social. A partir de estos
avances, en 1868, el médico y fotógrafo francés Étienne Jules Marey comenzó una
serie de investigaciones sobre el los movimientos que realizaban los caballos para
caminar, trotar y correr. Intentó demostrar que durante el galope el caballo tenía
momentos en que sus cuatro patas estaban simultáneamente en el aire. Diseñó
ingeniosos dispositivos con hilos atados a las patas para demostrarlo, pero no pudo
lograrlo.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Quien sí lo logró fue el británico Edward Muybridge. Este gran fotógrafo había
emigrado a San Francisco (Estados Unidos) en 1850, especializándose en fotografía
del paisaje y antropológica. Muybridge era ya muy reconocido por sus viajes desde
Centroamérica hasta Alaska, cuando el millonario americano Leland Stanford lo
convocó para ganar una apuesta en 1872. Stanford había tomado conocimiento de
las investigaciones de Marey, las que lo entusiasmaron debido a que él sostenía ya
la hipótesis de que el caballo al galope tiene en ciertos momentos las cuatro patas
simultáneamente en el aire, y había realizado una apuesta defendiendo la misma.
Contrató para demostrar la hipótesis a Muybridge y puso a su disposición los
recursos necesarios y uno de sus caballos. Muybridge diseñó un sistema de
aberturas-trampa de madera que revolucionó la velocidad de obturación: de medio
segundo a casi un dosmilavo de segundo. La imagen, sin embargo, salió borrosa y
fue imposible corroborar la hipótesis. Esto favoreció aún más las investigaciones de
Muybridge.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
para registrar el movimiento de los planetas, a los avances logrados por Muybridge,
logró en 1882 registrar el movimiento de aves en vuelo gracias a su “fusil
fotográfico”, cuyo mecanismo de obturación y apertura era análogo al de un fusil
común. En la imagen 85 podemos observar el dibujo de un fusil fotográfico.
I.85 y 86. Fusil fotográfico de Marey y secuencia captada por dicho aparato.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
En la imagen 91 se ve su interior, con el sistema de correas de transmisión de los
quince metros de película que componían el material. Las imágenes 93b y 94
muestran secuencias visuales utilizadas por el Kinetoscopio, muy breves y poco
narrativas.
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Medios
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
En las imágenes 99 y 100 podemos observar un retrato de Reynaud y su
praxinoscopio de proyección (teatro óptico de pantomimas luminosas), tal cual
sobrevivió hasta ser vencido por el avance del cinematógrafo.
Pero el triunfo del cinematógrafo como dispositivo tecnológico que combinaba las
ventajas de la representación fotográfica del movimiento (compartidas con el
kinetoscopio) con las de la proyección para amplios grupos de espectadores
(compartidas con el praxinoscopio) no pudo impedir que una etapa decisiva de
experimentación pionera (la de Méliès; en la imagen 107 vemos su estudio con
enorme capacidad de recepción de luz natural) avanzase sobre territorios de magia
e imaginación (en la imagen 106 podemos apreciar fotogramas de Viaje a la Luna),
así como sobre temas que Reynaud frecuentaba, como los juegos lúdicos de clowns,
arlequines, animales y demás elementos propios del circo y la feria.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
en el material sobre pioneros del cine. Utiliza, asimismo, elementos tomados de la
estética y puesta en escena propios del cabaret: andamios, arneses, desarrollo en
altura de la puesta en escena, muchos elementos estéticos con figuritas astrológicas,
tules y vestimentas exóticas. En las imágenes 108 a 114 vemos algunos ejemplos
de tales analogías, que podremos comparar luego con los materiales
cinematográficos de Méliès correspondientes a la unidad siguiente.
Imágenes de la época de Méliès con desnudos y con escenas del Lido de París. Las
vestimentas, poses, "efectos especiales" y adornos son muy semejantes a lo visto en
Viaje a la Luna, Baño inesperado y Wandering Stars.
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Medios
1.6.b. De la fotografía al cine - Alejandra Ojeda
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Medios
El nacimiento de un sexto Arte. Ensayo sobre el cinematógrafo56
Ricciotto Canudo
I
Sorprende que todos los pueblos de la tierra, por fatalidad universal o por telepatía
espiritual, no tengan sino la misma concepción estética de la naturaleza ambiental.
