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COLEGIO BORJA 3 CAVANNIS

ANÁLISIS LITERARIO DEL LIBRO


“ME LLAMO TRECE”

NOMBRE: Matías Luna Silva


CURSO: 1ro Bachillerato “B”
FECHA: 16 de marzo del 2016.

1. BIOGRAFÍA DEL AUTOR

Liset Lantigua nació en Los Arabos, Matanzas Cuba; en 1976. Poeta y


narradora cubano – ecuatoriana. Ha recibido importantes
reconocimientos nacionales e internacionales por su obra, como el
Premio Nacional Darío Guevara Mayorga en las categorías de Novela y
Poesía; y ser incluida en la Lista de Honor IBBY. Tiene una maestría en
Literatura Infantil.

Ha escrito en Alfaguara Infantil y Juvenil lo siguiente:

 En un lugar llamado corazón (2009)


 Ahora que somos invisibles (2010)
 Gato ama a Lola (2011)
 Mi casa no es un naufragio (2012)
 Me llamo trece (Premio Nacional Darío Guevara Mayorga 2013).

2. RESUMEN POR CAPÍTULOS

CAPÍTULO UNO: Antonio empieza diciendo que él de origen como


palabra no sabe nada; la señorita Mery Vaca era la maestra de
Literatura, y que la historia que él contaría no sabría que se convertiría
en el novelón que será. Habla sobre la abuela Esmeralda que le gustaba
contar historias; me contó que en nuestra casa había un sótano que no
se abría nunca; Curuco era mi vecino que sí tenía familia completa con
mamá, papá y todo mientras que la de él era solo su abuela y Antonio.
Tenía su amiga Sofi también.
CAPÍTULO DOS: En el curso tienen problemas con la profesora de
Lenguaje y Literatura; es bastante molestosa; está empeñada en los
chicos a esa edad tienen problemas psicológicos y quiere a toda costa
demostrar su teoría, les ataca indistintamente; a Samy Cepeda le acusa;
porque envió una tarea de escribir un cuento que empiece con “había
una vez..” según el tema que estuvieran haciendo; pero a la maestra no
le parece lo que hizo Samy pero no le resulta su acusación. Mery Vaca
es la maestra que directa e indirectamente falta al respeto a los alumnos
poniéndoles apodos; un día Antonio estaba junto a sus amigos en el
patio y Mery Vaca le dijo. “Trece recoge ese papel del suelo”; todos se
burlaron del apodo. Cuando fue al aula, tomando lista dijo Trece y
Antonio no contestó; de castigo le envió a escribir un ensayo.

CAPÍTULO TRES: Comenzó a escribir Antonio su producción pero


como si fuera un diario para la maestra Mery Vaca; tenía que empezar
diciendo cuál era su origen y ahí es donde empieza su curiosidad;
porque él sabía muy poco de su origen; no entendía porque no vivía con
mamá y papá; y solo su abuela era la familia; cuando le preguntaba a la
abuela Esmeralda ella nunca contestaba sus inquietudes y le decía que
lo que sabía era suficiente y con eso debía vivir feliz. Un día la abuela
dejó abierta la puerta del sótano que ella cuidaba tanto que no viera;
entré cuando vi abierto y había colchones, una cuna flotante; escritorio
con pisapapeles, zapatillas de ballet, ropa, almohadas, etc. Me encontró
la abuela y me sacó del lugar inmediatamente a gritos. Empezó a llorar
la abuela y yo le pedí perdón por lo que hice. Me dijo que ella misma me
llevaría otro día al sótano; me rondaba en la mente las zapatillas de
ballet y el traje de bailarina que vi abajo.

CAPÍTULO CUATRO: Delio Cafetera siempre nos recordaba lo


malcriados que éramos, la lacra que él quería que nos sintiéramos
porque hubo en la cancha azul unos policías que se habían levantado
contra el Presidente y la ciudad entera se había paralizado. Los
profesores pasaban por las aulas diciendo que mantengamos la calma
que todo va a pasar, pero que no podemos salir. La mamá del Curuco,
Elenita fue a retirarle a su hijo y de paso me llevó a mí también, como
éramos vecinos. Mi amiga Cami se había herido patinando, el hielo se
había roto. Ese día fue lamentable; un fantasma había llegado a mi
casa; sacó a mi abuela y se la llevó; mi abuela antes de irse me dio las
llaves del sótano y me dijo: No las sueltes, y entendí que quiso decirme:
Antonio dejes entrar a nadie, eso no es nuestro. Ellos querían las llaves
de esa habitación para sacar todo de ahí y acomodar como querían,
pero no iba a permitir eso. Buscaban las llaves y no pudieron
encontrarlas.

