Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Historia
Algunos seguidores de la Nueva Era afirman que sus creencias derivan de
tradiciones religiosas y filosóficas judeocristianas o de Oriente Medio, como el ocultismo,
hermetismo y otras tradiciones orientales, presentes en religiones como el hinduismo,
taoísmo y el budismo. Por ejemplo, la Sociedad Teosófica (de mediados del siglo XIX), o
las obras de Helena Blavatsky (1831-1891) y Alice Bailey (1880-1949), exponían
principios que pueden considerarse como precedentes de algunas de las ideas actuales de la
Nueva Era: aproximaciones gnósticas, en realidad, neognósticas, a las materias espirituales;
lecturas espirituales y canalizaciones mediúmnicas; clarividencia y televidencia moderna;
mesmerismo; creencia en poderes curativos de ciertos metales y cristales; utilización de la
oración y la meditación como caminos hacia la iluminación y yoga. A lo largo del tiempo
ha cambiado el grado de aceptación en la sociedad de estos credos y prácticas.
Creencias
1
G. FRANCISCO CASTILLO, La New Age y su presencia en Guadalajara, Revista de Tecnología y
Sociedad, México D.F.: 2001, pp. 40-42.
2
C. MARÍA JULIA, Definiciones de la New Age desde las Ciencias Sociales, Boletín de Lecturas Sociales y
Económicas UCA • FCSE • Año 2 • N° 5 p. 19.
3
¿Qué es Nueva ERA?, cisne.org.mx. Archivado desde el original el 6 de abril de 2017. Consultado el 1 de
junio de 2022.
o religiones en que se basan, adoptando los más agradables. Debido a la variedad de
creencias a la carta, cualquier categoría coherente puede parecer restrictiva o incompleta.
Algunos creyentes de sectas atribuidas a la Nueva Era, como los neopaganos, rechazan la
etiqueta por difusa, y critican que puede ligarlos con otros credos y prácticas. Otras
prácticas comunes relacionadas con el movimiento Nueva Era son el reiki, yoga, cábala,
veganismo, meditación trascendental, acupuntura, superstición, sesiones con supuestos
ángeles (angeología), astrología, cartas o tarot, espiritismo, adivinación, ecologismo basado
en panteísmo (madre tierra Gaia), ayurveda, cábala, esoterismo, hermetismo y ocultismo.
En la práctica, muchas personas se sumergen o están inmersas en el movimiento nueva era
sin siquiera percatarse de ello, debido a la naturaleza del mismo: sincretismo, informalidad
y descentralización; y debido a la falta de información y formación sólida en ciencia,
historia y religión. Otros factores notables pueden ser la crisis personal y social.
Espiritualidad
Muchos han teorizado que el interés actual en la espiritualidad puede ser en parte
visto como una reacción contra el racionalismo y el excesivo énfasis sobre lo estrictamente
4
V. MERLO: La llamada (de la) Nueva Era. Barcelona: Kairós, 2007, pp. 60-61.
5
Ibid, p. 61
material y empírico: hay un deseo de trascendencia espiritual, en vez de sentirse atascado
en una inmersión estricta en lo físico. Por ejemplo, tras un par de siglos de énfasis en lo
empíricamente probable y concreto, existe un deseo por lo espiritual como antídoto o
antítesis.6
Conclusión
La Nueva Era no es otra cosa que una recopilación de creencias que intenta unir
diferentes formas religiosas. que se llama sincretismo que no nos lleva a nada importante y
transcendental y esta forma de pensar deja de lado la extraordinaria acción de amor que
realizo Jesucristo en la cruz con el fin de que todos sus hijos sean salvos y tengan vida
eterna. Por ello nuestra invocación a todos nuestros hermanos cristianos a vivir de acuerdo
a nuestros preceptos que están en la Biblia.
Bibliografía
G. FRANCISCO CASTILLO, La New Age y su presencia en Guadalajara, Revista de Tecnología y
Sociedad, México D.F.: 2001.
C. MARÍA JULIA, Definiciones de la New Age desde las Ciencias Sociales, Boletín de Lecturas
Sociales y Económicas UCA • FCSE • Año 2 • N° 5.
¿Qué es Nueva ERA?, cisne.org.mx. Archivado desde el original el 6 de abril de 2017. Consultado
el 1 de junio de 2022.
V. MERLO: La llamada (de la) Nueva Era. Barcelona: Kairós, 2007.
B. MORRIS, Religión y antropología: una introducción crítica, Madrid: Akal, 2004.
6
B. MORRIS, Religión y antropología: una introducción crítica, Madrid: Akal, 2004, p. 379.
7
Ibid, p.380.