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LAURA ALEJANDRA PARDO GONZÁLEZ

LA CUESTIÓN SOCIAL Y SU ARTICULACIÓN CON EL TRABAJO SOCIAL

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EL CONTEXTO SOCIO-HISTÓRICO DE LA EVOLUCIÓN DEL TRABAJO


SOCIAL HACIA EL DESARROLLO DE LA PROFESIÓN CON LA
PROBLEMÁTICA ACTUAL DE UNA SOCIEDAD DE CONSUMO

El siguiente contexto tiene con propósito realizar un analizar sobre el artículo “LA
CUESTIÓN SOCIAL Y SU ARTICULACIÓN CON EL TRABAJO SOCIAL” con el
fin de identificar un problema y contrastarlo con dicha lectura. Para su desarrollo es preciso
entender las condiciones en que surge y evoluciona el trabajo social, el contexto socio-
histórico que lo visibiliza, y la relación que se establece con las manifestaciones de la
cuestión social. De acuerdo con Gómez, (2015) “la cuestión social se asume como una
categoría de análisis que permite fundamentar su articulación con el trabajo social”, en el
evento que sirve para identificar acontecimientos histórico-sociales que hace necesaria la
intervención de la profesión como tal.

Es necesario considerar los precedentes históricos del trabajo social que se han
asociado con la profesión, en el sentido que se relaciona con la asistencia social quien ha
tomado distintas formaciones sociales, y por ello Castel, (1997) “la concibe como un
conjunto de prácticas insertas en una estructura común, dirigida a una población con
carencias o limitaciones” (p. 33). Igual, para revisar los antecedentes del trabajo social es
importante tener en cuenta que “una sociedad sin lo social estaría bajo las determinaciones
de una "sociabilidad primaria”, entendida ésta “como un sistema de reglas que vincula
directamente a los miembros de un grupo, sobre la base de su pertenencia familiar, de
vecindario, de trabajo, y tejen redes de interdependencias sin la mediación de instituciones
específicas” [CITATION Cas97 \p 34 \l 9226 ].

Se trata pues de sociedades en cuyo seno el individuo queda insertado desde su


nacimiento envuelto en una red de coacciones, para reproducir los mandatos de la tradición
y las costumbres, donde no hay lo social, lo económico, lo político o lo científico como
guías de práctica. Entonces, los individuos obedecen reglas impuestas de manera resumida
y directamente normativa, estableciendo formas de relación que acompañan el desempeño
de los principales roles en la familia, el vecindario, el grupo de edad y de sexo, que
permiten la transmisión de aprendizajes y la reproducción de la existencia social.

De esta manera la asistencia social es antecesora del trabajo social donde la historia
del trabajo social corresponde a la historia de una profesión y la historia de la acción social
vendría a ser parte específica de la historia social. De acuerdo con Martínez, (2000) citada
por Fernández y Alemán (2006) “la historia social es, en realidad, la historia de la cultura,
vista desde la perspectiva de la estratificación y de las desigualdades sociales, mientras la
historia de la acción social está compuesta por las diferentes políticas sociales de los
diversos estados y gobiernos”.

Respecto al nacimiento y la evolución del trabajo social, Malagón & Sarasola, (2006),
en Fernández y Alemán (2003) consideran que “no puede ser entendida al margen del
contexto socio-histórico en el que se desarrolla” (p.78). De ahí la necesidad de estar al tanto
de los acontecimientos derivados del modo de producción capitalista al igual que del
fenómeno de la industrialización, debido a que es en ese entorno en el que la profesión hace
su aparición y que en este mismo sentido lo articula con la cuestión social.

Es así que, la historia de la acción social describe cómo la sociedad siempre ha estado
preocupada por atender las necesidades de los individuos. No obstante tal asistencia
depende del ideario o del pensamiento predominante, en tanto las formas de ayuda se
despliegan en relación directa con el contexto político, socioeconómico y cultural acorde
con la época. Por ello, se ha pasado a un modelo de bienestar donde la cuestión social hace
su aparición en la manera como son asumidas mediante políticas sociales. De ahí que, para
Fernández & Alemán, (2006) “la atención social como profesión - hoy Trabajo Social- se
inicia en concomitancia con la industrialización” (p.81).

Sin embargo, contrario a lo se piensa la industrialización no trajo el bienestar de las


clases menos favorecidas, caso concreto del campesino al tener que emigrar a la ciudad en
busca de mejores oportunidades para su familia. Así, con la entrada de la industria del
capitalismo aparecen doctrinas individualistas, cuyos efectos se reflejan en una disminución
de la conciencia social con efectos sociales y económicos, para dar lugar al trabajo social
ante la necesidad de abordar una serie de problemáticas que exigieron la formación de
profesionales capacitados para enfrentarlas.

Industria del capitalismo que trajo consigo la problemática de una sociedad de


consumo como en la que se vive hoy, caracterizada por el gasto masivo de bienes y
servicios, disponibles gracias a la elevada producción de los mismos, en un mundo donde la
oferta excede la demanda, los productos son estandarizados y los patrones de consumo
están masificados; exceso que llevó al desarrollo de estrategias de marketing
extremadamente agresivas aunadas a una pérdida de valores como la honestidad,
integridad, libertad, responsabilidad, respeto y equidad, entre otros; que en lugar de
beneficiar al individuo lo desvalorizan y lo esclavizan al estar expuesto continuamente a la
idea de consumir, incluso de cosas que no son necesarias.

