De “sirvientas” y eléctricos servidores.

Imágenes del servicio domestico en las estrategias de promoción del

consumo de artículos para el hogar (Argentina, 1940-1960)

En las décadas centrales del siglo XX, los discursos que promovían la adquisición de
distintos artículos para el hogar, se centraban en la mecanización de este servicio y el
reemplazo de las empleadas domesticas. En este articulo creado por la escritora Inés
Pérez, publicado en el 2012, se presenta el impacto que tuvo la creación de nuevas
tecnologías y su importancia en la evolución de la sociedad.

Para esta época, las revistas femeninas influenciaron en gran medida el comportamiento
de la sociedad ante los temas que afectaban el hogar. Bajo la premisa de “Las sirvientas
se van”, estas revistas adoptaban la perspectiva del empleador y sostenían que, gracias a
los innovadores artefactos y comodidades de las casas modernas, los servicios que
ofrecían las empleadas domesticas habían quedado obsoletos. La mecanización del
trabajo dio paso a la cobertura de necesidades básicas, brindando “confort” y
“bienestar”.

Gracias a esta frecuente promoción que tuvo la imagen futurista brindada por los
electrodomésticos, hubo una drástica reducción del empleo domestico, no obstante, fue la
imagen de la mujer y su papel en el hogar, el que se vio mas afectado. La nueva relevancia
publica otorgada a las amas de casa como consumidoras, dio espacio a la idea de una
mujer ideal que se apoyaba en estos artefactos para realizar las tareas domesticas por si
misma y brindaba amparo del presupuesto familiar. Al tiempo se asienta la imagen de la
eficiencia del trabajo domestico, como principal factor de un hogar armónico y pleno para
la familia.

La humanización de los artefactos domésticos y su identificación con la figura de la

“sirvienta”, fueron recursos utilizados para la personificación de estos eléctricos
servidores. Es desde la empatía, que se invita al lector a esta humanización de los objetos,
los cuales encarnaban la figura de una cocina “rápida” y “eficiente”. Es así como se
buscaba llegar al ama de casa de clase media, para que se identificara con este modelo de
domesticidad centrado en prescindir de las “sirvientas” y, al mismo tiempo, tener tiempo
para descansar o atender a los suyos. La llegada de los electrodomésticos, aparte de
cubrir toda estas necesidades primordiales y básicas, se extiende mas allá, y genera la
promesa del estatus y la jerarquía publica.

Un tema poco nombrado, pero que en mi perspectiva jugó un papel importante en el

desarrollo y evolución del pensamiento de la sociedad, fue sobre las transformaciones en
las relaciones de género y la extensión de la masculinidad en las tareas domésticas. Es
desde fines de los cuarenta que se venían presentando tensiones en relación con el ideal
familiar y los lugares asignados a los géneros, Suponía un peligro para esta armonía
familiar la ausencia del ama de casa en el hogar, pues desde esta época se evidencia como
las mujeres de clase media volvían a insertarse en el mercado del trabajo, así es como los
valores tradiciones se enfrentaban a los cambios del movimiento por la “liberación
femenina”.
Además, las tecnologías dieron una nueva amplitud a la asociación entre masculinidad y
domesticidad. A pesar de que esto no supuso una sustitución a la idea de que la mujer era
la única responsable de las tareas de la casa, si se pudo evidenciar, la participación que el
hombre tuvo, tal como expresó un artículo publicado en una revista Claudia: “si el marido
iba a lavar los platos, sería en máquina”. Con todo esto, se puede evidenciar el desarrollo
que se ha ido teniendo, del cambio de idea que se tiene sobre los roles de género, que para
mi, es un tema bastante importante a tener en cuenta, a la hora de evolucionar como
sociedad.

En relación a lo antes expuesto, la lectura nos muestra el preámbulo a una nueva era, en
la que las tecnologías innovadoras empezaban a ser parte del día a día y la promesa de la
modernización se hizo más presente en la sociedad. El confort, bienestar y eficiencia que
esto presentaba, cambió la Concepción que se tenía del trabajo doméstico.
Todo esto dio paso a cambios en la sociedad, la estructura de vivienda y provisión de
servicios. Así mismo se le otorgó importancia y relevancia pública a la ama de casa como
consumidora, al tiempo que situaba el trabajo doméstico en la promoción de la
modernización social.