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Métodos de trasmisión,—Xúmoro y
t l e
dimensiones de los elementos
a
<lixe debe constar la pila, según I
resistencia del circuito.
F= °4 e
ó Y=-^- (1)
v
40+700' 18,5
dividiendo por 40 los dos términos del quebrado.
Este valor de -Tes el mínimum de fuerza que
ha de tener u n a corriente para que la trasmisión
se efectúe con r e g u l a r i d a d , es decir que c u a l -
quiera que sea la resistencia del circuito, si la
fuerza de la corriente es la que se deduce de la
fórmula (1), un receptor Morse colocado al ex-
tremo de este circuito, funcionará en buenas
condiciones; de manera que la cuestión está r e -
ducida á determinar el número de elementos que
se necesitan para producir esa fuerza. >
Sea n este número de elementos, e y r la fuer-
za electro-motriz y la resistencia de cada uno de
e^os, R la resistencia del circuito ó línea e x t e -
rior y r' la del receptor. S e g ú n la fórmula de
Ohm la fuerza de la corriente será:
r =— 2 * , (2)
nr\R-\-r
y para que la trasmisión sea perfecta, es n e c e -
7
sario que este valor de l " s e a i g u a l al de la fór
mula (1) por lo cual tendremos:
ne e
nr+R+r' 18,5
de donde dividiendo ambos miembros por e, re
duciendo á un mismo denominador y ejecutando
las demás operaciones necesarias se deduce su
cesivamente:
n 1
»
nr-^R+r 18,5 '
r=-^ (4),
en la cual para que la corriente t e n g a la mayor
fuerza posible es necesario que: nr=R, de donde
se deduce:
n-~ (5).
r
Como para funcionar con regularidad, los ca
lores (1) y (4) de r han de ser iguales, tendre
mos:
ne e
ne 2ne
•(2)
R 2nr-\-R
nr-r-
R = ^ F " ~ ,
r 2r
es decir que la fuerza de la corriente por cada hi
lo cuando funcionan dos, es la mitad de la que
pasa por uno cuando funciona solo.
De donde se deduce, que si bien se puede
funcionar sin g r a n inconveniente por dos hilos
de considerable l o n g i t u d , que se hallen en bue
n a s condiciones, no sucede lo mismo con los hi
los cortos, y se comprende que el perjuicio sería
mucho mayor, si unos hilos fuesen largos y otros
cortos, porque sucedería que mientras los pri
meros suministraban una corriente débil y varia
ble, insuficiente para funcionar, por los otros
pasarían corrientes t a n fuertes que imposibili
tarían la recepción.
Aunque los hilos fuesen más de dos, con tal
que satisfagan á la condición de longitud y de
más que hemos indicado, pudieran alimentarse
— 369 —
con una misma pila, pero todo h a s t a cierto limi
te, porque s e g ú n las ecuaciones (1) y (3) la cor
riente que pasa por cada hilo, cuando funcio
nan varios, disminuye con el número de estos.
Mr. Presscott, fija en cinco hilos el indicado l í
mite con pilas de poca resistencia y de mucha
fuerza electro-motriz, como la de Grove, de m a
nera que para las de sulfato de cobre no deben
pasar de dos ó t r e s .
En tiempo húmedo, estando las líneas mal
aisladas, es casi indispensable q u e c a d a h i l o t e n
ga su pila, porque la conductibilidad aumenta
en proporción del número de hilos alimentados
por una misma pila, y si á esto se a g r e g a el a u
mento de conductibilidad debido á las derivacio
nes á tierra y al aire, ó sean las pérdidas de cor
riente, la pila vendría á estar en corto circuito,
y se agotaría su fuerza, y en líneas cuyo aisla
miento es a l t a m e n t e defectuoso, no es necesario
9.ue varios hilos concurran á una misma pila, pa
ra que suceda lo que indicamos.
El resultado es, que, sin ser mucho más cos
toso, conviene que cada hilo esté servido por su
Pda especial; pero como esto no es siempre posi
ble por cuestión de local, la regla general es,
se
g u n el citado electricista, que el número de
Pdas sea proporcional al de hilos, en c u a n t o lo
Permita el local en que deben establecerse y r e -
partir los hilos entre ellas, procurando que sea
24 '
próximamente igual la resistencia de los que
concurran á una misma. De otra manera,el servi-
cio de trasmisión no puede menos de esperimen-
tar perturbaciones de más ó menos importancia,
resultando, además, un gasto excesivo en el ma-
terial de pilas, de tal manera que cuando así su-
ceda en una estación, es señal de que en ella no
guarda relación el número de elementos en ac-
ción con la longitud de los. circuitos, y de que
varios hilos de distinta longitud reciben alimen-
to de la misma pila.
D'-tersas disposiciones de los elementos. -
Cuando se reúnen varios elementos de manera
que estén enlazados por los polos de nombre con-
trario, quedando á un extremo un polo negativo
y al otro un polo positivo, se dice que estos ele-
mentos forman una pila dispuesta en tensión®
en serie lineal, sin duda porque en una pila asi
montada, la tensión y la fuerza electro-motriz
aumenta con el número de elementos al cual es
proporcional. La segunda denominación debe
provenir de que los elementos pueden colocarse
en línea recta ó quebrada, aunque lo mismo,
puede formar una línea curva.
Cuando dos elementos ó dos series lineales
se'disponen de manera que resulten unidos to- \
dos los polos positivos y separadamente todos
los negativos de estas pilas, sin tener otros
a
puntos de contacto, se dice que resulta mi
- 371 —
pila montada en cantidad ó en series paralelas.
Supongamos un receptor Morse con releva-
dor; como el electroimán de la palanca tiene po-
ca resistencia, si un solo elemento de una pila
determinada carece de la fuerza necesaria para
moverla palanca, lo mismo sucederá aumentan-
do en tensión uno ó más elementos, porque cuan-
do la resistencia exterior es pequeña, una pila de
un número cualquiera de elementos da una cor-
riente de la misma fuerza que un solo elemento;
pero si se disponen en cantidad, puede suceder
que dos elementos solamente sean suncientes
para hacer funcionar la palanca con toda regu-
laridad, porque en el caso indicado, la fuerza de
la corriente de una pila así dispuesta, es propor-
cional al número de elementos, siempre que cada
serie se componga de uno solo.
Por el contrario, si se trata de hacer funcio-
nar el relevador, cuyo electroimán tiene una
^stencia considerable, aumentando el número
elementos en tensión, puede conseguirse que
Sancione debidamente, pero no disponiéndolos
en cantidad, porque cuando el circuito exterior
Presenta una resistencia considerable, influye
Poco la disminución de la resistencia de la pila,
« Por lo tanto varia poco la fuerza de la cor-
riente.
De aquí se deduce que la denominación de
1
en cantidad no es exacta, puesto que cuan-
- 372 -
do la resistencia del circuito exterior es g r a n -
de, no a u m e n t a con esta disposición la cantidad
ó fuerza de la corriente, y sí disponiendo la pila
en tensión.
De la misma manera si se hace pasar la cor-
riente de u n a pila en tensión por un galvanó-
metro de una resistencia m u y pequeña que se
pueda despreciar respecto de la resistencia de
la pila, siempre marcará el mismo número de
grados cualquiera que sea el número de elemen-
tos de la pila, y por el contrario la desviación
aumentará en proporción del número de elemen-
tos, disponiéndolos en cantidad; pero si el gal-
vanómetro ó el circuito en que se halla, tiene una
resistencia considerable, la desviación aumen-
tará con el número de elementos en tensión,
mientras que este aumento será nulo ó poco no-
table si se reúnen en c a n t i d a d .
Disponiendo en tensión u n a pila de 40 ele-
mentos Callaud, con un circuito de 100 kilóme-
tros de hilo de línea de 4 m¡m de diámetro, co-
mo la fuerza electro-motriz de cada uno de estos
elementos es próximamente de u n Volta, la re-
sistencia 10 unidades Ohm y la del circuito 1000,
la fuerza de la corriente será:
40 Voltas 1
1400 Ohms~"W
La fuerza de una pila en cantidad, compuesta
D
de dos series de Cuarenta elementos, tenm
— 373 -
presente que la fuerza electro-motriz es la mis-
ma, y que la resistencia de la pila se reduce á
la mitad, seria con el mismo circuito:
: = Weiers
. iSo 4o -
Formando una pila también en cantidad con
dos series de 80 elementos cada una, la fuerza
electro-motriz seria 80 Voltas y la resistencia
de la pila 400 Ohms, y la fuerza de la corriente:
80 1
1400 ~~VU¡~-
Vemos, pues, que la fuerza de la corriente
de una pila en cantidad compuesta de dos series
de 40 elementos, es igual, con corta diferencia,
á la de una de las series de 40 elementos cuando
funciona sola. El consumo de zinc y de sulfato
de cobre, será el mismo en ambas pilas; pero
como la dispuesta en cantidad consta de doble
número de elementos, durará doble que la otra,
siempre que alimenten el mismo número de con-
ductores; pero si la segunda pila sirviese para
doble número de hilos, duraría el mismo tiempo
Porque el gasto por elemento seria igual en una
y otra pila. Es decir, que si con la pila de 40
elementos en tensión se funcionaba por un con-
doctor, la de dos series de 40elementos podría
alimentar dos conductores, con el mismo gasto
P°r elemento; pero entonces seria más ventajoso
emplear una pila para cada hilo, puesto que con
- 374 —
el misino g a s t o resultaría más regular y más
segura la trasmisión.
La pila de dos series de 80 elementos pro
duce uua corriente de doble fuerza que una sola
serie de 40 elementos, y pudiera alimentar cua
tro conductores; pero como en el caso anterior,
seria preferible asignar una pila de 40 elemen
tos á cada conductor.
Cuando se reúnen dos pilas en cantidad, aun
que las dos series se compongan, como es preci
so, de igual número de elementos, al poco tiempo
aparece u n a serie con más resistencia que la
otra, y al través de esta pasa parte de la cor
riente de la primera, disminuyendo la, fuerza de
la corriente útil ó de trabajo que recorre el cir
cuito exterior, y además cuando una pila ali
menta, aunque no sea más que dos conductores,
como unas veces funciona uno solo y otras los
dos ala vez, siendoen este segundo caso, segu
hemos visto, más débiles las corrientes que e
el primero, los receptores funcionan con corrien
tes variables, aunque los conductores sean
la misma resistencia. Si la resistencia es dis
tinta, la diferencia en la fuerza de las corrientes
puede ser m u y considerable y perturbar de to
punto la trasmisión, como sucede en las es
e s C
ciones donde concurren hilos directos y ^^
napas, en las cuales, es necesario suspender ^
do trabajo por estos últimos mientras se fúncí
na por los primeros, cuando unos y otros toman
su alimento de la misma pila.
De lo expuesto se deduce que lo mejor y lo
más conveniente es, como ya liemos indicado,
asignar una pila independiente para cada con
ductor, y cuando esto no sea posible, establecer
el mayor número de pilas que el local permita y *
distribuir entre ellas los conductores, cuidando
de que los afectos á cada una sean próximamen
te de la misma resistencia, y que no resulta ven
taja ninguna apreciable del empleo de las pilas
en cantidad, puesto que para que la de dos series
suministre la misma fuerza que otra en tensión,
se ha de componer de doble número de elemen
tos, en cuyo caso es preferible formar dos pilas
independientes.
tnicamente, cuando por efecto de las lluvias
ó nieblas, disminuye notablemente el aislamien
to, podrá convenir aumentar el número de ele
mentos de la pila y a g r e g a r otra serie igual para
formar una pila en cantidad, con lo cual sin a u
mentar la resistencia de la pila primitiva, au
menta la fuerza electro-motriz y por lo tanto la
fuerza de la corriente. Pero cuando el aislamien
to baja de cierto límite, cuando la resistencia
de la línea es muy reducida y casi nula, no h a y
^edio posible de comunicar, y la corriente, por
merte que sea en tensión y en cantidad, se pier-
l e
por los apoyos y no llega á su destino por cer-
— 370 -
cano y próximo que se halle el término de su
carrera.
El único remedio á mal tan grave, es perfec-
cionar el aislamiento.
Elección de pila.—La Comisión alemana ha
propuesto para las estaciones principales la pi-
la Bunsen de ácido crómico con cilindro de car-
bón, y zinc de sección en forma de estrella, que
á una pequeña resistencia de 1,5 unidades Sie-
mens, reúne la fuerza electro-motriz de 1,60,
tomando por unidad la de un elemento Daniell, ó
sea 1,60 voltas próximamente lo que la hace muy
á propósito para cuando varios conductores de
longitud considerable estén servidos por la mis-
ma pila, y la de Meidenger de vaso invertido pa-
ra las estaciones de poca importancia dotadas
por lo regular de un solo aparato que funciona
á corta distancia, en cuyo caso, aunque la fuer-
za electro-motriz de esta pila, es solo 0,925 y su
resistencia 10 unidades Siemens, no resulta nin-
gún inconveniente, y se obtiene en cambio una
notable economía, porque la relación del consu-
f
c o real al efecto útil es 0,96.
En la mayor parte de las naciones de Europa
se emplean las pilas de sulfato de cobre, cuyo
montaje y entretenimiento son fáciles y sencillo?»
se componen de sustancias inocentes, no des-
prenden vapores nocivos y cuando el número de
elementos de que se componen guarda propor-
- 377 —
oion con el número y resistencia de los c o n d u c
tores, son b a s t a n t e económicas y prestan b u e n
servicio. Esto no o b s t a n t e el uso de la pila L e -
clanché se extiende cada dia m á s , sin duda por
que la ventaja de su duración y de no tener que
cuidar de su entretenimiento, compensan sus
defectos, a l g u n o s de los cuales h a n sido corre
gidos. Pudiendo adquirirlas por Administración
fácil sería encontrar un fabricante que i n s p i r a
se confianza; pero teniendo que verificarlo por
contrata, habria que tomar s e p a r a d a m e n t e los
vasos de vidrio y los porosos, para reconocer e s
tos últimos, e n c a r g á n d o s e la Administración de
montar los elementos, además de que c u a n d o
se agotasen, sería preciso cargarlos de nuevo,
operaciones enojosas y que exigirían el e s t a b l e
cimiento de a l g u n o s talleres.
Al fin de este libro se hallará u n a t a b l a de
las constantes de las diversas pilas telegráficas,
con expresión de los precios de d i c h a s pilas.
CAPÍTULO VI.
CABLES.
Un conductor cubierto de u n a s u s t a n c i a a i s -
ladora y que c o n s t i t u y e ó forma p a r t e de u n a
línea telegráfica, e s lo que se llama cable t e l e -
gráfico, el c u a l puede ser aéreo, s u b t e r r á n e o ,
subfluvial ó s u b m a r i n o , s e g ú n q u e se halle al
aire libre, debajo de t i e r r a , e n t e r r a d o en el lecho
de un rio ó d e s c a u s a n d o sobre el fondo del mar.
El cable completo se compone del conductor,
que es un hilo ó un cordón de hilos de cobre, d*
la cubierta aisladora c o n s t i t u i d a por varias ca-
pas de g u t t a p e r c h a ó de c a u c h ú , del almohadi-
llado compuesto de v a r i a s c a p a s de algodón (
de cáñamo, y de la a r m a d u r a exterior formad?
Por un tubo de plomo ó por varios hilos de hierr<
0
de acero arrollados en espiral sobre el almo
"adulado. Un cable nuede c o n s t a r de varios c o n
— 3S0 —
ductores aislados s e p a r a d a m e n t e , torcidos des-
pués formando un cordón y protegidos por una
a r m a d u r a metálica común, si bien en algunos
casos, como veremos m á s a d e l a n t e , esta arma-
dura es simplemente de cáñamo ó de algodón
en rama ó en cinta, embreado ó asfaltado, ó el
cable carece de ella, quedando reducido al con-
ductor y á la capa aisladora. Los cables Brooks
se componen de hilos de cobre, separadamente
cubiertos de algodón y colocados en tubos metá-
licos llenos de parafina.
CONDUCTOR Y DIELÉCTRICO.—EU un trabajo
de la n a t u r a l e z a del presente, cuyo principal
objeto es la medición de las fuerzas eléctricas,
y por lo t a n t o las pruebas que deben hacerse en
las líneas telegráficas para apreciar sus condi-
ciones, no procede ocuparse con toda extensión
de la construcción, establecimiento ó inmersión
de los cables, por lo cual n o s limitaremos á re-
cordar aquellos principios q u e t e n g a n relación
con n u e s t r o propósito y que p u e d a n facilitar la
i n t e l i g e n c i a de los procedimientos que se em-
plean para determinar aquellas condiciones en
e s t a clase de conductores.
El hilo ó cordón de cobre con su revestimiento
de m a t e r i a aisladora ó dieléctrico, es lo que ge-
n e r a l m e n t e se llama alma ó corazón del cable,
el c u a l , como y a hemos indicado, forma una bo-
tella de Leiden o condensador cilindrico, cuya
— 381 —
armadura interior es el conductor, y la exterior
el agua ó la tierra en que está sumergido.