En todos los pueblos, desde el más antiguo en Oriente hasta el descubierto más
recientemente por nuestros héroes geográficos, podemos observar las mismas
expresiones del espectro estético: la Música, con su complemento la Poesía, y la
Arquitectura, con su dos complementos, la Escultura y la Pintura. En estas cinco
expresiones del Arte, tiene lugar toda la vida estética del mundo. Es cierto que una
sexta expresión del arte nos parece por lo pronto algo absurdo, incluso inconcebible;
ningún pueblo ha sido capaz de concebirla, tras miles de años. Pero estamos
presenciando el nacimiento de este sexto arte. Tal afirmación en una hora
crepuscular como la nuestra, vaga, aún imprecisa como toda época de transición,
revuelve nuestros espíritus escépticos. Vivimos entre dos crepúsculos, el del
anochecer de un mundo, y el del alborear de otro. Y la luz del crepúsculo es imprecisa
y confunde los contornos de todos los aspectos, donde sólo unos ojos afilados por la
voluntad de descubrir gestos invisibles y originarios de los seres y las cosas, pueden
moverse en medio de esa visión embarullada del anima mundi. Pero el sexto arte se
impone al espíritu inquieto y escrutador. Y será la conciliación magnífica de los
Ritmos del Espacio (las Artes plásticas) y de los Ritmos del Tiempo (Música y Poesía).
II
El Teatro ha logrado hasta ahora esta conciliación. Pero es efímera, pues la plástica
teatral se identifica con la de los actores, y es por tanto siempre diversa.
La nueva expresión del Arte debería ser, en realidad, precisamente una Pintura y una
Escultura desarrollándose en el tiempo, a la manera de la Música y de la Poesía, que
solo se realizan rítmicamente en el aire mientras dura su ejecución.
El cinematógrafo, de nombre bien feo, señala el camino. Un ingenio, que es por
definición un milagro, lo mismo que sorprende a la belleza, logrará realizar la
conciliación que hoy apenas nos parece concebible. Es quien encontrará los modos,
hasta ahora inimaginables, de un arte que durante mucho tiempo parecerá todavía
fabuloso y grotesco. Lo desconocido del mañana creará la corriente enorme de la
nueva emoción estética, de la que surgirá en el más absurdo de los triunfos el Arte
plástico en movimiento.
56
Publicado originalmente en Les Entretiens idéalistes. París, octubre 25 de 1911. año VI, tomo X, Nº LXI.pp.
169-179. Traducción y reproducción del original en francés por Filosofía en español. Fundación Gustavo
Bueno, http://www.filosofia.org/hem/192/9230125.htm
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Medios
III
El cinematógrafo se compone de elementos significativos, “representativos” en el
sentido emersoniano y no en el sentido teatral de la palabra, y ya podemos
clasificarlos.
Tiene dos aspectos: uno simbólico, el otro real; ambos son muy modernos, es decir,
solo posibles en nuestro tiempo, compuestos de ciertos elementos esenciales del
espíritu y la energía modernos.
El aspecto simbólico es el de la velocidad. Una serie realmente múltiple de
combinaciones, de actividades combinadas, ofrece la velocidad que compone un
espectáculo, es decir, una serie de visiones y aspectos relacionados en un rayo
vibrante y visto como un organismo vivo. Este espectáculo sólo se obtiene por el
exceso mismo de movimiento de las películas, de misteriosos carretes impresionados
por la vida misma. Las historias se desarrollan rápidamente en los carretes de las
películas, de frente y a la luz, y el espectáculo dura lo menos posible. Ningún teatro
podría realizar con una rapidez tan vertiginosa la mitad de los cambios de escenario
que ofrece el Cinematógrafo, aunque dispusiera de la maquinaria moderna más
extraordinaria.
Pero más que el movimiento de imágenes y la velocidad de la representación, lo que
realmente es simbólico respecto de la velocidad, es el gesto de los personajes. Vemos
como se desarrollan las escenas más tumultuosas, los movimientos más
inverosímiles, con una rapidez que parece imposible en la realidad. Esta
precipitación de movimiento está regulada con una precisión matemática y mecánica
tal que puede satisfacer a los más exasperados corredores de distancia. Por mil
medios muy complejos e implacables, nuestro tiempo ha destruido ese amor por la
lentitud que se representa por la pipa patriarcal fumada junto al hogar doméstico.
Pero, ¿quien puede hoy saborear su pipa junto a un fuego pacífico, sin oir el ruido
intenso de los automóviles que se mueven fuera, día y noche, en todos los sentidos,
irresistible nostalgia de espacios por conquistar? El Cinematógrafo puede satisfacer
al conductor más violento. El automovilista que se acaba de detener, tras una carrera
de lo más loca, y asiste a uno de sus espectáculos, no será invadido por una sensación
de lentitud: la figuración de la vida se le aparecerá mucho más rápida que la de los
espacios recorridos. El Cinematógrafo le ofrecerá también la visión de los países más
lejanos, de los hombres más desconocidos, de las expresiones humanas más
ignoradas, moviéndose, agitándose, palpitando ante el espectador acostumbrado a la
extrema rapidez de la figuración. Este es el segundo símbolo de la vida moderna,
representada por el Cinematógrafo, un símbolo “instructivo” que encontramos en
estado rudimentario en la exhibición de “fenómenos” en las antiguas ferias. Es la
destrucción simbólica de las distancias, por el conocimiento inmediato de los países
más diversos, similar a la destrucción real de las distancias que mantienen los
monstruos de acero desde hace un siglo.