CAPÍTULO CINCO: Tenía que entregar mi producción a la Mery Vaca y


aún no la había terminado; a estas alturas ya no me importa si la
profesora valora lo que escribo o no; me puse analizar porque me dicen
trece; solo porque era el trece de la lista; o porque es un número natural,
porque es el sexto número primo; porque es el trece el séptimo término
de la sucesión de Fibonacci; o acaso porque el trece es un número de
superstición como marte s13 o algo así. Aunque el trece es el número
sagrado de los Mayas, hay trece fases lunares; después de este análisis
creo que empiezo a sentirme orgulloso de llamarme Trece; pero llegué
nuevamente al principio de todo, mi origen; mi identidad, que estaba
encerrado en un sótano.

CAPÍTULO SEIS: Recuerdo cuando hablaba con mi abuela Esmeralda,


ella sentada tapada con un chall verde en el sofá; yo le decía que algún
momento de la vida tuve que haber tenido un padre, una madre, y ella,
que pasó con esto; mi abuela esa noche se dio modos para explicarme
solamente lo justo e indispensable; me enteré esa noche que fui hijo de
un petrolero que trabaja en Dubái y enviada dinero y fui hijo de una
bailarina que acababa de debutar en “El lago de los cisnes” de
Tchaikovsky, la noche en que un conductor borracho impactó el auto en
el que ella regresaba a casa. Mi padre siempre fue un papá ausente;
Fui al sótano y encontré una caja donde había papeles judiciales,
recortes de prensa, etc. Encontré que mi abuela se había casado con
mi padre ausente para poder quedarse conmigo, la casa estaba a
nombre de la abuela Esmeralda. La nueva locura sería entonces pasar
por loca a la abuela y mandarla al geriátrico y ellos instalarse en mi
casa; ellos son; el padre ausente, la novia y su hijo.

CAPÍTULO SIETE: El Curuco hizo enojar al profesor de Educación


Física, no se portó bien, tampoco contestó a sus preguntas, aunque me
parece que lo que quería es sacarlo de sus cabales para que Alberto o
Curuco reaccionara pero no le dio oportunidad. Quedamos en
encontrarnos con Sofi en El Español, ella pidió permiso con el pretexto
de hacer deberes, yo no tengo a quien pedir permiso; lloramos juntos
desde que nos encontramos, desde la partida de mi abuela yo no he
tenido ningún momento tierno con nadie hasta ese día; Sofi se había
enojado con su novio Lucho y por eso lloraba conmigo; consolándome
por todos mis problemas. El problema pasó cuando Lucho fue a verle a
su casa y Sofi estaba sola; primero le escuchó y luego le pidió que se
fuera; pero él reaccionó muy violento; no le hizo caso de que se fuera y
minutos seguidos la violó. Sofi se quedó sola en caso porque sus
padres salieron a dar una conferencia y ella no quiso ir. Sofi confiaba en
su novio, nunca pensó que podía ser capaz de hacer algo tan horrible
con ella. Fueron minutos terribles, a él no le importó hacerle daño y es
más se lo dijo.

CAPÍTULO OCHO: Cuando llegué a casa vomité y bajé al sótano, me


acordé de mi madre con Sofi; yo parecía un fantasma en mi propia casa;
desayunaban los dos, mi padre y su novia; ella está embarazada y llora
toda el tiempo; el petrolero ni la mira. Sofi no iba a la escuela, decían
que estaba enferma. Iba irme a la escuela una mañana y como siempre
la novia del petrolero lloraba, peleaba con él en el teléfono; cuando colgó
me pidió que le acompañara que no me fuera a la escuela y me dijo que
mi padre está con otra persona. Que le llame y le diga que venga que
ella le necesita pero yo nunca he llamado al petrolero y no lo iba hacer
por una desconocida que envió a mi abuela al asilo fuera de la casa y
lejos de mí. Después escuché que ella le gritaba diciéndole desgraciado
porque me haces esto; en eso si estaba de acuerdo en que el petrolero
era un desgraciado.