La velocidad ó capacidad de trasmisión, que
es la más importante de las condiciones eléctri
cas de toda línea telegráfica, depende de la con
ductibilidad del hilo ó cordón metálico y de la
capacidad electro-estática ó de inducción del ca
ble, puesto que cuanto mayor sea aquella con
ductibilidad y meuor esta capacidad, tanto me
nor será el tiempo que tarde la corriente en ad
quirir la fuerza necesaria para poner en movi
miento el receptor, ó lo que es lo mismo, tanto
menor será la duración del período variable Ya
hemos dicho que al poner un conductor en co
municación con una pila, toda la corriente se
emplea al principio en la carga electro-estática
y que esta corriente no adquiere toda su fuerza,
ó no llega al período estable hasta que aquella
tiene lugar, lo que se verificará tanto más pronto
cuanto menor sea la capacidad inductiva del
conductor. Convendría, por consiguiente, que el
conductor del cable fuese bastante grueso y de
la mayor conductibilidad específica posible, y
bastante gruesa también y de reducido poder
inductor, la capa aisladora que lo envuelve; pero
entonces el cable resultaría de un precio exce
sivo.
Por razones de economía que siempre son
atendibles, se da al corazón del cable un diá-
- 3S2 —
metro determinado y la cuestión queda reducida
á fijar la n a t u r a l e z a y el g r u e s o respectivo del
conductor y del dieléctrico.
Para el primero se emplea siempre el cobre,
c u y o poder conductor es considerable, sin que
su precio sea demasiado elevado, estañándolo
si el dieléctrico que ha de formar la envuelta
aisladora es el c a u c h ú , y con el objeto de ha-
cerlo más r e s i s t e n t e se forma un cordón de va-
rios alambres delgados de dicho m e t a l , el cual
no es t a n fácil que se rompa como un solo hilo
del mismo diámetro. Siendo el corazón, como
hemos dicho, de u n grueso determinado, si el
diámetro del cordón de cobre es m u y considera-
ble, la capa aisladora tiene que ser forzosamente
m u y delgada y en ese caso la capacidad electro-
e s t á t i c a del cable será m u y g r a n d e y puede des-
truir las v e n t a j a s del a u m e n t o de conductibili-
dad debido al diámetro del conductor, y por el
contrario, si este es m u y d e l g a d o , presentará
u n a g r a n resistencia eléctrica, que no podrá
compensar la disminución de capacidad induc-
t i v a debida al mayor grueso de la capa aisla-
dora. De a q u í se deduce que el m á x i m u m de ve-
locidad ó de capacidad de trasmisión corresponde
á u n a relación d e t e r m i n a d a entre el diámetro
del corazou y el del conductor, c u y a relación,
r e p r e s e n t a n d o el diámetro del corazón por D }
el del conductor por d, es s e g ú n Thomson
1)
= 1,649; de donde: d- —»
d 1,649
siendo 1,649 La raiz cuadrada de 2,718, base del
sistema de logaritmos Neptrianos.
De esta fórmula resulta un valor muy consi
derable para d respecto del de D, como se ve fá
cilmente atendiendo al valor del denominador,
y por lo tanto, la capa aisladora sería muy del
gada y se gastaría muy pronto, por lo cual no
convendría, aunque produjese un buen aisla
miento, á lo cual es preciso atender también y
muy particularmente.
En la práctica por lo tanto, se adopta una
relación mayor entre D y d, y en el cable del
Atlántico era de 3,18.
Siempre resulta alguna ventaja en aumentar
el diámetro del cordón, más bien que el grueso
del dieléctrico, cuando se quiere favorecer la v e
locidad de trasmisión; pero lo más conveniente
es el emplear para el cordón un cobre lo más p u
ro posible, porque de este modo aumenta su con
ductibilidad sin necesidad de aumentar su g r u e -
so, y sin que por lo tanto aumente la capacidad
electro-estática del cable. Esto es lo que se h a
procurado conseguir con el mayor esmero, como
lo prueba el que siendo 85,39 la conductibilidad
específica del cordón del cable de Malta á Ale
jandría, colocado en 1861, la del cable de la I n
dia Occidental y Panamá tendido en 1870. era y a
— 334 —
96,16, respecto de la del cobre puro representa
da por 100.
Resulta, pues, que el conductor de los ca
bles, al menos cuando son de mucha longitud é
importancia, debe componerse de un cordón de
hilos delgados de cobre de la mayor pureza po
sible, ó lo que tal vez es mejor, de un hilo cen
tral rodeado de otros más delgados.
El dieléctrico, además de poder adaptarse al
conductor y de permanecer unido á él conserván
dose entero y compacto, debe gozar de un poder
aislador considerable y de un poder inductivo
lo más reducido posible, á cuyas condiciones sa
tisfacen la guttapercha y la goma elástica, y
con especialidad esta última, por cuya razón la
capa aisladora de los cables se compone siempre
de una de estas dos sustancias convenientemen
te preparadas y mezcladas con otras que las ha
cen más á propósito para el objeto á que se des
tinan. La guttapercha se reblandece y se hace
plástica á una temperatura muy baja, por lo cual
no conviene para los cables de los climas cáli
dos, expecialmente para las costas y los sitios
de poca profundidad, debiendo preferirse en es
tos casos el cauchó ó goma elástica que resiste
sin alteración sensible la temperatura de la ebu
llición, sin que la resistencia eléctrica ó facultad
aisladora, disminuya hasta el punto de compro
meter el aislamiento del conductor, lo que n°
- 385 —
sucede con la guttapercha, cuya resistencia
eléctrica disminuye de un mxlo muy notable con
el aumento de temperatura; pero siendo inalte-
rable, según ha demostrado la experiencia,
cuando está debajo del agua, se emplea general-
mente en todos los casos en que no se halle ex-
puesta á uua temperatura elevada, ni á las va-
riaciones atmosféricas, como sucede en el fon-
do de los mares, y á la profundidad de un metro
por lo menos en la tierra.
Los distintos fabricantes preparan de diver-
sa manera la gattapercha, siendo una de las más
empleadas la de Willoughby Smith. La goma
elástica de uso más frecuente, es la de Hooper
que es un compuesto de cauchú, azufre, sulfu-
ro de plomo y óxido de zinc. Este óxido tiene
por objeto el impedir la acción que la goma elás-
tica ejerce sobre el cobre, y con el propio fin se
emplea un conductor de cobre estañado.
Para unir entre sí las capas de guttapercha y
estas al conductor, se emplea la composición
Chatterton, que es una mezcla de brea vejetal,
resina y guttapercha, y para la armadura e x t e -
n
°r la de Clark, que es otra mezcla de resina
mineral ó asfalto, sílice y brea.
OonsliMieolon do l o s c a b i o s
C o l o c a c i ó n do l o s oables
imrue-i
por
y supo
el cabl
se irá
si se d
pre q i
- 41-2 —
en este caso el á n g u l o q u e forma con el hori
zonte el trozo de cable pendiente del buque, y
que se llama ungido de inmersión, se conserva
c o n s t a n t e é igual al que corresponde al peso y
dimensiones del cable y á la m a r c h a del buque,
la teusion del mismo trozo de cable es igual á
la del freno, ó lo que es lo mismo, equivalente
al rozamiento del mismo, y la longitud del cable
depositada en el fondo del mar en u n tiempo
dado, es t a m b i é n igual á la d i s t a n c i a recorrida
por el buque en el mismo tiempo, y la operación
m a r c h a entonces perfectamente.
Si el cable se desliza con uua velocidad me
nor q u e la del b u q u e , la tensión aumenta, el
á n g u l o de inmersión disminuye y la longitud de
cable que c a e al agua es insuficiente para adap
tarse sin tensión al fondo del m a r , y entonces es
preciso aflojar el freno ó disminuir la marcha
del b u q u e , h a s t a que la tensión que marque el
dinamómetro y el á n g u l o de inmersión vuelvan
al estado normal.
Si por el contrario, el cable corre con más ve
locidad que el buque, caerá al a g u a un exceso
de cable q u e se arrollará en el fondo, prolon
g a n d o i n ú t i l m e n t e la línea con perjuicio de la
velocidad de trasmisión, y para evitarlo se debe
a p r e t a r el freno ó a l i g e r a r la marcha del buque
para restableeer la tensiou y el ángulo de in
mersión que corresponden. Si u n a parte del ca-
Lie se arrolla y forma cocas en el fondo, es pro-
bable (pie se destuerza la a r m a d u r a y quede ex
corazón al descubierto.
Así, p u e s , por el cálculo ó por medio de p r u e -
bas hechas p r e v i a m e n t e colgando un trozo de
cable de la popa del buque, y haciendo que este
marche con diferentes velocidades, se determina
el ángulo de inmersión que para cada u n a de
ei las resui t a , y después el cuidado del e n c a r g a d o
del freno se reduce á aflojarlo ó apretarlo p a r a
que el ángulo de inmersión, y por c o n s i g u i e n t e
la tensión, sea siempre la que corresponde á la
velocidad del b u q u e .
Marchando bien la o p T a c i o n . c u a n d o el fon-
do es horizontal, si la profundidad d i s m i n u y e
por elevarse el fondo, disminuye la l o n g i t u d del
truzo de cable que pende del buque y por 1) t a n -
to su peso, tirando con menos fuerza de la parte
de cable que pasa por la maquinaria. Disminuirá
por lo tanto la velocidad de é s t a , el dinamóme-
tro marcará u n a disminución de tensión y el á n -
gulo de inmersión irá a u m e n t a n d o , lo que a d -
vertido por el e n c a r g a d o del freno, se a p r e s u r a r á
¿aflojarlo g r a d u a l m e n t e con el mayor c u i d a d o
hasta restablecer la velocidad, la tensión y el
ángulo de inmersión normales. Si d e s p u é s b a -
ja el fondo y a u m e n t a la longitud del cable q u e
pende del b u q u e sucederá lo contrario y s e r á
preciso apretar el freno para c o n s e g u i r el mismo
objeto,
— 414 — V
Este método suele llamarse de inmersión se-
ffun una linea recta, porque la parte de cable col-
g a d a eu el a g u a , forma siempre u n a línea de es-
t a clase, que parece que se t r a s l a d a paralela-
m e n t e á si misma siguiendo la m a r c h a del buque.
El método de tensión constante consiste.en
conservar al cable en la polea de popa y por con-
s i g u i e n t e en el dinamómetro, una tensión mayor
que el peso de u n a longitud de cable superior á
la mayor profundidad en todo el t r a y e c t o , pero
inferior al módulo práctico d a n d o al freno una
presión c a p a z de equilibrarla. El cable forma
entonces u n a c a t e n a r i a e n t r e el p u n t o de suspen-
sión del buque y el de apoyo en el fondo. La ten-
sión en el primer p u n t o será i g u a l á la del se-
g u n d o , a u m e n t a d a cou el peso de un trozo de
cable i g u a l á la profundidad ó sea á la distancia
vertical e n t r e los apoyos, como sucede en los
hilos aéreos, y por c o n s i g u i e n t e , la tensión en el
fondo será igual á la que m a r q u e el dinamóme-
tro menos el peso de dicha longitud de cable; y
como este peso puede ser b a s t a n t e pequeño en
Jos sitios poco profundos, el cable puede resul-
tar tendido con una tensión considerable que
produzca su r o t u r a , especialmente si queda
colgado e n t r e dos p u n t o s á c a u s a de los acci-
d e n t e s del fondo, por más que el del mar no pre-
s e n t e u n perfil t a n d e s i g u a l como la superficie
de la t i e r r a .
I l o c o n o c l m l o n l o y p r u e b a s ele l o s
cables
100 la
del hilo de cu
experimenta, ecer la proporción:
x 0,25390 .25396
j
- 419 — V
:
X a
d^
q-X-d
d Xa
Kl segundo procedimiento es semejante al
que acabamos de explicar, y sólo se diferencia
en que después de cargado y descargado el con
densador y anotada la desviación, es necesario
aumentar ó disminuir el número de elementos
de la pila para que la descarga del cable sea de
la misma intensidad y produzca, por lo t a n t o , la
misma desviación que la del condensador, lo que
se consigue por medio de tanteos, c a r g a n d o y
descargando sucesivamente el cable el número
de veces que sea necesario; y si para obteuer la
desviación se han necesitado 8 elementos, por
ejemplo, para el condensador y 12 para el cable,
la capacidad de éste será:
12
3?=-~-X O.
Este método supone que todos los elementos
de la pila empleada son iguales y que están do
tados de un mismo potencial, lo cual, por lo re
g u l a r , no es exacto en la práctica, ni aun para
las pilas Minotto que son las más á propósito para
estos experimentos, por lo cual es conveniente,
determinar el potencial de l a s dos pilas en fun
ción de un mismo elemento, y para esto se carga
el condensador con el elemento elegido para tipo,
descargándolo después al través de un galvanó
metro sensible, a n o t a n d o la desviación, y luego
se introduce una derivación en el galvanóme
tro por medio de un reostato y cargando y des
c a r g a n d o varias veces el mismo condensador
con toda la pila cuyo potencial se quiere deter
minar, se varía la resistencia de la derivación
h a s t a obtener u n a desviación galvanométrica
i g u a l á la anterior, en cuyo caso, si representa
mos por la unidad el potencial del elemento tipo,
el de la pila entera estará representado por el
poder multiplicante de la derivación, que es en
general:
g\d
d '
siendo d la resistencia que acusa el reostato al
resultar una desviación igual á la anterior.
De esta manera podemos determinar el po
tencial de las pilas de 8 y de 12 elementos del
ejemplo anterior con relación á un mismo ele-
— 429 —
mentó, y las capacidades del cable y del con
densador serán proporcionales á estos p o t e n c i a
les, y si los representamos respectivamente por
P' y P tendremos:
x P' P' 7
^ - = - p - , de donde: x=rp XC .
Cuando se hace uso del galvanómetro de r e
flexión de Thomson, conviene suponer el cero en
un extremo de la escala, con lo cual, en la m a
yor parte de los casos, se evitará el tener que
acudir á una derivación.
Con un galvanómetro diferencial, puede d e
terminarse, por decirlo así de una.vez, la c a p a
cidad de un trozo de corazón, disponiendo el e x
a
perimento s e g ú n la figura 85 lámina 6. , en la
cual c es el condensador tipo y d el descargador
ó conmutador. Puesto el contacto de este con
mutador en b, se c a r g a n á la vez el condensador
y el cable y trasladando el contacto al punto a
se descargan s i m u l t á n e a m e n t e al través del car
rete á que e s t á n respectivamente unidos; y si la
a
goja del galvanómetro permanece en cero, es
evidente que las dos descargas son de la misma
mtensidad y por lo t a n t o el cable y el condensa
dor tienen la misma capacidad, puesto que ú n i
camente dos condensadores ó dos cables de i g u a l
capacidad, pueden recibir u n a c a r g a i g u a l de la
misma pila.
Si la aguja desvia en uno ó en otro sentido,
- 430 —
es señal de que las descargas son de diferente
intensidad, y si suponemos que la del cable es
la mayor, introduciendo una derivación por me-
dio de un reostato en el carrete correspondiente
al cable y variando convenientemente la resis-
tencia de esta derivación, se conseguirá que las
descargas sean iguales y por lo t a n t o que la
aguja permanezca en reposo, en cuyo caso la ca-
pacidad del cable será igual á la del condensa-
dor multiplicada por el poder multiplicante de
la derivación que, como liemos dicho repetidas
veces, es:
d '
Si por el contrario, la descarga del conden-
sador apareciese de mayor intensidad que la del
cable, se aplicaría la derivación al carrete del
condensador y la capacidad del cable sería en-
tonces igual á la del condensador dividida por
el poder multiplicante de la derivación.
Este procedimiento se funda en que las car-
g a s son proporcionales á las capacidades, y á las
desviaciones que producen las mismas cargas ó
las descargas inmediatas, teniendo en cuenta
que, cuando en el galvanómetro existe una de-
rivación, el verdadero valor de una desviación
es el que indica el galvanómetro, multiplicado
por el poder multiplicante de la derivación.
Así es que si una descarga produce una des-
— 431 —
"viacicm de 200 divisiones en el galvanómetro
Thomson con u n a derivación de-^-, la misma
descarga sin la derivación marcaria 2000, que
seria el verdadero valor de la desviación, si la
escala fuese de suficiente longitud.
Con el puente de Whealstone de relación v a
riable se puede también determinar la capacidad
de un corazón de cable, de la manera que indica
a
la figura 86, lámina 7. El lado I) está formado
por una de las series de hojas metálicas del con
densador, y el lado B por el interior del cable,
esto es, por el conductor que hace las veces de
armadura interior.