El aspecto real del Cinematógrafo está compuesto de elementos que interesan, y
maravillan, la psicología del público moderno.
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
Parece cada vez más evidente que nuestra humanidad está buscando activamente su
espectáculo, la representación más significativa de sí misma. El teatro del eterno
adulterio, tema único de la escena burguesa, es al fin despreciado, y se intenta
conseguir un teatro de Poetas, nuevos, profundamente modernos mediante el
renacimiento de la Tragedia, que aparte numerosos y vagos espectáculos que
suponen hasta ahora un intento desordenado, incoherente, pero intensamente
deseado. Inesperado, resumiendo inmediatamente todos los valores de una época
todavía eminentemente científica, entregada al cálculo más que al sueño, el
Cinematógrafo se ha impuesto y se expande singularmente, como un nuevo teatro,
una suerte de teatro científico, hecho de cálculos precisos, de expresión mecánica.
Nuestra inquieta humanidad lo ha recibido con alegría. Y es este teatro del Arte
plástico en movimiento el que parece que nos aporta la magnífica promesa de Fiesta
oscuramente esperada, la evolución última de la Fiesta antigua que durante todos los
tiempos se celebró en los templos; en los teatros, en las ferias. La teoría del Arte
plástico en movimiento ha creado la Fiesta. La ha creado científicamente y no
estéticamente, y por esto mismo, triunfa en nuestro tiempo, mientras todo se
desarrolla fatalmente, inevitablemente, hacia la Estética que llegará.
IV
Una consideración de orden psicológico general no puede escapar al observador
atento, que buscará en cada movimiento de las masas el significado de alguna
manera eterno, tanto tradicional como nuevo, que contiene.
En la sala cinematográfica como en los carnavales, la humanidad se vuelve a la
infancia. Los espectáculos tienen lugar entre los dos extremos patéticos de la
emotividad general: el muy conmovedor y el muy cómico. Los carteles contienen esas
dos promesas de emoción, las combinan. Los espíritus pasan violentamente de una
a la otra, como en la vida. Y la humanidad-niño se olvida, se deja llevar por el
movimiento de representaciones ultrarrápidas, con un abandono que sería difícil
encontrar en las salas de espectáculos de nuestra escena en prosa.
Todo, en el cinematógrafo, está hecho para retener la atención jadeante, para no
fallar al espectador, cuya mente está clavada en la pantalla animada. El gesto rápido,
que se afirma con una precisión monstruosa, como en un reloj con sujetos, exalta al
espectador moderno habituado cada vez más a vivir lo más rápido posible. La vida
“real” está así representada de una manera suprema, está estilizada en la velocidad.
Toco aquí el gran punto estético, que me interesa destacar.
El arte siempre ha sido, esencialmente, estilización de la vida en quietud; un artista
siempre ha sido más grande cuando mejor ha expresado mayor número de estados
“típicos”, esto es, sintéticos y fijos, de las almas y las formas. Por el contrario, el
cinematógrafo logra el máximo de movimiento en la representación de la vida. El
pensamiento de que puede abrir el horizonte insospechado de un arte nuevo,
diferente de cualquier manifestación ya existente, se presenta naturalmente a un
espíritu liberado de todas las limitaciones tradicionales. Los dibujantes y los
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
grabadores oscuros de las cavernas prehistóricas que reproducían en los huesos de
reno los movimientos convulsos del caballo al galope, o los artistas que tallaron las
cabalgatas de los frisos del Partenón, quizá tenían también el deseo de estilizar
algunos aspectos de la vida en un movimiento extremo. Pero el cinematógrafo no
reproduce solo un aspecto; representa toda la vida en acción, y en una acción que,
incluso cuando desarrolla lentamente la cadena de sus aspectos típicos, se desarrolla
lo más rápido posible.
Así es que el cinematógrafo exaspera el carácter fundamental de la vida psíquica
occidental, que se manifiesta en la acción, así como la vida oriental se manifiesta en
la contemplación. Todos los siglos de la vida occidental florecen en el movimiento
característico de nuestro tiempo. Y la humanidad, vuelta a la infancia, se regocija en
su nueva fiesta. No podía concebir un movimiento más complejo y más seguro. Todo
el esfuerzo de su pensamiento científico, resumiendo mil descubrimientos e
invenciones, ha compuesto para ella ese supremo espectáculo de sí misma. Y los
fantasmas cinematográficos pasan frente a sus ojos con todas las vibraciones
eléctricas de la luz y con todas las manifestaciones externas de su vida íntima.
El cinematógrafo es así el teatro de una nueva Pantomima. Está dedicado a la Pintura
en movimiento, y presenta la manifestación completa de una creación singular,
realizada por hombres nuevos. Es la pantomima moderna, una nueva danza de la
expresión.
V
Se hace necesario preguntar ahora si el cinematógrafo pertenece a los campos del
arte.
