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Quiste óseo aneurismático


J. Cottalorda, D. Louahem, C. Jeandel, M. Delpont

Resumen: El quiste óseo aneurismático (QOA) es un tumor benigno, por lo general


solitario. Representa el 1% de los tumores benignos. El QOA es primario (70% de los
casos) o secundario (30% de los casos), y se desarrolla sobre una lesión preexistente a la
que puede enmascarar. Una translocación cromosómica específica, 17p11-13 o 16q22,
es característica del QOA primario. Aunque es un tumor benigno, el QOA tiene un alto
potencial de agresividad. La gran mayoría de los casos se producen entre los 10-20
años. La clínica está dominada por el dolor y una tumefacción. La fractura patológica es
infrecuente en el QOA. Desde el punto de vista radiológico, el QOA es una lesión lítica
metafisaria, redondeada, excéntrica y a menudo de gran tamaño. Esta lesión insufla y
expande el periostio y erosiona el hueso cortical de forma progresiva. En la resonancia
magnética (RM), una lesión ósea expansiva bien delimitada, una disminución de la
señal T1 con un aumento de la señal T2, un ribete periférico de baja señal realzado por
la inyección de contraste, numerosas celdillas y la presencia de niveles de líquido son
altamente sugestivos de QOA. El estudio por imagen sigue ofreciendo un diagnóstico
de probabilidad y debe confirmarse siempre con una biopsia. La resección quirúrgica
en bloque y la resección intralesional (raspado o saucerización) ± uso de adyuvantes
locales fueron durante mucho tiempo el tratamiento de elección. En los últimos años, los
tratamientos menos invasivos (embolización arterial selectiva [EAS], escleroterapia) han
primado sobre los tratamientos quirúrgicos. Son eficaces, tienen pocas complicaciones y
mucha menos morbilidad que la cirugía.
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Palabras clave: Quiste óseo aneurismático; Tumor óseo benigno; Tratamiento

Plan Jaffe y Lichtenstein como QOA, este término se ha man-


tenido, a pesar de que el QOA no es ni un quiste ni un
■ Introducción 1 aneurisma [3, 4] . Representa el 1% de los tumores benig-
nos [3, 4] . Su incidencia es de 0,14 casos por 105 personas [5] .
■ Fisiopatogenia 1 Puede verse a cualquier edad. La gran mayoría de los casos
■ Anatomía patológica 2 se producen entre los 10-20 años (el 90% se produce antes
■ Clínica 3 de los 30 años). Existe un ligero predominio femenino [5] .

El QOA es primario (70% de los casos) o secundario (30%
Pruebas de imagen 3
de los casos), y se desarrolla sobre una lesión preexistente
■ Diagnóstico diferencial 5 a la que puede enmascarar [6–8] . Una translocación cro-
■ Tratamientos 5 mosómica específica, 17p11-13 o 16q22, es característica
■ Evolución y pronóstico 10 del QOA primario. Aunque es benigno, el QOA tiene un
alto potencial de agresividad [9] . En un estudio epidemio-
■ Anexo A. Caso clínico 10 lógico de 411 niños con QOA primario, las localizaciones
más comunes fueron el fémur (22%), la tibia (17%), la
columna vertebral (15%), el húmero (10%), la pelvis (9%)
y el peroné (9%) [10] .
 Introducción
El quiste óseo aneurismático (QOA), que en su día se  Fisiopatogenia
consideró una variante de los tumores de células gigan-
tes [1] y más tarde una distrofia ósea seudotumoral [2] , sigue Según Lichtenstein [1] , el QOA es una lesión ósea reac-
siendo una lesión misteriosa. Individualizada en 1942 por tiva, secundaria a un desequilibrio hemodinámico que

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Volume 55 > n◦ 1 > marzo 2022
Descargado para Brunohttp://dx.doi.org/10.1016/S1286-935X(22)46098-9
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Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2023. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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provoca una considerable dilatación capilar como con- condroblastoma, osteoblastoma y displasia fibrosa. Estos
secuencia del aumento de la presión venosa. Se cree que estudios genéticos pueden ser interesantes para diferen-
este aumento de la presión venosa se debe a una trombosis ciar el QOA primario de los secundarios u otros tumores,
venosa o a una comunicación arteriovenosa anormal. como el sarcoma telangiectásico. Por lo tanto, el QOA pri-
Biesecker et al [6] midieron la presión intraquística en mario es un tumor y no una lesión seudotumoral (lesión
seis QOA. Demostraron que la presión intraquística era reactiva que simula un tumor), como se pensaba ante-
idéntica a la de las arteriolas. En su opinión, la hiperpre- riormente. Estos reordenamientos cromosómicos están
sión venosa se debe a una fístula arteriovenosa causada presentes con independencia del tipo (clásico, sólido) y
por una lesión inicial. Entonces, esta perturbación hemo- la localización (ósea o extraósea) del QOA. La transloca-
dinámica evoluciona por sí sola y puede hacer desaparecer ción detiene la maduración normal de los osteoblastos
la lesión inicial. Los autores plantean la hipótesis de que y está implicada en la producción de metaloproteinasas
el QOA es siempre secundario a una lesión preexistente. de la matriz (MMP) a través de la activación del factor
Esta lesión, al crear una fístula arteriovenosa, iniciaría el nuclear kappa B (NF-␬B). Las MMP desempeñan un papel
QOA. La hiperpresión expansiva así creada provocaría la central en la inflamación y la angiogénesis, promoviendo
reabsorción del hueso adyacente. Esta hipótesis supone el crecimiento y la rápida expansión de los QOA [17] . Esto
que el QOA, por su propia expansión, podría hacer des- explica el efecto de los agentes angiostáticos, citostáti-
aparecer la lesión iniciadora en dos tercios de los casos, cos y osteogénicos para promover la curación. A pesar
apareciendo así como un QOA primario. Esta teoría sigue de la activación del gen USP6, el QOA no tiene potencial
siendo controvertida [11] . maligno. Éste es un campo que está en constante evo-
Ratcliffe y Grimer [12] sugieren que un traumatismo lución. En 2020, Panagopoulos et al [18] informaron de
puede iniciar el desarrollo de un QOA. El «estímulo una nueva translocación cromosómica t(12;17)(q21;p13)
inicial» sería una alteración del flujo vascular intraóseo y responsable de una fusión LUM-USP6.
la hiperemia que se produce durante la fase de consolida-
ción. El mecanismo de la transición de callo fisiológico a
QOA sigue siendo desconocido. Es difícil explicar con esta
teoría por qué los QOA ocurren tan raramente después de
 Anatomía patológica
las fracturas. Aspecto macroscópico
Essadki et al [13] propusieron una teoría para la forma-
ción de los QOA diafisarios. Se cree que el QOA comienza La corteza aparece azulada, adelgazada y a veces incluso
en la superficie del hueso, en la unión de los sistemas vas- ausente. El periostio está intacto. En las formas activas, la
culares óseos perióstico y medular. Esto sería secundario a abertura del quiste provoca la liberación de un líquido
un asincronismo en la dirección de la circulación sanguí- hemático no coagulado, a veces con hemorragia no pul-
nea, lo que daría lugar a una oposición del flujo sanguíneo sátil [2] . En las formas inactivas, el quiste puede contener
entre los sistemas medular y perióstico en una zona de líquido sérico, similar al de un quiste óseo esencial [2, 19–21] .
penetración de este último. Al estar las presiones muy pró- En el corte, se observa la estructura esponjosa caracterís-
ximas, esta situación provocaría una ralentización de la tica del quiste con múltiples cavidades hemáticas que van
circulación sanguínea y un aumento de la presión local, desde unos pocos milímetros hasta 2 cm de diámetro,
responsable de la lisis ósea y del aspecto insuflado. La creando una formación multilocular [2] . Estas cavidades
infrecuencia del QOA diafisario podría explicarse por esta están rodeadas por un tejido blando, gris o parduzco, que
hipótesis. En efecto, las diáfisis tienen muchas menos recubre la pared, donde se puede identificar un compo-
inserciones ligamentosas o fasciales que las metáfisis. nente óseo. La cantidad de tejido es muy variable: hay
Para Campanacci et al [2] , el QOA no es un tumor. Su QOA sólidos y quísticos, con tejido limitado a una fina
histología y su evolución están a favor de una repara- capa en la pared y algunos tabiques [2] .
ción tisular por una hemorragia local; se desconoce el
«primum movens» de esta hemorragia. Se producirá una
fase de reparación con presencia de tejido osteolítico que Aspecto microscópico
«alimenta» la hemorragia. Se establece entonces un cír-
Predominan los lagos vasculares. Están separados por
culo vicioso que explica la expansión de los QOA. A veces
tabiques fibrosos, a veces anastomóticos. Los tabiques
el fenómeno disminuye y desaparece. Los QOA maduran,
están formados por tejido conjuntivo joven de celula-
se estabilizan y a veces curan de manera espontánea.
ridad variable. El índice mitótico puede ser alto. Este
Se han descrito varios casos familiares de QOA [3, 14] ,
índice mitótico no se correlaciona con la tasa de reci-
incluyendo gemelos monocigotos, hermanos, un padre y
diva [19, 22] . Este tejido conjuntivo contiene numerosos
su hija. Se ha descrito un caso en un padre y su hijo, con
fibroblastos, siderófagos, finos capilares sanguíneos, con
ambos afectados a la misma edad y en la misma localiza-
algunas pequeñas trabéculas osteoides y células gigantes
ción. Dos casos congénitos en recién nacidos pusieron de
multinucleadas que actúan como elementos osteolíticos
manifiesto la posibilidad de un defecto hereditario. Algu-
(similares a los osteoclastos). Este tejido conjuntivo es más
nas enfermedades hereditarias, como el síndrome de Goltz
celular y proliferativo en las formas activas, mientras que
o la enfermedad de Van Buchem, se asocian a veces a un
es más fibroso y maduro en las formas inactivas [2] . Suele
QOA [3] , lo que aboga por un factor hereditario.
haber osteogénesis reactiva.
Se ha descrito una translocación cromosómica espe-
cífica, 17p11-13 o 16q22, que implica a TRE17/USP6
(proteasa específica de la ubiquitina) [15–17] , en el QOA pri- Formas sólidas
mario. La translocación USP6 se encuentra en alrededor
del 75% de los casos. Oliveira et al [16] encontraron estos Esta entidad fue descrita por Sanerkin et al [23] . Repre-
reordenamientos de los genes USP6 y/o CDH11 en 36 de senta el 5-7% de todos los QOA [2, 24] . Estas formas son
52 QOA primarios. Estos reordenamientos sólo se encon- frecuentes en los huesos planos (pelvis, sacro) y en la
traron en células fusiformes y nunca en células gigantes, columna vertebral. No hay especificidad clínica para las
células endoteliales u osteoblastos. La presencia de estos formas sólidas. Desde el punto de vista radiológico, sue-
reordenamientos en un solo tipo de célula indica que no len tener un aspecto agresivo y pueden ser sugestivas de
se trata de una anomalía congénita, sino adquirida. Es malignidad (Fig. 1A). Los QOA sólidos se caracterizan por
posible que las células fusiformes con estos reordenamien- la ausencia o el tamaño muy pequeño de las cavidades
tos sean las «promotoras» de la formación del QOA. Estos hemáticas. Desde el punto de vista macroscópico, consis-
reordenamientos no se encontraron en los 17 QOA secun- ten en un tejido fibroso o granuloso, carnoso y friable, con
darios asociados con tumor de células gigantes (TCG), focos hemorrágicos. La osteogénesis reactiva los separa del