La otra serie del condensador y un polo de la
pila comunican con la tierra, como así mismo el
agua de la cisterna en que se halla el trozo de
corazón, el cual conserva aislado el extremo li-
hre. El descargador de palanca es d, y hallándo
se ésta en el contacto b y los lados A y C del
puente sin resistencia, ó lo que es lo mismo, con
todas sus clavijas, se c a r g a n el condensador y el
eable. Entonces se dá á los lados A y C u n a r e
sistencia en proporción de las capacidades del
cable y del condensador. Si se calcula que la del
primero puede ser mayor que la del segundo, se
deja en el lado A u n a resistencia mayor que en
^.y al revés si se supone lo contrario Al pasar
la palanca al contacto a, el cable y el condensa-
— 432 —
dor se descargan al través del puente y por lo
regular la aguja desviará á uno ú otro lado;
pero repitiendo varias veces la c a r g a y descarga
y variando al mismo tiempo las resistencias de
los lados A y C ó de uno de ellos, se conseguirá
que la aguja permanezca en reposo al verificarse
las descargas, y entonces, representando por x
la capacidad del cable y por c la del condensa
dor, tendremos, s e g ú n la ley del Puente:
365X90 \ .
w——==——438 megu/ims.
7o
Si consideramos que cuando la pérdida se r e -
«ace a la mitad en el tiempo ¿, es a = - ^ - e n la
fórmula de la página 413, haciendo esta s u s -
titución dicha fórmula se convierte en la si-
guiente :
86,56/
x— —-j?— megohm s.
8 6 5 6 X
^ ' T _ 86,56X4
X
0,3245" " 0,3245 0,3245x3
megohms, próximamente.
RESISTENCIA ESPECÍFICA DEL DIELÉCTRICO.—
Hemos dicho que la c a r g a electrostática de un
conductor es proporciónala la tensión y que la
pérdida que experimenta dicha carga al través
de los cuerpos que rodean al conductor, es tam
bién proporcional á la tensión. Así, pues, si un
conductor cargado á la tensión de 100 voltas.
tarda un tiempo dado en perder la mitad de su
c a r g a , otro conductor con la tensión de 50 vol
tas tardará el mismo tiempo en perder la mitad
de la suya, ó sea en reducirse á 25 voltas. pues
to que si bien este segundo conductor perderá
la mitad de electricidad que el primero, tam
bién su c a r g a es la mitad; es decir, que mientras
el uno pierde 50 el otro perderá 25, y cada uno de
ellos la mitad de la c a r g a . De aquí se deduce que
el tiempo que tarda un cable en perder la mita
de su c a r g a electrostática, es independiente de
la c a r g a , y por consiguiente del potencial de a
pila con que se c a r g a , ó sea del número de ele
mentos de que se compone.
También es independiente este tiempo de la
longitud del cable, puesto que la proporción de
perdida es igual para todos ellos y si la ten-
ón es vu uno doble que en otro, la pérdida lo
será igualmente y el caso es lo mismo que el
anterior.
Cuanto más delgada es la capa aisladora que
recubre el conductor, tanto mayor es la capaci
dad electrostática, y por consiguiente la carga
que puede recibir el cable; pero como la pér
dida al través de dicha capa, es también t a n t o
mayor cuanto menor es su espesor, resulta que
si con un grueso determinado la carga es como
100, con un espesor doble seria 50, y como mien
tras la primera perdía 50, la s e g u n d a perdería
25, ambas emplearían el mismo tiempo en d e s
cender á la mitad.
De aquí se deduce que todos los cables cons-
trudos con la misma sustancia aisladora, e m
plean el mismo tiempo en perder la mitad de su
carga cualesquiera que sean los diámetros del
corazón y del conductor, su longitud y la pila
con que se c a r g u e n .
Dicho tiempo, y por lo t a n t o el aislamiento
(
'e un cable, depende únicamente de la n a t u r a -
62a del dieléctrico, ó sea de su resistencia espe-
tyiea, la cual es por consiguiente uno de los
atosmás importantes para determinar las con
diciones de un cable.
ha resistencia especifica de los distintos d i e -
C O m
ricos, o la de todos los cuerpos, pudiera
29
— 450 —
determinarse formando con ellos cilindros ó pris
mas rectos iguales, ó sea de igual base y do .'a
misma altura y midiendo sus resistencias, y en
tonces los resultados quo se obtuvieran, re
sentarían la respectiva resistencia específica de
cada dieléctrico, la cual se podría referir á la
de uno de ellos, por ejemplo [á la del aire consi
derada como unidad ó como 100; pero tratándo
se de cables, por lo r e g u l a r s e toma como resis
tencia específica de las sustancias aisladoras la
de un cubo de la misma sustancia de un nudo ó
milla marina inglesa (1855 metros) de lado y se
deduce de la resistencia real de aislamiento de
una milla de-cable por la fórmula:
2,728i?
T= meg0hm
ToTD^d ^
en la que R es la resistencia de una milla de ca
ble determinada por los procedimientos corres
pondientes, D el diámetro del corazón, d el del
conductor y r la resistencia específica que 86
busca,
La resistencia por milla del cable trasatl ínti
co de 1866, era de 342 megohoms, y logD-M**
ó sea % — = 0 , 5 2 7 6 y sustituyendo en la fórmu
la-anterior tendremos:
2,728x240 932,976 „
.r~— ^ -— 1768 nieqonoiii»-
=
1 W 0 n r h n m S
0.5276 0,5276
- 451 —
A medida que se termina y prueba cada tro-
zo de corazón se empalma á los anteriores, y
cuando resulta la longitud del cable ó la s e ñ a -
lada para cada trozo, se procede á armarlo ó
colocar la armadura, d u r a n t e c u y a opera-
ción se experimenta para reconocer cualquier
delecto (pie pueda presentarse y poderlo reme-
diar e n seguida, con cuyo objeto se tiene el ca-
ble en circuito formando anillo al través de un
galvanómetro, t a n t o cuando todo el corazón se
baila en la cisterna, como cuando u n a parte se
halla fuera sometida á las operaciones que e x i g e
su fabricación, disponiéndolo de manera que al
•atarse una derivación accidental, se cierre
el circuito de un timbre de aviso. El g a l v a n ó -
metro marcará siempre una desviación corres-
pondiente á las derivaciones del cable uniforme-
mente repartidas en toda su longitud cuando c a -
rece de todo defecto, pudiendo entonces consi-
derarse que equivalen á una sola derivación de
resistencia determinada existente en la mitad ó
punto medio del cable, á c u y a derivación cor-
responde la desviación del galvanómetro. Esto,
81
u embargo, no es completamente exacto, por-
gue el aislamiento de los trozos de corazón ú l t i -
mamente construidos, es menor -que el de los
primeros, á causa de que el aislamiento de la
guttapercha aumenta con el tiempo, por cuyo
Motivo no debe experimentarse un trozo de cora-
— 452 —
zon, sino después de 15 ó 20 dias, por lo ménos%
de construido. Por lo demás, supóngase ó no la
derivación en el punto medio, siempre será de
una amplitud determinada y no podrá aumentar
sino á merced de una derivación accidental, cu-
ya presencia anunciará el timbre, ni disminuir
sino á causa de una rotura ó resistencia anor-
mal del conductor.
La resistencia del conductor puede determi-
narse siempre por medio del puente de "Weatsto-
ne, pero no la total de aislamiento, á no ser que
la longitud del corazón ó del cable que se experi-
menta sea considerable.
La de un trozo de una ó dos millas no cabe
dentro de la resistencia de estos aparatos; pero
como dicha resistencia va n a t u r a l m e n t e dismi-
nuyendo á medida que a u m e n t a la longitud, lle-
g a r á el caso de poderlos emplear con ventaja á
otro procedimiento.
La capacidad aumenta también con la longi-
tud del cable, y además, la descarga, que para
una longitud relativamente corta es instantá-
nea, cuando el cable tiene una longitud de más
de 200 kilómetros, la descarga dura un tiempo
apreciable y la aguja no recibe ya un golpe
seco, sino una impulsión que dura más ó menos
tiempo, en cuyo caso, no sucediéndose lo mismo
con la descarga del condensador, las desviacio-
nes no son comparables y es necesario añadir al
- 453 —
condensador u n a resistencia que prolongue el
tiempo de la descarga, ó emplear otro método
que no se funde en el salto de la aguja. Hemos
dicho que el a g u a de la cisterna en que se su
mergen los trozos de corazón, se mantiene á la
temperatura de 24° C; pero cuando el cable t i e
ne ya mucha longitud, la cisterna tiene que ser
muy grande y sería muy difícil elevar y m a n t e
ner á dicha temperatura una g r a n masa de a g u a ,
y entonces se hacen los experimentos á la t e m
peratura ordinaria cualquiera que esta sea, y
después se reducen los resultados á la tempera
tura normal.
Ya hemos dicho como se calcula la resisten
cia del conductor de cobre para una t e m p e r a t u r a
cualquiera, conociendo la temperatura durante
el experimento mediante el cual se determinó su
resistencia, y de una manera análoga se calcula
el aislamiento de un cable á la temperatura nor
mal de 24°C, por medio de la tabla de la resis
tencia de la g u t t a p e r c h a á diversas tempera
turas.
Supongamos que el aislamiento era de 360
megohoms hallándose el a g u a de la cisterna, y
por consiguiente el cable, á la t e m p e r a t u r a de
0
15 C. El coeficiente que en la indicada tabla cor
0
responde á 15 C, es 3,244, el cual indica que la
resistencia de aislamiento á 24°(7es 3,244 veces
menor que á 15°C, y por lo t a n t o dividiendo 360
- 454 —
por 3,244, resultarán 110 megohoms para el aisla-
miento del mismo cable á 24°C.
S e g ú n acabamos de indicar, cuando el cable
es de mucha longitud las desviaciones galvano
métricas producidas por las descargas de la elec
tricidad que se le ha comunicado no son compa
rables ni s e g u r a s , lo que depende de que siendo
muy considerable su capacidad electrostática
el menor cambio de tensión de la tierra ó de la
pila da l u g a r á la entrada ó á la salida del cable
de una g r a n cantidad de fluido eléctrico que no
puede producir indicaciones galvanométricas
que inspiren confianza. La tensión por el contra
rio varía de una manera más regular y constan
t e , y por medio de ella se puede juzgar con más
exactitud del estado de un largo cable, ponién
dolo en comunicación con la pila y con un elec
trómetro, y suprimiendo después aquella, se
aprecia fácilmente el tiempo que tarda eu des
cender de un grado ó á una parte determínala
de la c a r g a . En breve veremos cómo se puede
disponer el experimento para las pruebas de un
cable durante su inmersión, con arreglo á estos
principios.
PRUEBA DE LOS EMPALMES.—LOS empalmes
de los hilos cubiertos de g u t t a p e r c h a se ejecu
tan en la actualidad con bastante perfección;
pero como un solo empalme defectuoso de los
muchos que lleva un cable de considerable Ion-
— 455 -
gitud, seria suficiente para perturbar la t r a s m i -
sión, es preciso cerciorarse de que el aislamiento '
de todos ellos es igual, sobre poco más ó me-
nos, al de un trozo de la misma longitud del
misino hilo, que se halle en buenas condi-
ciones.
El medio que n a t u r a l m e n t e ocurre para r e -
solver este problema, es poner el conductor en
comunicación con un polo de una pila de m u -
chos elementos, llevando el otro polo á la tierra
y cerrar el circuito al través de la g u t t a p e r c h a
y de un galvanómetro, y las desviaciones de
este, probando sucesivamente el trozo del co-
razón y el empalme, nos darian la relación en
que se hallaban las resistencias de aislamiento
de uno y otro; pero se comprende que la r e s i s -
tencia de un pequeño trozo de corazón y de un
empalme, á no ser muy defectuosos, ha de ser
nmy considerable, y que por lo t a n t o la corriente
quépase por el galvanómetro, t a n débil que no
alcance á mover su aguja por sensible que sea
el aparato.
No sucedería lo mismo si, por decirlo así, se
recogiese esa corriente por un tiempo dado en
un condensador, porque entouces la descarga
del^ mismo al través del galvanómetro, seria
suficiente para desviar la aguja y para apreciar
la magnitud de la carga, ó poniendo el conden-
sador en comunicación con un electrómetro, la
- 45o* —
indicaría este con la desviación de su aguja al
cabo de cierto tiempo.
Este método llamado de acumulación, es el
único que puede emplearse en este caso,
efecto se coloca un trozo de un metro y 80 cen
tímetros de corazón perfectamente aislado, en
n n a cubeta de latón ó de zinc llena de agua,
dejando aislado en el aire uno de los estremos
del conductor. El otro estreno o se une al poli
negativo de una pila de 100 ó más elementos
Leclanché, ó de 200 por lo menos de sulíato de
cobre, y el otro polo se pone en perfecta comu
nicación con la tierra, y , por último, se une un
tornillo del condensador á la cubeta y el otro á
tierra. Es evidente que dispuesto el experi
mento de esta manera se carga el condensador
por inducción, y que descargándolo al cabo de
un minuto al través del galvanómetro de Thom
son, que es el más conveniente en este caso,
obtendremos una desviación. Después se repite
el esperimento colocando en la cubeta la paite
que lleva el empalme, en vez del trozo tipo.}'
si la desviación resulta próximamente igual a
la anterior, se considerará el empalme como
bueno.
En vez de poner á la tierra el polo positivo
de la pila y el tornillo del condensador que cor
responde á la serie esterior, pueden unirse.d
uno al otro, quedando así cerrado el circuito
- 457 —
con exclusión de la tierra, y los resultados serán
más exactos.
Empleando un electrómetro en vez de un
galvanómetro, se disponen los aparatos como
indica la figura 87, en la cual AB es la cubeta,
Cel condensador v Bel electrómetro. La elec-
tricidad que suministra la pila al trozo de cora-
zón que sirve de tipo, c a r g a por inducción el
condensador y el electrómetro, el cual marcará
un cierto número de grados al cabo de un t i e m -
po determinado, por ejemplo de uno ó dos m i -
nutos, y sustituyendo dicho trozo por el empal-
me se observará lo que marque el electrómetro
después del mismo tiempo, y por las dos indi-
caciones se j u z g a r á del aislamiento del e m -
palme.
Es indispensable que la cubeta, la pila, los
aparatos y los hilos de comunicación estén per-
fectamente aislados para que los resultados
sean exactos. La cubeta se suspende con tiras
de guttapercha ó se monta sobre un pie de ebo-
SHta,y la pila se coloca sobre apoyos de una de
dichas sustancias y se corta y rasca la g u t t a -
percha en los extremos del trozo tipo y de los
hilos de relación para que resulte una superficie
iresca, en cuyo caso la g u t t a p e r c h a p r e s e n t a
l l l l s
resistencia que cuando la superficie está
sacia y oxidada. Además pueden bañarse e s t a s
extremidades de la capa aisladora, con aceite
- 45S —
de parafina ó cubrirlas de esta sustancia, pre
viamente fundida.
Para reconocer si la cubeta y el cable están
aislados, se puede c a r g a r el a g u a ele la primera
con una pila de ocho ó diez elementos y descar
g a r después, si se emplea un galvanómetro; y
como la descarga es instantánea, si continúa
desviando la aguja, es indicio de que el empal
me es muy defectuoso y da l u g a r á una verda
dera corriente continua procedente de la pila de
100 elementos aplicada al conductor, ó que
existe una derivación por la superficie de la
g u t t a p e r c h a . Los efectos de esta derivación se
evitan rodeando un hilo de cobre sobre la gutta
percha cerca del estremo al cual está unida la
pila, y poniéndolo en comunicación directa con
la tierra, y de esta manera la derivación ó cor
riente que pudiera pasar del conductor á la su
perficie de la g u t t a p e r c h a y de esta al agua de
la cubeta, no influye en el experimento. Si se
hace uso de un electrómetro, después de car
g a d a la cubeta se suprime la comunicación con
la pila, y si el electrómetro pierde pronto su
c a r g a volviendo su aguja al cero, es prueba de
que h a y una pérdida por la cubeta, y °-s preciso
limpiarla ó aislarla mejor, ó por otra parte y se
busca y remedia el defecto antes de proceder a
toda operación.
También es necesario tener el mayor cuidado
— 450 -
eu descargar perfectamente la cubeta, el con*
densador y. el electrómetro, cuando se emplea
e s t e aparato, después de cada operación y m a n
tener en comunicación con la tierra todos los d e
más hilos cuando se experimenta el empalme
de cualquiera de ellos, si el cable tiene varios
conductores.
En este caso, si el cable es subterráneo y se
halla ya tendido, como la pila y los aparatos
se hallan al pié del empalme, donde se hace el
irimento, seria preciso poner el polo n e g a
tivo de la pila en comunicación con el extremo
del conductor cuyo empalme se t r a t a de probar
v
. que se halla á muchos metros de distancia,
lo que naturalmente presenta sus dificultades, y
para evitarlas, se deja un conductor sin empal
mar, el cual sirve de hilo de pila para todos los
demás uniéndolo sucesivamente á cada uno de
p
Hos en la estremidad del cable, mientras se
prueba su respectivo empalme, y después se eje
cuta el de este conductor auxiliar y se cubre de
gutta-percha, probándolo después ó prescin
díanlo de ello, en lo cual no hay g r a n incon
veniente si los demás han resultado bien hechos
}' es el del medio, que siempre está menos e x
puesto á derivaciones.