No es arte todavía, porque le falta la posibilidad de elección típica de la interpretación
plástica, y se esclaviza en la copia de un asunto, lo que impide siempre que la
fotografía pueda ser un arte. Al componer la forma de un árbol sobre el lienzo, un
pintor compone sin duda, e inconsciente, de una forma determinada y evidente, toda
su interpretación del alma vegetal, todos los elementos espirituales dejados en las
entrañas de su alma creativa por la visión profunda de todos los árboles que en su
vida pudo mirar “con ojos de soñador”, como dijo Poë. En una forma, hace una
síntesis de almas análogas, y su arte, repito, será tanto más profundo, cuanto el
artista pueda inmovilizar la mayor parte del alma de las cosas y sus significados
universales, de forma determinada y evidente. El mal pintor es aquel que se limita a
copiar las líneas de un asunto e imita sus colores; el gran artista amplía una parcela
del alma cósmica con el aspecto de una forma plástica.
Todas las artes son mucho más grandes cuanto tienen menos de imitación y más
sintéticamente de evocación. Mientras que el fotógrafo no tiene la facultad de
elección y composición, que es la base de la Estética; solo puede juntar las formas
que quiere reproducir y, en realidad, no las reproduce, solo corta imágenes a la
mecánica luminosa de un vidrio y una composición química. El cinematógrafo no
puede, por lo tanto, ser un arte, hoy. Pero por muchas razones, el teatro
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
cinematográfico es la primera casa del arte nuevo –de un arte que apenas podemos
concebir–. ¿Puede esta “casa” convertirse en un “templo” para la estética?
Una voluntad de organización estética empuja a ciertas investigaciones a los
empresarios de espectáculos. En un tiempo sin imaginación, donde una
documentación exagerada agota por todas partes la creación artística y donde los
juegos de la paciencia triunfan sobre las expresiones del talento creativo, en un
momento similar al nuestro, el cinematógrafo ofrece el espectáculo paroxístico de la
vida exterior, representada de una manera totalmente externa por una mímica
rápida y por la documentación. Las grandes fábulas del pasado son asumidas,
imitadas por actores elegidos ad hoc entre las grandes estrellas. Y se representa sobre
todo la realidad y no el sueño de la vida contemporánea de la pesca de la sardina en
el Mediterráneo, de los maravillosos festivales del acero alado y del indomable coraje
humano de las carreras del circuito de Dieppe o de la semana de la aviación en
Reims…
Pero los fabricantes de espectáculos ya están intentando algo más. Ellos simplemente
se inclinan hacia la cada vez más potente afirmación de la nueva mímica
representativa de la “vía total” y Gabriel d'Annunzio ha soñado con una gran
pantomima heroica italiana para la cinematografía. En París, como sabemos, existen
sociedades que organizan entre los escritores una especie de sindicato de
espectáculos para la cinematografía. Hasta ahora, el teatro venía ofreciendo a los
escritores las posibilidades más inmediatas de riqueza; pero el cinematógrafo
requiere menos trabajo y puede rendir más. Cientos de cabezas de poetas se inclinan
en la actualidad sobre los papeles dedicados a un drama cinematográfico. Cientos de
talentos fascinados por la promesa del éxito inmediato y universal están
concentrando sus energías en la creación de la Pantomima moderna. Ella saldrá de
su trabajo obstinado y del genio probable de uno de ellos. El día en que le sea dado
al mundo, será un arte nuevo, totalmente nuevo el que habrá surgido.
VI
El cinematógrafo no es solo la resultante perfecta de la riqueza científica moderna
que admirablemente ha resumido. Representa también de manera desconcertante e
importante el último producto del teatro contemporáneo. No es la exageración de un
principio, sino su desarrollo más lógico y extremo. Los dramaturgos “burgueses”,
todos los fabricantes de “piezas” deberían reconocer naturalmente, en la
Cinematografía, su representante más discreto, y deberían en consecuencia disponer
de ella a su servicio, pues el drama dicho psicológico, social, &c., no es sino la
degeneración del teatro cómico originario, opuesto al teatro de fantasía y elevación
espiritual trágica; el teatro de Aristófanes o de Plauto. Vitruvio nos ha descrito como
arquitecto distintos escenarios que envolvían las acciones antiguas, nos habla de la
solemnidad de las columnas y de los templos del teatro trágico, de la madera teatro
satírico, de gestos selváticos, y de casas burguesas donde se desarrollaban las
Comedias... Estas no eran más que la representación de la vida cotidiana en sus
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
fisonomías individuales y colectivas, diríamos hoy psicológicas y sociales, es decir,
de caracteres y de costumbres.