De acuerdo con Santamarta, (2007) “el consumismo hoy domina la mente y los
corazones de millones de personas, sustituyendo a la religión, a la familia y a la política. El
consumo compulsivo de bienes es la causa principal de la degradación ambiental”, es así
que el avance tecnológico nos permite producir más de lo que demandamos y ofertar más
de lo que necesitamos. Para Santamarta, el consumo a partir de cierto umbral no da la
felicidad, puesto que el consumidor debe trabajar largas jornadas para poder pagar el
consumo compulsivo para quedar atrapado en una espiral de consumo-endeudamiento para
consumir y por lo tanto debe trabajar para pagar un endeudamiento mayor. 

En este contexto es necesario controlar el consumo antes de que éste nos controle, y
entre una de las medidas más inmediatas hay que eliminar el daño al medio ambiente y
específicamente todo aquello que incentive el consumo de agua, energía, plaguicidas,
productos forestales y el uso del automóvil, es decir realizar una reforma ecológica,
introducir criterios ecológicos y sociales para hacer conciencia en todas las compras de
bienes y servicios, también hay que elaborar normas y leyes encaminadas a promover la
durabilidad, la reparación y la actualización de los productos en lugar de la obsolescencia
programada, los programas de etiquetado y la promoción del consumo justo. 

De hecho, el término capitalista hace referencia a un modelo de producción que se


supone transforma la organización del trabajo y de las relaciones entre patrono y trabajador,
que alteran el orden social y, tal como lo afirma el Manifiesto comunista de Marx y Engels
la “industrialización y el sistema fabril promovieron la disolución de la familia”. Es decir,
que el bienestar se ha perdido en parte por la sociedad de consumo y lo podemos apreciar
hoy con familias, donde ambos padres deben trabajar para cubrir gastos dentro de una
sociedad de consumo que exige estar a la moda con artículos especialmente de marca, para
dejar a sus hijos un mensaje de superficialidad y competencia malsana. Como afirma Jones,
(2007) “las relaciones familiares se han ha convertido en relaciones de dinero” (p. 158).

Sin embargo, en la medida que avanza la evolución socioeconómica es evidente un


progreso paralelo con el pensamiento teórico, que está muy ligado a los acontecimientos de
la época, que permiten la abstracción de conceptos y la construcción de teorías que los
justifican, y es en este momento donde el trabajo social debe empezar a prestar atención a
estos problemas sociales. Como quiera el mercado crea nuevas necesidades y su
satisfacción involucra y mueve la economía a nivel mundial, donde el ser humano, se fue
transformando en una mercancía sujeta al proceso de la oferta y la demanda.

En este contexto la posibilidad del ser humano está fuertemente asociada a los límites
de la competencia. La razón fundamental para esa situación es que somos, no lo que
deseamos, sino aquello que hacemos: mercancías [ CITATION Luk14 \l 9226 ] citado por
Lessa. Pues bien, con la llegada de la máquina y la división del trabajo las actividades
laborales se simplificaron, los procesos de producción se convirtieron monótonos. Como
afirma Lukács, el ser humano se transformó en una mercancía que puede ser ubicada bajo
los principios económicos de la oferta y la demanda, con el agravante que la industria
moderna ha transformado el pequeño taller del maestro patriarcal en la gran fábrica del
capitalista industrial, donde los empleados son como soldados rasos de la industria, bajo la
vigilancia de una jerarquía de jefes y subjefes y por lo tanto no son solo esclavos de la
burguesía, sino diariamente, a todas horas, esclavos de las máquinas, bajo no otro fin del
burgués que el lucro [CITATION Jon07 \p 163 \l 9226 ] .

Lo anterior para convertirse en un problema social con las debidas consecuencias del
deterioro de la salud, sumado a extensas jornadas laborales, para lo cual Fernández, T;
Alemán, C., (2006) advierten: “El Estado tiene el deber de intervenir en favor de los
trabajadores y de los grupos sociales menos favorecidos” (p.109). Por ello, la lucha por el
respeto de los derechos de los trabajadores, que aún sigue vigente. De ahí, la necesidad de
seguir profundizando en aquellos sucesos y acontecimientos históricos que desde su
nacimiento y en la actualidad, articulan la cuestión social con el trabajo social.

BIBLIOGRAFÍA
Castel, R. (1997). Metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado. Buenos
Áires: Paidós.

Fernández, T; Alemán, C. (2006). Introducción al trabajo social (3 ed.). Madrid: Alianza.

Gómez, S. d. (enero - junio de 2015). LA CUESTIÓN SOCIAL Y SU ARTICULACIÓN CON EL


TRABAJO SOCIAL. (U. C. Cundinamarca, Ed.) Tabula Rasa, 285 - 305.

Jones, G. (2007). El manifiesto comunista de Marx y Engels. (F. d. Económica, Ed.)


Recuperado el 24 de abril de 2018, de www.scielo.org.co/scielo.php?
script=sci_nlinks&ref=2509277&pid=S1794...

Lukács. (2014). Para comprender la ontología de Lukács. La Plata: Dynamis.

Malagón, J. L., & Sarasola, J. L. (2006). Nacimientos y evolución del trabajo social.

Martínez, M. (2000). Para el trabajo social: Aportanciones teóricas y prácticas. Granada:


Maristán.

Santamarta, J. (2007). La Sociedad de Consumo. Fusión.

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