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Figura 1.
A. Quiste óseo aneurismático sólido con aspecto borroso de
la cortical y espolón de Codman, que podría hacer pensar en
un tumor maligno.
B. Aspecto insuflado de las corticales que están bien delimi-
tadas.
C. Niveles líquidos en la resonancia magnética.

A B C

tejido óseo normal. Desde el punto de vista histológico,  Clínica


están formados por pequeñas cavidades hemáticas sepa-
radas por gruesos tabiques fibrosos, ricos en elementos El dolor permanente o discontinuo presente desde hace
fibroblásticos e histiocíticos. El tejido colágeno es abun- varios meses es el motivo de consulta más frecuente. En
dante y las células gigantes son numerosas. Oda et al [25] el 25% de los casos se encuentra una tumefacción dura y
sugieren que el granuloma reparador de células gigantes palpable, a veces asociada al dolor [2, 24] . Más raramente, y
y la forma sólida de QOA son una única entidad. Podría dependiendo de la localización, la cojera, la rigidez arti-
tratarse de la fase terminal de un QOA debido a la proli- cular o una fractura patológica son reveladoras [3, 4] . La
feración fibroblástica. Esto explicaría por qué las formas fractura patológica, un modo frecuente de detección de
sólidas de QOA suelen tener un pronóstico excelente, los quistes óseos esenciales (QOE), es más rara en los
con curación sin recidiva, incluso cuando la exéresis fue QOA [2] , debido a la localización habitualmente excén-
incompleta [23, 25] . trica de los QOA, en contraste con las lesiones centrales
de los QOE [10] . Los síntomas están relacionados con un
traumatismo «revelador» en alrededor de un tercio de los
Formas de los tejidos blandos casos [2] .
Los síntomas de las lesiones raquídeas son específicos.
Song et al [26] revisaron los 30 casos registrados en Además del dolor, un tortícolis, una escoliosis rígida y
las publicaciones inglesas y añadieron seis nuevos casos. dolorosa [4] , una gran masa paravertebral o una fractura
Desde el punto de vista clínico, el diagnóstico se establece patológica pueden ser los primeros signos de alarma. Lo
por la tumefacción y el dolor. Las lesiones son intra o inter- más frecuente es que se afecte la pared posterior, pero
musculares, incluso subcutáneas. Se presentan como una también puede verse afectado el cuerpo vertebral, incluso
masa intramuscular sólida o multiquística, por lo general las vértebras adyacentes y las costillas. Los signos neu-
con osificación periférica. No hay conexión entre el hueso rológicos, como la compresión medular o radicular, son
y la tumefacción. En la resonancia magnética (RM), hay progresivos, debido al aumento del tamaño del tumor, o
una señal de intensidad intermedia en T1 y de interme- repentinos, debido al aplastamiento del cuerpo vertebral.
dia a fuerte en T2. El edema perilesional se visualiza en
casi todos los casos. Los niveles líquidos rara vez se ven.
También puede haber un ribete periférico de baja señal  Pruebas de imagen
en todas las secuencias, que corresponde a la osificación
periférica. Por ello, esta lesión puede confundirse con la Aspecto radiológico
miositis osificante. El aspecto patológico es el de los QOA
óseos. Un reordenamiento del gen USP6 puede ayudar al El QOA suele ser una lesión lítica metafisaria grande,
diagnóstico. ovalada o redondeada y excéntrica. Esta lesión levanta
y luego despega el periostio, erosionando la cortical de
forma progresiva [3, 29] . Mientras que en los huesos largos
grandes la lesión es más a menudo excéntrica en la metá-
Asociaciones tumorales fisis, aparece central en los huesos de menor diámetro
El QOA secundario es una lesión reactiva que se des- (cúbito, radio, peroné). A veces es inicialmente excén-
arrolla sobre una lesión preexistente a la que puede trica, pero acaba invadiendo toda la metáfisis y llega a ser
enmascarar [6, 7, 27, 28] . Así pues, se cree que entre el 30-35% más ancha que el cartílago de crecimiento, empujando
de los QOA son secundarios, sobre todo en asociación con las corticales (Fig. 1B). Los tejidos blandos están compri-
lesiones benignas (TCG, condroblastoma, fibroma con- midos y separados del QOA por un hueso cortical muy
dromixoide, osteoblastoma, displasia fibrosa, fibroma no fino, que a veces está parcialmente ausente. El QOA tam-
osificante, quiste óseo esencial), pero también con tumo- bién puede tener límites borrosos (Fig. 1A). Dentro de la
res malignos (osteosarcoma, condrosarcoma de células lesión se observan trabeculaciones finas y, más raramente,
claras, hemangioendotelioma). opacidades condroides algodonosas. El tamaño medio de
la lesión en la serie de Vergel de Dios et al [24] fue de 6,2 cm
(1-11,5 cm), pero se han descrito lesiones mucho mayo-
res. La lesión radiológica del QOA es casi siempre unifocal
Conclusión (excluida la columna vertebral), aunque se han descrito
El QOA no es ni un quiste ni un aneurisma [3] . No es un lesiones bipolares [24, 28] .
quiste porque la cavidad ósea está llena de tejido distró-
fico. No es un aneurisma porque el contenido hemático Clasificación radiológica
no está dentro de los vasos. El carácter benigno del QOA
no debe hacer olvidar su agresividad local, que puede dar Capanna et al [30] propusieron una clasificación de las
lugar a complicaciones. lesiones de los huesos largos en cinco tipos (Fig. 2). Para

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B
Figura 2.
A. Clasificación de Capanna y Campanacci de la afectación de los huesos largos en cinco tipos. De izquierda a derecha: el tipo 1 es una
forma central sin afectación cortical; el tipo 2, una forma central con aspecto insuflado y adelgazado de la cortical; el tipo 3, una forma
metafisaria excéntrica que alcanza la cortical sin trastorno de modelado; el tipo 4, una forma subperióstica que se desarrolla en los tejidos
blandos, sin afectación cortical, y el tipo 5, una forma subperióstica que se desarrolla en los tejidos blandos y que deforma la cortical.
B. Clasificación de Capanna en tres grados: inactivo, activo y agresivo (de izquierda a derecha).