En una línea subterránea, compuesta de v a -
Nos cables de uu solo conductor, se procura que
todos los empalmes queden en los r e g i s t r o s , y
— 460 -
para la p r u é b a s e empalma provisionalmente el
extremo de cada conductor ai del siguiente, re-
sultando un solo cable de u n a longitud iguala
la suma de todos ellos, formando un zic-zae. El
primer conductor se deja sin empalmar en todo?
los registros y situando la pila y los aparatos
e n el primer registro, se prueba el aislamiento
de los demás cables que se hallan en el mismo
registro, uno después de otro, sirviendo el pri-
mer conductor de hilo de pila y después se em-
palma este conductor definitiva ó provisional-
m e n t e , y se pasa á probar de la misma manera
los empalmes del segundo r e g i s t r o , y así suce-
sivamente h a s t a el último registro, quedando
sin hacer los empalmes del primer cable, ó por
lo menos el correspondiente al último registro,
á cuya operación y prueba se procede, colocando
la pila en un estremo ó sirviéndose de un hilo
de pila auxiliar perfectamente aislado.
E
RECONOCIMIENTO DE LAS MUESTRAS Ó PEQ^ "
ÑOS TROZOS DE C.VBLE. —La resistencia del con-
ductor se determina por cualquiera de los me-
dios explicados oportunamente para la medición
de resistencias, y la de aislamiento por el méto-
do de acumulación que acabamos de exponer,
con lo cual podremos hallar la conductibilida
expecíñca del cobre que constituye el conduc-
tor, el aislamiento por milla ó por kilómetro j
el aislamiento específico ó resistencia espe
— 461 —
fica de aislamiento del dieléctrico ó capa aisla-
dora del cable.
La carga de un trozo de cable de corta lon-
gitud, ó de un pequeño condensador, es siem-
pre muy reducida aunque se emplee para car-
garlo una pila de muchos elementos así es que
la descarga no es s u ñ c i e n t e para producir una
desviación apreciable en el galvanómetro; pero
es evidente que u n a serie de descargas que se
sucedan con rapidez, m a n t e n d r á n la a g u j a m o s
° menos separada de su posición normal, s e g ú n
la intensidad de cada descarga, ó lo que es lo
mismo, según la capacidad del trozo de cable ó
d '1 condensador que se experimenta; y si se d i -
vide la desviación producida por esta rápida s u -
cesión de descargas por el número de ellas, se
obtendrá la desviación correspondiente á u n a
descarga y por su comparación con la que pro-
la descarga de un condensador tipo podre-
mos determinar la capacidad dei trozo de cable ó
del condensador de que se t r a t a .
asta serie de descargas se verifica en la p r á c -
ca uniendo el c o n d u c t o r a un resorte metálico
jue se hace oscilar rápidamente entre dos £ o n -
'Ctos, uno de los cuales comunica con la pila y
® otro con la tierra, al través del galvanómetro.
d l l
a vez que el resorte toca al primer c o n t a c -
o se carga el trozo de cable y al tocar al s e g u n -
de se descarga. El trozo de cable ha de estar
— 462 —
naturalmente sumergido en el a g u a y ésta en
perfecta comunicación con la tierra, hallándose
fuera de aquella sólo las extremidades, una de
las cuales se halla unida al resorte y la otra bien
aislada. Si se tratase de medir la capacidad de
un pequeño condensador, se pondria uno de sus
tornillos, el que comunica comía serie interior,
en contacto con el resorte y el otro q'ue corres-
ponde á la serie exterior de hojas ó láminas me-
tálicas con la tierra.
Considerando que la serie de descargas pro-
ducida por el resorte constituye en realidad uua
corriente y que la fuerza de esta corriente es
proporcional al seno del ángulo de desviación
que produce en un galvanómetro, Mr. Siemens
ha deducido la fórmula:
__ n sen a
X = - ^ - m i l l a s ó kilómetros.
o
Método de Varley.—Supongamos que en la
a
figura 85, lámina 6. , el cable que se representa
dentro del e s t a n q u e es el averiado que se halla
tendido en el mar y que el condensador c tiene
la capacidad de u n a longitud determinada del
mismo cable; poniendo en b la l e n g ü e t a ó p a
lanca del conmutador ó descargador d, el cable
tendido y el condensador, se c a r g a r á n de elec
tricidad y llevando después de unos 30 s e g u n
dos de electrización, dicha l e n g ü e t a ó palanca
al contacto a, t a n t o el uno como el otro se d e s
cargarán al través del galvanómetro diferencial
que representa la figura, y si por casualidad, la
aguja permanece en cero, la capacidad del c a
ble y del condensador serán i g u a l e s , y la l o n g i
tud del trozo de cable comprendido entre la cos
ta y la averia, será i g u a l á la longitud que r e
presenta el condensador. Pero por lo regular la
aguja desviará más ó menos al tiempo de la d e s
carga y s e g ú n al lado que lo verifique, la c a r g a
del cable y por consiguiente su capacidad será
mayor ó menor que la del condensador, y supo
niendo que es mayor, se introduce u n a deriva
ción con un reostato entre los tornillos B y C
extremidades del carrete á que está unido el c a -
- 510 —
ble, y por medio de una serie de c a r g a s y de des
c a r g a s sucesivas, y variando la resistencia del
reostato, se llegará á conseguir que la aguja
permanezca en cero al tiempo de la c a r g a y des
c a r g a , en cuyo caso, s e g ú n lo que hemos dicho
p á g i n a 430, la capacidad del cable será igual á
la del condensador multiplicada por el poder
multiplicante de la derivación que es \ sien
do g la resistencia del galvanómetro y d la de
la derivación, y como las capacidades de dos
trozos de un mismo cable, son proporcionales á
las longitudes de estos trozos, resulta que la
del trozo comprendido entre la costa y la avería,
ó sea la distancia de ésta, se obtiene multipli
cando la longitud que representa el condensador
por el poder multiplicante de la derivación in
troducida en el galvanómetro. De manera que
representando por X l a distancia buscada y por
L la longitud del trozo de cable de igual capa
cidad que el condensador tendremos:
d
En vez del condensador puede emplearse el
trozo de cable que representa y si es de un kiló
metro de longitud, resulvará:
. q\d.
T7 ,
X=—kilómetros.
d
Se comprende que si la longitud del trozo de
cable tipo fuese de uua milla, la distancia de la
avería estaría expresada en millas.
Método de De ¡Sa%ty,—-Está reducido á deter-
minar la capacidad del trozo de cable h a s t a el
punto de rotura por medio del Puente W h e a t s -
tone de relación variable, según indica la figura
a
86, lámina 7. , en la cual el referido trozo s u s -
tituiría al cable que está en el estanque y al
condensador c otro de la capacidad de una lon-
gitud determinada del mismo cable ó un trozo
del mismo de longitud conocida, y cuando c a r -
gando y descargando por medio del conmutador
ó descargador de palancas d, y variando las r e -
sistencias de los lados A y C, se consiga que la
aguja permanezca en cero, se tendrá en virtud de
la ley del puente que la relación entre las c a p a -
cidades X del cable y c del condensador, sea
igual á la relación de la resistencia R del lado
x R
A y la resistencia r del lado C, esto e s , — ==—
J
c r
y poniendo las longitudes x del cable y L del
trozo de la capacidad del condensador, en vez de
LR
Material aéreo.
]
0 centímetros respectivamente, y encima de e s
ta corona se coloca un grueso disco de made
ra dura que se sujeta á la cabeza del poste con
uno ó dos gruesos tornillos. Cerca del centro de
dicho disco h a y un agujero, donde entra la boqui
lla del manguito.
En la actualidad t a n t o el tubo vertical que
1(
aja de los depósitos, como el horizontal, son
de cauchú, componiéndose el segundo, de t r o
zos unidos por una cruz formada por dos tubos
de latón como el de las boquillas de los m a n g u i
tos, sirviendo uno de los brazos para dicha unión
mientras que á cada extremo del otro se adaptu
un manguito interponiendo un poco de estopa y
atando fuertemente con u n a cuerda.
- 556 —
Dispuesto todo como se ha dicho y colocados
los portes normalmente al tubo horizontal con
una inclinación de 45° y al alcance de las boqui
l l a s , se abre la llave del depósito. Debe tenerse
el mayor cuidado en colocar un alambre entre el
anillo de goma elástica y la cabeza del palo cuyo
alambre se retira antes de abrir la llave, para
que salga el aire, y en c u a n t o empieza á correr
el líquido por el agujero que resulta, se cierra
este con un golpe de martillo. La inyección de
un poste fresco de 6 á 8 metros dura unos 3
días, y cuando aparece la disolución formando
anillos concéntricos en toda la sección de la co
gulla y marca 0,66° en el areómetro, se consi
dera terminada 5 ó 6 horas después. Al retirar
cada poste se dobla el m a n g u i t o y se ata así
doblado para que el líquido no se vierta, hasta
que se coloca otro poste.
Los de 8 ó más metros de longitud, se in
y e c t a n por los dos extremos.
El procedimiento que se acaba de describir
ligeramente, es ei que, por lo regular se emplea
más ó menos modificado s e g ú n las circunstan
cias.
Las coronas y los m a n g u i t o s se encuentran
en el comercio; pero por razón de economía,
de cada una de aquellas se sacan cuatro o
más y también pueden adquirirse planchas del
grueso que parezca conveniente y se hacen las
— 557 -
coronas de uno ó dos centímetros de a n c h u r a .
La disolución que s e g ú n la experiencia, dá
mejor resultado, es la de uno por ciento, esto
es, un kilogramo de sulfato de cobre por cada
ciento de a g u a .
Este sulfato h a de ser lo más puro posible y
sobre todo no debe contener hierro, porque a d e -
más de que generalmente se cree que si no t o -
das, la mayor parte de las sales de este metal
perjudican á la madera, forma una capa visco-
sa sobre la cabeza del poste que impide la p e n e -
tración del líquido. Puede separarse la mayor
parte del hierro, formando una disolución con-
centrada, y dejándola expuesta al aire el mavor
tiempo posible, el hierro se deposita en el fondo.
Después se extrae con cuidado el líquido y se
añade el a g u a necesaria hasta que marque la
densidad conveniente que para la relación indi-
cada ha de ser de un grado del areómetro de
Üeaumé.
Una disolución demasiado concentrada se
cristaliza y rompe y contrae las células déla m a -
dera, y
S 1 e sdemasiado débil no surte el efecto
conveniente.
El a g u a ha de ser pura y limpia, y no debe
contener sustancias extrañas especialmente el
cloruro de sodio y la cal, porque el primero hace
soluble el sulfato de cobre combinado con les j u -
gos vegetales, y la segunda lo descompone y pro-
— 558 -
voca la destrucción de la madera. Puede privarse
6,1 a g u a de esta última sustancia vertiendo eu
ella un poco de ácido sulfúrico y filtrándola por
arena, lo cual debe hacerse además siempre que
esté turbia para que no forme depósitos sobre la
cabeza de los palos.
Los pinos de madera blanda, el álamo y otras,
reciben bien la inyección, cuando se someten á
ella dentro délos 15 ó 20 dias después de la cor-
t a ; pero las maderas duras son difíciles de in-
yectar.
Aunque los postes pueden permanecer corta-
dos un tiempo más ó menos largo, según la tem-
peratura de la época en que se corten, es preferi-
ble someterlos inmediatamente á la inyección,
porque entonces se verifica más pronto y mejor.
Ya hemos dicho que se considera un poste sufi-
cientemente inyectado, cuando aparece el sulfa-
to en toda la sección ó p u n t a de la cogolla; pero
t a m b i é n puede probarse con el ferrocianuro de
potasio haciendo una pequeña entalladura, y si
resulta un color pardo oscuro, puede darse la ope-
ración por terminada, siempre que haya la segu-
ridad de que los postes no h a y a n recibido más
sulfato de cobre que el que ha entrado por la coz.
En vez de construir una torre para dar al li-
quido la presión necesaria para que penetre en
los postes, puede obtenerse dicha presión por
medio de u n a prensa hidráulica, de una bomba o
- 559 —
de otra máquina á propósito para este objeto, y
además, cuando el número de postes no es m u y
considerable y su longitud no excede de 6 á 7
metros, puede emplearse un método bastante eco-
nómico que consiste en colocar los postes verti-
calmente ó con una ligera inclinación á lo largo
de un andamio, fijando en la coz, que ha de estar
hacia arriba, un embudo de plomo que se llena
de la disolución de sulfato de cobre, reponiéndo-
la cuando sea necesario. Para a u m e n t a r la ca-
bidad, suele labrarse la coz en forma de embudo
en el momento de someter los postes á la i n y e c -
ción, la cual por este sistema dura de 6 á 7 dias,
y por lo t a n t o doble que por el método anterior,
advirtiendo que en este caso es indispensable
9.ue no trascurran más de dos ó tres dias desde
la corta de los árboles hasta el momento de la
inyección, ni deben descortezarse h a s t a 15 dias
después de h a b e r sido inyectados.
El tiempo más á propósito para esta opera-
ción mediante el sistema Boucherie, es el otoño
y la primavera y aun el invierno en los países
en que las heladas no lo impidan, porque enton-
ces la sabia corre mejor, por ser más fluida y
l°s postes pueden permanecer cortados, dos ó
tres meses sin g r a n inconveniente.
Sistema de vasos cerrados.—Se colocan los
Postes después de secos, en grandes cilindros de
cobre, donde sufren primero la acción del vapor
— 560 —
de g u a el cual pasa después á un condensador
de a g u a fria, produciéndose por jconsiguiente el
vacío en el cilindro en virtud del cual sale el aire
que coutiene la madera y se abren sus puros,
para recibir la disolucionde 'sulfato de cobre que
debe estar caliente y¡ permanecer sometida du-
r a n t e una hora á una presión de 10 á 12 atmós-
feras.
Estos dos sistemas dan buenos resultados y
la aplicación de uno ú otro depende de las cir-
c u n s t a n c i a s . El primero necesita menos] capital
para su establecimiento, y puede emplearse en
ios postes recien cortados. Para el segundo, es
preciso esperar á que se sequen; pero es aplica-
ble en todo tiempo, á los que y a los estén.
Calcúlase que para inyectar un metro cúbico
de madera se necesitan cinco kilogramos y me-
dio de sulfato de cobre, costando la operación
u n a s 14 pesetas, resultando una peseta páralos
postes de 6 metros; 2 para los de 8; 3.50 para los
de 10 y 5 para los de 12 metros.
En este sistema se ha empleado una disolu-
ción de 2 kilogramos de sulfato de cobre por
100 litros de a g u a que viene á ser un dos por
ciento, con una t e m p e r a t u r a de 50 grados. El
g r a d e de pureza del cobre se reconoce de la ma-
nera que se dirá al t r a t a r del material de es-
tac ion.
El sulfato de cobre se combina con las partes
— 561 —
albuminosas de la savia, r e s u l t a n d o un compues-
to insuluble y por lo tanto resistente á la p u t r e -
facción. Si queda una parte de albúmina libre ó
de la savia sin descomponer, no se consigue el
objeto deseado, perdiéndose por lo t a n t o los g a s -
tos de preparación y dejando los postes en peoy
estado que si se hubieran cortado en época opor-
tuna y secado c o n v e n i e n t e m e n t e . E s , pues, i n -
dispensable que la cantidad de sulfato de cobre
sea suficiente p a r a que desaparezcan todas las
sustancias del v e g e t a l que p u e d a n fermentar, y
que penetre en todas p a r t e s . Por esta razón no
basta que al reconocer un poste anuncie la pre-
sencia del antiséptico en la superficie, es pre-
ciso que h a y a penetrado h a s t a el corazón y h a s t a
la médula, y que al aplicar el reactivo, resulte
una fuerte coloración. El ferrocjanuro de potasio
descompone el sulfato de cobre combinado con
la albúmina, formándose sulfato de potasa y un
doble cianuro que se precipita y da el color que
anuncia la presencia del cobre, y t a n t o más
intenso, c u a n t o mayor es la c a n t i d a d del metal.
Por pequeña que esta sea, siempre resulta al-
guna coloración; pero como decimos, para que
sea la suficiente, es necesario que en todas las
partes del poste aparezca tina fuerte coloración.
Inyección de la creosota.—La creosota pura es
líquido incoloro, pero adquiere color al con-
tacto del aire, m u y poco soluble en el a g u a y un
— 562 —
antiséptico muy poderoso. Disuelta en 30 partes
de a g u a forma un líquido en el cual se conservan
todas las s u s t a n c i a s o r g á n i c a s .
La inyección de los postes se verifica también
en vasos cerrados. Los postes después de secos á
la sombra y de n i n g ú n modo al sol, se colocan
en el cilindro, se hace el vacio y después se in
troduce la creosota, sometiéndola á la presión de
8 á 10 atmósferas por espacio de media hora ó de
una, según la naturaleza y estado de los postes,
puesto que en las maderas blandas ha de penetrar
más pronto que en las duras.
