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DEL BARRO Y FUEGO

Los ceramistas tradicionales del Perú heredaron, a lo largo de la historia, una parte de la
tecnología prehispánica y por otra, nuevas técnicas incorporadas durante la época colonial, entre
ellas, el arte de la cerámica. El arte de la cerámica se considera una actividad desarrollada desde
la antigüedad por el hombre peruano donde se refleja el entorno socio-geográfico del momento,
en lo cual se vino manifestando en varias regiones.

Por el norte, la cerámica de Piura se destacaba la técnica del paleteado y uso de sellos o
labradoras con diseños geométricos. Mientras que la cerámica de Cajamarca constaba de
técnicas de vidriado. Sin embargo, en Mollepampa, se encontró otras técnicas de moldeado y
paleteado.

Entrando a la cerámica Ayacucho, donde su centro alfarero está situado en Quinua, se


distinguen cerámicas de carácter utilitario y ceremonial. Entre tanto, en Puno, los pueblos
alfareros más reconocidos son Santiago de Pupuja y Pucará; donde se evidencian técnicas del
vidriado y el uso del torno de alfarero europeo.

Al igual que en Puno, la cerámica de Cusco también tuvo una irrupción europea lo cual
encontramos en su cerámica un reflejo de objetos llamados de transición técnica de iconografía
autóctona (andina) pero de forma foránea.

Por último, en la Amazonía tiene el grupo más representativo llamados Shipibo-Conibo,


ubicado en Ucayali, mostrando una técnica llamada Colombin y una decoración llamada Kené.

En sí, la cerámica ha formado una gran parte en el desarrollo cultural de nuestro país, mostrando
técnicas de alfarería donde se registra y narra parte del pasado peruano. Actualmente, este arte
sigue siendo vigente en diversos lugares como Chulucanas (Piura), Pucará (Puno), Quinua
(Ayacucho), Cusco y Shipiba (Ucayali), en lo cual mantienen las costumbres de su elaboración
artesanal proyectando su valor cultural y estético.

COLORES E IMÁGENES POPULARES

La pintura en el Perú es una expresión plástica, cuyos orígenes se remonta a la época


prehispánica, tiempo en el cual se emplearon distintos soportes y colorantes de origen mineral,
vegetal y animal. Los pintores nativos representaron su vida cotidiana y mundo sobrenatural con
un excelente manejo del espacio, del color y la forma, dentro de normas establecidas por su
cultura, en algunos casos libres de ellas. La imagen visual ha sido el recurso de expresión y
comunicación que mejor empleó el hombre andino.

En tiempos recientes y debido al fenómeno de la globalización, han surgido nuevas propuestas


plásticas, que toman como referencia la tradición pictórica existente en las comunidades andinas
y en los pueblos amazónicos.

Dentro de esta novedosa propuesta plástica de pintores populares que rescatan y ponen en valor
el bagaje cultural de sus pueblos destacan Carmelón Berrocal (Quechua), Félix Condori
(Aymara), Enrique Casanto (Asháninka), Víctor Churay (Bora), Roldán Pineda y Elena Valera
(Shipibo-Conibo), Lastenia Canayo (Shipibo-Conibo), entre otros.

Con esta aproximación a la pintura popular, tratamos de llamar la atención acerca de la


importancia de este tipo de expresiones plásticas, de rescatar del olvido pintores destacados en
su momento y de dar a conocer la necesidad de emprender estudios más profundos al respecto.

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