Campanacci [2] , las lesiones centrales suelen afectar a la Resonancia magnética


metáfisis, mientras que las lesiones subperiósticas afectan
a la metáfisis y a la diáfisis de los huesos largos. Las for- Permite determinar la localización y la extensión del
mas centrales (tipos 1 y 2) tienen una tasa de recidiva del tumor, confirmar su localización subperióstica y analizar
24%, frente a una tasa del 5% para las formas periféricas su relación con los elementos nobles. Esta exploración es
(tipos 3 a 5) [2] . Esta clasificación se ha completado con fundamental. Una lesión ósea expansiva bien delimitada,
tres grados (Fig. 2), útiles para las indicaciones terapéuti- una disminución de la señal T1 asociada a un aumento de
cas. En los QOA inactivos, la lesión está bien delimitada, la señal T2 (componente líquido), un ribete periférico de
con osteoesclerosis en la parte profunda y osificación baja señal realzado por la inyección de contraste, nume-
subperióstica continua en la parte superficial. Hay nume- rosas celdillas delimitadas por tabiques y la presencia de
rosos «seudotabiques» óseos. En los QOA activos, la lesión niveles líquidos son altamente sugestivos de QOA [32, 33, 34]
no está delimitada por una osteoesclerosis profunda. En (Fig. 1C). Los niveles se observan en más de un tercio
la superficie, la osificación subperióstica presente es dis- de los casos. Corresponden a la sedimentación entre la
continua. No se observan «seudotabiques». En los QOA sangre fresca y la envejecida, siempre que se mantenga
agresivos, la osteólisis es uniforme y no se aprecia nin- al paciente en clinostatismo durante 10 minutos. Estos
gún límite profundo o superficial. Todas las recidivas en su niveles líquidos no son específicos del QOA y pueden
serie de 121 QOA se produjeron en formas activas o agre- observarse en un quiste esencial fracturado, un TCG o un
sivas, sin diferencias estadísticamente significativas entre osteosarcoma telangiectásico [32–35] . La inyección de gado-
estas dos formas. No se produjeron recidivas en las formas linio muestra la estructura tumoral en múltiples celdillas
inactivas. Para evaluar la eficacia de un tratamiento que se separadas por tabiques gruesos y regulares, con contenido
juzga, entre otras cosas, por la tasa de recidiva, es preciso amorfo (ausencia de captación de contraste), una estruc-
conocer el porcentaje de formas inactivas frente a las acti- tura que no existe en ninguna otra lesión tumoral, en
vas y agresivas en las series estudiadas. Lamentablemente, particular maligna [11] . A diferencia de los que se puede
estos datos suelen faltar en las publicaciones. observar en el osteosarcoma [11] , no hay cambios en la
médula ósea perilesional ni en los tejidos blandos adya-
centes. El tamaño del quiste no debe sobreestimarse en
la RM debido al edema perilesional. La RM puede ayu-
Afectación epifisaria dar en el diagnóstico de un QOA secundario si hay una
lesión heterogénea asociada, lo que guiará la biopsia [3, 7] .
El QOA atraviesa el cartílago de crecimiento y es epifi-
La RM es indispensable en las localizaciones raquídeas
sario en el 23% de las lesiones metafisarias adyacentes al
para precisar las relaciones medulares. Mahnken et al [34]
cartílago de crecimiento [4, 24, 28, 30] . La afectación epifisa-
hicieron analizar 34 imágenes sospechosas de QOA por
ria se considera alrededor del 70% de las veces debida a
seis radiólogos en anonimato. Sólo 24 QOA (de los 34
un QOA secundario [6] . Una lesión epifisaria en un niño
sospechosos) fueron confirmados por anatomía patoló-
debe sugerir el diagnóstico de TCG [4] o de osteosarcoma
gica. La radiografía convencional y la RM mostraron, cada
telangiectásico. La biopsia es esencial [31] . Ante cualquier
una, una sensibilidad del 76,4% y del 77,8%, con una
lesión epifisaria, hay que tener mucho cuidado y, en caso
especificidad del 55,0% y del 66,7%, respectivamente. Al
de duda, hacer una segunda biopsia para no pasar por alto
combinar las dos modalidades de imagen, la sensibilidad
una lesión tumoral asociada al QOA.
y la especificidad aumentaron hasta el 82,6% y el 70%,
respectivamente.

Tomografía computarizada Gammagrafía


Salvo para algunas formas localizadas en las cinturas La mayoría de las veces revela hipercaptación en la
escapular y pélvica, en la actualidad ha sido sustituida por periferia de la lesión, a veces con una zona central
la RM. de hipocaptación. En ocasiones, la captación puede ser