Shakespeare, que resume para el arte teatral la voluntad y el esfuerzo literario de los
poderosos talentos de su raza que le habían precedido, fue el precursor de nuestro
teatro “psicológico”, y fue sobre todo el gran dramaturgo del teatro sin música. Tal
teatro es absurdo cuando se aplica a la Tragedia (y en este sentido, el arte muy
importante pero no absolutamente genial de Racine, y el arte de Corneille, sin duda
más profundamente trágico en el sentido colectivo religioso, un arte de
degeneración). Pero un teatro sin música no es absurdo si reproduce la vida efímera,
la vida de cada día para detenerse en algunos aspectos, sin querer o al menos sin ser
capaz de solucionar la “eternidad”, el alma profunda. Por eso la comedia, despues de
las de Aristófanes, o las de Becque o Porto Riche y Hervieu, vive y gusta, e incluso
agrada en esta forma degenerada de la comedia que se convierte en “seria” y se llama:
drama. La base de estos dramas es la representación de la vida cotidiana
contemporánea, y por eso este teatro es esencialmente realista, o, como dicen los
italianos, verismo. Todos nuestros dramaturgos de salas cerradas (en contraposición
a la minúscula falange de nuevos poetas al aire libre) se esfuerzan por representar
con la mayor precisión la vida, copiándola. Los organizadores de espectáculos,
directores de teatro, impulsan el principio de dar más importancia a la decoración
meticulosamente fotográfica, que a las habitaciones mismas.
Ahora, el cinematógrafo solo exalta este principio de la representación de la vida en
su totalidad y en toda “verdad” externa.
Es el triunfo de este ojo artístico que Cezanne, con desdén sagrado, denominó: el ojo
fotográfico.
El cinematógrafo agrega a este teatro, sin embargo, el elemento de velocidad
absolutamente precisa y así revela una nueva alegría que el espectador encuentra en
la extrema precisión del espectáculo. De hecho, ninguno de los actores que se mueven
en la escena ilusoria traicionará su papel, o perderá una fracción de segundo en el
desarrollo matemático de la acción. Todo está reglado con un movimiento de
relojería. La ilusión escénica es menos emocionante y en cierta manera menos carnal,
pero es terriblemente inspiradora. Y esta vida regulada por un movimiento mecánico
de relojería, hace pensar en el triunfo del principio científico moderno como el nuevo
predominio de Ahriman, el maestro en el pensamiento maniqueo de la mecánica del
mundo.
La rápida comunión de vida entre los dos polos extremos, los dos opuestos
elementales de lo muy emotivo y lo muy cómico, descansa en el espíritu de los
espectadores. Todo lo que en realidad es un obstáculo: la inevitable lentitud de los
movimientos y gestos en el tiempo y el espacio queda suprimido en el Cinematógrafo.
Además, lo muy cómico descansa en el espíritu aligerando la vida del peso del escudo
social, solemne, envuelto por las mil convenciones de la asistencia colectiva y sobre
el que se descifran todas las jerarquías. Lo cómico tiene el poder de suprimir
jerarquías, de mezclar los seres más diversos, de dar la impresión extraordinaria de
las mezclas de los mundos más separados, los más inflexiblemente separados en la
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
vida real. Lo cómico es esencialmente irrespetuoso, supone un profundo sentido de
alivio ante las fronteras sociales, tan marcadas, que oprimen cualquier momento de
la vida real. Esta sensación de alivio es uno de los elementos de este movimiento
nervioso convulsivo y expansivo llamado: la risa. La vida se simplifica con este
grotesco que es exactamente la deformación por exceso o por defecto de las formas
establecidas. Lo grotesco entendido al menos en este sentido, quita de la vida su
dureza ineludible, le permite florecer en la risa.
La caricatura se basa en la exhibición y en la sabia combinación de los límites
mínimos del alma humana, los lados débiles de los cuales surge la ironía de la vida
social, que en el fondo es lo suficientemente irónica y alocada. A través de la ironía el
movimiento convulsivo de la risa, de la caricatura que desarrolla en el hombre esa
suprema sensación de ligereza, la ironía que arroja sobre la espalda enderezada del
hombre el manto colorido de Zaratustra “bailarín y reidor”.
Los antiguos sabían que la ironía es el principio de la Sabiduría. Coronaron de risa,
con la Farsa, el espectáculo trágico. Al contrario que los antiguos, hemos procedido
en vez de esto, a convertir la Farsa en un espectáculo dramático, al elevar el telón,
porque hemos olvidado el significado de algunas verdades que conocían nuestros
antepasados; pero permanece la necesidad del espectáculo irónico. Y la farsa de la
Tetralogía de Orestes, de Esquilo, la farsa que ya no se encuentra, tuvo que ser
increíblemente rica en risas, como para levantar el espíritu de los elegantes
atenienses abrumados por el terror de Casandra. Pues bien, no conozco nada más
supremamente grotesco que los espectáculos muy cómicos del cinematógrafo. Uno
ve allí apariencias extravagantes tales que ningún prestidigitador podría jamás
hacerlas parecidas; hay transformaciones, cambios tan rápidos de movimientos y de
figuraciones, que ningún hombre podría hacerlas delante de los hombres, sin el
concurso de esta mezcla asombrosa de mecánica y de química, de este supremo
creador supremo de ilusión que es el cinematógrafo. También se ha creado un nuevo
tipo cómico. Es el hombre mete patas de las transformaciones inverosímiles, capaz
de aparecer aplastado bajo su armario, caerse por el suelo a través de cuatro pisos de
una casa, cuatro plantas que perfora con la cabeza, para subir después a través de las
chimeneas y aparecer por los tejados transformado en una verdadera serpiente.