El resultado de esta operación varia según las
maderas, las condiciones del antiséptico, el clima
y el sitio donde aquellas se establezcan. Alga-
nos creen que la destilación de la brea debe ha
cerse á mayor temperatura de lo que se acostum
bra para obtener la creosota, á fin de que esta lle
ve algunos principios que contribuyen á la con
servación de la madera. Créese que los postes así
preparados, duran tanto ó más que los inyectados
de sulfato de cobre, colocados en las circuns
tancias más favorables. Un metro cúbico de ma
dera absorbe unos 14 litros de creosota. Tiene la
ventaja de que los postes creosotados pueden
emplearse en todos los terrenos, y los inconve
nientes de que quema las manos y la cara de los
operarios y que con el calor del sol corre de los
postes á la tierra, quedando aquellos sin ella,
- 563 -
aunque esto puede en parte evitarse embreándo-
los ó embetunándolos.
RECONOCIMIENTO DE LOS POSTES PREPARADOS
CON EL SULFATO DE COBRE.—El ferrocianuro de
potasio ó cianuro amarillo de potasa y hierro, es
un reactivo m u y sensible para el cobre, y c u a n -
do existe la seguridad de que la inyección se h a
hecho lealmente, es suficiente hacer una peque-
ña entalladura en varios puntos del p o s t e , y s
bañada con u n a disolución formada en la pro-
porción de 9 gramos de dicha sustancia en 10
litros de a g u a destilada, resulta u n a fuerte colo-
ración de rojo de ladrillo, la inyección es s a t i s -
factoria. Pero como además de que no todos los
postes quedan bien inyectados en el interior, p o r
tener duro el corazón ó por otra Causa cualquie-
ra, no se puede contar siempre con la lealtad d e
los hombres y la Administración está obligada á
cerciorarse de que lo que recibe cumple con t o -
das las condiciones de contrata, es indispensa-
ble cortar varios postes, por lo r e g u l a r el 5 por
100, para aplicar el reactivo y convencerse de
u^e ha penetrado suficientemente en toda la
niasa, porque n a d a tendría de particular q u e
cuando solo se e x i g í a l a prueba de la entalla-
dura de u n o ó dos milímetros, se considerarán
como perfectamente inyectados algunos postes
^ e solo habían recibido u n baño de sulfato de
cobre en un estanque ó á mano con una brocha;
— 564 -
y también á veces puede ser conveniente el vigi-
lar la inyección y reconocer el líquido que se em-
plea, pudiendo, para esto último, comparar la
densidad y el color de la disolución con otra que
se prepare con la misma a g u a y con la sal de co-
bre y a analizada y admitida como buena.
Pudiera creerse que es difícil confundir una
inyección h e c h a por inmersión ó con una bro-
cha con la verificada en debida forma; pero es
indudable que en los postes frescos y recien cor-
tados sometidos á cualquiera de aquellas dos
operaciones fraudulentas, penetra la disolución
cobriza á u n a profundidad increíble, especial-
mente en los árboles jóvenes y que han crecido
rápidamente.
En los postes así inyectados y en aquellos
en que no ha penetrado el líquido en el corazón
por tenerlo endurecido, sucede que este se pudre
quedando aquellos huecos como una caña.
No son estos los únicos procedimientos vi-
ciosos que pueden emplearse para la preparación
de postes, sino que también es muy posible que
se h a y a inyectado primero a g u a pura y después
el sulfato de cobre que bien pronto aparece en-
tonces en la cogulla, ó que se h a y a n sometido
á la operación unas c u a n t a s horas por la coz, y
otras t a n t a s por la cogulla, lo que demuéstrala
necesidad de ejercer la mayor vigilancia sobre el
taller y de reconocer los postes en debida forma,
no aojándose g u i a r por el aspecto exterior que
puede engañar m u c h a s veces. Es preciso cortar
algunos postes por varios puntos y que en todas
partes presenten una fuerte coloración al apli-
car el reactivo. Se requiere a l g u n a práctica para
conocer el color correspondiente á una buena
inyección ó tener muestras de maderas bien in-
yectadas, para comparar el color que dan, con
el que presentan los postes que reconocen.
Es ciertamente un cargo de conciencia y p u e -
de dar lugar á mucha responsabilidad, el reci-
bir postes mal ó imperfectamente inyectados,
porque después de pagarlos m á s caros, duran
menos que los que no han sufrido esta opera-
r o n , puesto que por lo regular se cortan en épo-
ca inconveniente y no están curados.
ha duración de un poste bien inyectado de
sulfato de cobre y plantado en localidad y sitio
conveniente, es de unos 20 años; pero como a u n
cuando la operación se h a g a debidamente, no
todos los postes quedan bien inyectados, ni t o -
dos se colocan en terrenos que no les perjudi-
quen, desde el primer año, se pudren algunos,
especialmente á flor de tierra, en la siguiente
Proporción: al 2.° año, el 1 por 1000, al 3.° el 4,
a
l 4.° el 9 y al 5.° el 16 y así sucesivamente.
El precio de u n poste de pino i n y e c t a d o de
sulfato de cobre es de 9 á 10 p e s e t a s , e n t r e g a d o
en los almacenes.
-
566 -
El peso, recien inyectados, es por término
medio:
Para el de 6 metros. . . 76 kilogramos
» » 8 120 »
» » » 10 180 *
El peso disminuye á medida que se van secan
do, por lo cual lo mejores pesar cierto número de
ellos, cuando sea necesario, y tomar el término
medio.
Hemos leido un procedimiento para determi
nar la cantidad de sulfato de cobre que contiene
un poste, que no creemos exacto y que además
no daria resultado. Consiste, s e g ú n se dice, en
tener cinco ó seis dias en a g u a destilada un tro
zo del poste que se t r a t a de ensayar, pesándolo
antes. Se supone que todo el sulfato de cobre que
contiene se disuelve en el a g u a y que evaporan
do esta se deposita dicha sal; pero como de la
combinación de dicho sulfato con las sustancias
albuminosas del v e g e t a l , resulta un compuesto
insbluble en el a g u a , lo cual es el fundamento de
este método de inyección, y sin lo que esta sería
inútil é ineficaz, resulta que el medio que se in
dica es inaplicable, al menos con el a g u a pura,
y en todo caso, solo podrá dar á conocer la canti
dad del sulfato libre, ó sin combinar que contiene
el poste, por haber sido inyectado con exceso.
También se dice al mismo tiempo, que el ferro-
cianuro de potasio, es blanco, lo cual tampoco es
- - 567 —
exacto porque tiene un hermoso color amarillo
de limón. Se conoce también con los nombres de
cia.noferrur o de potasio, cianuro amarillo de po
tasa y hierro, y áeprusiato de potasa, lo que con
viene tener presente para no incurrir en error.
POSTES DE HIERRO.—La industria produce
tres clases de este metal; el fundido 6 colado,
el forjado ó batido y el acero.
La fundición puede ser blanca ó gris. La p r i
mera resiste á la lima y se rompe golpeándola
con un martillo, por lo cual se le da también ei
nombre de agria ó de saltadiza. La segunda no
es tan quebradiza y es de más conveniente apli
cación.
El hierro forjado es más puro, granudo ó fi
broso y t a n t o mejor cuanto más fino y brillante el
grano. Divídese en dulce y agrio, distinguiéndose
aquél en que puede doblarse en frió y en c a
liente sin que se rompa, mientras que el otro se
quiebra golpeándolo. Si el hierro dulce se dobla
con demasiada facilidad, llámase blando y c a
rece de resistencia, por lo cual es de poca utili
dad. El hierrro dulce se corta en frío con umcin-
cel, y ei agrio se quiebra si se t r a t a de cortar
con dicho instrumento.
Los hierros son tableados, redondos ó cuadra
dos, s e g ú n la forma de su sección.
Los tableados se llaman flejes cuando su
grueso no pasa de 6 milímetros; platinas cuan-
- 568 —
es de 6 á 12 y llantas; Mantillas y carrones cuan-
do pasa de 12. A las chapas ó planchas de poco
grueso se le dá en general el nombre de palastro.
Los hierros redondos llámanse alambres has-
ta 7 mjm de diámetro, varillas hasta 27 y de
aquí en adelante barras, con la excepción de los
balaustres ó cabillas, cuando el diámetro es de
dos á tres centímetros. Cuadradillos son los
hierros c u y a sección es un cuadrado de un cen-
tímetro de lado. Hay otras formas de hierros que
pudieran llamarse compuestas, como son lasen
figura de y y doble y , los de cruz, los en forma
de canal y los en V ó zorés.
Todos estos últimos se emplean para postes
especialmente los en forma de cruz y de teja ó
canal, siendo muy á propósito los segundos pa-
ra el enlace de los cables con las líneas aéreas
y para las cajas de registro que suelen colocar-
se en estas para la localización de averías. Se
componen de piezas con pestaña plana que se
unen con clavos remachados, disponiendo las
tejas sobrepuestas y á juntas encontradas. Cuan-
do han de servir de unión ó de registro, llevan
u n a portezuela á la altura correspondiente, y en-
frente se hallan los tornillos que enlazan las
dos bandas, colocados sobre placas de madera ó
de ebonita.
Un poste de 7 á 8 metros en forma de y , cues-
t a en Francia de 18 á 20 francos, y los en fipu-
— 569 —
í'ade cruz, unos 37. Los demás son b a s t a n t e más
caros.
AISLADORES. —Ya hemos considerado los a i s
ladores, bajo el p u n t o de vista del aislamiento,
por lo cual sólo nos ocuparemos ahora de su r e
conocimiento, limitándonos á los de loza y á
los de porcelana en cuanto se refiere á las p r o
piedades de la masa de que se componen, p u e s
to que son los que casi exclusivamente se e m
plean eu las líneas telegráficas.
Reconocimiento de las dimensiones.—-Se h a c e
aso para este objeto, del cartabón ó escuadra de
la figura 95, lámina 8, que se compone de una
plantilla del perfil del aislador y de un brazo mo
vible dividido en milímetros.
Reconocimiento de la pasta.—Para que se
comprendan mejor las condiciones que ha de
reunir la masa que constituye los aisladores de
loza y de porcelana, será conveniente indicar
as sustancias que entran en la fabricación de e s
tos objetos.
_ Los elementos esenciales de toda pasta cerá
mica terrosa, son la sílice y la alúmina, y á ve-
C e s
la sílice y la magnesia, ó la primera y las dos
ultimas reunidas; de manera que por lo general
U u
a pasta cerámica hecha ó cocida es un silicato
de alúmina.
Las materias que s u m i n i s t r a n estos elemen-
s
> son el kaolín, las arcilllas, las m a r g a s arci-
- 570 —
llosas, la m a g n e s i t a y otras semejantes que son
más ó menos plásticas, ó que conservan estando
húmedas, la forma que se les dá.
A estas sustancias se a g r e g a n otras con e!
fin de darle las propiedades correspondientes al
objeto á que se destinan, ó que son necesarias
para la fabricación y bondad de los productos.
Si las arcillas son demasiado plásticas, es preci-
so desengrasarlas añadiendo cierta cantidad de
arena, cuarzo, escorias, amianto, tierras y acocí-
das y otras á propósito; y si se quiere que la pas-
ta sufra un principio de fusión y resulte vitrifi-
cada y más ó menos translúcida, se agrega un
fundente, un álcali como la sosa y la potasa, la
cal, feldespato y sus derivados, margas calizas,
yeso, barita, fosforita y otras sustancias.
Mr. Brogniart divide los productos cerámicos
en tres clases.
a
CLASE 1. —Objetos de alfarería.—ha. pasta
se compone de arcilla figulina ó que contiene un
poco de carbonato de cal, ó de margas arcillosas
desengrasadas con arena, escorias, polvo de otras
vasijas ú otras materias groseras. Están poco
cocidos, se rayan con un cuchillo ordinario y
producen un sonido sordo. Textura floja y porosa-
a
CLASE 2 . - Loza dura.—Comprende dos órde-
nes, la loza fina ó inglesa c u y a pasta se compo-
ne de arcilla plástica lavada y cuarzo finamente
molido, con la adición á veces de un poco de cal
— 571 —
; kaolín. La pasta es blanca, opaca y sonora, la
textura fina y apretada, barniz plomizo. Suelo
llamarse loza de pedernal ó de vivará,porcelana
opaca, y los ingleses piedra hierro. El segundo
orden lo compone lo que los franceses llaman as-
perón cerámico, cuya pasta se compone esencial-
mente de arcilla plástica desengrazada con a r e -
na, silex ó lo que llaman cemento que es el polvo
de restos de productos cerámicos molidos al efec-
to- La pasta es compacta, muy dura, opaca, so-
nora y de grano más ó menos fino, resultando
dos variedades de productos, los unos finos y d e -
licados y los otros groseros. En los primeros e n -
tra ei kaolín, sulfato de barita silex, yeso y fel-
despato. De esta pasta son los utensilios de quí-
mica, retortas, crisoles, etc.
CLASE3.* - Productos de pasta dura translu-
-Se divide en dos grupos comprendiendo
w primero las porcelanas duras en el sentido
e que resisten sin fundirse u n a alta tempera-
ura
' y el segundo las porcelanas Mandas, no
porque su pasta lo sea en el sentido común y
slc
o de esta palabra, sino porque se funden á
Qa
¡f temperatura inferior á la que necesitan las
U r a s a
P r a cocerse, y porque su barniz se r a y a
cou el acero.
porcelana dura ó de la China, se com-
pre de dos elementos principales, arcilloso é
1
ttsible el uno que es el kaolín, solo ó acompa-
— 572 -
nado de la arcilla plástica, de la magnesita o
de ambas; y el otro árido, desengrasante y fu-
sible, como el feldespato, la arena silícea, la
creta y el yeso, separadamente ó reunidas es-
tas materias en número y en proporciones dife-
rentes. El barniz es de feldespato solo ó mezcla-
do con yeso y nunca con plomo ni estaño.
Una buena porcelana de esta especie, debe
tener la pasta ó el bizcocho, como suele decirse,
sonora, dura y sólida, ó sea resistente al choque
y a l a presión impermeable, de trasl ucencia le-
chosa y capaz de resistir los cambios bruscos
y prolongados de temperatura. El barniz ha de
ser brillante, terso, i g u a l , sin resquebrajaduras,
y sin que pierda el brillo raspándolo con el
acero.
Porcelana blanda.—Comprende dos órdenes,
la porcelana blanda natural ó inglesa, y la ar~
tificial ó francesa. La pasta de la primera se
compone de kaolín, arcilla plástica, silex y hue-
sos calcinados, excepto los del caballo y del
puerco que dan color á la masa. El barniz es
feldespático. Es la única clase de porcelana que
se fabrica ó al menos que se fabricaba en In-
glaterra, donde la llaman piedra hierro de la-
China.
En Francia se fabrican dos especies de por-
celana blanda, la fina y la común. La primera
se compone de nitro, sal marina, alumbre, sosa
— 573 -
ae Alicante, yeso y arena, y á todo esto, tostado
y molido, se a g r e g a creta blanca y m a r g a c a l
cárea. En la pasta de la segunda entra la barrilla
de Alicante y la arena gris tostada, á lo cual se
agrega marga arcillosa y creta. Esta porcelana
es de gran tenacidad y resisteros choques más
violentos. La pasta de la fina es dura, fina, com
pacta, casi vitrea, traslucida y fusible á una al
ta temperatura y el barniz vitreo, trasparente y
bastante duro, aunque no t a n t o como el de la
porcelana dura ó infusible.
La porcelana que se fabricaba en el Retiro de
Madrid, tenia por base la m a g n e s i t a ó espuma
de mar de Ballecas.
Vemos, pues, que el carácter esencial de la
porcelana es la trasparencia, la cual se obtiene
introduciendo en la pasta u n a materia que se
funde á una alta temperatura, como los álcalis
sosa y potasa, y las sales de base terrosa, como
los sulfatos de cal y de barita. Esto no obstante
s
e debe advertir que a l g u n a s lozas duras son al-~
go trasparentes en las partes delgadas, y que si
bien en las porcelanas finas y especialmente en
las llamadas de la China, entra siempre el kao-
lin ó tierra de porcelana, h a y otras en que no for-
m a
parte de su masa.
Las propiedades de los productos cerámicos
.ya cocidos ó hechos, provienen de las materias
que entran en la composición de la pasta y de
- 574 —
las operaciones que constituyen la fabricación,
de donde resultan diferentes cualidades que con-
viene conocer.
D U R E Z A . — S e reconoce por la mayor ó menor
dificultad en rayar la pasta y el barniz con un
buril ó punta de acero, distinguiéndose cuatro
g r a d o s ; resultando el primero cuando los obje-
tos se r a y a n con el menor esfuerzo, el segundo
cuando sólo se consigue con un esfuerzo regu-
lar, el tercero cuando es preciso emplear toda la
fuerza posible, y el cuarto cuando no se consigue
con n i n g ú n esfuerzo. El bizcocho de porcelana
es inrayable, y lo mismo su barniz en general, y
por lo menos ha de tener u n a dureza de tercer
g r a d o . La sonoridad da ya u n a idea de la dure-
za. Así es que chocando una contra otra dos pie-
zas de porcelana, han de producir un sonido vi-
vo, metálico y superior al del bronce.