4 EMC - Aparato locomotor

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normal. No hay correlación entre la histología y los resul- es una técnica poco invasiva, fácil de usar y rentable.
tados gammagráficos [2, 11] . En un análisis retrospectivo de 23 QOA evaluados ini-
cialmente por BAAF, Creager et al [37] concluyeron que
esta técnica no tiene suficiente especificidad para diag-
Arteriografía nosticar con exactitud un QOA, aunque la presencia de
No tiene interés diagnóstico. Se utiliza en algunas locali- características clínicas y radiológicas típicas, con células
zaciones para cartografiar la vascularización del tumor. Lo mesenquimatosas ricas en sangre sin células malignas, es
más frecuente es que preceda a la embolización arterial [3] . altamente sugestiva de un diagnóstico de QOA. Un caso
diagnosticado como QOA mediante BAAF resultó ser un
carcinoma. Layfield et al [38] , en 101 pacientes con sarcoma
 Diagnóstico diferencial óseo, concluyeron que el 29% de las muestras aspiradas
eran insuficientes para el diagnóstico. Por esta razón, la
American Academy of Orthopedic Surgery recomienda la
Quiste óseo esencial biopsia quirúrgica para el diagnóstico de QOA [35] . En la
Distinguir entre QOA y QOE es a menudo difícil, sobre región epifisaria, la biopsia permite descartar el TCG o el
todo porque las dos lesiones pueden estar asociadas. Una osteosarcoma telangiectásico.
lesión metafisaria excéntrica, el aspecto insuflado y la tra-
beculación son los mejores argumentos a favor de un
QOA. Sullivan et al [32] revisaron en doble anonimato las
Resección quirúrgica en bloque (sub
RM preoperatorias de 14 pacientes con un diagnóstico o extraperióstica)
difícil de un quiste óseo para determinar si se trataba de un
La resección es el tratamiento quirúrgico con menor
QOE o un QOA. Ocho niños tenían un QOE y seis tenían
tasa de recidiva: siete recidivas para 173 resecciones en
un QOA. Correlacionaron los resultados de la RM con el
una revisión de las publicaciones [39] . Todas las recidivas
resultado patológico. La presencia de niveles líquidos den-
se produjeron en resecciones marginales, mientras que
tro del quiste es sugestiva de un QOA. Otros criterios a
ninguna se produjo en resecciones amplias. Esta cirugía
favor de un QOA son la presencia de tabiques dentro de
no está exenta de complicaciones (hemorragias, dolor,
la lesión y una disminución de la señal T1 asociada a un
problemas de crecimiento). Es el tratamiento de elec-
aumento de la señal T2.
ción para las lesiones excéntricas o en un hueso que
no soporta carga (costillas, metacarpianos, metatarsianos,
Sarcoma anaplásico telangiectásico peroné, marco obturador, arco posterior de la columna
vertebral) [39] . Debe combinarse con la reconstrucción
El sarcoma anaplásico telangiectásico u osteosarcoma mediante un injerto óseo si compromete la solidez o la
telangiectásico es el diagnóstico diferencial más grave. continuidad de un hueso que soporta carga [36] . La diferen-
Puede imitar a un QOA. Un cuidadoso análisis micros- cia con una resección «oncológica» por un tumor maligno
cópico, junto con los datos iconográficos, permite un es que la abertura del foco no presenta ningún peligro y
diagnóstico adecuado. Esto subraya la importancia de la que la exéresis, cuando es completa, deja al niño con una
biopsia quirúrgica antes de cualquier tratamiento. vaina perióstica intacta que permitirá, en unos meses, una
buena restitución ósea. Éste es el caso de las lesiones de
Tumor de células gigantes la clavícula o del peroné [27] . En los adultos, o en lesiones
muy avanzadas, a veces no es posible aislar el periostio.
El TCG es poco frecuente en la infancia, no se localiza En estos casos excepcionales, para la reconstrucción es
en las diáfisis y no es subperióstico [2] . Sin embargo, este posible usar peroné vascularizado [9] .
tumor puede verse en niños pequeños y puede adoptar la
apariencia de un QOA [4, 20] . También hay raros casos de
TCG metafisarios con un cartílago de crecimiento toda- Resección quirúrgica intralesional
vía fértil [2] . En las vértebras, el TCG es más común en el (raspado o saucerización) ± adyuvantes
cuerpo, mientras que el QOA es más frecuente en el arco
posterior. La edad del paciente y el estudio por imagen
locales
tienen un valor de orientación real. El principio consiste en penetrar en el quiste a través
de una ventana más o menos grande, raspar con cuidado
su cavidad y extirpar su pared. Se puede asociar o no un
Otras lesiones injerto óseo, incluso una osteosíntesis. No hay diferencia
En la columna vertebral, el QOA puede confundirse con en términos de recidiva, tanto si el injerto es autógeno
un osteoblastoma, un granuloma eosinófilo, un heman- como alógeno [21, 39] . Una revisión de las publicaciones [39]
gioma óseo o un tumor maligno. de series con al menos 20 casos (es decir, 984 QOA), encon-
tró 600 QOA tratados mediante raspado ± injerto con
una tasa de recidiva del 30%. Esta tasa de recidiva tras
 Tratamientos el raspado varía mucho en las publicaciones: entre el 22-
71% [22, 24] . Es preciso distinguir entre un raspado con
Biopsia: ¿una obligación? una pequeña corticotomía [40] , que es similar a una biop-
sia «amplia», un raspado con una gran ventana cortical,
La combinación de la radiografía convencional y la que permite un raspado de muy buena calidad [41] , y una
RM da una sensibilidad del 82,6% y una especificidad saucerización (con una gran ventana ósea que permite
del 70% [34] . El estudio por imagen sigue ofreciendo un la extirpación completa de todo el tejido tumoral) [42] ,
diagnóstico de probabilidad y debe confirmarse por una para entender la amplia variación en la tasa de recidiva
biopsia [2–4, 20, 36] . La punción no es un argumento de diag- del raspado en las publicaciones. Cole [40] trató los QOA
nóstico fiable. El líquido de color cetrino se encuentra a mediante raspado con una pequeña ventana ósea. Sólo
menudo en un QOE, pero también puede encontrarse en seis de los 13 QOA se curaron, mientras que cuando
un QOA inactivo [3, 4, 20] . Por el contrario, el líquido sangui- practicó una saucerización, todos los QOA se curaron.
nolento puede estar presente en un QOA, pero también Basándose en la curación espontánea tras una biopsia ais-
en un QOE fracturado [4, 20] . La biopsia se justifica sobre lada, ya descrita en las publicaciones [5, 20, 43, 44] , Reddy et
todo cuando hay QOA secundarios asociados a tumores al [45] propusieron lo que denominan «curopsia» (biopsia
malignos. La biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) con intención de curar), que es en realidad una biopsia

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E – 14-190  Quiste óseo aneurismático

amplia con raspado incompleto. Se trataron 102 pacien- Inyección intraquística y escleroterapia
tes con «curopsia» y 88 con biopsia convencional seguida
de raspado ± tratamientos adyuvantes, lo que dio lugar a Las inyecciones percutáneas intralesionales de agentes
un grupo de control no homogéneo. De los pacientes con esclerosantes son una alternativa prometedora al trata-
«curopsia», el 81% tuvo una evolución favorable frente al miento quirúrgico [58] .
90% del grupo con raspado. Las recidivas en ambos gru-
pos se trataron con éxito repitiendo el raspado, excepto Ethibloc
en un caso. El seguimiento de este estudio es realmente La inyección de Ethibloc, aunque es eficaz, se ha sus-
muy corto (a veces sólo 6 meses). Como los quistes pue- pendido debido a la falta de disponibilidad del producto.
den curarse tras una simple biopsia, estos resultados deben Ethibloc es una emulsión compuesta por una proteína
interpretarse con precaución. La tasa de recidiva tras el de maíz disuelta en alcohol, combinada con un agente
raspado ha llevado a muchos autores a combinar el ras- de contraste y aceite de adormidera, que es el responsa-
pado con un tratamiento adyuvante para reducir esta tasa, ble de la consistencia viscosa. Ethibloc tiene propiedades
como la fenolización [46] , la cementación [47] , la criotera- esclerosantes capaces de obliterar las múltiples arterio-
pia [28, 36, 48] , la coagulación con gas argón [49] o el uso de las parietales del quiste. Se han descrito complicaciones
una turbina para extirpar y quemar la pared del quiste [50] . muy variadas según los autores: celulitis local, fístulas
Estos tratamientos adyuvantes suelen ser eficaces para cutáneas, abscesos, embolias pulmonares y hasta un falle-
reducir la tasa de recidiva [39, 47, 49, 51, 52] . cimiento cuando el producto se usó en una zona de alto
riesgo [39, 59] .