La complejidad del nuevo espectáculo es maravillosa. Está compuesta por todos los
siglos de actividad humana. Cuando los artistas geniales hayan dado a este
espectáculo algunos ritmos de pensamiento y arte, la nueva Estética mostrará al
teatro cinematográfico algunos de los aspectos más significativos.
Porque el teatro cinematográfico es el primer teatro nuevo, el primer teatro real y
profundamente de nuestro tiempo. Cuando llegue a ser verdaderamente estético y se
vea complementado por una música digna, interpretada por una orquesta real que
incluso sólo represente la vida real, detenida de manera efímera por el objetivo
fotográfico, se podrá experimentar una primera emoción templaria, se podrá
entrever un camino de los espíritus hacia la visión del templo, donde una vez más, el
Teatro y el Museo serán presentados por una nueva combinación religiosa del
Espectáculo y de la Estética. La sala de cine tal como lo es hoy evocará a los
163
De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
historiadores del porvenir la visión de los primeros y muy rudimentarios teatros de
madera, donde se degollaba a la cabra y se danzaba “la oda de la cabra”, las “tragedia”
primitivas, antes de la apoteosis de piedra que dedica Licurgo al teatro de Dioniso y
también antes del nacimiento de Esquilo.
El público moderno es un “abstractor” admirable, ya que puede disfrutar de las
abstracciones más absolutas de la vida. Podemos ver en el Olympia, por ejemplo, a
los espectadores aplaudiendo alegremente al fonógrafo que estaba sobre el escenario,
revestido de flores y cuya deslumbrante trompeta de cobre acababa de tocar un dúo
de amor… La máquina triunfó, el público aplaudió el sonido fantasmal de actores
distantes o muertos. Con un espíritu similar acuden los espectadores al teatro
Cinematográfico. Además, trae a las aglomeraciones humanas más pequeñas, un
espectáculo de cosas lejanas, entretenidas, conmovedoras e instructivas, generaliza
la cultura y acentúa en todas partes el deseo eterno del espectáculo de la
Representación de la vida total.
Sobre las paredes de estas salas, se ven a veces descripciones que recuerdan las
últimas etapas de la singular invención que precipita el conocimiento de los eventos
universales y, por todas partes la vida y la sensación de la vida, desde
aproximadamente 1830 hasta nosotros y entre los últimos héroes: Regnault, Edison,
Lumière, los hermanos Pathé… Pero más que el espectáculo, lo que es imponente,
característico, significativo, es la voluntad de los espectadores, que están compuestos
de seres de todas las clases, desde el más rudo hasta el más intelectual.
Es la voluntad de una Fiesta nueva, de una nueva unanimidad feliz, realizada en un
espectáculo, en un lugar donde los hombres se reúnen, donde consiguen, en mayor
o menor medida, el olvido de su individualidad aislada. Este olvido, alma de toda
religión y sentimiento de toda estética, triunfará superiormente un día. Y el Teatro
que contiene la promesa ciertamente muy vaga que los hombres en ningún momento
habían soñado jamás: la creación de un sexto arte, el arte plástico en movimiento, ya
crea la Pantomima moderna rudimentaria.
La vida moderna se dispone a este triunfo.
El último de los Franconi, el último héroe de circo, lamentaba el declive cierto del
Circo, por la pasión al teatro cinematográfico más que por los números de circo de
las salas musicales. Sucede que la psicología colectiva se mueve por los deportes que
vive violentamente, con los que se complica su vida real al convertirse sobre todo en
industria. Nuestro tiempo ha creado también industrias heroicas, la más llamativa la
de la aviación. Nuestros deportistas ya no consideran el deporte solo como un placer,
el más violento y el más sano de los placeres. Un círculo de oro, más rígido que el
hierro, el círculo de los negocios, los retiene con su implacable abrazo. Por tanto, ¿por
qué sentarse en un sillón, mirar las acrobacias y revoloteos de los demás, ofrecer
como espectáculo una imagen débil de lo que es la existencia de cada día con la febril
prodigalidad de mil formas, de todos los deportes modernos?