Textura.—Cuando las p a r t í c u l a s que com-
*ponen las materias que forman la pasta son de
la misma nsturaleza y tamaño, y están bien
mezcladas, resulta una t e x t u r a homogénea y la
fractura es de un aspecto i g u a l , uniforme y
agradable á la vista, sea mate ó brillante; pero
si la pasta es hetereogónea, la fractura es ru-
gosa, poco agradable, grosera y m a t e .
Tenacidad.—?^ la resistencia al choque, á
la presión y á los cambios de temperatura, y de-
pende de la t e x t u r a y de la facultad de condu-
- 575 -
cir ó nó el sonido. Las porcelanas duras se rom-
pen fácilmente por el choque, mientras que las
lozas ordinarias lo resisten más; pero se rompen
si se t r a t a de doblarlas.
Es difícil dar á una pasta cerámica todas las
buenas cualidades que debe poseer, porque si
la textura es floja y grosera, resisten al choque
y á los cambios de temperatura, pero no á la
presión, y son además porosas y por lo tanto per-
meables. Por el contrario, si la t e x t u r a es de
grano fino y apretado y muy sonora, se rompen
fácilmente por el choque, lo cual sin embargo
puede evitarse añadiendo á la pasta una materia
terrosa ó un óxido metálico, el de plomo, como
en la loza inglesa llamada de piedra hierro. Del
mismo modo, empleando un kaolín arcilloso, ó
añadieddo á la pasta cierta cantidad de arcilla
plástica, se obtienen porcelanas resistentes al
choque y á la temperatura.
Los fabricantes tienen recetas particulares
para dar á sus productos las cualidades conve-
nientes s e g ú n el objeto á que se destinan, y se-
gún se dice, la porcelana de los aisladores de
Prusia es 1-a mejor y la más á propósito para es-
tos aparatos.
De lo expuesto se deduce de qué manera se
n a
n de reconocer los aisladores en el caso de que
sean de loza dura ó de porcelana de primera ca-
lidad, como por lo regular se exige.
— 5 7 6 -
600; i ; ; 20; x—
De manera que la desviación que debia dar
e
' galvanómetro para que el aislador examinado
tuviese la resistencia fijada, habia de ser igual ó
menor de ^ de grado, es decir, que en este
caso la aguja no debia moverse y permanecer
fija al probar cada porcelana. De esta manera la
operación es breve, puesto que se reduce á ir
colocando sucesiva y rápidamente la varilla de
cobre en la cabidad de todos los aisladores, y á
retirar todos aquellos que produzcan alguna
desviación galvanométrica.
El mismo resultado se obtiene por el método
de la página 230, fundado en que las resisten
cias son proporcionales á los números de los ele
mentos que producen u n a misma desviación en
un mismo galvanómetro, lo que equivale á to
m a r l a constante con un solo elemento y ver des
pués los que han sido necesarios para que la re
sistencia que se mide, produzca igual desvia
ción.
La resistencia para tomar la constante es ar
bitraria, y por lo t a n t o puede emplearse la que
produce con un elemento de la pila elegida, la des
viación de un grado en el galvanómetro adop
tado, según se ha explicado en la página 194, y
determinar el número de elementos de que hade
constar dicha pila para que la desviación sea
también de un grado con la resistencia fijada
para los aisladores.
En Francia, según la agenda Dunod, se hace
uso para este objeto de un galvanómetro de 7000
— 581
unidades de resistencia, que con un elemento
1 . . 0 S E A CLTÍ
Marré-Davy, una derivación deI¿QQQ->
una unidad, y u n a resistencia de 10000, dá la
desviación de un g r a d o . La resistencia, pues,
para tomar la constante, es de 70,010,000, y
para que una pila de cien elementos de la m i s -
ma clase dé también la desviación de un grado
cuando la corriente pasa por los aisladores, es
preciso que la resistencia de estos sea cien m a -
yor, es decir, de siete mil uu millones de unida-
des. En la práctica se desechan todos los que
producen a l g u n a desviación con dicha pila y
galvanómetro.
En Italia emplean un galvanómetro cuyo hilo
dá mil vueltas en el carrete y u n a pila de cien
elementos de su sistema, teniendo a n t e s los a i s -
ladores doce horas en la disolución de u n a parte
de ácido y catorce de a g u a , y en I n g l a t e r r a u n
galvanómetro m u y sensible y u n a pila de 150
elementos Daniell; y en uno y otro punto des-
echan los aisladores que producen la menor des-
viación. Si se hace uso del galvanómetro Thom-
son, no es preciso acidular el a g u a .
En resumen, para el reconocimiento de que
se trata, se necesita un buen galvanómetro de
cinco mil ó más unidades de resistencia y u n a
Pila de ciento ó más elementos, se determina la
constante con una derivación y u n a resistencia
- 582 —
considerable, y por medio de u n a proporción se
deduce la desviación que corresponde á la re-
sistencia fijada para los aisladores, desechando
todos los que den una desviación mayor.
De otro modo, se determina la resistencia que
con u n elemento produce la desviación de un
grado, se calcula el número de elementos que
con la resistencia fijada para los aisladores dá
la misma desviación, y se desechan los que la
den mayor.
Debemos advertir que-antes de todo, es pre-
ciso cerciorarse de que los aisladores no han sido
bañados en aceite de parafina, en grasa ó en
otro líquido que impida que se mojen y que les
dé una falsa resistencia, como puede muy bien
suceder, lo que se conoce en que calentándolos
un poco manchan el papel y aun se les vé sudar,
y que como siempre, se debe aislar la pila, el
galvanómetro y la caja, no emplear más que hi-
los de relación bien cubiertos de guttapercha y
no olvidarse de que la varilla que ha de introdu-
cirse rápidamente en la cabidad de los aislado-
res ha de tener su m a n g o de ebonita, ó de otra
sustancia dieléctrica aunque sea el azufre ó la
resina. De otra manera bien se puede asegurar
que los resultados no serán ni con mucho exac-
tos, originándose los perjuicios consiguientes.
HILOS.—Los conductores aéreos deben ser en
general alambres de hierro dulce de buena ca-
•raBpiflg: — 583 -
lidad y recocidos, aunque a l g u n a s veces con
vienen los de acero, los de yerro llamado homo
géneo que es u n a especie de acero, los de hierro
agrio y sin recocer ó los de hierro ordinario.
En las líneas de mucha longitud y por consi
guiente de g r a n d e importancia, servidas por lo
regular por aparatos de rápida trasmisión, los
alambres deben ser de hierro de la mejor calidad
fundido, afinado y recocido con carbón vejetal,
que satisfagan en grado conveniente á las condi
ciones de conductibilidad, resistencia mecánica
y ductilidad.
La conductibilidad puede medirse directa
mente, ó apreciarse por la densidad ó por el pe
so de una longitud determinada con un diáme
tro dado.
La resistencia mecánica, ó á la rotura por
tracción, se determina estirando el hilo por m e
dio de u n a prensa hidráulica ó de otro aparato
semejante ó fijándolo por un extremo y colgando
del otro un platillo de madera, en el cual se colo
ca de una vez todo el peso que el alambre debe
soportar, ó por intervalos y cantidades iguales.
Para fijar el alambre á fin de someterlo á esta
Prueba por cualquiera de los dos últimos proce
dimientos, no deben doblarse las p u n t a s , sino
empalmarlas á los ganchos por el sistema b r i t a
nia. Los g a n c h o s pueden consistir en varillas de
uierro en que uuo de los extremos es un anillo y
— 584 —
Material de estación.
trañas.
V
P,V — 591 -
El zinc que presenta estas propiedades no
contiene por lo regular más que carbón, plomo
y un poco de hierro si se ha fundido en crisoles
de este metal sin revestir de arcilla. Los cilin-
dros que se emplean en las pilas eléctricas deben
ser de zinc laminado y no contener m a s q u e un
^ por 1 0 0 , á lo sumo, de materias e x t r a ñ a s . E x a -
minada su fractura y probada su maleabilidad
aunque sea golpeándolo con un martillo, se disuel-
ve en ácido clorhídrico, ó en ácido sulfúrico, y el
resto son las impurezas que se pueden separar y
pesar, y también puede disolverse en u n a diso-
lución de potasa ó de sosa á la temperatura de
la ebullición.
Estos cilindros, aun los de la pila Leclanché,
Q
ebian amalgamarse, operación sencilla que
consiste en bañarlos primero en una disolución
a e
acido sulfúrico, y extender después el mercu-
ri S 0 D r
° e la superficie, con u n a brocha. En dicha
Pda se emplea el peróxido de m a n g a n e s o , el cual
e b
e ser muy puro, cristalizado en agujas, se-
oso y brillante y con cierto grado de dureza.
Papel cinta.—Debe ser azulado para que no
enda la vista de los funcionarios encargados
e
la recepción telegráfica; pero no tanto que
0 S e
j^ distingan bien los signos, y bastante fuer-
para que no se rompa á cada momento.
[l
• Administración fija el ancho, la longitud
>' el peso de los rollos.
— 592 -
Los de papel de 12 mjm de*anchura, suelen
pesar 100 gramos con una longitud de 145 me-
tros, y por lo general se exige que la cinta re-
sista de uno a u n o y medio kilogramos de peso
aplicado gradualmente á un trozo de longitud
determinada.
Hay pequeñas máquinas á propósito para
comprobar esta resistencia; pero creemos que lo
más sencillo y lo más exacto, es colgar el trozo
de papel, que puede ser de la longitud de 10 cen-
tímetros, de una pinza de boca plana y tan an-
cha por lo menos como el papel, y sujetar al
otro extremo otra pinza i g u a l , de la cual cuelga
un platillo en el que se van echando pesos, hasta
que se rompa la cinta ó h a s t a el peso que ha de
sostener sin romperse. Es indispensable que el
papel quede igualmente estirado, porque si lo
está más por un borde qne por el otro, se rasga
con suma facilidad, y además deben probarse
varios trozos, porque por uniforme que sea la
p a s t a , no es posible que sea igualmente resis-
t e n t e en todas partes. También debe reconocer-
se si aquella contiene sales ú otras sustancias
que aumenten su peso indebidamente.
Material de oaTb-les.
milímetros.
La conductibilidad del hierro e s y - de la del
cobre ó sea 14 próximamente representando por
100 Ja de este último.
La resistencia de un hilo de hierro galvani-
144
zadoes cerca de Ohms por kilómetro á 15° G,
la de u n hilo del n ú m . 4, cuyo diámetro es de
6,045 mjm, 4,848 Ohms y la de u n hilo del núm.
8, diámetro 4,191 de 8,1 Ohms; lo cual no puede
ser más que aproximado porque la menor dife
rencia en el calibre, hace variar notablemente la
resistencia. E n Francia se considera que la re
sistencia de u n kilómetro de hilo de hierro gal
vanizado de 4 mjm de diámetro es de 9 Ohms ó
10 Siemens.
La resistencia del hierro aumenta cerca de
0,63 por ciento por cada grado centígrado de tem
peratura. El peso de la armadura de hierro cor
respondiente á u n a milla de cable está dado con
d^tv
0 LO
a l g u n a aproximación por la fórmula Q-Q^QI
2
que es lo mismo, por 11 ,6nd kilogramos, siendo
del diámetro y n el número de hilos.
Guttapercha.—Se e x t r a e , como la resina del
pino, de varios árboles de la India, especialmente
- 599 —
del Isonandra gutta que abunda en las islas Ma-
layas. Tal como se recibe en Europa contiene mu-
chas materias extrañas como arena, tierra, cor-
tezas de árboles y otras varias, délas cuales se
separa por la división, el lavado y la masticación,
resultando una sustancia de color oscuro que es
la guttapercha común ú ordinaria. Para puri-
ficarla es necesario disolverla en el alcohol, don-
de queda una materia blanca que es la gutta-
percha pura, compuesta de carbono y de hidró-
geno, constituyendo por lo tanto un carburo de
hidrógeno.
La guttapercha se disuelve en el éter, en la
creosota, en la bencina, en la brea mineral y en
casi todas las resinas; pero la brea vejetal y los
ácidos diluidos no ejercen acción sobre ella.
El aceite de parafina la reblandece, por cuya
razón no debe aplicarse sino en las partes que se
han de cortar. Se conserva mucho tiempo en el
agua y i se halla á cubierto de la luz y protegi-
s
haciendo a=^jt,=J=*.
2 2
La j u t a es una especie de cáñamo del Indos-
t a n más barato que eKde Europa, y el Formina
u n a especie de lino de Nueva Zelanda.
El agua del mar.—Veso específico, sobre
1,028. Peso del pié cúbico inglés, 29,039 kilogra-
mos y el de a g u a destilada 28,350. Pesan un me-
tro cúbico de a g u a destilada á su mayor densi-
dad 1000 kilogramos, el peso de un metro cúbi-
co de a g u a del mar será 1000 X 1,028=1028 H'
logramos.
- 6*3 —
La presión del mar es de 0,103 kilogramos
por metro de a l t u r a y centímetro cuadrado de
sección.
Se supone que á una profundidad mayor de
2200 metros la temperatura es constante é igual
á 4°.5 G. y que la agitación de la superficie no
se propaga á una profundidad mayor de 300
metros.
Terminaremos esta parte de nuestro trabajo,
manifestando que las fórmulas relativas al peso,
diámetro y longitud de los alambres, se deducen
de la ecuación P—VZ>, que nos enseña que el
peso de un cuerpo es igual al producto del vo-
lumen por la densidad. Un alambre es un cilin-
r
^ °j y como el volumen de éste se obtiene mul-
tiplicando el área de la sección por la longitud,
y entrando en la primera el diámetro, es evi-
dente que se puede determinar éste, el peso, la
mngitud ó la densidad, cuando todo lo demás
sea conocido.
a
La figura 96, lámina 8. , indica de qué ma-
nera se halla el área de la sección del almoha-
(
diado, la cual evidentemente es igual al área
el círculo que pasa por los centros de las sec-
ciones de los alambres de la armadura, menos
a
^ círculo que forman los conductores y las
persas capas de g u t t a p e r c h a , y menos, t a m -
len
5 la mitad del área de la sección de aquellos
0s D
- c esta manera resulta el área de la e s -
— 614 —
trella ó especie de rueda dentada que forma el
cáñamo. Cuando este se halla entre dos arma-
duras, el área de la sección es igual á la del cír-
culo que pasa por los centros de los hilos exte-
riores, menos la del que pasa por los centros de
los hilos interiores, de lo cual h a y que rebajar
a ú n la mitad de las áreas de las secciones de
unos y otros hilos. Asi se hallan las fórmulas
antes indicadas.
La figura 97, lámina 8, representa el caba-
llete para el empalme de los cables, y está to-
mada, así como la anterior y las tres siguientes,
de la Guia de los empleados de telégrafos, pu-
blicada por la Administración italiana.
x—-
f '
n
J la cual, x representa dicha distancia, R la
uerza que puede resistir el poste, r el radio de
a
' curva y / la tensión de los hilos á cada lado
a
cd poste, que es igual á la suma de las tensio
nes respectivas de los hilos, ó al producto de la
ension de uno de ellos multiplicada por su n ú
mero, si son del mismo diámetro.
En el caso de emplear tornapuntas, debe ba-
üa
-rse el corte de aceite, y asegurarlas con tor-
mllos ó clavos precisamente galvanizados ó eno
jados, porque de lo contrario el óxido y otros
- 620 —
compuestos de hierro que se forman, destruyen
la madera, y lo mismo debe hacerse con los pos
tes acoplados ó prolongados, cuyos zunchos y
pasadores deben también galvanizarse ó em
brearse, ó uno y otro, y u n t a r de aceite lasca
ras de las j u n t a s ó ensambladuras.
Además advertiremos que la cal común des
t r u y e la madera, cuando está en contacto con
tinuo con ella, por lo cual debe emplearse cuando
ocurra, la cal hidráulica ó el cemento hidráulico,
y que si fuera forzoso hacer uso de la cal ordi
naria, se h a de procurar que no toque á la made
ra, esté ó nó inyectada de sulfato de cobre.
Vanos de grande extensión .—Ya se ha indi
cado que deben evitarse en lo posible los gran
des vanos; pero en a l g u n o s casos son indispen
sables para atravesar los rios y los profundos y
anchos barrancos.
Un alambre suspendido por sus extremos ue
dos puntos más ó menos distantes que se hallan
á la misma altura, forma u n a curva que se lla
ma catenaria, y se dá el nombre de flechad
distancia que media entre el punto más bajo de
la curva, y la línea horizontal que pasa por los
puntos de apoyo. En el caso que se considera
corresponde dicho punto á la mitad de la distan
cia de los apoyos; pero si estos son de diferente
altura, se halla más próximo al apoyo más bajo.
Cuanto más corto es el hilo, ó cuanto más
— 621 —
se estira, menor es la flecha y mayor por con
siguiente la tensión que sufre aquel. Esta ten
sión no es igual en todos los puntos de la curva,
sino que va aumentando desde el vértice, donde
es un mínimo, hasta los puntos de apoyo; de
manera que en cada punto es igual á la que
existe en el punto más bajo, aumentada con el
peso de un hilo de una longitud igual á la dis
tancia vertical entre el vértice y el punto que
se considera.