Embolización arterial selectiva Alcohol absoluto ± Surgiflo


El objetivo de la embolización arterial selectiva (EAS) es Este tratamiento se basa en la hipótesis de que los
ocluir la vascularización del tumor sin afectar a la vascula- QOA son malformaciones vasculares intraóseas, responsa-
rización de las estructuras vecinas [29, 53, 54] . Es una técnica bles de osteólisis por activación de la vía osteoclástica. El
no quirúrgica que puede ser eficaz por sí sola y, en caso tratamiento de la malformación venosa con alcohol abso-
de fracaso, no complicará la cirugía posterior. Primero se luto permite la coagulación del líquido y de los tejidos
propuso como un paso previo a la cirugía para reducir malformados, lo que conduce a la reconstrucción ósea.
el sangrado peroperatorio [29, 53, 54] , luego como un tra- Debe vigilarse la frecuencia cardíaca durante la inyección
tamiento en sí mismo para las localizaciones difíciles y, debido al efecto bradicardizante del alcohol [60] . Ulici et
después, como el único tratamiento, sea cual sea la loca- al [60] trataron a 17 pacientes con 1 ml/kg de etanol al
lización [55] . Es muy útil cuando la localización (columna 96%. Estos autores aconsejan no superar esta dosis. La
vertebral, pelvis) o el tamaño de la lesión hacen que otros inyección tuvo lugar 1 mes después de la biopsia. Todas los
tratamientos sean peligrosos, sobre todo sin el uso de un QOA se curaron o se estaban curando en un tiempo medio
torniquete [29, 54] . Es posible combinar la EAS con la escle- de seguimiento de 11 meses, que es corto. Diez pacien-
roterapia [56] para aumentar la eficacia del tratamiento. tes necesitaron dos inyecciones a intervalos de 3 meses
La EAS no siempre es posible (en relación con la vas- para curarse y siete pacientes necesitaron tres inyeccio-
cularización de la médula espinal, la imposibilidad de nes. Las complicaciones observadas fueron mareos tras la
reconocer las arterias nutricias o demasiados pedículos inyección, pigmentación de la piel en el lugar de la inyec-
aferentes). Son posibles complicaciones como la isquemia ción, reacción inflamatoria local y dolor tras la inyección.
de estructuras neurológicas o viscerales [54] . Al nivel de Hardy et al [61] trataron a 54 pacientes (55 QOA) con
la columna vertebral, debe evitarse la embolización de la inyección de alcohol. La media de edad era de 9,6 años.
arteria de Adamkiewicz. Terzi et al [57] trataron 23 QOA de Treinta y seis lesiones estaban en contacto con el cartí-
la columna vertebral con EAS. El tiempo de seguimiento lago de crecimiento. Veinticinco (46%) pacientes tenían
osciló entre 5-120 meses después de la última emboliza- una inyección de alcohol, veinte (38%) tenían dos inyec-
ción. Se curaron 17 pacientes. Se necesitaron entre una ciones, ocho (14%) tenían tres inyecciones y un paciente
y diez embolizaciones para lograr esta curación. No se tenía cuatro inyecciones. El plazo medio entre dos inyec-
produjeron complicaciones. Seis pacientes no respondie- ciones de alcohol fue de 4,2 meses (0,2-20,1). La inyección
ron a la EAS y recibieron otros tratamientos. Rossi et de alcohol se administró con anestesia general. La alcoho-
al [55] utilizaron EAS con N-butil-2-cianoacrilato (pega- lización siempre iba precedida de una inyección de medio
mento acrílico) en 102 pacientes con QOA, con una media de contraste para evaluar el volumen y la estructura del
de edad de 16 años y un seguimiento medio de 7 años. quiste y diferenciar las formas linfáticas de las venosas.
Ningún paciente se perdió de vista en el seguimiento. Para estas últimas, se colocó un torniquete neumático o
Todas las EAS fueron realizadas por el mismo radiólogo. se efectuó una compresión extrínseca de los vasos durante
La EAS se efectuó con anestesia local en los adultos y con 10 minutos para obtener la trombosis total del quiste
anestesia general en los niños, mediante la técnica de Sel- sin riesgo de paso de alcohol a la sangre. Se utilizaron
dinger a través de la arteria femoral común. El primer paso varias agujas, una para inyectar el alcohol absoluto (96%)
consistió en «cartografiar» la vascularización del quiste. La sin hiperpresión y las otras para recuperarlo. Esto per-
segunda etapa consistió en la cateterización selectiva de mitió el lavado del quiste, ya que el alcohol no quedó
los vasos nutricios del QOA y una EAS. La EAS fue posible en éste. En las formas con líquido intraquístico hemorrá-
en 88 pacientes (86,3%) y no fue factible en 14 (13,6%) gico, la sangre venosa se volvió negra de forma progresiva,
porque la arteria nutricia no era individualizable o porque prueba de un fenómeno de coagulación. En las formas
se encontró una arteria de Adamkiewicz. Estos pacientes con líquido intraquístico claro, el contenido del quiste
fueron tratados de manera quirúrgica. Tras una sola EAS, se volvió blanco, con un aspecto lechoso, evidencia de
72 pacientes (81,8%) se recuperaron, el 19,3% tras dos EAS la coagulación de proteínas. Aunque el alcohol siempre
y el 5,7% después de tres EAS. En los 4 meses siguientes se recuperó, los autores tuvieron cuidado de no superar
a la EAS recidivaron 16 pacientes (18,2%) y fueron trata- nunca la dosis de 1 ml de alcohol por kg/peso. Para 46
dos mediante cirugía. Las recidivas fueron más frecuentes QOA, se observó una reducción del quiste. Nueve QOA
en los pacientes menores de 15 años y en los QOA mayo- fueron malos respondedores según el criterio de valora-
res de 6 cm, sin relación con el sexo o la localización. ción principal, es decir, la disminución del volumen del
Cuatro pacientes (4,5%) presentaron complicaciones (dos quiste. Los autores diferencian entre buenos respondedo-
necrosis cutáneas, una parestesia del nervio ciático y un res radiológicos (85%) y buenos respondedores clínicos
seudoaneurisma de la arteria femoral en el lugar de la (67%). Se identificaron dos factores asociados a una menor
punción). respuesta radiológica: la corta edad del niño y el sexo

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Quiste óseo aneurismático  E – 14-190

masculino. La única complicación fue una bradicardia Doxiciclina


durante la inyección de alcohol, que se resolvió tras su
La presencia de células gigantes en los QOA expresa el
suspensión. Para este equipo, la alcoholización es el trata-
componente osteolítico de los osteoclastos, con altas con-
miento de primera línea, que evita la necesidad de cirugía.
centraciones de MMP-9 y MMP-10. Los QOA, al igual que
Ghanem et al [62] trataron 16 QOA con alcohol y Surgiflo.
muchas lesiones osteolíticas, presentan concentraciones
Su seguimiento medio fue de 35,6 meses (24-71). La media
elevadas de factores de crecimiento endotelial vascular
de edad de los niños era de 9,5 años. Sólo dos pacientes
(VEGF), además de MMP. La doxiciclina es un antibió-
necesitaron una segunda inyección. Todos tuvieron una
tico utilizado para curar las malformaciones linfáticas, que
evolución clínica favorable. Once quistes disminuyeron
también se asocian a concentraciones elevadas de VEGF
de tamaño. No se observaron complicaciones.
y MMP [16] . En cultivos celulares, la doxiciclina mostró
propiedades antitumorales con inhibición de las MMP,
Polidocanol inhibición de las propiedades osteoclásticas e inducción
de la apoptosis osteoclástica. Shiels y Mayerson [67] trata-
El polidocanol es un polímero con un peso molecular
ron una «presunta» malformación linfática del sacro con
de alrededor de 600 y suele utilizarse localmente por vía
doxiciclina. Se practicó un raspado 1 semana después. El
intravenosa como esclerosante de las venas varicosas. Ras-
estudio patológico concluyó que se trataba de un QOA
togi et al [63] trataron 72 QOA con polidocanol al 3%.
necrosado. Los autores trataron dos lesiones de la man-
Los pacientes recibieron una media de tres inyecciones
díbula sugestivas de QOA con inyección de doxiciclina
(de una a cinco). Los criterios para repetir la inyección
y resección quirúrgica. El estudio patológico confirmó el
fueron: persistencia del dolor, quiste evolutivo tras la pri-
diagnóstico de QOA, también necrosado. De ahí la idea
mera inyección y ausencia de engrosamiento radiológico
de los autores de probar la doxiciclina como tratamiento
de la cortical a 3 meses. El seguimiento medio fue de
básico para el QOA. En el estudio participaron 20 pacien-
34 meses (26,5-80). Los resultados fueron satisfactorios
tes (21 QOA). De estos 21 QOA, seis fueron fracasos del
en 70 de los 72 casos. Los autores sólo observaron dos
tratamiento quirúrgico previo con raspado e injerto. Se
recidivas, que fueron tratadas con éxito mediante una
curaron con la inyección de doxiciclina. Los 15 QOA
nueva inyección. Las complicaciones fueron menores (18
restantes fueron tratados con una inyección de doxici-
induraciones en el lugar de la inyección, tres hipopig-
clina como alternativa de primera línea a la cirugía. La
mentaciones cutáneas y una reacción inflamatoria local).
inyección se hizo mediante radiología intervencionista,
Brosjö et al [64] , para quienes la inyección de polidoca-
primero con opacificación del quiste. Se aplicó un torni-
nol (2-4 mg/kg/peso) es el tratamiento de primera línea
quete neumático. La doxiciclina se mezcló con un 25% de
para el QOA, observaron una disminución significativa
albúmina para obtener una emulsión estable. La media de
del tamaño del QOA en 37 de 38 casos. El único fracaso
edad de los pacientes era de 10 años (3-18 años). El segui-
de la inyección fue tratado mediante cirugía. Por término
miento medio fue de 38 meses (24-63 meses). Se observó
medio, se necesitaron cuatro inyecciones (1-11) a inter-
una recidiva a los 20 meses de seguimiento. Dos QOA
valos de 4 semanas para lograr la curación. La cifra de
persistieron, pero con una reducción de tamaño. La reduc-
11 inyecciones es muy elevada, pero sólo se refiere a un
ción del tamaño del quiste (pero no la curación) se logró
paciente; para los demás pacientes, el máximo fue de seis
en el 90% de los casos después de dos inyecciones y en el
inyecciones. El seguimiento medio fue de 17 meses (4-37
100% después de tres inyecciones. Dos lesiones humerales
meses). Las complicaciones fueron menores (reacciones
y dos sacras necesitaron 10 inyecciones, y una lesión del
inflamatorias locales). Varshney et al [65] compararon, en
peroné necesitó 14 inyecciones. Así, un 25% de los pacien-
un estudio aleatorizado, la escleroterapia por inyección
tes necesitaron al menos 10 inyecciones para curarse. Si
intraquística de polidocanol (45 pacientes) y el raspado
es necesario aplicar anestesia general para inyectar el pro-
amplio con fresado de las paredes del quiste asociado
ducto en niños, esto debe tenerse en cuenta en la elección
a un injerto óseo autólogo (46 pacientes). La media de
del tratamiento. Aunque es posible que se produzcan reci-
edad de los pacientes era de 21,3 y 26,7 años, respecti-
divas tras el raspado, nunca se necesitan 10 raspados para
vamente. Los autores esperaron 3 meses después de la
curar un QOA. Los mismos autores publicaron sobre la
biopsia para tratar a los pacientes con el fin de descar-
inyección de doxiciclina en 16 QOA yuxtaepifisarios [31] .
tar cualquier posibilidad de curación espontánea. Así, el
Siete de los 16 pacientes (44%) tenían afectación epifisaria
79% de los pacientes necesitaron varias inyecciones para
y cinco desarrollaron un puente de epifisiodesis. Su tasa de
curarse (hasta tres). El tiempo medio de seguimiento fue
recidiva fue del 6%. Ninguno de los casos sin afectación
de 4,4 años (3,2-6,1 años). En el seguimiento más largo,
epifisaria desarrolló un defecto de crecimiento secundario.
el 93,3% de los pacientes tratados con polidocanol esta-
ban curados, en comparación con el 84,8% del grupo
de raspado amplio. La recidiva no se correlacionó con Sulfato de calcio
la edad. Los pacientes tratados con polidocanol tuvie- Clayer [68] propuso la aspiración percutánea del quiste
ron complicaciones menores (37 induraciones cutáneas en 15 pacientes con un QOA. Se inyectó una solución
y 11 pigmentaciones cutáneas), mientras que los pacien- acuosa de cemento de sulfato de calcio en el quiste con un
tes tratados con raspado amplio tuvieron complicaciones trocar para llenarlo por completo. El seguimiento mínimo
más graves (tres infecciones profundas, cinco infecciones fue de 2 años. Dos pacientes tuvieron una recidiva. Tres
superficiales y dos epifisiodesis). Los autores concluyen pacientes presentaron una fractura del quiste, dos de ellos
que, para obtener resultados equivalentes, es más lógico a los 12 y 22 meses del tratamiento. El sulfato de calcio se
proponer la escleroterapia, que da un mejor resultado reabsorbe por completo en 8 semanas.
estético, evita la lesión del cartílago de crecimiento y
tiene menos riesgo infeccioso. Gupta et al [66] describie-
ron la primera reacción adversa potencialmente mortal Calcitonina ± metilprednisolona
en un niño de 3 años tratado con polidocanol inyectable La inyección intraquística de calcitonina bloquea la
por un QOA. Tras la inyección, este niño desarrolló una actividad de los osteoclastos y/o promueve la formación
taquicardia ventricular (hasta 200 latidos/minuto) y una de hueso trabecular en los tabiques fibrosos del QOA.
caída de la presión arterial, que se resolvió con el trata- El primer estudio en el que se usó la calcitonina para
miento. Esta rara complicación justifica la hospitalización tratar un QOA fue publicado por Szendroi et al [69] , quie-
para dicha inyección, mientras que uno de los argumen- nes evaluaron con carácter retrospectivo a siete pacientes
tos de Varshney et al [65] a favor de la escleroterapia es que recibieron tres inyecciones semanales durante 5
la posibilidad de hacer este procedimiento sin hospitali- semanas. Tres quistes se curaron por completo, tres de
zación. forma parcial y, en un paciente, el tratamiento debió