CAPÍTULO NUEVE: Llegué al colegio y vi a Sofi, ella se acercó y lloró


entre mis brazos, nadie sabía lo que le había sucedido, solo yo, ella
confiaba en mí; yo no quería fallarle pero no sabía qué hacer para
ayudarle; teníamos clases de arte pero el profesor de Química nos llamó
y nos dijo que nos había visto juntos que parecía que tenemos
problemas; él quería que Sofi supiera que puede confiar en él, que le
conocía desde chiquitita, si tenía algún problema, o si estaba llorando
era por el Lucho, que le avisara. Cuando se tiene un problema se
suponía que debíamos ir donde la psicóloga Adelfa Loma, pero nadie
confiaba en ella; todas las psicólogas nunca se callan lo que se les
cuenta, no son confiables. Bueno cuando llegué a casa la embarazada
me pidió de mala manera las llaves del sótano, yo por supuesto le dije
que no tenía y no se la di. Llamé a Sofi y le encontré bastante
deprimida, me preocupé demasiado, no sabía que hacer; pensé en
llamar a los padres y contarles todo. Suponía que Sofi intentaría
matarse.

CAPÍTULO DIEZ: Había pasado tres días de que encontré a Sofi


queriendo suicidarse tomándose esas pastillas y el sello rojo; no me
contestaba el teléfono; fui hasta su casa y el guardia no me dejaba subir
hasta el departamento; le convencí diciéndole lo que pensaba, accedió y
fuimos; al ver que no me contestaba abrimos la puerta y la vi toda ida sin
saber lo que hacía; su reacción fue decir: Imbécil te dije que no vinieras;
votó todo de su escritorio y las pastillas se regaron en todo su cuarto;
cuando salí de ahí llamé a su madre y no me contestó; marqué siete
veces y nada. Hasta eso Sofi, cerró la puerta y me quedé afuera. Se
vino a mi mente cuando a la abuela Esmeralda la llevaron al sanatorio,
fue horrible para mí esas escenas recordar. No dejé mensajes en el
teléfono de sus padres, solo pude quedarme fuera del cuarto de Sofi,
sentí cuando se quedó dormida llorando, y llegaron sus padres por fin.
CAPÍTULO ONCE: Pensé que este relato iba ser de mi vida, mi origen
señorita Mery Vaca, pero no fue así, más bien es el diario de mi vida;
aunque no va leer mi trabajo por lo que hizo con el Chupete, meterle
papeles en la boca fue demasiado, él contó a sus padres y ellos
denunciaron al Ministerio de Educación este abuso, pienso que mañana
a lo mucho vendrá y los directivos del colegio le darán el vire, que es lo
que merece; en primera instancia no iba a terminar mi trabajo pero luego
pensé que sí debo por mí mismo acabar con lo que empecé. Esta sería
la última clase que tendríamos con usted, y quise buscar en lo más
profundo de sus sentimientos algún acto positivo; porque siempre para
usted fuimos los mocosos de miércoles que se pasan de la raya, usted
decía que hay que replantearse en la vida los retos, quizás usted se
equivocó de profesión y nunca le gustó enseñar.

CAPÍTULO DOCE: Parece que las cosas en este colegio se mejoran;


Delio Cafetera empieza haciendo bien las cosas, la Mery Vaca se fue o
la mandaron por sus malas actitudes; el Lucho se cambia de colegio a
un mes de terminar el colegio; le recomendaron salir un tiempo de retiro
para que salga de sus adicciones. Sofi se enteró de que Lucho se fue,
ella tampoco estaba yendo a clases, hacía los deberes en casa y se
presentaría a dar los exámenes; necesitaba recuperarse porque parecía
un fantasma paseando y andando por ahí. Le conté que la embaraza se
pasó al cuarto de mi abuela Esmeralda porque era más grande y la cuna
le entraba ahí, el petrolero habló conmigo pero las cosas no cambiaron
en nada. Sofi me escuchaba lo que le contaba que visito a mi abuela
una vez por semana, que está con oxígeno y que las monjitas la cuidan
mucho. El petrolero hizo lo que mejor sabe hacer, irse; le dejó a la
embarazada sola como lo hizo con mi madre, parece que está tranquila.

