Está en la página 1de 2

PARA PENSAR Y CONVERSAR

Dificultades de convivencia
• ¿Hablamos con frecuencia de los detalles de convivencia
familiar que se pueden hacer costosos en el futuro? ¿Está
cada uno de nosotros dispuesto a esforzarse por superar
sus debilidades?
• ¿Quiero a mi prometido/a como es, con sus defectos?
• ¿Nos solemos pedir perdón de corazón, con el propósito
de superar los errores personales?
• ¿Procuramos empezar a dar los pasos para mejorar per-
sonalmente “ahora” o esperamos a que el simple paso del
tiempo nos una más?
Dificultades con otros familiares
• ¿Tengo afecto a la familia de mi futuro cónyuge y espe-
cialmente a sus padres? ¿Procuro tener detalles de cariño
para ganarme su confianza?
• ¿Hay aspectos de su carácter o actuaciones que nos des-
agradan? ¿Los hablamos entre nosotros para afrontarlos
adecuadamente?

Dificultades por las amistades


• ¿Son mis amistades o las suyas demasiado absorben-
tes? ¿Procuramos introducirnos mutuamente en nues-
tros círculos de amigos?
• ¿Son esas personas una influencia positiva para nuestro
futuro matrimonio y para nuestros futuros hijos?

Dificultades del porvenir


• Evidentemente, no sería razonable ponerse siempre en lo
peor. Pero ¿somos realistas al considerar las dificultades
que tendremos que superar juntos? Cambios de aspecto
físico, enfermedad, problemas laborales, ...
• ¿Advertimos con claridad que el matrimonio está basado
en el compromiso de entregar nuestra voluntad, que no
hay camino de vuelta y que es para siempre?
• ¿Estamos dispuestos a pedir ayuda para que nos ayuden
a mejorar como novios, como esposos y, más adelante,
como padres?

Confianza en Dios
• ¿Reconozco que es muy difícil estar a la altura de lo que
espera de un buen esposo y padre (esposa y madre) sin la
ayuda de Dios?
• ¿Acudo a Él y procuramos forjar propósitos concretos
para que nuestro futuro hogar sea un ejemplo de hogar
cristiano?

También podría gustarte