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suspenderse debido a una reacción de hipersensibilidad. pérdida de sangre peroperatoria fue inferior a 100 ml en
Gladden et al [70] plantearon la hipótesis de que la com- todos los casos. Se observó la curación en 11 casos con un
binación de metilprednisolona y calcitonina podría ser seguimiento medio de 3,9 años (seguimiento mínimo de
sinérgica para curar el QOA. Esta combinación reúne 2 años). Sólo dos pacientes tuvieron una recidiva. Según
una acción angiostática y una actividad inhibidora de los autores, este método mínimamente invasivo puede
la formación de fibroblastos por los corticoides, más un promover la curación espontánea del QOA [72] .
efecto inhibidor de los osteoclastos asociado a los efec-
tos estimulantes de la formación de hueso trabecular de Médula ósea
la calcitonina. Los autores comunicaron un QOA C1 que Se ha descrito la inyección de médula ósea autóloga con
recibió dos inyecciones con 6 meses de diferencia. La cura- resultados satisfactorios en cuatro niños [42] . Esta inyec-
ción se produjo a los 2 años y 7 meses sin complicaciones. ción se combinó con saucerización y sobre todo con la
Chang et al [71] trataron a ocho pacientes con una combi- sutura del periostio sobre sí mismo. Según los autores, este
nación de calcitonina y esteroides. En el 50% de los casos procedimiento facilita la reosificación del hueso y evita
se consiguió la curación y en el 50% se produjo una reci- los injertos óseos. Bollini et al [27] demostraron que con
diva. No se observaron complicaciones. Oliveira et al [58] la resección subperióstica del tercio medial de la clavícula
trataron 47 QOA con calcitonina y metilprednisolona y la sutura del periostio sobre sí mismo, la clavícula se
bajo anestesia local y sedación. Se introdujo una aguja reconstruía ad integrum sin injertos ni médula ósea. Por lo
de biopsia de diámetro 11 con control ecoscópico hasta tanto, es difícil atribuir estos buenos resultados a la inyec-
llegar a la parte lítica del tumor. Las paredes del quiste ción de médula ósea en lugar de a la saucerización y la
se destruyeron con la punta de la aguja para eliminar los sutura del periostio sobre sí mismo.
tabiques. Se aspiró el contenido hemático. A continua-
ción, se conectaron a la aguja, mediante un conector de
tres vías, una jeringa de 5 ml que contiene una solución Radioterapia
de 200 UI de calcitonina y 120 mg de metilprednisolona y
otra jeringa que contiene 10 ml de agua destilada. La dosis Es eficaz, con una tasa de recidiva local equivalente a
era siempre la misma, con independencia del tamaño de la la de la resección intralesional [73] . Sin embargo, el riesgo
lesión. La solución se inyectó en la lesión y se enjuagó con de complicaciones graves, como la detención del creci-
agua destilada. Según la clasificación de Rastogi et al [63] , miento y, sobre todo, la aparición de sarcomas inducidos
el procedimiento se repite si no se produce una cicatriza- por la radiación en niños pequeños, ha hecho que se aban-
ción satisfactoria de la lesión después de 2 meses (lesión done este tratamiento [28] . Un estudio reciente [74] revisó,
residual >50%). Así, se aplicaron 131 inyecciones (media: con una media de seguimiento de 20,5 años, a 12 pacien-
2,8/paciente), con una reducción media del área lítica ini- tes tratados con radioterapia por QOA con un resultado
cial del 83,7%. Se administró una sola inyección en nueve satisfactorio. Teniendo en cuenta el gran número de trata-
pacientes (19,1%), dos inyecciones en 14 casos (29,7%), mientos eficaces para el QOA y los riesgos potenciales de la
tres en 10 casos (21,2%), cuatro en siete casos (14,8%), radioterapia, no parece lógico proponer este tratamiento
cinco en cinco casos (10,6%), seis y siete inyecciones en hoy en día.
un caso (2,1%). La duración media del tratamiento fue de [32]
10,3 meses (2-59,5 meses). De los pacientes, el 91,4% (n = Fósforo
43) tuvo un resultado excelente o bueno y el 72,3% (n = Bush et al [75] propusieron la inyección intraquística
34) tuvo una curación completa del quiste. Hubo cinco de fósforo32 , un agente utilizado para tratar la sinovitis
recidivas (10,6%). Para los autores, dos o tres inyeccio- reumática y la hemartrosis recurrente en los pacientes
nes con un intervalo de 2-3 meses pueden curar de forma hemofílicos. El fósforo32 tiene una semivida de 14,3 días.
eficaz la mayoría de los QOA. Emite partículas beta y, como tal, tiene una penetración de
2,8 mm. Cinco pacientes con QOA (cuatro de columna y
Implantación de partículas óseas uno de acetábulo) se trataron con este método. Tres tienen
parcialmente desmineralizadas (de tipo un tiempo de seguimiento de más de 2 años. El fósforo32
se introdujo en el quiste con control tomográfico. En cua-
proteínas morfogenéticas óseas)
tro pacientes fue necesaria una única inyección. Para el
Al observar que la evolución natural del QOA termina quinto paciente, se aplicó una segunda inyección 6 meses
con la osificación de su contenido, Docquier y Delloye [72] después. En un caso (lesión del acetábulo), el producto
plantearon la hipótesis de que un estímulo adecuado se difundió a la circulación sistémica. En el seguimiento
podría hacer que el QOA pasara de su fase de reabsor- más largo (1 año y 5 meses), no parecía haber secuelas
ción osteolítica a una fase de reconstrucción, como puede derivadas de esta complicación.
observarse a veces en la clínica de forma espontánea
o tras una biopsia. Dado que las células estromales del
quiste tienen capacidad de osteogénesis, basta con intro- Tratamientos medicamentosos
ducir un osteoinductor en el quiste para detener la fase Tratamiento con bifosfonatos (ácido
de crecimiento activo (reabsorción) e inducir la fase de
estabilización (osteogénesis). Para lograr esta inducción,
zoledrónico)
las células del quiste deben permanecer en su lugar para Los bifosfonatos (ácido zoledrónico) se han utilizado
provocar la osificación. Por lo tanto, el tumor no debe con éxito en muchos tumores óseos: QOE, displasia
rasparse. Hay que conservar el tejido tumoral del QOA fibrosa, TCG, histiocitosis de células de Langerhans,
y aprovechar su potencial osteogénico intrínseco para osteomielitis multifocal crónica recurrente. Inhiben la
favorecer la curación. Docquier y Delloye [72] usan partí- actividad osteoclástica. El ácido zoledrónico se administró
culas óseas alogénicas parcialmente desmineralizadas con por vía intravenosa a un niño de 8 años con un QOA del
efecto osteogénico. Estas partículas de hueso alogénico se sacro inoperable en el que había fracasado el tratamiento
mezclan con la médula ósea autógena para obtener una previo con embolización repetida [76] . El tratamiento con-
pasta que puede introducirse en la cavidad. Las células sistió en siete inyecciones a intervalos de 4 meses durante
de QOA son el estímulo adecuado para inducir la repara- un período de 24 meses. Aunque fueron necesarias siete
ción. En ausencia de raspado, este tratamiento evita una inyecciones para lograr la curación del quiste, se observó
cirugía amplia y la pérdida de sangre. Por lo tanto, se una mejora clínica espectacular inmediatamente después
adapta bien a localizaciones difíciles como la pelvis. De de la primera inyección. Cornelis et al [77] trataron ocho
los 13 QOA, nueve eran agresivos y cuatro activos. Ocho tumores óseos benignos, incluidos cinco QOA, con bifos-
habían sido tratados previamente y habían recidivado. La fonatos intravenosos. El número medio de tratamientos