En resumen, la representación inmóvil de un gesto, una actitud, una composición de
gestos, de actitudes, de algunas figuraciones significativas de seres y cosas, todo eso
es pintura. ¿Pero quién podría haber soñado con arreglar la representación
encadenada de una serie sucesiva de pinturas? Una serie sucesiva de imágenes, es
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De la piedra al pixel. Innovaciones y reciclamientos en el campo de la Historia de los
Medios
decir, ciertos estados mentales de seres y cosas agrupadas en una acción, es
indudablemente la vida. Cada minuto que pasa compone, descompone, transforma,
ante nuestros ojos, un número incalculable de pinturas. El triunfo del cinematógrafo
las detiene, puede reproducirlas indefinidamente. Al detenerlas, realiza el acto que
estaba reservado para la pintura, o para esa imagen débil y mecánica de la pintura
que es la fotografía. Presentando una sucesión de gestos, actitudes, figuraciones,
como la vida lleva la imagen del espacio donde se extendió inmóvil y duradera en el
momento en que se muestra y se transforma, el Cinematógrafo nos obliga a pensar
en qué podría convertirse si una idea rectora verdaderamente superior mantuviese
en una línea ideal y profundamente significativa una idea central y estética de las
pinturas que despliega. Podemos pensar en la creación de un Arte plástico en
movimiento, del sexto arte. ¿Quién podría haberlo pensado antes de nuestro tiempo?
Ninguno, porque la evolución espiritual de los hombres todavía no había alcanzado
el cumplimiento de un violento deseo de conciliación entre la Ciencia y el Arte para
la representación compleja de la vida total. La Cinematografía renueva todos los días,
cada día con más fuerza, la promesa de esta gran conciliación no solo entre la Ciencia
y el Arte, sino también entre los Ritmos del Tiempo y los Ritmos del Espacio.
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Medios
Manifiesto de las SIETE ARTES57
Ricciotto Canudo
La teoría de las siete artes, aquella que pude exponer por vez primera en el Barrio
Latino, hace tres años, ha ganado el terreno de todas las lógicas y se extiende por
todo el mundo. En plena confusión de géneros e ideas, trajo una precisión de fuente
reencontrada. No me enorgullezco de este descubrimiento, toda teoría supone el
descubrimiento del principio que la anima. Constato su difusión; así como, al
presentarla, hacía notar su necesidad.
Aunque los numerosos y repugnantes tenderos del cine se apropiaron del rótulo
“Séptimo Arte”, que mejoró inmediatamente el sentido de su industria y de su
comercio, no aceptaron la responsabilidad impuesta por la palabra: Arte. Su
industria es la misma, más o menos bien organizada desde un punto de vista técnico;
su comercio es, a su vez, floreciente o mediocre, de acuerdo con el aumento y la caída
de la emotividad universal. Su “arte”, excepto en algún caso donde el guionista sabe
cómo querer e imponer su voluntad, sigue siendo casi el mismo que animaba a Xavier
de Montépin y otros Decourcelles. Pero este arte de síntesis total que es el Cine, este
fabuloso recién nacido de la Máquina y el Sentimiento, comienza a cesar sus gemidos,
y va entrando en su infancia. Pronto llegará su adolescencia, arrebatará su
inteligencia y multiplicará sus sueños; pedimos apresurar su desarrollo, precipitar el
advenimiento de su juventud. Necesitamos el Cine para crear el arte total hacía el
que, desde siempre, han tendido las demás artes.
57Publicado originalmente en Gazette des Sept Arts. París N° 2, enero 25 de 1923, p. 2. Traducido y
reproducido por http://www.filosofia.org/hem/192/9230125.htm, Filosofía en español, Fundación
Gustavo Bueno.
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Y aquí debo explicar una vez más, rápidamente, la teoría que los círculos informados
estudian bajo el nombre de “Teoría de las siete artes”. La fuente encontrada nos la
revela con toda claridad. Vemos que, en realidad, son dos las artes que han surgido
del cerebro humano para permitirle fijar todo lo efímero de la vida, luchando así
contra la muerte de aspectos y de formas y enriqueciendo de experiencia estética el
curso de las generaciones. En los albores de la humanidad, se trataba de perfeccionar
la vida elevándola sobre las realidades efímeras, afirmando la eternidad de las cosas
con las que se conmueven los hombres. El objetivo era crear focos de emoción
capaces de extender a todas las generaciones lo que un filósofo italiano llama “el
olvido estético”, es decir, el disfrute de una vida superior a la vida, de un personalidad
múltiple que cada uno puede darse por fuera y por encima de su propia personalidad.
En mi Psicología musical de las Civilizaciones{1}, ya dejé advertido que la
Arquitectura y la Música habían formulado de inmediato esta necesidad inexorable
del hombre primitivo, que buscaba “detener” para sí todas las fuerzas plásticas y
rítmicas de su existencia sentimental. Al hacer su primera cabaña, y bailar su primera
danza con el simple acompañamiento de la voz que acompasaba con los movimientos
de los pies en el suelo, se había encontrado con la Arquitectura y la Música. Después
embelleció la primera con las figuraciones de seres y cosas cuya memoria quería
perpetuar, al mismo tiempo que agregaba a la Danza la expresión articulada de sus
sentimientos: el habla. De esta manera había inventado la Escultura, la Pintura y la
Poesía; había fijado su sueño de
perpetuidad en el espacio y en el
tiempo. El Ángulo estético se
apareció así ante su espíritu.