Es preciso, pues, dar á la catenaria una fle
cha determinada para que la tensión no exceda
de la conveniente, dada la distancia entre los
apoyos, y además, no puede darse á la flecha
una longitud indefinida, porque el hilo llegaría
a romperse por su propio peso.
Suponiendo colgado un hilo con la flecha
correspondiente á la tensión que debe resistir,
s i
se aumenta la distancia entre los apoyos, dis
minuirá la flcch.a y aumentará la tensión, sien
do preciso aumentar la longitud del hilo para
que verificándose lo mismo con la flecha, la ten
sión se reduzca á la que corresponde.
Las flechas son proporcionales á los cuadra
o s de las distancias de los apoyos, de manera
que conociendo la flecha correspondiente á un
vano determinado, se puede determinar la que
Jebe darse á otro vano de distinta longitud. La
"echa que debe tener un vano de 1 0 0 metros
— 622 —
cuando el hilo es de 4 mjm y la tensión en el
vértice 80 Jtg es de 1,56 metros, y sise quiere
a v e r i g u a r la que corresponde á otro vano de 300
metros salvado con el mismo hilo y con igual
tensión, se tendrá la proporción:
2 2
ioo :30o : :I,56:/==I4,04^OÍ
J
"~ St '
en la c u a l / es la flecha, p el peso de la longitud
del hilo, a la distancia de los apoyos y t la ten-
sión en el p u n t o m á s bajo de la catenaria, ex-
presada en las mismas unidades que p, en ki-
logramos por lo r e g u l a r .
E s t a fórmula demuestra que la flecha es pro-
porcional al peso del hilo, y por lo tanto á la sec-
ción del mismo ó al cuadrado de su diámetro, y
al cuadrado de la distancia entre los apoyos y
que se halla en razón inversa de la tensión. Ta-
r a que la flecha fuese cero, en cuyo caso el hilo
formaría u n a línea recta, sería preciso que / ad-
quiriese u n valor infinito, puesto que ni p vi a
pueden ser cero. De aquí se deduce que no es
posible estirar u n alambre en línea recta, por-
que a n t e s de conseguirlo se rompería. Esto no
obstante, si el peso es pequeño y corta la distan-
cia entre los apoyos, la flecha puede ser muy w
— 623 —
flucida sin que la tensión llegue á la que pro-
duce la rotura del hilo.
Por otra parte, dando ala flecha la longitud
conveniente, se pueden establecer grandes va-
nos, de más de un kilómetro, sin comprometer la
resistencia del alambre; pero es necesario que el
perfil del terreno lo permita, pues de lo contra-
no, si no es posible que t e n g a la flecha que cor-
responde, la tensión necesaria para levantarlo
del suelo y para dejarlo á la altura debida, libre
de todo obstáculo, lo rompería infaliblemente.
Si los apoyos se hallan á distinta altura, se
considera la cateneria prolongada por el lado
más bajo y se t r a t a la cuestión como en el caso
anterior. Deben evitarse todo lo posible esta cla-
se de vanos, porque la mayor parte del peso,
carga sobre el apoyo más alto.
En los grandes vanos conviene emplear un
hilo delgado y muy resistente, siendo muy á
Propósito el compuesto, de acero y cobre interior,
ó colocar en el centro un alambre delgado no re-
cocido, y otro más grueso y también sin reco-
cer, ó mejor a ú n , del llamado homogéneo en los
extremos, donde sufre el mayor esfuerzo, empal-
mándolos por el sistema britania.
La baja de temperatura contrae el alambre y
especialmente en los vanos cortos, una pequeña
disminución de la flecha puede producir un g r a n
aumento de tensión que cause la rotura. En
— 624 —
el invierno suelen cubrirse los hilos de nieve ó
de hielo; pero no es esta c a r g a la que los rompe,
aunque a l g u n a vez pudiera suceder, sino la dis
minución de longitud. Los vientos fuertes au
m e n t a n también la tensión del alambre y pue
den romperlos, como así mismo otras causas
accidentales, y para que resistan estos aumen
tos más ó menos rápidos y considerables de
tensión, es necesario que la que se le dé á una
temperatura media de 12°, sea tal que nunca
pueda llegar á la c u a r t a parte de la que el hilo
es capaz de resistir, ó sea á 10 kilogramos por
milímetro cuadrado de sección, lo que dá 120
para el hilo de 4 mjm. La tensión, pues, que de
be darse á este hilo, s e g ú n la longitud del vano
es la siguiente:
Longitud de los vanos: 20 40(60 100 metros.
Tensión correspondiente: 50 64|74 85 kilógs.
Líneas por ferro-carril.— Esta sujeta su
construcción á los mismos principios que las que
siguen un camino ordinario ó u n a carretera, por
lo cual sólo haremos a l g u n a s consideraciones
sobre el particular.
Opinan algunos que la línea telegráfica debe
seguir constantemente u n mismo lado de la vía
férrea, y m u y próxima á ella para que pueda
examinarse desde los trenes; otros no creen con
veniente que se planten postes en la convexi
dad de las curvas de la vía, porque en caso de
- 625 —
rotura caerían sobre ella y algunos recomiendan
que se lleve siempre á u n mismo lado de la vía
y á una distancia mayor que la longitud de los
postes á fin de que n u n c a puedan caer sobre los
rails.
En el primer caso es preciso que los postes
queden á u n a distancia del rail contiguo mayor
que la flecha de los alambres, porque de otro
modo, cuando el viento empuje á estos sobre la
vía, pudieran ser alcanzados por el tren.
En el segundo caso, la línea telegráfica pasa
tan pronto á u n lado como á otro de la vía,
siendo preciso elevar convenientemente los h i
los en los puntos que la cruza y asegurarlos en
los postes que forman el paso para que no pue-^
dan correr y bajar, si alguno se rompiese en u n
punto más ó menos cercano, y aun para mayor
seguridad debe emplearse en estos pasos u n
lulo delgado, como el de 2 m/m de diámetro,
que rompería fácilmente la locomotora, mien
tras que si e n g a n c h a uno de mayor grueso, an
tes de romper, causa averías de consideración.
E
n este caso y en el anterior, es preciso colocar
tos postes sobre los terraplenes, porque en los
aludes no ofrecerían seguridad, aunque pueden
forzarse con t o r n a p u n t a s enterradas, apoya
o s en u trozo de madera. Creemos que el ter-
n
c e
r procedimiento es preferible, porque la línea
estarnas s e g u r a y se ven mejor los defectos des-
40
— 626 —
de el interior de los coches, al menos las roturas
y otras averías aparentes, que son las que se
pueden distinguir desde un tren en rápido movi
miento.
Algunas obras extraordinarias.—Los postes
se implantan á u n a profundidad proporcionada
á su longitud y á la resistencia del terreno, sien
do por lo r e g u l a r en las tierras más ó menos com
p a c t a s , como las arcillosas, de la quinta parte de
su altura ó un poco m á s ; pero en la roca dura no
es necesario excavar hoyos t a n hondos; pero sí
el recibir el poste con hormigón hidráulico, por
que la cal ordinaria contribuiría á su destrucción,
especialmente si estaba inyectado de sulfato de
cobre. E n los terrenos areniscos, en los flojos y
en los cauces de los rios, es preciso colocar los
postes en hoyos más profundos ó reforzarlos con
g r a n d e s zócalos de manipostería ó de hormigón
hidráulico, cimentada á la profundidad del hoyo.
Estos zócalos deben tener la forma de un tronco
de cono, con un metro y medio de diámetro en la
base, pues de lo contrario son de poca utilidad.
Si el paso de u n rio no se verifica por medio
de un cable, es preciso colocar un poste, por lo
r e g u l a r de g r a n d e altura, á cada orilla, y cuan
do el terreno es bueno, es decir, firme y duro, de
arcilla compacta ó de arena y tierra virgen sin
remover, se implantan estos postes, como de or
dinario, en hoyos de la profundidad correspon-
- 627 —
diente, y en todo caso se proteje la orilla con
una estacada, cestones llenos de piedras ó por
otro de los medios que se emplean en las obras
de los rios; pero si el terreno es mediano ó malo
para fundaciones, es necesario reforzar los pos-
tes con g r a n d e s peanas de mampostería h i d r á u -
lica.
Cuando las márgenes de un rio son poco ele-
vadas y el cauce de u n a a n c h u r a considerable,
es indispensable plantar a l g ú n poste en sitio que
el agua baña, por lo menos en a l g u n a s épocas
del año,y darle u n a estabilidad y u n a altura muy
superior á la ordinaria, lo cual exige la construc-
ción de u n pilar como si se t r a t a s e de un p u e n t e .
Empiézase por reconocer el terreno con la tienta
ó sonda, y si resulta firme se echan los cimientos
y se levanta la construcción á la altura conve-
niente. Si el terreno es mediano, es decir de are-
ua y cantos rodados, es necesario acudir al em-
parrillado con durmientes y soleras, y por ú l t i -
mo si es malo, ó sea fangoso ó compuesto de tier-
ras ó arenas movedizas, es necesario comprimir-
l o
y sujetarlo con morrillo y pisón ó por medio
de pilotes, sobre los cuales, después de desmo-
lados y enrasados se establece el Zampeado con
^aviesas y soleras.
Empalme de los conductores aéreos con los w-
Ües de los túneles y su entrada en las estaciones.
~~Ya se h a dicho que los aisladores deben estar
- 628 -
al descubierto para que la lluvia los lave y el
viento los seque, y como en los túneles estarían
siempre húmedos y aún mojados por las filtra
ciones, darían lugar á derivaciones permanentes
que pudieran dificultar y aún interrumpir la co
municación, por cuyo motivo las líneas telegrá
ficas deben llevarse por encima de aquellos si el
.terreno lo permite, ó pasarlos por medio de ca
bles de cubierta de plomo ó encerrados en tubos
de hierro ó en canales, como se ha indicado en el
lugar correspondiente.
Si las paredes del túnel son de manipostería,
ó de paramento igual y regular, los cables se co
locan bien en escarpias ó ganchos interponiendo
un cuerpo blando, como el corcho, la goma elás
tica ó el cuero; pero si ofrecen grandes desigual
dades, aristas y puntas salientes, habria necesi
dad, ó por lo menos suma conveniencia, de colo
carlos en palomillas de igual salida, para que
queden en línea recta ó formando la misma cur
va plana que el túnel, porque si forman ángulos
más ó menos agudos en las escarpias, se pueden
deteriorar.
Para unirlos á los hilos de la línea, pudieran
prolongarse por el talud de las zanjas que pre
ceden á las bocas del túnel, siempre que se pue
dan enterrar ó cubrir convenientemente hasta
su caseta ó poste de amarre, según indica la
figura 99, lámina 8, donde se separan los con-
— 629 -
ductores haciéndolos pasar por los para-rayos,
si la longitud de los cables exige esta clase de
aparatos protectores. Si esto no es posible ó no
conviene por cualquier motivo, lo más sencillo
seria retener los alambres de la línea en una
palomilla situada dentro del túnel, cerca de las
bocas, y soldar á ellos los conductores de los ca
bles; pero como en estos sitios no deben colo
carse aisladores ordinarios, se sustituye la pa
lomilla por una caja como la que representa la
figura 98 con aisladores en forma de retorta, por
los cuales se hacen pasar los corazones de los
cables que al efecto se separan á cierta distan
cia de la caja, doblándolos un poco para que
las aguas de filtración no puedan correr por
ellos y penetrar en la caja. Cortando los conduc
tores dentro de ésta, y uniéndolos por medio de
tornillos, se tendría un registro, que pudiera ser
muy útil; pero la constante humedad que por lo
regular existe en estos subterráneos, aconseja
(
iue no se descubran ni corten los corazones, los
cuales se prolongan separados y con su corres
pondiente almohadillado hasta el poste de en
tronque. Este almohadillado se deteriora más ó
menos pronto, por cuya razón es preciso reno
varlo y embrearlo siempre que sea necesario.
Cuando la longitud de los cables pasa de dos
kilómetros se colocan para-rayos del sistema Sie
mens situados en una caja fija á un poste inme-
— 630 —
diato al de amarre de los hilos de línea, y á la
altura de unos dos metros. Dichos hilos están
sujetos á los aisladores de retención que lleva
este último poste, y á cada uno de ellos se suel-
da un trozo de hilo de cobre cubierto de go-
ma elástica, revestida de cáñamo embreado y
pintado al óleo con albayalde, y estos hilos des-
pués de pasar por los aisladores de retorta, en-
t r a n en la caja y se u n e n á los respectivos tor-
nillos de los pararayos ó descargadores de cor-
rientes atmosféricas, s e g ú n indica la figura 99-
La entrada de los hilos de línea en las esta-
ciones puede hacerse de u n a manera análoga,
poniendo dicha clase de aisladores en el tablon-
cillo de e n t r a d a , y lo mismo se ejecuta en lasca-
setas de amarre.
Ejecución de los trabajos.—-Se verifican por
b r i g a d a s pudiendo constar cada una de un capa-
t a z , dos celadores ú operarios prácticos en estas
construcciones y de diez jornaleros. Distribuido
el material, la mayor parte de la brigada se ocu-
pa en abrir los hoyos, y cuando se calcula que
h a y suficientes, dos hombres se dedican á poner
aisladores y preparar los postes que otros levan-
t a n , colocan en los hoyos y apisonan; mientras
que otros tres que van detrás, desarrollan el
a r a
alambre y lo empalman provisionalmente, p
que otros dos ó tres lo cuelgen después de ha-
eqr hecho y soldado los empalmes definitivos-
legando á u n poste de tensor se templa con el
aparato de tender lo que parezca conveniente, y
después haciendo uso del tensor se dá á los hilos
la tensión correspondiente. Si no se emplean r e -
tenciones y tensores, después de templado cada
trozo de unos 400 ó 500 metros se ata el hilo en
todos los aisladores.
Si el alambre no h a sido estirado en la fábri-
ca, se ejecuta esta operación cuando está tendi-
do en el suelo, atando cada extremo al poste más
inmediato y tirando varios hombrss de una cuer-
da atada ó e n g a n c h a d a al punto medio del alam-
bre, hasta que se conozca que este se h a a l a r g a -
do y queda recto y no anguloso.
El medio más sencillo de dar á los hilos la t e n -
sión ó la flecha conveniente, es el de interponer
en la trócola un pequeño dinamómetro que por la
flexión de un muelle indique la tensión, ó el em-
pleo de llaves de tensor con dinamómetro, al me-
nos hasta adquirir la práctica necesaria, p a r a
calcular por el esfuerzo que se hace, la tensión
del alambre, como se aprecia el peso de un obje-
to al levantarlo del suelo.
Puede también darse á los hilos la tensión
conveniente por medio de la altura á que h a n de
quedar del suelo en el punto más bajo, la que se
determina restando la longitud de la flecha, de
l a
altura á que se halla el hilo en el poste, y t o -
mando en u n a vara ó listón, la que resulte para
— 632 —
el vértice de la catenaria, y fijando esta vara en
el centro de u n vano situado en terreno sensi
blemente horizontal, se templa ó se afloja el hilo
h a s t a que quede á la a l t u r a conveniente, y lo
mismo se consigue, colgando u n a doble cuerda
del punto medio del alambre, con un peso al ex
tremo, y de la longitud indicada, cuya cuerda se
retira después, tirando de una de sus puntas.
Los encargados de la conservación y del en
tretenimiento de las líneas, suelen templar de
masiado los alambres para evitar los cruzamien
tos; pero esto es perjudical, y es preferible no
emplear más que el hilo estirado ó muerto y no
permitir empalmes, sino cerca de los postes.
No hablamos del caso en que el alambre tira
del aislador hacia arriba, porque eso no puede
suceder j a m á s en u n a línea, construida y con
servada con inteligencia, y si tal acontece en
a l g ú n poste, debe suprimirse este.
E n las líneas sólidas, bien construidas y con
servadas, deben atarse los hilos en todos los ais
ladores. E n los débiles y mal entretenidas, retar
daría mucho el remedio de averias.
Cuando h a y dos ó más vanos contiguos desi
g u a l e s , conviene retener los hilos en los postes,
porque de lo contrario, al dilatarse los alambres
por el calor, ó al ser levantados por los vientos,
correrán del más corto al m á s largo, resultando
u n a tensión diferente en uno y en otro, porque si
— 633 —
bien el alambre baja fácilmente, no sube del mis-
mo modo. La distancia vertical entre los hilos,
varia de 30 á 60 centímetros, según su número y
la altura de los postes.
La brigada que se ha dicho puede construir
al dia, tres kilómetros de línea de un solo con-
ductor en terreno blando como el arcillo-areno-
so, siempre que se organicen los trabajos y se
distribuya el material de una manera conve-
niente.
Por lo demás, esa organización y esa distri-
bución pueden ser m u y diferentes, según los
casos y las circunstancias, y al director de las
obras corresponde el adoptar las disposiciones
necesarias para que nunca falte material ni her-
ramientas, para que no se dedique á cada ope-
ración más que el número de hombres necesa-
rio, para que á n i n g u n o falte trabajo y para que
no empleen la mayor parte del dia en trasladarse
de un punto á otro.