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Quiste óseo aneurismático  E – 14-190

Figura 3. Árbol de decisiones. Trata-


Sospecha de QOA miento de un quiste óseo aneurismático
(QOA).

Biopsia quirúrgica antes de cualquier tratamiento

Esperar 3 meses si la lesión es activa, 1 mes


si la lesión es activa o agresiva evolutiva

Curación espontánea:
Sin curación
vigilancia

Escleroterapia de primera
línea, si es posible

Curación tras la Si la escleroterapia fracasa Sin curación:


escleroterapia: o es imposible, embolización repetir la
vigilancia arterial selectiva escleroterapia

Curación tras Cirugía (raspado o resección según la Sin curación:


la embolización: localización de la lesión) por fracaso repetir la
vigilancia de la escleroterapia o la embolización embolización

fue de tres (uno a cuatro). Ningún paciente tuvo un segui- vis o a la columna vertebral. Los autores mantienen esta
miento de 2 años (dos pacientes tuvieron un seguimiento opción de tratamiento para los QOA incontrolables, muy
de 6 y 8 meses, lo cual es muy bajo). En esta serie no se destructivos o recidivantes con fracaso de la cirugía o la
observaron complicaciones del tratamiento con bifosfo- embolización. Recomiendan considerar la indicación de
natos. este tratamiento en un comité multidisciplinario. Aun-
que el denosumab no siempre cura la lesión, facilita la
cirugía posterior al reducir su tamaño. Kurucu et al [79]
Denosumab informaron de nueve pacientes, algunos de los cuales se
El denosumab es un anticuerpo monoclonal (inmuno- habían sometido a un tratamiento quirúrgico previo. El
globulina IgG2) humano que se une de forma específica denosumab se administró durante 6-14 meses, con una
al ligando del receptor activador del factor nuclear kB mediana de 15 dosis. Todos los pacientes estaban asin-
(RANKL) con gran afinidad, impidiendo la activación del tomáticos después de 3 meses. La mejora radiológica fue
receptor RANK localizado en la superficie de los osteo- evidente en ocho casos. El tiempo de seguimiento tras la
clastos y sus precursores. El bloqueo de la interacción finalización del tratamiento fue de 10-24 meses (mediana
RANK/RANKL inhibe la formación, la función y la super- de 15 meses). A dos pacientes se les repitió la cirugía y dos
vivencia de los osteoclastos y, por tanto, disminuye la pacientes recidivaron (después de 16 meses). Por último,
reabsorción ósea en el hueso cortical y trabecular. El los autores comunican una recidiva o una progresión de
denosumab es un tratamiento antiosteoclástico que se uti- las lesiones en cuatro de los nueve pacientes.
liza no sólo para tratar la osteoporosis posmenopáusica,
sino también las metástasis óseas, el mieloma múltiple Indicaciones
y el TCG. Como el QOA es muy similar al TCG en su
aspecto patológico, era lógico probar este medicamento Las indicaciones dependen de la edad del niño, de la
en el QOA. Es necesaria una inyección subcutánea cada localización del quiste, de su relación con el cartílago de
semana durante el primer mes a una dosis de 120 mg/día crecimiento, de su tamaño, de su agresividad radiológica y
y después cada mes, combinada con calcio y vitamina D de la costumbre del cirujano (Anexo A). Como cada QOA
por vía oral a diario para limitar el riesgo de hipocalce- es único, no es posible dar una respuesta «universal». En
mia [78] . Existe un riesgo teórico de osteonecrosis de la las publicaciones existen grandes series de casos clínicos
mandíbula (1-2%). Se han observado casos de hipercalce- que, obviamente, no tienen el mismo valor de prueba
mia grave [79] . Lange et al [80] comunicaron dos casos de científica. Además, en las grandes series suele ser difí-
QOA raquídeo en niños (8 y 11 años) tratados con denosu- cil conocer el tipo de lesiones, ya que la mayoría de las
mab porque la embolización no fue posible. Tras 4 meses publicaciones no clasifican sus lesiones. Cualquiera que
de tratamiento, los trastornos neurológicos remitieron y sea el tratamiento de un QOA inactivo, es probable que el
el dolor y el volumen de las lesiones disminuyeron. Dürr resultado sea bueno sin recidivas. Por lo tanto, los QOA
et al [81] comunicaron seis casos. El denosumab se admi- inactivos deben excluirse en un sentido absoluto para eva-
nistró a una dosis de 120 mg los días 1, 8, 15 y 29, y luar de forma objetiva la tasa de recidiva de un método
después cada 4 semanas. En algunos pacientes, la dosis de tratamiento. A pesar de estas dificultades, es posible
se redujo al final del tratamiento. Tres de seis lesiones proponer la siguiente estrategia terapéutica:
se curaron en el seguimiento más largo. Se ha publicado • ningún quiste debe tratarse sin una biopsia previa.
una serie de 9 QOA [78] . La media de edad era de 17 años Dado que algunas lesiones se curan después de una sim-
y en seis de los nueve casos la lesión afectaba a la pel- ple biopsia (en particular a nivel de la pelvis) [44, 45, 65] ,

