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Batalla de Pichincha
Batalla de Pichincha
24 DE MAYO DE 1822
El arribo de Sucre
En enero de 1821 ocurrió otro descalabro para los patriotas en Tanizagua, situación
que los realistas aprovecharon para cometer tropelías en Ambato, Riobamba y
Cuenca.
Simón Bolívar valoró en su verdadera dimensión y repercusión geopolítica e
histórica la proclama octubrina guayaquileña, por lo que se apresuró a enviar apoyo
a los planes de los dirigentes.
El aporte del Libertador se consolidó con la presencia en nuestro territorio del joven
oficial Antonio José de Sucre, a partir de mayo de 1821. Además de los soldados que
llegaron del norte, los próceres octubrinos desplegaron febril actividad en la ciudad y
región para incorporar un mayor número de tropas y pertrechos que garanticen la
efectividad que se anhelaba.
Sucre estableció su cuartel general en Samborondón, cerca de Guayaquil, y allí dio los últimos detalles a la
estrategia que lo llevaría en camino triunfal a las faldas del Pichincha.
Episodios clave
La fidelidad a la causa republicana determinó que en Cone, en enero de 1821, los nuestros aplastaran a los
realistas que al mando de Francisco González avanzaban desde Cuenca a la Costa.
Lamentablemente el gozo de esa victoria no duró mucho, porque a pocas semanas, en Huachi, los realistas
ganaron ese segundo combate de igual nombre, que permitió al jefe español, Carlos Tolrá, avanzar a Sabaneta en
la actual provincia de Los Ríos.
Desde esta última población el oficial europeo propuso un armisticio de 90 días; Sucre, que en forma inteligente
aceptó el convenio, aprovechó el tiempo para reorganizar sus filas y solicitar más refuerzos al Protector San
Martín en el Sur.
La campaña final
En enero de 1822, Sucre salió en campaña definitiva desde su cuartel general en
Samborondón; estuvo en Guayaquil, pasó por Machala y Pasaje para cruzar la
cordillera. Alcanzó Yulug y siguió a Saraguro, donde recibió los refuerzos que envió
San Martín.
Al conocer sobre las maniobras patriotas y el auxilio que trajeron los comandantes
Juan Lavalle y Andrés Santa Cruz, los monárquicos, liderados por Tolrá, dejaron
Cuenca y avanzaron a Riobamba.
Cuando llegó la noche del 23, los jefes patriotas al mando de Sucre estudiaron las posibilidades de combate; el
exitoso estratega venezolano, que además conocía que sus enemigos ocupaban el Panecillo, ordenó pasar al Ejido,
norte de Quito, en otro abierto desafío a la agreste geografía del volcán Pichincha.
¿Quiénes pelearon?
En la Batalla del Pichincha, de hace 181 años, las escuadras nacionalistas formaron
una gran legión internacional que reunió no solo a soldados oriundos de Guayaquil,
Quito, Daule, Samborondón, Manabí, etcétera, -parte de la División Protectora de
Quito- sino a guerreros oriundos de Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Inglaterra,
Perú, Venezuela y otras naciones de este y otros continentes.
El ejército republicano que dirigió el general de brigada Antonio José de Sucre, se
formó por unos 3 mil hombres; el que defendía la corona y comandaba Melchor de
Aymerich sumó cerca de 2 mil soldados, sin tomar en cuenta los refuerzos ubicados
en el Panecillo y otros sitios estratégicos de Quito.
Los patriotas formaron los batallones Paya, Albión, Alto Magdalena, Yaguachi,
Trujillo y Piura; asimismo, los escuadrones Dragones del Sur, Granaderos a caballos de los Andes, Cazaderos
Montados y una Compañía de Caballería.
Los realistas integraron los batallones Primeros de Aragón, Tiradores de Cádiz, Ligeros Cazadores de
Constitución y los escuadrones Dragones de Granada, Dragones de Reina Isabel, Dragones Guardia del Presidente
y Húsares de Fernando VII.
Instantes supremos
La audaz maniobra que acometió Sucre desconcertó a los enemigos, quienes inmediatamente se pusieron al tanto
de ella por el trabajo de sus atalayas. El joven pero genial cumanés provocó a las huestes realistas, que cayeron en
la estrategia sin advertir las consecuencias.
Aunque las municiones y el batallón Albión aparecieron retrasados al generalizarse la contienda, los patriotas
mostraron mayor coraje cuando advirtieron que los españoles intentaban cortarles el paso para batirlos
completamente, aprovechando la demora del material y de los hombres.
La batalla alcanzó su mayor expresión antes del mediodía; no todos los hombres pudieron entrar en combate por
la difícil topografía del histórico escenario.
Al promediar el mediodía del 24 de Mayo los laureles de la gloria fueron para las escuadras republicanas que
lideró Sucre y que secundaron ejemplares figuras como Antonio Morales, José Mires, Abdón Calderón, José
María Córdova, Andrés Santa Cruz, Juan Lavalle y muchos otros personajes merecedores de permanente
evocación.
El 25 de mayo se firmó la capitulación que ratificó el triunfo patriota sobre la monarquía hispana; la Presidencia
de Quito (actual Ecuador) alcanzó su libertad definitiva por la semilla que en el momento más propicio fecundó
Guayaquil, con su revolución del 9 de Octubre de 1820 y que para regocijo eterno de la patria lo hizo en menos de
dos años.