Coste de las líneas aéreas—Es m u y variable,
puesto que depende del material que se emplee,
del perfil del terreno, de la naturaleza del s u e -
lo? de los precios elementales y de los medios de
trasporte en cada localidad.
El coste de un kilómetro de un solo conduc-
tor, construido por una brigada compuesta co-
mo se ha indicado y en terreno blando, puede
calcularse en España del modo siguiente:
- 634 —
Péselas.
MEDI
D AS uVTed.id.as métrico-decimales.
TIE3VOPO.
Estación Número Re-
DIA correspon del Cons Aisla sisten- Estación OBSERVACIONES.
correspon
diente. hilo. tante. miento. ciaX2. Sevilla. diente.
Corriente t e r r e s
1 Cádiz. 1 64 14 80 Húmedo Niebla
» tre de 4.° de Se
» » 2 16 76
villa á Cádiz.*
Córdoba. 10 62 Seco.
\
12 84 >
:
1* i i
TELÉGRMOS.
DISTRITO DE SEVILLA. Mes d e d e CENTRO DE SEVILLA.
Pruebas hechas por dicho Centro con (tal aparato), durante el mes ¡
expresado á las, de la mañana. Ntímer o del g
•
tros.
Aislam ¡ento
kiióaie tros.
Dista ncia
T I E M P O
Btro
tota 1.
i.
hile
tota
Resist
correspon-
diente.
11 to por por
kilómetro. kilómetro. Sevilla.
Estación
correspte.
Observaciones
I-1 1 Badajoz, 211 13 4,31 7100 2661 1498100 12.61 húmedo. seco.
i » 12 » 7700 2255 1624700 10,69 » »
Huelva. 87 13 4,00 2300 976 200100 11,22 húmedo. húmedo.
» a 12 4000 1600 348000 18,39 » »
— 642 —
TABLA de senos y t a n g e n t e s naturales.
Grados Senos Tangentes (irados i Sen >s Tangentes
Resistencia
de un hilo
Resistencia de 1 metro
N o m b r e s de los metales de 1 metro del diáme-
ó aleaciones. del peso de tro, de 1
nn g r a m o . mjm.
GRADOS GRADOS
centígrado. 2.a
centígrados,
0 1,0000
1 1,0039
2 1,0077
3 1,0116
4 1,0155
5 1,0194
6 1,0233
7 1,0271
8 1,0310
9 1,0340 9
10 1,0388 10
11 1,0427 11
12 1,0466 12
13 1,0504 13
14 1,0543 14
15 1,0582 15
16 1,0621 16
17 1,0679 17
18 1,0698 18
19 1,0737 19
20 1,0776 20
21 1,0815 21
22 1,0854 22
23 1,0892 23
24 1,0931 24
Para pasar de u n a tem Para reducir una tem
p e r a t u r a inferior á o t r a peratura superior á otra
superior se m u l t i p l i c a la inferior, se m u l t i p l i c a la
resistencia p o r el n ú m e resistencia p o r el n ú m e
ro c o r r e s p o n d i e n t e de la ro c o r r e s p o n d i e n t e d e la
a
columna 2. a
columna 4.
— 648 —
Resistencias en Ohms de un metro
de hilo de oobre del peso de un
gramo á diversas temperaturas,
en grados centígrados.
DESCRIPCIÓN DE VARIOS
ILAMARfIA
PESO POR ML
en en
sas. sas.
o
Tñ 1 -
!
a o
c
3
Ja
u o o o
*
s
09
te c
CABLES. S c: Xi CO
Oí iS
a s 3
z p-I 6 O s 3 < u
•
— 3,490f
Singapore ' intermedio. > > » 2,831 0,1030 0.443
1,500
Hong-Koug é Shaughai. 1870 685 300 200 1,100
1 - 1
- "
KILOGRAMOS
>
Baleares 1879 52,1 í )4,15 153,68 3079 98,14 100
—651 —
CABLES SUBMARINOS.
1
Diámelro RESISTENCIA
Capacidad
en
del del electrostática
milésimas dieléctrico
conductor a Ü4 microfara
de centígra
á 24 dos dias.
Pulgada inglesa. onegohms
centígrados
j
Conductibilirad especifi
Resislancia por milla en
ca-cobre puro.—100.
Especifica de inducion.
(aproximadamente)
Milla marina.
Corazón D.
Especíiica.
Ohms.
•c
ae Observaciones.
U
110 380 0,53781 6,25 84,79 190 1002 9,3486 0,0661 Corazón de guttapercha.
MILÍ
METROS.
3,70 10,70 0,59802 6,11 » 4925 9155 0,306 0,0671 Gutta de Henley.
CONSTANTES BE LIS PILIS ELÉCTRICAS MAS GENERALMENTE USADAS.
Polo negativo POLO POSITIVO e r h d £
CLASE zinc amalgamado en Sie-
en en Efecto
en útil.
de elemento.
sumergido en Materia Líquido
Voltas mens centros
centms
(Disolución d e sal C a r b ó n y
Leclanché. .1 a m o n i a c o en el próxido d e Sal a m o n i a c o ! 13 7,5 0,92
' agua. manganeso y agua. j 1,48
&
y
Cobre. Disolución de
sulfato cobre. 0,92 9 27,5 13,5 0,96 I
Meidenger. disco!.
cobre en el fondo. I ídem Cobre. Id. 0,92 4 15 11 0,70 [
Callaud. . . .| ídem Cobre. Id. 1,00 10 25 13
POP kilómetro
PESO
en
Hilera Diámetro PKSO Resistencia kilogramos
de en en en por milla
Biruingham milímetros kilogramos. Ohms. marina.
Material de linea.
Francia. Iioglaterra^
P o s t e s d e pino i n y e c t a d o de 6 á 7,
1
6-75 »
50 m e t r o s Uno
í d e m , idem d e 7,50 á 9 i d e m . . . 9-50 »
A l a m b r e g a l v a n i z a d o de 5 m / m
(charcoal) . T o n e l . 3
410-» 600-»
— — de 4 m / m
420-» 612-50
(charcoal) .
— — de 3 m / m
(charcoal) . 450-»
— c o m p u e s t o de 2, 5. . . Milla » ' 250
A l a m b r e d e a t a r d i á m e t r o 1,83
' 750-»
m/m' Tonel. 8
«
P E S E T A S .
Francia. Inglaterra.
Aisladores c o m p l e t o s sistema
prusiano, m o d e l o español Uno 1-12 »
Juegos de h e r r a m i e n t a s . » 40-» 35-»
Hornillos p a r a , s o l d a r . . » 2-90 »
Soldadores » 3-55 »
Sopletes 3-75 »
Soldadura de p l o m e r o s . 0
kilóg . 1-15 »
Cables s u b t e r r á n e o s 7 c o n d u c t o -
res, corazón 4, 5 m / m , c u b i e r t a
plomo kilóm. 0
2750-» »
Cables s u b t e r r á n e o s 7 c o n d u c t o -
res, corazón 4, 5 m / m tela e m -
breada 2000-» 2750-25
Cables s u b t e r r á n e o s 7 c o n d u c t o -
res, c o r a z ó n 5, 1 m / m c u b i e r t a
plomo 3475-» »
Cables s u b t e r r á n e o s 7 c o n d u c t o - »
res, corazón 5 , 1 m / m tela e m -
breada 2625-» »
Cable S i e m e n s c u b i e r t a de cobre
en hélice » 3570-»
42
ÍNDICE
Página.
PRÓLOGO 5~
CAP. I.—NOCIONES PRELIMINARES.—Fuerza electro
motriz —Tensión. —Fuerza electro-motriz y ten
sión de las pilas
Cantidad, intensidad ó fuerza de la corriente.—Ley
de distribución de la tensión.—Energía y po
tencial ..
Capacidad eléctrica.—Densidad eléctrica.—Unida-
des electro-estáticas absolutas 51
Induccion electro-estática.—Capacidad específica
de inducción.—Inducción dinámica 56
Identidad déla electricidad de todos los orígenes.
—Electricidad estática y dinámica 63
MAGNETISMO.— Magnetismo terrestre.— Inducción
magnética. — Electro-magnetismo. — Unidades
electro-magnéticas absolutas 71
CAP. II.—UNIDADES USUALES.—Volta, Ohm, Fara
dia y Weber.—Patrones ó tipos.— Diferentes
unidades eléctricas. . . . 87
CONDUCTIBILIDAD.—RESISTENCIA 99
CORRIENTES DERIVADAS.—Leyes de Kirchoff. . . 118
CAP. IH. —APARATOS.—Electroscopos.—Electró
metros.—DePeltier.—DeThomson.—Capilares. 126
CONDENSADORES. — Electrómetro condensador. —
Electróforo 131
GALVANÓMETROS. — Resistencia del galvanómetro.
—Caja de derivaciones.—Galvanómetro de se
nos.—De Tangentes. —De Gaugain.—Multipli
cador Tangencial.—Galvanómetro de Thomson.
—Marino.—Diferencial.—Diferencial de Clark.
—Galvanómetros de Bramao.—Galvanómetros
varios.—Voltámetro.—Balanza electro-magné
tica 137
I'uento de Wheatstone.—ídem de relación varia
ble.—ídem lineal.—Galvanómetro universal de
Siemens.—Fórmula de mérito de un galvanó
metro.—Resistencia que produce la unidad de
desviación.—Desviación producida por un ele-
mentó al través de un megohm 180
APARATOS AUXILIARES.—Reostato de Wheatstone.
—id. de bobinas.—ídem circulares.—ídem de
— 660 —
Página.
Thomson con nonius.—Conmutadores.—Inter
ruptores ó reotomos.—Manipulador inversor de
polos.—Descargadores . . - 200
CAP. IV.—MEDICIONES.—Determinación de la re
sistencia y del aislamiento.—Método de sus
titución.—De comparación.—Iníluencia de las
corrientes naturales—Método del anillo.—Otro
Método de comparación.—Método diferencial.
—Con el Puente de Wheatstone.—Con el galva
nómetro universal de Siemens.— Observacio
nes.—Longitud reducida 213
RESISTENCIA DE LAS PILAS.—Método de oposición.
—Por medio de un galvanómetro.—Método de
Thomson.—De Clark.—Por medio de la tensión.
—Con el Puente de Wheatstone 246
DETERMINACIÓN DE LA RESISTENCIA DE UN GALVANÓ
METRO 254
DETERMINACIÓN DE LA TENSIÓN.—Método de oposi
ción.—Por medio de un condensador.—Con los
electrómetros.—En Voltas 256
DETERMINACIÓN DE LA FUERZA ELECTRO-MOTRIZ.—
Por medio de un galvanómetro.—Método de
oposición.—De Poggendorff.—Con el galvanó
metro de Siemens.—Con el potenciómetro.—
Tanto por 1-00 de fuerza electro-motriz.—Id. en
voltas 263
DETERMINACIÓN DE LA FUERZA DE LAS CORRIENTES.
—Por medio de un galvanómetro.—Por otros
medios.—Determinación absoluta de esta fuerza. 2HU
CAP. V.— APLICACIONES.—Localización de averias.
—Falta ó escasez de circuito.—Exceso de cir
cuito.—Efectos de una derivación según la dis
tancia.— Cruzamiento.— Derivaciones.— Falta
de tierra.—Averias intermitentes ~°
CÁLCULO DE LA DISTANCIA.—Falta ó escasez de
circuito.—Exceso de circuito—Con el galvanó
metro diferencial.—Con el de Clark.—Con el
Puente de Wheatstone.—Con el galvanómetro
de Siemens.—Cuando no se puede disponer de
otro hilo.—Otro método (el de Blavier).—Por
medio de la tensión.—Cruzamiento.—Con un
galvanómetro diferencial.—Con el Puente de
— 6 6 1 —
Página.
Wheatstone ~3bT
INFLUENCIA DEL MATERIAL EN LA CONDUCTIBILIDAD
Y AISLAMIENTO DE LAS LÍNEAS.—Hilos.—Empal
mes.—Entrada de los hilos en las estaciones.—
Resistencia de las planchas de tierra . . . . 328
POSTES 337
AISLADORES.—Materia de que se componen.—For
ma y dimensiones.—Aisladores cubiertos. . , 339
MÉTODOS DE TRASMISIÓN.—NÚMERO DE ELEMENTOS.
—Diferentes métodos de trasmisión.—Circuito
abierto.—Cerrado.—Método de oposición.—Con
sideraciones.—Cálculo del número de elemen
tos.—Dimensiones délos elementos.—Comuni
cación simultánea por varios hilos.—Diversas
disposiciones de los elementos.—Elección de
ila 348
CAP. VI.—CABLES.—Conductor y dieléctrico.—
Construcción de los cables.—Módulos.—Resis
tencia absoluta.—Embalago trasporte y depó
sito.—Empalmes.—Empalme del conductor.—
ídem del corazón.—Empalme Siemens.—Em
palme de los cables 379
COLOCACIÓN DE LOS CABLES.—Cables aéreos.—ídem
subterráneos.—ídem subfluviales.—ídem sub
marinos 490
RECONOCIMIENTO Y PRUEBAS DE LOS CABLES.—Prue
bas durante la construcción.—Resistencia del
conductor 415
CAPACIDAD ELECTROSTÁTICA. — Su determinación
por medio de un condensador.—Con un galvanó
metro diferencial.—Con el Puente de Wheats
tone.—Por la fórmula de Jenkin.—Capacidad
específica 421
AISLAMIENTO.—Por medio de un galvanómetro.—
Por la pérdida de la carga.—Por la pérdida en
un tiempo dado.—Por medio de la capacidad,
—Con un electrómetro.—Por el tiempo que tar
da en descender á una fracción de la carga.—
Resistencia específica del dieléctrico.—Pruebas
cuando se han unido varios trozos.—Resistencia
del dieléctrico á diversas temperaturas.—Prue
bas de los cables de mucha longitud.—Prueba
— 062 —
Página.
de los empalmes.—ídem de l a s muestras ó pe-
q u e ñ o s trozos d e cable . 435
DETERMINACIÓN DEL MÓDULO Y D E LA RESISTENCIA
ABSOLUTA 462
P R U E B A S DURANTE LA COLOCACIÓN D E LOS C A B L E S . —
E n los c a b l e s s u b t e r r á n e o s . — E n los c a b l e s s u b -
marinos d e poca longitud.—Cable d e varios
c o n d u c t o r e s . — C u a n d o el c a b l e e s d e m u c h a
l o n g i t u d . — E n l a p l a y a . — E n el b u q u e . — ' M e m o -
ria d e Mr. W e b b 466
LOCALIZACIÓN DE A V E R Í A S . — C a b l e s n o c o l o c a d o s . —
Cables en alcantarilla y túneles.—ídem subter-
r á n e o s . — C a b l e s s u b m a r i n o s . — R o t u r a d e l con-
d u c t o r dentro d e la guttapercha.—Método de
V a r l e y . — M é t o d o d e S a u t y . — P o r el a i s l a m i e n -
t o . — R o t u r a d e l c o n d u c t o r y d e l dieléctri-co,
q u e d a n d o l a p u n t a d e a q u e l d e n t r o d e la
g u t t a p e r c h a . — Q u e d a n d o al d e s c u b i e r t o . — M é -
todo de Lumsden.—ídem de Clark.—Rotura
del r e v e s t i m i e n t o d e l c o n d u c t o r q u e d a n d o éste
entero.—Cables con dos ó m á s conductores.—
Observaciones.—Reparación del cable de Otran-
to á Vallona 500
LEVANTAMIENTO DE LOS C A B L E S . — E n a g u a s poco
p r o f u n d a s . — De m e d i a n a p r o f u n d i d a d . — E n
grandes profundidades
SISTEMAS DE TRASMISIÓN P O R LOS C A B L E S . — V e l o -
cidad de trasmisión 5ob
5 Í
C O S T E Y PRODUCTOS D E LOS CABLES "
C A P . V I I . — M A T E R I A L Y CONSTRUCCIÓN D E LÍNEAS.
— M A T E R I A L A É R E O . — P o s t e s de madera.—Sin
p r e p a r a c i ó n . — P r e p a r a d o s e n l a superficie.—
I n y e c t a d o s d e s u l f a t o d e c o b r e . — D e creosota.
—Reconocimiento de la inyección
B
P O S T E S DE HIERRO •
AISLADORES.—Reconocimiento de las dimensiones,
d e l a p a s t a y d e l b a r n i z . — R e c o n o c i m i e n t o elec-
trico *Z
HILOS.—Especificación y r e c o n o c i m i e n t o . • " ' cgg
MATERIAL D E ESTACIÓN roo
MATERIAL DE CABLES ' ' ' 614
CONSTRUCCIÓN D E LÍNEAS AÉRHAS. FI Q 7
B Á
TABLAS
663 —
ERRATAS PRINCIPALES.
24 8 XT
1
111 4
111 13 r
fiXrxr'
112 3 67-1
C
20
114 16 inversa directa
117 24 axe axl
450 25 240 342
511 19 x X
556
y otras* cogulla cogolla
612 22 Pesan Pesando
616 28 sección sección de
%ura 93 Balancos Palancas
i
7
Ir' * i i !