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E – 14-190  Quiste óseo aneurismático

tiene sentido esperar 3 meses después de la biopsia para tico a largo plazo es casi siempre bueno, excepto en el caso
juzgar la evolución natural. Si la evolución es favora- de los poco frecuentes QOA muy grandes o en algunas
ble, no es necesario ser más agresivo. Si la evolución es localizaciones como la columna vertebral [2] .
desfavorable o si la lesión es agresiva de inmediato y
no es posible esperar, se debe proponer un tratamiento
curativo; Geodas residuales
• las lesiones inactivas (clasificación de Capanna) pueden
A menudo persisten geodas residuales después de la
vigilarse sin tratamiento, siempre que no debiliten un
curación, lo que puede sugerir una recidiva, pero la
hueso que soporta carga. En caso de evolución desfa-
evolución muchos años después muestra que el estado
vorable o de lesiones dolorosas, se puede proponer un
radiológico no cambia [20, 28, 44] . Por ello, a veces es nece-
simple raspado o una escleroterapia (a elección del ciru-
sario esperar antes de una nueva intervención [44] .
jano). Como el riesgo de recidiva es muy bajo, una sola
intervención debería permitir la curación;
• para las lesiones activas o agresivas, cuando la esclero- Transformaciones malignas
terapia con alcohol es posible, éste es el tratamiento
elegido en el servicio de ortopedia infantil del Hospital La transformación sarcomatosa espontánea de un QOA
Lapeyronie. El procedimiento es menos agresivo que es excepcional [3] , la mayoría de las veces secundaria a la
una intervención quirúrgica, su morbilidad es mucho radioterapia.
menor, la tasa de complicaciones es baja y el trata-
miento suele ser eficaz. Esto es aún más cierto en el
caso de las lesiones en contacto con un cartílago de cre-
Complicaciones
cimiento. En efecto, desde el punto de vista quirúrgico, El QOA puede ser responsable de numerosas compli-
o bien se efectúa un raspado eficaz en contacto con el caciones: fracturas patológicas, puentes de epifisiodesis
cartílago de crecimiento, pero existe el riesgo de que se que conducen a desigualdades de longitud o a defor-
produzca un puente de epifisiodesis, o bien un raspado maciones angulares, epifisiodesis iatrogénica por un
cuidadoso en contacto con el cartílago de crecimiento raspado demasiado amplio, paraplejía [3, 20, 30] . En la serie
y existe el riesgo de recidiva. Si la escleroterapia no es de Capanna [82] , hubo 12 complicaciones neurológicas,
eficaz, la cirugía es siempre una opción; incluidas cuatro compresiones medulares.
• para una localización pélvica o raquídea, la cirugía
puede ser difícil y peligrosa en caso de hemorragia
significativa. Si el quiste tiene una arteria nutricia fácil-
mente individualizable, la embolización sigue siendo
un método atractivo, como ha demostrado el equipo
de Rizzoli [55] , pero siempre con el mismo radiólogo y
“ Puntos esenciales
en uno de los mayores servicios de cirugía tumoral del
• El QOA es a veces un tumor secundario, que
mundo. No está claro si sus resultados son totalmente
reproducibles en estructuras pequeñas. Es posible com- puede enmascarar otro tumor benigno o maligno.
binar la embolización y la escleroterapia para aumentar • Antes de cualquier tratamiento, es indispensa-
las posibilidades de curación del QOA [56] ; ble efectuar una biopsia.
• los tratamientos por vía sistémica son atractivos, pero • Excluida la columna vertebral, la escleroterapia
hasta la fecha no existen pruebas científicas, basadas en puede ser el tratamiento de primera línea.
grandes series, de su inocuidad a largo plazo. Es un trata- • En la columna vertebral, el primer tratamiento
miento que debe reservarse para lesiones muy grandes que se propone (si es factible) es la embolización.
e inoperables o para localizaciones inaccesibles a los • La cirugía puede proponerse como tratamiento
tratamientos anteriores.
La Figura 3 resume el tratamiento actual en el servicio
de primera línea, pero lo más frecuente es que se
de ortopedia infantil del Hospital Lapeyronie. plantee ante el fracaso de otros tratamientos.

 Evolución y pronóstico
 Anexo A. Caso clínico
Evolución
Lesión lítica en el peroné
El QOA evoluciona con una fase de osteólisis y reac-
ción perióstica, una fase de crecimiento con destrucción Un niño consulta por dolor en el tobillo de varios meses
ósea predominante, una fase de estabilización (aparición de evolución. Las radiografías anteroposterior y lateral
de tabiques y una cubierta perióstica) y una fase cica- revelaron una lesión lítica bien definida del peroné, en
tricial en la que la lesión se calcifica y osifica [3] . Se contacto con el cartílago de crecimiento (Fig. A.1). La
ha descrito la remisión espontánea o la remisión tras la tomografía computarizada confirmó la naturaleza quística
biopsia [2, 20, 44, 45] , incluso en caso de lesiones agresivas. de la lesión (Fig. A.1C). Una biopsia con aguja confirmó
Algunos QOA son muy agresivos y siguen creciendo hasta el diagnóstico de QOA. Se efectuó una resección sub-
alcanzar dimensiones monstruosas [2, 9] . Se han descrito perióstica del peroné distal (Fig. A.2A). Para asegurar la
incluso amputaciones en casos antiguos [24] . Para Terzi et estabilidad del tobillo, se desciende el fragmento proxi-
al [57] , los signos de curación son la reosificación periférica mal del peroné mediante transferencia ósea segmentaria
del quiste, la disminución del volumen tumoral, la osifi- o técnica del ascensor (Fig. A.2B). Un clavo estabiliza de
cación intraquística y la desaparición del dolor. Rastogi et forma temporal el peroné en su extremo distal (Fig. A.2C).
al [63] propusieron una clasificación radiológica para juzgar El periostio se cierra sobre sí mismo. Como la resección
el resultado: grado 1, lesión residual inferior al 25%, exce- es subperióstica, el peroné se reconstruye (Fig. A.2D). El
lente resultado; grado 2, lesión residual entre el 25-50%, cirujano optó por una resección subperióstica, pero tam-
buen resultado; grado 3, lesión residual entre el 50-75%, bién era posible un raspado ± adyuvantes. Habría sido
mal resultado, y grado 4, lesión residual superior al 75%, necesario tener mucho cuidado al entrar en contacto
sin respuesta al tratamiento. La mayoría de los autores con el cartílago de crecimiento (raspado con una gasa)
consideran que es necesario un seguimiento de 2 años del para evitar la epifisiodesis iatrogénica. Esta precaución
QOA para descartar el riesgo de recidiva [21, 24] . El pronós- expuso al riesgo de recidiva. En la actualidad, en el servicio

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Quiste óseo aneurismático  E – 14-190

Figura A.1. Radiografías anteroposterior (A), lateral (B) y


tomografía computarizada (C) de un quiste óseo aneurismá-
tico del peroné distal.

A B C

Figura A.2.
A. Resección subperióstica a través del cartílago de creci-
miento.
B. Transferencia ósea segmentaria para estabilizar el tobillo.
C. Radiografía anteroposterior en el postoperatorio inme-
diato.
A D. Radiografía anteroposterior tras 6 meses de seguimiento.

B C D

de los autores, este paciente habría recibido una inyec- [11] Kransdorf MJ, Sweet DE. Aneurysmal bone cyst: concept,
ción de alcohol. Este enfoque quirúrgico para una lesión controversy, clinical presentation, and imaging. AJR Am J
tan limitada ya no parece justificado. Una escleroterapia Roentgenol 1995;164:573–80.
habría obtenido una curación sin cicatriz y sin riesgo de [12] Ratcliffe PJ, Grimer J. Aneurysmal bone cyst arising after tibial
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J. Cottalorda, Professeur des Universités, praticien hospitalier (j-cottalorda@chu-montpellier.fr).


D. Louahem, Praticien hospitalier.
C. Jeandel, Assistant hospitalo-universitaire.
M. Delpont, Praticien hospitalier.
Service d’orthopédie infantile, Hôpital Lapeyronie, 371, avenue du Doyen-Gaston-Giraud, 34295 Montpellier Cedex 05, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Cottalorda J, Louahem D, Jeandel C, Delpont M. Quiste óseo
aneurismático. EMC - Aparato locomotor 2022;55(1):1-13 [Artículo E – 14-190].

EMC - Aparato locomotor 13


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