CAPÍTULO TRECE: Los días pasaron y Sofi estaba esperando la


respuesta de un concurso de poesía, cuyo premio era la beca de
estudios en una universidad; parecía que ella había superado lo que le
sucedió; aunque no era la misma en algunas cosas; Sofi quería escribir
un libro con todos sus poemas, quizás esta sería una gran oportunidad;
agradecimos a los profesores por sus enseñanzas, por haber estado ahí;
luego nos llevaron al auditorio para rendir los exámenes de grado; Sofi
me pidió un abrazo de amigos; se lo di; fue como juntar su tristeza y la
mía; sus recuerdos y los míos. Cada cual hizo su vida como pudo y así
el tiempo transcurre en la vida de todos.

3. MENSAJE DEL LIBRO

Nos deja como mensaje que nuestros prejuicios no deben limitarnos


ante nada ni nadie; Antonio se puso un estigma porque la profesora
comenzó a llamarle Trece de apodo; si el reto que tuvo de escribir al
principio que bueno que se convirtió en una meta para él; porque a la
larga el termino su escrito y se dio cuenta que lo hacía muy bien. Así
mismo nosotros en la vida real tenemos muchos retos que a veces son
inalcanzables y con el pasar de los obstáculos se convierten en metas
que se pueden cumplir.

4. CRÍTICA PERSONAL (8 LÍNEAS)

El libro para mi tiene una trama diferente que los demás libros que
hemos leído; el hecho de que haya sido ganador del Premio Nacional
Darío Guevara Mayorga en el año 2013 dice mucho del mismo.

Me gustó leerlo; porque me animó a seguir adelante frente a cualquier


problema que tenga en la vida; me dio pena porque Antonio se quedó
solo con su abuelita siempre; su padre era un perfecto desconocido para
él. Y fue cruel lo que le hizo su padre, enviarle a su único familiar a un
asilo; en la vida real nos damos cuenta que no podemos confiar en
nadie; solo Dios será el único que siempre estará con nosotros para
cuidarnos, para amarnos y para proveer lo que necesitamos para vivir a
través de los que tenemos padres aún; en mi caso mis padres son
divorciados; pero siempre cuento con los dos cuando los necesito y eso
me hace sentir y ser un joven feliz. Y al igual que Antonio tengo a mi
abuelita conmigo, vivo con ella, me quiere, me cuida y nos
acompañamos mutuamente cuando mi mamá aún no llega del trabajo.
5. TRANSCRIBIR PARTE DEL CAPÍTULO QUE HAYA IMPACTADO Y
COMENTARLO.

“Me he ido de casa ya, Sofi, yo sé que me he ido. Estoy en el bosque,


ya ves. El sótano que me resguardaba es apenas el paso a esta
dimensión, lugar común en la mitología nórdica, ya sé. No aparecerán
leones ni faunos, tranquila. Trato de explicar lo que de puerta tuvo tu
abrazo de la mañana, una fortuna para la vida vertebrada e
invertebrada, e indispensable si uno necesita alguna vez un sótano para
llorar” Parte del capítulo Trece.

Escogí este párrafo porque a mí personalmente no me gustó el final de


Antonio ni de Sofi; los dos comparten grandes vacíos de existencialismo;
de tristeza de soledad. Cada uno tiene problemas diferentes pero
igualmente merecían tener un final feliz.

Sé que la realidad no es esa; la felicidad se construye cada día porque


como tal no existe; pero me deja un sabor de tristeza cada vez que releo
estas líneas.

Pienso que si me pongo en el papel de escritor, hubiera hecho que la


maldad del petrolero no salga bien; no hubiera permitido que la única
persona que Antonio amaba, le llevaran de su lado para que nunca más
vuelva a estar con él; indirectamente su abuela enfermó en ese asilo; y
Antonio quedó realmente solo; encima con la carga de un desconocida
en su casa por un tiempo y se quedó compartiendo la vida con una
perfecta desconocida como era la mujer embarazada que no tuvo mejor
suerte que su madre; quedó sola, porque el petrolero, Carlos, se fue
igualmente.

Con Sofi, pienso que Lucho debió tener un castigo, porque lo que hizo
marcó la vida de una persona. No una terapia nada más para salir de
sus adicciones.
Creo que la mejor enseñanza que nos queda es que la vida es como
una obra de teatro, no permite bajar el telón cuando queremos; por ello
hay que vivirla bien, sin temores, sin miedos, y reírnos de lo que nos
pueda pasar; sin olvidarnos que de nuestros actos daremos cuenta a
Dios en un futuro. Hay que ser buenos y no solo parecerlo.

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