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Quiero señalar de inmediato que si la Arquitectura, nacida de la necesidad material
del refugio, se afirmó muy individualizada ante su complementarias, la Escultura y
la Pintura; la Música, por su parte, ha seguido un proceso exactamente inverso a lo
largo de los siglos. Nacida de una necesidad espiritual de elevación y de olvido
superior, la Música es realmente la intuición y la organización de los ritmos que
gobiernan toda la naturaleza. Pero primero se manifestó a través de sus
complementarias, la Danza y la Poesía, para alcanzar tras miles de años su liberación
individual, la Música al margen de la danza y del canto, con la Sinfonía. Como
entidad definitoria de toda la coreografía del lirismo, existió antes de convertirse
en lo que llamamos Música Pura, adelantándose a la Danza y a la Poesía.
Así como todas las formas están en el Espacio antes que cualquier Arquitectura, ¿no
están todos los ritmos en el Tiempo, antes que cualquier Música?
Hoy, el “círculo en movimiento” de la estética se cierra al fin triunfalmente en esta
fusión total de las artes dicha: Cinematógrafo. Si tomamos a la elipse como la imagen
geométrica perfecta de la vida, es decir, el movimiento –el movimiento de nuestra
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esfera achatada por los polos– y lo proyectamos sobre el plano horizontal del papel,
el arte, todo arte aparece así:
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El documental y el documento en cine y fotografía
Serena Moyano
A partir de estas definiciones resulta claro que el documental prescinde del guión
de ficción, de las escenas actuadas o de la mezcla de imágenes con fines puramente
artísticos para decir algo “de la realidad misma”, aunque a partir de ella utilice todos
los mecanismos expresivos del cine como el montaje, la narración con desarrollo,
clímax y desenlace, el tratamiento artístico de la fotografía, la iluminación, o la
musicalización.
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En ese sentido, el documental produce entre otros resultados, un documento
histórico, y está sujeto a las luchas por el sentido propias de la interpretación
histórica. Un filme de ficción o una fotografía artística también, pero el documental
ha sido, desde su aparición, un género que trata de tomar elementos de la realidad
directa, sin historia ficcional, puesta en escena o actuación, o bien utilizar algunas
puestas en escena o actuaciones para objetivos “documentalistas”, es decir, con
intenciones no sólo artísticas o de entretenimiento, sino de información o
educación.
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Es importante notar que una de las claves del documental es que es precisamente
un género, es decir, se basa en la repetición de técnicas y recursos, y en el
acostumbramiento del público, que reconoce un documental entre otras cosas por
el tratamiento fílmico, no sólo por el contenido. Ese acostumbramiento ha
permitido numerosos engaños. El más famoso, es probablemente uno radial, no de
cine, el de La Guerra de los Mundos (1938) donde se aprovecha el
acostumbramiento del público a distintos géneros, y se les presenta un radioteatro
de terror y ciencia ficción con las formas de los noticieros y programas ómnibus de
la radio, logrando que la gente se asuste porque confundió fácilmente una cosa con
la otra. Eso mismo aprovechan hoy en día numerosos programas de televisión que
apuesta a vestirse de “serios y objetivos” utilizando recursos del documental, para
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presentar puntos de vista esotéricos, pseudociencias, asuntos paranormales, teorías
conspirativas, extraterrestres, hombres lobo, fantasmas, etc.60
Así, se nos presenta la paradoja de que, en esta enorme variedad y fronteras difíciles
de delimitar, por un lado los recursos del documental pueden ser utilizados muchas
veces para dar un manto de credibilidad a discursos nada documentales.
Y esto entonces no tiene nada que ver con si el documental es o no guionado, si está
presente en el planteo un punto de vista ideológico o si influye determinada opinión
política, etc. Los documentales no muestran sólo lo que quieren mostrar, muestran
también el contexto en el que fueron realizados y eso es un documento importante,
en Nanuk el esquimal, considerado el ‘primer documental de la historia’ se puede
observar que la gran mayoría de los datos que se muestran sobre los esquimales, no
son “reales”, son escenas preparadas, sin embargo a quedado como documento para
nosotros. Por un lado, dan cuenta de la “realidad” en tanto son reconstrucciones de
lo registrado por Flaherty en su trabajo antropológico. Pero por el otro, todo el acto
mismo de filmar que queda registrado en la película, nos permite documentar hoy,
por ejemplo, la necesidad del director de mostrar cómo el hombre ha evolucionado,
mostrar la superioridad de su propia civilización.
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Robert Doisneau retrata las calles de París, muestra momentos de alegría por medio
de situaciones irrepetibles, como niños jugando o una pareja besándose. Es un
documento en lo que registra. También lo son los escenarios que quedan
registrados tras los elementos principales de la foto. Pero al mismo tiempo está
mostrando lo que la gente necesitaba ver después de la angustia de los años de la
segunda guerra mundial.
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FIN DE LA PARTE I - CONTINÚA EN LA PARTE II
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